N/A: Esta historia sufrio unas leves modificacion gramaticas porque, Dios, nose ni como me entendia a mi misma. Enjoy ;)
Disclaimer: Nada es mio nenes, sino se los juro que no estaria en mi decrepita computadora en medio de una casa fea en un publecin, no señores; estaria living la vida loca en Phoenix, pero no soy Stephenie Meyer so... aqui estoy.
volvi y con nueva histooria! wuju me ha dado un arranque de inspiracion masiva y... bueno, esto fue lo que salio mesclando mi exagerado miedo a todo y a mi pareja favorita en todo el universo=) haha la verdad si me dan pavor las casas embrujadas, jamas entro a la que hacen en las kermeses de mi escuela, a menos claro que yo asuste ahi, lo malo es que me ahogo con el humo que ponemos:( haha creo que ya me he desviado del tema, mejor me callo y ustedes lean como las niñas lindas y bonitas que se que son..
~Haunted House~
"Have you ever had that feeling when you meet someone and you know he is the one?"
...
Vamos, Bella. Tú puedes hacerlo, inhala, exhala…
– Anda, Bells. Hazlo, o ¿Es qué tienes miedo?
– Cállate, Alice. Y no, claro que no tengo miedo, Isabella Marie Swan jamás tiene miedo. Solo estoy… un poco... ansiosa –al menos había tomado esas lecciones de actuación que me obligaron ciertas personas que se hacen llamar mis "mejores amigas" a llevar pues si no hubiera sido así nadie me hubiera creído.
Bueno, quizá solo Charlie, mi padre, pero en estos momentos no cuenta.
– Okey, pero recuerda siempre que si fallas… Bueno, Eric te estará esperando para su cita –dijo Rose, fingiendo estar triste aunque en realidad todos sabíamos que disfrutaba de lo lindo, haciéndome temblar.
Entonces en mi mente se forma la imagen de ese espantoso chico de ojos rasgados, cabello horriblemente grasoso y graves problemas de acné. Iugh, que asco.
La pequeña chica de cabello rojizo delante de mí avanzó un paso, cada vez me hallaba más cerca de mi perdición: la mansión embrujada.
Algo completamente ridículo, créanme, lo sé, hay ciertas personas que me lo recuerdan cada cinco minutos. Pero ese ha sido mi más grande miedo desde que era una niña, y por esa misma razón mis llamadas "amigas" me habían obligado a hacer esto o a tener una cita con Eric Yorkie, el nerd de la escuela y obsesionado en mi no sé por qué, estaban Alice y Rose que eran mejores que yo, incluso Lauren, la zorra oficial en todo el instituto.
Voltee hacía mi derecha para encontrarme a Alice alias pixie malevolo abrazando a Jasper, su novio y gemelo de Rosalie, por la cintura con cariño pero una mirada burlona hacía mí, él tenía una sonrisa picara que hacía soñar a Allie y Rose reía fuertemente apoyándose en el puesto de dulces que tenía enseguida; todos ello disfrutando de mi sufrimiento, traicionándome, humillándome...
De pronto sentí un golpe en la espalda que interrumpió mis autocompadecientes pensamientos.
– ¡Hey!
– Lo siento –dijo una hermosa y musical voz, y al voltear hacía atrás me encontré con el dueño de la voz.
Era un chico alto, yo apenas le llegaba al hombro, de alborotado y revuelto cabello de un muy poco común cobrizo que le daba un aire de misterio, piel muy pálida, incluso más que la mía, y preciosos ojos verde esmeralda que parecían dos soles bajo el agua cristalina; era musculoso, lo cual se lograba apreciar mejor por la camisa que le resaltaba sus músculos, todo en él era increíblemente perfecto.
– No importa –dije completamente sonrojada y con mi voz temblando penosamente. ¡Diablos!
¿Por qué tenía que ser tan perfecto? No, ¿Por qué tenía que ser yo tan tonta y mirarle sin disimulo? Seguro ahora creía que yo era una loca maníaca compulsiva que acosaba a todo a quien se encontraba.
Voltee de nuevo para enfrente y vi que el "mayordomo" salía por las puertas gigantes; era viejo, de poco cabello cano, se parecía al de "La Mansión Embrujada" y estaba casi segura de que olía como jamón y gato, al igual que mi antigua profesora de historia.
– Ya pueden comenzar a pasar, en grupos de diez que irán divididos en parejas. Y, recuerden siempre; no todo es lo que parece y, no hay vuelta atrás, nunca. Disfruten de su visita a la mansión –al principio su voz era tétrica, pero luego cambio y se hizo alegre y muy amable, cosa que solo hizo que me dieran aún más escalofríos.
En ese momento estuve a punto de echarme para atrás y salir corriendo como niñita llorando por su mamá pero me contuve como pude; después de todo Renée no se encontraba aquí, seguía en Phoenix.
Se hizo a un lado, y, con un chillido horripilante, ambas puertas se abrieron para dejar paso a un espeluznante pasillo al que le seguían unas escaleras interminables.
