PORFIN ACTUALICE! PERDON LA DEMORA! SOLO LES PUEDO ASEGURAR DE QUE NO DEJARE LA HISTORIA!
pOR CIERTO, SI SON FANS DE SASUSAKU (NARUTO) LES INVITO TAMBIEN A VER MIS OTRAS HISTORIAS =)
LES DEJO CON ESTE CAPITULO, ESPERO LO DISFRUTEN !
MI ANGEL EN LA OSCURIDAD.
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ESCRITA POR:
EVILHIPPIXIE
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CAPÍTILO 5:
UN CIELO MAS AZUL QUE AYER
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"Solo el cielo sabe porqué lo amamos tanto…"
Virginia Woolf
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¡Maldita ciudad con tráfico!
¿Cómo diablos iba a encontrar a una mujer si las calles estaban llenas de autos, de personas caminando, de gente entrando y saliendo de las tiendas? A donde quiera que mirara solo podía ver gente que iba y venía, autos que avanzaban y se detenían; gente y más gente que inundaban las calles pues al parecer su hora de jornada estaba terminando.
Corría de un lado a otro esquivando personas que lo miraban con reproche, después de todo, era peligroso que alguien corriera con tal velocidad pudiendo provocar algún accidente; cruzaba las calles sin ni siquiera fijarse en los autos ni en los semáforos; solo los cláxones repentinamente llamaban su atención y más de dos carros tuvieron que frenar súbitamente para no atropellarle; su mirada buscaba desesperadamente en cada uno de los callejones que iba pasando, esperando encontrar a la mujer que había desaparecido de la nada, tan rápido…
Realmente no sabía cuanto tiempo había pasado de que empezó a perseguir una sombra ya desvanecida, solo miró al cielo y éste comenzaba a teñirse de rojo-anaranjado; el atardecer estaba llegando y pronto la noche tomaría su lugar; ni siquiera se había fijado en el tiempo transcurrido, solo había decidido integrarse en las agitadas calles de la ciudad con la firme esperanza de poder encontrarla.
Pero sin ningún éxito.
Suspiró. Y de pronto su mente volvía poco a poco a la realidad; no se había percatado, hasta ese momento, que sus pensamientos eran rápidos, erráticos y frenéticos, y solo giraban alrededor del fuerte deseo de un reencuentro; pero ahora, se detenía a recordar lo que había sucedido para poder entender porque su amiga había huido. Un mundo de posibilidades se asomaba en su mente, todas tan lógicas y probables que era difícil saber qué había pasado realmente; pero lo pensaba una vez más y se daba cuenta de que no existían posibilidades que pudiera aclararle la situación.
Por un momento pensó que su nostalgia y su necesidad de volver a ver a su amiga lo habían llevado a la locura de la alucinación; quizá había sido una chica que se parecía a ella y había corrido asustada, intimidada por su mirada y creyéndose en peligro; pero no, él estaba seguro de que jamás podría confundir ni olvidar esa mirada avellanada que tanto había amado y había deseado volver a mirar; pero entonces no encontraba respuesta alguna del porqué Sora había huido; quizá no lo había reconocido y de la misma manera se sintió asustada; o tal vez lo había reconocido y estuviera al tanto de que el era un asesino, de los más peligrosos y ya no deseaba verle nunca…
No, no podía vivir con esa idea de Sora rechazándole.
Tenía que encontrarla, tenía que preguntarle porque huía de él, que pasaba por su cabeza, porqué tenía tanto miedo, donde había estado todo este tiempo, con quien, haciendo que; porque nunca los busco, quien le había capturado, que le habían hecho, si los recordaba…
Si aun lo amaba…
Su mirada azul se lleno de dudas y de miedo, de angustia y de coraje. ¿Cómo era posible que pudiera ser lo suficientemente rápido para atrapar y matar, pero no para seguirle el paso a una mujer?; rápidamente su preocupación había pasado a coraje y frustración, tenía que avisarle inmediatamente a Tai para que ambos se pusieran a buscarla, a Izzy para que buscara cualquier dato en la red o en algún sistema… quizá ya sea por descripción física, algo, lo que sea…
-¡Mierda!
