Creo que no hay excusa, que justifique mi ausencia, a pesar de que si tengo muchas, me costó mucho conseguir finalizar este capi
pero creo que quedo relativamente decente, es un poco diferente a lo que había escrito, pero que es la vida sin un poco de Drama?
No molesto más con mi introducción y los dejo con la Conti.
Gracias por leer :)
Enjoy the reading ^^
n.a: Los cambios de narrador están marcados por un (*), ahora sí a leer :)
(…)"Estaba parado de perfil, probablemente buscando a la persona que lo había llamado, su cabellera oscilaba al compás de la poca brisa presente, parecía un modelo en medio de un comercial , sin lugar a dudas la visión era apetecible en todas las formas posibles, me sonrojé de tan solo estar tan cerca de su presencia, pese a mis intentos por esquivarlo ahí estaba yo a menos de 3 metros de ÉL, sin poder articular palabras, con dificultad para unir ideas y sin poder mover un músculo para escapar . Sasuke Uchiha, sin lugar a dudas sería mi perdición.
VIII -Bienvenidos al Drama
La sola visión que en estos momentos ocupaba mis cinco sentidos y nublaba mi capacidad de juicio y la poca lógica que alguna vez creí tener, la cual en estos momentos debía estar divagando en algún lugar lejano, me mantuvieron detenida en ese lugar. Sin embargo no era un sacrificio, aunque no fuese capaz de reconocerlo disfrutaba de eso, sólo un poco.
No pude terminar la corriente de pensamientos, ya que la persona que lo había llamado hizo su aparición, fue en ese momento donde todo se nubló. Su larga cabellera pelirroja llamó toda mi atención y la rapidez de cómo se abalanzaba sobre él, me dejo estática. No era necesario ser un genio para darse cuenta que detrás de esos gestos y de esa proximidad había algo "especial", por decirlo de alguna manera, ya que parientes no eran, simplemente encajaban a la perfección, seguramente tenían historia juntos.
Intercambiaron algunas palabras que honestamente no percibí, sus labios se movían demasiado rápido y mi capacidad de poder procesar se había reducido al mínimo. Esperé parada donde estaba, no retrocedí siquiera un paso, aunque debería haberlo hecho; había olvidado hasta como respirar, claro que no fue necesario que lo recordara en cuanto noté como la distancia entre ellos se hacía inexistente, todo se detuvo, ya no importaba nada o al menos eso parecía. El beso duró horas, quizás días, al menos a mi parecer y no pude moverme hasta que esos ojos azabaches que en unos momentos atrás me habían hecho soñar, ahora me miraban sorprendidos, extrañados, hubiese creído que también había preocupación, pero mi razón había escapado hace mucho, por lo que no quise ilusionarme.
A pesar de la falta de aire y las lágrimas rebeldes que escapaban contra mi voluntad, encontré la salida más rápido de lo que esperaba. Sin importar cuánto intentase parecer indiferente o fría respecto a lo que acababa de ocurrir, mi mente, siempre un paso adelante mío, repasaba las imágenes de manera lenta casi sádica, y todos mis esfuerzos se convertían en débiles intentos de escapar de la realidad, casi como esperando que de una vez por todas, y para siempre, comprenda el mensaje. "Él no es para ti."
Internamente había preparado una coartada que me repetí hasta el cansancio, el beso mío y de él fue solo producto de las circunstancias, a causa de su aparente debilidad por jovencitas indefensas e increíblemente ingenuas. Así que no significaba nada, nada aparte del hecho de que se había intentado divertir a expensas mías y que yo no había puesto ningún tipo de resistencia, seguramente a estas alturas yo debía ser su broma personal. Me retorcí por dentro sólo con el pensamiento de esto. Y es que no podía negar, por mucho que me doliera que mi naturaleza era ser blanducha y sensible y que casi sin proponérmelo ya había creado toda una imagen de la supuesta realidad, y un sinfín de finales, la mayoría de ellos felices, lo cual era bastante distante de lo que pasaba en este momento. Y comprendí que a veces, solo a veces por mucho que intentes pensar en otra cosa, no se puede controlar el subconsciente y más temprano que tarde esas cosas salen a la luz lo queramos o no. Y en mi caso yo no quería, no quería si él tampoco quería.