Mi pareja resultó ser, gracias al bendito destino, ese chico, al que por no saber su nombre había decidido llamarlo "ángel" por razones obvias para todos.
Estaba temblando de miedo, totalmente paralizada y eso que ni siquiera había comenzado el recorrido, cuando sentí algo en mi hombro.
– ¡Aaah! –chille horrorizada.
Dos fuertes brazos me tomaron por los hombros y me dan la vuelta hacía la izquierda para toparme otra vez con esas hechizantes esmeraldas. – Tranquila –dijo el ángel –, solo fui yo –esbozó una sonrisa torcida que hizo que me comenzara a derretir –. ¿Estás bien? Te ves algo pálida.
– Estoy bien –respondí mientras ponía su mano en mi frente, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo.
– Por cierto, me llamo Edward, Edward Cullen –dijo después de "salvarme" de un par de zombies que me hicieron quedar afónica como nunca.
– Yo soy Bella Swan –dije con la voz áspera y ronca haciendo que él riera con un hermoso y atrayente sonido.
Algo me picó entre las costillas haciendo que tomara la mano de Edward hasta casi el punto de quebrarla.
– Lo siento –dije apenada.
– No importa –dijo con la sonrisa torcida y volviendo a tomar mi mano, cosa que no me molestó para nada.
Corrimos aún tomados de la mano por los interminables pasillos; yo tratando de huir de mis tontos temores y deseando pasar más tiempo con Edward y él divirtiéndose de mis tontadas y riéndose con su musical risa que cada vez me gustaba más y más.
– ¡Aaaahhh! –chille cuando salió un tipo idéntico al de "The Texas Chainsaw Masacre": Leather Face.
Corrimos lo más rápido que pudimos tratando de huir de nuestro supuesto perseguidor.
– Demonios. Siempre van tras de mí.
– Eso es porque eres la que más se asusta. Si no fuera así no te perseguirían siempre –me explicó.
Así que, aunque era muy difícil, decidí intentar lo que Edward dijo: no asustarme.
Justo ahora nos encontrábamos pasando frente a una puerta de madera que se veía podrida, incluso se podía sentir que algo iba a salir de ahí en cualquier momento. Era tan obvio que no pude evitar pensar en lo ridículo que era espantarse por algo así.
Y, por primera vez en mi vida, no me asuste.
– ¡Guau! ¿Viste, Edward? ¡No me asuste! –yo estaba que reventaba de la emoción, incluso brincaba al igual que Alice, cosa que era muy divertida, con razón lo hace tanto.
Y, en un ataque de adrenalina, abrace a Edward con todas mis fuerzas, y en vez de separarme de él me quede en shock total disfrutando de ese extraño cosquilleo que recorría mi piel y se refugiaba en mi estomago.
Con una lentitud increíble aunque usaba todas mis fuerzas y la poca voluntad que tenía, comencé a separarme de Edward sufriendo con cada centímetro que aumentaba la distancia que había entre ambos.
Pero contrario al rechazo que me esperaba de su parte, rodeó mi cintura gentilmente con sus largas y fuertes manos, atrayéndome hacía él, impidiéndome alejarme y aliviando el extraño dolor causado por el vacio que había entre nosotros; no me había dado cuenta de cuando baje la mirada, pero al volverla a subir me tope con esas esmeraldas que me miraban fijamente, penetrándome, mirando el interior de mi alma. Me encontraba toda sonrojada, jamás había esperado sentir algo así, era la primera vez que sentía esa fatal atracción que me hacía sentir obligada a mirarlo a los ojos; nuestras narices se rozaban y su dulce y embriagador aliento me mareaba.
Lo único que podía ver o sentir era él, su musculoso cuerpo contra el mío, como sus carnosos y apetitosos labios me llamaban con demasiada persuasión, me invitaban a probarlos, a sentir su sabor, esos labios eran ahora lo único que existía.
Con una lentitud tortuosa sus labios se fueron acercando aún más y sentí la necesidad de cerrar los ojos y esperar a lo que tenía que suceder, ese tan ansiado beso.
El momento fue perfecto, en una mansión embrujada, con horribles criaturas que podrían estar acechándonos de muy cerca; pero nada de eso arruinó nuestra burbuja personal.
Al principio fue solo un pequeño roce que encendió una llama en mí, fue muy dulce, con nuestros labios moviéndose en perfecta sincronía; alce mis manos y las enredé entre su suave cabellera, mis dedos juguetearon con él un rato, maravillándose en su textura. Solo nos separamos cuando la falta de aire se hizo un problema que nos se podía soportar más, dejamos nuestras frentes juntas y respirábamos agitados tratando de recuperar el aliento.
Y, si antes, era perfecto, ahora no había palabras suficientes para describirlo; sus labios estaban hinchados y muy rojos por el beso, su cabello estaba aún más revuelto, lo que le daba un aspecto misterioso y muy sexy, casi se me salía la baba.
Alguien se aclaró la garganta detrás de nosotros.
Volteamos y nos encontramos con un par de momias que nos veían con sonrisas burlonas que hacían que toda mi sangre se fuera a mis mejillas.
