LA NOTICIA

Caminaba hacia la biblioteca del Hokage, un lugar que había acumulado desorden desde los inicios de la aldea y es que precisamente los Hokages nunca se caracterizaron por ser devotos del orden, pero para ella eso no era lo extraño, después de todo trabajó para Tsunade bastante tiempo, y por gracia divina nunca la reportaron como perdida después de entrar en ese lugar a buscar algún importante documento extraviado durante días. Lo que sí era extraño es que justamente hubiese sido el amarillo-nuevo-Hokage de Naruto quien decidiera ordenar el lugar, sí, Naruto ya le parecía raro que mandara un ANBU a informarle que había sido escogida para poner en orden aquel calabozo de papeles, aunque pensándolo bien si se lo hubiese dicho él en persona probablemente lo hubiese dejado estampado en una pared, motivo por el cual el inteligente rubio decidió no aparecerse.

Idiota, cree que es inteligente por ser Hokage… -Escupió enojada, para variar, y bueno es que había estado con un humor de los más profundos infiernos de Sakura desde hace casi dos años, prueba de ello, y probablemente un recuerdo que Naruto jamás olvidaría, fue el hecho de que felicitara a rubio con un golpe en la mandíbula en la ceremonia que lo convertiría en Hokage. Ahora que lo pensaba había sido bastante mal agradecida con el rubio y si profundizaba en sus pensamientos podría asegurar que la última vez que habló con Naruto sinceramente y sin fruncir el seño fue precisamente hace casi dos años, cuando habían levantado un campamento camino a Konoha desde Reisei, ella se encontraba charlando con Sasuke, o más bien aún intentaba convencerlo de que no volviera porque podían matarlo o cosas paranoicas por el estilo, a lo que él respondía enfadado con un "Es mi decisión así que deja de intentar evitarlo, molestia…", luego ella lo enmendaba diciendo algo adorable para volver a derretir al moreno y cada vez que iban a besarse para reconciliarse los interrumpían, primero había sido el peligris advirtiendo a Sasuke que ni si quiera intentara sobrepasarse, luego Sai avisando que era el turno de la pelirosa para montar guardia al campamento y por último había sido Naruto quien al ver que se acercaban peligrosamente se acercó robóticamente y, literalmente, gritó a los cuatro vientos "¡Escúchame Teme no sé qué pretendes, pero yo también tengo temas que tratar con Sakura-chan!" Mientras la sujetaba de los hombros y le hacía una señal para que lo acompañara, ella se levantó para ir con él al igual que Sasuke, dispuesto a ir con ellos, pero Naruto lo acuchilló con una mirada ansiosa y suplicante a la vez "Es importante, y privado también… Teme" mientras empujaba fuera del cuadro al pelinegro y lo molestaba murmurando "…Además, yo la vi primero"…

¿Qué es lo que quieres Naruto? – Le preguntó una sonrojada Sakura cuando el rubio se detuvo en mitad del bosque, el chico se tardó en responder su cara variaba entre los nervios y la seriedad, alzó una ceja cuando comprendió que el tema no era un chiste ni una burrada de Naruto, esto era en serio, tragó en seco al mismo tiempo que Naruto lo hizo, miró directo a los ojos azules y una risa sin sentido salió de la boca del rubio al tiempo en que se masajeaba la nuca.

Sakura-chan…Tengo algo importante que decirte… este…Yo… -
Sakura esperó unos segundos a que el chico hablara, pero nada salía de su boca.

¿Tu qué Naruto? – Esto le estaba dando trabajo al rubio, sería mejor que tuviese paciencia.

Sakura-chan es que yo… yo… este..yo – Naruto se calló una vez más frunció el seño y se acuclilló, Sakura buscó su mirada pero él le rehuyó, se quedó mirando el suelo.

