Capitulo uno: recordando.
Bella pov.
Ha pasado algunos meses desde que Edward se había ido
***flash back****
Mi canción de cuna continuaba sonando de fondo, dulce y encantadora.
---es tarde---señalo Edward. Me levanto de la cama con un brazo y con el otro abrió el edredón. Me acostó con la cabeza en la almohada y me arropo bien en el edredón. Se acostó a mi lado pero encima del a ropa de cama para que no me congelara, y me paso un brazo por encima.
Apoye la cabeza en su hombro y suspire feliz.
----gracias otra vez.---susurre
.----no hay de que
Nos quedamos sin movernos ni hablar durante un buen rato, hasta que la canción llego a su fin y comenzó otra. Reconoci la favorita de esme.
----¿en que estas pensando?.---le pregunte en un murmullo
Dudo un segundo antes de contestarme.
----estaba pensando en el bien y en el mal.
Un escalofrió me recorrió la columna.
---- ¿te acuerdas de cuando decidi que no quería que ignoraras mi cumpleaños?---le pregunte con la esperanza de mi intento de distráelo no pareciera demasiado evidente.
---- si.---admitio
---- bien estaba pensando que como todavía es mi cumpleaños quisiera que me besaras otra vez.
----ya veo que estas antojadiza esta noche.
---- si pero claro no tienes que hacer nada si no quieres.---añadi molesta
Rio y después suspiro.
---que el cielo me impida hacer aquello que no quiera.---repuso con una extraña desesperación en la voz mientras ponía un dedo debajo de mi barbilla y alzaba mi rostro hacia el suyo.
El beso empezó de modo habitual sus labios se movían de forma lenta pero tierna, luego de un momento el ritmo de nuestras bocas fue aumentando, en pocas segundos su boca ya no era tierna y su mano libre se enredo en mi pelo aferrando mi cabeza firmemente a la suya.
Edward pov.
Enredó sus dedos en los cabellos de mi nuca, buscando con desesperación acercarme más a ella. Mis manos recorrieron su pequeña espalda, sintiendo la suave tela del camisón bajo mis palmas.
Esta mujer quería matarme y de paso matarse ella.
Se arrodillo en la cama pasa hacer más presión y tirarme sobre la cama, recostándose sobre mí y volviendo a besarme. Aún estaba inquieto, preguntándome que tipo de sueño había tenido para pertúrbala de esa manera tan aterradora, y por otra parte, sintiendo los terribles miedos de volver a lastimarla por no medir mi fuerza.
Mis manos recorrieron su espalda, pasando por su cadera hasta acariciar sus suaves muslos. ¡Diablos! Jamás me cansaría de repetir que Bella era mi perdición, su cuerpo había sido creado específicamente para hacerme perder la cabeza. Sus temblorosas manos acariciaron mis mejillas, más seguras de si mismas que la primera vez, pero aún así tímidas y temblorosas.
Sonreí para mis adentros, sabiendo que ningún otro hombre-vampiro (no quiero ni nombrar la palabra lobo) podría sentir sus suaves carisias, sentir contra su pecho el tambor de su corazón y apreciar el hermoso escarlata de sus mejillas.
Todo aquel deseo frustrado de los últimos días dolía en mi cuerpo. Sus pequeñas y delicadas curvas se pegaban con desesperación a mi cuerpo, sus manos viajaban por mi espalda y mi pecho, estremeciéndome, agotando hasta la última gota de mi autocontrol. Soltó mi boca cuando necesito aire, y yo recorrí un camino de besos pasando por sus calientes y sonrojadas mejillas, bajando por su cuerpo sintiendo la sangre correr más apresurose y sintiendo la ponzoña inundar mi boca. Pero esta vez, para alegría mía y salud de ella, sabia que cosas y no eran las arriesgadas, y aunque el acto en si era casi una reverenda estupidez de arriesgado, podía controlarme mejor. Sabiendo ser más delicado, mediando mi fuerza.
—Edward… —Suspiro.
Mi cuerpo reacciono aún más a su suave ronroneo, y mis manos comenzaron a viajes más desesperadas buscando su piel. Sin saber en que momento perdí la conciencia en un segundo, para darme cuenta de que su pijama y mi camisa ya eran solo pedazos de tela.
Con deleite fije mi vista en sus pechos, tan pálidos y rosados en las puntas, habían estado en mis recuerdos desde la ultima vez, siempre llamándome.
