N/A: Año nuevo, fic nuevo.
Como mi compli anda aun medio desaparecida y no coincidimos mucho en msn para escribir fics, empecé a escribirlo sola *cries* espero que les guste, cuando vuelva seguro que se anima y aporta su enorme y brillante imaginación, hasta ese momento, seguiré por mi cuenta, así que espero sus comentarios, sugerencias, criticas, TODO lo que tengan.
Trataré de actualizarlo seguido, todo depende de mi nivel de imaginación, redacción y principalmente tiempo, en los próximos capítulos sabrán el porqué de las cosas, probablemente cuando lean este tendrán mil dudas o se confundirán pero a medida que vaya avanzando se aclarara todo.
Tanto fic que he leído en Inglés que se pe pegó la manera de escribir; lo que está "entre comillas" son los diálogos y lo que esté en Italic son los pensamientos de alguno de los personajes, principalmente de quien se trate el capítulo.
Ando tentada con el Angst muy pero muy tentada, quiere llevarme al lado oscuro :P, trataré de no excederme.
Saludos
Kate xD
Disclaimer: Todo los personajes principales pertenecen absolutamente a FOX, Hart Hanson, Stephen Nathan y Kathy Reichs. Mi único aporte son los OC's, el Storyline y mi imaginación.
Prólogo
Sábado; junio 22, 2013
"Estimados pasajeros, hemos aterrizado en el Reagan International Airport, Washington DC, hora local 14:54. Gracias por preferir nuestra aerolínea, buenas tardes."
La voz del piloto del avión que lo traía de vuelta a casa lo sacó rápidamente de sus pensamientos.
Habían pasado exactamente 31 meses y ocho días desde la última vez que estuvo en DC; 951 días, 22.854 horas o 1.371.240 minutos pensó. Treinta y un meses con ocho días desde la última vez que pasó la tarde con su hijo, desde la última vez que lo vio sonreír, llorar, hablar; desde la última vez que vio como sus ojos se iluminaban cada vez que lo miraba con admiración, desde la última vez que lo llamó papá.
Treinta y un meses con ocho días desde la última vez que compartió con el squint squad, del carisma de Ángela, las locuras de Hodgins, la confidencia de Cam y de las incoherencias psicológicas de Sweets.
Treinta y un meses con ocho días desde la última vez que habló con su hermano a quien le pidió que cuidara de las personas que eran más importantes para él y que Jared le aseguró que sacrificaría su vida por ellas, si era necesario. Esa misma cantidad de días desde que habló con su abuelo y le pidió que no dejara de tomar su medicina, que quería verlo con más energía que nunca cuando volviese, si es que volvía algún día.
Treinta y un meses con ocho días desde la última vez que comió y durmió como una persona normal, que tuvo la oportunidad de disfrutar de las cosas simples de la vida, sin mayores preocupaciones más que el trabajo y la familia, sin ese temor de no saber si vivirías un día más.
Treinta y un meses y ocho días en los que pasaron un millón de cosas, días en que no podía dormir ni comer, días en que perdió amigos y ganó más enemigos de los que podía imaginar, días en los que estuvo encerrado sin absolutamente nada a su alrededor.
Y lo más doloroso.
Treinta y un meses y ocho días sin ella. Sin sus ojos, sin su sonrisa, sin su voz. Sin sus constantes discusiones, sin su determinación, su valentía, su orgullo y su 'antropológicamente hablando…´. Treinta y un meses y ocho días, desde que se habían acabado las mentiras, desde que la verdad salió a la luz y que no pudieron negar más que no podían vivir si el otro con estaba con ellos. Treinta y un meses y ocho días desde la última vez que la besó, que la abrazó, que recorrió su cuerpo con sus manos y con sus labios. Desde la última vez que la amó con su cuerpo, mente, alma y corazón.
*
No fue necesario recoger su maleta, pues en esos casos no era necesario llevar una, simplemente te pasaban un pequeño bolso para guardar lo más esencial y así fue como se montó al perfectamente cuidado auto negro con patente del gobierno que lo esperaba.
"Buenas tardes sargento" le sonrió el conductor Charlie pensó él, mi viejo amigo "¿Hacia dónde lo llevo?."
"A su casa, llévame a su casa." Fue lo único que respondió.
