Dedicatoria y agradecimientos: Bien, dedico este fanfic a Eiri Saiyuki, una persona genial con la que paso buen tiempo chateando por MSN :D y también le quiero agradecer el que me ayude con este fanfic, tus aportes e ideas son de gran ayuda Eiri, te lo agradezco mucho, espero que disfrutes de leer este fanfic.

Disclaimers: Nada me pertenece, el texto si (algunas partes las invento Eiri), pero los personajes no.
Una joven que va a formar parte de la historia, es total y completamente invento mio.

No gano dinero con este fic, no gano absolutamente nada, más que el los fans disfruten de él, eso es lo mejor que puedo ganar ^^

Advertencias: este fic contiene slash, sino te gusta o te ofende de alguna forma, por favor, no leas este fic, así te ahorraras disgustos.

¡Que lo disfruten! ^^

Hechizado
By Lostris B.

Capítulo uno- El comienzo.

"Te considera su mejor amigo, te considera su mejor amigo, pero tu no, estas enamorado de él, tienes que hacer algo, tienes que decírselo, porque se va a casar"

"Te considera su mejor amigo, te considera su mejor amigo, pero tu no, estas enamorado de él, tienes que hacer algo, tienes que decírselo, porque se va a casar"

"Te considera su mejor amigo, te considera su mejor amigo, pero tu no, estas enamorado de él, tienes que hacer algo, tienes que decírselo, porque se va a casar"

-¡Holmes!-

Y a agradeció a la bendita voz de Watson, de esa tortura mental que estaba teniendo.
Y no en un lugar muy cómodo que digamos, en la calle.
Miro al doctor y lo saludo.

-Buenas Noches Watson-

-Buenas noches- le dijo suspirando- ¿Qué te sucedía?

-Nada ¿Por qué?- no más tenía su consciencia como disco rallado repitiéndole cosas que ya las sabía de memoria, y no las quería saber más.

-Te quedaste parado, con los ojos cerrados y se te veía bastante molesto- con su mano toco la frente del detective- No tienes fiebre-

-Para nada, Watson, no más, un pequeño dolor de cabeza momentáneo, solo eso- lo trato de tranquilizar, tomando con su mano, la de Watson.

Fue solo un contacto que duro segundos ya que rápidamente John la soltó y miro para abajo.
Tratando de romper el silencio, tosió y se puso del lado de Holmes.

-Fui a ver a Mary- comentó, mientras ambos comenzaban a caminar juntos, por las oscuras calles de Londres.

-Que interesante- le contestó sarcásticamente.

-¿Qué te cae mal de ella?- le pregunto molesto.

Hubiese sido más fácil que le dijera que cosas le gustaban de ella, así hubiese sido más rápida y no conflictiva, bueno si iba a serlo, la respuesta: todo.
Porque, responder la pregunta de Watson, llevaría horas de explicaciones.
Claro esta, explicaciones que no dejaran rastro de lo que sentía el detective.
Porque, si la sociedad no fuera tan conflictiva con eso de amar a alguien de tu mismo sexo, pues, podría decirle en simples palabras porque le molestaba Mary: porque estaba robándole lo que más amaba, y eso era Watson.
Claro, tampoco se lo hubiese dicho tan a la ligera, por más que la sociedad fuera liberal (cosa que solo en sus sueños pasaba) pues, quedaba el detalle de que era su amigo, y no lo quería perder, por tan solo decirle que lo amaba.

-No me cae mal- cuando se refería a Mary, era demasiado malo mintiendo.

-No, para nada- le respondió con sarcasmo Watson- No más te irritas cuando hablo de ella.

-Ideas tuyas, mi querido Watson- le contesto con una sonrisa.

-No son ideas mías, son…-

Pararon de hablar y de caminar, cuando una joven de dieciocho años les interrumpió el paso.
Se la notaba nerviosa. No dejaba de apretar su vestido en la parte de la falda larga que llegaba a un poco más arriba de los tobillos.

Se acerco a ellos y viceversa.
Miro a Watson y hablo:

-Su amigo- miro a Holmes- Esta enamorado de usted.

