Disculpen la tardanza, este ha sido un año para nada normal... me he graduado y de golpe conseguí empleo así que tuve que dejarla a medias... lo estoy terminando porque quiero finalizar mi creación espero les guste ^^

Capitulo 14

Lyna caminaba de un lado a otro, su preocupación era palpable y la verdad todos se encontraban bajo la misma condición. No todos los días asumes que tu mejor amiga, hermana e hija, en el caso de sus padres, amenaza a un hombre con darle caza. Pero de pronto, Lyna comenzó a reírse dejando a más de uno sorprendido.

-Creo que has perdido la cabeza ya, amiga –la secundo Lily, que no pudo evitar se contagiada.

-Todo esto es una locura, ¿no lo creen? –Dijo Lyna con una sonrisa en los labios-. Rose estaba muerta para nosotros, habíamos perdido las esperanzas y de pronto aparece, está aquí y recupera rápido su memoria.

-Sí, aun me cuesta creerlo –dijo James con una sonrisa en los labios.

-Y a mí, pero… ¿Dónde estará? –susurró Albus taciturno.

-No tienes por qué preocuparte, pienso que aunque Rose ya no posea la personalidad de Violeta… -Leslie sopeso unos segundos lo que estaba a punto de decir para luego continuar- ella sabe cuidarse, no por nada es uno de los mejores Aurores-Inefables del mundo. Ha cazado y arrestado a más magos tenebrosos que cualquiera.

-Pero tú dijiste…

-Sé lo que dije… Ly, sabes bien que ella nunca fue una persona normal –susurró Leslie con la vista fija en él.

-Lo sé, era capaz de sufrir múltiples trastornos de personalidad. Sin embargo, su brillantez y astucia, ahora que lo pienso, se debe a su verdadero ser. –Dijo Lysander apretando su agarré en Lily. –Ella se sabe cuidar…

Besos y caricias bruscas, llenas de desesperación y deseo contenido donde expresaban un amor puro e incondicional, que ni la muerte misma pudo hacer olvidar. Rose estaba al límite de sus sentimientos, su corazón latía tan rápido que su pecho dolía, al fin había conseguido eso que le hacía falta, y eso era él… Scorpius.

Rose rompió el contacto por falta de aire, sus jadeos se escuchaban por toda la habitación. Fijó sus ojos en él y sintió su corazón oprimirse de forma dolorosa. ¿Acaso podía ser más hermoso? Tenía imágenes vagas de un Scorpius joven, un poco más flaco que ahora pero definitivamente su cuerpo estaba bien formado. Sin embargo, ahora tenía al frente a un hombre fuerte y hermoso.

-¿Scor…?

-Dime que no eres un sueño… -susurró entrecortadamente, las lágrimas en sus ojos resbalaban rápidamente por su rostro. ¿Cuánto había sufrido por su culpa?

Ella se acercó lentamente a él, necesitaba cortar la distancia que los estaba separando. Aunque sus sentimientos y recuerdos eran confusos tenía en claro que Scorpius era el indicado, el amor de su vida y el dueño de su ser.

-No… no es un sueño –susurró muy cerca de sus labios causando un fuerte escalofrío en él. –Hazme el amor… hagamos de esta noche la primera de muchas… –le decía Rose pausadamente.

Sus labios volvieron a unirse en un beso suave y lleno de amor. Scorpius sentía como cada parte de su cuerpo despertaba ante ese acto, necesitaba amarla, demostrarle lo mucho que la amaba. Se sintió desfallecer cuando Rose comenzó a acariciarlo debajo de la camiseta, sus manos suaves subían y bajaban con extremada lentitud por su abdomen.

Extrañaba tanto estar cerca de ella, sentirla vibrar bajo su cuerpo. La amaba como nunca podría volver a amar a otra persona.