Una señora anciana que pasaba a su lado, volteo para mirarlo con desaprobación. No era adecuado el lenguaje que el joven estaba utilizando; Yamato la miro con indiferencia tratando de controlar la frustración que comenzaba a invadirlo; justo en el momento que pretendía sacar su celular para llamarle a Taichí de urgencia, se dio cuenta, que lo había dejado en el parque, había olvidado recogerlo cuando por la impresión de encontrar a Sora, lo dejo caer.
Estaba a punto de regresar al parque, pero en ese momento se dio cuenta de que tan lejos estaba ahora, mientras trataba de alcanzar a Sora había perdido noción de cualquier distancia que estaba recorriendo; regresar al parque hubiera sido una pérdida de tiempo, seguramente para esas alturas alguien ya había tomado su celular; pensó que quizá Tai pasaría a buscarlo ahí, pero realmente no habían quedado en nada, había cortado la llamada.
Miro una vez más las calles concurridas con un último dejo de esperanza, pero no encontró aquella cabellera anaranjada que durante noches enteras se recostaba en su almohada…
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"Todo estará bien. Tranquila. Te juro que encontraremos al culpable de todo"
"Es peligroso Matt. Yo… no quiero que te pase nada."
Matt sonrió mientras deslizaba sus dedos entre su sedoso cabello, Sora estaba recostada en sus pecho, escuchando latir su corazón, preocupada y llena de temores intentaba persuadir a su mejor amigo, a su amante, a su novio, de que no hiciera nada imprudente.
"No me pasarà nada. Te lo prometo"
Y con un beso en la frente, Matt finalizo aquella platica, dejando que ambos se sumergieran en la tranquilidad de la noche.
Al fin, se tenían el uno al otro y nada mas importaba.
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-¡¿CÒMO QUE LA PERDISTE DE VISTA?
Los gritos de Taichi resonaron por toda la habitación. Estaba completamente atónito y sorprendido; Yamato se hallaba en una silla, con la cabeza entre las manos, visiblemente abatido; era obvio que su amigo le iba a recriminar una falta tan grave, algo tan imposible… la había tenido en frente y al segundo la había vuelto a perder, y entre mas meditaba y pensaba las cosas mas le invadía el miedo de tener que pasar otros cinco años o más buscándola.
Al menos su alma estaba completamente aliviada.
Sora estaba viva y en Odaiba.
-¿Estás completamente seguro de que era ella?—la voz de Ken resonó más tranquila y apacible, Yamato le miro y asintió con la cabeza.
-Completamente seguro.
-Entonces la buscaremos. —intervino Gennai, un hombre de edad avanzada, pero fuerte e imponente; sus años no le pesaban, al contrario le daban la experiencia que era requerida para manejar una organización secreta al servicio del gobierno.
-¿Por qué crees que estaba huyendo?.-inquirió Tai contrariado, aun no podía creer que su mejor amiga, estuviera huyendo de Yamato, éste se encogió de hombros, no tenía la mas mínima idea y aquel hecho lo desconcertaba tanto como a Tai.
-Quizá no estaba huyendo de ti Matt…
Todos se volvieron para mirar al joven que se hallaba recargado en el marco de la puerta que llevaba hacia la cocina; estaban en su pequeño departamento, que muchas veces servía como lugar de reunión para la organización que lideraba Gennai: todas las miradas se clavaban en el expectantes de lo que estuviera próximo a decir, esperando saber cuál era su teoría. Era un joven prodigio, la verdad, inteligente y muy noble, pero tenía altos valores morales que de repente le hacían cuestionarse el porqué él pertenecía a esa misma organización de asesinos, sin embargo, se convencía a si mismo de que estaba de lado de los buenos…
Joe Kido era un joven emprendedor, amante de la ciencia. Su único gran objetivo era salvar vidas, por eso había decidido que la profesión perfecta para ello era estudiar medicina y convertirse en el mejor medico de Japón, a su corta edad; 26 años había alcanzado un gran renombre en la sociedad de médicos, pero así como le había traído fama, de la misma manera le había traído problemas y terribles amenazas.
