Summary: Al liberar a los prisioneros de Orochimaru, Sasuke se encuentra con quien menos se esperaba, su antigua compañera pelirrosa retenida en una de las celdas. Ella al despertar le ofece un trato, ¿que es lo que querrá?...- no voy a volver a Konoha.....- eso me da igual Uchiha. Sasusaku
Advertencia: posibles spoilers del manga.
Ni Naruto ni sus personajes me pertenecen.
El pacto
Capitulo 1. reencuentro inesperado
Una,…dos,…tres…
Contaba las gotas que caían del techo de esa mugrienta celda donde la tenían encerrada y encadenada. Llevaba días haciéndolo, o tal vez semanas, ya había perdido la cuenta. En realidad, para ella el tiempo había dejado de tener sentido.
Abrió los ojos levemente y observó a su alrededor. No podía ver mucho pues la luz era escasa, de todas formas pensó que si hubiera más probablemente heriría sus ojos ya acostumbrados a la penumbra.
La celda era pequeña y húmeda, no tenía ni siquiera un triste colchón o catre para poder sentarse, serían demasiadas comodidades se dijo amargamente.
Desde su posición podía ver los barrotes de la puerta. De hecho, creyó que la habían colocado expresamente para que pudiera observarlos. Otra tortura más, odiaba los barrotes con toda su alma, le recordaban que estaba encerrada, la ahogaban en su propia desesperación, la herían más que las cadenas que se clavaban en sus muñecas lastimando su piel.
He fracasado antes de comenzar, este oscuro pensamiento llegó a su cabeza.
Era verdad, la habían apresado pocas semanas después de dejar la villa. No se lo había puesto fácil ciertamente, había peleado con uñas y dientes contra los ninjas que la atacaron aunque estos la superaban en número masivamente, pero no había sido suficiente, algunos de ellos poseían el sello maldito, y finalmente se había quedado sin fuerzas.
Maldita sea, si el miserable de Kabuto no hubiese llegado cuando se encontraba malherida estaba segura de que habría logrado escapar. El muy cobarde había lanzado contra ella a los ninjas para que la agotaran, dejándola sin chakra para después darle el toque de gracia.
Sabía que iba a morir, la habían torturado sin descanso durante días intentando sacarle información sobre Konoha y ella había aguantado sin decir nada. Pero algo extraño ocurría, hacía tiempo que nadie iba a molestarla, quizá se han olvidado de mi pensó, o tal vez se habían cansado de que no hablara y habían decidido dejar que muriera.
No podía escapar, de eso estaba segura, ya que habían drenado su chakra hasta un punto que le impedía siquiera ponerse en pie.
Un sentimiento de alivio y a la vez de culpa se apoderó de ella. Le daba igual morir, a esas alturas era casi una liberación. Pero la angustia la invadió cuando pensó en lo que dejaba atrás.
- Le he fallado, le prometí que no lo dejaría solo y no he podido hacer nada. Espero que Naruto termine lo que yo empecé, debe salvarlo, él les convencerá para que lo rescaten.
Si, definitivamente el rubio lo haría, confiaba en el plenamente. El problema era que ni siquiera sabía que ella no podría cumplir con su cometido, probablemente pasarían semanas hasta que les llegaran noticias de que estaba prisionera, o muerta.
No la buscarían, ya que había dejado la aldea con el permiso de la Hokage para ocuparse de una misión personal. Por ello había partido sola y sin portar la habitual banda con el emblema de la villa. Naruto se había ofrecido a acompañarla, pero debido a que Akatsuki lo perseguía no se le había permitido.
Tsunade había intentado enviarla con todo un escuadrón y hacer la misión oficial, pero el Consejo en pleno se había opuesto ya que la situación era delicada y no podían arriesgarse a provocar una guerra abierta.
De este modo, la Quinta le había dado permiso para partir sola, pues estaba segura de que se iría con su autorización o sin ella. Por eso aunque lo que su alumna se proponía era muy peligroso, la había dejado marchar pensando que no podía prohibirle algo como eso, en su lugar probablemente habría hecho lo mismo, de modo que hizo todo lo que pudo para ayudarla.
