The Last Song
Aún no lo entiendo… Por más que me esfuerzo, no lo comprenderé nunca… a mi pesar… -Me lamentaba. – Todos parecían tener su lugar aquí… todos encajaban a la perfección, menos yo. Parecía haber sido concebido como mero anexo, mero acompañamiento… No es que me importara en muchas ocasiones… porque en verdad, mi hermana es lo más preciado para mí, pero… también quiero saber que sin ella, también valgo... que soy alguien tan importante como ella… en solitario. ¿Por qué, Master? ¿Porqué me creaste?... ¿Sólo para consentirle sus deseos? ¿Para cuidarla?… Pero… ¿Y mis sueños?... ¿Qué hay de ellos? ¿Para qué me diste esta voz para la canción si no puedo brillar por mí mismo?...
Desde nuestra llegada, todo había continuado en la misma tónica. El Master, amablemente se esforzaba en crearnos los duetos más bellos para entonarlos juntos, cosa que me hacía realmente feliz. Poder cantar con mi hermana en verdad es algo muy tierno. Adoro ver lo linda que se pone con esos trajes y lo bien que le sientan los focos… Pero algún día, quisiera… aunque sólo fuera una vez, que esos focos brillaran sólo para mí… Quizás es un pensamiento muy egoísta por mi parte… Pero necesito saber que puedo hacerlo, que la gente me verá a mí, que les seré preciado e importante, alguien necesario... tanto dentro como fuera del escenario... Que no se olviden de mí… -Apreté los puños fuertemente. Sin advertirlo, había comenzado a correr quién sabe dónde. Casas, árboles, sol, nubes, cielo… Desde que el Master había extraído del Ordenador Central nuestras versiones androides, todo era mucho más colorido, y se respiraba "libertad"… Dentro de los márgenes de cualquier loid, claro… Pero en esos momentos, mi mente divagaba en otros asuntos, no advertía lo hermoso de todo lo que me rodeaba. Tan ensimismado estaba que no deparé siquiera en que alguien caminaba hacia mí y que, topando fuertemente, me pareció habérmela pegado contra un fuerte muro, que el impacto me hizo retroceder unos pasos. Me sobé la nariz, dolido.
-¡¡Ay ay ay ay… qué daño…!! –Murmuré bajito entre dientes, cerrando fuertemente los ojos.
-¡Ah! ¡Perdone jovencito…! ¡¿Se ha hecho lastimado?! –El desconocido se agachó a verme, pero sólo alcancé a hacer una exageradísima y torpe reverencia como disculpa y un tímido "P…perdone", con una lágrima que recorrió una de mis mejillas, que no podría hoy asegurar si fue a causa de mis emociones reprimidas, por el golpe o ambas a la vez. Sólo sé que me deshice de sus manos y comencé a correr de nuevo, bajo una larga cabellera sedosa y brillante de un color que nunca había visto en un cabello, un precioso morado orquídea… Fue lo único que recuerdo de esa primera vez… Seguramente te reirías de mí… Y pensarías lo crío que puedo llegar a ser si me lo propongo… Pero en verdad, algún día quisiera ser como tú… ese es uno de mis más profundos secretos.
Recuerdo que pasé aquella tarde perdido entre la hierba de aquella orilla del río, cabizbajo, si atreverme a volver a casa.
¿Qué les explicaría? Me llamarían infantil por irme de esa manera… y por creer cosas así… se reirían de mí o peor... me ignorarían. Aunque quizás me ignoraran del todo y no depararan en que aquél momento estaba a algunos kilómetros de distancia de casa. Me sentí desdichado y no pude más que llorar… llorar hasta que no me quedaran lágrimas, pensé, hundiendo mi mundo.