– Emmm… Ya se tienen que ir, pasara el siguiente grupo –dijo el más alto un tanto incomodo; claro que si él estaba incomodo yo me estaba muriendo de eso.
Ambos nos fuimos riéndonos, parecíamos dos adolescentes enamorados, o al menos yo lo era; entrelazamos nuestros dedos y apoye mi cabeza en su hombro, estos encajaban perfectamente como si fueran dos piezas mandadas a hacer o si fuéramos uno mismo separado en dos cuerpos.
Pero al final comprendí que todo se había acabado y que mi fantasía se acabaría muy pronto, y en cuanto razone esa horripilante idea todo mi ser se estremeció, definitivamente esa no era una opción.
Salimos caminando lentamente, tenía mi cabello como una cortina entre ambos pues no quería que viera que estaba triste; jamás me había gustado que los demás me vieran llorar pero para mi mala suerte eso ocurría muy a menudo.
– ¿Tienes frío? –me preguntó al mismo tiempo que me abrazaba por los hombros; se sentía tan bien estar entre sus brazos. Acomode mi cabeza en su hombro y cerré los ojos disfrutando cada uno de los segundos que pase así.
Lejos de donde nos encontrábamos estaban Alice y Rose saludando muy alegres agitando sus manos frenéticamente, si, para lo único que sirven es para traicionarte por la espalda o para que les presentes a un chico lindo, típico.
Y, con sus mágicos poderes aparecieron frente a nosotros como un rayo.
– Hola, Bells –dijo Alice con una sonrisa kilométrica que daba miedo.
– Hola, Allie. Hola, Rose. Él es Edward –estaba que me moría, seguro que ahora parecía que tenía fiebre.
– Hola –dijo Edward con su sonrisa torcida, y juro que vi a Rosie sonrojarse sutilmente.
– Mucho gusto, Edward –dijeron al mismo tiempo –. Ehhh… Creo que Jazz nos está buscando por allá, nos vemos –ambas se despidieron con la mano, gracias a Dios captan las indirectas.
Pero para mi desgracia las dos me dieron miradas de "nos debes una explicación y no te podrás escapar de nosotras así que ni pienses en correr".
El ambiente se envolvió en un incomodo silencio que ninguno de los dos nos atrevíamos a romper; hasta que me harte, tenía que hablar, o más bien necesitaba oír su voz.
– Ehhh… ¿Cuál es tu cel? –preguntó él justo cuando iba a comenzar a hablar.
Le pase mi celular y él me pasó el suyo, teclee mi número y mi nombre, y, justo cuando se lo devolví un flash me cegó completamente.
– ¡Ey!
Edward se reía muy fuerte, él ya me había dado mi celular así que decidí vengarme.
– ¡Oye! –dijo tallándose sus ojos.
– Ups.
Mire embobada el celular, se veía tan hermoso y feliz riendo despreocupadamente, espero que no me haya visto.
– ¡Eddie! –canturreó una voz grave a lo lejos –. Deja ya de coquetear y ven ya –un chico alto y muy musculoso se acercaba corriendo hacia nosotros.
Voltee a ver a Eddie divertida él se había sonrojado levemente, se veía tan adorable.
– Ya cállate, Emmett.
– ¡Ay! Eddie esta de malas, pobrecito –dijo Emmett con voz aguda causando que estallara en risas –. Pero que mal educado Eddie, no me has presentado, mamá se va a decepcionar mucho de ti.
– Bella él es Emmett, mi tonto hermano. Emmett ella es Bella. Listo.
– ¡Ey! Yo no soy tonto –exclamó haciendo puchero –. Es pura envidia. Bueno, ya nos vamos, Jake anda de malas, y créeme, no lo quieres ver de malas –dijo dirigiéndose a mí.
– Cierto. Adiós, Bella –dijo dándome un beso en la mejilla.
– Adiós –susurre, demasiado tarde quizás.
Me voltee y me encontré con el diablo en miniatura.
– ¡Isabella Marie Swan! Nos tienes que decir en este momento todo lo que sucedió en esa mansión, ¡Ahora! –vociferó Alice.
Todos los que pasaron por ahí se nos quedaron viendo. Alice y Rose tenían ambos brazos en su cintura, esperando.
Rayos, hora de torturar a Bella.
yop y mis locas ideas, no? haha pobre bella, alice y rose la torturaran, pero mejor ay que ahorrarnos esa traumatica parte. creanme, no lo quieren saber.. brrr ya me dieron escalofríos:o aiiii sigo esperando mi edward, pero ya me he cansado creo que necesito maaas cafe... okey he vuelto, pero me gusta mas el capuchino del caffenio, es taan rico, mas ahorita qe tengo frio:D bueno, creo que otra vez me he ido por otro lado el cafe me hace daño... al igual que alice, somos tan parecidas! hoho no les digo lo del cafee wiiiiii! hahaha no se de que me rioo.. no ya no rio, ahora lloro porque recorde que tengo que hacer tarea de world history y español¬¬ creo que mejor dormire, aunque no voy a poder por mi cafecito.. mm
ohh ya se que hacerrr
REVIEW!
missangiecullen:*