Tres hombres y una Kunoichi
De antemano está decir que los personajes de Naruto no me pertenecen y que esta historia está escrita sin fines de lucro :) solo por mera entretención.
Aclaraciones:
-blablablabla los personajes hablan
"blablabla"Inner de Sakura
Pensamientos
-----flash back----
--------------- cambio de escena
Si más que decir….espero les guste mi historia :D
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Capítulo I: El peor día de mi vida.
Un tic nervioso se apoderó de su ojo derecho mientras escuchaba su vocecita-o más bien vocezota-interna, presagiar todos los deseos asesinos –y vaya que habían muchos- que quería acometer hacia la anciana que se hallaba frente a ella. La mujer se llenaba la boca con mil excusas mientras dejaba escapar leves risitas nerviosas al notar el incesante palpite de la vena que pasaba por la sien de la chica.
La kunoichi contuvo el aire un par de minutos y luego lo dejo escapar en forma de suspiro, ya no tenia caso seguir alargando más la situación…además, errar es humano…¿verdad?
Miró nuevamente a la mujer que se encontraba atenta a cualquier indicio que le advirtiera que debía escapar. Sonrió lo más conciliadoramente posible tratando de calmar a la anciana, que ya a estas alturas, temblaba tanto que casi no podía mantenerse en pie.
-no se preocupe Ayumi-obaa-san… cualquiera puede cometer un error ¿no?- dijo tratando más convencerse a si misma que a la mujer, la cual seguía disculpándose
-lo lamento tanto mi niña… ¡no se como poder compensarte esto!
La kunoichi miró nuevamente sus pertenencias, todas, ¡absolutamente todas se encontraban en la calle, esperando al camión de la basura!
Sus ropas, sus muebles, su cama…todo estaba mojado por la lluvia-que nadie se explicaba de donde había salido puesto que era verano- del día anterior y cubierto por lodo. Con suerte había podido salvar algunas prendas que se encontraban dentro de las cajoneras.
Pero a pesar de todo no podía concebir que la mujer le creyera tan débil que por un día de retrazo en una insignificante misión… ¡la haya dado por muerta! Y por ende tiró todas sus cosas a la calle y para rematar el asunto, había vuelto a alquilar el edificio en un dos por tres…
-mi niña… ¿tienes donde quedarte?
La pregunta le descolocó un poco. Ahora que se daba cuenta, no había pensado donde quedarse. Aunque eso no era problema, puesto que tenía a varias personas a quien pedirle hospedaje, al menos hasta que consiguiera un buen lugar y reunir lo suficiente como para reponer todo aquello que se arruinó con la lluvia.
-etto…si-contestó la chica-…con eso no habrá problema, descuide Ayumi-obaa-san
La mujer sonrió aliviada. Todo indicaba que le había sacado un peso de encima. La chica tomó el pequeño bolso que había logrado armar con sus ahora pocas pertenencias, y se despidió de la anciana.
"maldita vieja…"
-ey no seas tan dura con ella…solo se equivocó es todo…
"si, si…como no… solo quería deshacerse de nosotras"
-te recuerdos que nadie sabe de tu existencia tontita…
"¡¡porque tu no dejas expresarme tontota!!"
La chica rodó los ojos y suspiró con frustración. Lo último que deseaba era tener una discusión con su queridísima Inner, la cual no dejaba de gritarle lo tonta que era por no haberle sacado las tripas a la anciana.
-y yo que pensé que tendría un día relajado…
Golpeó varias veces la puerta pero sin respuesta alguna. Suspiró ofuscada mientras se apoyaba contra la pared dejándose caer lentamente hasta sentarse en el piso.
Había ido a buscar a la Hokage a su despacho para pedirle alojamiento, que de seguro ella podría otorgarle sin mayor problema, pero le habían dicho que se encontraba en su casa, puesto que tenía asuntos pendientes. Desde que llegó, había pasado una hora y nadie salía de allí.
Observó nuevamente la puerta e insistió un rato más con el dichoso golpeteo que hasta a ella, la tenía bastante irritada. Hasta que la puerta se abrió, dando paso a una bastante desaliñada y ruborizada Tsunade.
-S-sakura ¿Qué haces aquí…?-preguntó la mujer mientras torpemente arreglaba un poco su pelo y ropajes.
-e-este…lamento molestarla Tsunade-sama…pero… por un error mi casera en el tiempo que estuve en misión alquiló mi cuarto y ahora no tengo donde quedarme…-contestó la chica mientras la observaba expectante a cualquier reacción que le indicase que la mujer aceptaba recibirla en su casa, pero esta nunca llego.
