Disclaimer: Naruto y sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto.
Capitulo 2: Un motivo
Muchas veces se había preguntado qué era estar vivo ¿acaso era sólo tener un corazón latiendo? ¿Se trataba solo de respirar? ¿De moverse? ¿De tener un buen estado físico y psicológico? No, no podía tratarse sólo de eso pues todo sería demasiado vacío, demasiado insípido… estar vivo debería significar algo más. Vivir también significa tener un motivo para hacerlo sin embargo él no parecía tenerlo pues se sentía reducido a un cuerpo vacío, estaba muerto en vida y quizás accidentalmente dejo que sus palabras escaparan en aquel momento en que vio una pequeña luz, un atisbo de esperanza en sus ojos, no quería admitirlo pero lo veía, en ella veía un motivo y era sólo lo que necesitaba…
Aflojó el agarre y lentamente la soltó notando lo que acaba de hacer, sus pupilas cristalizadas se movían inquietas y su cuerpo entumecido bajo la lluvia temblaba mas sabía que no era de frío. Un débil sollozo escuchó de su parte y no se atrevió a hablar nuevamente, era extraño pero en ese instante se sentía un cobarde, no tenía el valor de enfrentar su mirada y no hizo nada por seguirla cuando se marchó sin decir palabra alguna.
—Soy un idiota… —no le importó el hecho de que los truenos se escucharon más fuertes ni que la lluvia azotaba con más furia y se quedó allí, inmóvil y sin entenderse a sí mismo.
Ella corrió, corrió lo que más le permitieron sus piernas, quería alejarse, lo necesitaba con desesperación.
Un motivo.
Él le pedía una razón y estaba segura que podía darle miles, el problema era que él aceptara dichas razones y el peor de los problemas era que ella misma decidiera aceptarlas. Había pasado mucho, fueron largos días de lágrimas y tristezas, fue mucho tiempo, mucho dolor y estaba cansada de llorar por lo mismo, de sufrir el mismo dolor pues en ocasiones llegas a pensar que el sufrimiento supera al amor y que no basta con amar, no basta con soñar… se necesitar tener determinación y ser fuerte para continuar de pie luego de tantos golpes sin embargo ella se sentía más débil que nunca en ese momento en que sus ojos negros se cruzaron con los verdes de ella.
Las lágrimas se confundieron con la lluvia y cayó resbalándose por el lodo, apretó con fuerza arrastrando la tierra entre sus dedos y se permitió sollozar con libertad por última vez.
-.-
Él dejó que los días continuaran pasando sin remordimiento, no hizo nada y el tiempo siguió su curso, y las horas se le escurrieron en el sentido más literal de la palabra. Caminó sumido en sus pensamientos sin notar el mundo moverse a su alrededor, la oscuridad abrazaba la noche, ese era el escenario perfecto pues sería más fácil salir de la villa a esas horas. Sus compañeros desaparecieron días atrás siguiendo cada uno su propio camino, alejados de su destino pero con la promesa de tener algún tipo de contacto y estar siempre a su disposición.
Sigilosamente, tal como sólo él podía hacerlo recorrió las calles del único lugar al que había llamado hogar, al día siguiente cuando el sol despertara la villa nadie recordaría su nombre, no sería nada, sólo quizás un vago recuerdo de alguien que existió sin vivir.
— ¡Sasuke! —lo llamó una voz demasiado conocida y distinguió a unos cuantos metros la cabellera rubia de Naruto. — ¿Qué haces aquí? Vamos por ramen —invitó dibujando en su rostro la típica sonrisa tan propia de su persona.
—Me voy de aquí…
— ¿Te vas? Pero tu casa está en la dirección opuesta… oh… ¿acaso tú?
Sólo el silencio que siguió a aquella frase bastó para saber la respuesta, Naruto se revolvió el cabello incómodo, chasqueó la lengua para luego mirarlo retadoramente mas el pelinegro le devolvió la mirada.
— ¡No lo eches a perder! —él lo ignoró y emprendió paso igual de impasible que siempre —¡Detente! —exigió su amigo mas nuevamente lo ignoró siguiendo su marcha. —No puedes irte Sasuke, no te dejaré.
—No es algo que puedas evitar.
—Al menos debo intentarlo ¡¿Cómo esperas que cumpla mis sueños si ni siquiera puedo salvar a un amigo?!
Sasuke se detuvo entrecerrando los ojos con pesadez, suspiró hondo. No entendía cómo él podía seguir considerándolo su amigo luego de todo lo pasado, luego que había intentado acabar con su vida, luego de haberlos abandonado para obtener sólo un puñado de falsa gloria que saboreó al completar su venganza carente de sentido.
—Lo has hecho —confesó con voz queda sin voltear a enfrentar sus orbes azules que lo miraban suplicante —Ahora se Hokage. —luego de eso continúo por el sendero de piedras con la intensión de dejar atrás al ojiazul y a la vida que alguna vez soñó vivir en ese sitio.