-"¡Maldito seas Uchiha! "-
- Sasuke Kun!- Conocía muy bien esa voz, la había escuchado muchas, no, demasiadas veces durante el año pasado, era una de las malas decisiones que había tomado. Pero por sobre todas las cosas, me sorprendió reconocer su voz, ya que durante las vacaciones había conseguido olvidarla, bueno más bien parece que había bloqueado su recuerdo.
En cosa de segundos estaba encaramada encima de mí, muy cerca, demasiado cerca, y para hacer la situación aún más problemática, su cuerpo se amoldaba muy bien al mío. Si bien Karin no destacaba por ser un cerebro ambulante, su figura y apariencia física eran tema casi obligado dentro de cualquier grupo normal de chicos, era de esas mujeres que entren donde entren no pasan desapercibidas.
No pasaron muchos segundos para que sus labios se pegaran a los míos, y pese a que en innumerables ocasiones lo había disfrutado, esta vez tenían un sabor diferente.
"¿diferente a qué?" mi propia interrogación mental me llevó a ÉSE beso. Aunque no era necesario ser un genio, como lo era yo, para darse cuenta de que eran diferentes en todos los aspectos imaginables, por un lado una era mi tipo de chica, la de siempre, aunque pudiese sonar feo, la opción más cómoda y la otra era la que podía ser. Detuve la corriente de pensamientos, y abrí los ojos producto del mismo pánico. Karin seguía muy acomodada encima de mí, alcé la vista un poco más allá y allí estaba ELLA, mirándonos con sus ojos abiertos de par en par con mirada de sorpresa, vergüenza, y algo más que no pude distinguir bien "¿Tristeza?". Las primeras emociones eran similares a las que yo sentía, aunque a cada segundo la ira se intensificaba, ganándole a cualquier otra emoción, enojo conmigo mismo por exponerme de esta manera, y peor aún por hacerlo con Karin, por estar en el lugar y momento equivocado, pero por sobre todo por no haber sido capaz de evadirla, al menos en la Universidad. Todos mis esfuerzos habían sido en vano, todo mi razonamiento tirado de golpe a la basura, y sus ojos verde pegados en mi mente, con pegamento súper poderoso y de larga duración.
"Tsk, Molesta Pelirosa"
Antes de que pudiese soltar a Karin, antes de que pudiera escabullirme a algún lugar lejano, antes de haber sido capaz de crear algún plan, o algún tipo de solución, ella ya se había ido, a paso firme y veloz, y no me sentí con el valor necesario para seguirla.
Despegué los brazos de Karin que rodeaban mi cuello, mientras le explicaba que lo nuestro, si es que podía ser llamado así, había llegado a su fin, y que tomara el beso como el de despedida. Conseguí que se marchara, pero algo me dijo, que no prestó atención a mis palabras y que lo más probable es que volviese con la intención de acosarme, y controlarme por teléfono, aunque eso era problemático, lo mirara por donde lo mirara, no era prioridad en mi cabeza por ahora, en estos momentos sólo una pregunta rondaba de manera insistente por cada centímetro de mi cabeza.
"¿Debo explicarle lo que sucedió?"
No estaba seguro de cuál era el significado de lo que estaba sintiendo, eso de los sentimientos nunca ha sido para mí; demandan demasiada preocupación e involucrarse demasiado con las personas, algo para lo que yo no nací, y es por eso que mi ira había llegado a límites irracionales, teniendo mis ideas tan claras, el estar así no tenía sentido, sin importar de donde lo mirara.
Nunca he tenido que dar explicaciones en mi vida, ya que mis acciones siempre han tenido un objetivo claro, o un motivo que guía cada paso, todo está y debe estar siempre controlado; no hacía falta entrar en detalles. Pero ahora por primera vez en mi vida sentí que necesitaba una excusa, una excusa para hablarle, para explicarle que había sido lo que había visto. El motivo, muy simple, no quería que pensara mal de su compañero de cuarto. Sí, eso era, my reputación. "¿Qué más podría ser?".
