Epilogo
Solo por ti…
Recorrí la suave piel de su espalda con la punta de mi lengua con la maestría que había adquirido en ese último año… besé la piel de su cuello ganándome un ronroneo de su parte y luego unas risitas al morder ligeramente el lóbulo de su oreja,
_Deja de hacer eso Edward o no nos levantaremos de esta cama_ dijo aún recostada boca abajo, no parecía querer moverse a pesar de sus palabras… yo tampoco quería hacerlo, aunque debíamos levantarnos para ir por lo que habíamos hablado…
_Me parece buena idea amor… no puedo dejar de desearte y tenerte así, solo para mí, es lo que me hace perder la cabeza._ murmuré recorriendo con mi dedo la suave curva de su espalda hasta llegar a su coxis. Hacía unos minutos que habíamos llegado a nuestro quinto encuentro de esa noche… no podíamos dejar de hacerlo, hacer el amor con Bella era tocar el cielo con las manos, un cielo del que no quería bajar jamás.
Ella jadeó ante mi contacto, su cuerpo era tan sensible a mi tacto que amaba la manera que ella se contorneaba apenas yo la rozaba con mis dedos, eso me hacía amarla más si eso era posible… saber que me deseaba era lo que me hacía sentir orgulloso de haberlo dejado todo por ella… jamás me arrepentiría y cada día trataba con vehemencia ser un mejor hombre para ella, mejor amigo, mejor amante, mejor compañero… aunque una sola cosa nos faltaba y sabía que había llegado el momento para enmendar las culpas y dejarnos llevar por nuestro amor, nada me podía hacer más feliz que eso.
Habían sido difíciles mis meses de abstinencia de sangre humana, nunca la había probado y la había tenido que seguir soportando, al menos su olor, porque Alice aún nos visitaba. Al principio le agradecía haberse ido a hospedar a casa de Rosalie y Emmett, ella sabía lo duro que era parta mí y no quería hacérmelo más difícil por eso accedió a la invitación de mi cuñada para acompañarla… yo no había podido verlos por obvias razones, pero Bella visitó a su amiga Rosalie y Emmett para disculparse de mi parte diciendo que había sucedido algo de suma importancia en la Iglesia y que me necesitaban, excusa que quedaba en riesgo de ser descubierta en cuanto mis padres o hermana abrieran la boca… por suerte nada de eso sucedió y pudimos seguir fingiendo nuestra mentira.
Lo que sí habíamos hecho Alice y yo fue hablar con nuestros padres, tan solo para que no se preocuparan ya que habíamos salido de improviso, agradecía enormemente la charla que ya habían tenido con Alice cuando todo sucedió… ya que desde ese día se mostraron tranquilos, yo les comuniqué que no los vería por un buen tiempo ya que supuestamente había decidido recorrer el mundo con mi diosa, pero Alice volvió tiempo después que se recuperó de su herida en el cuello y que al parecer había terminado en buenos términos con el hermano de Rosalie… estaba feliz en ese aspecto por ella.
En cierta forma, salir del país siempre era una buena idea, al menos para refugiarnos en algún lugar mientras mi naturaleza fuera totalmente controlada, es decir… luego de un año es más fácil mantener la cercanía con los humanos, sigue siendo tentador… muy tentador, pero de alguna manera mi fuerza de voluntad era suficiente para abstenerme de cometer alguna locura de la que después seguramente me arrepentiría, matar a alguien estaba último en mi lista, no lo haría ni porque fuera realmente necesario… De todos modos, había varias cosas que deseaba hacer antes de literalmente desaparecer de este país.
Una de ellas estaba relacionado con el pasado de Bella, lo que había visto en la mente de James antes de su muerte, había sido suficiente como para rebuscar en la historia de Seattle algo relacionado con su historia personal, su familia, su hogar, su vida antes de la conversión… todo lo que pudiera estar relacionado con ella para despejar el velo del pasado y poder acceder a sus recuerdos.