En el camino nuevamente volvió a pensar en todo lo que había dejado atrás y cómo estarían las cosas ahora. Parker ya con diez años seguramente estaría transformado en todo un pequeño científico. Hodgins y Ángela estarían juntos, Sweets y Daisy probablemente casados y Cam aun lidiaría con los problemas de adolescencia de Michelle.
Huesos, no sabía que pensar de ella, quizás encontró a alguien más, puede que este casada, que tenga hijos, no no no sacudió la cabeza prometió que me esperaría. Pero, las cosas habían cambiado, él ya no era el mismo hombre de antes, después de haber visto lo que vio, de haber estado siete meses secuestrado en manos enemigas, de haber sido torturado, rescatado y después de más de nueve meses de recuperación y trabajo comunitario era imposible seguir siendo el mismo.
El auto se detuvo, luego de cuarenta minutos, frente a un edificio que conocía desde hace muchos años. Sonrió, cogió su bolso y caminó hasta el ascensor donde se acomodó su uniforme, el cual tenía un par de medallas más que el anterior, el que usaba cuando formaba parte activa del ejercito; ahora no era más que un veterano de guerra, con casi treinta y nueve años, quien anhelaba, simplemente, no volver a pasar por eso otra vez.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron el en piso correspondiente respiró hondo, era el momento, volvía a casa. Caminó hasta su puerta y se sorprendió cuando vio globos de colores en la puerta ¿Acaso estaban al tanto de que volvería? Se cuestionó, segundos después se convenció y tocó a la puerta y cuando esta se abrió el eco de gente cantando 'cumpleaños feliz' fue lo primero que escuchó antes de que alguien lo abrazara con todas sus fuerzas.
"Dios mío…" él correspondió el abrazo, reconociendo inmediatamente quien era "No puedo creerlo… Booth."
"Soy yo el que no puede creerlo, Ángela" posó sus manos en el vientre de ella "¿Embarazada?, si que me he perdido de mucho" sonrió.
Caminaron juntos hacia el living donde los vio a todos sonrientes, celebrando. Nadie había notado aun su presencia y quiso buscarla con la mirada pero un pequeño ser humano se lanzó hacia él abrazándose a su cintura con todas sus fuerzas.
"¡¡PAPÁ!!"
"Hola campeón" se arrodillo hasta quedar a su altura y le miró a los ojos, quitándole con sus dedos las lagrimas que caían de ellos "Parker… mírate, que grande estás."
El pequeño se abrazó fuertemente a él, Booth lo cargó en sus brazos, no le importó que ya tuviese diez años, mucho menos los problemas que le traería a su espalda por cargarlo así, eso era lo que menos le importaba, lo único que faltaba para que su felicidad fuera completa era verla a ella.
Y la vio.
Sonriendo.
Junto a Jared, su hermano.
Aun no notaban que él estaba ahí, mirándolos.
Ella lo miró y sus ojos se llenaron de lágrimas, luego miró a la pequeña que Jared tenía en sus brazos mientras intentaba apagar las velas de su pastel de cumpleaños y volvió a mirarlo a él.
Tiene una hija.
Tienen una hija.
Jared y ella. Juntos. Una familia.
Estaban celebrando el cumpleaños de su hija.
Logró lo que quería hace años, un hijo, una niña, que no era suya, era de su hermano. Sacudió la cabeza intentando asimilar. Sintió que no pertenecía a ese mundo, no tenía nada que hacer allí. Divisó a Rebecca quién lo miraba con una sonrisa, le sonrió también y se acercó a ella aun cargando a su hijo entre sus brazos.
"¿Me dejas tener a Parker este fin de semana?" le preguntó nervioso.
"Todos los días que quieras, ¿Paso a dejarlo mañana a tu apartamento?"
"Si, eso sería genial, te llamaré." Le dijo y le besó en la mejilla como agradecimiento.
La sala se había quedado en silencio, Brennan lloraba, Ángela también. Cam lo abrazó fuertemente, Hodgins le dio unas palmaditas en la espalda y le dijo cuan feliz estaba de volver a verlo. Él solo sonrió, no dijo nada, no sabía que decir. Se sentía como en una dimensión distinta. Sentía que no conocía a ninguno de los presentes, solo a su hijo y por eso se sintió angustiado, con ganas de llorar, no quería estar ahí, necesitaba aire, debía irse.
