¿MI HIJO?

Ni los personajes del ni las HISTORIA me pertenecen solo yo Realizo la adaptation.


Capitulo 21

BPOV

Por fin habían pasado las dos semanas de reposo, hoy podría ir al medico y hacer mi vida normal, en este momento estaba esperando a Sue que regresara con mi ropa, le daría una sorpresa a mi esposo, yo sabía que uno de sus deseos era verme con ropa de maternidad, la cual yo no tenía. Por lo que por internet vi un sitio de ropa, elegí unos conjuntos y Sue había ido por ellos, nos los compre por internet porque Edward se daría cuenta cuando los llevaran y eso arruinaría mi plan de sorprenderlo.

– ¡Bella! Ya regrese ¿donde estas? – era la voz de Sue.

– En mi habitación Sue.

Escuche sus pasos y unos segundos después entró.

– Encontraste todo lo que te mostré.

– Si todo – me dijo poniendo las bolsas sobre la cama.

– Gracias – la abrace… yo no se me sucedía últimamente me había vuelto muy efusiva con las personas, deben ser la hormonas del embarazo.

– De nada, te dejo para que te cambies, tu esposo dijo venia por ti a las dos y solo falta una hora tienes que almorzar antes de irte. – salió de mi habitación.

– Manos a la obra – me dije a mi misma.

Me di una ducha rápida y saque un conjunto de lencería nuevo en color morado oscuro mis sostenes no me quedaban, me lo coloque y luego puse crema en todo mi cuerpo especialmente en mi pancita, recordé lo contento que había regresado Edward dos días antes con la crema diciéndome que le habían dicho que era especial para mujeres embarazadas, ese pequeño detalle me hizo valorar más al hombre maravilloso que tenia a mi lado, él siempre estaba pendiente de mí, incluso antes del problema que me llevó al hospital.

Saque toda la ropa que se encontraba en las bolsas e elegí una camisa a cuadros en distintos tonos de morado de botones estilo túnica y un jean azul oscuro.

Me puse unos zapatos negros sin tacón que hacían juego con mi cartera, seque mi cabello y le di un poco de forma, lo deje suelto porque se que a Edward le gusta más así y me maquille ligeramente.

Salí a almorzar aun me quedaba media hora, después le dije a Sue que se podía ir temprano pensaba pasar la tarde con mi esposo.

EPOV

Llegué justo a las dos de la tarde por mi esposa, entre silenciosamente, me pareció raro no encontrar ni a Bella ni a Sue en la sala, busque en la cocina y tampoco las encontré, por lo que deduje que Bella estaría en la habitación.

– Bella amor, ¿Estás lista? – le grité llegando a la puerta de nuestra habitación.

– Estoy lista Edward - me dijo cuando la puerta se abrió dejando ver a mi hermosa esposa, vestida como la imaginé desde que comenzó a notarse su pancita, me quede viéndola como bobo.

– Cariño… ¿Qué tienes por que te quedaste callado?

– Bel… yo…

– ¿Dime?

– Eeeh!... yo…

– Respira Edward (lo siento no lo puede resistir)

– Estas hermosa – le dije al fin.

– Gracias… nos vamos esposo mió – me sonrió ofreciéndome su mano.

– Vamonos preciosa.

Esta iba a ser la primera vez que saldríamos juntos como un verdadero matrimonio, me sentí nervioso, pero sensación de la mano de Bella con la mía me dio tranquilidad

Cuando llegamos a mi amado Volvo abrí la puerta para ella y le ayudé a acomodarse en el asiento del copiloto, por un segundo me perdí sus hermosos ojos, pero recordé que tenía que abrochar su cinturón.

– Ya te dije lo increíblemente preciosa que estas – mi amor solo sonrió, últimamente la sonrisa siempre adornaba su bello rostro, me aleje de ella cerrar la puerta del auto.

– Edward – su voz me detuvo.

– ¿Dime amor? – le dije acercándome de nuevo.

– Te amo – me dijo, dándome un beso en el pude sentir un poco de temor

– Todo saldrá bien cariño, nuestra hija y tu están bien, lo se.