Los gemidos no tardaron en hacer presencia. Rose jamás se había sentido tan llena de vida como en ese momento, estaban juntos, amándose. Sus ropas quedaron esparcidas por todo el lugar mientras sus cuerpos se unían para ser uno. Los gritos de placer hacían eco en el apartamento, los movimientos rápidos y profundos demostraba lo cerca que estaban de llegar al máximo de los placeres.

-Scor… -jadeó Rose momentos antes del culminar.

-Te amo –gimió Scorpius siguiéndola al cielo, a su propio cielo personal.

Sus respiraciones regresaban a la normalidad dando paso a una sensación de paz que hacía mucho tiempo no experimentaban. Rose no quería que ese momento terminara, quería estar con él así para siempre.

-Cuando estaba bajo la maldición, todo en mi era negativo… -susurró Rose acostada sobre el pecho de Scorpius. –Aunque luchaba bajo un mismo ideal, acabar con injusticias como el maltrato a magos mestizos entre otras cosas. Sabía que algo estaba mal en mí.

-Te mentiría si te dijera que esperaba un milagro, que sabía muy dentro de mí que estabas viva… te vi morir, luché hasta la inconsciencia por salvarte pero no pude –susurró él con dificultad a causa del nudo en su garganta. –Después de tu entierro simbólico decidí hacerme auror, luchar por esa causa… quería honrarte.

Rose sonrió conmovida y levantó el rostro para besar sus labios.

-No los culpo por perder la esperanza, aunque no recuerdo bien, se que todos sufrieron mucho por mi muerte. –Dijo Rose con voz entrecortada-. Quiero compensar el tiempo perdido, pero antes debemos acabar con esta locura.

Scorpius se tenso y su cuerpo comenzó a temblar levemente.

-Tranquilo, no me pasará nada… ellos no saben con quién se metieron, ellos no saben todas mis capacidades –susurró acariciando su rostro, trataba de calmarlo. –Por ahora necesito regresar a América, arreglar mi documentación y volver aquí junto a mi familia, junto a ti –culminó en un susurró.

Minutos más tarde Rose se despidió de él, le hizo prometer que no le diría nada a su familia de este encuentro, debía ser una sorpresa.

Alrededor de las doce del mediodía, los Potter y Weasley esperaban ansiosos la llegada de Rose. No sabían a ciencia cierta a donde se había ido.

Las llamas de la chimenea se avivaron y por un momento todos se emocionaron al pensar que podía ser ella, pero no, se trataba de Scorpius. Su rostro no poseía ningún tipo de emoción dando a entender que Rose no había aparecido por allá. Él tomó asiento mientras cada miembro de la familia buscaba algo práctico para hacer, necesitaban mantener su mente despejada.

-Tú no me engañas, tienes el olor de Rose por todo tu cuerpo –susurró Leslie divertida a lo que Scorpius se vio obligado a reprimir una sonrisa. -¿Dónde está?

-América –susurró encogiéndose de hombros- arregla su documentación.

Leslie asintió comprendiendo todo, ella también debía ir y arreglar todo. Legalmente su nombre seguía siendo el de Lía Grint y legalmente Leslie Petrizzo estaba muerta. ¿Cómo explicarle al mundo que Rose y ella seguían viva sin llamar la atención del enemigo?

Un fuerte "Crack" logró sacarla de sus pensamientos y allí estaba ella. Rose Weasley apareció portando el uniforme de Aurores, su cabellera rojiza brillaba bajo los resplandecientes rayos del sol de la tarde, sus ojos azules pasearon por todo el lugar hasta detenerse en donde se encontraba Scorpius.

Sus labios curvaron una pequeña sonrisa antes de fijar sus ojos en Leslie.

-Es hora –le dijo con una sonrisa de medio lado.

-¿Segura? –preguntó anonadada. Leslie jamás pensó que volverían a hacer algo juntas.

-Claro, hermana… a cazar –dijo Rose tomando rápidamente la poción y desapareciendo súbitamente.