-¿y…?-le insistió la rubia a que prosiguiera mientras miraba de reojo la puerta
-y…bueno… quería saber si usted me permitiría…
Antes de poder finalizar, la puerta se abrió estrepitosamente mostrando la imagen de un hombre bastante ebrio y en calzoncillos, con botella en mano.
-Tsunade… ¿por…por que… te demoras tanto en volver a la cama…?-preguntó el este mientras la sujetaba de la cintura y besaba su cuello
-Ji-Jiraiya… ¡te dije que esperaras adentro!-tartamudeó la mujer mientras miraba el rostro de su discípula, el cual era un poema-e-este…Sakura…
La aludida la observó y luego al hombre quien sonreía picaramente sin soltar a la Hokage, quien ya no daba más de vergüenza.
"¡¡¡SHIIIIAAAA!! ¡TSUNADE ES UNA PERVERTIDAA!"
Sintió nuevamente el tic apoderándose ahora de su labio superior derecho. Miró nuevamente a la pareja y sonrió lo más afable posible.
-l-lo s-siento Tsunade-sama… no sabía que estaba…que estaba acompañada…-con esto último la joven tomó sus cosas-l-los dejo para que…
-¡¡Sakura espera!!
-¿si…?-preguntó la kunoichi aparentando calma
Vio a la Hokage murmurarle algunas palabras al hombre, el cual suspiró ofuscado y entró murmurando entre dientes un "bien…" luego se acercó a la pelirosa y la tomó por los hombros.
-Sakura…quiero que me prometas que no dirás ni una sola palabra de esto ¿me escuchaste?...porque sino…-los ojos de la mujer se volvieron sombríos-…te mato…
Una ventisca pasó por su espalda haciéndola temblar. Apenas si pudo asentirle a la mujer, la cual sonrió ampliamente.
-bien ahora que está todo arreglado… ¡te deseo suerte Sakura!...-le expresó la mujer sin dejar de sonreír aterradoramente- ¡nos vemos!-se despidió mientras cerraba la puerta con un portazo.
No supo cuantos minutos pasó allí tratando de asimilar lo ocurrido, solo sabía que gran parte de su día se había pasado y ella aún no tenía donde quedarse.
Suspiró irritada y comenzó a caminar hacia la casa de aquella que alguna vez fue su amiga, luego se convirtió en su enemiga y que ahora, nuevamente era su amiga.
Si…ella iba a pedirle hospedaje a su amiga Ino, la cual, estaba segura la recibiría con los brazos abiertos.
"no puedo creer que te humilles antes la cerda…"
-cállate…-gruñó la joven tratando de golpear mentalmente a su inner
Miró la puerta de la humilde casa de la rubia y sonrió al ver el pequeño jardín lleno de hermosas flores. Sabía que a su amiga le encantaban los arreglos florales, no por nada trabajaba en una florería.
Antes de que tocara la puerta, uno extraños sonidos la detuvieron. Parpadeó tratando de asimilar aquello y al hacerlo…enrojeció furiosamente, por lo que se apresuró a darse la vuelta e irse de allí.
"¡¡yiiiia!! ¡¡Te dije que era una cerda!!!"
Otra vez el tic se apoderaba de su ceja y de su labio, exasperándola aún más. ¿Es que a caso ese era el día mundial del sexo?
Suspiró tratando de calmarse. Sabía que estaba exagerando. Que dos de las personas a las que ella intentó recurrir, estuvieran con sus…emmm…parejas, no significaba que era el día internacional del sexo… ¿o si?
"de ser así tu también estarías haciéndoselo a alguien…."
-¡¡te dije que te callarás!!
Se dejó caer pesadamente sobre la banca del parque, mientras dejaba escapar el aire contenido para tratar de disipar la frustración.
Miró la fuente que se encontraba frente a ella mientras fruncía el seño y maldecía su suerte. Luego del fiasco con Tsunade e Ino, decidió ir a la casa de su antiguo sensei, el cual no se encontraba en casa. Luego decidió ir donde Ten-Ten, la cual estaba con Neji en una misión…y por último a Hinata, quien la había aceptado sin chistar en su casa, pero su familia no y la echaron con viento fresco de ahí.
¿Es que acaso ese día no podía ser peor?
Sintió como sobre su cabeza caía la lluvia…lluvia que no se había pronosticado para ese día…puesto que se hallaban en ¡VERANO!
"¡¡DEFINITIVO…TE ORINÓ UN PERRO!!"
-yo diría que un elefante…-contradijo la pelirosa sin dejar de fruncir el seño