—Edward —Me llamo y levante el rostro. Sus mejillas estaban de un fuerte color escarlata, sus ojos algo rojos por el llanto y sus labios hinchados por los besos. Era la misma personificación de la lujuria, y yo, sin remordimientos, estaba dispuesto a pisar ese pecado.
Volví en busca de sus labios mientras posaba delicadamente mi mano en uno de sus pechos. Ella se estremeció probablemente ante el frío tacto y encorvo su espalda pegándose más a mí.
—Lo juro, Bella… —Susurre contra sus labios —Quieres matarme.
—N-No es… —Tartamudeo aforrándose a mi espalda —S-Si realmente… tu no… —Trago y me miro con sus ojos brillantes —…si no quieres… podemos…
No la deje terminar por que estampe mis labios contra los suyos de camera algo bruta, pero no pude evitarlo, no quería que ella pensara que esto era contra mi voluntad.
—Diablos, Bella. Quiero… —Le dije, aferrándola más cerca de mi, sintiendo el rose de nuestros cuerpos arder con dolor.
Ella sonrío entre el beso, aforrándose más a mi.
Delineé todo su cuerpo con mis manos, volviendo a memorizar cada rincón de su pecaminosa figura. Guardando pequeños detalles que la primera vez no pude ver por el hecho de pensar en cuidarla todo el tiempo, y que, a fin de cuentas, no funciono muy bien.
Deje su boca y di pequeños besos bajando nuevamente por su cuello, escuchándola suspirar avergonzada. No pude evitar sonreír, por que solo ella, solo Bella era capas de seducirte y luego volverse tímida. Solo ella era capas de seducir a un vampiro sediento por su sangre.
—Me vas a volver loco —Gruñí contra su piel, sintiendo como temblaba y suspiraba con cada uno de mis besos.
Me dirigí a sus brazos, besándolos. Bese cada parte de su cuerpo en que estuviera marcado, incluso levemente, mi falta de control.
Subí para volver a besarla, devorando su boca como nunca lo había hecho. Su cuerpo temblaba bajo el mío, moviéndose constantemente, calentando mi cuerpo más allá de la cordura. Mis caderas se movieron con suavidad, empujando hacia ella que soltó un pequeño gemido de placer.
No lo puedo evitar, pero sonrío.
Estoy totalmente loco.
Sus pequeñas y tibias manos viajaron por mi pecho, pasando por mi estomago y llegando al elástico de mis pantalones. Me sorprendo y por un momento me convertí en piedra.
Su rostro subió más tonalidades de rojo, sus ojos estaban casi vidriosos y me miraba tímidamente. Sin soltar el elástico. Vuelvo a sonreír, besando febrilmente sus labios.
Agarra el comienzo de mi pantalón, con las manos temblando pero segura de si. Sin separar nuestras bocas, le ayudo a bajarlo, siendo sus piernas las protagonistas principales para que el pantalón saliera de mi cuerpo.
Ahora nuestros cuerpos estabas en total contacto, tocándose a libre piel.
No pude evitar temblar al sentir la parte más caliente de su cuerpo rozando mí miembro.
Sus manos buscan las mías, entresacando nuestros dedos y abrazando mi cintura con sus piernas.
Un gruñido nada humano salio de mi garganta, pero lo último que hizo fue asustar a Bella. Ella solo pudo sonreírme.
—Te amo, —Me dijo, apretándome más contra ella, obligándome a manda al demonio la cordura —Te amo… y te deseo… tanto… que duele —Susurro y pequeñas lágrimas cayeron por sus mejillas. Su voz era baja y lamentosa, haciéndome saber que ella deseaba tanto esto como yo.
—Shh… —La consolé, besando cada lágrima que caía —También te deseo… —Mi voz era ronca y casi no se podía reconocer —Pero sobre todo te amo.
—Oh, Edward.
Se aferro más hacia mí, reclamando mi boca sin mi impedimento.
Volví a mover mi cadera un par de veces, disfrutando de ese desquiciante contacto, escuchándola gemir levemente, apretando mi mano como si muriera si me soltara. Y yo no estaba mejor, me sentía morir y revivir en cada rose intimo. La bestia dentro de mí rugía y se regocijaba en lujuria, incitándome a dejar de pensar y satisfacerme totalmente.
Abrí los ojos en el ultimo segundo, memorizando su rostro contraído por el placer, pensando que tan lamentoso era por tener tan poco autocontrol, por ser un maldito egoísta al arriesgarla de esa manera y aún así saber que ya no podía parar. Inhale el aire sin que fuera realmente necesario, y lo contuve en el momento exacto en el que entre en ella.
