¿Os gusta la acción?, ¿la aventura?, ¿el suspense?, ¿la fantasía?, ¿las tramas imposibles?…. Si habéis respondido que SI a estas preguntas deciros que os habéis equivocado de fic, puesto que en este fic no vais a encontrar nada de eso. Este fic es romance, sorato, y más sorato y más romance, (una shojada increíble jaja)… hecho por una sorato fan, dirigido a sorato fans (y a cualquiera que desee leerlo claro, pero aviso desde ya que todo gira en torno a Sora, Yamato y su relación).

Es el primer fic que subo a capítulos, cosa que me trauma bastante porque aún no lo he terminado y no me gustaría dejarlo a medias, pero como va a tener 12 capítulos, uno por cada mes, me pareció divertido ir subiéndolos a cada mes, tengo la mitad del fic escrito y el resto pensado, de modo que muy mal se me tendría que dar para no cumplir los plazos jeje… además así me pongo fecha de finalización, que sino no lo iba a terminar nunca. Solo decir que cada capítulo me quedo largo (son como dos capítulos, o tres, pero bueno, es que si tengo que contar lo que pasa en un mes, un mes da mucho de si…) me emociono mucho con el sorato, no puedo evitarlo (no quiero evitarlo).

Se supone que es la continuación de mi fic Nochebuena digimon: la otra historia, aunque si no lo habéis leído no pasa nada, no influye demasiado a la historia. (leerlo, leerlo, leerlo, leerlo, leerlo, leerlo, leerlo…)


Digimon y los personajes de digimon no me pertenecen… y Sora y Yamato tampoco, aunque yo creo que por pelma me los podrían regalar ya ¿no?….

DOCE MESES

Enero, Ilusión

En medio de un gran revuelo, Enero y con el un nuevo año llegaron a Odaiba, todo hacia indicar que este año estaría plagado de cambios. Con la derrota de MalonMyotismon, los digimons dejaron de ser sólo fantasías de niños y muñecos que debían de ser escondidos de los adultos, el planeta entero fue entonces consciente de la existencia del mundo digital y de estos maravillosos seres y con ello el incremento de niños con un compañero digital fue inevitable.

Por eso, a simple vista este mes se presentaba como un mes bastante diferente para los digielegidos, pero los cambios no son malos y casi siempre vienen acompañados de un sentimiento muy especial, la ilusión. Esa misma ilusión seria la que sentirían Sora y Yamato puesto que ellos también habían decidido hacer un cambio en sus vidas y empezar a compartirla el uno con el otro.

La mañana siguiente de la derrota de MalonMyotismon, era el día de año nuevo, como es costumbre miles de personas iban al templo para pedir sus deseos al año que empezaba, entre ellas se encontraba la joven Sora Takenouchi, pero no iría sola, todos los digielegidos iban a ir juntos, pero antes de encontrarse con ellos la portadora del amor había quedado con otro digielegido muy especial para ella. Cuando se encontraron ninguno de los dos sabia como saludarse, esta relación era nueva para ambos y por eso a pesar de ser buenos amigos y conocerse desde hace tiempo, ninguno de los chicos podía evitar sonrojarse cuando sus vistas se cruzaban. Yamato al ver lo nerviosa que se mostraba Sora en su presencia decidió llevar la iniciativa.

-Hola Sora y feliz año.- dijo el chico con timidez mientras se acercaba a la joven.

-Gracias Yamato, feliz año a ti también.- contestó la chica con amabilidad.

-Sora estas… estas muy guapa.- dijo el rubio mirando de arriba abajo el kimono que lucía Takenouchi para esta ocasión especial.

Ese comentario hizo que Sora se ruborizase pero con un gran esfuerzo consiguió tartamudear un gracias, mientras Yamato no dejaba de contemplarla maravillado. Yamato, al darse cuenta de la vergüenza que su acompañante estaba pasando le propuso comenzaran el camino hacia el templo, donde les esperaban el resto de sus amigos.

-Sora… ¿Qué tal has dormido?, con todo lo que paso ayer….- empezó el chico mientras caminaban.

-Bien, muy bien y me alegro de que ya todo haya terminado, aunque me hubiese gustado que Piyomon hubiese venido conmigo.- contestó la joven con cierto tono de tristeza.

-Bueno, ya oíste lo que dijo Gennai es mejor que de momento se queden en el Digimundo, por lo menos hasta que recupere la normalidad, además la gente tardara mucho tiempo en acostumbrarse a los digimons por lo que aún no es tan fácil pasear con ellos por este mundo… pero alégrate, ahora podemos estar con ellos siempre que queramos.- decía Yamato intentando animar a la muchacha.

-¡Tienes razón Yamato!, aún tenemos mucho trabajo que hacer tanto en el digimundo como en nuestro mundo, pero ya nunca más nos vamos a tener que separar de ellos, es genial.- exclamó la portadora del amor con una sonrisa.

Yamato al ver sonreír a Sora se sintió de nuevo feliz y gustosamente le devolvió la sonrisa mientras con delicadeza rodeaba su cintura con el brazo, lo que hizo que la chica volviese a sonrojarse de nuevo. Los jóvenes siguieron caminando y en pocos minutos llegaron a su destino donde se encontraron con una parte del grupo, ya que aún faltaban por llegar los Yagami y Daisuke, tampoco estaba con ellos Iori, que se encontraba demasiado afectado por el fatal desenlace de Yuki Oikawa y había preferido ir con su familia, ni tampoco Mimi, que había regresado a New York. Tras saludar y felicitar el año a los que se encontraban presentes, los jóvenes empezaron a hablar de todo lo que había pasado la noche anterior.

-¡No puedo creer que todo haya terminado!, ¿creéis que ahora que el Digimundo es conocido seremos famosos?.- preguntó Miyako con emoción.

-Si quieres seguro que si, pero si quieres que tu vida no cambie y siga igual que hasta ahora, no cambiara.- contestó Yamato dirigiendo una tímida mirada hacia Sora.

-Yamato-san, no he entendido muy bien lo que has dicho.- habló de nuevo Miyako un poco confusa.

-Te recomiendo que hagas caso a mi hermano, que entiende de esto, como el ya es famoso.- comentaba Takeru con una divertida sonrisa.

-¡Yo no soy famoso!, solo canto en una banda juvenil, ¿crees que fuera de Odaiba alguien me reconocería?.- preguntó Yamato con cierto tono de enfado.

-¡¡Mirad!!, ¿no es ese el de los Teen-Age Wolves?.- gritó la voz de una chica.

-¡¡Si!!, es verdad es Yamato Ishida.- gritaba otra joven mientras se acercaban hacia Yamato entusiasmadas.

-Yamato-san, cantas muy bien, ¿puedes darme un autógrafo?

-Si y a mi otro, es genial que te hayamos encontrado, vamos a ser la envidia de todas las chicas de Nerima...

-Bueno Yamato, parece ser que ya has traspasado la barrera de Odaiba, de aquí a la portada de Rolling Stones hay solo un paso.- comentó Jyou haciendo que todos riesen.

Yamato, que lo último que quería el día de hoy era tener que tratar con locas fans, tuvo la tentación de mandarlas al diablo, pero no lo hizo y una vez más optó por poner esa sonrisa fingida que siempre reservaba para sus fans y muy amablemente accedió a firmarles esos autógrafos y hasta sacarse fotos con ellas. Sora contemplaba todo esto con una divertida sonrisa pero interiormente se sentía mal, ella era consciente de que Yamato siempre ha tenido gran popularidad con las chicas y sobre todo desde que formo su grupo, pero a veces desearía que no fuese así, desearía que ninguna otra chica se fijase en Ishida, que ella fuese la única que pudiese sacarse fotos con él y la única que pudiese escuchar su maravillosa voz, pero sabía de sobra que eso no era así y que probablemente nunca sería así, por lo que trataba de tomarse la situación con el mayor humor posible.

Tras esta pequeña interrupción por parte de estas chicas de Nerima, los amigos prosiguieron con sus propios asuntos y una vez más, Miyako fue la que más entusiasmada se mostró.

-Chicos, ¿Qué le vais a pedir al año nuevo?

Todos los jóvenes intentaron hacerse los despistados, puesto que es una pregunta que resulta bastante incomoda, ya que nunca es fácil expresar tus más ansiados deseos delante de los demás, aunque sean tus amigos.

-¡Venga chicos!, ¡no seáis tímidos!.- continuaba la portadora del digiegg del amor y la pureza.

-Miyako-chan, ¿no has oído nunca eso de que si lo dices en voz alta no se cumple?.- comentó Sora, que lo último que quería era tener que decir su deseo delante de todos sus amigos.

-¡Oh, vamos!, eso es una leyenda, empezare yo… eh mi deseo es…

-Que pueda repetir postre.- interrumpió una voz de chico, imitando a la de Miyako.

-¡Si!, eso es… y… ¡no!, yo….¡Daisuke!, ¿es que eres tonto?.- gritó la joven Inoue al goggle-boy, que acababa de llegar junto con los hermanos Yagami.

-¿Qué pasa?, ¿me vas a decir que ese no es tu deseo?… bueno igual tienes otro y no me he dado cuenta.- dijo con descaro el joven mientras dirigía la mirada a Ken.

-¡Maldita sea Daisuke!, ¡te voy a matar!.- gritaba la peli-lila mientras le subían los colores al rostro, por el contrario Ken permanecía callado ya que por lo visto aún no se había enterado muy bien de que iba el tema.

-Vale chicos, basta ya.- cortó con autoridad Yamato.- voy a decir cual es mi deseo.

Todos le miraron expectantes y extrañados, especialmente Sora, porque no era muy normal que Yamato hablase de si mismo delante de los demás. El corazón de la pelirroja cada vez latía más deprisa a la espera de cada palabra que pronunciase Yamato y si ella se encontraba en ese deseo.

-Mi deseo para este año es…… que ¡¡¡¡Taichi se compre un despertador y llega puntual a una cita alguna vez en su vida!!!.- gritó Yamato al oído del moreno.

Tras ese comentario la mayoría de los presentes no pudieron retener las carcajadas, hasta Sora, que al oír esto suspiro de alivio. Pero Taichi no lo veía de esa forma y pronto respondió a su compañero.

-Muy bien Yamato, pero yo también tengo un deseo para este año y es que mi querido amigo Yamato, que esta aquí presente y que como todos sabréis tiene un grupo de música….. ¡¡¡Que aprenda a cantar!!!.- gritó también el moreno al oído de su rubio amigo.

-Ja, ja, que gracioso Taichi… pues tu deberías …. ¡¡¡aprender a jugar al futbol!!!.- volvió a gritar Yamato, cuyo orgullo había sido herido.

A consecuencia de estos gritos, todo los presentes comenzaron a murmurar entre si, puesto que se veía como inevitable una discusión de los dos amigos, que como siempre empezaba con una tontería.

-Deberíamos pararlos, ¿no creéis?.- preguntó Hikari, mientras veía como el ambiente cada vez se iba haciendo más tenso.

-¿Tu te atreves a meterte entre estos dos?, porque yo no.- dijo Koushiro, que también era consciente de que hacía rato que la discusión había dejado de ser una broma.

Y así es, como pronostico Koushiro, los dos amigos empezaron a discutir ante la desesperante mirada de todos los demás y la sorpresa de Ken, que nunca había estado presente en un enfrentamiento Yagami-Ishida.

