Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a Stephenie Meyer, sin embargo, la trama es de mi propiedad.
Summary: Gracias a su perro, Bella Swan conoció al atractivo dueño de un flamante Volvo, y ahora tendrá una deuda que pagar.
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Bendito perro
Bella POV
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Iba a matar a Jake, eso era seguro.
¿Cómo se pudo escapar ese cachorro? Jake es un cachorro con un gran parecido a un lobo, me lo regalo un amigo de Charlie, Billy, como regalo de bienvenida.
Mis padres se divorciaron cuando yo era pequeña, me fui a vivir con Renee, mi madre, toda mi infancia y adolescencia, pero luego se caso con Phil un jugador de béisbol de las ligas menores, como él viajaba constantemente y Renee se quedaba cuidándome, tome la decisión de venir a vivir a Forks con Charlie y así dejar que Renee se fuera con Phil, además hace unos dos años que no veía a Charlie.
Una cosa que me desagradaba de Renee, era que siempre vivía criticando mi manera de vestir. Cuando estaba en casa, acostumbraba a vestir unos pantalones y suéter anchos, amarrar mi desordenado cabello marrón en una cola alta y, cuando tenia que leer o estudiar, me ponía una gorra para guardar mi cabello y de esta manera no me estorbara. Obviamente cuando tenía que salir o ir a la escuela, cuidaba un poco más mi imagen personal, pero no era de ese tipo de chicas que usa faldas cortísimas y playeras que cubren lo esencial.
Por suerte Charlie no era como Renee y me dejaba vivir mi propia vida, él era una persona de pocas palabras, como yo. La mayor parte del tiempo la pasaba en su trabajo de policía y si no estaba en su trabajo, significaba que se encontraba con su mejor amigo, Billy Black. Lo que nos lleva al percance de hoy.
Me había despertado muy temprano por la mañana para poder desempacar las cajas que quedaron esparcidas por el suelo de mi habitación. Rebusqué en mi armario unos pantalones holgados marrones y una playera turquesa, para luego dirigirme al baño, mire por el rabillo del ojo y pude darme cuenta de que Jake seguía dormido en la improvisada cama que le había hecho el día anterior. Ya en el cuarto de baño me di un relajante baño con mi shampoo favorito de fresas, cuando termine me vestí con las ropas que había llevado y peiné mi cabello, pero como todavía seguía húmedo, lo cogí en una cola.
Cuando estuve lista bajé a desayunar y me encontré con Charlie terminando de comer.
- Buenos días Bella, ¿Dormiste bien?...para ser tu primera noche.
- Buenos días papa, dormí bien. Gracias por preguntar.
- Hmpf – respondió. A Charlie le cuesta mostrar sus sentimientos, pero se que me quiere. Actos pequeños como estos lo delatan.
- Bueno, tengo que irme a trabajar – dijo luego de unos momentos de silencio – Hoy llegaré tarde. Adiós.
- Adiós papá.
Luego de lavar los trastes me puse a desempacar las últimas cosas que me quedaban en mi habitación, mientras Jake jugaba con una motocicleta de hule que sonaba cuando la apretaban, la cual compre el día de ayer en el supermercado. Ya había desempacado toda la ropa, la cual no era mucha, y me disponía a desempacar mi colección de libros, cuando escuche unos ruidos en el primer piso. Mire donde se encontraba Jake, pero mi sorpresa fue grande cuando me di cuenta de que no estaba. ¿En que momento había bajado?
Cuando llegué al primer piso no encontré a Jake, pero pude ver que había tirado una cajita que estaba en una mesa y cuando subí la mirada ¡Oh sorpresa! La ventana estaba abierta. Perfecto Bella, no llevas ni tres días con Jake y ya se te escapó, pensé.
No dude ni un segundo y agarré una gorra, para luego salir corriendo a buscar al cachorro. Luego de bajar las escaleras del porche de casa, tuve que ponerme la gorra, ya que se había puesto a llover. Corrí lo más rápido que pude para seguir a Jake, pero era muy escurridizo. Cuando logré dar con él nuevamente, lo vi saltando y revolcándose en una posa de barro, producida por la lluvia. A su lado estaba estacionado un flamante volvo, que iba siendo ensuciado poco a poco por los saltitos de mi cachorro.
- ¡Jake! – lo regañé de lejos mientas me acercaba.
En cuanto Jake me escucho, levanto la cabeza y luego de unos segundos, la dio vuelta para mirar el hermoso coche.
