Los personajes son pura y exclusivamente propiedad de Stephenie Meyer.


Dulce pesadilla

Poso la mano en el duro pecho y se dedico a contar los latidos de su corazón. Era una delicia para los sentidos, el contrate de su piel caliente contra el frio viento marino y disfrutar del tiempo así, sin más , disfrutar de la compañía.-

Apreció una mano y recorrió suavemente su espalda. Ella aprovecho el movimiento y se apretó un poco más sobre los deliciosos músculos. Suspiro. Este era su sitio en el mundo, lo siento en su cabeza y en su corazón.

De pronto, la luna desapareció y el mar se volvió negro, el corazón ya latía como el del un colibrí, pero algo en su instinto de lobo hiso que ese musculo latiera más y más como si estuviera a punto de estallar.

Los músculos le cosquillaban mientras movía la cabeza tratando de encontrar la calidez. Pero ella ya lo sabía, estaba sola, y las manos le…

En un segundo los sentidos se bloquearon y la nariz le cosquillo. ¿Ese olor? Lo conocía bien, era el miedo.

Por puro instinto se incorporo y comenzó a correr entre la negrura.

Solo cuando tuvo que cruzar una pendiente se percato de que esta no era Leah, bueno, no la que esperaba. Corría sobre cuatro patas, la lengua le colgaba fuera de su boca y su pelaje se movía esclavo de la brisa. – Maldición- Gruño, ni siquiera ella noto lo de su transformación.

Tomo impulso y salto al vacío. Ese olor, ese olor, lo conocía y le desconcertaba el corazón. Era el miedo mezclado con algo.

Piso tierra firme y como si estuviera cronometrado un grito desgarrador salió de la nada. Era como ver una película. Un gran lobo acorralaba a un muchacho, el movía sus extremidades torpemente tratando de escapar de los dientes de el animal, pero era lento, así que no logro hacer un par de paso hasta que cayó pesadamente al suelo. El animal coloco su gran manaza sobre el pecho del chico y como todo un depredador mostro sus dientes en un gruñido.

Era brujería, era inercia, lo que fuera pero el cuerpo de Leah salió disparado como un rallo dispuesta a atacar a él licántropo.

Cuando las bestias se enfrentaron el aire escapo de los pulmones de la mucha . Nunca había tenido un espejo para ver su cuerpo de lobo, pero ella lo supo. Los mismo ojos, el mismo pelo, los mismo dientes, pero no la misma expresión. Sintió el ruido de pasos y por poco el animal cae sobre sus patas cuando vio detrás de la cola de su rival. El muchacho mira con horro ambos lobos como si estuviera shock, apunto de gritar.-

Leah no necesito nada más para comprender lo que pasaba.-

-¡Leah! ¡Leah para! ¡Para!- Entre la inconsciencia Leah escucho la voz de Seth a lo lejos.

- ¡Despierta Leah! Para de gritar! ¡Basta!- Ella abrió los ojos de golpe y se encontró en el suelo de su habitación con las sabanas hechas un revoltijo en sus pies y la cara de de pánico de Seth a poco centímetros de su rostro.-

-¿Qué quieres?- Articulo con voz ronca.

-¿Qué quiero? Estas gritando como un loca en medio de la noche, peleando con las sombras y solo se te ocurre decir eso. Leah qué diablos te pasa.-

-Emm nada, es que ya no se puede ni dormir en esta casa- Dijo mientras se acomodaba de nuevo en su cama.

-¡Dormir! pero si por pocos despiertas a los vecinos ¿Qué te pasa?- Repitió. Era la primera vez que la muchacha veía esa cara en su hermano, el ceño y las pequeñas arrugas al costado de su boca le daban un aspecto nuevo, parecía mayo, se parecía a su padre.-

-¿Qué estabas soñando?- Su voz sonó dura en el silencio de la noche.

- Yo nada Seth, debe ser alguna tontería.-

-Tonterías o no, por poco hacen que me de un ataque- Grito exasperado su hermano y ambos se sumieron en el silencio. Mencionar ataques al corazón no era bueno para ellos.

-Dime Lee, de que se trata.-

-Nada Seth, en serio, solo debe ser la pizza de mamá la que me hizo soñar cosas raras.- Seth no contesto y se quedo hipnotizado viendo a su hermana. Ella era fuerte, orgullosa y nunca mostraba debilidad y verla así tan fuera de lugar lo asusto… y mucho.

-Esta todo bien Lee- Dijo en un susurro.

-Si Seth, y ya vete antes de que se despiertes mamá quieres.- Su voz era cansada, pero el sabia que ocultaba algo.

Leah volvió a su lugar las sabanas y se agarro con fuerza a su almohada rogando por qué no fuera cierto lo que presentía.