-¡¡Que dejéis de discutir ya!!.- gritó un poderosa voz que hizo que los dos chicos se detuviesen de inmediato al ver que procedía de Sora Takenouchi.- bueno, parece ser que Miyako tenía razón, aunque lo digas en voz alta tu deseo se cumple.- comentaba una ya más calmada Sora, haciendo que tanto Yamato como Taichi riesen a carcajadas.

Después de este pequeño momento de lucha verbal entre los portadores del valor y la amistad, los chicos, más relajados tras la intervención una vez más de Sora, se dispusieron a ir al templo y ahí pedir sus deseos, pero esta vez en la más absoluta intimidad.

Tras los tradicionales rituales de año nuevo, Daisuke decidió mostrar cual era su más profundo deseo en ese momento.

-¡Tengo hambre!.- dijo el chico mientras se sujetaba el estómago.

-¿Que raro?, el pelma de Daisuke siempre dando la nota.- le respondió Miyako que aún seguía molesta con su amigo.

-La verdad es que yo también estoy un poco hambriento.- dijo Ken con timidez.

-¡Pues vamos a comer chicos!.- gritó Miyako con gran entusiasmo mientras se acercaba a Ken.

-¿Y él no es un pelma?.- preguntó Daisuke con enojo ante este trato discriminatorio, pero Miyako ya no le prestaba ninguna atención, estaba ocupada charlando amigablemente con el joven Ichijouji.

-Venga chaval, no te enfades que vamos a comer, además Yamato ha dicho que nos invitaba.- anunció Taichi mientras pegaba una palmada en la espalda a Daisuke y miraba de reojo a Ishida.

-¿Cómo que invito yo?, ¿de donde te has sacado eso?.- habló el joven rubio molesto.

-Yo invito.- apresuró a decir Takenouchi, para evitar una nueva pelea absurda de sus dos mejores amigos.

-¿Qué?, ¡Ni hablar!, no voy a permitir que invites tu.- dijo Yamato con seriedad.- … que invite Jyou.

-¿Eh?.- preguntó Jyou, que había oído su nombre, pero no sabía muy bien de que hablaban.

-Estoy de acuerdo con Yamato.- contestó rápidamente Takenouchi, ya que su cartera no habría aguantado invitar a comer a diez personas, entre las que están Taichi y Daisuke que contaban como otras diez.

-Si, esta bien.- afirmó Taichi.

-Yo con tal de que me inviten estoy de acuerdo.- comentaba Daisuke.

-Si, tienen razón, eres el mayor, es buena idea que invites tu.- dijo Koushiro al joven Kido.

-A mi sabes que no me gusta llevar la contraria a mi hermano, por lo que estoy de acuerdo con ellos.- se apuntó también Takeru con una sonrisa.

-¡Un momento chicos!, pero…. Hikari-chan, haz que entren en razón, por favor.- suplicaba un desesperado Jyou.

-Lo siento Jyou-senpai, pero es que yo dependo de una paga muy pequeña y de un hermano muy tragón.- explicó la joven Hikari, dejando a Kido en la más absoluta desolación.

Una vez que la comida de año nuevo de los digielegidos hubiese finalizado, los chicos regresaron de nuevo a sus hogares y Yamato se ofreció a acompañar a Sora a su casa dando un dulce paseo, permanecieron callados durante todo el rato y lo poco que hablaron no fueron mas que asuntos triviales y sin importancia, pero no les importaba, disfrutaban de la compañía del otro y eso al fin y al cabo era la única finalidad del paseo. En seguida llegaron a su destino, y los chicos tuvieron que despedirse.

-Bueno, Sora… ya hemos llegado…

-Si, gracias por acompañarme… adiós.- dijo la chica mientras abría la puerta con rapidez.

-¡Espera!.- se apresuró a decir Yamato tomando la mano de la pelirroja, acción que hizo que el rubor llegase a las mejillas de la joven.- ahí una cosa que no hemos hecho este año y me apetece mucho hacerla.

Yamato acercó su rostro al de su amada, dispuesto a probar esos adictivos labios por primera vez en este año, pero un grito desde dentro de la vivienda hizo que se retirase de inmediato y que Sora se soltase de su mano.

-¡Sora!… ¡Oh, hola!.- saludó amablemente la Sr. Takenouchi al salir y ver a Yamato, este le respondió educadamente y Sora comenzó a ponerse muy nerviosa.

-¡Mama!, ya entro… es que Yamato me ha acompañado a casa, pero ya se va.- dijo la joven con cierto nerviosismo.

-Puedes despedirte de tu amigo, pero no tardes en entrar que ha venido tu abuela y esta deseando verte.

Tras la interrupción, la madre de Sora se adentró de nuevo en su vivienda dejando a los chicos nuevamente solos.

-Yamato, tengo que entrar ya, nos vemos.

Es lo que dijo Sora mientras se apresuraba a entrar en el interior de su hogar, y dejando a su acompañante prácticamente con la palabra en la boca. El rubio, extrañado por la actitud de esta, opto por volver también a su hogar y tras disfrutar de un relajante baño en el que le dio tiempo a pensar en todo lo sucedido, decidió llamar de nuevo a la pelirroja.

-¿Sora?, soy yo, ¿Qué tal estas?.- saludó el joven educadamente.

-¡Ah!, hola Yamato, que sorpresa.- respondió Sora con nerviosismo.

Pero a Yamato no se le escapaba ningún detalle en cuanto a Sora se refiere, y no tardó en notar su nerviosismo y mostrarle su preocupación.

-Sora, ¿te encuentras bien?, te noto nerviosa.

-Yo no, estoy bien… solo que… bueno es por lo de antes, lo de la puerta de mi casa…

-Es… porque intente besarte, ¿te sentó mal?…- preguntó el joven con tristeza.

-¡No!, no es eso, bueno y si… es que, me sentí un poco incomoda y mi madre casi nos ve… - proseguía la muchacha con cierta preocupación.

-Entiendo… lo siento no quería ponerte en esa situación

-No te preocupes, todo esta bien.- tranquilizó la chica con dulzura al escuchar el triste tono de voz de la persona que ama.-… pero es que por el momento prefiero que mis padres no sepan nada, vamos que crean que tu sigues siendo simplemente un amigo.

-Como quieras….- asintió Yamato, aunque interiormente no podía evitar estar triste por este comportamiento de la chica de la que esta enamorado.

Fueron transcurriendo los días, Sora y Yamato no tenían muchas oportunidades de verse pero hablaban por teléfono todos los días, hasta que dieron comienzo a las clases y ahí pudieron empezar a coincidir. Fue en el instituto donde Yamato le propuso a Sora su primera cita, ya que aunque habían estado medio saliendo desde Navidad, a causa de sus compromisos y todos los sucesos en el Digimundo, los chicos aún no habían tenido una cita de verdad.

Cuando llegó el día de la cita, Sora estaba extremadamente nerviosa, tanto que se vistió como unas siete veces ya que nada le convencía… "estos pantalones no me quedan bien con el jersey", "ahora es el jersey el que no me queda bien con la falda…." pensaba la chica completamente apurada al ver como se acercaba la hora de partida y no se sentía cómoda con ninguna de sus prendas. Finalmente se decidió, sin ningún convencimiento, por una minifalda azul cielo y un jersey amarillo de cuello alto, y su abrigo azul el mismo que llevaba cuando se declaro a Yamato, al fin y al cabo, Ishida siempre le decía lo mucho que le gustaba su naturalidad, por lo que prefirió no darle más vueltas al asunto, bastante tenía con el nudo en el estómago, los sudores fríos y las ganas de vomitar que le provocaban los nervios del inminente encuentro, aunque a pesar de todos estos nervios y miedos el sentimiento que dominaba dentro de ella era el de la ilusión, ilusión por ver que le depararía su primera cita con Yamato.

Habían quedado en el centro comercial, iban a ir al cine, un lugar perfecto para una primera cita, Sora pensando que ya llegaba tarde no dudo prácticamente en ir corriendo ya que lo último que deseaba era hacer esperar a su chico en el día de hoy, pero la sorpresa se la llevo cuando llego y aún no había nadie esperándola. La portadora del amor intentó tranquilizarse, ya que solo pasaban poco más de cinco minutos de la hora que habían quedado, no era necesario ponerse alarmista, por lo que pacientemente tomo asiento en un banco y espero, y espero….

-Ha pasado mas de media hora y este no llega.- hablaba para si misma mientras ojeaba el reloj.

La joven intentaba mantener la calma, mientras no paraba de mirar a cada minuto su móvil y se preguntaba porque Yamato no llegaba y puesto que si llegaba tarde lo normal habría sido que llamase a su celular para advertirla y tal llamada no se había producido, un sentimiento empezó a desbancar su ilusión, y no era otro que el sentimiento de abandono. Yamato le había dado plantón en su primera cita, este fue el pensamiento que invadió su mente, y a causa de ello, las lagrimas no tardaron en empezar a resbalar por sus mejillas. En el momento en que fue consciente de la situación, Sora decidió que no quería permanecer más en ese lugar, sus piernas se pusieron en marcha lejos de ahí, pero en ese mismo instante una acelerada respiración detrás suya hizo que se detuviera por completo.

-Lo siento… siento llegar tarde.- dijo de forma acelerada el joven que acababa de llegar.

Pero la joven Takenouchi ni se inmutó ante esta aparición y continuó dándole la espalda, puesto que no deseaba que Yamato supiese que había estado llorando por él, el rubio no se daba cuenta de ese detalle, y no dudó en acercarse a ella y buscarle la cara, pero esta se las apañó para seguir dándole la espalda.

-Sora… lo siento mucho, no fue culpa mía de verdad… el ensayo y… por favor no te enfades….

-Podrías haberme llamado.- dijo secamente aún sin volverse.

-¡Lo hice!, te envíe un mensaje al D-terminal, ¿no lo has recibido?.- preguntó el compañero de Gabumon que ya había desistido el intentar ponerse delante de ella, para poder verle el rostro.

-Lo tengo en casa… no pensé que me haría falta.

Por la sequedad y la cierta ironía de las palabras de la pelirroja, el portador de la amistad entendió perfectamente que estaba enfadada, pero eso no seria un inconveniente para él e intentó por todo los medios que la joven le perdonase, pero esta ya no estaba dispuesta a escuchar una palabra más del rubio y no dudo en dejar por zanjado el tema.

-Ya se me ha quitado las ganas de ir al cine, me voy a casa.

Conforme pronunciaba estas palabras, se alejaba del lugar, pero no pudo ir muy lejos porque enseguida Yamato la retuvo del brazo.

-¡Suéltame!.- ordenaba la joven intentando liberarse de su amigo.

-No espera, ¡escúchame, por favor!.- dijo el rubio mientras volvía a la chica, haciendo que por primera vez quedasen el uno en frente del otro y entonces es cuando Yamato, al ver los ojos humedecidos de Sora, fue consciente de que había estado llorando, e interiormente se maldijo por ser el responsable de ello.

-¡Suéltame, Yamato!, ¡quiero irme a casa!…- gritó Takenouchi al mismo tiempo en que nuevas lagrimas comenzaban a brotar de sus ojos.

Pero Yamato no estaba dispuesto a ceder y finalmente consiguió que Sora quedase delante suya mientras le retenía fuertemente de las manos e intentando mirar los rubíes que Sora tiene por ojos, cosa imposible ya que ella no despegaba la vista del suelo, preguntó con una ternura infinita.