Su pequeño cuerpo se arqueo contra el mío mientras gimió fuertemente, y el poco control que tenía se fue a la mierda.
—Bella —Gruñí y comencé a moverme, sintiendo como se contraía cada vez que tocaba el núcleo de su placer.
La ponzoña inundaba mi boca haciendo algo más que peligroso el poder besarle, así que simplemente deje caer mi frente contra la suya.
Siempre lo supe, ella era mi pecado en esta tierra.
Me sujeté del cabecero de la cama. Estaba perdiendo el control o quizás ya lo había perdido, pero eso no significara que me olvidara de la seguridad de bella.
Ella se friccionaba hacia mí, estrellando su cabeza en la almohada y abrazándome con todas sus fuerzas. Su piel ardía, casi era capas de sentir como del choque de nuestros cuerpos salía vapor. Todo en ella era como una caldera en llama, y su interior era el mismo infierno. La embestí con más rapidez, dejando que feroces gruñidos salieran de mi garganta sin poder evitarlo, sintiendo como todo estaba tan próximo a acabar. Mi bajo vientre dolía como si mil agujas estuvieran clavándose, y el maldito león era un masoquista que no podía parar.
— ¡Edward! —Grito mi nombre segundos antes de llegar al clímax, envolviéndome en la más deliciosa sensación que me obligo a desahogarme y terminar.
Temblé y embestí por última vez, dejando todo de mí dentro de ella.
—Realmente quieres matarme —Susurre en su oído. Bella se movió un poco, soltando una pequeña risa cansada —Per eso te amo.
—También… te amo… mucho —Me moví hasta salir de ella y acomodarme a su lado, tapándola con las sabanas de seda y resguardándola en mi pecho —…Gracias.
Abrí la boca para reclamarle que no había nada que agradecer, que yo no había hecho ningún favor que no deseara más de lo debido, pero su respiración era lenta y pausada.
—Duerme —Acaricie sus suaves cabellos y sonreí.
Esta vez, estaba más que a gusto con todo y sobre todo conmigo mismo. No la había lastimado, había sabido controlarme para no lastimarla.
Aún que no tenia que estar tan feliz. La había puesto nuevamente en peligro por mi egoísta deseo. Pero ya habría tiempo para pensar en eso en toda la noche. Acababa de hacer el amor con mi bella sin matarla.
—Te amo mujer bella.----susurre contra sus cabellos
Poco después me di cuenta de mi eror, hacer el amor con bella iba a complicar las cosas mas de lo esperado pero sabria que esto no iba a resultar bien.
Bella pov.
Cuando amaneció Edward se fue pero antes me había dicho que gracias a dios Charlie había salido en la noche puesto que habían llamado de la comisaria para que fuera a investigar que pasaba en Seattle ya que había un accidente automovilístico, Edward por la mañana se mantuvo un poco pensativo y tranquilo pero sus ojos demostraban otra cosa que no lograba descubrir aunque se fue con un adiós como si le urgiera irse y me beso la frente.
Asi pasaron los días y Edward se mostraba cada dia mas frio y en ocaciones me ignoraba. Yo tenia en mente desde que aquella noche que Edward y yo dormimos juntos todo iba a ser mas feliz pero en realidad me había equivocado.
Las cosas cambiaron por ejemplo Edward ya casi no iba por las noches a velar mi sueño, ya casi no saliamos juntos, los cullen se separaban de mi, e incluso alice y Jasper se fueron de la escuela.
A la semana siguiente fue a mi casa y por fortuna Charlie aun no llegaba y entro por la puerta con la cara mas seria, sus ojos estaban duros el dorado liquido paso a ser solido y sentía que algo iba a suceder. Algo muy malo.
Bella es tiempo que deje de estar engañándome a mi mismo y a ti.—dijo
Que quieres decir con ello?.---pregunte
Bella todos nosotros nos vamos de forks.----
Por que otro año mas.----declare pero el negó con la cabeza
No bella Carlisle ya no puede estar aquí además yo tampoco no puedo estar aquí mas.---concluyo no se si se refería a que es vampiro y que no puede envejecer o a otra cosa.
Y tu por que no puedes estar aquí mas?.---pregunte y el suspiro
Bueno bella la noche en que estuvimos juntos me di cuenta de que realmente algo faltaba, es ilógico pero a la mañana me di cuenta de que en verdad era un error y días después me di cuenta de que tu tenias razón no eras suficiente para mi.---dijo con voz serena pero dura.
