Disclaimer: Shaman King (Mankin) NO me pertenece a mí sino al señor Hiroyuki Takei.

Advertencias: ...

Pareja/Personajes: HoroxRen – RenxHoro

Acotaciones:

Las especificaciones están en la primera página :D

Al fin estamos en el fin de este fanfic, después de demasiadas cosas random, capítulos raros y retrasos.

La verdad es que en este punto sólo puedo volver a AGRADECERLES a TODOS. Quienes siguieron, capítulo a capítulo ¡CLV! Quienes dejaron review. Quienes no dejaron review. Quienes me contentaron el día con sus comentarios. Quienes me mataron de risa con los mismos. Quienes se tragaron todo este coso. Quienes sólo se dedicaron a disfrutar. Quienes se rieron. A TI.

¡GRACIAS!

Los estaré esperando para la próxima.


Capítulo VIII

-¿Qué dices?-preguntó, con los ojos como platos, Pilika no creyéndoselo del todo.

-Que el Joto-Joto y el chino pasaron la noche juntitos pue'.

A la niña se le subieron de inmediato los colores a la cabeza y se giró hacia la habitación en dónde se suponía seguían durmiendo los susodichos mientras se abanicaba con una mano.

-Pero sólo durmieron juntitos pue', no pienses en la cochinada.

Pilika, ignorándolo por completo, se asomó por la puerta entreabierta.

Arqueó una ceja porque allí estaban el par de palomas inocentes e inmaculadas, tal vez ya no tan inocentes, ni muchísimo menos inmaculadas, pero sinceramente era un dato del que la niña no deseaba enterarse. Aunque que los dos estuvieran durmiendo tan, pero tan abrazaditos, tal cómo predijo el moreno minutos previos, era para sospechar.

-Pero aún así, no me sorprendería que esos dos se resfriaran-advirtió la ainu, reparando en la ventana.

Abierta.

-¡Ah!... ¡Ah!... ¡Atchiiis! Ay venga pue', parece que me ha agarrao' la gripe.

Pilika suspiró, sacando un termómetro, de sepa el narrador dónde, y se volvió a mirar al moreno con una sonrisa.

-¿Qué demonios se supone que tratas de hacer, cabeza de hielo?

Horokeu Usui se quedó quieto de golpe, deteniendo su difícil tarea consistente en tratar de abrir la ventana.

-Eh… ¿Intento tomar un tanto de aire?

Ren Tao, por su parte, no dijo nada.

En realidad miró de reojo al moreno, para asegurarse de que este siguiese entretenido con los cuidados, cariños y atenciones de Pilika. Entonces, comprobándolo contestó:

-De acuerdo, pero no te vayas a olvidar de cerrar la ventana.

El norteño asintió con una sonrisa y el chino se fue a la cama.

Al rato, eso sí, Ren volvió a terminar acostado en la cama de Horo-Horo, con el inútil incluido en cuestión, porque, claro, al muy cabeza hueca se le había olvidado cerrar el objeto de todas sus desdichas.

El mandarín reconocía que tan-tan-taaaan desdichas no eran exactamente, pero ese no es el punto en cuestión.

El punto es que el controlador del hielo había vuelto a dejar la jodida ventana abierta, por eso mismo, en ese momento, Ren se sentía con todo, pero todo el derecho de apoderarse de la cama del culpable.

Fue por ello y porque el susodicho per se estaba calientito y ya no tenía tanto frío, que dejó que el mismo roncara a pata suelta en la cama siendo que fácilmente podía sacarlo a patadas chinescas de ella.

A veces Ren pensaba que el shaman de hielo hacía esas cosas con intención, sólo para sacarlo de sus casillas, pero sinceramente en ese instante poco le importaba.

Tal vez por ello el Tao, quién yacía cómodamente acostado con Horokeu Usui, no se dio cuenta de un detalle importante.

La ventana, esta vez, sí estaba cerrada.