Disclaimer applied.

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Después de la venganza, del dolor, las lágrimas y la sangre derramada, Sasuke se dijo que no volvería a cometer el mismo error. Aprovecharía la segunda oportunidad que le daba la vida y viviría por el sacrificio que tantos hicieron por él, pagando al mismo tiempo los crímenes que había cometido.

Pero, lo más importante que se prometió aquél día en que regresó a Konoha; esposado, escoltado por el equipo anbu que lideraba su mejor amigo, era que cumpliría su segundo objetivo en la vida.

Y, tiempo después, así lo hizo.

Para Naruto, que lo observaba a una distancia prudente, jugando con su pequeño hijo, le parecía que los años no habían pasado, pero que al mismo tiempo, se había llevado muchos rencores y penas.

Sasuke, incapaz de pasar desapercibida la presencia de su amigo por más tiempo, se acercó a él, manteniendo siempre a su primogénito en su rango visual.

—¿Cansado Teme? —Naruto sonrió ampliamente, notando como su compañero seguía con la mirada todos los movimientos de su hijo.

—Hn.

Naruto rió. En algunos aspectos, el tiempo no había hecho ningún cambio.

El pequeño Uchiha llamó a su padre, gritando agudamente y moviendo sus manos en el aire, señalando con vehemencia un columpio improvisado en la rama de un grueso árbol. Sasuke se dirigió hacia él con pesadez, y al rubio le pareció escucharlo gruñir un "pequeña molestia" apenas audible.

Pero, para cuando llegó al lado de su hijo, el Uzumaki, quién lo siguió divertido, notó que Sasuke tenía en su rostro lo más semejante que podía tener a una sonrisa.

Naruto lo miró balancearse con ayuda de su padre con cierta melancolía. Ese era el lugar donde él, cuando era pequeño, se pasaba las tardes, totalmente solo.

—La Academia —las palabras del moreno lo sacaron de su ensoñación—. Ya ha pasado tanto tiempo, ¿eh?

Para Naruto fue imposible no recordar sus tiempos en la Academia. A los que hoy eran sus grandes amigos, a la que algún día fue su amor platónico, y, sobretodo, quién fue y seguiría siendo por siempre su rival.

Sasuke, a su lado, sonrió socarronamente.

—Pues ha quedado claro —intercaló la mirada entre su hijo y el rubio—. Quien de los dos es el mejor —aclaró ante la mirada confusa del Uzumaki.

—¿Qué? —cuestionó Naruto, aún confundido—. ¿Por qué?

—Yo ya tengo un hijo, Dobe.

—¡Eso no quiere decir nada! ¡Yo definitivamente soy mejor que tú, Teme! —exclamó señalándose a sí mismo.

—Papá es el mejor —intervino el pequeño, balanceándose de atrás hacia adelante en el columpio.

Sasuke sonrió arrogante ante la afirmación de su hijo y Naruto frunció el ceño.

—¡Ya verás cuando tenga un hijo, Teme! —Naruto le mostró un puño—. ¡Te ganaré, de verás!

El Uchiha alzó una ceja y miró por sobre el hombro del Uzumaki, adquiriendo ese gesto de arrogancia que Naruto tanto odiaba. El rubio volteó y sonrió con lo que presenciaba.

No muy lejos, Hinata paseaba por la aldea, sola.

Sasuke miró retadoramente a Naruto y éste sonrió. Ambos se miraron desafiantes antes de chocar sus puños.

—¡Hinata−chan!

Sasuke y el Uchiha menor observaron al actual Hokage corriendo hacia la chica, perdiéndose por las calles de Konoha.

—Vamos Itachi —el niño sonrió—. Tu madre ya debe haber terminado la cena.

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Editaré este conjunto de drabbles. Este es el primero.

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