Rose estaba encantada, por fin unos días tranquilos, sin daleks, sin cibermen ni ninguna criatura que quisiera destruir el espacio tiempo. Tan sólo unos días en los que, por decirlo de alguna manera pudieran tomarse unas vacaciones. Lo cierto era que no podía estar más ilusionada, todo había salido bien después de las últimas aventuras y a pesar de todos los problemas, el Doctor y ella seguían juntos, como siempre lo estarían.
"Eh, Rose, creo que el Doctor nos busca, algo sobre el próximo lugar al que quiere que vayamos."
Rose se levantó de la silla y sin decir nada fue hasta Jack y le abrazó. El capitán no supo que decir, siempre había visto a su amiga como a una hermana pequeña y por mucho que cuando la había conocido se había sentido realmente atraído hacia ella, ahora tan sólo era Rose, una de sus mejores amigas y la mejor compañera de viaje par el Doctor.
"¿Qué te ha hecho venir con nosotros? Creía que tenías todo lo que querías allí en Cardiff, vamos Jack estamos solos, no tienes que comportarte como si fuera el Doctor."
"Si es cierto allí tengo todo lo que quiero, pero cuando os vi llegar de repente, volví a sentir la misma sensación que tuve cuando emprendimos por primera vez la aventura. No se, fue como recodar quien soy realmente."
"¿Y Ianto?"
- o -
Jack sonrió pensando en la locura de los últimos días. De repente estaba en Cardiff, que con el paso de los años había terminado por ver como si propio hogar, como si hubiera nacido allí, como si protegerla hubiera sido lo que siempre había hecho.
Entonces todo era tranquilidad, dentro de lo que trabajar en Torchwood significaba tranquilidad, un par de avistamientos, un o dos weevils y tal vez algún que otro fenómeno fuera de lo normal, pero nada más extraño. Ianto siempre estaba allí, aunque el capitán no estaba seguro sobre como acercarse a él, sabiendo lo que su joven compañero sentía por él.
No habían hablado del tema, Ianto no se atrevería jamás a decirle que le quería, pues conocía demasiado al capitán y el compromiso o cualquier tipo de relación estable no formaba parte de su vocabulario.
Entonces apareció el Doctor, como si nada, como si de un viaje más se tratara, como si lo normal fuera aparcar la TARDIS en el interior de la base, haciendo que todas las alarmas saltaran.
"Hola Jack."
El capitán no se lo podía creer, aquello no podía ser cierto; el mismo hombre que lo había dejado tirado en Satellite 5, volví ahora como si nada, sólo que con otra cara a la que Jack conocía tan bien, pero al fin y al cabo seguía siendo el hombre al que había amado, al que amaría siempre.
"¿Doctor se puede saber que haces aquí?"
"Pensaba que te alegrarías un poco más de verme. No se, esperaba algo así como Doctor que alegría verte y también suponía un recibimiento mucho más cariñoso por tu parte, al menos después del beso de despedida."
"¿Beso, que beso Jack?" Dijo Ianto que acababa de aparecer con la bandeja de cafés de todos los días.
"Por si no lo recuerdas fuiste tu el que me abandonó allí. Sabías que estaba vivo y estoy seguro que ahora sabes que soy… diferente y me aventuraría ya decir que sabes el motivo de mi cambio."
"Si lo se, pero no venía aquí para discutir sobre el pasado Jack."
Ianto miraba la escena, intentando averiguar de que estaban hablando, que parte de la historia de Jack que el capitán nunca había contando, era la que estaba descubriendo en ese momento.
"Entonces ¿Para que has venido?"
"El Doctor quiere pedirte perdón y quiere invitarte a un pequeña excursión." En cuanto Rose salió de la TARDIS, Jack fue hacia ella y la abrazó, levantándola del suelo sin esfuerzo, mientras los dos reían. "Yo también me alegro de verte Jack y que sepas que lo siento mucho por lo que te hice, yo no sabía que estabas vivo, en realidad estaba inconsciente cuando nos fuimos y creía que estabas muerto, no pensé que lo que hice para destruir a los daleks te haría esto."