Sorprendentemente la tarde se demoró en llegar, perdí la noción de cuánto tiempo permanecí recostada en la cama, casi inerte, con la cabeza y todos mis pensamientos en otro lado, en un lugar bien distante, recordando y añorando los recuerdos del pasado, que en estos momentos se convertían en rayos de sol y calor en medio de un día nublado. Cómo extrañaba los viejos tiempos.
El tiempo que llevaba lejos de los míos, no era mucho en términos que pudiesen ser medidos, pero sin lugar a dudas mi llegada a esta casa había marcado claramente un antes y un después, por lo que mi vida anterior, la feliz, parecía sólo un recuerdo lejano y distante; y el recordarlo a la distancia, parecía la mejor opción de todas. A nadie le hace daño un poco de amor.
El sonido de la puerta al cerrarse terminó con cualquier vestigio de algún posible recuerdo, o de tiempos felices, incluso olvidé como había sido lo que me había mantenido tan ocupada como para olvidar que lamentablemente y muy a mi pesar este fatídico momento llegaría, y que por mucho que pensara y buscara en mi interior la respuesta no sería fácil de obtener, me conocía demasiado bien. Desconozco si fue producto de mi imaginación, pero de un segundo a otro todo se llenó a Él, su esencia recorrió cada centímetro cúbico de la habitación, aroma que retrató su imagen en mi rosto de manera muy clara.
La imagen que logré visualizar era diferente de la seria y arrugada, que era la que acostumbrada mostrar el 90 por ciento de las veces; y el 100 por ciento de las veces fuera de la casa, ésta vez vi esas expresiones suyas que en poco tiempo habían dejado huella en mí, habían quedado grabadas en algún lugar profundo de mi memoria, ésas pocas, pero únicas sonrisas retorcidas, y su expresión relajada, detalle que se había permitido, en algunos de los momentos que habíamos pasado juntos. La imagen de aquella noche llegó a mi mente. Era capaz de sacrificarme por esos recuerdos, me pregunté mentalmente.
La entrada a la casa fue casi dolorosa, me era realmente molesto no tener las cosas claras, la incertidumbre acerca de la respuesta a la pregunta que rondaba mi cabeza me tenía en un estado mental desagradable y el persistente olor a cerezos que inundaba la casa no colaboraba en lo absoluto.
Como en todo momento de mi vida había planteado los datos: los eventos ocurridos, los resultados hasta ahora y especulé sobre posibles resultados según la decisión que tomara, llegando a la conclusión de que lo mejor era-.
Toda hipótesis o posible solución, que podría haber pensado se destruyó en un segundo en cuanto apareció delante de mis ojos. Por primera vez en mucho tiempo me sentí indefenso y vulnerable, sin tener ni la más mínima idea de que decir o que hacer, mi único reflejo "lógico," fuer permanecer de pie frente a ella y no salir corriendo como un niño pequeño.
Hubo un silencio incómodo, el único ruido audible era el de reloj, marcando el paso de cada segundo, bueno y para mí, el ruido de mi agitada respiración.
-Bienvenido a casa Sasuke-Kun.- la voz de la pelirosa me sacó del trance producto del silencio, y su rostro se iluminó con una amplia y refrescante sonrisa. De todas las situaciones que tenía pensadas podían ocurrir. Lo que estaba pasando ni siquiera había cruzado mi mente. "¿Sasuke Kun?".
-hmph.- No encontré palabra que pudiese sonar adecuada.
-Tendré el almuerzo en un momento, así que por favor espera.- ¿Qué significaba tanta amabilidad? , era algo que no podía comprender, pero aprovecharía el tiempo de preparación de comida para meditarlo mejor.
Mientras se iba a su habitación, me las ingenié para continuar con mi actuación de felicidad y para contener y disimular la ola de sentimientos que amenazaban con explotar al primer descuido.