—Sabes que no es cierto ¿Acaso no lo entiendes? Lo único que haces es ocultarte tras esa máscara de hielo para que el mundo no vea lo infeliz que eres
—No sabes absolutamente nada… vete a casa Naruto —musitó sintiendo un extraño sentimiento correr por sus venas.
—Sé más de lo que tu mismo sabes, puedo verlo en tu mirada Sasuke, puedo verlo en esos ojos que enseñan soledad…
Él sonrió con arrogancia ante las palabras de su amigo ¿Cómo podía asegurar saber más sobre sus sentimientos que él mismo?
—No digas… idioteces
— ¿Y ella…? ¿Qué hay de ella, Sasuke?
Las últimas palabras retumbaron en eco en sus oídos, pero sin decir nada más se perdió en las sombras nocturnas dejando que la oscuridad ciñera el camino. El bosque tan frondoso y tétrico como lo recordaba se alzaba imponente tejiendo en sus árboles recuerdos de esa lejana infancia en la que solían entrenar juntos… siendo un equipo.
Saltó de rama en rama, con velocidad y gracia vertiginosa, por primera vez en mucho tiempo creía estar huyendo de algo y la sensación era simplemente molesta… fue esa palabra lo que causó que un nudo se formara en su garganta y se detuviera en seco con los ojos inquietos presos de la duda. Quiso moverse pero no pudo hacerlo, se enojó consigo mismo por tan estúpida razón, no se entendía, no comprendía las reacciones involuntarias de su cuerpo que se negaba a obedecerlo, él no tenía nada que lo retuviera allí… o al menos eso creía.
Se giró rápidamente volviendo sobre sus pasos mas no atravesó el portal de konoha sino que se desvió hasta un claro donde se reflejaba difusamente la imagen de la luna llena suspendida en el cielo haciendo vigía como cada noche. Y allí la vio, Sakura lo miraba con la nostalgia impregnada en sus ojos verdes, su piel se veía todavía más pálida bajo el halo de luna, su rostro se notaba cansado y sus pequeños labios se contraían en el intento de no hablar.
Sonrió débilmente sentándose en la hierba, él no tardó en imitarla dejando que el silencio se extendiera para ser opacado solo por el canto de algún grillo. Ella intentaba mostrarse tranquila, impasible… fuerte sin embargo sus ojos jamás lograrían mentirle y Sasuke podía ver en ellos el torbellino de emociones.
Había llegado allí sin saber el porqué, el desvelo de aquella solitaria noche la llevó hasta ese claro sin imaginarse encontrarlo, los días posteriores a su último encuentro fueron monótonos, sin muchos percances y era en las noches cuando nadie la veía que podía dejar de fingir una sonrisa que todavía no estaba lista para esbozar con naturalidad. No estaba segura del rumbo que seguiría su vida, sólo deseaba dejar de quererlo aunque era algo difícil cuando el destino se ensañaba en juntarlos una y otra vez.
La suave luz bañando su blanquecina piel era un espectáculo digno de ver, ella mantenía la vista fija en los calmados movimientos del agua y él aprovecho ese momento de distracción para deleitarse con la fascinante criatura que tenía a su lado.
Entonces lo entendió, así de repente esa epifanía se le reveló ante sus ojos.
La quería, quería saborearla, morderla, beber su aroma a mujer y volverla suya, porque la deseaba, la deseaba como nunca había deseado nada y quería que fuera para él. Anhelaba tomarla, con salvajismo, con furia, con lujuria, con amor, con ternura, con la ternura que cada fibra de su ser destilaba. Deseaba sentir su cuerpo bajo el suyo, su calor volviéndose uno con el de él, sus latidos galopando al mismo ritmo sobre su pecho.
Estaban en silencio, no necesitaban decirse nada, al menos no por un rato… para él no resultaba fácil decir algo, no cuando se encontraba junto a un destino del que había intentado huir inútilmente.
—¿Por qué no te has marchado? —preguntó ella tan repentinamente que le pareció haber imaginado su voz.
No hubo palabras, sólo un beso… y en ese beso le dijo todo lo que había callado hasta entonces.
A través de esa caricia pretendía explicar aquello que fue creciendo en su interior y que ni siquiera él podía definir de una forma exacta. Aprisionó sus labios disfrutando del manjar que resultaron. La sensación fue mejor de lo que hubiera imaginado, ella era la tentación más irresistible, la miel más dulce, la droga más adictiva, el fruto más codiciado que lo sedujo hasta hacerlo caer en el pecado olvidándose de cada prejuicio, de la lógica y de la tristeza que inundaba su alma inerte.
Miles de sentimientos se arremolinaron en su interior, él la besaba con vehemencia, con desesperación que la necesidad y sólo la necesidad puede causar. Dejó que su lengua explorara con privilegios cada parte de su boca mezclando sus alientos hasta fusionarlos en uno solo. Gimió cuando sintió que abandonaba sus labios para seguir por su cuello, succionando la piel, trazando su camino con la lengua, mientras sus manos ya desprendían sus ropas al tiempo en que ella se dejaba caer sobre la hierba, con los ojos cerrados mordiéndose los labios para no soltar los gemidos que le provocaban sentir las descaradas caricias del chico al recorrer peligrosamente las exquisitas curvas de su cuerpo.
