Hola a todos(as),

Espero que estén teniendo un muy buen fin de semana. Hoy, quiero dejarles el ultimo capitulo de Cuz we are Twins; ha sido un placer haber estado con ustedes todo este tiempo y ahora es hora de decir adiós :)

Debo agradecer a PixieGirl por haberme dejado traducir esta historia, a Devi por betearlo. Y a cada una de las personas que han leído y comentado esta historia. Como siempre para mí es un placer traer a nuestra lengua esas historias que me llegan al alma.

Besos,

-Loves


Te amo por PixieGirl

—¡No te lo llevaras lejos de mi! —los gemelos escucharon el grito de Anne y Tom de repente se sintió jalado cuando la mujer lo cogió de la camiseta —. Es mi hijo, ¡no es tuyo para que lo tomes!

—¡Para! —gritó Bill cuando Anne hizo caer a Tom al piso —. ¡Se terminó!, ¡me mentiste!

—¡Hice lo que tenía que hacer!

—¿Sabes? Si tú hubieses hecho esto de la manera correcta habríamos podido construir algún tipo de relación. Pero no, me lastimaste. Y no te quiero ver en mi vida —dijo Bill, ayudando a Tom

—Bill-

—¡No!, no más. ¡Me dijiste que estaba muerto! No puedo creer que fueses tan lejos-

—Tampoco yo —dijo Jorg que había llegado para clamar a su esposa.

Bill parpadeó. — ¿No lo sabías?

—No —dijo Jorg, volteando para encarar a Anne —. ¿Cómo pudiste mentir sobre esto?, ¿Cómo pudiste caer tan bajo Anne?

—Hice lo que tenía que hacer —repitió Anne miserablemente.

—No, hiciste lo que querías hacer —la corrigió el hombre. Luego volteó a ver a Tom. El chico lo miró directamente. Era claro que en verdad no aprobaba la relación de Bill y Tom, pero parecía aceptar que no había algo que pudiese hacer —. Lo lastimas y te buscare debajo de las piedras.

—No lo hare, señor.

—Cuida de él —dijo Jorg —. Llévenlos a casa —añadió cuando Georg y Gustav finalmente llegaron a la escena.

Cuando los cuatro chicos empezaron a hacer su camino fuera del aeropuerto, Bill volteó a ver sobre su hombro. Anne y Jorg claramente estaba discutiendo, pero incluso si lo hubiese podido hacer, Bill no quería escuchar de lo que hablaban. Los miró una última vez, prometiéndose que sería la última.

~8~

Bill y Tom no se soltaron de la mano en todo el camino a casa. Había un silencio cómodo en el carro, dejando que cada uno de los que estaban ahí pudiera pensar en todo. Georg y Gustav tenían que digerir sus propios sentimientos hacia su madre, mientras que Bill y Tom pensaban en lo que harían de ahora en adelante.

—En la próxima voltea a la izquierda —dijo Tom, rompiendo el silencio. Estaban de vuelta en Loichte, conduciendo por las calles familiares de su casa —. Por cierto, gracias.

—Nah, fue nada.

—No, si lo fue. Probablemente salvaron mi vida. Así que gracias —dijo Tom. Sintió como Bill le apretaba la mano un poco mas —. Es esta —dijo cuando llegaron a su casa. El carro paró pero ni Bill ni Tom se bajaron del carro.

—¿Cuándo, ehm, cuando es la boda? —preguntó Bill suavemente.

—No lo sé —dijo Georg sonriendo —. Imagino que será pronto.

—Me dejaras saber, ¿cierto?

—No lo dudes —prometió Georg —. ¿Y ustedes dos que planean hacer? Quiero decir, si no estoy mal ya no son hermanos legalmente. ¿Qué dicen, doble boda?

Bill rió. —Sí, estoy seguro que Lisa estará más que feliz.