Así me mantuve ocupada, concentrada en las labores de cocina. Mientras picaba los vegetales, con más preocupación de la necesaria, cuando su voz interrumpió todo, por centímetros y no terminé con un dedo menos, de la pura impresión.
-Sakura.- Su aterciopelada voz, acarició mis sentidos de la audición y nublo mi sentido del juicio, esa sola palabra estaba consiguiendo desarmar la coraza que con tanto esfuerzo había conseguido armar.
-¿Si?- respondí sin siquiera darme vuelta, aún me sentía con fuerzas para resistir su voz, pero ver su rostro, contra eso no podía luchar.
-Hay algo que necesito hablar contigo.-
-¿Si?- tragué pesadamente.
-¿Me estas escuchando?- Su melodiosa voz habló una cuarta más arriba que en las preguntas anteriores, sonaba como irritado.
-Si- respondí lo más segura posible, tratando de dejar claro que el canal funcionaba correctamente y que el mensaje había sido claro.
Sentí como sus pasos se acercaban donde estaba, pero mantuve mi posición, hasta que sentí como su mano tomaba mi brazo, casi con desesperación.
-Entonces, ¿Podrías darte vuelta y mirarme mientras te hablo?-
Por mucho que no quisiera, sentí que tenía razón, no había justificación para mi comportamiento mal educado, además con esta actitud toda mi actuación de felicidad, me di vuelta, y a medida que me acercaba a ver su imagen todo se hacía más brillante, mis ojos semi-aguados lo hacía parecer aún mas adorable de lo que era, pero su expresión cambio en cosas de segundo, frunció el ceño y siguió hablando.
-Hay algo que quiero explicarte, es sobre lo que viste hoy.- No dejé que terminara con la explicación, peor que haber visto esa escena, era que el reconfirmase. Escucharlo de su boca, eso se me hacía insoportable.
-No hay nada que explicar.- Solté rápidamente. –Si tanto le preocupa, yo haré de cuentas que no he visto nada, y no lo comentaré con nadie. Y si le preocupa algo que pasó o podría haber pasado, es mejor olvidarlo y empezar de nuevo. Borrón y cuenta nueva.
-Pero no es por eso que quiero explicarte.- Lo interrumpí nuevamente.
-No hacen falta más explicaciones, yo no tengo derecho a exigir explicaciones de lo que hagas o no hagas, y con quien lo hagas, es algo que a mí no me debe importar. Para mi nada de esto ocurrió, solo haz de cuentas que no existo, al fin y al cabo solo soy la inquilina.
Hubo segundos del mismo silencio incómodo, en los cuales su expresión cambio a una casi de odio, hizo un mohín con la boca, (nuevo detalle amable de él) y dijo con clara y audible, casi como escupiendo las palabras.
-Tienes razón. No te importa.- Parecía más enfadado que de costumbre, y se fue a paso rápido a su habitación, en ese momento supe que no habría almuerzo feliz y normal.
Una vez que quedé sola me permití sufrir con libertad y dejar fluir fuera de mí todo el daño que mis palabras habían hecho en mí, escondiendo un segundo significado en ella, casi de manera inconsciente y por otro lado, esa pequeña frase de mi parte, sentí como que algo dentro de mí se había hecho mil pedacitos.
Era cierto que a mí no me tenía que importar lo que el hiciera, pero en la realidad, me importaba más de lo que él podía imaginar, o de lo que yo pudiera alguna vez decirle, y esa sensación dolía, en algún lugar muy adentro, en un lugar que no sabía que podía doler tanto. El camino de regreso a mi rincón oscuro, se me hizo eterno.
En cuanto estuve sola en mi cuarto, me tomé la libertad de liberarme de las molestas lágrimas y con ellas, una nueva ola de sentimientos surgió. Ese perfecto, en el sentido literal, desconocido me había hecho conocer el amor sin palabras, sin proponérselo, pero ahora yo sufría porque él no era capaz de verme. Pero así como esos sentimientos llegaron, debían irse. Él ya tenía a alguien y yo, yo era solo alguien en el camino, alguien sin importancia.
