Hola a todos aqui los dejo con un fic de esta pareja, tenía rondando esto en mi mente desde hace mucho tiempo pero hasta ahora me animo a escribirlo, espero que a todos les guste.

El capitulo es algo corto pero es introductorio, los demas seran mucho mas largos, solo espero que les guste y tambien espero que me dejen sus reviews.....

El regreso

Bajo la oscura sombra de la noche la Tamaraniana se abrió paso lentamente hacia su antiguo hogar. Tenían un nudo de culpa y remordimiento enorme en su interior al ver la antigua Torre T hecha polvo, porque ella llevaba la carga de todo, se digiera lo que fuera ella sabía que Los jóvenes Titanes ya no eran lo que fueron por todo lo que ella había hecho. ¿Cuánto tiempo había pasado exactamente? Quizás algún año y medio en la tierra, si algo así creía ella. Y el polvo de la gigantesca Torre la abrumaba, tal y como le habían afirmado, lo que había quedado de sus amigos habían cerrado la torre intacta, con la esperanza de que algún día el equipo estuviera reunido de nuevo.

Llegó hasta la antigua sala, donde la luz de la luna que se colaba por las ventanas hacia que su reflejo apareciera débil, en la gigantesca pantalla de televisión. ¿Cómo había cambiado ella en ese tiempo? Físicamente podía ser la misma Starfire, solo con suaves cambios que marcaban que ahora era más mujer que una joven. Pero interiormente era diferente, bastaba con hacerla pronunciar una sola palabra para darte a entender ya no había alegría en ella, que esas frases divertidas y sonrisas se habían ido justo en el momento en que ella había salido de la atmosfera terrestre.

La alarma se disparó en la torre, ella voló hasta donde sabían se ubicaban los controles y la apagó, se giró, al instante pues no estaba allí de pura casualidad, esperaba encontrarse con alguien –X, creí que ya no usabas esa cosa –dijo a modo de saludo la Tamaraniana al ver al enmascarado, totalmente de negro y con una X roja marcada en su pecho.

-No lo hago –aclaró el aludido caminando unos cuantos pasos hasta estar al reflejo de la misma luz que ella, se quitó la máscara revelando un cabello y ojos negros, de tez morena. Con una mano se revolvió el cabello y con una sonrisa tranquila contestó –que ya no sea red X no me da derecho a entrar a la vieja Torre T como Adam Simons. Además así es más fácil que tocar la puerta. –rió, pero en ella solo apareció un leve movimiento en sus labios, curvándolos hacia arriba en una sonrisa incompleta –Te ves peor en persona –afirmó él a su estado, tan irónico como pudiera escucharse eso, porque él siempre creyó que ella era la alienígena más hermosa de todas. Pero eso era antes, porque después de que ella se fue, él cambió sus caminos y pasó a ser un simple ser humano que vivía en esa ciudad que ella cuidó tanto. Las únicas veces que corría el valor de ponerse el traje era porque ella, su amiga, se lo pedía. Extendió su mano y le entregó a ella un folder cargado de papeles y fotografías –pruebas suficientes para que tus tres amiguitos te tomen de regreso, aunque no dudo de que si no lo llevaras de igual manera te recibirían.

-Gracias –dijo ella apretando los papeles contra su pecho.

Él se colocó de nuevo la máscara, alejándose un poco de ella –no tardarán en revisar quien fue el intruso –le dijo –hagas lo que hagas, sabes cómo llamarme. Buena suerte.

Las luces del lugar se encendieron exactamente en ese instante, Starfire se apuró a gritar –Adam, iré a tú boda, mándame de nuevo esa invitación. –Porque justo cuando terminó de decirlo, la pantalla en la cual su reflejo había aparecido hace unos minutos, se iluminó, mostrando la imagen de un hombre, mitad metal, mitad humano – ¡Hola mi amigo Cyborg! –saludó Starfire con un poco de entusiasmo que no había reflejado en sus últimos días, pero es que ver a uno de sus amigos la hacía sentirse solo un poco mejor.

Cyborg miró perplejo la figura de la pelirroja, esperaba encontrarse con Robin, que había regresado por algo a la torre y la alarma se había activado por alguien que estaba con él. Porque aunque él ya no era el líder titán marcaba poco contacto con Raven, el Chico Bestia y él, uno de esas veces en que podía conversar era cuando Robin regresaba a la torre por algo, y Cyborg al ser el encargado de la seguridad del lugar revisaba quien era el intruso en la abandonada casa. Porque si de algo se había encargado el mismísimo Cyborg era de la seguridad de la torre, las únicas personas que podían entrar a la torre sin que la alarma se activaran en las cinco personas que habían habitado en ella por varios años. –Raven tenía razón –logró articular –estás de regreso –dijo tomando compostura y alegrándose al ver a su amiga.

-Un pajarito me dijo que encontrar a lo que queda de los jóvenes titanes es demasiado difícil –le dijo Starfire, había olvidado que Raven y ella aun tenían cierto vínculo juntas –excepto si fuiste un Titán y puedes entrar a la Torre para pedir indicaciones.

Cyborg sonrió, aunque supo que ya no era la misma Starfire de siempre, el cambio era imposible no notarlo – ¡Indicaciones! –Repitió Cyborg asombrado -¡Estás loca! Iré por ti en un segundo –antes de poder salir corriendo y debatiéndose entre gritarle a sus compañeros o darles la sorpresa al traer a la Tamaraniana a casa se detuvo para decirle –te extrañamos Star…

-Lo siento –dijo Starfire bajando un poco la cabeza, pero irguiéndola paras continuar –les explicaré todo en cuanto los vea.

-Dame quince minutos –pidió la imagen de Cyborg para desaparecer de la pantalla, dejando a la Tamaraniana a la espera de su antiguo amigo.