– Solo quiero que nuestra bebita este bien, no me importa si tengo que estar encerrada en casa durante todo el embarazo. Quiero que estemos bien Edward.

– Y lo estaremos.

– Lo prometes.

– Lo prometo – le dije.

– No me dejes, nunca – me pidió acercándome a ella para que la abrazara.

– Nunca lo haré, te amo – le asegure – ahora vámonos… sino no llegaremos a la cita.

Llegamos justo cinco minutos antes de la hora indicada.

– Señora Cullen, la doctora Weber la atenderá en unos minutos – nos indico una enfermera.

– Gracias señorita.

– ¿Doctora Weber?, ¿Amor el doctor que te hizo la inseminación no se apellidaba Yorkie?

– Si, pero yo preferí que el control del embarazo lo llevara, mi ginecóloga.

– Señora Cullen, puede pasar – nos informó la enfermera.

– Vamos cariño – tomó mi mano, la enfermera nos dedicó una mirada extraña.

– Mi esposo entra conmigo – le dijo a la señorita.

Entramos juntos al consultorio y nos sentamos frente al escritorio de una mujer joven al parecer era la doctora de Bella.

– Isabella me alegra verte bien – le dijo la doctora a mi Bella.

– Gracias Angela, antes que nada déjame presentarte a mi marido Edward Cullen.

– Encantada señor Cullen me da gusto que la acompañe, esta mujer es poco necia.

– A veces suele serlo – le dije con una sonrisa.

– Me preocupe mucho cuando recibí el diagnóstico y los resultados de la crisis que tuviste hace dos semanas.

– He seguido las indicaciones del médico que me atendió al pie de la letra.

– Me gustaría realizarte un ultrasonido, de rutina, tu sabes el procedimiento.

Nos dirigimos a la otra sala, Bella se acostó, subió su camisa dejando al descubierto su abdomen, colocaron un gel como la vez anterior, y luego paso un aparatito sobre su piel.

– Parece que esta nena esta bien.

– ¿Segura Angela? – preguntó mi esposa

– Muy segura es más parece que nunca le ocurrió nada, está tranquila, sus medidas son normales al igual que el ritmo de sus latidos… Escuchen.

Escuche los latidos de mi hija de nuevo y además que se ella y mi mujer están bien.

– Mi princesa hizo su primera travesura, preocuparnos a su mamá y a mi.

– Todo esta normal, puedes regresar a tu vida normal Isabella, pero siempre alerta y con mucho cuidado.

– ¿Mi vida normal completamente? – preguntó mi esposa.

– Si, aunque te recomiendo que no regreses al trabajo, aprovecha estos meses que estarás de baja para consentirte.

– No tenía contemplado regresar. Me refiero es si ya puedo… - Bella no pudo terminar la pregunta por que Ángela la interrumpió.

– Si te preguntas si puedes regresar a las clases de parto sin dolor la respuesta es sí.

– Bueno si, esa era una de las preguntas, la otra es que si… - Bella se sonrojo, mi esposa sonrojada , se veía preciosa - ¿Si ya puedo tener relaciones sexuales con mi esposo?

– Ah era eso – riéndose – claro Bella, puedes hacer tu vida normal – la respuesta de la doctora me agrado muchísimo.

– Gracias Angela, ya nos podemos ir.

– Eso es todo, mi secretaria te dará la imágenes del ultrasonido, nos vemos en un mes.

– Gracias de nuevo Angela.

– Cuídense.

Mi Bella y yo salimos de la consulta y como nos dijo la doctora, su secretaria nos dio las imágenes de mi bebita, eran 2.

– Yo me quedo con esta – le dije a mi esposa – compraremos un portarretrato para ponerla en mi oficina… la primera foto de mi hija

– Entonces yo me quedo con esta para iniciar su álbum – me informo Bella.

BPOV

Salimos de la consulta y la secretaria nos entregó dos imágenes de mi hija

– Yo me quedo con esta – dijo Edward con un brillo en los ojos – compraremos un portarretrato par ponerla en mi oficina… la primera foto de mi hija – me encanto escuchar la alegría en la voz de mi esposo.

– Entonces yo me quedo con esta para iniciar su álbum.