—Si, no sé como luce Lisa pero estoy seguro que Bill sería la novia más hermosa y tendrá toda la atención sobre él —dijo Tom, Bill lo miró fijamente.

—¿Por qué tengo que ser la novia?

—¿Estas bromeando?

Hubo dos segundos de silencio y luego los cuatro chicos empezaron a reír histéricamente.

~8~

Trataron de ser silenciosos, en verdad lo trataron pero no importaba ya que tanto Simone como Gordon estaban despiertos.

—Tom Trumper, estas en grandes problemas jovencito. ¡Oh! —la regañina de Simone murió en su boca cuando vio a Bill. Lo miró por unos diez segundos antes de que Bill se encontrara siendo abrazado y casi cayendo —. ¡Gordon, ven acá! —gritó Simone.

—Cariño, estoy seguro de que Tom está bien… ¡Bill!

—Hola, pa —se las arregló para decir Bill —. Ma, ma… está bien. Regresé, ¡no me iré más! —dijo el chico palmeando suavemente la espalda de su madre.

—Mas te vale —dijo Simone cuando se separó dejando que Gordon también abrazara a Bill —. Te ataré al sofá si lo intentas.

Tom tosió pero nadie se dio cuenta.

—¿Estás bien? ¿Cómo llegaste tan temprano? —preguntó el hombre.

—Estoy bien, solo cansado… es una larga historia. Demasiado larga para contarla ahora —dijo Bill y para hacer evidente su punto, bostezó.

—Si, vayan a la cama —dijo Simone —. Necesito llamar a todo el mundo.

—¿Ahora? —preguntó Gordon.

—No me importa —dijo Simone cogiendo el teléfono. Bill y Tom usaron su oportunidad de irse sin ser notados e hicieron su camino a la habitación de Bill.

—Ah, he extrañado esto —dijo Bill cuando cayó en su cama —. Huele a ti —añadió y enterró su cabeza en la almohada.

—No me sorprende —dijo Tom y se levantó —. ¿Entonces qué tan cansado estas?

—¿Qué quieres decir? —preguntó Bill.

—Sabes lo que quiero decir. Quiero atarte —dijo el mayor y se acercó para besar la mejilla del otro —. Solo para asegurarme de que no te vuelvas a ir.

—Deberías saber que nunca haría eso —señaló Bill.

—Si, pero la idea de tenerte a mi merced es sexy.

Bill rió.

~8~

—¿Qué quisiste decir cuando dijiste que Georg y Gustav probablemente salvaron tu vida? —preguntó el menor. Se habían metido debajo de las cobijas y estaban tratando de esperar hasta que estuviesen solos. Aunque Simone y Gordon lo supieran o no, hacerlos escuchar sus gemidos y gruñidos no era jugar limpio, no cuando estaban tan felices.

—Solo lo que dije. Moriría sin ti —dijo el mayor, besando el cuello de Bill. El pelinegro se volteó para que quedaran cara a cara.

—Cuando ella me dijo que estabas… muerto. Todo desapareció. No podía sentir lo mas mínimo, todo había perdido su significado. Comía, me duchaba y me despertaba cada mañana solo porque eso es lo que siempre había hecho. Pensé que lo merecía. Matarme habría sido demasiado fácil. E imagino que algo en mi sabia que ella estaba mintiendo-

—Shhh —susurró Tom, cuando notó como la voz de Bill se quebraba —. No lo merecías. Nadie merece ese tipo de dolor, pero estoy feliz que no hicieras algo que no se podría deshacer —dijo y besó la nariz de Bill —. Es que creo que me gustas.

—¿Ah?

—En verdad me gustas —dijo Tom sonriendo —. Prométeme que siempre estarás conmigo. Hasta que la muerte nos separe.

Bill lo pensó por un segundo. —No —finalmente dijo. Riendo ante la cara de confusión de su hermano —. La muerte nunca nos podrá separar —agregó y la cara de Tom se relajó —, ¿sabes? Lo que Georg dijo tiene algo de sentido —dijo Bill, sonrojándose.