El silencio reino aún más las calles de Londres.
Un grillo hizo su tan acostumbrado "Cri, cri" y una misteriosa bola de estambre apareció rodando por al lado de los tres.
Watson acomodo un poco su garganta y le sonrió a la joven.

-Eso, no es posible- rió- Holmes no es raro.

-Raro no es- respondió la chica seria- Si usted llama a los hombres que gustan de otros hombres y mujeres que gustan de mujeres, raros, pues su amigo, con respecto a usted, se gana al premio a rarísimo.

-Si predices cosas tan falsas desde tan temprana edad- hablo Holmes- Te puedo decir, que en ese oficio, te vas a morir de hambre más de lo normal-

-¡No dije ninguna mentira, viejo horrible!-

-¡Más respeto enana!-

-Holmes, por favor cálmate, es solo una aprendiz de adivina, solo eso- le dijo, apoyando la mano en el hombro del detective- No le hagas caso-

-¿Cómo no hacerle caso?- contesto enfurecido- Esta diciendo puras mentiras.

Aunque Holmes, entendía demasiado a Watson, no supo darse cuenta de aquel rastro de dolor en el rostro del doctor cuando dijo "Esta diciendo puras mentiras"
La adivina miro con un poco de pena a Watson y le devolvió una mirada llena de ira a Holmes:

-No sea cobarde y si tanto lo quiere- Holmes clavo su mirada en la de la chica, como si entendiera lo que le pasaba- Díselo o lo vas a perder.

-Yo no voy a perder nunca a nadie- Aquella enana sabía demasiado, escalofriantemente demasiado- Y para ser buena en esto, deja de mentir.

-¡Me canso!- le grito ferozmente la chica, ganándose una mirada de sorpresa por ambos hombres- ¡Se va a arrepentir de todo lo que me dijo!

-¿Me vas a hechizar?- le pregunto burlonamente el detective, camino por al lado de ella y luego llamo a John- Vamos Watson, es tarde, no me estoy sintiendo bien.

-Disculpe- le dijo el doctor a la chica y fue rápido a donde estaba Holmes, el cual lo espero para luego, ambos seguir caminando- ¿El mismo dolor de antes?-

-Si…-

"La enana tiene razón, lo vas a perder si no dices nada" le repetía la voz una y otra vez dentro de su cabeza.
Pero, de algo que no se dieron cuenta ambos hombres, fue de lo enojada que estaba aquella chica. La cual lo señalo a Holmes, sin que ellos la miraran y luego grito:

-¡Usted!- siguió- ¡Dentro de una hora va a quedar hechizado!

-¿Y se va a ir solo con el beso de una princesa?- le pregunto sarcásticamente.

-No, le va a durar todo el día, pero créame- lo amenazo- Va a sufrir mucho realmente.

Y Holmes siguió caminando con Watson, sin darle mucha importancia a lo que la joven le había dicho.

Después de haber caminado por varios minutos, llegaron a lo de Holmes.
Watson, decidió acompañarlo en la noche, por si aquel dolor se prolongaba y necesitaba ayuda medica.
Entre tanta charla. Paso exactamente una hora desde lo dicho por aquella joven.
Entonces, Watson hablo, como lo hacía de hace rato ya, ignorando ambos, el hecho de que haya pasado determinada cantidad de tiempo:

-Mary esta muy entusiasmada con el matrimonio, la noto…- Watson sonrió tiernamente- mucho más feliz.

Holmes sintió una punzada en el corazón al ver a SU doctor, sonreír tan dulcemente al contar lo que le sucedía a Mary.
Sintió celos, esos que siempre sentía al oírlo o verlo con Mary.
Tenía tantas ganas de decirle que no hable de ella, porque realmente le molestaba, lo fastidiaba, pero eso, no iba a pasar nunca. No señor, el siempre iba a mantener la cordura con respecto a sus sentimientos.

-No hables de ella-

Bien ¿En dónde quedo eso de la cordura?
Eso fue un arranque de celos, no pensado en salir.
Para nada.
Sin embargo salio.

-¿Qué?- le pregunto dudoso Watson- ¿Qué me acabaste de decir?-

-Que no me hables de ese intento de prometida que tienes-

Y se sorprendió de él mismo al hablar de esa forma de Mary.

