Holaaas!!! Les recalco que este es mi primer fic, así que paciencia conmigo =) realmente espero que les guste y que dejen reviews, quiero saber que opinan. Escribí este fic principalmente porque TENÍA que escribir algo sobre mis personajes favoritos: Sirius, James, Remus, Lily y Snape =D Peter no me agrada ¬_¬ (¿A quien si?) pero por el bien de la historia, tiene que estar ahí... bien, esa es la introducción, no se olviden de dejar sus comentarios!

Los Pactos

Capitulo I : ¿Cómo comenzó?



RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!!!!!!!!!!!!

Un estrepitoso y repentino sonido retumbó en una de las habitaciones de chicos de sexto año. Los cuatro chicos que se encontraban durmiendo en ese cuarto despertaron sobresaltados buscando de donde provenía ese horrendo sonido.

-¡ ¿Qué demonios es eso?! – gritó Sirius, mirando alrededor, buscando respuestas.

-¡No lo se! – le respondió alterado James, saltando de cama en cama en busca del sonido.

-¡Viene de allá! – gritó Remus, apuntando debajo de la cama del cuarto chico. Peter, el dueño de la cama, se apresuró a buscar debajo y sacó un aparato raro, definitivamente muggle.

-¡Apágalo!-gritó Remus, tapándose los oídos. James corrió hacia el aparato y lo tiró al otro lado de la habitación, destruyendo la maquina y callándola en el proceso.

-¡Ese es un endemoniado aparato muggle! ¡Blushy está detrás de esto!-Sirius se quejó.

-Exactamente. – dijo una voz femenina desde la puerta, los cuatro chicos se volvieron a ella, aunque no necesitaban verla para saber que la dueña de aquella voz era Lily Evans, la única chica capaz de entrar al cuarto de los chicos... y de jugarles una broma así.

-Blushy,¡no tienes vergüenza! – le dijo enfadado Sirius, mientras se frotaba los ojos.

-Y obviamente ustedes tampoco, ¡miren como duermen!.- entonces se dieron cuenta que estaban todos en ropa interior y buscaron cada uno su respectiva cama para cubrirse. – Definitivamente no son gente mañanera, ¿eh? – les preguntó con una sonrisa dulce, tipica de ella – Prongs, deberias hacer algo con ese cabello...

-¿Qué era ese objeto abominable? – preguntó James, intentando arreglar su peinado.

-Solamente un reloj alarma. – contestó riéndose ante su evidente ignorancia hacia las cosas muggles.

-'Solamente un reloj alarma'-la imitó Remus usando una vocecita aguda – ESA COSA ESTABA POSEÍDA!

-¡Si! ¿Qué hubieras hecho si el pobre de Wormtail moría del susto?- dijo Sirius evidentemente sobre actuando.

-¡Si!... Oye! ¿Por qué yo?!– se quejó Peter, el más bajo de todos.

-No te quejes, hubieras visto tu cara.

-¿Mi cara? Ustedes estaban saltando de aquí para allá. –argumentó Peter seriamente ofendido y profundamente sonrojado.

-Al menos nosotros buscábamos, tu te quedaste asustado en tu camita.-le señaló burlonamente James. Lily, que había estado riéndose mientras los veía discutir decidió entrometerse.

-Ya, ya, todos estaban histéricos- dijo mirando a cada uno con sus ojos verdes brillantes por las lagrimas a causa de reír tanto- y ahora, damas, las dejo, para que se repongan del susto y bajen a desayunar...– al decir esto, con una sonrisa burlona en la cara, desapareció por la puerta.

-La muy descarada – indignado Sirius gruñó y mirando su reloj mágico continuó – me arrebató una hora de mi tan atesorado sueño...

-Al menos tenemos una hora para pensar con que broma le responderemos esto... – dijo Remus sonriendo malignamente.

-Moony tiene razón – comenzó a decir James.

