(Card Captor Sakura y sus personajes son propiedad de CLAMP)
¿Qué harías tú si descubrieses que debes acabar con la vida de la chica a la que más amas por cumplir con tu destino? ¿Estarías dispuesto a destruir todo lo que eres con tal de que a ella no le ocurriera nada? Shaoran tiene un grave problema… Y es que estaría dispuesto a todo, excepto a mentir por amor.
Mentir por Amor
Prólogo
Preludio
Por decreto del dios del Fuego, del Oráculo del Oro, del viento de las tormentas. Por el Agua, la Tierra, la Sangre que corre por nuestras venas… Formad parte de mí como la ley que guardo y ayudadme a lograr mi meta. A estas manos entrelazadas entregadles vuestra fuerza y conferidles vuestro poder, por la magia, los secretos y la oscuridad, iluminad el camino que debemos seguir.
La tenue luz de unas velas casi inexistentes, apenas iluminan mi rostro. A mi alrededor, no puedo ver más que sombras desfiguradas, contraídas y cansadas por el peso de una maldición que busca, desesperada, una salida que tampoco existe, que nadie ve.
Siete años… Yo y mis siete años. Y una vida que no me corresponde a mí vivir porque llevo una carga demasiado pesada para que mis hombros puedan soportarla y porque soy la esperanza, el futuro de un apellido que pugna por sobrevivir.
Sencillamente porque yo soy Shaoran Li, último descendiente de Clow Reed, el cual depositó en mí el sueño de continuar con su dinastía de magia oscura, luchando y venciendo a poderosos magos salidos de un cuento de hadas en la Edad Media.
Sí, la última esperanza, la última llama perdida, el último deseo… Soy yo… Y mis siete años, esperando el momento justo para actuar.
Para qué negar mi miedo, tan sólo soy un crío asustado, que no entiende la misión que se le ha encomendado y que cumplirá con su deber cueste lo que cueste sin motivo aparente.
Vuelvo a la realidad, a la luz de las velas que iluminan débilmente un pasillo desierto y a unas manos femeninas que retocan mi pelo enmarañado una y otra vez, intentando alisar inútilmente los rebeldes mechones castaños.
—No quiero hacer esto, madre… —digo en un susurro que apenas yo escucho— No es verdad que yo sea la última esperanza la de la Familia Li.
Ielan, mi madre, es una mujer de porte señorial, capaz de decir sin palabras lo que muchos no pueden expresar con una simple mirada. Y como de costumbre, no dice nada. Permanece callada mientras me arregla ese traje ceremonial, herencia de mi padre y de sus siete años, los mismos que ahora tengo yo. Me parece mentira.
—Sabes que sí, Shaoran. Es tu destino, no puedes echarte atrás. No puedes rechazar lo que eres. Este es el futuro que te ha tocado vivir.
La miro sin entender nada de lo que me dice, quizás porque yo lo único que deseo es estar en cualquier sitio menos aquí. El destino, el futuro y todo lo demás, a mí me da exactamente igual.
—Pero madre…
—Hijo, ya lo hemos hablado. No decepciones a tu padre. Ahora su vida y la de todos nosotros depende de ti.
Y a rastras, me saca de aquel pasillo a oscuras, conduciéndome hacia quién sabe qué estancia, mientras yo retomo el hilo de mis pensamientos en silencio.
Casi sin darme cuenta, nos hemos parado frente a una gran puerta de madera de roble con grandes dragones de hierro adornando los picaportes. Bonita, pienso, pero prefiero no saber qué me aguarda detrás.
Ielan me mira con pesadumbre y suspira un par de veces antes de llevar las manos hacia la puerta y empujar lentamente hasta abrirla por completo. Por su expresión, sé que la situación es muy delicada. Nunca había visto a mi madre así y en ese momento, tengo la certeza de que jamás volveré a ver esa mirada en su rostro. El miedo se incrementa y con ello, las ganas de salir corriendo de allí.
Mi corazón late fuertemente contra mi pecho, como si también quisiera escapar y la velocidad de los latidos aumenta cuando mis ojos ven la escena.
Todo el Clan Li está reunido alrededor de una gran mesa en lo alto de un altar, rodeados de una infinidad de lucecitas de distintos tonos de blanco (resultado de un simple hechizo que hasta yo, a mi temprana edad, podría hacer), con diferente resplandor, que confieren la iluminación que necesitamos.
