SUPERANDO TRABAS

Todos los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. En esta historia son todos humanos.



Capítulo 1. ATRÁS QUEDÓ FORKS

Habíamos salido de nuestra rutina en aquel pueblecito llamado Forks para aventurarnos a algo totalmente nuevo como Liverpool. Mi amigo Jasper y yo, Edward, habíamos decidido dejar nuestra rutina para conocer algo más allá que Forks y también que esta nueva locura la teníamos que llevar a cabo lo más lejos posible. Jasper había sido amigo mío prácticamente desde que nacimos, ya que nuestras familias se conocían desde hacía bastante tiempo, pero a los 12 años, cuando entramos en el mismo instituto nos convertimos en dos chicos inseparables.

Habíamos llegado hacía cuatro horas al apartamento que íbamos a alquilar durante nuestra estancia. Ya habíamos estado una semana en un hotel mientras lo buscábamos, suerte que por aquí suelen haber montones de pisos para alquilar.

-¿Vamos a salir?- preguntó Jasper mientras salía del baño recién duchado. Asentí con cierta desgana.

Debían ser poco más de las once, pero Jasper estaba loco por probar una de esas noches más en Liverpool antes de comenzar en la Universidad. Forks no tenía nada que ver con esto, allí siempre veías a la misma gente cuando ibas a comprar al mismo supermercado, o cuando ibas al instituto. Simplemente al salir de tu casa.

Jasper y yo queríamos cambiar de ambiente y nuestra rutina diaria, así que como dos chicos valientes de 18 años decidimos viajar para emprender una nueva vida, aunque luego regresáramos.

-Pareces una chica, termina de arreglarte ya.- Dije en tono burlón con la intención de apresurarlo más.

-Lo siento, no he podido ducharme antes, ya sabes…- Sabía a lo que se refería, Alice…

-Claro.- Dije algo incómodo.

Y no era para menos, esa chica se había interpuesto de repente entre mi amigo y yo. Claro que aún tenía tiempo para estar con él, pero Jasper conoció a Alice al tercer día que hubimos llegado y yo me había quedado solo ya más de una noche, no me hacía gracia. Aquella aventura la habíamos comenzado para vivirla juntos, no para encontrar pareja, aunque bueno, de eso tampoco se puede hablar, ya que el día menos esperado aparece cupido y lo arruina todo.

Tampoco creía en el amor, por lo menos no por ahora, ya que todas las chicas que había conocido eran unas superficiales. Yo no iba al gimnasio en Forks para tenerlas a mis pies, simplemente me hacía sentir bien, lo hacía para eso. Tenía que admitir que Alice, para lo poco que la conocía, no tenía pinta de ser como una de esas chiquillas fastidiosas, aunque bueno ya me había quitado algún tiempo con mi amigo.

Yo era un tipo bastante alto, de rasgos marcados, mis ojos eran verdes enmarcados por gruesas y largas pestañas, algunos decían que mis ojos eran femeninos, lo cual me molestaba bastante. Era alguien normal, qué decir.

-Listo.- dijo Jasper dirigiéndose hacia la puerta.- ¿Preparado para conocer a nuevas chicas?- dijo levantando dos veces las cejas.

-Ya sabes lo que pienso de eso.- dije indiferente.- vayámonos.

El taxi que había llamado Jasper previamente ya estaba en la puerta, nos sentamos y nos condujo a uno de los pubs más conocidos de la ciudad. Tardamos unos 20 minutos en llegar, la ciudad era bastante grande, nada comparado con Forks, nada que ver. Solía salir más que nada por Jasper, ya que la música house y los pubs tan llenos de gente no me gustaban nada, prefería el dance y estar en una estancia con algunos amigos, hablando de nuestras cosas mientras tomábamos algo. Llegamos.

-Esto es vida amigo.- me dijo Jasper.

-Creo que este lugar es peor que el de anoche con diferencia.

-¡Vamos! ¿Qué dices Edward? Relájate, pronto empezaremos las clases, son nuestros últimos días de vacaciones y tenemos que disfrutarlos.

-Está bien.- Dije vencido.

Entramos al lugar, casi no cabía un alfiler, todo el mundo bailaba en la pista y fuera de ella, ni que decir tenía que a la barra no se podía llegar, era todo un agobio estar allí metido.

-Jasper, creo que deberíamos ir a otro lugar- grité cerca de su oído para que pudiera escucharme.

-¡¿Estás loco?!- dijo con el ceño fruncido.

Logré divisar un lugar en la barra y arrastré a Jasper hasta allí.

-¿Qué vas a tomar?- Le pregunté.

-Lo de siempre.- me dijo con una sonrisa mientras se movía al ritmo de la música.

-Dos ron-coca-cola por favor- le dije al camarero.

