¡Chiquillas (y chiquillos, si es que hay)! ¡FELIZ AÑO NUEVO!
Como celebración de año nuevo, les traigo la tercera viñeta de Llenando Vacíos, terminada justamente el penúltimo día del año, pero subida hasta ahora por cuestiones de beteo.
Por falta de inspiración, no pude subirla para la fecha que estaba prevista. Sí… la inspiración me cayó hasta la última semana del año. Así que… esta resultó ser un poco más corta que las anteriores, pero me hizo sumamente feliz escribirla, porque me ayudó a congraciarme con su protagonista por razones que… les explico al final.
Buenas noticias: ¡Ya empecé a comprar los mangas! ¡Wii! Aún y así, las viñetas siguen estando basadas en el Anime, así que, como dije antes, si en el manga existe alguna explicación alternativa, ¡No importa!
Reitero mi muy breve disclaimer: Ni Blood+, ni sus personajes me pertenecen. Únicamente escribo esto por diversión y sin afanes de lucro de ningún tipo.
Finalmente, agradezco por sus reviews a:
Rashel Shiru, elendoy, sara fénix black, Esciam y DiVAXxXKanon: Creo que ya todo quedó dicho en la respuesta.
shia: Sí… Sé que ud ama esta serie tanto como yo. ¡Qué bueno que le estén gustando las viñetas! Sí… Me gusta escribir el lado más emocional y sentimental. Entre más me meto en personaje, más me gusta hacerlas. Y, pues… ¿Quién no ama a Haji? XD. Aquí está la que sigue.
Este capítulo es para mi vecinita, elendoy, quien descubrí muy chistosamente que también era fanática de este anime.
III
El Chevalier y su reina
"¿Y si aquella 'momia' hubiera tenido sus propios chevaliers?"
(Nathan Mahler, cap. 48)
No recordaba ya cuánto tiempo había sido devoto a ella: su reina, su vida, la única e inigualable soprano de su más grande espectáculo. Nunca antes había conocido a alguien como ella y, cuando quiso convertirlo en su caballero, no pudo haber para él honor más grande en todo el mundo, aún sin conocer las consecuencias que le seguirían.
El mundo entero se convertiría en su escenario para la puesta en escena; el tributo a la eterna belleza de su reina, quien había querido compartirla con él.
El nombre de aquella magnificente reina: Kazumi, aunque años más tarde un par de científicos la rebautizara con el nombre de Saya.
¿Cuándo habían cambiado las cosas, entonces?
Surcaban los años mil ochocientos. Todo estaba preparado para un gran espectáculo en el teatro más concurrido de Islandia. ¿Qué mejor manera de celebrar?
Por fin todo estaría en paz para ellos: No más persecuciones, ni inútiles derramamientos de sangre, ni tratos injustos o vida aburrida de la burguesía europea… ¡Tenían el mundo entero a su disposición! Bueno… El mundo entero estaría a disposición de ella y las dos pequeñas princesas que nacerían en cualquier momento. ¡Pero él estaría ahí para presenciarlo! ¡Y nada en el mundo podía llenarlo de una mayor alegría!
No se había alejado mucho; tampoco se fue por mucho tiempo, pero un desgarrador chillido lo obligó a dejarlo todo y acudir al llamado: Su reina lo necesitaba.
No era posible.
Ahí, en medio de la nieve, yacía el cuerpo sin vida de su hermosa Kazumi. Se había transformado e intentó huir, probablemente para proteger a las niñas. Aún y así, su cabeza fue destrozada, y había sufrido mucho. No pudo evitar llorar por ella. ¿Por qué no había estado ahí para defenderla? ¡Él la habría protegido mejor que nadie!
Muerta.
No podía creerlo. ¿Cómo había pasado? ¡Si él mismo se había asegurado: no había quedado un solo vestigio de la sangre de su hermana!
Sin embargo, aquella palabra era un fuerte golpe para él y se repetía una y otra vez en su cabeza: Muerta.
Completamente destrozado, le dio el mejor entierro que pudo, lo más lejos posible de cualquier lugar poblado… Y se quedó ahí, velándola, aguardando por la llegada de su propia muerte; aunque realmente había muerto en el momento en que ella lo hizo. Porque… ¿qué sentido podía tener la vida inmortal para un caballero sin reina? Exactamente el mismo que tenía vivir sin ser amado por ella: ninguno.
No obstante, algo hizo que todo cobrara un nuevo sentido.
Ese día se cumplía un año más de la muerte de su querida Kazumi. Había bajado a la ciudad más cercana a buscar sus flores favoritas para hacerle un hermoso arreglo con el cual adornar su improvisado mausoleo. Al regresar, se encontró indignado con que ¡SE LA HABÍAN LLEVADO! Alguien había excavado la tumba de su preciosa reina y se la llevó.
Buscó por todas partes. Dedicó cada segundo de su tiempo a encontrar a quienes habían hecho algo tan atroz. Entonces, un buen día llegó a sus manos la respuesta en una hoja de periódico: En Burdeos, en un lugar conocido como El Zoológico, un hombre llamado Joel Goldschmidt afirmaba tener una momia traída desde Islandia.
¡Era tan indignante ver lo que esos científicos hacían con ella!
Estuvo a punto de irse contra ellos, más aún cuando los vio sacar los pequeños capullos de su vientre, pero se contuvo. Se contuvo con todas sus fuerzas porque, al ver esos capullos absorber la sangre del ayudante del científico, lo supo con toda seguridad: ¡las niñas estaban vivas!
Día tras día los observaba desde el tragaluz de aquel laboratorio mientras las alimentaban, con gotas de sangre. Todos esperaban, expectantes, el momento en que los capullos se abrieran.
Cuando ese día finalmente llegó y por fin pudo ver a las dos pequeñas, toda su atención se centró en la que le recordaba más a ella: la de la voz más potente, la de mirada azul de hielo, la que fue enclaustrada en una celda, sin contacto con el mundo…
Fue entonces que su vida volvió a tener sentido. Durante el tiempo que estuviera ahí, a esa niña nunca le faltaría nada, pues él mismo se encargaría de eso, entregándose tan devotamente como lo había hecho con Kazumi. Y el día que lograra salir de esa horrible cárcel, sería la más grande estrella de todos los tiempos, así como pudo haber llegado a ser su madre. Por eso todas las noches se sentaba afuera de esa lúgubre celda y la arrullaba, cantándole su ópera favorita.
Finalmente el caballero tenía una nueva reina.
Bueno… Ese fue mi intento de llenar el vacío que dejaron las palabras de Nathan en el capítulo 48 que, aunque ustedes no lo crean, me tomó muuuchos años llegar a comprenderlas. Según lo que entiendo, en la versión en español es mucho más directo cuando habla de ese punto, pero en la versión subtitulada que yo tengo, sólo dice lo que puse en el epígrafe.
Ahora, ¿por qué me ayudó esto a congraciarme con Nathan? Porque finalmente entendí que el pobre es una víctima. Devoto a una reina; lo destrozan en cuanto se la matan… luego, lo vuelven a hacer feliz al darle otra; luego se la matan… y así… ¡El pobre está hecho para sufrir (y parece que a sufrir en un ciclo de nunca acabar, porque no puede morir)!
Ya saben: Dejen review.
Y, si me quieren ayudar un poco, déjenme algún vacío que hayan encontrado en la serie, para tratar de rellenarlo juntos.
Ya, eso.
¡Saludos!
Ruby.