La tarde en que la llevé a la Universidad de Seattle, la misma que había aparecido en los pensamientos de James, ella fue conmigo sin saber porqué habíamos acudido a ese lugar, mi voluntad estaba más firme que un principio y por eso podía mantenerme estable en cuanto a mi sed, lo único que debía hacer antes de entremezclarme con los humanos era beber de sangre animal hasta saciarme, hasta que ya no de más… de esa manera lo podía manejar.
_¿Qué hacemos aquí Edward?_ murmuró Bella recelosa del lugar donde nos encontrábamos, pasábamos a través de los corredores de la universidad, yo sabía muy bien donde nos dirigíamos… el lugar que buscábamos, ya había estado con anterioridad allí con la finalidad de buscar rastros de ella… rastros con los que finalmente había dado,
_Es algo que quiero que veas, ten fe en mí_ le pedí al verla algo confundida. La llevé hasta donde estaba la biblioteca del lugar, un gran salón de dos pisos llena de estudiantes y con las típicas estanterías repletas de libros, la tomé de la mano justo cuando nos detuvimos en la sección que rezaba "Historia de la Universidad Nacional de Seattle"… ella frunció el entrecejo en un principio pero al verme tan seguro de lo que estaba haciendo se relajó hasta ver por ella misma algunos de los libros que hablaban sobre la Universidad a través de los años, sin embargo a mí solo me importaba un libro en especial… un anuario del año 1927.
A ella le llamó la atención el que haya tomado ese libro en especial, se acercó a mí y le mostré lo que había encontrado semanas atrás cuando investigué por propia cuanta. La imagen de ella tal cual estaba a mi lado estaba impresa en una fotografía entre el resto del alumnado, su sonrisa reflejaba una felicidad que no volví a ver hasta luego de que James desapareciera, una pureza que seguramente había sido corrompida por ese maldito que se había obsesionado con ella de tal manera que no se quedó tranquilo hasta verla convertido,
_Es… esa… oh dios_ musitó llevando una mano a su boca al verse reflejada en esa fotografía, su rostro era el mismo… lo único que cambiaba era su cabello, peinado al estilo de los años 20, la fotografía era en blanco y negro y debajo rezaba la siguiente frese,
"Isabella Mary Swan, estudiante destacada de la carrera de la Licenciatura en Literatura"
_Esta eres tú mi amor_ le dije entregándole el libro para que pudiera reencontrarse con ella misma, me paré cerca de ella observando su reacción… en un principio su rostro parecía no reflejar ninguna emoción, pero más tarde, luego de un suspiro, ella asintió y me miró pensativa,
_Gracias…_ dijo colocando el libro sobre su pecho _no recuerdo nada, pero… esto es un comienzo_ no pude más que acercarme a ella, rodear su cintura con mi brazo y besar sus cabellos,
_Hay algo más…_ dije a su oído, ella me miró interrogante, tomé su mano y dejando el libro en su lugar salimos de la Universidad. Debía llevarla a un lugar, una parte de su pasado estaba allí y ella tenía derecho a reencontrarse con esa parte… era imprescindible para poder cerrar ese ciclo de su vida y seguir con el nuevo sin dudas ni sombras. En el camino, mientras conducía por la carretera le conté todo lo que hacía 10 meses había visto en la mente de James, cómo fue que la acechaba y cómo fue que la convirtió, dudaba en hacerlo… sabía que podía ser doloroso para ella saber esa parte de la historia, pero era necesario para dejar el pasado atrás. Ella no pareció reaccionar en un principio pero luego tapándose el rostro con las manos sollozó sin lágrimas por unos minutos, la dejé hacerlo… sacar eso de ella era lo mejor que le podía suceder, dolía verla sufrir… sí que dolía, pero luego de eso ya no sufriría más, yo mismo me encargaría de que fuera así.