- ¿Sabes una cosa? Te las arreglas solo- le dijo tomando sus cosas y yendo hacía la puerta- Yo me voy.

Holmes se levanto rápidamente y lo abrazo por la espalda a Watson, que tenía las llaves en las manos, las cuales se cayeron a causa de la sorpresa.

- ¿Qué haces?- le pregunto tímidamente- No pienses que esto...

- Me esta pasando algo- le susurro al oído- No sé que es, ayúdame-

- Holmes- en serio- ¿Estás enfermo?

- No lo sé, mi corazón va a mil por hora, te quiero donde sea, cuando sea y por sobretodo...no quiero que te vayas.

Watson deshizo el abrazo unos segundos, para poder darse la vuelta y abrazarlo fuertemente, rodeando con sus brazos el cuello de Holmes. Este le correspondió el gesto de cariño, abrazándolo por la cintura.
Se quedaron así varios minutos, hasta que Holmes dijo:

-Ese cuello que tienes-

John se sonrojo demasiado y se aparto despacio del detective.
Lo miro fijamente, para luego voltearse.

Holmes se sentó y comenzó a analizar la situación.
Algo iba mal. Demasiado mal diría. Y es que ¿Desde cuando decía tan liberalmente lo que sentía por Watson? Es decir ¿Se estaba volviendo loco o que? Sabía perfectamente que no podía decirle esas cosas, es decir, no podía dejar tan al descubierto sus sentimientos. Era como si estuviese buscando su propia muerte. Cavando su propio ataúd.
Aunque, a pesar de todo eso que era bastante malo, su voz interior se había callado. Y menos mal, porque lo que le faltaba era no solo no poder controlar las cosas que dice, sino que además su conciencia le ametrallara la cabeza una y otra vez con cosas de las que ya, él era muy conciente.
Pero, saco una deducción, esa voz se calla solo cuando esta con Watson.
Salio de esa nube de pensamientos que tenía y se encontró con el doctor, que lo miraba atentamente.
Lo miro de arriba abajo con, poco, disimulo.
Cosa, que llamo la atención de John:

-¿Tengo algo?- le pregunto mirándose la camisa, y estirándose un poco en donde se encontraba sentado.

-Sabes…- Holmes se quedo mirando exactamente al pecho cubierto por ropa de Watson- Así como estás… Me dan ganas de sacarte la camisa-

Subió la mirada rápido para poder observar al rostro de Watson, que lo miraba sorprendido y con las mejillas bastante rojas.
Sonrió ante eso, hasta que reacciono de lo que dijo y se tapo con la mano, como tratando de impedir que futuras palabras salieran de ahí adentro.
Watson, ya sin el sonrojo, lo miro con preocupación y le pregunto:

-¿Qué te sucede?-

-Mpambbhh bqub besbttboy benamnbbnannbobado be bi- le respondió Holmes, que se seguía tapando con la boca y tenía los ojos abiertos como si fueran dos huevos fritos.

-No te entendí absolutamente nada, Holmes- le dijo Watson- Saca la mano de la boca, y repíteme lo que me intentaste decir-

Holmes negó con la cabeza y coloco la otra mano arriba de la que ya estaba en sus labios.
Y con una mirada le dio a entender a Watson, que no iba a destaparse la boca por nada en el mundo.
El doctor suspiró y se acerco a Sherlock. Se agacho delante de él y puso las manos encima de las de Holmes, jalo de ellas. Así finalmente, pudo destapar la boca del detective.
Le soltó rápido las manos al otro y trato de evitar un poco el contacto visual.
Holmes, soltó aire de la boca. Pero aún así no parecía dispuesto a largar palabra alguna que pudiera ayudar a Watson a comprender mejor lo que le pasaba.

John frunció el entrecejo y le dijo:

-Parece que disfrutas del hacerme enojar- frunció el entrecejo, molesto.

-Es que cuando te enojas, te vez mucho más lindo-

Watson se volvió a sonrojar.
Y Holmes se volvió a tapar la boca.

Definitivamente, sería una noche muy larga.

Capitulo 1- El comienzo- FIN.

Continuara...