Por un breve instante, estuvo a punto de perder la vida; solo a causa de haberse negado a colaborar con un terrible proyecto que iba en contra de todo lo que el creía y quería. No ansiaba poder, simplemente superación. Fue Izzy, su amigo de la infancia, quien lo había salvado dándole un refugio en su departamento, más tarde, tuvo la oportunidad de integrarse a esta Organización para ayudar en cuanto pudiera a sus integrantes.
Hasta ahora, solo había de tratarse de heridas muy leves; casi rasguños.
Pero justo en estos momentos, cuando se estaba realizando la investigación a la Organización Black Ghost, Gennai le había hecho hincapié en que sus servicios eran esenciales para ayudarles a descubrir qué tipo de experimentos farmacéuticos estaban desarrollando ilegalmente.
-¿Entonces de quien estaba huyendo?. –La voz de Ken volvió a hablar, y Joe lo miro con un poco de duda, encogiéndose de hombros, sin saber si su teoría podría ser correcta.
-Sora desapareció hace 5 años— contestó.— no podíamos averiguar nada de ella; es obvio que no se fue por voluntad, quizá logró escapar y la persona que la tuvo secuestrada todo este tiempo esté tras su huella… Tal vez, ni siquiera se percato de tu presencia Matt… tal vez huía de alguien más.
Era una posibilidad buena; pero la duda se metió en Yamato. El estaba seguro de que sus miradas se habian encontrado…
-Esta misma noche enviare unos hombres a patrullar las calles cercanas al parque.—informo Gennai tratando de darles a los chicos un poco de tranquilidad, sin embargo, sabia de antemano, que tanto Yamato como Taichi iban a salir a buscarla de igual manera.—Pero, a decir verdad, convoque esta reunión para tratar otros asuntos de igual urgencia. –Todos le miraban expectativos—La liberación de Ryu Graham y Michael Corner, nos pone en alerta.
-Ese maldito. — murmuró Tai entre dientes apretando los puños conteniendo su furia.
-Es obvio que van a querer regresar.—intervino Joe.
-Ya lo han hecho.—afirmó Gennai.— Desafortunadamente Tai tuvo un encuentro con Graham, quien confirmó que seguía en el negocio; y esta misma tarde Ken me ha informado que el paradero de Corner es Tokio.
Tai se levanto de golpe, furioso. -¡Imposible! Se había extendido la orden de que ese desgraciado no iba a poder volver a pisar estas tierras.
Gennai levanto una mano a fin de tranquilizarle.—Lo sé, pero al parecer, la orden fue violada. Simplemente se dejo pasar por alto.
-¡MALDICION!.—explotó Tai.- ¡Maldita policía incompetente!
-Tranquilízate Tai.- le dijo Matt con un tono frio, casi indiferente; era su tono habitual, porque en el fondo, Yamato era totalmente empático a la situación de Tai y de ninguna manera no iba a dejar que Corner se volviera a salir con la suya. Tai resopló y lleno de ira se volvió a dejar caer en la silla, respirando profundamente para tranquilizarse.
-Debemos atraparlo.— ordenó Gennai y una sonrisa llena de superioridad y afirmación apareció en los labios de los dos mas eficientes asesinos que se hallaban en aquella habitación. Gennai los miro con orgullo, sin duda alguna, aquellos jóvenes eran cazadores, animales ávidos de sangre y de venganza; hombres crueles que darían la justicia a toda aquella persona que no la consiguiera.
-No tiene que decirlo dos veces.—dijo Tai.
Gennai sonrió.—Es muy probable que Michael Corner este indirectamente involucrado con el secuestro de Sora Takenouchi y toda la maldita red de mafiosos que asesino a sus familias. Encuéntrenlo y puede que tengamos una pieza clave para encontrar al verdadero asesino.
Ambos asintieron. No habia necesidad de más palabras.
La orden estaba dada, ahora lo único que debían hacer ellos era cumplir.
-Vine lo más rápido que pude. —dijo Mimi al momento en que se sentaba en uno de los sillones que estaba en la sala del internado; la habitación era grande y confortable, estaba llena de sillones blancos y rojos que contrastaban perfecto con la carpeta negra que cubría el suelo; en las paredes había enormes pantallas de plasma que denotaban, el prestigio del internado, uno de los mas caros.
