Bonjour mon chèries! he vuelto con algo que me tiene muy obsesionada ultimamente, Death Note, y mi OTP: Mello/Sayu, es apenas un drabble que escribí en pleno bloqueo de una historia larga, también melloxsayu. Si ustedes, como yo, se preguntaron que podría haber pasado esa noche, bueno, acá está su fic.
Disclaimer: Por supuesto que ni él ni ella son de my property, son de los geniales Sr. Oba y Sr. Obata.
Contacto
Boca contra boca, piel contra piel, gemidos incesantes, manos crispándose en el cuerpo del otro. Sayu se movió bajo las sábanas de Mello, con su cuerpo pegado al suyo, moviéndose lánguidamente, en busca de una conexión desesperada, de un contacto aún mayor del que establecían sus cuerpos contorsionándose a la par.
Sus besos dolían, le lastimaban el orgullo, el alma, sus suaves labios. Sus caricias le ardían en todo el cuerpo aún cuando ella las pedía a gritos. A su virginidad arrancada por su secuestrador ya ni la extrañaba, bajo su cuerpo cubierto de sudor se sentía deseada y tal vez, hasta un poco amada. A la mañana siguiente se tendría que ir y casi sentía que iba a extrañar a Mello.
Qué absurdo era, estar desnuda bajo alguien cuyo nombre no conocía. Qué absurdo desear que el momento no acabe, porque también acabaría su existencia.
Curioso pensar como había empezado todo: él pistola en mano entrando por la fuerza a su celda, acorralándola y repasando su cuerpo con las manos. Golpeándola de tanto en tanto para evitar sus forcejeos, apuntándola para observar sus gestos de horror.
En cuanto vio como dejaba el arma de lado, Sayu decidió con bizarría intentar escapar.
¡Cuán equivocada se vio cuando sus labios la atraparon!, sin preguntar, sin titubear, haciéndola olvidar su intento de fuga. No quería, pero sus manos en su cabello brindándole dolor le hacían querer más y su perfume a cacao amargo la instigaba a desear saber qué había debajo de sus ropas de cuero.
El aire claustrofóbico de su celda se había transformado en la habitación húmeda de Mello, en su cuerpo desnudo sobre su cama y en las ganas de morir y vivir cuando él la tocaba.
- Nunca pensé que te ibas a dejar tan rápido. ¿Tanto te gusto nenita?
Como toda respuesta ella clavó sus uñas en su espalda hasta hacerlo sangrar. Él la agarró de los cabellos oscuros, como el chocolate que se desleía en su lengua cada día de su vida, y la envistió por última vez, sin dudas, sin frases, sin más gemidos ahogados.
Sayu cerró los ojos, exhausta, apenas alcanzando a ver cómo él se vestía dejándola sola y desnuda en su cama.
Al día siguiente, Mello la extrajo de sus no tan dulces sueños para ordenarle que se vistiera: la ropa sucia, el cabello grasoso, las ojeras ineludibles, el olor a sexo pegado a su piel, olor a chocolate y a cuero. Ella no decía nada, solo observaba cómo el joven le ladraba instrucciones a un enmascarado para que la escoltara a ella al intercambio.
Tan pronto volvieron a quedar solos, Sayu lo miró cómo quién ve marchar a un amante y saludó:
- Mello. Y seguidamente agachó la cabeza, cual geisha luego de haber realizado su deber.
Él cruzó la habitación para estamparla contra la pared y decirle casi en un gemido:
- Mihael Keehl. Y la beso. Sus besos dolían, pero más dolía el hecho de saber que lo iba a extrañar.
Está comprobado por la ONU, UNICEF y la OMS que dejar review es bueno para tu salud :)