Mi madre se aparta para dejarme a la vista de todos los presentes al mismo tiempo que éstos desocupan sus asientos para ponerse en pie y clavar sus miradas perspicaces en la mía, tan confusa que no sé cómo son capaces de ver algo en ella.
Mi padre está en el centro de la mesa y eso me asusta. Le veo tan claramente como podría verme a mí reflejado en un espejo y con unos cuantos años más, claro. También está ataviado con su traje ceremonial y sus ojos brillan con una chispa de vida desconocida para mí.
—Shaoran Li… Último descendiente de Clow Reed, ¿sabes por qué estás aquí?
Asiento con la cabeza, no muy convencido pero con decisión mal fingida.
—Desde tiempos remotos, nuestra familia ha sobrevivido enfrentándose a los magos más poderosos que haya podido existir tan sólo por defender la magia oscura procedente de Reed, que nos fue conferida generación tras generación, hasta el día de hoy, en que esa magia también ha sido transmitida al último miembro de la Familia Li, el más joven, mi hijo, Shaoran, el que sin duda llegará a ser el más poderoso, logrando las mayores heroicidades que podamos imaginar. Ha llegado el momento en que descubras y te enfrentes a tu destino, porque una nueva familia de magos ha resurgido de nuevo, precisamente hace siete años, y amenaza con destruir todo el camino que nuestros ancestros han construido. La posesión de la magia oscura está en peligro, incluso cabe la posibilidad de que, tras esta batalla que se avecina, los seres humanos posteriores a nosotros nunca lleguen a conocer su origen, viviendo así sin ella.
Sólo escucho la voz de mi progenitor, no estoy atento a ninguna otra cosa que no sea eso, pero soy incapaz de entender nada… ¿Qué está pasando?
De pronto, la puerta por la que he entrado vuelve a abrirse para dejar paso a otro niño que parece tener mi edad. Es un poco más alto que yo, de tez pálida, ojos de un azul muy intenso y profundo, ocultos tras unas gafas de montura fina, y cabello corto y oscuro.
—Tenemos noticias de que nuestro antepasado Clow Reed, —prosigue papá sin prestar demasiada atención al joven que acaba de hacer acto de presencia— dividió su alma en dos, quedando una de esas partes en este niño que tenemos aquí—señala al recién llegado mientras yo me quedo boquiabierto. ¿Una parte del alma de Clow Reed se encuentra en ese crío? —Su nombre es Eriol Hiiraguizawa, también descendiente de Clow, pieza imprescindible en esta batalla por recuperar la Magia Oscura porque podrá echarte una mano en tu misión. Pero ya habrá tiempo para más presentaciones. Lo que ahora importa es que tú, Shaoran, debes saber que…
Demasiados datos, demasiada oscuridad y muy pocas respuesta. Sólo soy capaz de entender eso. Que no sé absolutamente nada más.
—¿Qué ocurrió con la otra parte del alma de Clow? — pregunto sin poder contener la curiosidad.
—Precisamente estaba esperando a que me hicieses esa pregunta — responde mi padre satisfecho—La otra parte cayó en el cuerpo de otro hombre que, sin saberlo, guarda todo el poder de la Magia de la familia Li. Hace siete años ese hombre trajo al mundo con su mujer a su hija que, desgraciadamente para nosotros, heredó ese poder. Si ella llega a descubrir lo que conserva en su interior desde que nació, sería el fin del Clan Li ya que nuestra magia recaería en sus manos y no podríamos sobrevivir.
—¿Y dónde entro yo en toda esa historia?—vuelvo a preguntar.
—Eres tú, Shaoran, el que tiene la capacidad de encontrar a esa chica y destruirla.
—¿Destruirla? ¡Sólo tengo siete años!
Ielan hace un gesto cargado de prudencia, por lo que decido controlarme de manera casi inmediata.
—Tú buscarás a esa chica y la encontrarás, no importa el tiempo que tardes. Cuando llegue el momento sabrás quién es y podrás enfrentarte a ella. Para ello, irás a Japón y empezarás tu búsqueda al tiempo que te entrenas para poder derrotarla y haces una vida normal de cualquier estudiante, como si vivieras en la ignorancia de la magia. ¿Te ha quedado claro?
No puedo evitar sentirme aún más pequeño frente a esa misión que se me encomienda. Yo, que nunca había hecho daño a nada ni a nadie, ahora tenía que arrebatarle la vida a una chica que había tenido la mala suerte de heredar la magia de mi antepasado.