Debido a esto, estaba segura de que su compañero y su maestra harían todo lo que estuviera en sus manos para rescatarlo cuando se enterasen de que ella había fallado, aunque para la kunoichi ya sería tarde esperaba que al menos lograsen ayudarle a él
- Es todo lo que me queda, no pueden dejar que le pase nada es solo un…
De pronto, una luz cegó los ojos de la chica encadenada interrumpiendo sus pensamientos. Oyó el ruido chirriante de la puerta al abrirse, y por ella entró un muchacho delgado de pelo celeste con una gran espada colgada a la espalda, que se acercó a ella. La prisionera retrocedió por instinto ya que no conocía a este extraño sujeto.
- Tranquila no te haré daño, vengo a liberarte- dijo mientras sacaba una llave- a cambio tú sólo tienes que difundir este mensaje: Uchiha Sasuke ha matado a Orochimaru-sama y nos ha liberado.
La chica abrió sus ojos con sorpresa. ¿Uchiha Sasuke había dicho?, no puede ser, definitivamente estar encerrada la había trastornado por fin.
- ¿Quién has dicho que me libera? - preguntó con voz rota y tono irónico para confirmar si había oído bien.
- Uchiha Sasuke – el chico del pelo celeste se había arrodillado junto a ella para soltarle los grilletes.
La muchacha rió amargamente. Tiene gracia pensó, o he muerto y estoy en el infierno, o es que la vida tiene un sádico sentido del humor.
- ¿Está aquí?, ¿le conoces?- preguntó dejando de reír.
- Si – respondió con tono cauteloso. Tal vez esta chica ha perdido el juicio, es una lástima pensó, después de todo es bonita.
Ella le dedicó una mirada con un brillo febril mientras sonreía amargamente, mostrando unos blancos dientes entre sus agrietados labios.
- Pues dile que Haruno Sakura tiene información muy importante para él y le ofrece un trato - dijo sin perder la sonrisa, la prisionera ya liberada.- Llévame a verle, te aseguro que se alegrará cuando oiga lo que tengo que proponerle.
La pelirrosa trató de ponerse en pie, pero sus piernas no la sostuvieron y cayó sobre el sucio suelo de la celda.
- Creo que necesitas algo de ayuda - dijo el ninja mostrando una sonrisa llena de dientes en sierra, al mismo tiempo que se agachaba y recogía a la muchacha del suelo cargándola en brazos. En ese momento se dio cuenta de que la kunoichi apenas estaba consciente.
- Seguro que Sasuke me mata por traerla, dirá que es un estorbo – masculló mientras se dirigía a la habitación donde aguardaba el Uchiha.
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Sorprendido, aunque nunca dejaría que su expresión lo dejara translucir. Realmente, hacía muchos años que algo no lo descolocaba de aquella manera.
Se encontraban a las afueras del escondite Sur al que habían ido para reclutar a Karin. Un fuego crepitaba en el centro del improvisado campamento, y todos descansaban sentados en el suelo. Un poco alejada de la hoguera, recostada y envuelta en vendas, se encontraba el motivo de la sorpresa del imperturbable Uchiha.
Su compañera de equipo. Después de tanto tiempo sin verla, se la encontraba en el lugar más inverosímil y en el peor estado en el que nunca la había visto.
----Flash back----
-¡¡¡¡Sasuke!!!!
¿Pero por qué demonios Suigetsu gritaba tanto?, le había mandado a liberar a los prisioneros y él parecía querer tirar abajo el lugar con sus gritos. Karin se colocó rápidamente sus gafas y se apartó del pelinegro. Finalmente había accedido a acompañarlos, aunque según ella era porque llevaban el mismo camino.
En el momento en el que el Uchiha se disponía a salir para averiguar que le ocurría al ex ninja de la niebla, el mentado apareció en la puerta de la habitación con una muchacha inconsciente en brazos.
