Episodio 12. Muerte y Vida.

Acto Final.

-Lemon III-

Aquello no podía estarle pasando. No se había arrastrado hasta llegar a ella solo para verla morir en sus brazos. Su sangre aún recorría su pecho pero su decepción estaba reflejada en su rostro. Sintió un leve latir de un corazón.

Levantó su mirada hasta encontrarse con el pecho de la chica el cual subía y bajaba de manera lenta y casi imperceptible, pero aquello le indicaba que aunque su respiración era muy débil aún conservaba su vida.

-No se si puedas escucharme... pero tienes que beber de mi sangre Kagome...- Susurró a su oído mientras llevaba su rostro hasta su pecho –No te puedo obligar... lo tienes que hacer por tu propia voluntad-

Entreabrió su boca casi de forma automática y aún con sus ojos cerrados sabía cual era el camino exacto para llegar hasta él. Sacó su lengua y poco a poco fue lamiendo la sangre que lo recorría, no pudo resistirse al contacto, su piel se erizó no por el frio que empezaban a sentir sino por las sensaciones tan maravillosas que le provocaba que ella lamiera su pecho sin piedad, pero no podía desviar sus pensamientos tenía que concentrarse en aquel acto, aunque eso fuese lo mas difícil de aceptar para el youkai.

La respiración de ella se fue haciendo más fuerte y constante, el color en sus mejillas empezaba a retornar, aquello no dejó de robarle una sonrisa casi imperceptible a Sesshoumaru, finalmente el último acto estaba dando resultado. Ella se arrodilló colocando sus manos en el fuerte pecho del youkai arrebatándole por completo el resto de su ropa, lo tumbó haciendo que chocara con el gran tronco del árbol que los refugiaba, ella incrustó sus dientes provocando una herida mas profunda en el corte que anteriormente él mismo se provocaba, no dejó de doler la brusquedad de la chica, pero su semblante seguía intacto. Finalmente ella abría sus ojos para encontrarse con sus orbes doradas las cuales estaban impactadas ante el reflejo de la sangre que recorría su mentón. Los truenos y relámpagos asustaban a cualquiera, excepto para ellos que los sentían como si fueran un arrullo de la madre naturaleza.

-Gracias... Sesshoumaru...-

Su rostro conservaba una peculiaridad felicidad, tan rebosante que era contagiosa. La besó en la frente mientras ella se desplomaba en sus brazos. Su corazón había dejado de latir.

La levantó sin ningún esfuerzo y la condujo hasta una cercana cueva. Aun con la humedad en el ambiente logró hacer una cálida y tierna fogata, sin lugar a duda para aquel youkai no había imposibles. Buscó el lugar mas adecuado para acostarse con ella, pero entre las rocas y el duro suelo nada era perfecto.

Se acostó haciendo un colchón con su propia estola, su herida empezaba a cerrar lentamente, la tomó para rodearla en sus brazos y darle la confianza que estaba seguro pronto empezaría a necesitar.

De pronto abrió sus inertes ojos haciendo para atrás su cabeza emitiendo un grito de dolor, sus ojos estaban en blanco y su cálida piel ahora se podía comparar con lo helado de una nevada. Aquel gritó retumbó en toda la cueva congelando la sangre de cualquier ser vivo que la escuchase. Una pequeña convulsión se apoderó de su cuerpo mientras él la tomaba con más fuerza. Escuchaba como los huesos empezaban a desgarrar algunos músculos en su interior, como la piel se ensanchaba conteniendo las venas que luchaban por salir. Los gritos se incrementaban, sus ojos se conservaban en blanco. Su ropa se empezaba a consumir desgarrándose por el fuego que salía de su cuerpo.

-Solo un poco mas Kagome.. resiste...-

Trataba de darle ánimos susurrándole al oído. Nunca había visto el cambio, simplemente lo sabía por lo que Kamiyorama le contaba, sería lento y tortuoso y solamente un humano con verdadera fuerza espiritual tanto como física podrían resistir aquella agonía, en realidad estaba muerta, como humana lo estaba... sin embargo aquel cambio se debía a que su cuerpo empezaba renacer como el de un youkai encarnado en el de un humano, al ser este último tan débil era lógico que doliera aunque no lo sintiera de manera consciente.

Unas pequeñas manchas moradas comenzaron a salir alrededor de ambas mejillas al igual que a sus costados, sus uñas empezaban a crecer pareciendo garras afiladas, unos pequeños colmillos un poco mas grandes que sus dientes crecían al mismo tiempo que su pupila cambiaba en un tono dorado aunque conservaba su iris en su color chocolate. Su convulsión se detenía mientras recuperaba su respiración normal. Abrió sus ojos de manera lenta y perezosa e inclusive desubicada. Ya lo peor había pasado.

-Se...shou..ma...- Intentó decir pero aun las palabras le costaba articularlas. Cerró nuevamente sus ojos cayendo en el fuerte pecho de su youkai completamente extenuada.