—¿Eso crees?

—Quiero ser un Trumper de nuevo —dijo Bill.

—Podemos ir a que lo cambien-

—¡Tom!, ¡se romántico! —se quejó Bill —. Quiero ser tuyo y quiero que todo el mundo sepa que lo soy. No me importa cómo se vea. Déjame ser tuyo —susurró.

El corazón de Tom se derritió. Miró a Bill a los ojos, asegurándose de que el otro chico estuviese diciéndolo en serio. —Esperaremos hasta graduarnos —dijo —, te prometo que haré un Trumper de nuevo.

~8~

Junio 14 del 2008

—¡Espera, espera, espera! —dijo Tom cuando él y Bill llegaron a la puerta de la habitación de Hotel —. Quiero hacer esto de la manera correcta.

—¿De que estas habl-?, ¡ah! —chilló Bill cuando Tom lo alzó en sus brazos —. Creo que me gusta la manera correcta —dijo sonriendo.

—Eso pensé —dijo Tom y abrió la puerta con lo que fue bastante esfuerzo ahora que tenia a Bill en sus brazos.

—¡Es tan hermosa! —dijo el menor cuando miró alrededor de la habitación.

—Todo es para ti.

—¡Aw! —exclamó Bill con una sonrisa —. ¡Te amo!

—¡Yo también te amo! —replicó el mayor y mas palabras no fueron necesarias. Sus labios se conectaron y Tom llevó rápidamente a Bill a la cama. Sus labios solo separándose cuando se quitaron las camisetas. Estaban hambrientos del otro, acercándose tanto como pudieran ahora que estaban conectados de todas las maneras posibles.

Sabían que no tenían que atar al otro más. No había forma en que los separaran. Tom besó a Bill en cada parte que pudo alcanzar del otro, disfrutando los suaves gemidos de placer que el menor soltaba. Los pantalones blancos del pelinegro pronto alcanzaron la chaqueta blanca que estaba en el piso y en casi nada de tiempo, Tom pudo alimentar sus ojos con el perfecto cuerpo desnudo del otro.

Bill no necesitó decirle a Tom que entrara en él. Era tan familiar, tan perfecto, era la forma en que debía ser. Nadie podría decir que estaba errado. Estaban tan cerca el uno del otro que fácilmente podían ser un solo cuerpo. Bill gimió cuando Tom golpeó su punto y todo su cuerpo se calentó.

Tom no tuvo que preguntar a Bill si estaba lastimándolo. Sabía que el menor confiaba en él lo suficiente y si lo estaba haciendo seria poco probable de que fuese un gran dolor. Tom rió cuando Bill gimió, sabiendo que el otro estaba disfrutando tanto como el haciendo que toda la situación se volviera aun más placentera.

Era su noche de bodas. Por supuesto que no habían tenido el sacerdote y la iglesia, pero Bill era un Trumper de nuevo y era todo lo que necesitaban para decir que estaban casados. Su historia era un poco extraña, bueno, realmente extraña, pasar de ser hermanos a un matrimonio. Pero no les importaba. Para aquellos que no sabían que eran pareja eran hermanos y no tenían porque saber más. Para ellos dos eran ambas cosas y eso nunca cambiarios.

—Tomi… —siseó Bill —… Tom, voy a-

—Si… yo también.

—En verdad, en verdad te amo.

~8~

Tom estaba acariciando el cabello de Bill, dejando ir sus dedos por él. Era sedoso y olía a vainilla. El pelinegro jugaba con las rastas del otro, completamente perdido en sus pensamientos. Estaba muy feliz. Era lo más feliz que había estado en su vida.

Finalmente se sintió completo.

—Gracias por ser el niño con el que choque —murmuró Bill.

—Gracias por chocar conmigo.


Miles de besos de cristal. Espero verlas(os) en una nueva historia dentro de poco.

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