¿Qué ocurre Naruto? – Se le acercó, se arrodilló frente a él para poner sus manos en los hombros del chico en señal de apoyo, lo que vio la dejó muda por unos instantes. Naruto la miro por un fugaz segundo, y pudo ver que sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, entonces él la abrazó, quedando ambos arrodillados, la apretó entre sus brazos algo desesperado, ella correspondió el abrazo no entendiendo nada, comenzaba a temer por lo que iba a salir de la boca del rubio – Naruto, por favor dime qué pasa… - le pidió con la voz entrecortada, sin quererlo se había contagiado de las lágrimas aunque seguía sin saber nada…

Sakura…- Escuchó decir claramente al joven ninja mientras la estrechaba y escondía su rostro en su cuello – Yo… voy a… Yo voy a ser… padre – La chica escuchó atentamente mientras sentía como un par de lágrimas de Naruto caían por su cuello, se tensó al escuchar en qué terminaba la oración que tanto le había costado finalizar el rubio, comenzó a carcajearse producto de la sorpresa mientras comenzaba a llorar, alejó al rubio para verlo a la cara y darse cuenta que estaban en las mismas condiciones, ambos reían y lloraban al mismo tiempo, la chica tomó el rostro de Naruto para quitar las lágrimas con sus pulgares, le sonrió ampliamente, para volver a abrazarlo con fuerza.

Pues… Felicidades campeón – Le felicitó intentando sonar burlona para provocar una carcajada de parte del rubio.

Estoy aterrado Sakura-chan… - Susurró sin atreverse a alejarse de la chica.

Eso puedo verlo… - Le respondió mientras acariciaba su espalda intentando reconfortarlo – Responder ante Hiashi debe dar miedo…

Eso no fue difícil – dijo dejando en shock a la pelirrosa – Ya sobreviví a eso y de hecho, Neji reaccionó peor que el viejo- agregó mientras se alejaba de la pelirrosa – Sin embargo… - cambió su semblante a uno preocupado – No tengo idea como es ser padre Sakura-chan, no nos enseñas esa clase de cosas en la academia y me siento completamente perdido, tengo miedo de no responder como corresponde a Hinata-chan, tengo miedo de fallarle a mi hijo o hija… no sé qué ni cómo hacer nada… Les he dicho a todos que estoy feliz con la noticia ¿sabes? Convencí a la vieja para que nos dejara a nosotros venir por ti y ser el primero en decirte la noticia, pero la verdad es que necesitaba esto, no tengo una madre ni una hermana a quién entregarle esto y sabes muy bien que no es un buen momento para decírselo a Hinata, no quiero que se ponga más nerviosa de lo que normalmente está, te necesitaba Sakura-chan, necesitaba que alguien me ofreciera un hombro para confesar esto.-

Naruto – Le dijo algo emocionada por sus palabras – Siempre estaré ahí para ti y lo sabes, es normal tener miedo, yo también estaría enloquecida, esa clase de cosas no se aprenden con ninguna otra cosa más que experiencia, además… si fuera tú tampoco pondría más nerviosa de lo normal a Hinata – reconoció mientras le acariciaba la cabeza al ojiceleste - Te entiendo, y me alegro de que hayas venido por mí para decírmelo -

Más te vale que estés ahí siempre para mí – Le dijo entrecerrando los ojos acusadoramente – Francamente lo que hiciste el otro día fue una estupidez – dijo cambiando de tema y levantándose de golpe, comenzando a caminar sin importarle dejar atrás a una atónita Sakura - …Eso de salir corriendo de una aldea por causa del imbécil de Sasuke no tiene sentido, será mejor que te cuide más de ahora en adelante porque si no se va a ganar unas cuantas patadas en el feo trasero…

¿De qué hablas? tu ni si quiera estabas ahí – Le preguntó para seguirlo algo avergonzada.

Es cierto, pero interrogarte mientras seguías bastante sedada tiene sus ventajas y créeme que me he quedado con las ganas de romperle la cara a ese mal nacido.

Volvió a quedarse pegada en el suelo con la boca abierta, sin poder creer lo que oía, misma reacción tuvo el rubio cuando meses después le informaron que su tierno bebé serían mellizos, cuando supieron eso a ella aún le quedaba buen humor, así que pudo apoyar a los padres de las futuras criaturas, pidiendo al cielo que nacieran con la personalidad de su madre porque si no la aldea estaba condenada a la destrucción.

LA BIBLIOTECA

Le faltaba interacción con Naruto, eso se debía a la falta de ganas y a que ahora él era Hokage, de eso ya había pasado un año, y es que el rubio había olvidado mencionar ese pequeño detalle antes de llegar a Konoha, no todos los días se enteraba de que su mejor amigo iba a ser el próximo Hokage, decidido ni más ni menos que por la misma ojimiel que le había declarado el odio al joven e impertinente Naruto más de una vez. Pero tan o más importante aún… hace casi dos años que también le faltaba interacción con cierto pelinegro… y eso no era una opción digamos…voluntaria.