-Descansa... mañana hablaremos...- Aceptó felizmente, aunque su rostro no lo reflejara. Todo había terminado y para fortuna de ambos, resultaba de la mejor manera posible, ella... se había convertido en un youkai.

...

Algunas gotas aun caían de las hojas de los arboles más altos, mientras que las pequeñas las conservaban como si fuese alguna especie de reserva. La mañana era anunciada por los pequeños rayos de sol que se colocaban en la cueva además del cántico matinal de algunas aves, la fogata se extinguía dejando solo cenizas y un pequeño humo que salía de ellas. Él fue el primero en despertar para empezar a admirar la belleza que tenía a un costado. Besó con cuidado su cabellera sin embargo y a pesar de hacerlo suavemente perturbaba su sueño. Se levantó de golpe separándose de él.

-Pero... qué... cómo...- Empezó a cuestionar sin resultado alguno, sus pensamientos eran un caos, inclusive su cuerpo lo era. Cayó de rodillas ya que inclusive ellas no reaccionaban aun, al percatarse que se encontraba con su ropa casi extinta dejando ver su ropa interior un grito fue lo único coherente que salió al mismo tiempo que llevaba sus brazos y sus manos para taparse lo que pudiese conseguir.

-Veo que ya recuperas tu escandalosa forma de ser- Refutó con un poco de desgano mientras se sentaba para admirarla.

-Qué... como.. es decir... qué fue... lo que pasó?- Ella lucía confundida, aun no se acostumbraba a las sensaciones que recorrían su cuerpo, todo aquello era tan nuevo para ella... en realidad.. era como volver a nacer.

-Te transformaste en un youkai.. no en un puro, pero youkai al fin y al cabo. No tendrás poderes como nosotros los tenemos, pero si tendrás más velocidad, más fuerza y sobre todo tus sentidos se agudizarán...- Explicó, nunca se andaba con rodeos ni tampoco hablaba de más, ¿para que iba a empezar ese día?

-Entonces... en realidad... he... muerto... para empezar una nueva vida...?- Preguntó con lágrimas en sus ojos, aún no podía creer lo que sentía, ¿renunciar a todo por él? No era algo que había decidido solo por querer conservar su vida, era algo que decidía inclusive mucho antes de pasar la tragedia con la Kokoro´s no Tenshi.

-¿Te arrepientes?-

-No... es solo que...- Se llevó su mano izquierda hasta su cien, su cabeza daba vueltas y vueltas, aunque fuese en un sentido figurado, inhaló y expiró, dándose cuenta que estaba viva y estaba con él –Gracias.. Sesshoumaru... creo que sin ti... no hubiera sido capaz de sobrevivir- Aceptó con una sonrisa de felicidad, mientras se acercaba de manera lujuriosa a él.

-Deberías de descansar- Expresó a pesar que su mano derecha empezaba a rozar su ropa interior lo cual logró sacar un pequeño gemido de sus dulces labios.

-Eso es.. justo.. lo que dice conciencia, pero mis sentidos.. indican otra muy diferente...- Aceptó mientras se sentó en su caderas para empezar a rozar su cubierta intimidad con la de él. La tomó de la cintura mientras la ayudaba a moverse para que su miembro empezara a despertar junto con sus sentidos.

-Espero.. que no te arrepientas luego...- Exclamó jadeante, el movimiento suave y gentil de cadera lo empezaba a excitar para quitar su top y tomar con sus manos sus suaves senos, los cuales después del cambio le parecían inclusive mas grandes y apetitosos. Los lamió con pasión y lujuria empezándose a enfocar en sus excitados, rosados y erectos pezones.

-No lo creo... además.. ya no soy una simple humana... y necesito probar solo una cosa...-

Estaba completamente húmeda, sus jugos recorrían sus muslos gritando porque Sesshoumaru entrara dentro de ella, pero él parecía que no quería hacerlo o simplemente parecía estar embriagado con sus senos. Se levantó para quitarse sus bragas y para deshacerse de la ropa de su youkai dejando libre aquel miembro que se encontraba igual que ella, excitado, deseoso por poseerla. Lo tomó con su mano derecha para guiarlo por el camino de la pasión introduciéndoselo poco a poco en ella.

Comenzó un lento subo y baja, en donde no dejaba que entrara ni saliera por completo, se empezó a centrar en atender la punta del miembro ejerciendo un vaivén rápido siendo sostenida por sus manos que estaban en sus caderas, simplemente la punta.. nada mas...

-Eres... cruel-

Aceptó jadeante el youkai que no pudo resistir mas y la tomaba por la cintura para que entrara toda su excitación de un solo golpe adentro de su ser. Ambos gimieron de placer y excitación, querían mas y era difícil el poderse resistir.

Su intención era tomarla y acostarla para entrar en ella salvajemente, pero simplemente no podía, la cueva era demasiado incómoda para sus acciones y aquella posición siendo ella la que dominaba era la mejor de todas.