Pasaban de las nueve de la noche, y ya no había estudiantes recorriendo los pasillos, la mayoría se hallaba en sus habitaciones dispuestos a dormir; después de todo esa era una de las reglas de oro del internado: todo aquel que estuviera levantado y fuera de sus habitaciones después de las 9:30 de la noche, seria reportado a la dirección y se tomarían las medidas correspondientes. A menos, como en el caso de Hikaru y Takeru, que uno de sus familiares vinieran a visitarlos…
-¿Llegaste sola?—preguntó Hikari preocupada. Mimi hizo un gesto negativo.
-Izzy me ha acompañado, solo que el tiene trabajo en las salas de cómputo.
-Perfecto. — intervino Takeru sentándose a un lado de Mimi con su computadora; del otro lado de T.K. se sentó Hikari. Mimi los miraba expectante.—Descubrimos algo muy interesante.
-¿A qué se refieren?.- preguntó Mimi preocupada.
-Encontramos una nota reciente, de un periódico de la ciudad de Fukuoka.—explico Takeru ansioso mientras abría la pagina en donde habían encontrado algo bastante curioso.
-¿Y qué con eso?
-Mira…
En el momento en que Mimi miro la pantalla, no encontró nada que pudiera interesarle ni nada que satisfaciera su curiosidad; aparecia la imagen de un hombre saliendo de la policía y en la nota informaba que habia sido detenido por tratar de secuestrar a una joven en un café; pero habia salido libre debido a que no habia pruebas suficientes para inculparlo, y la posible victima había salido corriendo del lugar sin levantar ninguna denuncia; la denuncia había sido hecha por parte de las dueñas del café. Terminando de leer la nota, Mimi se volvió para mirar a Takeru pidiéndole una explicación.
-No encuentro nada aquí, T.K.
-¿Es que acaso no reconoces a este hombre?- preguntó Hikari señalando al hombre de la foto que salía en la nota. Mimi lo volvió a ver, pero por más que intentó recordarlo, no pudo.
-Es el mismo que hace años nos estaba siguiendo—le dijo Takeru. —De hecho, Tai te enseño una foto de él para que tuvieras cuidado cuando anduvieras por la calle.
Mimi volvió a mirar al hombre de la foto con intensidad; sin duda alguna, ahora lo recordaba, pero estaba muchísimo más cambiado… si lo hubiera encontrado por la calle no lo hubiera reconocido. En ese momento entendió la importancia de lo que habían encontrado Takeru y Hikari, pues en la misma nota se describía a la chica: delgada, de piel casi bronceada, alta, ojos avellanados, y cabellos de un tono rojizo anaranjado…
-Sora…
-¿Ahora lo ves, Mimi?.- preguntó Hikari ansiosa.—Sora esta viva, esta en Fukuoka! Y los mismos hombres que nos seguían hace años, los mismos que nos estaban acechando, son los mismos que persiguen a Sora.
-Tenemos que decirle a Matt y a Tai de inmediato.
"Amor, no llegaré a casa esta noche. Surgió un compromiso con el trabajo, estaremos haciendo planes y estudiando estrategias y movimientos toda la noche. Extrañaré estar en tus brazos descansando. Te veo mañana por la mañana. Te amo".
Mimi suspiró tratando de guardar la calma. Había escuchado el mensaje en la contestadora y no había podido evitar sentirse triste de que esta noche, su novio no llegaría a dormir con ella. A pesar de que no vivían juntos, las ultimas semanas Taichi se había quedado en el departamento de ella, o bien a veces ella se quedaba en el de él; ya habían notado que era casi imposible estar separados.
Ella entendía y apoyaba el trabajo de su novio y prometido, pero a veces le enfurecía que tenían muy poco tiempo para compartir; ya ansiaba casarse con el, al menos así, su jefe entendería que ahora Taichí tenía una esposa que atender y le perdonaría faltar a uno o dos juntas tontas; ya después Matt le daría las actualizaciones.