Pasaros las horas y los minutos, la oscuridad ya se había apoderado de mi habitación, y lágrimas parecían haber cesado. Me había jurado a mi misma que una vez que me desahogara, esto pasaría a ser parte del pasado, debía convertirme en una persona nueva, dejar atrás mis sentimientos no correspondidos y velar por no perder los recuerdos que había conseguido hasta ahora. Si no podía ser su alguien especial estaba dispuesta, por patético que sonara, a mirarlo desde las sombras, de ser su amiga, compañera o lo que necesitase.
Mire el reloj, eran cerca de las nueve y media, había estado encerrada demasiado tiempo, miré mi reflejo en el espejo, me alarmé un poco por mi deplorable estado, pero concluí que podía ser atribuido a extensas horas de sueño. Busqué mi pijama en la maleta, que aún no terminaba de desempacar. El único modelo disponible, el cual era claramente del gusto de mi mejor amiga, era un conjunto bastante sugerente de dos piezas.
Salí de la habitación en modo silencioso, esperando alguna señal sobre si estaba sola o no, mientras bajaba me percaté de que no había ninguna luz encendida, así que él debía estar durmiendo, o seguramente había salido.
Llegué a la cocina relajada, el estar sola en la casa, me daba un nuevo sentido de libertad, aunque con tantas cosas en mi cabeza, ahora me encontraba exhausta y hambrienta, busqué leche y cereales y me permití comer un plato lleno, mientras devoraba con devoción mi primera comida del día, encontré mi reproductor de música, el cual debía haber quedado ahí en la mañana. Configuré la reproducción aleatoria y le di a Play, poco a poco la melodía comenzó a sonar, me gustaba tener variedad en términos musicales, la canción que sonaba ahora siempre conseguía animarme, quizás era el efecto del título; "Viva la Vida."
Me dejé llevar por la melodía, la letra y la hipnótica voz de Chris Martin, y sin darme cuenta estaba cantando, como si se me fuera la vida en ello, justo en la parte del coro, hice un giro dramático, sólo para encontrarme con que Él estaba parado frente a mí, con una musculosa blanca, unos pantalones de seda y con su cabellos hermosamente desordenado, y su inconfundible risa torcida.
-Sé que canto mal, puedes ahorrarte los comentarios Uchiha.- le espeté sin siquiera pensar lo que decía, las palabras sólo fluyeron, de algún lugar dentro de mí. Su cara cambió completamente, como si hubiese sido sorprendido haciendo algo que era secreto.
Otro momento de ese silencio, que había aprendido a odiar, habían sido demasiados para un solo día, así que solté lo primero que vino a mi mente.
-Voy a comer, y no me gusta hacerlo sola. ¿Quieres comer conmigo Sa-su-ke?- acompañe mi inocente frase con una sonrisa, aunque mentalmente estaba reprochándome, por sonar tan casual. Por un momento llegué a pensar que había conseguido perturbarlo, lo cual si no hubiese sido él podría haber sido algo posible.
-"Maldita pelirosa, ¿Quién se cree sacando conclusiones por su cuenta? Despreciándome a mí, Sasuke Uchiha. Y para completar actuando como si nada pasara; luciendo extremadamente… ¿Adorable?" Mi cabeza iba a explotar de tantas cosas que quería decir, Sin lugar a dudas Sakura Haruno se estaba convirtiendo en mi perdición.
Pero no se lo dejaría tan fácil, donde juega uno, pueden jugar dos. ."Aún no estoy vencido."
Lamento que no haya quedado tan largo como debía, pero me costó un mundo terminar, estoy medio falta de inspiración.
Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer, y gracias a todos los que me tienen en favoritos :)
Dejen sus comentarios, opiniones o sugerencias, es todo bien recibido, asi que espero muchos Reviews
Tratare de tener el próximo capi lo antes posible, Algo especial que quieran que pase? o que creen que pasará?
Me estoy llenando de ideas retorcidas :D cualquier cosa siéntanse libres de contactarme.
Nos vemos pronto
XoXo ;*