-Llorar es bueno a veces, pero uno ha de luchar por alcanzar sus sueños, y volver a levantarse una vez más. – Un pañuelo con una extraña verdura que nunca había visto cayó sobre mis rodillas. Sorprendido, me giré a un lado y a otro, mirando de dónde provenía esa misteriosa voz y ese pañuelo. Pero estaba a solas, no había nadie conmigo. Me sobrecogí. Habría pensado que oía voces en mi cabeza, pero eso no explicaría la presencia de ese trozo de tela… ¿Sería propiedad del dueño de esa voz, o lo habría arrastrado el viento por pura casualidad…? Sequé suavemente mis lágrimas… Olía muy bien… y el tacto era muy suave. En cierto modo me reconfortó y me consoló. Decidí que por hoy, ya bastaba de lágrimas y de huir. Se hacía tarde… Me giré lentamente, y… lo vi, ¡juro que lo vi! Algo morado se movió a mucha velocidad. Extrañado, seguí gritándole.- ¡Señor! ¡Señor! ¿Esto es suyo? ¡Se lo deja, señor! ¡Espéreme! – pero la figura parecía no oírme desde su posición. Así que aceleré el ritmo, casi corriendo, pero también corrió. Cuando giré a través de un cruce, le perdí la pista… maldita sea. Ya iba a desistir cuando vi girar por la esquina un mechón de ese misterioso cabello. Con un vuelco en el corazón por la proximidad, corrí a la desesperada, esperando al fin darle alcance, y cuando una nueva calle se abrió ante mí, había desaparecido una vez más. Aquélla calle no era una calle cualquiera, se trataba de la calle del Master, mi calle, donde vivíamos todos. Un claro manto estrellado se extendía sobre mí, ya había anochecido, sin apenas advertirlo. Tomé el sedoso pañuelo violeta y lo guardé en el bolsillo, esperando descubrir el misterio… algún día de éstos. Entré en casa como siempre, esperando como otras veces que nadie extrañara mi ausencia. Sólo Rin salió a mi encuentro.
-Ya estoy en casa… - Dije casi a desgana.
-¿¡LEN!? ¿¡Dónde te habías metido!? ¡Me tenías muy preocupada, ¿sabes?! –Me reprendió la rubia.
-Lo siento, sólo salí a dar una vuelta. –Le contesté, quitándole importancia, guardándome nuevamente mis sentimientos para mí, tratando de sonreír para despreocuparla, aunque sé que no se quedó del todo convencida.
-Podrías habernos avisado… Te fuiste tan de repente… Y encima se hizo tan de noche… ¡¡temía que te fuera a pasar algo, idiota…!! – Para mi sorpresa, casi sollozante se me abrazó fuertemente, ocultando su cara en uno de mis hombros, por inercia la acaricié el cabello y la espalda, para calmarla, resignarlo a ser su caballero andante cuando me necesitara, estar ahí para ella, ser su soporte, su complemento. Me sentí tan feliz y desdichado a la vez… Cuando se hubo calmado, la solté con cuidado, acaricié sus mejillas, le di un suave beso en la frente y me retiré en silencio a mi cuarto.
-Ah… L…Len… ¿No vas a cenar nada? –Se giró sorprendida hacia mí.
-Um… No, no tengo demasiada hambre hoy… Creo que dormiré un poco, estoy algo agotado…
-Como quieras, buenas noches Len… -Me sonrió, aunque bien sabía yo que seguía preocupada por mí, cosa que me hacía sentir más culpable, pero no podía evitarlo. Necesitaba darme tiempo a mí mismo para poder ordenar mis sentimientos. Me desvestí lentamente, me puse mi pijama y observé las estrellas en el firmamento a través de mi ventana, pensando en todo lo acontecido hoy. Quisiera brillar como una de esas estrellas, pensé, imaginándome que esas estrellas eran innumerables focos, y que yo brillaba con ellos, en el inmenso escenario del firmamento. Con este bonito sueño, caí rendido sobre mi cama, abrazándolo con una igualmente brillante sonrisa, mientras en mis sueños cantaba y cantaba, sin nada más que me importase… siendo yo, preocupándome por mí, una sola vez…
Y así, igualmente de armónico, llegó el amanecer. Lo supe porque todos en la casa parecían alborotados, escuchaba pasos de un lado a otro, arriba y abajo. Me desperté no sin esfuerzo. Costaba tanto pisar de nuevo con los dos pies sobre el frío suelo de la realidad… Me vestí con mi típico traje estudiantil de tonos tan familiares como mi cabello, amarillo… mi insignia, mi identificación, lo único que me daba identidad propia. Bajé al piso de abajo, restregándome los ojos, aún muy dormido y turbado, bostezando.
