Otra aburrida, calurosa y caliente noche en casa de un chico rubio de ojos azules. Tumbado en el sofá, con el ventilador encendido y la dirección del aire hacia su cara, la tele encendida pero sin sonido y el ordenador justo en frente suya con la música a máximo volumen.
Debido al calor el chico se encontraba con una camiseta interior de tirantes negra y sin pantalones, solo con unos boxers verde que marcaban todo el paquete del rubio. Y por culpa de lo caliente que estaba se masajeaba el miembro haciendo que a veces gimiera de placer.
Pero además del calor que hacía esa noche y de lo caliente que estaba el ojiazul, también estaba aburrido, y no quería correrse de la manera tradicional, viendo vídeos eróticos en Internet, quería hacerlo un poco más excitante.
Así que, tumbado como estaba, se puso en el ordenador y entró en diferentes chats en busca de alguien con el que tener lo que la gente llama cybersexo, para hacerlo todo más divertido. Siempre había oído hablar de uno muy bueno en el que había mucha gente y encontrabas muchas personas dispuestas a hacer lo que quisieras rápidamente pero no lograba acordarse del nombre.
Directamente puso en el buscador chats gays y aparecieron una buena lista de diferentes direcciones en un momento. Pero él no quería meterse en un chat gay que no conociese de nada, quería entrar en uno que fuera al menos un poquito de fiar, uno del que hubiese oído hablar. Por lo que simplemente puso chat en el buscador y el primero de los que salieron era el chat del que había oído hablar, Vinta.
Al entrar lo primero que tenía que hacer era elegir una sala, la mejor que encontró era la destinada a los chicos de entre 18 y 25 años. Eligió un nick sugerente tal como Gay18, pues lo que quería era encontrar alguien rápido y se introdujo en el chat.
Y el rubio esperó a que saltara alguna ventana de alguien que quisiera hablar con él en privado, ya que a él se le daba mal empezar las conversaciones, mientras veía videos en Internet y se tocaba por encima de los boxers para que no bajara la erección.
En ese momento saltó una ventanita, era alguien que quería hablar con él, wapeton21 se llamaba, y le saludaba con un falso hola guapo, como si supiera si era guapo o no solo con el nick, pero al rubio que le mostraran un poquito de atención le subía la moral.
El ojiazul le devolvió el saludo y comenzaron a hablar, teniendo una conversación rápida. Solamente se habían saludado, preguntado de donde eran cada uno y que edades tenían, cuando el chico al otro lado del ordenador soltó desde la ventanita de la conversación:
-¿Te apetece paja por cam?
A lo que el rubio respondió rápidamente que si, sentía que iban a explotar sus boxers debido a la presión ejercida por su miembro y tenía ya ganas de masturbarse con alguien por cámara. Así que se intercambiaron los correos electrónicos y empezaron a hablar desde ahí en vez de por el chat.
Rápidamente el otro chico, wapeton21 envió la invitación para poder ver al ojiazul por cam, pero éste no era tonto, él también envió la invitación para poder ver también al chico al otro lado del ordenador, y hasta que no aceptó, no aceptó el rubio tampoco.
Al final aceptaron los dos las invitaciones y empezaron a cargarse las imágenes de las cámaras. El rubio tenía la cámara puesta en dirección hacia su cuerpo y hacia su entrepierna, pues no quería que el otro le viera la cara, no porque pensase que era feo si no por seguridad, mejor que no pudieran reconocerlo.
Cuando por fin pudo ver la imagen se asustó, y lo primero que pensó es que era imposible que esa persona tuviera 21 años, seguro que tenía muchísimos más. Y además de gordo y lleno de pelo, su miembro no era excesivamente grande que digamos, y el rubio quería aspirar a algo mejor, así que dejó sin admisión a la persona que tenía al otro lado y esperó a que llegase otra persona que quisiera conversar con él en privado.