Cogió con mas fuerzas sus caderas para ejercer una mayor rapidez en su vaivén, sus pechos bailaban al unísono de sus embestidas, ciertamente ella era mas salvaje y lujuriosa que antes.

-No... puedo.. resistir.. mas...- Aseguró ella mientras se aferró a su nuca haciendo su vaivén más rápido que antes. Sus respiraciones agitadas y las gotas de sudor que recorrían el rostro de ambos demostraban que el orgasmo estaba cerca. Con un grito él liberó todo su semen en su ser el cual ella sintió como la quemaba por dentro con una agradable sensación.

Ambos permanecieron abrazados, él inclusive sin salirse del interior de Kagome. Pero ella caía rendida en su pecho, simplemente había sido maravilloso.

-¿Qué intentabas probar?- Preguntó aun exhausto por la efusividad de la chica.

-Nada... simplemente quería saber si era virgen...- Rio por lo bajo especialmente cuando observó la cara de confusión que había en su amado.

-Pero que cosas dices!- Reclamó exclamando lo absurdo de aquel pensamiento, aun con sus mejillas sonrosadas.

-Como dijiste que había vuelto a nacer... pensé que si aun lo era pues nuevamente mi virginidad te la entregaría solo a ti...-

Cada locura que salía de sus lindos labios lograba que la quisiera más, inclusive si aquello era posible.

Aunque no querían hacerlo, no les quedaba otro camino más que irse de aquella cueva que tantos recuerdos les traería a partir de ese día. Emprendieron su nuevo viaje llegando hasta los terrenos de Sesshoumaru, nada la provocaba más miedo y terror a la chica que el regresar al lugar a donde tantos la detestaban y donde era posible que proclamaran por su vida.

Contrario a las expectativas, cada vez que se encontraban con algunos de sus subordinados y soldados siempre le daban una reverencia ofreciendo sus respetos a la pareja. Al poco tiempo todos sabían que aquella youkai era la nueva pareja de Sesshoumaru. Sin embargo ambos tenían que hacerlo oficial, por lo que una pequeña ceremonia sería celebrada aquella noche a la luz de la luna.

...

El día transcurría de manera rápida, su ansiedad la iba consumiendo y era mas que obvio por todas las vueltas que daba en la mansión, como le hubiese gustado que sus amigos estuvieran con ella al igual que su familia, pero renunciaba a todo por estar junto a Sesshoumaru, no se arrepentía, al contrario, los últimos días habían sido fantásticos con él, pero aun así existía un pequeño vacio en su corazón.

Una youkai de cabello negro, alta, delgada, descalza, pero vestida con pantalones flojos iguales que los de Sesshoumaru e Inuyasha, una blusa pegada de color morado y su cabello suelto entraba con su cabeza agachada, entraba a la habitación con un ajuar digno de la futura ama de aquellos terrenos.

La noche estaba particularmente hermosa y despejada, uno de los jardines de la mansión completamente arreglados lleno de todos los invitados para presenciar algo tan inusual como era el ver contraer matrimonio a uno de los youkais mas renombrados del sengoku. Rin avanzaba por el sendero especialmente hecho para Kagome, tirando todo tipo de flores, mientras ella aparecía deslumbrando con su belleza a todos los presentes, especialmente a Sesshoumaru que la esperaba con un traje blanco en el altar en donde estaba Jacken quien sería el que presidiría la ceremonia.

A partir de ese momento... nadie se interpondría en el camino de ambos... él sería para ella así como ella solo sería para él.

-F.I.N.-

Rallé en lo cursi en el final, verdad? n/n Ay no se.. no me termino de convencer, pero es que solamente así me salió, además no podía dejar morir a Kagome, quería que ellos vivieran felices y por siempre. El lemon estuvo débil... TT_TT pero no se a donde se ha ido la inspiración. Yo se que me quedó corto pero hacerlo mas larga capaz y me salía un nuevo obstáculo y nunca termino.. jajajajaja

A ver.. ¿comentarios? Muero por leerlos.. ahora ya solamente mandaré MP enviando mis agradecimientos a quienes dejen su review... pero sobre todo especiales agradecimientos a: a mi gran amiga Naty que me sigue al igual que mi geme desde uhhhhhh hace como 3 ó 4 años... te quiero muchísimo amiga y en realidad espero te haya gustado como terminó la historia, la verdad no lo quería hacer tan drama como el otro... Goshi eres increíble... apareces como ave fénix pero aquí estás siempre dándome tu apoyo con tus comentarios. También obviamente le agradezco a mi geme Hekate ama quien es otra persona que me sigue y me apoyo.. te quiero muchisimoooo geme siempre me das animo para continuar. A azul de cullen que me sigue desde que me inscribí hace.. ¿casi un año? en FF y a pesar que se me desaparece pero siempre me apoya...

En fin... y a las otras que leen pero no escriben.. _ igual les agradezco que la historia llame la atención...

Saludos a todos!

¡Terminado! N/M 10/dic/10