Sasuke estaba a punto de recriminarle en qué diablos pensaba recogiendo a una prisionera por muy herida que estuviera, cuando reparó en el color del cabello de la chica…rosa…el sharingan coloreó sus ojos como único signo de incredulidad intentando detectar si se trataba de una ilusión. No lo era. Volvió su mirada hacia el joven que la cargaba en una muda interrogación.
- Vaya. Veo que la conoces, al menos ella parecía conocerte a ti- le dedicó una pícara sonrisa - me dio un mensaje, dijo que Haruno Sakura tiene información importante y te ofrece un trato que te interesará.
- ¿Trato?- eso no era muy propio de Sakura. Al menos eso pensaba él, ya que siempre había considerado que la pelirrosa era una de esas personas que ayudaban a la gente sin pedir nada a cambio, cosa que personalmente le parecía una estupidez.
- No lo dijo, personalmente creo que estaba un poco ida, tal vez deliraba, mírala, la han torturado sin piedad. - Suigetsu compuso una mirada de ira. Él era un asesino, y le gustaba derramar sangre como al que más, pero al ver a la "pequeña" de ojos jade tan magullada se había dado cuenta de algo. A partir de ahora no matare ni torturare mujeres lindas. Se sonrió ante este pensamiento mirando a Karin, pues ella no entraba, según él, en esa definición.
- Sasuke-kun, seguramente dijo eso para que ese baka no la dejara abandonada en la celda – habló la pelirroja.
- ¡Calla bruja! ¡Oe, Sasuke! creo que no perdemos nada por escucharla. Ella no tardará en despertar si la atendemos un poco, y si lo que nos dice no nos interesa tampoco habremos perdido mucho tiempo ¿ne?.
- Hmp - el pelinegro se encaminó a la puerta sin mirar a nadie y cuando llego al dintel giró levemente su cara sin volverse – acamparemos fuera esta noche.
Suigetsu sonrió mirando a la chica de gafas con desafío, ella por su parte tras dedicarle una mirada de odio salió tras el Uchiha sin decir nada.
---Fin del Flash back---
La habían curado lo mejor posible. Bueno, Karin a regañadientes había sanado sus heridas con un jutsu medico y eliminado el sello de su muñeca que le limitaba el chakra, se lo ponemos a todos los prisioneros para que no den problemas había dicho la pelirroja, y después había dejado que Suigetsu se ocupara de ella argumentando que había hecho todo lo posible y no pensaba mover un dedo más.
El pelinegro por su parte, se había limitado a observar sentado contra un árbol. No había podido dejar de notar el cambio experimentado por su compañera en esos años, su cabello había crecido hasta quedar por debajo de sus hombros y su cuerpo era ya el de una mujer, pero sigue siendo una molestia de eso no hay duda pensó con arrogancia.
El ninja del pelo celeste se levantó del suelo y se acercó a la dormida pelirrosa mirándola con el entrecejo fruncido.
La inaguantable de Karin había dicho que según la velocidad a la que recuperaba el chakra tardaría un par de horas en despertar, pero ya habían pasado y la chica no abría los ojos. De modo que se inclinó sobre ella para comprobar porque no reaccionaba, alargó una mano para posarla su frente, pero antes de que pudiera llegar a rozarla unos ojos verdes se abrieron alarmados, y con un rápido movimiento el ninja se encontró tocando con la espalda en el suelo y con un kunai en su garganta sostenido por una hostil pelirrosa que se hallaba sentada sobre él impidiéndole moverse.
- ¿Quién eres tú y dónde estoy? – preguntó con tono frío la kunoichi que miraba a su alrededor cautelosamente intentando descubrir algún peligro todavía oculto. Se encontraba desorientada, sus ojos no terminaban de adaptarse a la luz y le dolían, además sus sentidos todavía estaban confundidos y aletargados.
Recordaba la celda donde los subordinados de Orochimaru la habían tenido retenida por semanas, y luego confusamente a un muchacho mencionando algo sobre Sasuke y quitándole los grilletes, pero la idea se le hacía tan extraña que pensó que lo había soñado.