Malditos bastardos - Insultó al aire mientras comenzaba a apilar libros para poder caminar a través de la biblioteca.

En el momento en que habían puesto un pie en la aldea, un grupo de ANBU los escoltó a la oficina de la Hokage, quien se dispuso a gritarles algo más de una hora a todo el grupo compuesto por Juugo, Karin, Suigetsu, Sasuke, Sakura, Sai, Naruto y el desinteresado de Kakashi quién solo releía sus libros "académicos", parecía que la rubia había estado pensando insultos el tiempo que había estado ausente, porque ese día nadie se salvó, excepto Kakashi que pasó completamente de la ojimiel.

Luego de un par de días, en los que no le permitieron ver al ojinegro hasta que estuvieron todos presentes en la oficina de la Hokage, supieron de la boca de Tsunade, que con el concejo y el nuevo líder de la raíz ANBU habían acordado que bajo ningún concepto se perdonaría a Sasuke Uchiha, quien era un traidor y un enemigo de la Aldea de Konoha hasta que este demostrara lo contrario, y eso significaba tres años de prisión, sin contacto con visitas y esa era una petición específica e inamovible del nuevo jefe ANBU y se volvía aún más estricta cuando esa visita era pelirosa, en palabras simples la regla de oro era "No Sakura por tres años" a lo que el estoico Sasuke accedió ante la mirada atónita de todos y el llanto de la pelirrosa siendo consolada por el rubio diciendo "No te preocupes Sakura-chan, todos sabemos que el Teme por dentro… también está llorando". Eso hizo que se ganara una patada de la ojijade… Más tarde se enterarían de que Tsunade había salvado de la prisión perpetua a Sasuke, y eso quería decir, hasta la muerte. Dijo que todos en el salón habían estado de acuerdo en que con la historia que traía acuestas el último de los Uchiha merecía un castigo, sin embargo la rubia opinó que no merecía la muerte y ellos tampoco podían perder la oportunidad de tener a un buen ninja cuando era obvio que volvía a Konoha por cierta aprendiz de la quinta, habiendo expuesto el tema en la discusión, el líder de la raíz ANBU propuso que conociendo el perfil del Uchiha en cuestión tenerlo en cautiverio no sería gran dilema para él, puesto que el chico sabía cómo concentrarse y reconocía que era un ninja de alto nivel, pero habiendo encontrado su punto débil podrían hacer uso de él, y eso consistía, precisamente en alejarlo de su muy adorada Sakura, una vez que todos expusieron su posición frente al caso llegaron a la sentencia final.

¡Jodido Kakashi malnacido! – gritó lanzando un libro contra la pared, agresión que no conformaba ni si quiera la décima parte de lo que había intentado hacerle al peligris cuando se enteró de que él era el mismísimo "y puto" líder de la raíz ANBU, ese "hijo de puta" había gozado plenamente mientras planeaba su sufrimiento, definitivamente esos libros que leía le habían podrido la mente y cuando ella fue a pedir explicaciones "y de paso intentar matarlo", lo que le respondió mientras le enseñaba una copia de su tomo favorito del Icha Icha Paradise fue…

"Tómalo como una prueba de amor…" Y en ese momento todo su buen humor de enamorada se esfumó.

Y ahora estaba ahí ordenando esa biblioteca del demonio, había avanzado bastante rápido, sólo quedaban unos cuantos miles de libros y pergaminos… Rayos.

Quizá mi destino sea morir rodeada de libros y gatos gordos en un apartamento barato de una sola habitación…- habló dramática, cosa que había aprendido después de efectivamente leer uno de los libros de su ex-sensei…

¡También es parte del castigo Uchiha, entra ahí y haz lo que el hokage manda! – dijo una voz algo enfadada, la puerta dio un portazo provocando que algunos de los libros apilados cayeran…

Sakura comenzó a coger aquellos que habían caído cerca de ella cuando tomó en cuenta lo que había dicho esa voz, soltó el libro que había recogido y se asomó tras una estantería que acababa de llenar de libros, pudo ver con la tenue luz de las antorchas que alumbraban el lugar al pelinegro, con la misma ropa que lo vio la ultima vez, como si lo hubiesen congelado en el tiempo, estaba de espaldas rascando su nuca, seguramente pensando por dónde empezar, el chico estiró los brazos hacia delante para entrelazar los dedos, se preparaba para empezar cuando escuchó un suspiro tras de sí, y se giró, pero no había nadie, seguro que ese lugar era tan viejo que ya habían súper ratas viviendo en el.