-Sora, lo siento… ¿Qué puedo hacer para compensarte?

Aún sin despegar la mirada del suelo, la joven con tristeza por pensar que un simple ensayo es más prioritario para Yamato que una cita con ella, susurró:

-¿Podrías decirme porque has llegado tarde?, ¿ha sido por el ensayo?, ¿tan importante es?

-¡No!… es por Akira, rompió una cuerda de la guitarra y no sabe cambiarla y me pidió a mi que se la cambiase… y luego insistió en que tocásemos algún tema para ver si estaba bien puesta… y cuando al fin salí de ahí era muy tarde… y vengo corriendo pero…

Pero al escuchar esta particular historia, Sora, sintiendo que Yamato le tomaba el pelo, se apresuró a interrumpir y levantando la mirada por primera vez en la cita preguntó incrédula.

-¿Me estas diciendo que el guitarrista de tu grupo no sabe cambiar una cuerda?… Yamato, esta es la peor excusa de la historia.

-¡Es verdad!, tienes que creerme, llama a Akira si quieres.- se excusó el joven desesperado mientras sacaba su teléfono y se lo ofrecía a la pelirroja.

Y al ver el convencimiento del rubio, Sora comenzó a creerse esta original excusa y no pudo evitar reírse de forma descontrolada ante la estupefacta mirada de Yamato.

-¿Me estas diciendo que el guitarrista de tu grupo no sabe cambiar una cuerda?.- volvió a preguntar Takenouchi pero esta vez entre carcajadas.- con razón sonabais tan mal.

En estos momentos, Yamato estaba realmente confuso, no sabia muy bien lo que estaba pasando y porque Sora había cambiado de repente de actitud, pero al verla tan feliz, en seguida se contagió de las risas de su acompañante, y con una mezcla de expectación y temor preguntó:

-Sora… entonces ¿todo bien?.

No recibió ninguna respuesta por parte de Takenouchi que continuaba con su descontrolado ataque de risa. Finalmente la joven consiguió calmarse y con una fingida seriedad contesto al estupefacto Yamato.

-No, todo no esta bien.

Este, le miró con temor porque aún no sabía muy bien si su chica le había perdonado o seguía enfadada, pero antes de que pudiese reaccionar, Sora continuó hablando.

-Tu antes has dicho que me compensarías….

-Si, claro… ¿Qué quieres que haga?

-¡Yo elijo la película!.- se apresuró a decir Takenouchi.

Y sonriendo de alegría, Yamato accedió a esta simple petición.

-Por supuesto.

Sora sonrío también, pero al contrario que la sonrisa de Yamato, la suya era maliciosa, su chico había cedido muy rápidamente, pero lo que este no sabía es que su particular venganza la haría con la película que había decidido ver, que era recomendación de Mimi. Los dos jóvenes al fin pudieron pasear juntos en dirección a las taquillas, hasta que Yamato recordó algo de lo que Sora había dicho en su mini ataque de risa y no tardó en hacérselo saber.

-Sora…. ¿Qué ha sido eso que has dicho de que mi grupo suena mal?

-¿Eh?… yo… no…¡hemos llegado!.- se apresuró a decir la joven al mismo tiempo que se abalanzaba a las taquillas y sin perder más tiempo, comenzó a hablar con la taquillera, en un claro intento de no tener que responder a la comprometedora pregunta de su chico.

Al llegar a las taquillas, Yamato le preguntó amablemente sobre su elección cinematográfica, mientras su mente estaba inmersa en un frustrado pensamiento, el cual era "¿en serio sonamos tan mal?".

-Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano.- dijo la chica con una sonrisa, mientras miraba a su acompañante y contemplaba divertida la cara de desesperación que se le había puesto a este.

-¿Esa?, pero si tiene pintas de ser un rollo.- dijo el chico, que lo último que quería ver era un dramón de los que no puedes evitar sacar el pañuelo.

Pero Sora le recordó la compensación que le había prometido Yamato y cruzándose de brazos, repitió sus mismas palabras.

-Dijiste que yo elegía la película, pues bien ya he elegido.

-Pero… ¡mira!, ¿no prefieres ver Kill Bill?, me han dicho que hay una escena impresionante cuando Uma se carga a una banda entera de yakuza…- hablaba el joven emocionado mientras contemplaba el cartel de la película en la que Uma Thurman salía con ese mono amarillo un tanto ajustado, acción que no pasó desapercibida para su chica.

-¿Uma?…..menudas confianzas tienes.- preguntó la chica con cierto tono celoso.

-¿Eh?.- dijo Ishida tratando de hacerse el despistado.

-Dijiste que yo elegía y no quiero ver una sangrienta batalla de yakuza, vemos En la mañana llena de tempestad en el corazón del verano.- repitió Takenouchi con convencimiento.

A Yamato no le quedó más remedio que ceder, ya que su peor pesadilla sería volver a enfadar a Sora y aunque sabía perfectamente que la chica solamente había elegido esa película para torturarle por su tardanza, el joven sacó la cartera sonriente.

-Dos para Es la mañana llena de tempestad en el corazón del invierno… digo verano.- pidió Ishida a la taquillera mientras le entregaba un billete.

-No quedan entradas para Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano.- contesto la taquillera secamente.

-¡Genial!… digo no, quiero decir que ahora podemos ver a Uma... digo Kill Bill.- empezó Yamato completamente nervioso ante la inquisidora mirada de Sora, que no estaba dispuesta a que se saliese con la suya, pero Yamato adivinando las intenciones de la pelirroja rápidamente hizo el pedido a la taquillera.

-¡Dos para Kill Bill!

-Yamato, yo no quiero ver eso.- dijo estupefacta por el atrevimiento del chico.

-No te preocupes joven, no hay entradas para Kill Bill.- contestó la taquillera secamente.

A lo que Sora no tardó en responder con malicia.

-¡Bien!

En cambio Yamato, no pudo reprimir su enfado con la seca taquillera, y los gritos se hicieron dueños del lugar.

-¡¡Y llevamos aquí diez minutos discutiendo sobre cual vemos…!! ¡¿nos podrías haber dicho desde el principio que no había entradas y nos ahorramos este paripé?!

Por lo visto, los gritos desquiciados no hicieron que la taquillera se alterase en absoluto y con una arrogante sonrisa se explicó.

-Habérmelo preguntado.

-Maldita…. ¡amargada!.- gritaba el rubio, que ya había perdido la paciencia, ante la atónita mirada de Sora que enseguida intentó hacer que se tranquilizase y entrase en razón.

Tras amenazas por parte de la pelirroja, Yamato una vez que se hubo calmado un poco, accedió a disculparse con la taquillera y pudieron continuar eligiendo la película que iban a presenciar en su primera cita.

-Y que tal…. ¿Otra terapia peligrosa?.- propuso la portadora del amor mirando los títulos de la cartelera.

-Bien.- accedió Yamato, que le parecería bien cualquier cosa con tal de no tener que permanecer por un minuto mas en esa dichosa taquilla.- ¡Dos para Otra terapia peligrosa!

-No hay entradas para Otra terapia peligrosa.- dijo la taquillera mientras observaba a Yamato con una sonrisa maligna, acción que no pasó desapercibida para el rubio, haciendo que le hierba la sangre.

-¿Y… El último samurai?.- preguntó la joven con desconfianza.

Yamato asintió de nuevo entre dientes, y una vez más hizo el pedido a su particular enemiga.

-Bien…. ¡Dos para El último samurai!

Y en un tono en el que se percibía gozo extremo, la taquillera contestó:

-No hay entradas para El último samurai.

-¿Y para The ring?.- preguntó una vez más Sora temerosa porque ya creía conocer la respuesta.

-No, ha-y, en-tra-das, pa-ra, The, ring.- contestaba la taquillera vocalizando al máximo cada sílaba, para provocar más si puede la ira del rubio.

-Y… para…

Pero Takenouchi no pudo hacer su nuevo pedido puesto que fue cortada bruscamente por un grito de furia de Yamato.

-¡Para lo que sea!, ¡nos da igual!, ¡cualquier cosa será mejor que aguantarla un minuto más!.- gritó el rubio con ira, mientras golpeaba el cristal de la taquilla.

Y como un nazi miraría a un judío en un campo de concentración, la taquillera les estregó las entradas que creyó convenientes.

-Bien, tomen que lo disfruten.

Yamato recogió las dichosas entradas violentamente y sin ni siquiera mirarlas se apresuró a entrar a la zona de las salas, seguido por Sora que estaba un poco confusa y temerosa por el enfado que llevaba su chico.

Tras pedir un gran saco de palomitas y un par de refrescos, que por supuesto pago Yamato, los jóvenes entraron en la sala, Yamato parecía que ya se había calmado de su particular lucha con la taquillera, y es que el joven se había propuesto que a partir de ahora la cita transcurriría de una manera idílica. Cuando tomaron asiento se dieron cuenta de que la película que iban a contemplar no era demasiado popular ya que en la sala solo se encontraban otras tres personas más y contando que dos de ellas eran una pareja que parecía que sus intereses estaban a años luz de la película, los chicos se hallaban prácticamente solos.

-No parece que esta película tenga mucho éxito.- comentaba Takenouchi mientras tomaba asiento.- ¿Cómo se titula?

-A ver… viene aquí en las entradas…. eh… es palito para arrriba, asterisco… ¡no!…. Mmm… ¿sabes árabe?.- preguntó el muchacho confuso al sentirse incapaz de leer el titulo.

-¡Se lee, Agnesif gatfag nameghino!.- gritó de repente un joven, con unas enormes gafas de culo de vaso, raya a un lado engominada y pintas terribles de "empollón" mientras asomaba la cabeza por detrás de los asientos.

Aún sorprendida por esta inesperada aparición, la portadora del amor contestó amablemente, pero lo que no sabía es que este chico estaba deseoso de compartir opinión sobre la película con alguien, y con ciertas sospechas pregunto:

-¿Pero vosotros vendréis a ver la película, no?, no como esos dos que están ahí.- señalando a la pareja que estaba en el rincón comiéndose a besos.

Al ver a la pareja, Sora no pudo evitar sonrojarse, al pensar que ella también podría hacer eso con Yamato, pero rápidamente se apresuró a desmentirlo.

-Si claro, venimos a ver la película.

-¡Genial!, es una historia fascinante de un reconocido director afgano, trata sobre la existencialidad de la seres y el universo a través de las rocas con una visión mística y…

-¡Creo que empieza!.- interrumpió el rubio, que no estaba dispuesto a escuchar una palabra más.

-Y lo mejor es que esta en versión original… pero no es preocupéis si no sabéis afgano… que esta subtitulado en árabe shami…- continuaba el joven.

-¡Gracias por la información Milhouse!, pero hemos venido a ver la peli, no a escucharte a ti.- volvió a interrumpir Yamato que estaba al borde de perder la paciencia de nuevo.

-Lo siento es que el cine afgano me emociona enormemente….- dijo "Milhouse", que demostrando que no conoce a Yamato enfadado, volvió a preguntar entusiasmado.- ¿Queréis que cuando finalice el visionado cinematográfico hagamos un coloquio?.

-Si, ya si eso después, ahora mejor veámosla.- se apresuró a contestar la pelirroja, que veía como la cara de Yamato cambiaba por momentos debido a la furia que estaba reteniendo.