Minutos después estábamos parados frente a una casa en el pueblo de Forks, a unos kilómetros de Seattle, su fachada estaba deteriorada, era pequeña y el blanco del que alguna vez fue su exterior estaba desgastado y la madera dañada, parecía abandonada desde hacía mucho tiempo. Sostenía la mono de mi Isabella mientras la dejaba mirar esa casa sin decirle nada aún… ella la observaba con detenimiento y luego de caer en la cuenta del por qué estábamos allí, ella me miró con tristeza,
_Aquí viví ¿no?_ murmuró casi en un susurro, yo asentí sosteniendo su mano aún con más fuerza
_Aquí vivías con tu madre y padre…_ musité antes de que frunciera el seño y mirara el suelo, parecía hacer el esfuerzo por recordar algo…
Alzó la cabeza comenzando a caminar tomada de mi mano, la seguí… sabía lo que deseaba,
_Está deshabitada…_ confirmó cuando de la casa no captamos movimiento alguno, sonido o efluvio que la pudieran relacionar con humanos,
_Si… al parecer desde hace mucho_ dije entornando los ojos hacia la casa, ella subió las escaleras del pequeño porche y en un solo movimiento con la fuerza justa desclavó la madera que truncaba el paso de la puerta al interior de la casa.
Estaba vacía… no había nada… todo lo que alguna vez esa casa había albergado lo había perdido, una familia tal vez, muebles, niños, juguetes, luz… vida. Ella recorrió cada habitación de esa casa y yo la acompañé en cada paso tomando su mano o su cintura… cuando terminamos de recorrer la casa tan solo me miró con un brillo nuevo en sus ojos,
_Gracias amor… gracias a ti puedo recuperar algo de mi pasado_ dijo abrazándome, yo no puede más que estrecharla entre mis brazos y musitarle palabras de amor al oído… palabras que de alguna manera le hacían saber que nunca más estaría solo, jamás la dejaría…
No habían nada que no hiciera por ella… nada, si pudiera bajar el cielo con mis manos lo haría apenas me lo pidiera… si pudiera borrar su dolor de su memoria lo haría sin reparos… pero lo único que podía hacer de ahora en más era amarla con todas las fuerzas de mi alma… con toda la pureza que ese amor refleja, que solo ella refleja.
Nos preparamos luego de levantarnos a regañadientes de la cama, nos dimos un baño juntos y decidimos salir lo más pronto posible, ese era un día especial… por primera vez en ese año me enfrentaría a mi pasado, a lo que dejé atrás y lo que más me dolió dejar,
_¿Tú crees que nos dejarán entrar?_ murmuró Bella mientras bajábamos del auto frente a ese edificio tan familiar y tan lejano al mismo tiempo,
_Si… tengo fe en que sí lo harán, me corresponde… solo quiero verlos_ dije avanzando de su mano, subí las escaleras que nos llevaba a la entrada principal y toqué el timbre del portero eléctrico. Había llamado al padre Marcus el día anterior para que me permitiera esa visita y él muy amablemente había accedido.
