Una unión... ¿imposible?

La noche cae sobre el pueblo, dándole un aire tenebroso. Salgo con cuidado de la pequeña cabaña en la que me he establecido, poniendo sobre mí una larga gabardina negra con capucha, la cual cubre casi toda mi cara, sólo dejando ver la parte baja de mi rostro. Camino por las calles desiertas, gracias a mi excelente olfato, puedo percibir el delicioso aroma de la sangre de las personas que viven aquí.

Una corriente de aire llega hasta mí, trayendo consigo un aroma muy peculiar. Corro, siguiendo el rastro de ese exquisito olor, hasta llegar a una casa. Me acerco a la puerta, abriéndola sin ningún problema. Entro con mucho cuidado, subo las escaleras, me dirijo por un pasillo a la izquierda y entro a una habitación. Acercándome silenciosamente a la cama, veo a la persona que porta esa sangre descansar plácidamente sin darse cuenta de mi presencia.

Note, gracias a la luz de la luna que entraba por la ventana, que quien reposaba era un chico de cabello negro, piel blanca, de aproximadamente 16 años; la misma edad en la que fui mordida por un vampiro que planeaba matarme.

Sobreviví gracias a que mi padre logro matarlo, pero no pudo evitar que me convirtiera en una de ellos. Escape de casa, evitando de esta forma dañar a mi familia, de eso ya pasaron 50 años.

Mi corazón comenzó a latir fuertemente al verlo más detenidamente. Hace mucho que no sentía esto, una sensación extraña, como mariposas en el estomago…pero, ¿Cómo es que puede pasar esto?, ¿quizás… me estoy enamorando?

Contemplo su bello rostro dormido, después observo detenidamente unas fotos que están sobre un buró. Veo sus ojos, de un misterioso color verde olivo. Ojala estuviera despierto, así podría verles bien…. ¡¿Pero que estoy pensando?! Si me ve va a gritar o algo así, creo.

Quito la capucha de mi cabeza, mi cabello cae hasta la mitad de mi espalda, tan ondulado y color azul marino como siempre. Mis ojos son de color esmeralda, algo que herede de mi padre. La apariencia que guardo es de 16 años; a partir de que me mordieron, no volví a envejecer.

Acaricio delicadamente la mejilla del chico, sintiendo su suave piel. Un intenso rubor carmesí se forma en mis mejillas. La sangre más deseada para los vampiros es la de la persona de quienes están enamoradas, ¿será que él es esa persona? Me dirijo a la puerta y la abro. Al cerrarla, pude notar algo tallado en la puerta, toco la madera delicadamente y sonrió. Salgo de la pequeña casa y comienzo a caminar. A los cinco metros, volteo y observo detenidamente la ventana del cuarto de ese chico. ¿Podrá existir amor entre dos razas distintas? Una sonrisa suave se forma en mi rostro, mientras vuelvo a caminar en dirección a mi cabaña…. ¿te volveré a ver, en otras circunstancias?

Un suspiro arranca su nombre de mis labios, mientras mi presencia se pierde en la oscuridad de la noche.