El rubio tenía un buen cuerpo atlético y sin pelo, y tenía un miembro que unos cuantos envidiarían, es por eso que buscaba alguien como él para mantener una relación de cybersexo, si lo que buscase fuera un novio en persona le importaría menos el físico, pero ahora quería alguien que estuviera muy bien formado todo el cuerpo, hasta la entrepierna.
Cuando el ojiazul se estaba cansando de esperar y la erección ya estaba empezando a bajar por aburrimiento, otra ventana asaltó la pantalla de su ordenador. Un tal Sas19 saludaba al chico a través de la escritura y Gay18 le devolvía el saludo como si la cosa no fuera con él. Tuvieron el típico comienzo de conversación que se suele tener en los chats, lo mismo que en la conversación anterior, como se encontraban, que edades tenían, en que ciudad vivían por si podían verse en ese momento, pero vivían en lugares diferentes, cosa que agradeció el rubio, no quería encontrarse con nadie del chat en persona.
El chico al otro lado del ordenador le preguntó al rubio que qué estaba buscando, puesto que hay gente que solo busca amistad y otros que solo buscan cybersexo. El chico eludió la pregunta y respondió con un sencillo:
-No sé, ¿qué buscas tú?
-Yo busco jugar...
-¿Jugar a qué? ¿Jugar al fútbol?- se hizo el inocente el rubio-.
-Jugar con lo que tenemos entre las piernas.
-¿Y qué puedes ofrecerme? ¿Cómo eres?
-Puedo ofrecerte un miembro de 22 cm de largo y 4 cm de grosor. Soy moreno, alto, cuerpo atlético, ojos negros, ¿qué más se puede pedir? ¿Y tú cómo eres?
-Pues yo soy rubio, ojos azules, también alto y cuerpo atlético. Y mi miembro mide 18 cm, al igual que mi edad, no supera el tuyo jeje.
-¿Te apetece hacer algo por cámara?
-Si, me gustaría.
El pelinegro agregó al rubio a su correó electrónico y le saludó de nuevo. Hablaron poco tiempo, ya que al poco de comenzar el ojiazul inició rápidamente las cámaras de ambos ordenadores, quería comprobar si el otro chico le había dicho la verdad sobre su aspecto ya que tan solo con imaginárselo se estaba poniendo a mil, verdaderamente quería quitarse los boxers ya que éstos estaban soportando demasiada presión.
El moreno aceptó las invitaciones de inicio de las cámaras y al rubio empezó a latirle el corazón nervioso, tenía un buen presentimiento, pero como la anterior vez le había salido mal se quitó del rango de la cámara y se puso a encender las luces de la habitación por si la otra persona le había engañado quitar la cámara antes de que pudiera ver nada.
Las imágenes terminaron de cargarse, y el ojiazul vio un cuerpo con todos sus músculos marcados, aunque no demasiado, y sin nada de vello, justo como le gustaba al chico. Al moreno se le veía de cuello para abajo hasta la cintura, y con lo que vio el rubio enloqueció, se sentó, dirigió la cámara también hacia su cuerpo y se quitó la camiseta interior negra que llevaba mientras el chico al otro lado del ordenador bajaba su mano por debajo de su cintura y empezaba a mover el brazo.
-Quiero ver lo que tienes más abajo- decía el recién sentado mientras también llevaba su mano hacia su entrepierna y lo masajeaba salvajemente, tirando de él hacia abajo y dejándolo libre momentos después.
El ojinegro bajó un poco la cámara, y fue entonces cuando el rubio vio la inmensidad de ese miembro de 22 cm bajo unos boxers azul oscuro que parecían a punto de romperse debido a las dimensiones a las que se encontraba sometido. Fue entonces cuando enloqueció aún más y también bajó la cámara para que el otro chico pudiera verlo mejor, sentirse observado aumentaba su excitación.
El moreno se levantó y redireccionó la cámara para que pudiera vérsele desde el cuello hasta las rodillas y empezó a tocarse la entrepierna por encima de los boxers mientras jugaba con la goma de ellos, los bajaba hasta que estaba a punto de salirse todo el miembro y entonces los volvía a subir. A cada momento la excitación del ojiazul aumentaba más y más, consiguiendo tenerla tan dura que parecía un hueso.