Con el comienzo de las primeras imágenes, los chicos se tranquilizaron, "Milhouse" empezó a tomar apuntes y Sora y Yamato pudieron por fin disfrutar de algo de tranquilidad.

Sora estaba de los nervios, aunque nada de su cita trascurría como lo había planeado, seguía siendo su primera cita con Yamato y por ello se sentía tremendamente nerviosa. Estaba a la expectativa de cada movimiento que hiciese el chico, porque prácticamente estaban solos en el cine y como aunque prestasen atención a la película, no la iban a entender, se imaginaba que seria si ahora Yamato empezase a besarle, como la otra pareja que había presente, pero nada de eso ocurría, el músico en ningún momento hizo amago de querer tener contacto físico con ella, el único momento en el que sentía su piel era con los continuos roces de manos que tenían en el cubo de las palomitas. Cada vez que sentía su mano, Sora pensaba que le iba a estallar el corazón, y el pensamiento de que lo hiciese adrede recorría su mente, deseaba que lo hiciese adrede, hasta que en un roce, el chico le tomo la mano con fuerza.

Al sentir como Yamato agarraba su mano, la compañera de Piyomon empezó a ponerse más nerviosa aún y poco a poco logró girar la cabeza hacia el lado de Yamato, encontrándose así con los profundos zafiros de este, que le miraban fijamente. Sin dejar de mirarla, Yamato fue acercando su rostro al de ella, esta ya sentía su respiración, en ese momento, pensó que le besaría, desde Navidad, aún no se habían besado y pensó que este era el momento por lo que cerrando los ojos se preparo para recibir ese ansiado beso, pero no lo recibió. Al abrir los ojos observó que Yamato había llevado los labios a su oreja y que le susurraba:

-Tengo que ir al baño… ¿quieres que te compre algo más de comer?

Incrédula ante semejante pregunta e intentando disimular el enrojecimiento de sus mejillas, la muchacha, contestó como pudo.

-¿Eh?… eh… no …con las palomitas ya tengo suficiente.

-Vale, ¡ahora vuelvo!.- dijo el joven con alegría al mismo tiempo en que se levantaba y se iba dejando a su acompañante completamente desconcertada.

A la vuelta de Yamato, la cita continuo de forma similar, definitivamente Sora y Yamato no iban a acabar como esa otra pareja con la que compartían sala, pero como la película era bastante larga tampoco había que descartar posibilidades. Sora se encontraba contando las veces que salía la roca nº 1 en la película, hasta que de repente sintió que algo se apoyaba en su hombro, noto calor y percibió una respiración que venia del lado donde estaba Yamato, por lo que su corazón comenzó a acelerarse de nuevo, lentamente giro la cabeza hacia su derecha esperando encontrarse otra vez con esos profundos zafiros que Yamato tiene por ojos, pero no los encontró, ya que los ojos del rubio estaban completamente cerrados, su boca en cambio permanecía bien abierta mientras un hilillo de baba colgaba de ella, que poco a poco iba empapando el brazo de la chica, ¡Yamato se había quedado profundamente dormido!

Y una vez más, la comprensiva muchacha empezó a desesperarse de nuevo, no sabia si despertarle o ponerle el cuenco de las palomitas debajo de la boca para que no le empapara con su baba, finalmente con la mayor suavidad posible, le cerró la boca, pero el joven, al sentir el contacto de los dedos de Sora pasando por sus labios, cambio de posición haciéndose un ovillo hacia el otro lado, sin que se hubiese despertado lo más mínimo.

Contemplando esta escena, Sora fue consciente de que esa tarde iba a ser extremadamente larga, por lo que tras tapar a su acompañante con la chaqueta, dirigió de nuevo la mirada a la gran pantalla de cine, mientras sus manos ya estaban sumergidas en el enorme cuenco de palomitas.

Finalmente la tortura visual a la que les había sometido la "encantadora" taquillera, finalizo y cuando se encendieron las luces de la sala, la tenista se dispuso a despertar a su dormido amigo, pero cuando iba a hacerlo, el cuerpo no le respondió, se quedo completamente paralizada, observándolo, estudiando cada rasgo de su rostro, aún dormido se seguía viendo realmente bello, y como por instinto acercó su rostro al de él, dispuesta a probar los labios del dormido rubio, puesto que si estuviese despierto nunca se atrevería a hacer semejante acción. Y en el momento en que sus labios rozaban los de Yamato, unos escandalosos aplausos y vítores hizo que se detuviese en el acto.

-¡¡¡Bravo, magnífico!!!, ¡¡¡que maravilla de película!!!, ¡¡¡que mensaje!!.- gritaba sin poder controlar las lagrimas el particular "Milhouse", lo que hizo que Yamato despertase de golpe encontrándose con la cara de Sora a menos de 1 cm de él.

-Ya… ¿ya ha acabado?, que entretenida.- dijo somnoliento el rubio intentando desviar la vista del rostro de la chica, que se estaba poniendo más colorado por momentos.

Esta, tratando de disimular cuales eran sus intenciones, recogió el abrigo con rapidez y se dirigió a la salida tan deprisa como pudo, mientras trataba de contestar lo mejor que podía a su amigo.

-Si… parece… que… ¿nos vamos?

La atlética joven evitaba mirar a Yamato a la cara, estaba completamente avergonzada, él tampoco decía nada, aún estaba bastante somnoliento y no sabía muy bien lo que había sucedido, la pareja caminaba en dirección a la salida hasta que de nuevo fueron interceptados por el chico de la fila de atrás.

-¡Eh!, ¿A dónde vais compañeros?, ahora tenemos que comentar la película.

Para Yamato ese comentario fue la gota que colmo el vaso e hizo que, como es natural, perdiese por completo los nervios y girándose hacia el muchacho empezó a gritar como un histérico.

-¡A ver pesado!, ¿quieres dejarnos en paz?, ya hemos perdido 3 horas de nuestra vida con esta basura….

-En realidad duraba casi 6.…- se atrevió interrumpir "Milhouse".

-¡Pues 6!, ¡me da igual!, el caso es que no vamos a perder ni un minuto mas comentando esto, así que ¡¡vete a la mierda "Milhouse"!!.- gritó el rubio alejándose y dejando al chico atemorizado y a Sora aún más, puesto que ella debía continuar su cita con él.

Volviéndose a la pelirroja, el aterrado muchacho se atrevió a preguntar.

-Se… se….señorita… usted… pa….pa… parece mas equilibrada mental… que ….que su compañero… ¿podría decirme por que me llama "Milhouse"?

Y mientras Sora caminaba en busca de Yamato, la única respuesta que le dio fue.

-Bonitas gafas.

-Gra… gra… gracias… ¿pero por que me llama "Milhouse"?

Viendo la película, ya se les paso toda la tarde, por lo que en vez de continuar la cita decidieron volver casa, para decepción de Sora, y también de Yamato, ya que ambos habían puesto mucha ilusión en esta desastrosa cita. Fueron todo el camino prácticamente sin hablarse, Yamato parecía que aún seguía enfadado y lo último que Sora deseaba era provocarle más, hasta que de repente el rubio rodeó a Sora con el brazo y dulcemente le susurro:

-Lo siento…

Al escucharle, la tenista fue consciente de que el enfado de Yamato se había diluido por completo, por lo que girándose hacia el le dijo con una sonrisa.

-Tranquilo, la película no estaba tan mal… de hecho hubo un momento con la roca nº 3 en el que casi se me saltan las lagrimas, creo que este año le nominaran al oscar… que pena que te lo perdieses porque estabas dormido.

Yamato sonrío, una vez más la pelirroja había conseguido que cambiase su expresión seria por una sonrisa y sintiéndose afortunado por eso le miró con ternura.

-Sora…. va en serio, siento haber estado tan borde y tan irritable, es que yo… bueno estaba… un poco nervioso.

-¿Nervioso?, ¿y por que?.- preguntó Sora haciendo como si ella no hubiese estado toda la cita de los nervios.

-Bueno, es que no se si te has dado cuenta, pero esta ha sido nuestra primera cita.- comentó el joven sonrojándose.

Y haciendo como si se acabase de dar cuenta ahora de esa información, Sora asintió con una sonrisa, se sintió bien al ver que ella no había sido la única histérica en esta cita, sino que para Yamato también había sido de gran importancia.

En seguida llegaron al edificio donde residía la chica, y una vez más sus caminos se separaron ahí.

-Oye Yamato, que te parece si hacemos como si esta cita no hubiese pasado y quedamos otro día para una primera cita de verdad.- propuso la joven con entusiasmo.

Apoyando las manos en la cintura de ella, Yamato la miro con una traviesa sonrisa y le dijo:

-¿Es necesario?, yo creo que tampoco ha sido tan mala cita.

-Yamato, ha sido bastante desastrosa….- dijo la chica intentando sonar amable, mientras dejaba que Yamato la acercase más a él.

-¿Qué ha sido tan malo?.- preguntó el joven mientras llevaba una de sus manos al rostro de su amada y le recogía un mechón rebelde tras la oreja.-… que llegase más de media hora tarde, que me pusiese como el increíble Hulk con esa taquillera, que me durmiese en la peli, por no hablar del esfuerzo que tuve que hacer para contenerme y no romperle la cara a ese "Milhouse" del cine…

Enumerando las particulares maravillas que habían sucedido en su cita, Ishida aprovechaba la ocasión para acercar su rostro más al de joven que envolvía entre sus brazos, ante el total enrojecimiento de esta, que con una nerviosa sonrisa decidió seguirle el juego a su compañero.

-Visto de esa forma… supongo que ha sido una nueva experiencia, además hasta hemos aprendido algo de árabe…

-Vale, ha sido horrible…..- interrumpió Yamato echando la cabeza hacia atrás.-… pero creo que se como podemos mejorarla.

Y mientras pronunciaba estas palabras, Yamato ya había acercado sus labios a los de la joven, y en el momento que cerro los ojos, Sora sintió como unos calidos labios se posaban en los suyos, por primera vez en este año volvió a sentir todo el calor de Yamato, volvió a sentir esa ternura característica de sus besos, que permanece por mucho que el beso gane pasión, cosa que no tardo en suceder. La pelirroja poso sus manos en el rostro del joven acariciándolo con dulzura, lo que hizo que Yamato intensificara, más si puede, el ansiado beso, mientras sus brazos la envolvían por completo, pero inevitablemente el intercambio de fluidos finalizó, y ambos enamorados tuvieron que separarse.

-Si… ha… mejorado bastante.- dijo Sora con la respiración entrecortada tanto por la falta de aire como por el sofocante calor que en un minuto se había adueñado de ella, y la respuesta de Yamato no se hizo esperar, en forma de un nuevo y delicioso beso.

A medida que los días fueron pasando, Yamato y Sora se encontraban cada vez más a gusto con su relación, de tal forma que el joven pensó en compensarle al fin de la desastrosa película que tuvieron que contemplar en su primera cita. Estaba completamente ilusionado, y decidió darle la sorpresa a Sora en su practica de tenis.

-¡Hola!.- dijo el joven asomándose por detrás de la chica.

-¡Yamato!, que susto me has dado… ¿Qué haces aquí?

-He venido a verte… y… a ¡darte esto!

El bajista de los Teen-age wolves sacó del bolsillo dos entradas de cine y se las colocó a Sora en la cara.

-Entradas… para… Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano.- leyó la chica sorprendida.