-¿A… a qué viene todo ese alboroto?...
-¿No te has enterado? – Se me cruzó Miku, excitada, con su radiante mirada y su largo cabello turquesa igual de brillante. – ¡El Master lo anunció ayer por la tarde! ¡Va a venir un nuevo loid a la familia!
Rin apareció tras la peliverde igual de emocionada, uniéndose a la comparsa. - ¡SÍ! ¡Y ADIVINA QUÉ!
Y las dos saltaron muy felices, dando vueltas de la mano.- ¡Es un vocaloid chico! ¡Seguro que es muy guapo!
-No más guapo que yo… Seguro-. –Dijo Kaito desde la cocina, que tenía graciosamente una cuchara de postre entre los labios, comiendo un helado para desayunar, como era su habitual costumbre.
Meiko estaba detrás sirviéndose un poco de sake para despejarse, como ella decía. – Vamos, no te alteres, bellezón. –Le espetó en un tono burlón. – ¿A estas altura vas a ponerte celoso? – Tragó el chupito de un tirón. – Aahh... Tan dulce como siempre… ¡Adoro a este Master! –Mirándose la botella, mientras Kaito la observaba con avidez, como si quisiera ser una de ellas.
No dije nada, me limité a asentir en silencio, a sentarme en la mesa y a jugar con la tostada que había en mi plato, hundiéndola en mi taza de chocolate caliente. Chocolate… lo que bebe un niño. Seguro que ese vocaloid era un adulto. Kaito se quejaba, pero como vocaloid varón tenía hasta más éxito que yo, su voz era mucho más varonil y lo solicitaban para la mayoría de canciones masculinas. Si ahora era ignorado, después sería alguien invisible. Estaba harto. Sin expresión ninguna, cuando llegó el Master y abrió la puerta, fui el último en acudir. Me lo tomé con calma. Terminé mi desayuno a desgana y fui tras la tropa, a ver lo "fantásticamente maravilloso" que era el nuevo miembro. Todos se agrupaban delante de mí curiosos, cuchicheando y comentando en susurros, mientras el Master hablaba. Yo no alcanzaba a ver, siendo tan bajo la cosa estaba difícil, así que me quedé dónde estaba, a la espera, sin armar escándalo, paciente. El Master fue presentando por proximidad a los que allí se aglomeraban, ruidosos, mientras a las chicas les pedía un poco de calma y silencio. Fruncí el entrecejo. ¿Tan genial le parecía a Rin el chico nuevo?... Lo reconozco, no sólo me sentía desplazado, encima la única persona en la que me volcaba, tenía alguien mejor en quien fijarse. Sentía mis esfuerzos inútiles. Me sentí tan... pequeño.
Cuando el Master me llamó, el resto miró a todas partes buscándome, sin fijarse que seguía inerte tras ellos, cuando a los pocos minutos se dieron cuenta del detalle, me dejaron pasar, abriéndose camino entre mí y el Master. Le miré y solté parsimoniosamente: Kagamine Len, vocaloid varón 02. Encantado… -Hice una reverencia mecánica. El Master me sonrió complaciente y me acarició el pelo, como a veces solía hacerlo cuando hacía algo bien. Entonces me mostró al nuevo, frente a mí, que se presentó sin necesidad de que el Master se lo indicara.
