Traigo aquí el segundo capítulo :3 a pesar de ser más corto que el anterior, me ha salido bastante espesito ya que no hay mucha acción y prácticamente todo son pensamientos, pero aún así, era necesario para continuar la historia xD espero que os guste ^w^


Al terminar la última clase del día, salí corriendo de la clase. No pude concentrarme, ni tomar apuntes, ni siquiera escuchar la explicación del profesor. Tampoco me di cuenta de que en el móvil tenía varias llamadas perdidas, todas de Suzumiya Haruhi. No paraba de pensar en todo lo que había pasado mientras caminaba hacia la salida.

Primero la sorpresa al levantarme y descubrir que estoy encerrado en el cuerpo de una mujer. Después, en que Suzumiya Haruhi ha aparecido como un relámpago en mi clase cuando no recuerdo que lo haya hecho antes, y estoy seguro de que ninguno de mis compañeros de aula le interesan lo más mínimo, si era para eso por lo cual había pasado por allí. Más tarde la densa explicación de Nagato Yuki, gracias a la cual pude descubrir que a Suzumiya Haruhi le ocurre algo que no le había pasado nunca, que le había apresado una "sensación que la Entidad Responsable de Integración de Datos no ha sido capaz de descodificar". Pero no me dio tiempo a pensar más sobre ese asunto, porque había algo... no, más bien "alguien" que ocupaba mis pensamientos en su totalidad.

Ni el hecho de que Suzumiya Haruhi estuviera inestable me interesaba, a pesar de que más tarde seguramente tuviera que arriesgar mi vida otra vez por ese hecho. No, todos mis pensamientos conducían a una persona. A la persona equivocada en la que debería estar interesado. A "él".

Sigo sin poder explicarme mis actos. Sonrojarme, tardamudear y querer salir corriendo -y hacerlo- al verle. Ahora que he conseguido calmar esa sensación que hacía que mi corazón se desbocara dentro de mi pecho, podía pensar en frío. Eso no me había pasado nunca siendo hombre. ¿Por qué siendo mujer sí? ¿Por las hormonas femeninas? ¿Tan rápido habían empezado a actuar en un cuerpo que, hasta hace unas ocho horas, era de hombre?

Ciertamente, esto sólo puede ser obra de Suzumiya Haruhi. Sólo ella es capaz de hacer este tipo de cosas, más que nada porque cambiar de sexo de la noche a la mañana es imposible. Entonces surge el interrogante que más me escama. ¿Por qué este cambio es a mí a quién más le conviene? Así... podría intentar acercarme a esa persona, podría ser su "amiga" en un principio, tal y como Asahina Mikuru hace...

... no. Debo parar de pensar así. Esto no me conviene. Nací hombre, y seguiré siendo un hombre. Debería encontrar una explicación a esto. Y debería encontrarla por mí mismo. Debería permanecer cerca de Suzumiya Haruhi para observar sus repentinos cambios de humor, y sus nuevos deseos, porque de no ser por ellos, "Koizumi Itsuki" seguiría siendo hombre.

Enfrascado en mis pensamientos, llegué a la salida del instituto prácticamente sin darme cuenta. Mi subconsciente no paraba de traicionarme, para la gente no podía aparentar que conocía bien el lugar. En fin, supongo que nadie se habrá dado cuenta. Cogí los zapatos de mi taquillero sin percatarme de que a mi lado había una persona... que "me" conocía bastante bien. Mientras me los ponía y guardaba las zapatillas, me habló con un tono con el que nunca se había referido a "mí".

-Vaya, qué buena memoria que tienes. A mí me costó bastante orientarme por aquí en mis primeros días de curso. Me gustaría aprender de ti.

Allí estaba él, esa persona que se coló entre mis pensamientos y que no dejé salir durante todo el día. En sus ojos se podían encontrar destellos de desconfianza y de sospecha, y no parecía muy dispuesto a dejarme ir sin obtener todas las explicaciones posibles.

-Eh... heh. Mi primo me dió muchas indicaciones sobre este lugar y por los sitios por los que debía pasar para no perderme. Mi memoria al fin y al cabo no es tan mala, ¿verdad? - Intentando pensar en cómo me sentía cuando era hombre, le miré mientras le hablaba, intentando mantener una entonación firme. La única diferencia era que no tenía esa sonrisa tan característica mía en los labios. Me era más fácil mantener una cara seria, además de esa forma levantaría menos sospechas.

-Ya veo, así que eres bastante cercana con tu primo. ¿Sabes qué le ha pasado? Haruhi no ha parado de llamar a su móvil, pero no le contestaba. Ah, supongo que te habrá hablado de ella... una chica así sólo se encuentra cada cuatro millones de kilómetros.