-¡Si!, son para este sábado… aunque no son para el cine del centro comercial, la taquillera ha puesto un cartel de "no vender entradas a este chico" con mi foto, así que tendremos que ir a un cine un poco más alejado, aunque si tomamos el metro y hacemos un par de transbordos, solo se queda en 2 horas de viaje… ¡no es genial!.- dijo el rubio entusiasmado.

-Si… claro, es fantástico.- respondió sin ningún convencimiento y con una fingida sonrisa, que no pasó desapercibida para Yamato.

-¿Qué pasa?, si quieres puedo convencer a mi padre para que nos lleve en su furgoneta.

Cada vez más apurada por ver el entusiasmo de su compañero, la portadora del amor decidió ser sincera con él.

-No, si no es eso… es que yo… ya la he visto.

-¿Cuándo?.- preguntó él extrañado.

-Fui este martes…- contestó la joven bajando la mirada.

Lo que hizo que Yamato se extrañase aún mas y le volviese a preguntar.

-¿Sola?

La muchacha apurada comenzó a tartamudear mientras su mirada continuaba fija en el suelo.

-No… con… con… con Taichi.

-¿Con Taichi?

Levantando la vista para poder visualizar la expresión de Yamato al conocer tal información, Sora se apresuró a darle una conveniente explicación.

-Si… pero tiene una explicación… es que Hikari quería ir a verla y su madre le obligo a Taichi a acompañarle y para no aburrirse Taichi, me pidió, más bien me suplico, que le acompañase.

-De acuerdo, no pasa nada, no te preocupes.- comentó el chico aparentando normalidad, aunque interiormente no le hiciese ninguna gracia escuchar el nombre de Taichi.

-Pero… si quieres podemos ir y la vemos juntos.

-No, es igual, si ya la has visto, no vas a ir a ver la misma peli dos veces en una semana, sería una tontería.- dijo Ishida con una fingida sonrisa.

Al ver la cara de decepción de Yamato, Takenouchi se sintió verdaderamente mal, parecía que Ishida había preparado esta sorpresa con mucha ilusión, y con tristeza por haberla estropeado se disculpo.

-Lo siento, debería habértelo dicho.

-No te preocupes, todo esta bien, ahora tengo que irme, no te entretengo más con tu entrenamiento.- dijo él, alejandose.

Pero antes de que se fuese del todo, Sora aún conservaba la esperanza de que realmente Yamato no se hubiese enfadado y por eso preguntó:

-¡¡Yamato!!, ¿nos vemos luego?.

Volviéndose lo justo, el joven le respondió con la mayor amabilidad posible.

-Tengo cosas que hacer, pero te llamo ¿vale?

Con esto, el compañero de Gabumon se alejó del lugar pero su mente no podía dejar de pensar en lo que Sora le había revelado, porque aunque Taichi fuese su mejor amigo y tuviese plena confianza en él, a veces deseaba que no tuviese tan buena relación con su Sora, de forma egoísta quería que Sora solo fuese para él. Por no hablar de sus enfermizos celos, aunque Sora le había confesado que nunca tuvo sentimientos por Yagami, más que de amistad, la idea de que algún día le dejaría a él por Taichi corría muy a menudo por su cabeza y estas situaciones no hacían mas que provocar más si puede el monstruo de los celos. Mientras cruzaba el instituto con todos estos dilemas devorando su mente, uno de sus amigos consiguió llamarle la atención y devolverle a la realidad.

-Yamato… ¡por fin te encuentro!.- dijo un pelirrojo sofocado.

-Eres tu Koushiro… ahora no tengo tiempo ni humor, así que déjame tranquilo.- contestó secamente el rubio.

-Yamato, pero es que tenemos que ensayar ese nuevo sonido que me dijiste para tu próximo concierto y…

-Toma.- interrumpió Yamato mientras le hacia entrega de las entradas de cine.-… ahora no tengo tiempo, pero para compensarte te invito al cine.

-Pero Yamato, si no hacemos las pruebas ahora, luego no dará tiempo….- comentó Koushiro extrañado por la actitud de su amigo.

-Que te diviertas en el cine.- decía el joven rubio mientras se iba, dejando a Koushiro completamente perplejo.

-Pero Yamato ¿y la prueba de sonido?, luego cuando en el concierto los instrumentos no suenen bien seguro que me echa la culpa a mi.- se decía para si mismo un frustrado Koushiro.- y además…. ¿con quien voy yo ahora al cine?

Yamato fue directamente a casa, realmente no tenia nada que hacer, pero no quería estar con nadie, necesitaba la tranquilidad que le proporcionaba la soledad para poder pensar sobre su relación con Sora y como iba a afrontar este tipo de situaciones.

La semana pasó, y en ella Yamato no se mostró para nada enfadado ni molesto con su chica. Había decidido que no debía amargarse por este tipo de cosas, por el contrario la pelirroja no entendía muy bien la actitud de Yamato, estaba casi segura de que la noticia de que fue al cine con Taichi le había sentado mal, pero al ver que este se mostraba igual de cariñoso y atento que siempre, tampoco le dio importancia. Hasta que al comenzar la siguiente semana, Sora creyó que encajaba las piezas de este complejo puzzle que es la cabeza de Ishida, para desgracia de ella.

Todo empezó en el instituto, ese día estaba más ilusionada que nunca, ya que el viernes de esa misma semana seria un día muy especial para ella, y creyó que para Yamato también lo seria, hasta que habló con el y fue consciente de la realidad.

-Hi, Yamato!.- saludo Sora, con una radiante sonrisa.

-¡Hola, Sora!, que contenta estas para ser un lunes.- respondió él sorprendido por la vitalidad de su amiga.

-Es que esta semana estoy contenta, ¿tu no?.- preguntó la joven mientras jugueteaba con los dedos como una niña pequeña.

-No se, supongo que como siempre.- dijo con naturalidad.- ¿Qué tiene de especial esta semana?

Sora con más ilusión por momentos y creyendo que Yamato se estaba haciendo el despistado contesto con una enérgica voz.

-Pues que va a ser ¡el viernes!, ¿Qué vamos hacer este viernes Yamato?

-Pues tu no se, pero yo tengo un concierto.

Al escuchar eso, Sora enmudeció un momento, pero tratando de conservar el optimismo que le caracterizaba preguntó:

-¡Ah!, no lo sabia, y ¿que vas a hacer después?

-Pues irme a casa, que para cuando llegue será de madrugada, es fuera de Odaiba.- explicó el chico con desgana aún sin entender a que venían tantas preguntas.

Y esta vez, si que la desilusión se adueño de ella y con miedo a la repuesta volvió a preguntar:

-Oh… entonces, ¿no vamos a quedar?

-Ya quedaremos el sábado… que mas da.- dijo el muchacho con tranquilidad.-… este viernes tampoco tiene nada de especial, ¿no?

-Pero… Yamato, es que este viernes es… es 24.- dijo al fin la joven esperando que entonces su chico cayese en la cuenta de lo especial que resultaba ese día.

-¿Y?…- volvió a preguntar el rubio, como si esa fecha no significase nada para el.

Conforme iba transcurriendo la conversación, Sora cada vez había ido perdiendo más la ilusión, pero se sintió realmente estúpida cuando escucho esa ultima pregunta de Yamato… "¿Y?"… ¿será verdad que para Yamato no significase nada ese día?, intentando aparentar normalidad, para que este no se diese cuenta de que acababa de hacerle mucho daño con esa declaración, Sora trato de salir de ahí lo más rápidamente posible, inventándose alguna tonta excusa que le permita desaparecer de ese lugar.

-No, nada… que yo… pues tenía un partido, pero si no puedes venir no pasa nada, nos vemos otro día, adiós.

Y tras este primer encuentro, la compañera de Piyomon se dio cuenta que esa semana que tanta ilusión le hacia ya no significaba nada para ella, puesto que para Yamato tampoco significaba nada.

A la tarde, la joven pelirroja paseaba por los alrededores del instituto dándole vueltas a la cabeza, no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado esa mañana, en como Yamato se había olvidado por completo de la fecha donde cumplían un mes juntos, o peor que lo habría hecho adrede para vengarse de que fuese al cine con Taichi. Ya no sabía lo que pensar, en estos momentos todas las posibilidades eran validas en su cabeza, y la idea de que ella no significase nada para Yamato le invadió por completo, hasta que su mejor amigo le hizo despertar de sus pensamientos.

-¡Eh!, Sora… ¡no me haces caso!, ¿estas aquí o en el Digimundo?.- preguntaba Taichi mientras se acercaba a ella, ya que por lo visto llevaba un buen rato intentando llamar su atención.

-Tai-kun, hola, no te había visto.- contestó la pelirroja, mientras todos sus pensamientos aún continuaban en Yamato y su comportamiento.

-Sora es algo urgente, necesito hablar contigo…..- empezó el moreno apurado, luego se percató de la cara de concentración de su amiga y empezando a enfadase le gritó.- ¡Sora!, ¿me escuchas?

Con es pequeño grito el moreno consiguió llamar la atención de la chica y este pudo empezar al fin con sus explicaciones.

-Veras, es algo que me paso este fin de semana… ¿a que no sabes quien me invito al cine?….. ¡Koushiro!… al principio pensé, ¡que bien, igual me lleva a ver la de Kill Bill!, pero no, me llevo a ver un dramón… el mismo que fui a ver contigo y mi hermana… que por cierto, no puedo creer que haya visto esa mierda de película dos veces en una semana… bueno el caso es que estoy un poco preocupado porque Koushiro nunca me había invitado a ese tipo de cosas y… no se… ¿tu crees que… puede tener un interés especial por mi?…

-Claro… te dirá que tu eres especial, que no te ve como una simple amiga, te invitara al cine, a pasear, al parque de atracciones, te llamara todas las noches y luego cuando llegue vuestro aniversario o menstresario… ¡o como se diga! y tu estés con una ilusión tremenda por pasar el día con él, no podrás porque para el ese día solo es un día de otro concierto… y cuando le digas, pero Yamato es 24, el sólo te dirá… "¿Y?…..".- contaba la pelirroja con mezcla de frustración y enfado, y demostrando que no estaba haciendo ningún caso a los problemas de su amigo.

El joven Yagami que estuvo escuchando todos los lamentos de su amiga… al principio con temor por el hecho de que Sora pensase que hacía buena pareja con Koushiro, luego con enfado cuando comprobó que su amiga iba a su bola y no le había prestado la más minima atención a el y sus problemas, luego con extrañeza cuando escucho la palabra "menstresario" y finalmente con atención al ver que la chica estaba completamente frustrada, intento aconsejarle lo mejor que pudo.

-Esto… Sora…¿menstresario?… no sería ¿menstruación?…

-¿Qué?.- preguntó la pelirroja atónita por la única preocupación de su amigo.

-Si, así puedes ir a Yamato y decirle… ¡feliz menstruación!, jejeje.- dijo el moreno haciendo gala de su sentido del humor, lastima que en esos momentos no hubiese nadie para apreciarlo, ya que la única persona que tenia delante le miraba con auténtica cara de asesina en serie.

Antes de que su vida corriese peligro de verdad, Taichi decidió rectificarse.

-Vale, entendido… dejémoslo en aniversario...- y poniéndose serio demostró a Sora que si sabe escuchar.-… por lo que he podido entender es que… Yamato se ha olvidado de vuestro aniversario de un mes, ¿no?

-Si.- contestó la portadora del amor con tristeza.