"¿Fue ella Doctor, fue Rose?" El Doctor asintió. "¿Y que es eso de que me quieres pedir perdón? Tu no pides perdón, si haces algo es porque crees que es lo correcto y si sale mal…"
"Si bueno, si tienes razón, pero a veces…"
"Yo me dije que viniéramos que te merecías una explicación, aunque ya me costó lo mío que me explicara lo que ocurrió en Satellite 5. Le dije que te merecías un viaje más con nosotros. pero ya veo que te has instalado bien por aquí."
Rose miró a Ianto, no hacía falta que el capitán dijera nada, la expresión del joven agente hablaba por si misma. Por lo que Rose podía ver, Ianto sabía más de Jack que otra mucha gente y seguramente había oído hablar del Doctor y de los sentimientos que Jack le profesaba y eso le aterraba como nada en el mundo, no podía dejar de mirar al recién llegado y preguntarse que pasaría si le hiciera elegir a Jack entre el Doctor y él.
"Hola soy Rose y bueno, creo que al Doctor ya le has conocido." Ianto asintió y le estrechó la mano a Rose, mirando al capitán, esperando que este dijera algo por él.
"Este es Ianto, es uno de mis agentes." La expresión del muchacho se entristeció, pues había esperado más del capitán. "Y bueno, supongo que es alguien especial en Torchwood, claro." Ianto no pudo evitar sonreír antes eso.
"El sitio es bonito, no muy acogedor pero bonito." El Doctor miró a su alrededor y dio un par de vueltas por ahí, con las manos en los bolsillos y la mente alejada de todo lo que rodeaba. Entonces la vio, la mano que había perdido en navidades y que no había esperado volver a ver. "Mira lo que tenemos aquí Rose. ¿Con que la tenías tu?"
"Esperaba por dártela algún día, aunque no esperaba que vinieras a buscarla tu mismo sinceramente."
"Oh, Jack, Jack, Jack… no seas tan duro conmigo, no es fácil aceptar que eres algo imposible."
"Siempre me han dicho que lo soy, por eso gusto tanto." Jack miró con rapidez y Ianto le guiñó un ojo, gesto que no paso desapercibido para Rose, que se alegró de ver que el capitán había avanzado en su vida.
"Veo que sigues siendo el Jack que conocí, solo que ahora te has vuelto algo más… respetable, eso me gusta." El silencio se hizo entre los dos. "Pero bueno el caso es que después de pasar un par de días aquí para reponer la TARDIS, me preguntaba, bueno nos preguntábamos si te gustaría venir a una excursión."
"¿Quieres que vaya contigo en la TARDIS?"
"Si por los viejos tiempos."
Entonces Rose se dio cuenta, aunque demasiado tarde, que no era el mejor momento para ofrecerle a Jack algo así. Ponerle en un aprieto tan grande sin querer, tener que elegir entre volver con el Doctor y con ella, que debía de llevar años esperándolo o quedarse con el hombre que estaba enamorado de él.
- o -
"Precisamente estoy aquí por él." Como si hubiera escuchado que estaban hablando de él, Ianto apareció por la puerta.
Había cogido algo de ropa del guardarropa del Doctor, en el que había encontrado todo con lo que podría soñar. Sin embargo, lo que se había puesto era bastante simple. Una camisa blanca y unos vaqueros. Jack sonrió al verle, justo lo que le gustaba. Sin apartar la mirada de su joven acompañante, que poco a poco se fue acercando a él continuó hablando con Rose.
"Quería demostrarle que ya no siento nada por el Doctor, más que una gran amistad y que ahora que está él, las cosas han cambiado. Quería venir con vosotros, porque os echaba de menos, pero no quería que Ianto pensara que le estaba dejando de lado."
