Capítulo 10

Sería mejor que no tardara demasiado en explicarle a la rubia Hokage todo, ya que si no lo pensaba en algo pronto, Tsunade lo mataría de la manera más dolorosa. De hecho parecía ya estar reconsiderando esa idea.

—No sé en qué estás pensando, muchacho. O me das una buena explicación de todo esto ahora, de manera rápida y convincente. O serás tú quien le explique todo a esto a Gaara.

El moreno suspiró, dirigiendo su mirada a la rosa que aun sostenía entre sus manos, la acarició un momento, para dibujar una leve sonrisa en sus labios, sabiendo que todo aquello había terminado. O al menos eso esperaba.

— ¡Se trata de esto! De todas las grandes naciones, quien se beneficia hay alguna guerra entre Suna e Iwa…sería konoha.

El silencio rondó por unos minutos en la sala, ni el mismo entendía bien de que se trataba todo aquello, sus pensamientos se encontraban de manera tan dispersa en su mente, que no era capaz de unirlos.

—Tsunade Sama, necesito un trago. —Sentenció.

Las palabras del joven nacieron del alma, era algo que de verdad en ese momento requería para poder terminar de ordenar las cosas en su cabeza.

-Neji ve a casa de este... muchacho—Ordenó la rubia. —Quédate con las chicas e informales que él está conmigo y que volverá dentro de una hora.

Tras haberse abandonado la oficina del hokage, la rubia Hokage y el moreno de cabello negro se dirigieron a un bar para seguir charlando. El joven Nara, se empinó un trago servido por la rubia como si se tratara de agua. La líder apoyó su mentón entre sus manos, analizando la situación. Se encontraba más seria que nunca, sí es que eso era posible. Había estado toda la tarde de un lado a otro, organizando cada papel que Shizune le entregaba. Estaba tan cansada, qué había pensado retirarse temprano para ir a su casa y acostarse temprano. Sin embargo, sus planes se habían ido a la mierda literalmente. Al menos eso pensaba.

—Muy bien, quiero que ahora me aclares todo lo que está pasando. —Se aclaró la garganta la rubia, luego de haber visto como el moreno permanecía ensimismado, mirando el vaso. —Mira que mi paciencia acaba de irse hace algunas horas.

—Tsunade-Sama , todo se trata de esto. Tras la gran guerra, las grandes naciones experimentaron un notorio crecimiento entre ellas. Hace ya, alrededor de un año lo habíamos hablado en una reunión que tuvimos con los ancianos, donde además se encontraban presentes los miembros de la raíz. —Suspiró—Al parecer, en un principio las naciones que más fueron resurgiendo después de ello, en tan sólo semanas, fueron Iwa y Suna. —Se detuvo a mirar al fondo del vaso. —Después de esto, se comenzaron a generar grandes conflictos entre ellas…lo que no parece ser una coincidencia.

Después de una pausa, siguió con su relato. La rubia lo miraba impaciente, tratando de comprender a qué se refería con esas palabras.

—Muere mucha gente en las guerras, desaparece gente, niños quedan sin sus padres, padres sin sus hijos. Familias divididas y corazones rotos. Es cierto que nosotros arriesgamos la vida a diario en cada misión que se nos otorga. Porque ese es nuestro camino ninja, de algún modo. —Habló el moreno, recordando las palabras de alguien. —Pero más allá de eso, luchamos porque queremos que nuestro rey esté a salvo. En cambio, tener una guerra gratuita, sólo con el fin de reducir gente y provocar que las aldeas que están haciendo bien las cosas fracasen, es sucio.

Ante las palabras del moreno, la hokage se levantó con un notorio disgusto en la cara. Golpeando la mesa con tanta intensidad, que logró llamar la atención de muchos los presentes, ya que consiguió partirlo en dos.

—Mide tus palabras muchacho, si pretendes culpar a alguien, será mejor que tengas pruebas para hacerlo…

En otro lugar, en una residencia de dos pisos, de un color damasco con las ventanas marrón y un gran agujero en el patio, se encontraban un par de mujeres. Una morena que se desesperaba tratando de mantener quieta a una rubia.

Los últimos días habían sido muy raros para ella, y en esos momentos lo único que quería era una gran explicación de la verdad que necesitaba.

—Tú no entiendes nada, tenten. —Musitó. —Hace ya tres horas que se ha ido, no sé nada de él. Cada vez que intentó conseguir información al respecto, tanto tú como la hokage evaden mis preguntas. Sabes, me cansé de esto…¡Me voy a casa ahora!—Gruñó, gritando con tanta fuerza que logró estremecerla cuando se apartó de ella para coger su maleta.

Decidida a irse, caminó hacia la puerta para marcharse. Pero entonces sintió como alguien tocaba su cuello inesperadamente, consiguiendo que se desplomara en el suelo, tras oír como un extraño pito se apoderaba de sus oídos y provocaba que sus ojos se sintieran demasiado pesados de controlar.

— ¡¿Pero qué hiciste?! Neji!—Le recriminó Tenten, viendo como el castaño la sostenía entre sus brazos.

— ¿Acaso pensabas tú explicarle a Tsunade-Sama que se marchó sin más remedio? —Enarcó una ceja para dejarla sobre la cama, siendo seguido por la castaña. —Mejor dejémosla descansar.

—Está bien, pero cuando despierte tú hablarás con ella. —Suspiró, notoriamente disgustada. —Calienta un poco de agua para que tomemos un té.

El moreno siguió a la rubia, aún con las advertencias que le dio a medida que caminaban por Konoha. Una vez llegaron a la oficina, Tsunade se dejó caer sobre la silla de su escritorio para contemplar el cielo, necesitaba calmarse.

—Hokage-Sama, sé que no tengo pruebas coherentes de esto. Pero sé que usted las puede conseguir, no estoy hablando de usted específicamente, pero sí del consejo y de la raíz, principalmente. Ya que el consejo de ancianos nos ha estado presionando hace ya un año, exigiendo las mejoras de todo—Intentó fundamentar su discurso, pero Tsunade a penas le dedicaba la mirada. — ¿Cuándo fue la última reunión que tuvimos…? Fue una semana antes de que se generara el ataque a la aldea de Suna. La que se encuentra en la frontera y que Iwa desconoce por completo hasta el día de hoy. Es curioso que el consejo no ha presionado, es más ¿Hace cuanto tiempo no los hemos vistos?

— ¿Tú qué piensas? —Preguntó la líder, viendo a Kakashi en la ventana. Tratando de analizar la información que el muchacho entregaba, retomando su compostura.

El hombre de cabello blanco permanecía mirando el libro que tenía entre sus manos, pero eso no significaba que había hecho caso omiso a sus palabras. Por lo que se levantó de su lugar, para dar una respuesta a la pregunta de la líder.

—Hace un tiempo que sabíamos que los ancianos estaban en constante comunicación con la raíz. Además el hecho de que, además se opusieran rotundamente al matrimonio, que lógicamente era un beneficio no sólo para Suna, como lo explica Shikamaru. Yo le daría la razón, ya que…

— ¿Qué descubriste? Kakashi.

Cerró el libro de una vez, para dirigir su mirada a ambos e informar lo que acaba de descubrir. Tsunade desvió la mirada de la ventana, para enfocarse en el sensei que tenía algo que decirles.

—Precisamente los que atacaron la casa de Shikamaru, era un grupo de mercenarios que solía trabajar para la raíz.

Continuará….