La pelirosa se había ocultado tras la estantería nuevamente, se cubría la boca con la mano y maldecía al actual Hokage. Maldición, Sasuke se veía como siempre, guapo y serio como siempre, aunque más alto, Dios, ¿cómo se vería ella en esos momentos? Comenzó a tantear su cuerpo mientras hacía muecas pero no sabía si algo había crecido más o por el contrario quizá estaba perdiendo atributos o probablemente no era el mejor día para usar ese simple vestido sin la más mínima gracia, debió usar su uniforme pero el calor del verano le sofocaba …o estaba gorda ¿era eso? Se torturó a si misma mientras se agachaba y sujetaba su cabeza con ambas manos…

¿Sakura? – Cuando la aludida volteó pudo ver al Uchiha parado a un lado de la estantería con un libro en la mano, ella miro el libro y luego a él un par de veces, se puso de pie rápidamente para sonrojarse y responderle al chico.

¿Q-qué?-

¿Qué haces? – Entrecerró los ojos ante la actitud de la chica y lazó lejos el libro que sostenía acercándose a la pelirosa.

¿Q-qué hago? O-ordeno este desastre – Le respondió pasando olímpicamente de él y yendo a buscar una pila de libros cuyos autores comenzaban con la letra A – Asumo q-que estás ha-haciendo lo mismo, así que por qué no dejamos de tirar los libros y comenzamos a ordenarlos – Habló notoriamente nerviosa hablando un poco más rápido de lo normal y huyendo del pelinegro quién la miró a los ojos dejándola perpleja, se acercó a manteniéndola congelada en su lugar como si se lo ordenara con la mirada, le quitó los libros que tenía en las manos y los dejó sobre una mesa recientemente descubierta por la ojijade, la chica abrió la boca en señal de protesta.

¿Qué? No los tiré – Se defendió el pelinegro ante la muda queja de la pelirosa.

N-no es na-nada… es solo que y-yo dijo mientras retrocedía y alzaba sus manos mientras se alejaba nerviosa, en cambio él insistía en acortar distancia, hasta que al fin la espalda de la chica chocó con una de las paredes y le impidió seguir, permitiéndole al morocho acercarse peligrosamente, sujetó la cintura con una de sus manos y detuvo un intento de escape de la pelirosa colocando su otra mano a un lado de la rosa cabellera.

Entonces… ¿Qué hacías? – Le preguntó una vez más perforando su raciocinio con esa mirada que solo él podía darle, abrió la boca sin que saliera ninguna palabra una vez más, escapó de los ojos solo para caer en la trampa de sus labios, se quedó mirándolos como si fueran la respuesta que no salía de los propios, tragó y volvió a los ojos negros de Sasuke quien al adivinar sus pensamientos dibujó una sonrisa de autosuficiencia en su boca. Sakura frunció el seño.

Eres un cabrón – Le dijo antes de que el pelinegro la callara con un beso aún con esa sonrisa pegada en la cara, pero se fue borrando a medida que el deseo crecía, se besaban sedientos, algo desesperados, Sakura ahondó el beso enredando sus dedos en el pelo de Sasuke mientras que él presionaba el cuerpo de Sakura con el propio usando esa pared como aliada, levantó a la chica y ella no perdió tiempo en enredar sus piernas tras su pelvis, y es que en verdad había pasado mucho tiempo desde que no estaban juntos, se separaron unos centímetros para volver a respirar y se quedaron viendo unos instantes esperando que el otro rompiera el silencio.

Te extrañé– Le dijo despacio mientras hacía a un lado el rosado flequillo de la joven con su pulgar.

Y yo a ti Sasuke-kun – Le dijo sonrojada – No puedo creer que estés aquí conmigo – Sonrió, el chico le devolvió gesto y comenzó a besarla de nuevo.

Mmm Sakura – Comenzó a hablar entre besos - ¿por qué estabas tan nerviosa?-

¿Qué? solía gustarte que me hiciera la difícil contigo – Le dijo mientras lo atraía más contra su cuerpo - ¿Recuerdas Sasuke-kun? –Eso fue suficiente para que el pelinegro no la dejara seguir hablando.