Cuando por fin lo tuvo a su lado, Jack rodeó su cintura con un brazo y se acercó a él para besarle. "Bueno, espero que estéis preparados." Jack se separó de Ianto al ver aparecer al Doctor. "Lo siento no pretendía molestar. Pero estamos cuando queráis podéis abrir esa puerta."
El Doctor mostró su sonrisa más radiante a Rose y esta con la mayor picardía posible en los labios fue a la puerta. Jack esperó sonriente también, pues podía leer en los ojos del Doctor que les esperaba algo bueno. Apretó a Ianto más contra él y le besó en la mejilla.
"¿Qué hay al otro lado Doctor?"
"Deja que sea Rose quien lo descubra." El Doctor sacó el destornillador sónico y usándolo como la llave un garaje, abrió lentamente la puerta. "Bienvenidos a los setenta amigos míos o en tu caso Jack feliz regreso."
"¿Lo dices en serio esta vez Doctor? ¿No te has equivocado?"
"No se si quiero verte en los setenta Jack, creo que no podría volver a mirarte igual si te viera con pantalones de campana y colores estridentes." Ianto sonrió, al imaginarse la escena. "Espero que al menos no te dejaras bigote ni nada parecido."
"Será mejor que no preguntes." Jack le besó antes de permitirle decir nada. Sin embargo, la voz de Rose llamó la atención de los dos.
"Doctor, creo que te has vuelto a equivocar y empiezo a pensar que no voy a ver los sententa nunca, al menos no los setenta del siglo XX claro." Los tres hombres se acercaron a la puerta y sorprendidos se quedaron allí mirando en completo silencio al callejón que tenían delante. Desde luego no tenía nada que ver con una zona.
"¿En que año estamos?" Preguntó Ianto, pues no había esperado que su primer viaje en el tiempo fuera al Londres victoriano.
"Supongo que finales de la década de los setenta, pero un siglo antes." Dijo el Doctor. "Bueno no está tan mal. Tal vez encontremos otra vez a la reina o tal vez podamos entrar en alguna fiesta de la clase alta, o tal vez…
"¡Holmes, vamos, tenemos trabajo que hacer! ¿No puedes dejar el combate para más tarde?"
"Lo siento mi querido Watson, pero el deber me llama y di mi palabra de estar en ese combate." Los recién llegados vieron pasar a los dos hombres que no los habían visto llegar o al menos no habían dicho nada al respecto.
"Holmes, estamos hablando de un cadáver, el boxeo puede esperar."
"Lo siento Watson, pero necesito despejarme." Holmes siguió caminando.
"Doctor, me estás diciendo que el personaje de sir Arthur Conan Doyle, Sherlok Holmes ¿existió de verdad?" Pregunó Jack más que sorprendido. Aunque todos tenían la misma pregunta en la cabeza.
"Veo que los humanos todavía hay muchas cosas que no sabéis de vuestro propio mundo. Pensaba que conocíais al verdadero Holmes, está un poco apartado de las novelas de Conan Doyle, pero sinceramente no se porque el autor tuvo que cambiarlo."
"¿Podemos ir tras él?" Dijo Rose más que contenta por poder estar ahí, el cambio con los setenta no era tan malo después de todo.
"Bueno…"
"Doctor no habrá oportunidad como esta, conocer al auténtico Sherlok Holmes." Jack miró a Ianto, todo aquello era completamente nuevo, pero su joven amante parecía extasiado por lo que estaba viviendo.
"Si vais a venir será mejor que lo hagáis ya o os perderéis por estas calles. Además venís de lejos y seguro que no habéis visto un combate como este nunca, un combate sin reglas."
"Rose, esto no es…"
"¿No irás a decirme que no es un lugar para una chica como yo? Porque creo que alguien ya ha decidido seguir al detective más famoso de toda la historia." El Doctor siguió mirada de Rose hasta Jack, que junto con Ianto habían echado a correr tras Holmes.
"Oh Jack…"