-Pero... una pregunta… vosotros ¿empezasteis a salir el 24?.- preguntó el moreno extrañado.

Esa pregunta pillo completamente por sorpresa a Sora, e intentando hacer memoria de lo que paso hace un mes, trato de responder lo mejor que pudo.

-¿Eh?…pues no se… nosotros con toda la que se armo… pues esos días son muy confusos… pero se supone que si… o por lo menos yo lo cuento desde ahí…

-¿Y Yamato lo sabe?

-¿Eh?…

-¿Qué si Yamato sabe que se cuenta desde ese día?

-Pues no lo se… nunca hemos hablado del tema y como es nuestro primer mes… no tenemos ninguna referencia.- explicó la chica un tanto confusa por tantas preguntas de su amigo.

-Vale, Sora… tal vez el lo cuente desde que te pidió ser su novia… ¿cuando fue?, ¿el 24?.- preguntó Taichi, demostrando que realmente si había madurado.

-¿Eh?…. Pues no…

-¿el 25?…

-No….

-¿el 26?….

-Eh… realmente no….

-¿en año nuevo?

-No…

-¡Pues cuando!, ¡¡¿hoy?!!.- preguntaba Yagami a limpio grito, ya que estaba empezando a perder la paciencia.

-La verdad es que… nunca… salimos juntos pero nunca me ha pedido que sea su novia.- dijo la chica pensativa, ya que en todo este mes no se había dado cuenta de este detalle.

Taichi se sorprendió por esa revelación pero demostrando sus conocimientos sobre Ishida, le pudo dar una buena explicación a su amiga.

-¿Qué?… bueno da igual, todos sabemos como es Yamato, su mejor cualidad no es la de expresarse precisamente.

-Supongo…- dijo la joven que por si no fuera poco con todas sus preocupaciones, ahora se le añadía una nueva.

-Pues igual eso es lo que pasa, que Yamato no es que se haya olvidado de la menstru… digo aniversario jeje… lo que pasa que igual no sabe que día es.

Sora, cuya ilusión había vuelta a su rostro debido a esas palabras preguntó:

-¿Tu crees?

-Seguro, tienes que decírselo.- dijo el moreno sintiéndose feliz por haber devuelto la alegría a su pelirroja amiga.

-¡Si!, tienes razón… pero tiene un concierto…. ¡ya se!, iré a su concierto y le daré una sorpresa… ¡gracias Taichi!.- dijo la joven mientras daba una amistosa palmada a su amigo en el hombro.

-De nada… para eso están los amigos.

Pero antes de irse, la chica aun tenia una cosa que hacer y con profundo interés preguntó:

-Por cierto… ¿Koushiro te invito a las palomitas?

-Pues no…- contestó el portador del valor sorprendido.

-¡Ah!, entonces no tienes nada que temer solo quiere ser tu amigo, aunque es una pena, haríais una bonita pareja.- dijo Takenouchi con una traviesa sonrisa.

-Ja, ja… que graciosa… pero para que lo sepas seguro que él ¡¡no se olvidaría de mi menstruación!!.- gritó Taichi, en lo que parecía un intento de enfado, lo que hizo que todos los estudiantes que paseaban por ahí se le quedasen mirando mientras Sora reía a carcajadas, y al escucharla, el moreno paso del color rojo de su cara a acompañar a su amiga con sonoras risas.

Mientras todo esto pasaba, Yamato se encontraba en un lugar muy especial para todos los digielegidos, el Digimundo, había ido junto con su hermano, ya que era frecuente que los nuevos digielegidos fuesen al mundo digital para ayudar con su reconstrucción y cuando podían, los antiguos elegidos les echaban una mano.

-Me pitan los oídos.- dijo Yamato molesto.

-Eso que alguien esta hablando de ti, Yamato es que eres tan popular.- comento Takeru con una burlona sonrisa.

-Si alguien esta hablando de Yamato, seguro que es una chica.- dijo Gabumon con convencimiento.

-¡¡Seguro que Sora-san!!.- grito Takeru con entusiasmo.

-Vale, basta ya… como no os calléis, me voy y os las apañáis solos.- amenazó Yamato, que ya estaba cansado de tantos comentarios.

-Lo dice como si estuviese haciendo algo.- comentaba Pegasusmon, que realmente era el único que estaba trabajando mientras los demás cotilleaban, como era el caso de Takeru y Gabumon, o descansaban desde que llegaron, como era el caso de Yamato.

-Vale, me callo hermano, aunque no se porque no te gusta que hable de Sora.- dijo el portador de la esperanza con decepción.

A lo que le respondió Gabumon, con la encantadora naturalidad que caracteriza a un digimon.

-Es porque le resulta incomodo, es como si a ti te estuviésemos todo el día hablando de Hikari.

-¡¡¿Qué?!! de que hablas… yo no tengo ninguna relación con Hikari..- se apresuró a desmentir el rubio, mientras sus mejillas cambiaban de color por momentos.

Yamato, que vio en el sonrojado rostro de su hermano la oportunidad perfecta para hacerle pasar un poquito de vergüenza, exclamó:

-¡Oh, hermanito!… eres tan evidente….

Pero Takeru no estaba por la labor de continuar esa conversación, y rápidamente consiguió cambiar de tema.

-¿Qué vas a hacer este viernes?

-¿Eh?… tengo un concierto en Nakano, ya te lo dije…- respondió Yamato, que poco a poco se iba dando cuenta de lo hábil que es su hermano para desviar las conversaciones que no le interesan.

-¿Y que hay de Sora?, ¿va a ir contigo?.- volvió a preguntar el inquieto Takeru.

-Pues no… - contestó Yamato que aún no era consciente de cómo la conversación había regresado a Sora y él.

-Entonces… ¿no vais a pasar juntos el viernes?.- preguntó el joven rubio extrañado.

-¡Pero que manía os ha entrado a todos con este viernes!, ¡no se que tiene tan especial!.- gritó Yamato empezando a enfurecerse.

-Yamato, que es 24...- dijo el amigable Gabumon.

-¿Y…?…¡y!… ¡ay dios, que es 24!… .- parece ser que Yamato, al fin se había dado cuenta de lo que significaba el día 24, y entonces recordó lo ilusionada que se mostraba Sora el día de hoy y el poco tacto que tuvo con ella.- ¡Mierda!… ahora entiendo la actitud de Sora esta mañana y yo como un estúpido no me di cuenta… claro, es como nuestro aniversario…

-¿Aniversario?, en realidad no seria ¿mensversario? ¿o mesniversario?… o….

-¡¡Cállate Takeru!!.- gritó el portador de la amistad, que ya había perdido la poca paciencia que le caracteriza.

-Vale ¿y que vas a hacer?.- preguntó con curiosidad y temor Takaishi.

Yamato abatido dejo caer los brazos sin saber que pensar.

-Yo… yo… no lo se…

-¡Venga anímate, Yamato!, seguro que se te ocurre algo.- intentaba animar el digimon de la amistad.

-¡Ya se!… ¡puedes llevártela al concierto! y así pasáis el día juntos.- propuso Takeru con entusiasmo.

-¿Qué?, ¡ni hablar!, no voy a hacer que en la celebración de nuestro primer mes juntos Sora tenga que aguantar a esas niñatas histéricas que no hacen más que hacer y decir tonterías… si pudiese hacer que al concierto solo fuese ella…- comentaba Ishida con desilusión.

-¡Ya esta!, ¡ya lo tengo, es perfecto!.- gritó Takeru como si hubiese tenido una revelación divina.- tu confía en mi, yo me ocupo de todo.

-¿Qué?, ¿te has vuelto loco?, ¿yo confiar en ti?… claro y luego le pediré a Al capone que haga mi declaración de hacienda.- dijo Yamato con ironía, mientras Gabumon le miraba con cara de "¿Quién es Al capone?"

-Hermano relájate, yo me ocupo de todo, de verdad, tu solo tienes que hacer lo que yo te diga.- dijo el joven con una sonrisa y mientras se alejaba iba murmurando.- mmm… tengo que llamar a Hikari, voy necesitar su ayuda.

Gabumon al ver que Yamato estaba mas abatido por momentos intento animarle, sin ningún éxito.

-No te reocupes Yamato, tu hermano es muy listo, seguro que ha tenido una excelente idea.

-Si eso es precisamente lo que me preocupa….- murmuraba el rubio empezando a caminar junto con su compañero.

Poco después apareció por ahí Patamon, completamente incrédulo por todo lo que esa tarde había sucedido.

-No trabajan, se largan sin avisar… ¿pero se puede saber para que han venido?

Tras ese día, Yamato, con más temor que esperanza, dejo todo en manos de su querido hermano y este empezó a llevar a cabo su magnifico plan de la celebración de aniversario de sus amigos. Mientras tanto en el instituto tenía que disimular frente a Sora y hacer como si aún no se había dado cuenta del aniversario de un mes, al mismo tiempo la joven también tenía que disimular sobre la sorpresa que tenía intención de darle a su chico presentándose en su concierto. Y con disimulos y reuniones secretas, el esperado viernes al fin llego y para variar nada fue como Sora lo había planeado.

Yamato no había dado señales de vida en todo el día, la chica supuso que sería porque estaba fuera de la ciudad, por lo que siguió convencida en su plan de ir a verle actuar, pero finalmente, por alguna razón, la joven se quedo en Odaiba y por ello, el ansiado día 24, lo pasaba deprimida en su habitación.

Se encontraba sentada en la cama, con la cabeza entre las piernas, mientras daba vueltas con los dedos al colgante que Yamato le regalo hace casi un mes. La pelirroja empezó a pensar en todo lo que este mes les había deparado y por primera vez se preguntó si el hecho de hacer esas galletas para Yamato había sido tan buena idea, porque todo era diferente entre ellos desde aquel día y ya siempre seria diferente, quieran o no, habían traspasado la barrera de la amistad y ya nunca podrían volver a echarse atrás. Sora se mostraba francamente confundida, echaba de menos a su amigo Yamato y la simple relación de amistad que había tenido con él en todos estos años, pero a la vez, en su interior era consciente de que nunca lo había podido ver como un simple amigo y que antes de que ambos confesasen sus sentimientos, cuando su relación no era más que de amistad, lo que ella más deseaba en el mundo era poder llegar a establecer una relación más profunda con él, pero las cosas no estaban saliendo como lo había pensado. La pelirroja estaba sumergida en todos estos contradictorios pensamientos hasta que alguien llamo a la puerta de su habitación y le hizo volver a la realidad.

-¿Se puede?.- preguntó con timidez un moreno mientras abría lentamente la puerta.

La joven levantó la cabeza para ver a su amigo y con desanimo le saludo lo mejor que pudo.

-¡Oh, Taichi!, claro entra.

-No esperaba encontrarte aquí, dime… ¿no se supone que ibas a ir a un concierto?.- preguntó con dulzura el chico, al mismo tiempo que tomaba asiento junto a su amiga.

-Cambio de planes…- respondió la chica con sarcasmo.

-¿Qué ha pasado?

-Nada… es que… a Yamato no le pareció una buena idea que fuese a su concierto.- explicaba la pelirroja con tristeza.

-¿Pero no se supone que era una sorpresa?, ¿Por qué se lo has dicho?.- preguntó el moreno extrañado.