Una hora más tarde nos encontrábamos en un centro comercial, yo comiéndome un delicioso helado de chocolate y mi esposo intentando decidir a cual tienda entrar ya que quería entrar a todas al mismo tiempo, y eso que ya teníamos como seis bolsas de ropa de bebé y cuatro de ropa para mi.

– No sabía que mi esposo fuera adicto a las compras – le bromee.

– No es que sea adicto amor, es solo que me gusta comprarles cosas lindas a mis chicas… ¿Acaso tiene algo de malo? – quien se podía resistir a esta ternura por lo menos yo no.

– Claro que no cariño, que te parece si te ayudo con tu difícil decisión sobre a cual tienda entrar – le dije justo después le di un beso suave

– Sabes a chocolate! – me sonrió – Me encantaría tener tu ayuda amor.

– Ok! Primero vamos a comprar la pintura para la habitación de nuestra hija, y luego vamos a elegir los muebles, me muero por ver cunas.

– Está bien señora haremos como usted dice, aunque ya se que color será la habitación de nuestra hija.

– Así… ¿Qué color? – pregunte.

– Rosa, por supuesto, será para mi princesa.

– No me gusta el rosa.

– Umm! En ese caso veamos los colores y decidimos uno que nos guste a los dos.

Edward se salió con la suya y compramos pintura rosa en tono muy pálido, pero también elegimos pintura en un tono crema, y un papel de ositos del que me enamore, para elegir los muebles fue un lio ya que mi esposo como buen bombero, revisaba todas las cunas para ver si cumplían las normas de seguridad, yo estaba encantada de que fuera asi, ya que quería que mi bebita estuviera segura siempre, ya me estaba decepcionando por no encontrarla cuando vi una hermosa cuna, en color de madera natural.

– Edward – llame a mi esposo.

–¿ Dime amor?

– Me gusta esa – dije señalándola.

– Es perfecta – me dijo.

– Viene con todos los muebles a juego, un armario, un cambiador, y una mecedora – nos dijo la vendedora con una cara de alegría de que por fin hubiéramos decidido.

– Nos lo llevamos – dijimos ambos al mismo tiempo.

Salimos de la tienda felices, en ese momento me recordé de algo que quería hacer desde que Edward y yo estamos juntos realmente, comprar lencería con el.

– Cariño, podemos ir a una tienda antes de irnos.

– ¿No estás cansada? Deberíamos ir a casa.

– Vamos! Solo una y ya, pero luego no quiero ir a casa, vamos a cenar fuera si!

– No te puedo negar nada, dime donde quieres ir

Lo tomé de la mano y entramos a una tienda de lencería.

– ¿Compraras ropa interior? – me pregunto con voz ronca.

– Si, la necesito, digamos que he crecido un poco – le dije señalando mi escote.

– Si ya me di cuenta – dijo en tono muy bajo.

– Pero además quiero comprar un par de conjuntos para dormir.

– Por mi puedes dormir desnuda – volvió a murmurar.

– ¿Qué dijiste cariño?

– Que compraremos lo que tu quieras amor.

– Eres maravilloso, ya te dije que te amo – me puse de puntillas y lo bese, el profundizó el beso, pero creo que después se dio cuenta que estábamos en lugar publico porque se separo un poco de mi, pero sin soltar completamente el abrazo

– ¿Puedo elegir unos conjuntos yo? – me pregunto contra mis labios antes de depositar un corto beso en ellos.

– Los que quieras – le susurre en su oído.

– Creo que si me volveré adicto a este tipo de compras – me dijo con una sonrisa como de gato que se acaba de comer un ratón.

Compramos un par de cosas, luego mi marido me llevo a cenar a un restaurante muy bonito, hace muchos días no salía y disfrute muchísimo cada momento, mi Edward es una excelente compañía, aparte de ser un hombre increíblemente guapo, también muy inteligente e interesante, tengo un excelente hombre a mi lado.