Nos atendió un de las hermanas de la congregación, las que estaban a cargo del lugar... ella sabía de nuestra visita por lo que nos dejó pasar al comedor. Así lo hicimos…
Bella venía a mi lado algo desconfiada, aunque ella había insistido de hacer esta visita que nos hacía falta hacer antes de comenzar nuestra nueva vida, ella fue la que notó mi deseo de verlos, ella veía cada día que los extrañaba…
_Padre Edward!..._ murmuraron varias pequeñas voces cuando entramos al comedor del Hogar
_Tontos… ya no es Padre ¿no ven?_ murmuró un pequeño señalando a Bella, un pequeño que conocía bien
_Niños… mis niños ¿cómo están?_ murmuré alegre abrazando a varios que se nos habían acercado, unos cuantos recelosos que eran nuevos en el hogar nos miraban curiosos y dudando en acercarse o no y los que ya conocía se veían más grandes y maduros, señal de que en el hogar todo marchaba bien…
_Bien padre… digo, Ed… Edward_ dijo Jacob aún prendido de mi cintura, los otros que aún estaban allí, señal de que no habían podido encontrar un hogar, asintieron ante las palabras de Jake
_¿Padre?..._ me llamó una de las niñas que recordaba como Emilie, me acerqué a ella sabiendo que deseaba decirme un secreto al oído _¿ella es tu novia?... es bonita!_ dijo señalando a mi Bella que no pudo contener una pequeña risa,
_Si Emilie… ella es mi novia_ dije en voz alta para que todos escucharan. _Niños… ella es Bella, ella es mi novia…_ dije tomando de la cintura a mi diosa y mostrándosela a los niños curiosos,
_Hola niños…_ saludó ella tímidamente alzando una mano _es un gusto conocerlos al fin, Edward me habló mucho de ustedes_ dijo sonriente mientras veía que Claire se le acercaba y le tomaba de la mano,
_Es lindo conocerte a ti Bella, el padre nos habló de ti la última vez que lo vimos_ dijo la niña que sostenía su mano amistosamente, era increíble como estos niños se aferraban enseguida a quien les mostrara un poco de cariño, algo que ellos tanto necesitaban.
Esa tarde nos dedicamos a jugar con ellos y ayudarlos en sus tareas, Bella se veía tan bien entre ellos… que de alguna manera me causaba pena que ella no hubiera podido experimentar ese milagro tan natural de la vida… ser madre. Esa tal vez fuera una de sus cuestiones pendientes aunque ella no se diese cuanta, nunca le había visto esa tierna sonrisa que ví cuando jugaba con Emilie a las muñecas o con los otros niños a los juegos del pequeño parque. Me causó gracias la timidez de Jacob al acercarse tímidamente a ella sin saber si hacerlo o no, entre sus manos detrás de su espalda tenía una estatuilla de madera como la que me había mostrado alguna vez en los corredores del Hogar, solo que esta vez era un corazón a los que le había agregado las letras "E y B + J"… ese detalle me paralizó, ese niño realmente era un regalo del cielo que nadie había sabido aprovechar, ese niño me colmaba el corazón. Bella tomó el regalo de Jake cuando este se lo entregó y quedó maravillada, no solo por la hermosa obra sino también por el gesto del niño… me miró sorprendida y sonrió para luego darle un beso y un abrazo al repentinamente tímido Jacob.
Íbamos en el auto de regreso a casa luego de haber transcurrido toda la tarde junto a ellos, yo solo me dedicaba a prestar mi atención al camino pero con la inquietud constante de saber qué estaba pensando Bella en ese momento, ella parecía abstraída mirando ese corazón entre sus manos, lo acariciaba y sonreía nostálgica.
_¿Qué piensas amor?_ murmuré luego de morderme la lengua varias veces para evitar interrumpir su momento, ella me miró por un momento con sus ojos cargados por un brillo especial,
_Es solo que… hay tantos niños solos en el mundo, no conocía eso… me avergüenzo de nunca haberme percatado de eso_ susurró en un hilo de voz. Yo alcé mi mano para acariciar su mejilla,
_No es tu culpa mi amor_ susurré mientras entrabamos al camino que conducía a casa de Eleazar _esos niños fueron golpeados por la vida de una manera muy cruel, tú igual sufriste… es normal que te sientas identificada, es normal que a ellos les hayas gustado tanto, eres excepcional y el que no conocieras de ellos fue por el maldito novio que tenías, no porque tú no querías…_ dije tratando de alivianar su dolor, ella mordió su labio… señal de que algo quería pedirme pero se estaba conteniendo…
_Bella… dime amor_ murmuré preocupado, ¡cómo anhelaba leerle la mente!...