Su cuerpo se abrasó y arqueó la espalda cuando sus traviesos dedos tocaron un punto sensible de su intimidad, tergiversando por completo la realidad se olvido de todo lo acontecido deseando sólo dejarse amar. Tal como lo había prometido ninguna lágrima surcó su mejilla y no permitiría salir ninguna más, ese posiblemente sería el último momento y aunque el dolor llegaría cuando la luz matutina iluminara la verdad bien valía sufrirlo a cambio de experimentar aquel placer que sólo él podría causarle, el placer de sentirse suya.
Chilló en la primera estocada y él la tranquilizó con un tierno beso hasta que finalmente se acostumbró a su intromisión y el dolor se volvió goce que incrementó al ritmo de ese vaivén desenfrenado. Sentía que el corazón se le escaparía del pecho, ni en sus más locas fantasías había sentido lo que sentía en ese momento en el que su cuerpo perlado por el sudor reposaba bajo el de Sasuke y sus manos acariciaban su abdomen de mármol.
Lo miró con embeleso jugando con los suaves mechones de su negra cabellera, llenándose con su aroma viril, degustando el sabor de su piel, gimiendo su nombre y oyéndolo gemir el suyo sobre su oído con voz jodidamente masculina y sensual.
Toda lógica o posible arrepentimiento se esfumó cuando llegaron a la cúspide estallando en una oleada de emociones que recorrieron en forma de corriente eléctrica a ambos presos del calor que desprendían sus cuerpos entrelazados.
Él se dejó caer a un lado intentando regularizar su respiración tras aquel suceso, había tocado el cielo con las manos, gruñó por lo bajo al ver sus mejillas sonrosadas y su cuerpo desnudo, ya no podía negar nada al descubrirla tan deseable, tan sensual… tan suya.
Buscó su mano y la tomó para apretarla firme pero tiernamente. Después de todo había sido mucho tiempo de oscuridad, mucho dolor sin sentido, mucha soledad la que ambos experimentaron por su culpa. Ya no podía cambiar el pasado ni borrar esos días, jamás podría hacerlo pero el futuro era manipulable y su decisión cambiaria la vida de los dos.
Mañana al despertar quizás nadie recordaría su nombre…
Excepto ella.
Cuando se marche para todos sólo será el vago recuerdo de alguien que existió sin vivir.
Excepto para ella.
Hundió su cabeza en el espacio de su cuello y su hombro para atraerla por la cintura y abrazarla de forma posesiva. El sufrimiento es una carga dura de llevar sobre los hombros pero al fin y al cabo vale la pena sufrir, vale la pena esas lagrimas que sueltas en momentos de desconsuelo pues tarde o temprano amanece, el sol vuelve a brillar y su luz ilumina los caminos más oscuros mostrándote el sendero correcto… al fin y al cabo vale la pena soñar.
—No necesito que me des ningún motivo… tu sola existencia es suficiente razón para vivir.
Y la máscara cayó y el dolor se diluyó junto a los restos de esa noche dando paso a un nuevo día, a un nuevo inicio y a una nueva historia de amor.
Lo se, no tienen que decir nada… seguramente desean matarme por haberme desaparecido por tanto tiempo TT^TT pero hay una buena explicación… bueno, en realidad no la hay, simplemente me lié con tantas cosas que escribo a la vez y deje de lado a Naruto xD Pero bueno, al fin me di el tiempo de escribir la segunda parte de esta historia (aunque no me quedó tan bien como esperaba *snif) y mañana quizás actualice mis otros fics… además de subir uno bien hot jujuju. Ok, dejando la propa a base de lemon me despido de ustedes.
Bueno, ya no me alargo. Muchas gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer, espero que les haya gustado. Y ya saben, por aquí andaré subiendo mis divagues para todos los interesados jeje sip, dejare un poquito el drama para concentrarme en la comedia, ¿Dije que ya no me alargaba? :D
Nos leemos!!! Besos!
Lo se, no tienen que decir nada… seguramente desean matarme por haberme desaparecido por tanto tiempo TT^TT pero hay una buena explicación… bueno, en realidad no la hay, simplemente me lié con tantas cosas que escribo a la vez y deje de lado a Naruto xD Pero bueno, al fin me di el tiempo de escribir la segunda parte de esta historia (aunque no me quedó tan bien como esperaba *snif) y mañana quizás actualice mis otros fics… además de subir uno bien hot jujuju. Ok, dejando la propa a base de lemon me despido de ustedes.
Bueno, ya no me alargo. Muchas gracias a todos los que se tomaron el tiempo de leer, espero que les haya gustado. Y ya saben, por aquí andaré subiendo mis divagues para todos los interesados jeje sip, dejare un poquito el drama para concentrarme en la comedia, ¿Dije que ya no me alargaba? :D
Nos leemos!!! Besos!