Sasuke la llevó a la mesa donde había dejado la pila de libros, tirando todo lo que había sobre ella, por supuesto. Sentó a la chica allí y profundizó en beso nuevamente pero esta vez su mano comenzaba a subir por una de las piernas de la chica, por su parte ella comenzaba a desvestirlo, una vez que logró desnudar el torso del Uchiha de dedicó a explorar y sentir todo lo que le hacía sentir la piel que tanto extrañó, recorrió la línea de su espalda hasta llegar a los pantalones y comenzó a quitarlos, señal evidente para Sasuke que ambos estaban en la misma sintonía, comenzó a besar el cuello de la chica mientras deslizaba los tirantes del tierno vestido de la pelirosa, no llevaba sujetador, eso lo hacía más fácil, odiaba quitar esas cosas, una vez abajo hizo un camino de besos y mordiscos desde su cuello hasta su ombligo pasando entre sus pechos devoró su plano abdomen sin prisas mientras que Sakura arqueaba la espalda hacia atrás utilizando muy bien la longitud de aquella mesa, soltó un gemido cuando él rozó uno de sus pezones con la lengua y entonces decidió que ya no podía más, y él lo sabía la miró desde sus pechos entendiendo las señales que ella le daba, después de todo lo habían hecho más de una vez y sabía perfectamente lo que a ella le gustaba, pero quería hacerla sufrir un poco, sólo un poco más, la besó exigentemente comenzando una lucha ferviente entre sus lenguas, a lo que la chica le daba gemidos ahogados, estaba jugando sucio, no era justo, porque ahora el que no podía más era él, quitó el vestido de la chica por completo llevándose las bragas en el camino, se encontraba desnuda y con las mejillas rojas por el calor ésa imagen le provocaba dolor pero no había problema porque tenía la cura frente a él e iba a disfrutarlo tanto o más que las otras veces; Se percató de que Sakura había intentado quitarle los pantalones cuando vio que ya estaban en la mitad de sus muslos, miró a Sakura con una mirada perversa, terminó de quitarse la ropa de encima y se acercó a la chica que tembló ante el contacto del miembro de Sasuke con su entrada, había estado deseando hacerlo por mucho tiempo, después de haber probado aquello le había sido muy difícil no partir la prisión de un puñetazo para ir a buscarlo, Sasuke mordió el blanco cuello de la chica antes de penetrarla y al hacerlo escuchó como un hondo jadeo salió de su boca, eso le había encantado y dispuesto a escucharlo de nuevo, comenzó a moverse lentamente, el hecho de que estuviese estrecha sólo le indicaba que seguía siendo solo de él y excitándolo más, por ende comenzó a acelerar sus movimientos mientras que la pelirosa cada vez gemía más, eso era el paraíso, ella se mordía el labio inferior intentando dejar de hacerlo pero él no quería eso así que aumentó la velocidad y volvió a besarla dándole la opción de callar sus gemidos en su boca, Sakura se resistía a hacerlo hasta que llegó al orgasmo pero ni si quiera los labios de Sasuke fueron capaces de callar el victorioso gemido de la chica, al escucharlo el efecto fue instantáneo su propio clímax vino en menos de un segundo, sintió como el cuerpo de Sakura se arqueaba al sentirlo derramarse dentro de ella, observó sus nublados ojos mientras ambos jadeaban, la dejó descansar sobre la mesa y se inclinó sobre ella sólo para volver a robarle un beso, le susurró algo al oído que la sonrojó hasta las orejas y salió de ella subió sus pantalones y ayudó a la ahora débil Sakura, que había quedado exhausta después de algo tan intenso, recogió su ropa por ella, recibiendo una dulce sonrisa en agradecimiento.

¿Dónde estuviste todo este tiempo? – Habló Sakura luego de vestirse – Digo, no es que te haya estado buscando ni nada, es sólo curiosidad… si eso, curiosidad – Aseguró mientras se cargaba desinteresadamente en una de las estanterías frente a Sasuke, él la observó un momento recordando el momento en que se reencontraron en aquel hotel, admitió para si que esta vez el recibimiento había sido tanto más agradable que aquella vez.

Sus pensamientos liberaron una sonrisa de autosuficiencia en su rostro.

