Después de mucho tiempo de silencio, salgo de mi escondite para dar señales de vida y explicar mi ausencia. Esto va para largo ¿eh? Están avisados ;)
El pasado 2 de julio se cumplieron trece meses de que perdí a mi papá y aún es duro para mí. Practico mi fé católica, así que repetidamente me consuelan refiriéndome a que él está en un lugar mejor y que algún día lo veré. Créanme que ese no es el problema para mí; yo sé exactamente que mi papá está con Dios, porque él es la única persona que he conocido, por quien metería las manos al fuego sin dudarlo un segundo. Ese no es el problema. El problema es que lo extraño mucho.
Soy afortunada porque hay gente que pierde a alguien y se quedó sin decirle algo a ese alguien. Ese no es mi caso, porque toda mi vida le dije lo que significaba para mí. Aún así, aunque lo hubiera abrazado un millón de veces, aún me falta darle otro millón de abrazos, otro millón de besos. Añoro apoyar mi cabeza en su hombro y clavarme su clavícula, o simplemente restregar mi cara contra su mejilla recién afeitada...o hasta con la barba crecida para que me arañara.
El punto es que desde su muerte las cosas no son iguales para mí. Y no sólo hablo de cuestiones evidentemente prácticas, hablo de que la comida no me sabe igual, mi risa es diferente, cosas que antes que me importaban ahora me dejan hueca. Ese es parte del problema por el cual no he escrito absolutamente nada en éste año.
Ahora cuando me siento a escribir no puedo pasar de un par de líneas, lo releo...y no me convence. Creo encontrar mil faltas de ortografía,a aunque al checar el diccionario todo esté correcto, y que el nivel de redacción es de primaria. Dudo muchísimo de mi capacidad. No es que no quiera escribir, es que simplemente me siento incapaz de hacerlo.
Aunado a ello, realmente no tengo mucho tiempo. Me hago cargo del cuidado de mi abuelita y es tremendamente demandante, así que estar sentada en la computadora por más de 10 minutos sin interrupciones es un milagro que sólo ocurre en situaciones puntuales.
El resumen/diagnóstico de todo ello es muy simple: estoy deprimida. Una de mis amigas vivió lo mismo cuando murieron sus papás, pero estaba segura que yo lograría resistir la partida de mi papá sin caer en ella. Obviamente me equivoqué.
Sin embargo sé que tengo que salir de esto y seguir adelante, por mí, por mi familia y porque es lo que mi papá hubiera querido para mí. Cuando él se despidió de nosotros nunca quiso que llorara, para él era una dicha poder irse a descansar con Dios y me dijo que no tenía por qué llorar, porque todo estaría bien. Así que cuando me pongo triste siento que le fallo, y puedo fallarle a quien sea menos a él. A la persona que más he amado en la vida.
Me he aventado un dramón larguísimo para explicar, pero creo que la explicación simple del porque no he podido escribir no me salía en pocas palabras. Y miren que lo intenté. Pero he recibido muchos mensajes de ustedes preguntando, algunos haciendo mención al anterior post, y me sentí en la obligación de explicarles a todos ustedes cómo estaban las cosas.
Aunque ahora que lo pienso parece que sueno como una víctima, no me considero así. Mi papá siempre decía 'así es como tienen que ser las cosas y ni modo'. Y tiene razón. Todo lo malo en ésta vida pasa, es sólo que la herida no he podido cerrarla de la mejor manera posible pero sé que cerrará.
En fin. Tengan por seguro que terminaré mis fics, se los prometo, pero ténganme mucha paciencia porque el tiempo y la inspiración son un bien muy escaso para mí.