-Gakupo Kamui, vocaloid varón registrado como Gakpoid. Encantado de conocerle, joven Len-san. –Hizo una reverencia muy cortés, casi podría decir que exagerada, No estaba acostumbrado a esos modales tan pomposos en aquella casa caótica. Debo decir que me sonrojé de que alguien se inclinase tanto ante mí, no había conseguido jamás un efecto como ese en los demás, y me sentí turbado, sin saber qué hacer. Entonces le observé mejor y en mi mente aparecieron flashbacks del día anterior. Ese largo cabello… morado… como las orquídeas… y esa voz… - Alcé mi vista hacia él, sorprendido. Traté de balbucear algo que sonó incomprensible y, sin saber cómo reaccionar ante mis sentimientos de gratitud, mi terror a ser substituido y mi odio por ser un don nadie, sólo pude girarme y correr a mi habitación como un crío, con un enorme portazo. Me dejé caer tras ella, sentándome y abrazando mis rodillas, aguantando mis ganas de llorar. Me sentía traicionado… la única persona que parecía haberme querido ayudar el día anterior… resultaba ser un loid como él… y no sólo eso, además le quitaba lo poco que le quedaba. Incluso a Rin le parecía fantástico. Sentí como mis sueños se rompían poco a poco y una brisa se los llevaba, como hojas de papel. No sé cuánto tiempo pasó tras ese momento. Sólo recuerdo haberme quedado dormido, mientras en el exterior el día se sucedía y daba paso nuevamente a la noche, sin que apenas yo lo notase…
--FIN DEL CAPÍTULO 1—
—Free Talk—
Una vez más, tras un largo periodo de pausa, vuelvo a la carga fanfic con este fic de que, a pesar de ser yaoi, esta vez no trata nada sobre Kingdom Hearts, sino sobre Vocaloid, No es un fic con una idea de ser largo, al menos es mi principal idea. Es un fic que diseñé pensando en no hacerlo muy largo, espero que pueda continuar siéndolo. Lo ideé pensando como regalo a Roxasthe13nobody, ya que como bien dice, apenas podemos ver escrito ni dibujado ni escuchado acerca de Len y Gakupo, así que, cumpliendo sus deseos, voy a redactar un posible fic (este mismo, de hecho) de la pareja, y desmentir los tópicos de que una pareja así no funcionaría. Mis habituales lectores saben que yo soy capaz de hacer que una pareja tan dispareja puedan llevar una vida en común como algo natural, y este fic no va a ser la excepción. (Además, de que si Gakupo puede estar con Rin en algunas imágenes, o canciones, no veo por qué no pueda quedar bien con Len, sobretodo después de Imitation Black o fate: Rebirth, que en este fic os darán alguna que otra sorpresa agradable).
Espero que os haya gustado al introducción, y poder seguirlo más o menos regularmente, que la Universidad apenas me deja tiempo para cosplay, ni para escribir ni dibujar u.u lo siento por los que siguen aún mis otros fic, los proseguiré en cuanto pueda, ¡lo prometo!
Dedicado especialmente a mi Roxas (futuro Len cosplayer) y dedicado también a mis habituales lectores, y como no, a los fans de esta pareja (que aunque pocos, sé que los hay, ya está bien de no tener apenas fics en , no puede ser xD Así que como capitaneé la abertura del fic AkuRoku español, ahora vuelvo nuevamente a abrir la puerta a futuros lectores y escritores de las aventuras de Gakupo y Len. ¡Que lo disfrutéis!)
PD: Acabo de ver las nuevas normas de … Donde no se permite contenido explícito. Este fic al ser YAOI, iba a tener contenido MUY explícito, dentro de lo poético de un lemon, eso sí… no me gusta ni el lenguaje soez ni las expresiones fuera de tono… pero iba a tener alguna escena de sexo… Por eso mismo, continuaré hasta el capítulo donde vaya a sucederse esa acción y lo proseguiré en mi deviantart para los que quieran continuar leyéndolo… podéis sugerirme más páginas si queréis y dependiendo de mis posibilidades, lo publicaré.
A pesar de esta nueva norma que a todos los escritores/lectores de yaoi habituales nos fastidia bastante, he decidido igualmente continuar con mi idea de publicarlo aquí, pues es donde más lectores me siguen, y porque quiero que mi mensaje llegue a la mayor parte de lectores posibles. Perdonad las molestias (no causadas por mí, sino por las normas, obviamente…)