Jacob corría a su izquierda en una absurda competencia por ver quién de los dos era el más rápido. Ella no dijo nada y ni diría nada, era una señal de protesta ante la manada. Ellos la habían abandonado y ella haría lo mismo de alguna u otra forma.-

Llegaron al punto de reunión y se le escapo un gruñido, había perdido.

-Jared tu iras por el norte, cuarenta kilómetros hasta el riachuelo y luego…- Sam comenzó con su discurso y Leah se dedico a pensar en... nada.

Voces, y más voces era lo que Leah escuchaba. El hecho de que estuviera con cara de concentración, el ceño fruncido y sin mover un solo músculo no significaba que estaba prestando atención a lo que decían.

-Embry y Quil, ustedes irán por la frontera con los Cullen. El que no tengamos ningún problema con los chupasangres, no significa que dejemos de vigilarlos…

Ahí estaban de nuevos aquellos murmullos, y la pobre loba se preguntaba, el por qué no se podía concentrar. Eran una estúpida reunión más con su atenta manada, pero por alguna razón no todo era como pensaba.

Leah apretó la mandíbula y hundió las garras en el lodo. Blanco solo piensa blanco… blanco, blanco, se repetía- Bien tal vez esto fuera más fácil si pudiera dejar de pensar- Se dijo irónica

-Leah, a ti solo te toca patrullar por la costa, te lo mereces después del plantón de ayer- Le dijo Sam con tono serio. La loba asintió y todos se separaron.

Una de las ventajas de ser lobo, era el poder disfrutar de la velocidad, de la brisa chocando contra el cuerpo cuando corría. Con salto majestuoso atravesó un claro y callo con gracia sobre sus patas delanteras. Siguió atravesando el verde bosque hasta que una luz celeste la recibió. Había llegado a la playa.

Disminuyo la velocidad y se dedico a contemplar las olas, que tenían un cierto efecto hipnotizador. Se sento sobre sus patas traseras y se dedico a contemplar el paisaje.

No puedo evitar el estremecerse al recordar a esos patanes, sus manos y sus cerdos comentarios- Estúpidos- Se dijo internamente- Y volvió a temblar, pero esta vez al recordar esa mano sobre su piel, la voz cantarina y preocupada, su cabello despeinado.-Suspiro-No podía, y mucho menos después de su sueño.

-¡Lee!- Alguien dijo con voz jadeante- ¡Mierda!- Era Seth y sonaba tan desconcertado.

Leah se maldijo, y maldijo la estúpida telepatía lobuna. Se impulso sobre sus patas para comenzar la huida pero… ya era tarde.

Una gran figura licantropía salto de entre los árboles, y Leah volvió a murmurar, cualquiera menos el dijo.

-¡Leah Clearwater!- Gruño Sam, parecía todo un depredador mostrando sus dientes, sus orejas levantadas, su ojos llenos de rencor - ¿Quién es el? – Rugió.

-De que, que hablas-

-¡Leah!- Bueno acerce la tonta no funcionaria en esta ocasión- ¿Por qué mierda no nos dijiste que esos estuvieron aquí, y por qué diablos no nos dijiste lo que paso?- La palabra "esos" sonó con tanto asco que tubo que tragar saliva.

-No es nada Sam, no sé por qué hace un drama.-

-¿Escucha! Si es todo un drama que ese par de imbéciles trataran… trataran de tocarte- Dijo con dificultad- ¡No, no lo niegues porque lo vi al igual que todos! Y aun peor Leah, cuando mierda pensabas decirnos de tu imprimación.-

El aire se evaporo de los pulmones de Leah y su cuerpo se puso rígido como había dicho las palabras que tanto temía, las palabras que no debían decirse en voz alta.

-¿Qué… que locura dices? Yo… yo no, no puedo- Y movió la cabeza hacia los costados negando.

-No te hagas la tonta Leah- Sam parecía tan seguro y serio.

-¡No! – Grito con fuerza en su cabeza- ¿Yo, yo no puedo, de quien?-

- Lee- Escucho a su hermano decir bajito- Tranquila-

-No, no te creo estas mintiendo. Todos son unos mentirosos entrometidos ¡Los odio, odio esto, los odio!- Y con eso la loba salió dispara de nuevo hacia el bosque mientras gruesas gotas se desprendían de sus ojos.

Leah no era tonta, también lo sabía. Sintió lo mismo que sus compañeros al ver a Tom. La piel le cosquillaba y el corazón parecía a punto de estallar. y sobre todo siento ese profundo dolor cuando lo vio alejándose por la costa.-

Ella se había imprimado.-


N/A: Estoy viva 03:15 am y yo tendria que estar estudiando fotografia. Si la suerte me acompaña mañana subo el ultimo capitulo.

Gracias por leer y esperar. Ah! Y no olvidarte de mis historias.