- Suigetsu, te liberé y me pediste que te llevara con Uchiha Sasuke – le dijo tranquilamente pese a tener un arma rozándole el cuello.
- Si…lo recuerdo- dijo débilmente, de pronto las imágenes de lo que ella había creído un sueño volvieron a su mente- ¿entonces dónde está? – exigió saber la pelirrosa recuperando su tono duro.
- Parece que ya estas recuperada Sa-ku-ra.
Se oyó una voz a espaldas de la chica que se levantó rápidamente, provocando que su cuerpo aun convaleciente se resintiera. Se aferró con firmeza al kunai mientras intentaba enfocar la figura de la persona que había hablado. Reconoció su voz al instante, la tenía grabada a fuego en la memoria.
- Uchiha.
Nadie se atrevió a decir nada en ese momento. Los dos ex–compañeros de equipo se miraron en silencio unos instantes mientras el viento agitaba oportunamente sus cabellos dando al momento más dramatismo.
No se movieron, simplemente se observaron el uno al otro reconociéndose, buscando facciones similares a las de los niños que eran cuando compartían las misiones del equipo siete.
Al pelinegro no se le escapó el hecho de que se había dirigido a él llamándolo por el apellido, no habría más Sasuke-kun, esto le hizo enarcar una ceja.
Puede que intente aparentar que ha cambiado y que ya no es la débil niña que le seguía a todas partes pero en el fondo no le engañaba. Él sabía bien que detrás de esa fachada que mostraba, con tono frío y pose desafiante, se encontraba la débil kunoichi de su antiguo equipo, una molestia, siempre necesitando ser protegida, seguramente no aguantaría mucho con esa falsa mascara y en cualquier momento se desharía en lagrimas como siempre, sonrió con suficiencia.
Por su parte la pelirrosa le devolvía la mirada de la misma forma, él había crecido como todos ellos aunque tenía que admitir que los dieciocho años le quedaban estupendamente.
Sigue siendo el mismo arrogante de siempre, con esos aires de rey del mundo. Ni siquiera el hecho de ser un traidor renegado podía bajarle los humos y hacerle dejar de pensar que todo el mundo debería estar agradecido porque él se dignase a mirarlos.
Contuvo un bufido de exasperación. Le había visto alzar una ceja con altanería cuando ella le había nombrado por el apellido. ¿Acaso esperaba un Sasuke-kun, mientras le abrazaba entre un mar de lagrimas?
Sí, eso era lo que había pensado. Pues ya podía sentarse a esperar.
Sus expresiones seguían siendo las mismas y ella había aprendido a interpretarlas hace mucho tiempo. Él era un chico de pocas palabras, pero si se ponía atención, podías ver los pequeños gestos que en él sustituían a frases enteras.
Sakura era capaz de descifrarlas casi inconscientemente, ya que cuando eran gennins había pasado todo el tiempo que podía junto al Uchiha, y de este modo había asimilado todos los matices de este mudo lenguaje para poder mantener una conversación con él sin pensar que hablaba sola.
Se sorprendió a si misma al darse cuenta de que recordaba todo aquello que hacía algunos años había formado parte de ella, pero que creía olvidado. Bueno, al menos le sería más fácil tratar con ese bastardo traidor si podía entender sus estupideces.
- Me parece que tienes algo que proponerme – al ver que la pelirrosa no se movía se decidió a romper el silencio.
- Así es.
Bueno ¿qué os ha parecido?
Al ser el primer capítulo se han creado bastantes incognitas por ejemplo la extraña "misión" de Sakura pero tranquilos que a lo largo de la historia se irán desvelando.
Al principio la historia seguirá un poco la trama del manga pero sólo en los primeros capítulos y levemente así que no será igual, pero es necesario para el desarrollo.
si teneis alguna duda o sugerencia ya sabeis que me encantan los reviews jeje intentaré contestarlas lo mejor posible.
El próximo capítulo estara listo en unos tres o cuatro días espero, así que no tardaré mucho en publicar.
Besos Ela.