—Pero…
—¡Basta! Harás lo que se te dice.
—¿Y cómo sabré quién es ella? ¡Dices que soy la última esperanza pero yo no tengo ni idea de cómo llevar a cabo todo esto! ¡No quiero la Magia Oscura, no quiero ser descendiente de Clow! Quiero llevar una vida normal… Esto no va conmigo. ¡Yo…!
El bofetón que mi padre estampa en mi mejilla retumba por toda la habitación. Ielan se lleva las manos a la boca, claramente preocupada pero paralizada. Sabe que no debe dar un paso adelante, no delante de su esposo.
—¡Lyang!
Pero no puede evitarlo. Supongo que me protege demasiado, más de lo que a mi madre le convendría, porque después de todo mi familia sólo busca el bien individual y el resto le da absolutamente igual.
Ielan se gana una mirada de reproche por parte de Lyang y en ese momento no sabe dónde esconderse, pero finge que no le importa y permanece callada sin moverse de su sitio.
Yo, por mi parte, estoy tan impactado que ni siquiera tengo fuerzas para derramar lágrimas. Tan sólo contengo un llanto que no existe.
—He dicho que basta — continúa mi padre — Llegado el momento lo sabrás. Esa chica tiene que ser especial. Y tú notarás que es especial. Por tus venas corre la sangre y la magia de Reed. Seguro que lograrás averiguarlo. Y ahora retírate y no me decepciones más. Cumplirás este pacto… Y salvarás al Clan Li.
Cuando mi padre termina de hablar, los miembros de aquel comité se retiran uno a uno sin mediar palabra. Papá los sigue de cerca y tampoco dice nada. En su mirada ya no hay rastro de ese brillo que tenía al comienzo de la reunión.
Ielan intenta echarle un vistazo a la mejilla inflamada a causa del golpe, pero yo me niego en rotundo apartando su mano con demasiada rudeza y esta vez ella no puede contener el llanto. No sabe que yo también estoy llorando.
Y aún lloraría más de saber todo lo que tendría que pasar cuando llegó el día en que la conocí a ella. La chica que en teoría destruiría todo el Clan Li por llevar una magia que ni ella sabía que poseía. ¿Cómo iba yo a saber a mis siete años todo lo que se avecinaba? Porque ella también se convirtió en esa llama de vida, alegrando todos y cada uno de mis días. ¿Cómo iba yo a imaginarme algo así? Ni siquiera en el mejor de mis sueños…
Sí, yo soy Shaoran Li, el último rayo de luz. Este es mi destino, esta es mi misión.
Nota de la autora:
¡Hola! ¿Qué os ha parecido el prólogo de Mentir por Amor? Muy cortito ¿verdad? Pero los siguientes capítulos serán mucho más largos y emocionantes =)
Espero que lo hayáis encontrado interesante. Bueno, voy a contar algo sobre la historia para que os animéis a leer los capítulos siguientes.
Mentir por Amor es una obra romántica y algo enredada de dos de nuestros personajes más entrañables del manga, Shaoran y Sakura. Aquí, como es de esperar, vivirán una bonita historia de amor con muchos líos y dificultades. ¿Qué pasará al final? ¿Predecible? Quién sabe, ya que este fanfic aún está en proceso de escritura, pero intentaré subir los capítulos tan rápido como los termine.
Es el primer fanfic que escribo, así que seguramente esté lleno de errores. Pero ya he escrito con anterioridad varias historias cortas y una novela larga. La familia y los amigos no me sirven para saber si soy mínimamente buena para la escritura, así que creo que una de las maneras de comprobarlo es publicar aquí una de mis obras.
No hay más que decir, espero que os guste y que disfrutéis de Mentir por Amor, tanto como yo estoy disfrutando escribiéndolo =)
Por favor, dejadme vuestros comentarios, me gustaría saber qué os ha parecido el prólogo y si merece la pena subir el siguiente capítulo. Ojo, que este fanfic está dentro de la categoría M, ya os podéis imaginar por qué…
¡Besos! Bye!
PD: Si queréis saber más de mí, visitad mi profile, mi blog y por qué no, mi canal en YouTube ^^ (los links están en mi profile).
¡¡Gracias a todo/as!! Nos leemos muy pronto.
Ess-chan