-¿Eh?… bueno no iba a decírselo… pero es que toca fuera de la ciudad y yo no recordaba en que sitio de modo que se lo pregunte… bueno primero llame a Koushiro… pero lo único que me dijo fueron histéricos gritos sobre el sonido, los instrumentos y que le dijese a Yamato que le llamase, después llame a Miyako… pero no conseguí entenderle muy bien lo que decía, creo que estaba en clase de química… y cuando corte la llamada se oyó una explosión… por cierto no he vuelto a saber nada de ella… luego llamé a Takeru, pero no lo sabía… le pregunte también a Hikari que estaba en su casa en ese momento… pero tamp….

-¡Un momento!.- interrumpió Yagami alterado.- ¿se puede saber que hacia mi hermanita en casa de Takeru?

-No lo se, creo que hacían un trabajo… algo sobre "Operación lobo-pájaro"…

-¡Oh, si!, jeje jeje… algo me comento Hikari.- dijo Taichi con muy poco disimulo.

-Bueno el caso es que como nadie sabía donde daba ese dichoso concierto, le llame y me dijo que no era buena idea que fuese…- finalizó su historia con tristeza.

Pero Taichi, que le estuvo escuchando atentamente, encontró un pequeño detalle que le hizo enfurecer.

-Sora… y… ¿Por qué no me llamaste a mi?

-¿Tu sabes donde toca?.- preguntó la chica con escepticismo.

-No… pero me siento discriminado.- dijo Taichi mientras hacia pucheros.

Pero Sora, ya estaba harta de tantas explicaciones y tumbándose en la cama mientras se tapaba el rostro con las manos dio un clamoroso grito.

-¡Este es el peor aniversario de mi vida!

-Sora, es el primero de tu vida, no tienes mucho con que comparar.- puntualizó el moreno.

-¡Me da igual!, el caso es que debía ser perfecto…- dijo la pelirroja, mientras se sumergía de nuevo en sus pensamientos.-… igual, todo esto fue un error… tal vez nunca debí decirle a Yamato lo que sentía… puede que el no sienta lo mismo por mi…

Y ante esos desafortunados pensamientos, Sora no puedo contener unas rebeldes lagrimas que resbalaron por sus mejillas, acción que no paso desapercibida para Taichi, por lo que rápidamente se incorporo en frente de donde descansaba su amiga y con entusiasmo le dijo:

-¡Venga, levanta!, no vas a estar el día de tu aniversario lloriqueando en la cama. ¡tu te vienes conmigo ahora mismo!

-¿Qué?, no, ni hablar, no me apetece ir a ningún sitio yo me quedo aquí.- contestó la chica tapándose por completo con la manta.

Yagami, que conoce mejor que nadie a Sora y sabe que de vez en cuando necesita que alguien le de un pequeño empujón, le arrebató por completo la manta y tirando de su brazo trato de incorporarla, ante la resistencia de ella, que no tenia ninguna intención de moverse.

-¡Oh, vamos!, yo soy una excelente compañía, soy más divertido que Yamato, más guapo y canto mil veces mejor.- dijo el portador del valor con una sonrisa, haciendo que a Takenouchi se le dibujase también una pequeña sonrisa.

-Taichi… la última vez que estuvimos en un karaoke, te echaron porque se quedaban sin clientela ya que todos se largaron para no escucharte.- respondió Sora, ya sentada en la cama.

-Es que no saben apreciar mi arte.- dijo el moreno con naturalidad, luego chasqueando los dedos exclamó con alegría.- ¡Venga! cámbiate y ponte guapa, que te voy a llevar a un sitio genial.

Y a consecuencia de esa declaración, la chica, sorprendida, se levantó de la cama con los brazos en jarra y con un fingido tono de enfado preguntó:

-¿Qué me ponga guapa?, que insinúas Yagami ¿que ahora no estoy guapa?

Taichi, rojo por momentos, porque una vez más había quedado en evidencia su poco tacto, intentaba salir de esa comprometida situación lo más dignamente posible.

-Si claro que si, pero es que creo que si vas en pijama a la calle, la gente se te quedara mirando….

-¿Eh?…. - sorprendida, al darse cuenta de que realmente estaba en pijama.- Espérame, ya me cambio.

Taichi con una gran sonrisa triunfal, puesto que su técnica de persuasión había resultado más que exitosa, salio a fuera de la casa a esperar a su amiga y un buen rato después, (un par de minutos según Sora, más de 3 horas según Taichi) la chica apareció, al verla, Yagami se quedo completamente maravillado, verdaderamente el pijama no le hacia justicia. Contemplándola, con ese sencillo vestido que lucia, cayo en la cuenta de que esa mujer que tenía delante poco tenia que ver con esa niña que jugaba a revolcarse en el barro con él, hace no demasiados años. La joven sonreía con diversión al ver a su amigo completamente boquiabierto y solamente le dijo:

-Taichi, cierra la boca que se te van a meter moscas.

Eso hizo que Yagami volviese de su trance y acercándose a su amiga le dijo con una seriedad desconocida.

-Sora, tengo que decirte algo.

-¿Si?.- preguntó la joven rebuscando las llaves en el bolso para poder cerrar la puerta.

Taichi sin pensárselo dos veces llevo su mano al rostro de ella, ante la total sorpresa de esta y con una ligera caricia le dijo.

-¿Es barro?.- preguntó extrañado mientras estudiaba entre sus dedos la muestra que había obtenido de la cara de ella.

-¿Eh?.- se pregunto la pelirroja atónita por lo que acababa de suceder.

-Que tienes barro en la cara…- repitió el chico con total naturalidad, haciendo que la escena perdiese cualquier rastro de romanticismo.

Sora rápidamente se frotó la mano por la cara con fuerza mientras murmuraba:

-La última vez que juego a tirarme barro con mi vecino de 6 años…

Entonces es cuando Taichi se dio cuenta de que tal vez estuviese equivocado y que aunque exteriormente, Sora fuese cada día más femenina, en el interior no dejaba de ser esa niña incansable, dispuesta a jugar en todo momento.

Los dos juntos salieron por fin del edificio, en dirección al sitio genial que Taichi había propuesto.

-¿Tu casa?… ¿este es el sitio tan genial?… ¡tu casa!… - preguntaba la pelirroja con enfado al ver que su amigo le había traído a su hogar.

-¡Cállate y entra!.- dijo el moreno mientras empujaba a su indecisa amiga al interior, de la misma forma que lo hizo hace un mes.

-¡Taichi! me estoy empezando a hartar de tus empujones.- gritó la chica con cierto enfado.

Al entrar en el interior del hogar, les recibió una alegre muchacha y señalando hacia su habitación preguntó:

-¡Sora-san!, por fin has venido ¿nos vamos?.

-¡Ah!, ya entiendo, teníamos que recoger a tu hermana.- supuso la portadora del amor que no entendía nada de lo que los Yagami habían preparado para ella.

-La necesitamos para que abra la puerta.- explicaba Yagami al mismo tiempo que se adentraba en la habitación, luego murmurando solo para Hikari añadió.- además es una cotilla y no quería perderse nada….

-¿La puerta?… entonces ¿vamos al Digimundo?… ¡¡Taichi, al Digimundo puedo ir en pijama perfectamente!!.- gritó la chica frustrada por haberse arreglado tanto solo para ir a visitar a Piyomon.

-¡¡Puerta digital abierta!!, ¡¡adelante niños elegidos!!

Los tres chicos fueron absorbidos por la computadora y fueron transportados una vez más, al maravilloso mundo digital que tanto querían. Cayeron en un lugar un poco boscoso y como era de noche, no pudieron vislumbrar gran cosa, cuando Sora se levanto, comenzó a buscar con la mirada a sus compañeros, y pronto llegó a la conclusión de que en ese lugar no había rastro de los Yagami.

-¿Taichi?, ¿Hikari?… ¿Dónde estáis?… ¡eh Taichi, no tiene gracia!

Sora comenzó a dar vueltas conforme su desesperación iba en aumento, mientras maldecía a los hermanos Yagami, hasta que de repente, sus oídos comenzaron a escuchar los primeros acordes de una guitarra. La pelirroja extrañada camino siguiendo ese dulce sonido que le condujo hasta un hermoso claro, en medio, una mesita con unas velas iluminaban lo que parecía una cena a punto de servirse y entonces es cuando comenzó a escuchar detrás suya una voz demasiado familiar, la joven se giro lentamente encontrándose con el dueño de esa maravillosa voz, que no era otro que su Yamato. Sentado en una gran rama en el suelo, tocaba con entusiasmo la guitarra, mientras cantaba solo para ella. La portadora del amor no sabía muy bien lo que debía hacer, sin duda, esto era lo último que se habría esperado que ocurriese en el día de hoy, intentando contener la emoción que sentía, lo único que pudo hacer es quedarse maravillada escuchando la dulce canción con la que el chico que ama le estaba obsequiando.

Tras finalizar el exclusivo concierto, el joven Ishida se acerco hacia la sorprendida Takenouchi, estaba completamente ruborizado, cuando llegó hasta su compañera le pregunto con timidez.

-Te… ¿te ha gustado?

Sora no respondió, había quedado totalmente paralizada y sin palabras, el corazón latía a mil por hora, sin duda, este era un momento que recordaría toda la vida, Yamato al ver que la chica no reaccionaba continuó hablando.

-La he compuesto para ti… se llama Tobira, es mi regalo de aniversario…

Ante esas tímidas palabras de Ishida, Sora con un hilillo de voz acertó a decir.

-Es… ha … sido… precioso… muchas gracias…

Sonriendo, el joven tomo la mano de su compañera entre las suyas y con ternura le dijo:

-Espero, que esto te compense por haberme olvidado de lo especial que es este día, te prometo que nunca más volverá a pasar.

En momentos como este, Sora no puede ser más feliz, porque ¿cuantas chicas tienen la suerte de que un chico como Yamato Ishida les regale un concierto exclusivo? Ante este regalo, fue consciente de que todas sus dudas respecto a su relación habían sido completamente infundadas, y más que nunca tuvo claro, que el hacer esas galletas para Yamato había sido una de las mejores decisiones de su corta vida. Pero entonces cayo en la cuenta de un pequeño detalle, ¡el concierto de Yamato!, llevaba una semana preparándolo y estaba segura de que era para el día de hoy y por eso le preguntó extrañada.

-Pero Yamato… ¿y el concierto?

-Ya he dado un concierto… exclusivo para ti… ¿es que quieres un bis?.- preguntó el joven con una sonrisa.

-¡Yamato!, me refiero al concierto que tenías fuera de la ciudad, por cierto tienes que llamar a Koushiro…

-¡Oh, ese concierto!…- interrumpió Ishida haciéndose el loco.- si, bueno digamos que oficialmente estoy en la cama con 40 de fiebre.

-¿Has suspendido un concierto tan importante por mi?.- preguntó la chica emocionada.

-Claro, tu para mi eres mucho mas importante que cualquier concierto.- contestó el joven con absoluta naturalidad.

Al escuchar eso, Sora no puedo retener su emoción por más tiempo y nuevas lagrimas se adueñaron de sus ojos, pero al intentar quitarlas con las manos, Yamato se le adelantó y con una sonrisa en la cara, suavemente le volvió a limpiar esas lagrimas de felicidad. Y ante esta atmósfera de romanticismo, ambos chicos coincidieron en que eran el momento perfecto para volver a besarse, pero para su desgracia había alguien presente que no se percató de eso, e interrumpió con un estruendoso grito.