El chico que estaba de pie se dio la vuelta y empezó a tocarse el trasero por encima de los boxers, acariciándoselo, introduciendo las manos por dentro y moviéndose como si le estuvieran penetrando, mientras los ojos azules del otro chico se abrían como platos con esa vista. Cuando volvió a girarse, siguió masajeándose el miembro por dentro de los boxers.
En ese momento el rubio se dio la vuelta, se colocó primero de rodillas sobre el sofá y le enseñó todo el trasero a la cámara, después se puso en posición de cuatro patas y empezó a moverse como si el miembro de 22 cm de su compañero estuviera dentro de él. Para sentirlo todavía más se bajó los boxers, aunque el otro chico seguía sin poder verle bien el pene, y empezó a acercar un dedo hacia su agujero, momentos después ya estaba con dos dentro moviéndolos frenéticamente y gimiendo, aunque su amigo no pudiera oírle.
El ojiazul se subió de nuevo los boxers con algo de trabajo debido a que su miembro no quería entrar y se sentó en posición normal, observando como el moreno empezaba a bajarse lo poco que le quedaba de ropa sensualmente, y una vez toda la longitud del chico se hubo liberado de la prisión en la que se encontraba la agarró y empezó a masturbarse rápidamente con una completa excitación después de haber visto al chico metiéndose los dedos y moviéndose al compás.
-Bájate los boxers, enséñame todo lo que tienes- pidió el pelinegro-.
El rubio respondió a la petición bajándose su ropa interior sensualmente, poco a poco, hasta que ésta quedó por debajo de su trasero pero aún escondía su pene. Pero esta situación no duró mucho tiempo más, pues terminó de bajarse sus boxers y su miembro rebotó debido a la presión a la que se encontraba.
WOW podía verse escrito en la ventana del messenger debido a lo que el ojinegro acababa de ver. Y eso no hizo mas que estimular al chico al que iba dirigido esa palabra, haciendo que se excitara aún más, agarrara su entrepierna y empezará a moverla frenéticamente, de principio a fin.
El rubio se sentó y continuó masturbándose pues en esa posición se sentía más cómodo. Fue en ese momento en el que su compañero se corrió, sufriendo espasmos por todo su cuerpo y llenando su mano de aquel líquido blanco. El moreno colocó su mano en frente de la cámara para que el ojiazul pueda ver todo lo que había soltado, tenía la mano entera blanca y entre los dedos.
Toda esta vista le enloqueció, sobre todo ver a su compañero viniéndose sobre su mano, y con su miembro duro como un hueso se corrió, más de lo que lo había hecho en toda su vida, gimiendo y llenándose todo el torso de semen, llegándole hasta el cuello.
-Ha sido la mejor corrida de toda mi vida- le confesó el rubio al chico al otro lado de la cámara-.
-¿Por qué no terminamos enseñando nuestras caras? Y por cierto, ¿cómo te llamas?- fue la única contestación del moreno, la cual era una pregunta-.
-Hmm...Bueno, soy Naruto, ¿y tú?.
El ojiazul subió su cámara y mostró su cara, esperando a que el otro chico también se enseñara.
-Soy Sasuke, no olvidarás mi nombre.
Y en ese momento se desconectó, sin haber enseñado su rostro. Naruto se asustó un poco pues él se había mostrado y el otro chico no, además que la última frase le había dejado un poco desconcertado, pero decidió restarle importancia al asunto, lo más probable es que se le hubiera ido la conexión y que lo que había dicho.. .pues quizás se refería que como su nick es Sas19 y es parecido a su nombre, pues no se le olvidaría, ¿quién sabe?
El rubio decidió dejar el ordenador por fin relajado después de tanta excitación y fue al cuarto de baño a lavarse pues tenía todo el cuerpo manchado. Una vez limpio se fue a la cama y se durmió enseguida ya que estaba terriblemente cansado.