- ¡Ni se te ocurra! – chillé cuando me di cuenta de sus intenciones, pero de nada sirvió mi grito, porque en cuanto terminé, saltó a la parte delantera del auto, ensuciando todo a su paso. Saltó y rodó por todo el vidrio y capó o cofre del auto, dejando marcadas sus pequeñas patitas con el sucio barro del suelo.
Llegué corriendo hasta el costoso coche y tome a Jake, para luego agacharme y dejarlo en el suelo, regañándolo.
- Que crees que haces, no puedes andar ensuciando autos por ahí. Eso está mal – dije espantada, creo que Jake me entendió, ya que agacho su cabecita, al parecer, avergonzado. Pero deseche esa idea en cuanto la levantó y me lengüeteó toda la cara. Iba a protestar, pero un jadeo me desconcertó.
- ¡Mi amado Volvo! – dijo espantada una hermosa voz aterciopelada a mis espaldas - ¡Oye tú! ¡Niño estúpido! ¿¡Qué crees que le hiciste a mi automóvil!?
¿Niño? ¿Estúpido? ¡Quién se creía que era! Iba a protestar, pero un ladrido me desconcentró. Mire a Jake, quien me volvió a ladrar, para luego sacarme la gorra y de paso llevarse el elástico que amarraba mi cabello, dejándolo caer como una cascada. Corrió unos metros más y nuevamente ladro, al parecer quería jugar. Recordé al estúpido propietario del flamante volvo. Me levanté con furia saliendo de mis ojos.
- Yo no soy ningún niño – dije dándome la vuelta y remarcando la última palabra – y mucho menos soy estúpida.
Cuando vi al extraño, ¡Dios! Era un Adonis, completamente hermoso, con el cabello desordenado y mojado por la lluvia, color cobrizo. Tenía unos profundos ojos verdes, que parecían dos esmeraldas brillando. Baje la mirada, se notaba cada parte de su cuerpo debido a que la lluvia había mojado su ropa, no era ni muy musculoso, no muy flaco, perfecto. En ese momento me di cuenta… ¡¿Por qué los más guapos tienen que ser los más idiotas?!
El extraño también se había quedado mirándome, me estaba comiendo con la mirada y recordé que yo también debía tener la ropa pegada al cuerpo. Toda la sangre me subió al rostro, sonrojándome, y me examine a mi misma, tratando de ver si tenía la ropa tan pegada como el extraño. Al parecer mi movimiento hizo reaccionar al idiota, que parpadeo unas cuantas veces seguidas.
- Lo lamento – dijo arrepentido – no debí gritarte esa grosería, fue muy descortés de mi parte – bueno, al parecer no era tan idiota como yo creía – Mi nombre es Edward Cullen- se presentó.
- Bella Swan – dije estrechándole la mano.
- Siento también lo otro que dije, Bella. De espaldas y con esa gorra parecías un niño, pero ahora me doy cuenta de que eres toda una mujer – dijo viéndome seductoramente, con una sonrisa torcida de infarto.
Respira Bella, me recordé.
- N-no importa – tartamudee- yo también tengo que disculparme por lo que le hizo Jake a tu automóvil y…- me corte llevando las manos a mi boca.
- ¡Jake! – recordé. Me había olvidado por completo de él, por estar viendo que tan bueno y sexy estaba Edward.
Iba a salir, nuevamente, a buscarlo cuando me di cuenta de que se encontraba a unos metros de Edward y de mi, sentado viendo nuestra conversación como si de televisión se tratase.
Escuche una risita sofocada.
- Al parecer el perro se está divirtiendo – había dicho perro como si fuese una palabrota
- En serio lamento lo de tu coche – dije sintiéndome culpable – Si quieres lo puedo lavar.
No me di cuenta de lo que dije, hasta que él respondió.
- Esta bien, incluso yo estaré presente cuando lo laves – dijo lanzándome una mirada pícara – Me lo debes. Pero por hoy, creo que te llevare a tu casa, esta lloviendo mucho más fuerte.
No me había dado cuenta de cuanto corrí buscando a Jake hasta ahora, ya que estaba bastante lejos de mi casa. No tenía alternativa.
- Está bien – me resigné.
Edward me había abierto la puerta del copiloto como todo un caballero y cuando estaba caminando hacia él, no me di cuenta de la gorra que Jake había dejado en el suelo, por lo que mi torpeza hizo acto de presencia y terminé por tropezarme. Cerré los ojos esperando un golpe en el suelo que nunca llego. En lugar de eso, sentí unos bien formados brazos abrazarme.
