• Fandom: Axis Powers Hetalia.
• Titulo: Alcohol.
• Claim: Estados Unidos, Reino Unido.
• Tabla: Las leyes de Murphy
• Prompt: 9.- Hasta el agua sabe mal cuando se toma por prescripción médica.
• Resumen: Estados Unidos es un adulto y Reino Unido lo invita a un bar.
• Advertencias: Raresas.
• Notas: Inspirado en la primera vez que probé la cerveza: No me mareé, no vomité ni nada, simplemente se me hizo demasiado amarga y no me gustó.
• Disclamer: Hetalia pertenece a Himaruya, el resto a mí 3.
La primera vez que lo probó le supo amargo, demasiado amargo y terminó derramando todo el contenido del vaso en el piso, asqueado.
—¿Por qué lo tiras, Estados Unidos? —inquirió Francia, mirándole juiciosamente, después tomó el liquido ambarino de su propio vaso e ignoró el tema.
Estados Unidos sabía que ya era un adulto, con un cuerpo de dieciséis, pero era un adulto y sólo los adultos tomaban whiskey, la leche y el té eran para los niños, y él ya no lo era.
La segunda vez, un par de años después, pudo tragar el primer sorbo, pero tiró lo demás. Seguía siendo amargo, seguía quemándole la garganta y seguía sin gustarle, pero todos a su alrededor bebían whiskey o cerveza.
¿Qué dirían sus hombres si lo veían pedir una taza de té? Primero lo tacharían de traidor, después de ser un crío. Y no podía pedir café, se vería raro… y él quería encajar en ese mundo de adultos.
La tercera vez se bebió medio vaso, se le subió rápido y el mareo lo tumbó por un par de días. Había escuchado las risas, pero las ignoró, tenía que demostrar que podía. Que él era capaz; Reino Unido bebía ron, bebía whiskey, y cerveza como si fuesen té, a veces se emborrachaba, pero parecía disfrutar de la bebida.
Reino Unido y él, ahora, eran iguales.
La cuarta vez se terminó el vaso, y pasó vomitando el resto de la noche. El sabor era desagradable, lo quemaba y no disfrutaba de empinarse el vaso con aquel líquido torturador. En silencio, Estados Unidos prefería el té al alcohol, y por sobre ambos prefería el café (aunque no muy cargado).
Un día, Reino Unido lo invitó a un bar, "Ya eres mayor, ¿no? Dice Francia que has ido a varios bares de por aquí, en mi casa les llamamos 'pubs'. No es que te importe" y él, estúpidamente, aceptó. Reino Unido se había terminado tres vasos cuando él no llevaba la mitad de primero; el europeo bebía rápido, como si fuera simple agua y él, por el contrario, tardaba varios minutos en degustar un trago.
Por el cuarto vaso, Reino Unido paró y lo miró con una sonrisa condescendiente, la misma que le da un padre a su hijo pequeño que quiere ser mayor, y Estados Unidos bebió un sorbo largo que le hizo poner una mueca de asco.
—La próxima vez, te invitaré a una cafetería. Pediremos té, café y panecillos, después conversaremos de algo que no me importará en lo absoluto, y si hay suerte, quedaremos de hacer algo más tarde —lo miró, terminó su bebida, pagó y se fue.
Estados Unidos ya no era un niño, era un adulto y no tenía que beber o fumar para demostrar que estaba a la altura.