La Familia del Futuro o Meet the Robinsons no me pertenece…

Hace diecisiete años lo conoció por primera vez, pero ahora las cosas eran muy diferentes, en primer lugar en aquella época su hijo y él tenían una edad parecida 13 y 12 respectivamente, en cambio ahora Wilbur tenía apenas unas horas de nacido; y en segundo lugar, el sentimiento que le producía verlo no era comparable al de hace unos años, en ese momento lo vio como un chico que esta algo loco, un poco impulsivo y que luego se convirtió en su mejor amigo, ahora al observarlo y tenerlo en sus brazos sentía que finalmente su felicidad era plena, él nunca fue un hombre muy expresivo pero aquellos que realmente lo conocían con sólo observarlo se darían cuenta de ello.

Su esposa Franny en ese momento se encontraba descansando un poco, traer un hijo al mundo no era algo fácil. Incluso hasta hace poco había recuperado la movilidad total de su mano derecha, la cual durante el parto fue casi triturada varias veces.

- Disculpe señor Robinson, pero me tengo que llevar un momento al pequeño, es para ponerle la vacuna. Después de que se la pongamos lo podrá seguir alzando y llevárselo a su esposa.

No habían pasado ni cinco minutos cuando oyó un llanto de bebé, aunque no lo estuviera viendo el estaba seguro, ese era su pequeño Wilbur; y ahí venia la misma enfermera en dirección hacia él cargando un pequeño bulto lloroso y confirmando sus sospechas.

Lo acomodó bien en sus brazos y se dirigió al cuarto donde se encontraba Franny, apenas toco una vez la puerta y oyó un – Adelante.

Le acaban de poner la vacuna.

Lo se, una enfermera me dijo que se la iban a poner y que luego me lo traerían.

Franny le hizo señas a su esposo para que le pasara a Wilbur.

Ya ya mi amor mami esta aquí y también esta tu papi, y ninguno de los dos va a dejar que te lastimen, ya ya mi vida yo se que duele, pero es por tu bien.

Poco a poco el pequeño se fue tranquilizando, hasta quedarse finalmente dormido.

Si de algo estaba seguro Cornelius en su vida, es de que nunca se cansaría de ver ese escena: Su esposa sosteniendo a ese pequeño bultito que era el hijo de ambos, ver como todo el cansancio que podía tener ella desaparecía, para ser sustituido por una hermosa sonrisa, y ver como el pequeño entre sueños se acurrucaba más en el pecho de su madre. A metros de distancia se notaba esa conexión especial que sólo hay entre madre e hijo.

A las 6: 00 a.m. cuando iniciaba el horario de visitas llegaron todos los Robinsons que faltaban, iban a conocer por fin al nuevo miembro de la familia, si por ellos hubiera sido hace horas lo habrían conocido, pero al pequeño Wilbur se le ocurrió nacer en la madrugada.