Hmp, estuve muy ocupado ejercitándome en una celda ¿qué más podía hacer? – le respondió levantando una ceja – No es que me guste el arte de romper cristales con las manos – continuó mientras entrelazaba sus dedos con los de la pelirosa – Ni tampoco soy fan de escuchar al idiota de Naruto parlotear, así que preferí ejercitarme mientras esperaba que se callara – le dijo con desinterés mientras la abrazaba y escondía el rostro en su cuello.

¿Naruto puede visitarte? – Preguntó irritada empujando al Uchiha pero este solo la abrazó más firmemente.

Si – Suspiró - Pensó que era mejor que yo te lo dijera cuando estuviese libre, quizá así no lo matabas – habló con voz poco audible desde el cuello de la chica – Pero yo digo que lo mates de todas maneras- Sugirió provocando una leve risa de parte de Sakura que enseguida le devolvió el abrazo y se permitió disfrutar el momento acariciando sin prisas el cabello del ojinegro.

Sakura… - Susurró su nombre mientras aún respiraba de cerca su aroma.

¿Si Sasuke? – Le preguntó cuando el aludido se separó un poco de ella, sin deshacer el abrazo, para mirarla a los ojos.

Hace un rato te dije que te amaba – La miró con los ojos entre cerrados algo molesto por tener que repetirlo.

Sí, lo hiciste – Le dijo sonriente.

¿Y bien?

¿Y bien qué?

No juegues conmigo Haruno, vas a perder…– Le advirtió al acercarse peligrosamente a su boca.

No me intimidas Uchiha – Lo miró desafiante.

Bien – Dio por zanjado el asunto el Uchiha menor.

Bien – Dijo con una sonrisa amplia en el momento en que él acortaba distancia y permitía que sus labios se dieran un leve rose, al principio fue divertido para la pelirrosa pero cuando comprendió que no pretendía concretar el beso comenzó a ofuscarse y cuando ella quiso acercarse para hacerlo Sasuke se irguió dejando sus labios fuera de su alcance – Está bien – Dijo al fin provocando que el pelinegro soltara el aire que estaba conteniendo – Pero primero aclaremos un par de cosas – continuó la pelirosa, él hizo un mohín – Primero, dijiste que Naruto quiso que tú me dijeses que el muy mal nacido siempre pudo visitarte, mientras yo me podría de aburrimiento, una vez que estuvieras libre ¿No? – El Uchiha abrió la boca para responderle pero ella se adelantó – Segundo, si lo que dijiste fue cierto, entonces, ¿Eres libre? – Preguntó entuciasmada, Sasuke entrecerró los ojos.

Algo así… Me sorprende que hayas tardado más de un minuto en preguntármelo – Acotó burlón avivando el color de las rosadas mejillas de la chica - …pero ya que lo hiciste… La verdad es que se supone que seré libre una vez que terminé de ordenar este lugar, así que supongo que estoy algo atrasado con el trabajo, aunque no ha sido tan terrible como dijo el idiota de Naruto que sería…-

¿Terrible?-

Sí, digamos que ni siquiera en la prisión pasan desapercibidos tus berrinches y comportamientos de bruja… así que, ya que te encontré aquí, intuyo que a eso se refería Naruto cuando dijo que hoy sería el día más terrible de mi vida…-

¿Mis berrinches?-

Vamos Sakura, siempre has sido berrinchuda, y perdí la cuenta de las veces que Naruto llegó a molestarme con la mandíbula hinchada… - Intentó razonar con ella de forma satírica pero Sakura ya no le prestaba atención, sino más bien miraba una de las paredes pensando en si debía matar al hokage o si debería disculparse.

Bien ahora que todo el misterio salió a la luz, es tu turno… Hazlo - le dijo levantando los hombros, a lo que ella le miró sin comprender bien a qué se refería – Eres mi novia, así que debes hacerlo- Entonces recuperó toda la atención de la ojijade.

Soy tu… ¿novia? – Preguntó atónita

¿Qué no quieres?-

¡Por supuesto que sí quiero! – Gritó antes de darse cuenta de lo que había salido de su boca.

Lo Sabía, eres tan obvia – Se burló con su mejor sonrisa arrogante ganándose un empujón con extra fuerza de la pelirosa que lo envió un par de metros lejos de ella, se sujetó el abdomen por unos segundos, tosió y se dejó caer de rodillas - ¿Qué no puedes contenerte un poco? Casi me matas.