Estaba muy cansada, pero su mente no podía dejar de pensar en lo que acababan de descubrir; era una prueba casi contundente de que todos y cada uno de los hechos trágicos que les había acontecido hace unos años atrás estaban relacionados entre si y todos, al parecer tenían a un mismo autor. Era una prueba más que confirmaba lo que ya sospechaban y Mimi quería hacérselo saber cuanto antes a Tai y a Matt, quizá si pudieran encontrar a aquel hombre en Fukuoka, pudieran sacarle información acerca de para quien está trabajando y cuáles eran sus intenciones, era obvio que aquel hombre era solo una marioneta más de una poderosa organización de monstros…
Decidió meterse entre las cobijas para descansar un poco, quiso volver a marcarle a Tai para darle la noticia, pero el celular seguía apagado y en cuanto a Matt, el celular estaba fuera de servicio; volviendo a pensar las cosas, se dio cuenta de que debía encontrar la manera de decirles a Matt y a Tai este hecho, pues si ambos se enteraban de que tanto Hikari como Takeru estaban haciendo pequeñas investigaciones… bueno, en verdad se iban a enfadar y bastante.
Perdiéndose entre sus pensamientos, el sueño casi estaba alcanzando a Mimi, la calidez de su hogar le invitaban a olvidar todo lo que le atormentaba, sus dudas y preocupaciones para adentrarla en un mundo de ilusión, en aquel en donde figuraba su pronta vida de casada a lado de un hombre que había amado y que amaba, que le hacía feliz, que le hacia reír y también enojar, que consentía todos y cada uno de sus caprichos, que la hacía cocinar y que la protegía…
Pero el timbre del teléfono, la saco abruptamente de su casi sueño; imaginando que Tai al fin había decidido comunicarse con ella, se levantó rápidamente de la cama para contestar.
-Sí, ¿diga?
Del otro lado del teléfono su voz se escuchaba hermosa, casi angelical. Era de noche, vivía sola en un departamento, seguramente vestía un corto camisón rosa pastel, o así quería imaginársela. Podía escuchar su respiración impaciente, podía imaginar su rostro esperando… Podía casi sentirla de nuevo entre sus manos…
-¿Quién habla?- insistió Mimi al no obtener respuesta. Había alguien al otro lado de la línea, podía escuchar una respiración…
- … Mimi…
Era una voz aspera.
Una pesadilla.
Mimi dejo caer el teléfono impactada. Aterrada.
La línea se cortó y Mimi corrió a cerrar la ventana, que por el fuerte viento se había abierto, cerro las cortinas e inmediatamente fue a verificar que el seguro de la puerta estuviera puesto…
Aquella noche no podría dormir. Y sin ni siquiera saberlo, las lágrimas ya habían manchado su rostro.
Sus ojos eran azules, como el cielo.
Tuvo miedo al verlo, tuvo miedo de su mirada, tuvo miedo de haber encontrado algo allí sin saber que era. ¿Peligro? No estaba segura. Él la había mirado fijamente, como si hubiera encontrado algo y ella… había huido, una vez mas había huido de un desconocido, de alguien que parecía perseguirla.
¿Era posible que ese joven también la buscara?
Apenas había llegado a Odaiba, no era posible que tuviera que marcharse otra vez de ahí. ¿Hasta cuándo? Tenía poco tiempo; estaba completamente asustada. Caminó rápidamente por las calles de la pequeña ciudad, había gente que iba de un lado a otro iniciando sus actividades. Se sentía cansada y bastante débil, a pesar del hermoso día de otoño que empezaba un terrible frio comenzaba a calarle los huesos…
¿Esto era lo que pasaba cuando no se tomaba las pastillas?
Sonrió con sarcasmo, en verdad su vida dependía de ellas… Se había olvidado por completo del medicamento, y su visión ahora comenzaba a nublarse; se detuvo para tomar aire, sentía que comenzaba a asfixiarse; intento calmarse pero cada vez se sentía más agitada; escucho las voces de una pareja… casi inaudibles, estaba perdiendo la conciencia e iban desapareciendo sus sentidos. No tuvo la fuerza para mantenerse en pie, de pronto sus manos se encontraban en el piso, y por más que intentara incorporarse, solo se desvanecía más; lo último que sintió fue unos fuertes brazos que la sostenían…logro alzar la mirada para observar uns profundos ojos azules como el cielo, y a lo lejos unas voces… casi familiares.
-¡T.K! ¡Es Sora!
-Debemos llevarla al hospital, algo no está bien…
fin!
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