"Campeón…" le dijo dejándolo en el piso y dándole un beso en la frente "Pasaremos el fin de semana juntos ¿Vale? Mamá te llevará mañana a mi casa.."
"¿Iremos al parque? ¿Y al zoológico? ¿Puedo quedarme toda la semana contigo también?"
"Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, ahora debo irme" se abrazaron por última vez "Te veo mañana"
"Seeley, acabas de llegar ¿A dónde piensas ir?"
"Iré a ver al abuelo, Jared. Le prometí que iría apenas volviera"
"Seel… creo que deberías sentarte"
"No, gracias. No quiero"
"El abuelo… el abuelo murió en septiembre"
"¿Qué? No, eso no puede ser verdad" imposible, IMPOSIBLE. Repetía una y otra vez en su cabeza Ahora sí creo que necesito sentarme.
"Lo es, sé que no te lo esperabas…"
¿Qué no me lo esperaba? ¡QUE NO ME LO ESPERABA! . Miró a su alrededor y vio a Parker tratando de oír algo en el vientre de Ángela, Cam reía junto a Rebecca quien tenía un pequeño en sus brazos que lucía exactamente como Hodgins, solo que con los ojos de su madre. Miró a Temperance y la vio jugando con su hija mientras lo miraba fijamente, observó a la pequeña; tenía el cabello oscuro con leves rizos, los ojos, la nariz y el color de piel eran exactamente iguales que los de su madre, la vio sonreír y supo que definitivamente era una Booth, había heredado también la famosa sonrisa característica de su familia. No, definitivamente no me lo esperaba, nada de esto me lo esperaba, absolutamente nada.
"Claro que no me lo esperaba." Pasó sus manos por su pelo y cerró los ojos esperando que al abrirlos todo fuese un sueño, o una pesadilla, pero al hacerlo todo seguía igual, la única diferencia era que ahora, en vez de tener en frente a Jared, la tenía a ella, la mismísima Temperance Brennan.
"Booth, yo…"
"Tu nada" le dijo fríamente.
"Yo… creo que deberíamos hablar" continuó.
"No tengo nada que hablar con usted Dra. Brennan, absolutamente nada" enfatizó. Tenía rabia, rabia de haberle creído cuando dijo que le esperaría.
"Pero… Booth, no te pongas así…"
"¿Y cómo quieres que me ponga?. Me mentiste."
"¡No!... Solo… solo quería decírtelo a la cara, no en una carta, ni por teléfono…"
"Pues ya no es necesario que me digas nada, ya he visto todo lo que tenía que ver ¿Cómo pudiste?" hizo rápidamente los cálculos mentales "Sabías que estabas embarazada cuando estuviste conmigo ¿Verdad?."
"¿Cómo? Booth, no…"
"Déjalo, no me interesa." Miró fijamente la alfombra para contener las lágrimas "Y yo te creí, creí todo lo que me dijiste ¡Pero qué idiota soy!." Un par de ellas se le escaparon por lo que cerró los ojos apretándolos fuertemente. Fue ahí cuando sintió dos pequeñas y suaves manos en sus mejillas y los abrió. Cuando lo hizo lo primero notó fue unos inmensos y hermosos ojos celestes que lo miraban con curiosidad.
"¿Hola?" Fue lo único que alcanzó a decir antes de que la dueña de esos ojos sonriera feliz y se lanzara a sus brazos tal y como lo había hecho su hijo momentos antes, aferrándose a él como si de eso dependiese su vida.
Estaba confundido, sorprendido e incluso emocionado. Miró a Temperance quien tenía los ojos llorosos y se mordía el labio inferior, luego miró a la pequeña quien le besó en la mejilla un par de veces mientras se acomodaba en su regazo.
"Ho…la" sonrió.
"Hola." sonrió el también "¿Cómo te llamas?." Le acaricio la mejilla delicadamente.
"Josephine… Josephine Bo..oth" volvió a refugiarse entre sus brazos.
Sentía que el corazón se le saldría del pecho, su mente trabajaba a toda velocidad. Josephine, Josephine Booth, Josephine Booth, Josephine, Josephine, Joseph- ine, Joseph, Seeley Joseph… Booth.
Sonrió.