-Vaya, eso es algo que no escuchas todos los días. – interrumpió Sirius, recibiendo una mirada molesta de James y Remus.

-Esto me está hartando... ¿Por qué no dejamos las bromas? – Todos se volcaron a ver a Peter, que era el que había dicho esto, con cara de 'de cual fumaste?' – Digo... no dejar las bromas... solo dejar las bromas con Lily... – trató de explicarse.

-¡Dejar las bromas con Lily! –gritó James – Ella es la que nos ha dado más problemas- "Ese es mi punto" lo interrumpió Peter – y por lo tanto es la más divertida- prosiguió James.

-... ahora que lo dices así.... – aceptó Peter.

-Uff... ¿Cómo fue que comenzó todo esto? – preguntó tirandose a la cama Remus.

-Hum... creo que todo comenzó... desde que la conocimos, ella siempre tuvo ese aire terco- explicó James.

-Y eso, mezclado con nuestra terquedad...- añadió Sirius.

-Dio como resultado este desastre. – Dijo Peter cruzándose de brazos.

Dos años antes...

En ese entonces (y en el tiempo en el que se cuenta esta historia también) Los Merodeadores era uno de los grupos más populares de Hogwarts, eran envidiados por los chicos, deseados por las chicas y temidos por los profesores. Eran cinco chicos, todos con muy diferentes personalidades, muy diferentes gustos, pero con una meta en común: hacerle la vida imposible a toda persona que estaba en frente. Sus fechorías no tenían fin, se rumoreaba que hasta le habían jugado una broma al mismísimo Dumbledore, saliendo salvos solo porque el director estaba siempre de animo para una buena broma. Lo raro, era que a pesar de jugar tantas bromas y ser tan odiosos, todos querían ser como ellos, sin necesariamente decirlo en voz alta. Las chicas, al menos todas de cuarto año para abajo (aunque de vez en cuando habían alguna de quinto en la lista) babeaban al verlos pasar, especialmente al Don Juan, Sirius Black, que a pesar de tener solo catorce años había salido con más chicas que sus dedos de las manos y pies juntos.

James Potter también tenía fama de mujeriego, aunque no tanta como su mejor amigo Sirius, no era un secreto que sus negros cabellos despeinados hacían latir aceleradamente el corazón de más de una chica, pero la mayoría prefería los ojos azules de Black. Además, Potter, al ser algo despistado, no se daba mucha cuenta de todo esto.

Remus Lupin los seguía de cerca, con su cara pálida, ojos grises, cabellos castaño claro y porte enfermizo, era el ideal de todas las chicas que buscaban a alguien más dulce que los hermanos Black (Asi era como algunos llamaban a James y Sirius, por su gran parecido, aparte de que, casi nunca se separaban).

Algo más marginado, estaba Peter Pettigrew, el más bajo de todos, a sus catorce años aún parecía de doce, no atraía muchas miradas, pero las chicas lo consideraban tierno, lo que era bastante para él.

Severus Snape era el menos reconocido del grupo, siempre serio y callado, siempre con las narices frente a un libro-que, hablando de narices, tenía una bastante grande- muchos lo consideraban socio no-activo del grupo, cuando en realidad era casi siempre el cerebro de las operaciones.

Y una de sus características más raras, era que tenían apodos para cada uno que estaban absolutamente prohibidos dar a conocer en público, solo lo usaban entre si, estos eran: Padfoot, Prongs, Moony, Wormtail y Blackbeak.

Ese día, era el primero de un nuevo año de estudio en Hogwarts, estudiantes de todas las edades se apresuraban a entrar al tren para conseguir asientos, de los que ya no quedaban muchos, Los Merodeadores, llegaron tarde esa vez, casi al toque del último silbato, pues habían estado ocupados colocando bombas alucinógenas en los baños de la estación. Los únicos asientos que encontraron disponibles estaban en una cabina ocupada por una sola chica.