-¡Eh!, yo me apresuraría en cenar porque sino Gabumon no va tardar en comérselo todo.- gritó Piyomon, que estaba haciendo labores de camarero junto con su amigo Gabumon.

-¡Lo dices como si tu no estuvieses todo el rato llenando el pico!.- se defendía el amigable digimon.

Apenas que escucharon ese grito, los chicos se separaron con velocidad, quedándose con las ganas de probarse una vez más el uno al otro, pero con una sonrisa en la cara, Sora se acerco hasta sus amigos digitales preguntando:

-¡Piyomon!, ¿así que tu también estabas metida en esto?.

-¡Yo no!, a mi me han contado sus planes hace diez minutos, dijeron que soy una bocazas y si lo sabía de antes te lo habría contado.- explicó la digimon rosa con frustración.

-Piyomon, de hecho te hemos tenido que atar para que no fueses a casa de Sora cuando te lo hemos contado.- dijo Gabumon.

-¡Bueno es igual!, no discutáis, vamos a cenar que tiene un aspecto delicioso, no puedo creer que hayas hecho todo esto.- dijo la chica mientras contemplaba ilusionada la íntima mesita donde iba a cenar en compañía de Ishida.

-Realmente fue idea de mi hermano…- explicaba Yamato a la vez que caminaba hacia la mesa.

-¿De Takeru?.- preguntó la pelirroja sorprendida mientras dejaba, que Yamato tomase su mano guiándola a la mesa.

-Si… el te tiene mucho cariño.

-Yo también a él. Takeru es adorable.- respondió la muchacha sonriendo con ternura, puesto que ese sentimiento es más que reciproco, ya que en cuanto conoció a Takeru, no dudo en adoptarlo como su hermanito postizo.

Mientras, en los arbustos de al lado, tres jóvenes escondidos presenciaban como se estaba llevando a cabo la cita sin perder el más mínimo detalle.

-Vaya, Takeru tienes a Sora encantada contigo.- dijo Hikari en tono de reproche.

A lo que Takeru respondió con una sonrisa.

-¿Qué le voy a hacer?, tengo el don de ser encantador.

-¡Vale chicos!, vámonos a casa, ya no pintamos nada aquí.- dijo Taichi interponiéndose en medio de los dos chicos, ya que como buen hermano mayor ultra protector, no le gusta que nadie sea encantador con su hermanita.

Pero la pequeña Yagami, que estaba encantada de poder presenciar una película romántica en directo, no estaba dispuesta a irse tan pronto de ahí, y de esa forma se lo hizo saber a su hermano.

-Espera hermano, ¿no podemos quedarnos un poco más? Se ven tan tiernos.

-Si, hacen una pareja tan bonita.- comentó Takeru mientras miraba de reojo a Hikari, acción que no pasó desapercibida para Taichi y echando una amenazante mirada al rubio dijo:

-¡Si, lo hacen!, pero eso no quiere decir que entre los digielegidos haya alguna otra pareja que quede bien… no se si me entiendes….

-¿Lo dices por lo tuyo con Koushiro?.- preguntó el joven con inocencia.

-Hermano… ¿lo vuestro va en serio?.- preguntó también Hikari extrañada a la par que asustada.

-¡¿Qué?! ¡por supuesto que no!, ¡solo me invito al cine!, ¡ni siquiera a las palomitas!.- se apresuró a desmentir un apurado Taichi.

-¡Oh, mira que mono es Yamato!, le acerca la silla para que se siente…. ¡ah, no!… es que había una caca… wow y que pedazo de caca… creo que los Numemons han pasado por aquí….- retransmitía Hikari, que otra vez estaba sumergida en su particular telenovela.

Pero Taichi no estaba dispuesto a continuar ahí, helándose de frío como un pasmarote, y con autoridad le dio una contundente orden a su hermanita.

-¡Venga Hikari!, que luego no duermes, ¡¡vámonos ya!!.

-Si voy… - dijo Hikari aún sin perder detalle de la función.- …auch… ¡maldito resfriado!

Pero ese estornudo, fue demasiado para la pareja de enamorados, que desde el principio eran conscientes de que no estaban solos, pero habían estado haciéndose los sordos para ver si sus amigos se iban ya, pero al darse cuenta que seguían ahí cotilleando con descaro, decidieron hacerles una visitilla.

-Toma Hikari-chan.- dijo Yamato mientras se asomaba a los arbustos y le ofrecía un pañuelo a la portadora de la luz.

-Gra… gracias.- contestó la pequeña ruborizada al ver que les habían descubierto.

-Ahora a ver como os digo esto sin sonar desagradable… yo os agradezco mucho todo lo que habéis hecho… pero ¡podéis largaros ya!.- gritó Yamato que finalmente había perdido la paciencia.

Pero Takeru, ignoro por completó a su hermano y para hacerle de rabiar un poquito, se dirigió a Sora y con una sonrisa le preguntó:

-Sora-san, ¿en serio crees que soy adorable?

-Yo… pues… en estos momentos no.- dijo la chica, que lo único que deseaba era poder pasar el día a solas con su chico, lo que hizo que Takeru hiciese pucheros.

Viendo que la escena estaba siendo más extravagante por momentos, el portador del valor decidió poner orden.

-Vale, Yamato tranquilo, nosotros ya nos íbamos lo que pasa que mi hermana es una cotilla y tu hermanito tampoco se queda atrás y….- Taichi alzó la vista y la nariz hacia la sabrosa cena que estaba servida y que en estos momentos estaba siendo devorada por Gabumon y Piyomon.- …y… y… que buena pinta tiene eso….

-Chicos, ¿habéis cenado?.- preguntó Takenouchi al ver como a Taichi le colgaba una baba.

-No… como hemos estado tan ocupados preparándoos esta sorpresa.- explicó Takeru, en un claro intento de dar lastima.

Y en una demostración de que Sora es incapaz de decir que no a la cara de lastima de su cuñado preguntó:

-¿Queréis cenar con nosotros?

-¡¡¿Qué?!!.- gritó Yamato alarmado.

-¡Oh, no!, no podemos hacer eso, es vuestra cena y vuestro aniversa… ¿eso es sushi?.- hablaba Taichi mientras se acercaba a la mesa.

-¡¡Esta riquísimo!!, ¿quieres Hikari?

Takeru que hace rato que había aceptado la invitación de su cuñada, ofreció un poco de esa rica cena a Hikari..

-Pero Takeru es la cena de… (ruido de tripas hambrientas)… pero solo un poco ¿eh?.- dijo Hikari mientras tomaba el trozo que le ofrecía su amigo.

En pocos minutos, la romántica e intima cena de Yamato y Sora, se convirtió en un buffet libre para todos sus amigos y el chico, al ver que se iba a quedar sin probar ese delicioso sushi, decidió llevarse a Sora de ahí.

-¿Quieres dar un paseo?.- preguntó ofreciendo la mano a su amiga, esta la aceptó encantada y juntos empezaron a caminar bajo el estrellado cielo del Digimundo.

-¿Tienes hambre?.- preguntó el rubio con amabilidad, haciendo como si no hubiese escuchado los rugidos de las tripas de su amiga.

Sora intentando disimular el constante ruido que realizaban sus tripas se apresuró a contestar.

-Un poco,… ¿Vamos al restaurante de Digitamamon?, esta por aquí cerca.

-Preferiría ir a otro sitio.- respondió Yamato, que no guardaba muy buenos recuerdos de ese lugar.

-De acuerdo… - dijo las chicas mientras se le escapaba una ligera sonrisa por el comentario de su amigo.

Los jóvenes prosiguieron su romántico paseo hasta que una vez más comprobaron que el Digimundo es una auténtica caja de sorpresas.

-¿Qué es eso?, ¿un frigorífico?.- dijo la joven extrañada al ver un frigorífico en medio del bosque.

-¡Genial!, ¡¡¡igual tiene huevos!!!, ¿te acuerdas?.- dijo el rubio entusiasmado mientras corría hacia la nevera.

-¿Qué si me acuerdo?, cuando volví a casa estuve casi un año sin comer huevos, menudo empacho.- comentó Sora con nostalgia.

-Tenemos suerte.- dijo el rubio con la cabeza metida en el frigorífico.

-¿Huevos?.- preguntó Takenouchi temerosa.

-¡No!, ¡manzanas!.- dijo el joven ofreciendo una manzana a su amiga.

Sora la aceptó y rápidamente comenzó a devorarla como si hiciese siglos que no comía, Yamato, por el contrario, se quedó contemplándola divertido y al ver el espectáculo que estaba dando, la pelirroja comenzó a sonrojarse.

-Es… esta muy buena.- dijo Takenouchi, que ahora ya comía la manzana como una persona normal.

-Sora… me alegro de haber pasado este mes contigo… ha sido el mes más feliz de mi vida.- dijo de repente Yamato con seriedad pillando a Sora completamente por sorpresa.

-Yo… yo me alegro de que te gustasen las galletas… - respondió la chica sin pensar, haciendo que Yamato volviese a reír divertido.- … ¿eh?… no lo que quiero decir es que… no me arrepiento de nada, creo ha sido la mejor decisión de mi vida… y…. ¡Dios mío, el momento más romántico de mi vida y empiezo a decir tonterías!

-Sora, tu nunca dices tonterías…. - dijo el chico con dulzura mientras acariciaba el rostro de Sora y lentamente se fundió con ella, en un largo y apasionado beso.

Tras la celebración del aniversario de un mes, Enero no tardó en marcharse. Había sido un mes muy extraño para todos, lleno de cambios y de cosas nuevas, pero para Sora y Yamato este mes había sido el mes de la ilusión, la ilusión de empezar algo nuevo, de no saber lo que les deparará el futuro, pero si saber que sea lo que sea lo vivirán juntos.


N/A: ¿algún aficionado a la poesía en la sala?… es por si a alguien le ha resultado familiar el título de la peli que quería ver Sora, Es la mañana llena de tempestad en el corazón del verano, si lo reconozco es el primer verso de un poema de Neruda, se supone que es el típico melodrama con el que acaba llorando hasta Rambo, y como no soy muy imaginativa para estas cosas agarre el libro de poesía y lo primero que leí, jajaja… es decir, que la peli no existe en realidad, bueno y el documental afgano creo que tampoco, por existir no existen ni las palabras del título jaja y si existiese segurísimo que no me enteraría.

Y respecto a la relación de Sora y Yama, si alguien ha leído el fic predecesor de este, Yamato nunca le pidió a Sora que fuese su novia con esas palabras, por eso están saliendo juntos pero de una forma no oficial por así decirlo, por lo menos eso es lo que se cree Sora… lo que piensa Yamato ya lo veréis más adelante….

También aclarar antes de que haya alarmismos que no va a ver yaoi entre Koushiro y Taichi ¡¡¡son solo amigos!!!, ¡¡no le invito a las palomitas!!

Solo una pregunta más de trivial, ¿alguien sabe como se le llama al aniversario de un mes?… ¡es una de esas preguntas que me quita el sueño!, en realidad no, pero bueno intento dar un poco de pena jaja, por favor si alguien lo sabe que me lo diga, aunque creo que el que más se acerco fue Takeru que para algo es el futuro escritor, tiene que saber vocabulario, jeje. (lo de Taichi mejor no lo comentamos)

Me callo, que al final las aclaraciones van a ser mas largas que el capítulo en si… jeje…. ¡¡Hasta Febrero!!

Arigato!!