-Ahí hay una chica que no para de mirarte.- me dijo Jasper, ni siquiera miré, probé mi cubata.- Mírala, no está nada mal.- Ignoré por completo su comentario y volví a beber.

-¡Jasper!- logré escuchar la voz de una chica que me resultaba familiar, me giré y ahí estaba ella, Alice. Y ya se había colgado del cuello de Jasper, que asco de verdad que me repugnaba. ¿Cómo mi amigo había podido llegar hasta tan lejos en tan poco tiempo con una chica que había conocido hacía dos días, como quien dice?-Hola Edward, ¿Cómo estás?- vino a saludarme, la verdad es que era bastante amable, pero ya me había robado a mi amigo.

Alice era menuda, muy delgada, sus ojos eran grandes y color miel, su nariz menuda como su cuerpo y su pelo estaba cortado de forma que su cabeza a veces me recordaba a la de un erizo, aunque debía admitir que le sentaba bien. Le hice una señal a Jasper, quería ir al baño, me moría de calor.

Me miré al espejo, estaba más pálido de lo habitual y mis ojos lucían rojos a causa del ambiente en el lugar. Abrí el grifo y me mojé la cara con intención de despejarme un poco, la próximas vez le diría a Jasper que saliera solo con Alice, después era yo el que tenía que volver solo a casa, para eso me quedaba directamente durmiendo.

Salí del lugar, pero cuando regresé a la barra no se hallaba Jasper. Demonios, no podía despistarme un minuto. Noté que alguien tocaba mi espalda, debía ser él, me preparé para reñirle.

-¡Jasper…!- Pero mi voz se desvaneció de repente.

-Hola guapo.- me dijo una chica. El hecho de que no fuese Jasper me sacó más de mis casillas- Siento no ser tu amigo, aunque creo que debes alegrarte.

-¿Por qué?- dije algo enfuruñado.

-Me llamo Clare.- Dijo acercándose a mi rostro más de lo normal, por lo cual me alejé de ella.

-Lo siento Clare, pero tengo que irme.

Y allí la dejé mientras me ponía la chaqueta y salía de aquel horroroso Pub. Cogí un Taxi y decidí volver al apartamento, después de todo, sabía que no volvería a ver a Jasper en todo lo que quedaba de noche.

Me desperté a eso de las 10, no había llegado tarde a casa. Para mi sorpresa Jasper no se encontraba en la cama de al lado. Perfecto. Se había ido con Alice, pero esta vez tendría que escucharme. Era él, el que siempre decía que a los amigos nunca había que dejarlos de lado, que por una mujer nunca nos debíamos alejar. Paré en medio de mis pensamientos, reflexionando sobre todo lo que había dicho, ¿acaso yo estaba celoso? No era normal en mí, pero… Me retorcí en la cama apoyándome sobre un lado y mirando hacía la ventana, el día estaba nublado, pero necesitaba tomar algo de aire, para despejar mis pensamientos, así que me enfundé unos vaqueros azules con un suéter a rayas que coloqué encima de una camisa marrón, me puse mi chupa marrón y salí del piso sin saber a dónde me dirigía.

Sólo necesitaba que el aire acariciara mi cara, escuchar a la multitud mientras caminaba por las calles de Liverpool. No sé cuanto tiempo estuve caminando, quizás dos horas, ya que no había tanta gente, se abrían recogido porque ya era la hora de comer, sinceramente no tenía ganas de nada, así que me encaminé hacia un parque y me senté en un banco. Aún quedaban unos cuantos niños jugando. Recordé los momentos en que Jasper y yo íbamos al parque y jugábamos con nuestros coches teledirigidos, una sonrisa asomó por mi rostro. Anhelaba esos momentos. Otros de esos recuerdos relampagueó mi mente: Jasper y yo cogiendo insectos del suelo, no importaba qué fueran, después íbamos a asustar a las niñitas. Sonreí con más ganas.

Todos esos recuerdos eran algo que siempre tendría en mi, aunque tenía que entender que nuestra etapa de niños y adolescentes ya había pasado. Éramos algo más, tampoco me atrevía a clasificarnos como adultos pero, tampoco podía culpar a Jasper, realmente nunca lo había visto así, tan lleno de vida. Quizás fue eso lo que me molestó, su completa felicidad, Jasper era feliz porque había encontrado a su otra mitad, mientras que yo me negaba a conocer chicas por una estúpida idea que me había creado al haber intentado "algo", que nunca llego a ser nada con las superficiales chicas del instituto .El cielo cumplió su amenaza y comenzaron a caer unas gotitas, debería encaminarme rápido hacia casa. Un fuerte golpe me sacó de mis pensamientos y dirigí mi mirada hacia donde provenía. Una chica se había tropezado y estaba en el suelo, rápidamente fui a ayudarla.