Cuando abrí los ojos pude darme cuenta de que el rostro de Edward estaba a unos escasos centímetros del mío. Su rostro totalmente cubierto por pequeñas gotas de agua. Me miraba de una forma que hacia que todo de vueltas en mi cuerpo. Ese verde esmeralda, fue reemplazado por un verde opaco, muy intenso.
No se si fue él o fui yo, pero en uno segundos acortamos la distancia que nos separaba chocando nuestros labios en un ferviente beso, nuestras lenguas danzaban a un mismo ritmo. No se en que momento estábamos parados en la mitad de la acera, yo con mis brazos alrededor de su cuello, agarrando sus cabellos, y él con sus manos entronadas en mi cintura, acariciándola levemente.
Fuimos interrumpidos por un fuerte ladrido. Escuche a Edward maldecir y no pude evitar soltar una risa.
- El chucho no viene con nosotros – me dijo muy decidido.
- ¿¡Qué!? – grité – No puedes hacer eso.
- ¿A no? – dijo sonriendo al mismo tiempo que levantaba una ceja.
- No – dije ronroneando mientras enrollaba, nuevamente, mis brazos a su cuello.
- ¿Y que me darás a cambio? – pregunto con una chispa en sus ojos.
- Esto – dije simplemente y lo besé. No se de donde me salieron las agallas para hacerlo, pero no pude evitarlo.
- Mmm – se lamió los labios, acto que me hizo estremecer – Esta bien, puede venir.
Rápidamente tome a Jake en brazos y me subí al volvo, mientras Edward cerraba mi puerta y se daba la vuelta para subirse al asiento del conductor.
- Bueno Bella, ¿Dónde queda tu casa? – preguntó, para luego prender el motor y la calefacción.
- Sigue derecho hasta un cartel verde, luego da la vuelta a la izquierda, sigue derecho, hasta una casa blanca – le expliqué
En el camino fuimos conversando de cosas triviales, y justo unos momentos antes de llegar paro de llover. Cuando aparcamos frente a mi casa, Edward se bajó del auto y me abrió la puerta, ayudándome a salir.
- Gracias por traerme Edward – le dije sonriendo.
- De nada – respondió – Que no se te olvide que mañana tienes que lavar mi auto.
- Claro – estaba por darme vuelta para entrar, cuando siento que me toman por el brazo, dándome la vuelta.
- ¿No hay beso de despedida? – dijo haciendo un puchero adorable, a lo que yo reí, para luego ser silenciada por esos dulces y tentadores labios.
Pero como bien dicen lo bueno dura poco, ya que nuevamente fuimos interrumpidos por el ladrido de Jake. De todas maneras no le podía echar la culpa, gracias a Jake fue que conocí a Edward. ¡Bendito perro!
- ¿Quieres entrar? – Wow…de verdad ¿Yo dije eso?
- Me encantaría – dijo con una sexy sonrisa – pero me temo que si entramos, no te dejaría salir en unas buenas semanas. Mañana tendremos tiempo – me guiño un ojo- Además, dudo que a tu padre le guste entrar a su casa y encontrarse con un desconocido y a su hija teniendo s…
- ¡Ya, está bien! – lo corté muerta de vergüenza, sentía que tenía la cara mas roja que un tomate. Pero luego recordé algo - ¿Cómo sabes que vivo con mi padre?
- Todos conocen al jefe Swan – dijo simplemente. Me dio un corto beso en los labios y se dio la vuelta para irse a su auto, pero cuando casi estaba llegando volteo para verme con su sonrisa torcida – Te veo mañana. ¡Ah!, y por cierto…te ves adorable con las mejillas sonrojadas, en especial cuando es por mi.
Lo único que pude hacer fue sonrojarme aun más…y esperar con ansias el día de mañana.
Un One-Shot que tenia que escribir, me llego la idea hace algunos días y no paraba de darme vueltas en la cabeza. Espero que les haya gustado.
Creo que podría hacer una continuación de cuando Bella tiene que lavar el volvo jajajaj y si la hago pondría un lemmon, pero no estoy segura. Ustedes tienen que decirme si la sigo o está mejor como está xD
También me gustaría que leyeran mi otro fic, estoy terminando el tercer capitulo, así que lo subiré pronto!!
Es muy tarde…o muy temprano, ya que estoy de madrugada xD. Asi que si hay algún error lo siento, pero no alcancé a revisar bien la orografía.
Espero sus reviews! Si?? (Puchero que le hizo Edward a Bella)
Cuídense, besitos
J.