EPOV

Cuando mi esposa me hizo entrar en la tienda de lencería, pensé ¡Esta mujer quiere matarme!, pero la verdad fue que me encanto comprar todo ese tipo de cosas, amo verla sonreír, nos la pasamos muy bien en la cena, cada vez me convencía de lo compatibles que éramos Bella y yo, que ciego fui antes al no darme cuanta de esto.

– ¡Gracias Edward! – escuche decir a mi esposa.

– ¿Qué agradeces amor? – pregunte.

– Gracias por acompañarme y por hacerme pasar un maravillosa tarde.

– No tienes que agradecer, nada preciosa… para mi también fue una maravillosa tarde.

– Ummm! En ese caso creo que no hay mejor forma para cerrar con broche de oro que con una maravillosa noche también… ¿Qué opina usted señor Cullen?

– Muy de acuerdo con usted señora Cullen.

– Vamos a la habitación, entonces – me dijo tomándome la mano.

Entramos a la habitación, Bella me sorprendió, empujándome a la cama.

– Creo que alguien está impaciente – le dije.

– Solo un poco – me sonrió – no te muevas – ordenó.

– Como usted diga señora juez – la bromeé, ella rió.

Poco a poco desabrocho uno a uno los botones de su camisa, regalándome la maravillosa vista de sus pechos cubierto por un sostén de encaje en color violeta, se quitó la prenda completamente lanzándose al suelo, después llevó sus hermosas y delicadas manos al borde de su jean y los bajo sin dificultad al no tener broche por ser pre mamá , ¡wow! Sus bragas hacían juego con su sostén.

– Amor vas matarme – fue lo único que logré decirle.

– ¿Estas muy vestido no crees? – me pregunto acercándose a mi.

– Ahora mismo lo soluciono – lleve mis manos al inicio de los botones de mi camisa – pero ella me detuvo.

– Déjame hacerlo a mí – apenas pude darme cuenta cuando ya me encontraba en la misma situación que ella, solo con mi bóxer.

– ¿Creo que mi esposa se ha vuelto un poco exhibicionista? – le dije comiéndomela con la mirada.

– ¿Te molesta?, claro no debe ser muy bonito ver a una mujer con semejante panza – la escuche triste.

– No es eso mi amor, sabes que me encanta tu cuerpo, pero mas que encanta esta faceta tuya, me gusta muchísimo que me seduzcas – la bese muy despacio.

Volví a sentarme sobre la cama, pero esta vez con mi mujer sobre mi regazo, lentamente deje su boca para realizar un camino de besos pasando por sus mejillas hasta llegar a su cuello donde deje un beso húmedo.

– ¿Quiero verte? – le dije al oído.

– ¿Que esperas? – esa era la respuesta que esperaba, lleve mis manos al broche de su sostén y se lo quite.

– ¡Si que están hermosas! ¡No saben como las extrañe! – le dije antes de llevarme su pezón derecho a mi boca.

– ¡Tonto! – me dijo.

No le dice caso, seguí con mi tarea, comencé a succionar mas fuerte, y ella dejo escapar unos pequeños gemidos, esto me indicaba que le estaba gustando, saque el rosado botón de mi boca para sustituirlo por el otro, Bella se movió contra mi sexo, buscando fricción y paso su manos alrededor de mi cuello para acercarme mas.

– Eres perfecta amor.

– ¡Edward! Te amo tanto – me dijo entre jadeos.

– Yo también te amo.

Metí mis manos dentro de sus bragas, acariciando la suave piel de su derrier, quite la estorbosa prenda y luego ella me ayudo, a deshacerme de mi bóxer, volví a besarla en la boca.

– ¿Estas segura que puedes hacer esto? ¿No quiero lastimarte?

– Estoy segura cariño, estamos bien, además tu nunca me lastimarías.

– Te amo – le dije.

Entre suavemente ella, me sentí en casa, entre completamente, su calor me recibió, eran tan suave, tan estrecha, Bella definitivamente estaba hecha para mi, encajábamos perfectamente, comencé a moverme, adentro, afuera, despacio, entre te amos , y palabras de amor, ambos alcanzamos el clímax al mismo tiempo.

BPOV

Tenía ya siete meses y medio, y yo me sentía enorme, aún faltaba más de un mes para que naciera mi bebé, su habitación ya estaba lista, Edward había pintado y entre los dos habíamos acomodado todo.