Al entrar hicieron tanto ruido que la chica sobresaltada alzó la vista sobre el libro que había estado leyendo.

-Puf, la única libre... es culpa de Remus, estabamos en buen tiempo, hasta que se tropezó... veo que tenemos compañía.- dijo Sirius, al abrir la puerta, los otros le siguieron, pero no se sentaron, solo se quedaron en la entrada, hablando.

-Ah, yo sé quién es ella...-Comenzó Remus.

-¿Cómo no vas a saber?- soltó James – Si es la única pelirroja del Colegio.

-Ella y ese chico Arthur Weasley. – Añadió Sirius.

-Ese ñoño... – agregó a su vez Peter.

-¡Mira quien lo dice! - remarcó burlonamente Lupin.

-Oigan, ¿no fue ella a la que le tiramos esa bomba salpicante de colores que no se quita en una semana? - Preguntó Black, riendo. Los otros chicos lo acompañaron en las risas.

-Si, era ella. – Confirmó Severus.

-¡¿PODRÍAN DEJAR DE HABLAR COMO SI YO NO ESTUVIERA AQUÍ?!-gritó la pelirroja, con un enojo que le coloreó las orejas. Los cinco chicos se volcaron a verla, como si se hubieran olvidado que ella realmente estaba ahí y desde ese momento quedaron prendados de esos furiosos ojos verdes.

-Hum...yo... – James balbuceó.

-L-lo, lo sentimos...- Tartamudeó Sirius, cosa que no tenía memoria de haber hecho antes.

-Si... somos unos tontos... no tenemos modales. – se disculpó Remus.

-Ajá...-agregó neciamente Severus.

-Bueno – bufó la chica – no se queden parados.- y les indicó los asientos, ellos se sentaron, ninguno atreviéndose a acercarse mucho a ella y luego, sintiéndose algo tontos, comenzaron a recuperar sus viejos ánimos.

-Yo soy Sirius- dijo- y ellos son Ja—comenzó, pero Potter lo interrumpió.

-Creo que soy capaz de presentarme, viejo amigo. – dijo sarcásticamente.

-No me diste esa impresión cuando estabas balbuceando.- se burló el primero, el otro enrojeció, y se presentó rápidamente, los otros le siguieron.

-Sé quienes son. – les avisó la chica – Todo el colegio habla de ustedes – los chicos sonrieron engreídamente – sinceramente no sé porque – agregó luego cruelmente, borrando todo rastro de sonrisa de sus rostros, pero dejando una sonrisa triunfal en el suyo. – Yo soy Lily Evans.- se presentó al fin. – y esa bomba salpicante de colores no se quita en una semana... aún tengo una mancha roja en el hombro. – dijo enojada. Los chicos no pudieron evitar reír.

-Estás en Gryffindor, ¿verdad?-le preguntó Remus. La chica le contestó de forma afirmativa.

-¿Cómo es que nunca te habíamos hablado antes? – preguntó Sirius, más para el mismo que para los demás.

-Tal vez porque no se toman la molestia de hablarle a las victimas de sus bromas.

-Uy, eso dolió. – le dijo Sirius tocándose el corazón como si estuviera dolido.

-Es la verdad... son unos engreídos, nunca entenderé como es que las chicas los idolatran...

-¿Nos idolatran? ¿Quiénes? ¿Tienes nombres? – preguntó interesado Sirius, ganando una mirada molesta de todos los demás.

-Sarah Pitz, Caroline Fredson, Erika Roth... – empezó a listar Lily.

-Uh, ya salí con todas ellas… - acongojado expresó Black.

-No me sorprende... – agregó cruelmente.

-Vaya, es Sirius el que nos da mala fama. – dijo entre risas James, los otros asintieron.

-Ja, también se algunas cuantas cosas sobre ti, James.

-Te aseguro que la mitad de los rumores son falsos. – le explicó haciendo una cruz sobre su corazón, pero cruzando los dedos detrás de la espalda.