¡Ay por favor Sasuke! ¿Crees que voy a caer en un juego tan barato? ¡No te he hecho nada! – Le gritó con los brazos cruzados y mirando hacia otro lado intentando ignorar la insistente tos gentileza de Sasuke, en menos de un minuto la pelirosa estaba de rodillas ayudándole a sentarse contra una estantería examinando su abdomen para ver qué andaba mal, verificó que no había ninguna herida y que efectivamente el pelinegro no se estaba desangrado por dentro y por ridículo que parezca la pelirosa se disponía a pedirle disculpas pero cuando levantó el rostro el hombre en cuestión la miraba con un claro semblante de "TE LO DIJE" que provoco que aquel mítico tic en la ceja de Sakura volviera.

Eres tan obvia – Le atizó – Siempre caes…-

Cállate – Bufó frente a él.

Aún tan irremediablemente enamorada de mi, deberías avergonzarte… - Se burló.

Cállate – Le cubrió la boca con ambas manos – Cállate, cállate, cállate, ¡Cállate! – Gritó con las mejillas rojas como un tomate, se quedaron viendo a los ojos. Sasuke pudo ver en los de ella cómo el enojo iba disminuyendo y la vergüenza aumentando, sonrió bajo las blancas manos de la pelirosa y las quitó con las propias mas su sonrisa se quedó ahí, no fue necesario decir nada ambos se acercaron instintivamente para besarse.

Te amo Sasuke – Susurró rompiendo el silencio que se había creado luego de separarse, recostó su cabeza contra su pecho y pasaron un rato en el que ambos escuchaban la respiración de su acompañante.

No puedo esperar…-

¿Esperar a qué? – preguntó en un bostezo mientras se acurrucaba en el pecho del chico.

A que todos los días sean así, como ahora, pelearnos, reconciliarnos, ir a ti y tu a mí, aún pienso que no te merezco pero qué más da, quiero estar contigo, quiero cabrearte para luego tenerte así recostada en mi pecho acariciándote hasta que te duermas – Hizo una pausa para mirar a Sakura que dormía plácidamente en su pecho, lanzó un suspiro cansado – Luego no digas que no soy romántico cuando estoy contigo… - Se martirizó aunque no pudo evitar rodearla con sus brazos.

Escuché cada palabra… idiota.

Y bien, espero que les haya, al menos, agradado el epílogo. La historia terminó como comenzó, dos cabrones, intentando molestar al otro, como dos niños. Dejé el final bastante abierto, lo prefiero así, de esa manera ustedes pueden agregar lo que ustedes deseen no quise acotar su imaginación, después de todo lo más importante, a mi parecer es que se quedaron juntos (como era de esperar). Así pues, chicas y chicos llegó el momento de despedirme. Quiero que sepan que aún que tarde más de dos años en terminar esta historia aprecio todos y cada uno de sus comentarios. Cuando publiqué el décimo capítulo pensé que ya nadie lo seguía, me pregunté ¿Para qué habré escrito el epílogo? Pero bastó con que, al volver de mis vacaciones y me reencontrara con mi computadora, ingresara al sitio y viese los gráficos, ver la cantidad de personas que leyeron esto en unas cuantas semanas me dieron ganas de darme un tiro en los sesos al pesar que podría no haber entregado este último trocito de relato. En fin, está demás decir lo que yo creo que es evidente, hace años que no veo, leo o escucho si quiera algo sobre Naruto, es una de las grandes razones de por qué dejé de escribir durante mucho tiempo, así que esta vez no habrán promesas de que escribiré ni nada, me retiraré de la escritura (En cuanto a fan fic se refiere, pues escribir me encanta). Aún así admito también que aún leo de vez en cuando historias publicadas acá y lo seguiré haciendo, amo ver la capacidad imaginativa que tienen algunas personas.

De nuevo, gracias por el apoyo a esta historia a pesar de la larga espera. Les deseo lo mejor a todos quienes leyeron, y a aquellas que escribieron. Son lo máximo.

Con mucho amor dedicado a ustedes.

IioB.

P.D: El fic que últimamente sigo, porque es excelente, es Warrios In Love (Kagome-mel), no conozco a la autora pero aprovecho de hacer algo de publicidad a su buen trabajo.