-Me habló de una chica bastante extraña, pero a la vez encantadora. Ha aparecido de repente esta mañana en mi clase tras la primera hora además. Como tú, también se quedó bastante sorprendida de mi parecido con Itsuki-kun. Y sobre qué le ha pasado, son problemas familiares, no me ha dicho nada más. -... cada vez me costaba más mantener ese tono serio. Quería largarme de allí, por una parte por el interrogatorio al que me estaba sometiendo y por las conclusiones que pudiera sacar, y por otra, no me gustaba hablarle de esa forma... -Bueno, me tengo que ir ya, un placer hablar contigo.

Ya habiéndome puesto los zapatos, me dispuse a salir de allí, deseando echar a correr para escapar de él. Sin embargo, otra vez pasó lo mismo. Me agarró de la misma manga que antes y me hizo detenerme. Cuando quería, podía ser bastante terco...

-... ¿Pasa algo? -No me giré cuando dejé salir esas dos palabras de mi garganta. Notaba otra vez el calor en las mejillas, y no quería que se diera cuenta...

-Qué raro, cuando nos hemos chocado antes en el pasillo, me habías parecido una chica mucho más dulce. Parece mentira que esté hablando con la misma Koizumi Itsuko de antes.

-Eh... ah, eso... -no supe qué decir, mi mente estaba tan ocupada por intentar ocultar mis sentimientos que ni siquiera recordé mi comportamiento anterior. Por suerte, logré mantener la frialdad con la que pensaba y le estaba hablando. -... La gente no tiene por qué ser lo que aparenta a simple vista. Ahora sí, me voy.

-Espera, aún me sigues pareciendo demasiado sospechosa. -seguía sin soltarme de la manga. -Estabas en la puerta del cuarto de la Brigada SOS cuando te vi por primera vez, y teniendo en cuenta que lo que hacemos allí a nadie con dos dedos de frente le interesa, es demasiado extraño. A mí tampoco es que me interese, pero eso no viene al caso. ¿Qué querías? -su voz cada vez se iba tornando en un tono más serio, casi amenazador. -Y hay otra cosa que no entiend-...

-... no sé qué es eso de la Brigada SOS, tan sólo me había pasado por allí para mirar si había un libro que quería leer. Me dijeron que el club de Literatura se encontraba por allí, pero gracias a la chica encargada del club supe que lo que se hacía en ese cuarto no eran las actividades del club de Literatura como tal, y el libro que quería tampoco estaba. -antes de dejarle terminar de hablar, mi mente consiguió reaccionar rápidamente, menos mal que conseguí recordar ese pequeño detalle. Con eso, había conseguido dejarle sin palabras. No decía nada, y la mano que agarraba mi muñeca disminuyó su fuerza, por eso pude saberlo. Aún así, seguía sin poder soltarme. -Tengo prisa, por favor, ¿puedes soltarme?

-¿Eh...? Ah... sí, de acuerdo. -Con eso, por fin dejó mi muñeca libre. Después de volver a echarme la cartera con los libros al hombro, me dispuse a dejar el lugar...

... si no fuera porque otra vez, "él" me quería detener.

-¿A dónde vas? Si quieres puedo acompañarte, no tengo nada que hacer por la tarde, y en mi casa ahora mismo sólo está mi hermana, así que por mis padres no hay problema. ¿No te importaría?

Si tenía que ser sincero, no me molestó que se interesara en acompañarme, aunque lo quisiera hacer para interrogarme aún más. Eso era algo que no se había ofrecido a hacer conmigo siendo hombre... Sentía que este cuerpo me empezaba a ser útil de la forma en la que me interesaba por fin. Pero por otra parte era bastante peligroso que siguiera acosándome con sus preguntas, si había alguien entre todas las personas que no quería que supiera mi verdadera identidad, ese era él... además, de que era precisamente él una de las pocas personas que podría suponerlo. Por eso, no tuve más remedio.

-Me recogerán en coche, no vivo aquí y no conozco muy bien el lugar todavía. Lo siento, otro día será. ¡Hasta mañana!

-¡Espera! ¡Sólo una pregunta más! -Me podía temer lo peor con esa pregunta, además de que me cansaban tantas preguntas...

-Dime.

-... ¿Quién eres?

Tal y como suponía, lo sospechaba.

-... Koizumi Itsuko, la prima de Itsuki. Pensaba que ya te lo había dicho.

-Mentira. Esa tal "Koizumi Itsuko" no podría saber quién es Haruhi sólo con verla a simple vista, y tú la reconociste sin dudar. Repetiré la pregunta otra vez. ¿Quién eres?