-¿Dicen algo acerca de nosotros tres? – preguntó Remus, por Peter y Severus también.

-Veamos... dicen que Remus tiene alguna enfermedad mortal, por eso se ve tan pálido, que Peter es superdotado y que en realidad tiene doce años y no catorce, y que Severus pertenece a un grupo satánico. – Los chicos se miraron incrédulamente y luego comenzaron a reír histéricamente hasta que sintieron que su estómago se les revolvía.

-... ¡Eso... eso DEFINITIVAMENTE no es cierto! – le avisó James cuando al fin pudo hablar.

-Ya lo sabía. – dijo sonrojada.

El tiempo desde la estación hasta el colegio fue más callado, los chicos hablaban entre ellos y Lily solo leía su libro.

Una vez allí, todos los estudiantes comenzaron a descender del expreso. Llevando consigo sus maletas, James se apresuró a cargar las maletas de Lily, pero esta lo interceptó.

-¿Qué crees que estas haciendo? – le preguntó arrebatándole sus maletas.

-Intentaba ayudarte. – le explicó como si fuera lo más obvio del mundo. La pelirroja lo miró sospechosamente. – Vamos, ¡no es que vaya a tirar tus maletas al lago o algo asi!

-Eso no me preocupa, ¡me preocupa que vayas a hacerle uno de tus trucos a mis cosas!

-¿Por qué crees todo lo que te cuentan? ¡No somos tan malos! – le explicó algo exasperado.

-¡James! ¡¿Qué esperas?!- le gritaron sus amigos desde fuera del tren.

-¡Ya voy! – les respondió gritando. Lily miró sus maletas, luego a James y después de unos segundos de deliberar, le pasó su equipaje.

-Ten mucho cuidado con eso. – le advirtió y los dos salieron del tren.

Una vez en la sala común de Gryffindor, James le devolvió las maletas a la chica.

-Hum... gracias. – le dijo débilmente y fue apresuradamente a su dormitorio. James se quedó parado en su lugar un momento. "Mujeres" pensó y se dirigió a su propio dormitorio.

-Con que tratando de amistarte con la pelirroja... – le dijo con una sonrisa burlona su mejor amigo, cuando Potter entró al cuarto.

-No bromees, - le dijo algo sonrojado. – solo trato de dar una buena impresión. – se explicó echándose en su cama.

-Es linda. – agregó Remus luego de unos minutos de silencio en los que los cinco chicos descansaron cada uno en su respectiva cama.

-¿Quién? – preguntó ingenuamente James.

-Arg, ¡Prongs! – le gritó Sirius tirandole un almohadazo. - ¿En donde tienes la cabeza?

-Arriba de los hombros, Padfoot. – le remarcó sarcáticamente.

-Elemental, mi estimado Prongs... – agregó también en tono sarcástico Black.-Estabamos hablando de Lily.

-Aah, si... – asintió mirando al techo.

-¿Creen que la veremos en el banquete de bienvenida? – les preguntó Peter.

-Es lo más seguro. – respondió Severus.

-Hablando de eso, vamos a llegar tarde. – les avisó James levantándose, los otros lo siguieron.

Fin del Capitulo I

Wow, al fin terminé el primer capitulo... no saben que estrés! Se me borró todo dos veces! -_- Quería explicar algunas cosas, el primer lugar, yo leí la versión en ingles, así que tal vez algunas cosas estén con el nombre cambiado, por lo tanto, no sé si los apodos de Sirius, James, Remus y Peter (Padfoot, Prongs, Moony y Wormtail) sean los mismos en español. En segundo lugar, en la verdadera historia ni Lily ni Severus eran parte de los Merodeadores, pero, esto es un fic, no? ;) así que sus apodos (Blushy y Blackbeak) son mera invención mía.

Eso es todo, dejen review!!!

Nos leemos

Irrel