Ella sonrió con un brillo diferente en sus ojos, uno que solo le había visto mientras jugaba con ellos en el hogar…
_¿Te has puesto a pensar en… cómo sería tener un hijo?_ preguntó mientras ese brillo en sus ojos era aun más potente, yo negué con la cabeza… jamás se me había cruzado porque no cabía dentro de las posibilidades y mucho menos ahora, en mi condición… _es decir, no tener uno natural, porque está claro que eso es imposible… a lo que me refiero es, adoptar uno_ dijo con seguridad, entonces entendí…
_¿Adoptar?... ¿te refieres a uno de los niños del Hogar?_ ella asintió sonriente, me tomó la mano y me miró fijamente a los ojos _Bella… eso es…_ dejé de hablar en cuanto su sonrisa comenzó a decaer… _¿Tú deseas un hijo? ¿Un niño a quien cuidar?... ¿eso te haría feliz?_ murmuré tratando de ver en ella la respuesta,
_Edward… soy feliz contigo mi amor_ dijo acariciando mi mejilla _es solo que, siempre tuve tanto amor que dar pero estaba tan cegada que hasta que no los vi, no me di cuenta… y ellos están tan necesitados de ese amor, que…_ asentí al saber cuál era su punto,
_¿Te gustaría adoptar a uno?_ dije teniendo la certeza de que si hubiese funcionado mi corazón, éste habría latido eufórico esperando la respuesta… tener a uno de ellos cerca, ser padre… con todo lo que esa palabra significaba, cuidar de uno de ellos ayudando al mismo tiempo a los demás que no habían encontrado un hogar…
_Si…_ susurró despacio previendo mi reacción, tomó el corazón de madera entre sus manos y me lo mostró _mira que bien que se ven nuestros nombres junto a uno de ellos, me gustaría que este niño tuviera un verdadero hogar… un padre y una madre, aunque luego tengamos que decirle la verdad, si él nos ama… seremos felices_ dijo obnubilada admirando la pieza de madera. Yo asentí y miré al frente, la nieve estaba derritiéndose a esa altura del año y los árboles comenzaban a mostrar sus frágiles ramas verdaceas gracias a la inminente llegada de la primavera. ¿Adoptar a Jacob? ¿Era esa una posibilidad?...
_Solo pensémoslo ¿si?..._ dijo tomando mi mano y besando el dorso con sus suaves labios _ solo ten en cuenta que así ayudaremos a uno de tus niños y seremos una familia completa al entregarle amor a un pequeño que tanto lo necesita_ musitó…
Era consciente del vacío en su corazón en ese sentido y era verdad también, siempre tuvo tanto amor para dar, esa niña universitaria que habría seguido con su vida, formado una familia, habría concebido y dado a luz a sus hijos, conocido a sus nietos y vivido una vida feliz… pero que tuvo la mala fortuna de haberse cruzado con el demonio que le quitó todas esas posibilidades.
Sería yo quien enmendase todos esos desfortunios en su vida, yo prometí hacerla feliz y lo haría a cualquier precio, ella es todo lo que más quiero… lo que más deseo y mi corazón muerto late por solo su felicidad. Cada segundo en un humilde momento que ella me hace feliz, ¿por qué no darle la felicidad completa a ella ahora que tengo la posibilidad?... le daría un hijo, si eso la hacía feliz… le daría el mundo.
La amaría hasta morir aunque muera en el intento… porque por ella renací de nuevo y volvería a quemarme mil veces solo por ella, solo por ella me iría a los infiernos a pagar mis pecados y resurgiría de allí quemándome vivo solo para estar a su lado, solo para verla feliz… solo por ella…
Hayyyy... sí, se terminó. Como fueron buenas lectoras les subí el epílogo antes de lo pensado. Las amo, a quienes dejaron sus reviews y a quienes no, me conformé con que lo pusieran en alertas, favoritos, etc! gracias por eso... Extrañaré leerlas, por lo que las invito a pasarse por mis otros fics, gracias por todo y hasta pronto Amor prohibido!