Hubo una pausa durante la cual unas palabras se quedaron grabadas en mi mente "no eras suficiente para mi" wow unas simples palabras pueden ser como una daga clavándose en mi corazón. Las repeti esas palabras para mis adentros varias veces sopesándolas para encontrar la realidad oculta detrás de ellas pero me di cuenta de que la única realidad es que yo me estaba engañando a mi misma, de nuevo sus palabras resonaron en mi cabeza "no eras suficiente para mi".
¿tu…no..me quieres?.—intente expulsar las palabras, confundida por el modo como sonaban colocadas en orden.
No.----
Le mire sin comprenderlo aun. Me devolvió la mirada sin remordimiento. Sus ojos brillaban topacios, duros y muy profundos. Me sentí como si cayera dentro de ellos y no pude encontrar nada en sus honduras sin fondo, que contrarresta la palabra que había pronunciado.
En cierto modo te he querido por supuesto pero me canse de intentar ser lo que no soy, ser humano. Yo soy un vampiro y fue un error haberme involucrado con una humana aunque sabia que la relación al fin de cuentas no iba a resultar.---me miro ahora sin duda las facciones heladas de su rostro no eran humanas.
No me convienes bella.---
Invirtió el sentido de sus primeras palabras y yo no tenia replica para eso sabia bien que no estaba a su altura.
Me gustaría a pesar de todo pedirte un favor si no es demasiado, no hagas nada estúpido o desesperado---me ordeno ahora sin mostrarse distante---me refiero a Charlie por supuesto te necesita y debes cuidarte por el.
Asentí sin fuerzas.
Te hare una promesa a cambio----dijo----te garantizo que no volveras a verme. No regresare ni volveré a hacerte pasar por esto. Podras retomart tu vida sin que yo interiera para nada. Será como si nunca hubiese existido.
Las piernas me temblaban y las lagrimas estaban a punto de salir de mis ojos.
Adiós bella---dijo con voz tranquila pero dura.
Espera.---susurre
¿si?.—dijo acercándose a mi y puse mi mano en su mejilla fría y perfecta luego susurre:
Cuidate mucho.----senti sus labios en mi frente y abrió los ojos de golpe cuando se levanto una ligera brisa artificial.
Se había ido.
El amor, la vida, su sentido, mi alma…..mi vida…..se había ido con el. Era el comienzo del fin.
Dos semanas después sentí vomito y mareos. Había buscado a Jacob en este momento era bueno saber que estaba conmigo en esta situación. Tener a un licántropo como amigo mientras te persigue una sadica vampira, mientras estas embarazada es muy bueno.
****fin del flash back*****
Llevaba casi ocho meses con 3 semanas de embarazo y ya quería que este hermoso bebe que levo por dentro naciera.
Bella amor no crees que quizás el bebe sea vampiro.---me susurro jake contra mi oído. Jake ahora se había convertido en algo asi como mi novio, me había protegido y de echo hace unos meses me había salvado de victoria y Lauren. Ellos y su manada fueron de gran apoyo para mi. Al igual me fui de la casa de Charlie con el pretexto de que me iba a ir con René, pero en verdad me fui a la push a vivir ahí durante mi embarazo, el mismo había echo una habitación para el bebe la habíamos pintado de colores ya que no sabíamos si era niño o niña o si eran gemelos. Durante los meses que había tenido algo en mi había cambiado mi piel era suave y dura como el mármol pero también era veloz y fuerte aunque mi corazón y mi sangre aun seguía por mis venas. Jacob pensó que era medio vampira era lo mas lógico.
¿bella?---pregunto Jacob sacándome de mis pensamientos
Perdón me fui de este planeta y con respecto a eso no lo se pero esperemos que no lo sea asi, y sabes estoy algo cansada podemos irnos a dormir ya, además creo que hoy tu y quil me dejaron exhausta además no crees que te emocionaste mucho con eso de las compras para el bebe.---dije riéndome ante la imagen que se me había quedado grabada esta tarde, jake eligiendo ropa color azul y verde y quil color amarilla y rosa y peleando por cual era mejor y muchas otras cosas.
Jaja ok ¿quieres que duerma contigo amor?.—dijo y yo asentí con la cabeza y me cargo hasta la cama donde me cobijo y se metió entre las cobijas para abrazarme. Esto sucedia todas las noches me sentía feliz y amada aunque aun el vacio de mi corazón seguía presente en mi. De repente mis parpados no pudieron mas y se cerraron por completo y ya no me encontraba en una habitación si no sentada en un prado mirando a un angel sonriéndome.