Las citas médicas nos indicaban que todo iba bien, Edward estaba más cariñoso que nunca, hacíamos el amor todas las noches, lo único que me había dejado preocupada era mi hermana Alice, ella me había visitado por la mañana y noté que se sentía mal pero, ella le resto importancia y se fue a su casa, además estaba el asunto que Jasper se encontraba de viaje, por lo que a estas horas ella estaba sola.

– ¡Hola! – saludo mi esposo llegando a casa.

– Hola cariño – le di un beso en los labios.

– ¿Que sucede princesa?

– Estoy muy preocupada por Alice, esta mañana la note rara, ¿Me llevas a verla?

– Claro amor, ve por un abrigo, hace un poco de frió.

En veinte minutos llegamos, las luces de su casa estaban apagadas, eso me preocupo mucho.

– Alice, soy Bella – le grite desde la puerta, ya me había aburrido de tocar la puerta sin obtener ninguna respuesta.

– Parece como que no está.

– Tiene que estar aquí, Jasper regresa hasta mañana – en ese momento recordé que Alice , me había dado una copia de las llaves de su casa.

Saque las llaves de mi bolso, y abrí la puerta, la bolsa de mi hermana estaba sobre el sofá de la sala, ella tenía que estar en la casa, una angustia me invadió.

– Alice, ¿donde estas? – grité dirigiéndome a su habitación, Edward se dirigió a la cocina a buscarla ahi.

Me asuste mucho cuando la vi tendida en el suelo.

– ¿Alice estas bien?– le pregunté.

– Bella, gracias a Dios que estas aquí, me duele – se tocó el vientre.

– Tranquila, nena, todo estará bien.

– ¿Edward? – le grité a mi marido, que llegó corriendo a la habitación, antes que preguntara algo le dije – llama a una ambulancia, mi sobrino está por nacer,

– Te llamé y no contestaste.

– En la tarde me dolió muy fuerte, y me quede en piso y no pude levantarme, mi celular esta en mi bolsa, no pude llegar a el para avisarte, perdóname.

– No te preocupes por nada, en este momento, yo estoy aquí.

– Llegó la ambulancia –nos indicó Edward

Se llevaron a mi hermana en la ambulancia, a mi no me permitieron irme con ella por el avanzado estado de mi embarazo, Edward y yo alcanzamos a Alice en el hospital.

Cuando llegamos pregunte por mi hermana, me dijeron que esperara a que el doctor que la atendía, saliera a darnos información.

– Edward no quiero que a mi hermana le pase nada.

– No le sucederá nada amor todo estará bien – intento tranquilizarme dándome un abrazo.

– ¿Familiares de la señora Alice Whitlock? – preguntó una voz a mi espaldas.

– Soy su hermana – contesté dándome la vuelta

– Soy el Dr. Adams, médico encargado de su hermana.

– Edward Cullen – se presentó mi esposo – mi esposa Isabella.

– Señora Cullen, veo que su embarazo está muy avanzado, creo que era mejor que me entienda con su esposo.

– Estoy bien, dígame ¿cómo se encuentra Alice?.

– Entró en labor de parto hace varias horas, y no recibió atención médica, llegó en el momento justo, si se hubiera tardado un poco más en traerla, ella pudo haber muerto, aunque su situación es delicada, tanto ella como su bebé corren mucho peligro, haremos una cesárea de emergencia, necesitamos que su esposo o familiar más cercano firmen una responsiva.

– Su esposo esta de viaje, regresa hasta mañana – dije.

– Señora, no podemos esperar – informo el medico.

– Entonces yo me hago responsable, donde firmo.


¡Hola!

Estoy muy apenada con ustedes por haberme atrasado tanto con los capítulos... Mi semana de trabajo fue espantosa, soy informatica un servidor colapso y lo único que me permitía mi cuerpo es caer en mi cama.

Espero les haya gustado el capítulo... Hubo un poquito de felicidad para los Cullen pero pobre Alice que creen que pasara?

¿Cuál fue su parte favorita?

Gracias de nuevo.

Besos

V