Summary: -Te ayudo con tus estudios si tú me recompensas con tu cuerpo. –Dijo tan cerca de mi cara que tardé unos minutos en asimilar lo que me había dicho. –Harás todo lo que yo te pida y cuando yo te lo pida, ¿de acuerdo? –Sí. –Fue lo único que logré decir.
Los personajes son propiedad de Sthepeni Meyer.
Clases particulares.
¡Genial! Me toca estar todo el verano estudiando, había suspendido más de la mitad de las asignaturas de este año. Tuve que cerrar los ojos e inspirar un par de veces para no llorar, ahora estaba en la universidad, no podía ponerme a llorar por las malas notas como cuando estaba en el instituto. No.
-¿Qué pasa Swan? ¿Tan malas son? –Dijo el arrogante de Edward detrás de mí.
-Olvídame Cullen. –Dije dándome la vuelta y dejándole sólo en frente de la lista de las notas de economía.
-Si tú quisieses yo te podría dar clases… -Dijo Edward alcalizándome con un par de pasos.
-Gracias, pero no. Prefiero estudiar por mi cuenta o me apuntaré a una academia. –Dije sin mirarle.
-No es por ofender, pero si estudiando por tu cuenta has sacado estas notas no creo que lo mejor sea que vuelvas a estudiar tú sola. Y Charlie no tiene tanto dinero como para pagarte una academia todo el verano. –Medité lo que había dicho durante un par de minutos y la verdad es que tenía razón, por mucho que me molestase admitirlo. Pero sabía que Edward no daba las cosas en vano y que si le pedía que él me diese las clases me pediría algo a cambio.
-Está bien. –Dije parándome en seco y mirándole fijamente a los ojos. – Supongamos que acepto a que me des las clases, ¿qué me pedirás a cambio? –Sus ojos se iluminaron y en seguida cambié de idea. -¡Mejor ni me lo digas! –Dije dándome la vuelta y dirigiéndome a la salida.
-Como quieras, Isabella. –Dijo pasando por mi lado y haciendo que casi me caiga.
Llegué a mi vieja camioneta, me subí y cerré con un portazo tan ruidoso que hizo que muchos de los estudiantes que estaban en el aparcamiento me mirasen, yo simplemente los ignoré, no estaba de humor. El camino hacía mi casa fue muy lento, dándome tiempo para pensar.
"Si tu quisieses yo te podría dar clases…" Esa maldita frase resonaba una y otra vez en mi cabeza, una parte me decía que la aceptase pero otra que no, y yo no sabía a cuál de las dos hacer caso. Edward me gustó durante mucho tiempo, era el chico más guapo que había visto nuca, era alto, delgado, musculoso, con los ojos verdes y pelo color cobre y siempre desordenado. Tenía a todas las chicas locas y podría salir con quien él quisiese, pero él no salía con nadie, sólo tenía rollos.
Cuando llegué a casa aún no había vuelto Charlie, quedaban como tres horas para que él volviese. Recogí la casa y preparé la cena.
Piii, piii, piii.
-¿Diga? –Dije cogiendo el móvil de la encimera de la cocina mientras ponía el último filete en el plato.
-¡Bella! –Dijo Alice, la hermana de Edward, al otro lado de la línea telefónica. -¿Puedes venir a mi casa?
-¿Ahora? –Pregunté dándome la vuelta para mirar la hora en el reloj de la cocina.
-Sí.
-No puedo. Falta menos de dos horas para que Charlie vuelva… -Dije pensativa. –Bueno vale, voy.
-¡Te espero! –Dijo antes de colgar y feliz por haberse salido con la suya.
Cogí las llaves de casa y del coche y me dirigí a mi vieja camioneta. Conduje a casa de los Cullen sin prisa, no tenía ganas de nada, pero todo llega. Aparqué y salí refunfuñando, ¿para qué quería el pequeño demonio, que tengo como mejor amiga, que fuese a su casa?
Cuando llegué a la puerta llame y escuche como unos pasos se acercaban para abrir la puerta.
-¿Ya te has pensado mejor mi oferta? –Dijo Edward cuando él abrió la puerta para mi desgracia.
-No. –Dije bastante fría. –He venido a ver a Alice, me ha llamado hace un rato para que viniese y…
-No está. Se ha ido hace unos minutos con Jasper.
-¿Qué? ¡Genial! Tú hermana me encanta. –Dije dándome la vuelta.
-Ya que has venido quédate hasta que vuelva, ¿no? –Dijo con una sonrisa estúpida en la cara.
-Edward Cullen siendo simpático, ¡qué novedad! –Dije mirándole. -¿Te has golpeado la cabeza, te has tomado algo raro…?
-Ja ja, muy graciosa Isabella. ¿Te quedas o te vas?
-Me voy, Charlie tiene que estar a punto de volver. Adiós. –Dije antes de ir directa a mi camioneta.
-Piénsate mi oferta. –Gritó desde el porche. Y no me quedó más remedio que acercarme para contestarle, yo no tenía tanta voz.
-Ahora enserio, ¿qué quieres a cambio? –Pregunté mirándole a los ojos mientras me mordía el labio esperando su respuesta mientras me acercaba un poco a él.
-Te ayudo con tus estudios si tú me recompensas con tu cuerpo. –Dijo tan cerca de mi cara que tardé unos minutos en asimilar lo que me había dicho. –Harás todo lo que yo te pida y cuando yo te lo pida, ¿de acuerdo?
-Sí. –Fue lo único que logré decir.
-Mañana te doy tu primera clase. ¿En tú casa o en la mía? –Dijo riéndose y yo con él.
-Muy gracioso Cullen. En la mía. –Dije separándome un poco de él. –Mañana Charlie trabaja hasta las ocho y supongo que tendremos tiempo de sobra.
-Sí. Hasta mañana. –Dijo cerrando la puerta.
¡Hola! ¿Os gusto? ¿La sigo o la elimino? Es mi segunda historia (yn)
Dejen rewiers diciéndome lo que os gusta y lo que no, en que tengo que mejorar y todo eso =)
Pasaros por mi otra historia.