Hola que tal mis queridos lectores! Antes que nada quisiera ofrecerles una disculpa, pero no una como las anteriores, sino una de verdad. Hace ya casi un año había dejado este fanfic, que en algún momento llegué a pensar que no terminaría, pero no por que quisiera, sino por falta de tiempo. Como ustedes saben (y muchos me darán la razón) a medida que uno crece comienzan a haber más responsabilidades y deberes, y las intereses y pasiones de muchos se dividen y a veces hasta se limitan, este es mi caso. Mi vida dio un giro tremendo y he tenido que acoplarme, y eso la verdad me dejó bastante bloqueada un tiempo y sin poder escribir casi nada, aunque también me dio la oportunidad de revisar mis historias y redefinirlas, pero ahora ya con los problemas resueltos en su mayoría, regreso aquí a mi casa que es , a seguir escribiendo historias para ustedes …señores…
Emperatriz ha vuelto! Continuamos!
EMBRUJAME.
Capitulo X.- Secretos del Pasado
Con la noche ya a punto de caer una pequeña carabela con cabeza de cabra se aproximaba a la isla de Logue Town, Nami se encontraba en la cubierta, había mandado llamar a los demás para dar algunas indicaciones, pero la verdad su cabeza no estaba para eso…
-ese Luffy…-susurró mientras veía el muelle acercarse- no lo entiendo, no puedo…primero se enfada, luego me besa y después corre?...
Unos instantes atrás, la pelirroja se encontraba en el interior del barco con el moreno, Luffy la había llevado ahí luego de haber visto a Ace abrazarla, habían discutido, y luego el moreno le plantó un beso para después mirarla a los ojos confundido y salir casi corriendo del camarote. Ahora Nami se sentía igual de confusa que él, aunque algo era seguro, había algo más entre ellos que simple amistad. Pronto todos los tripulantes se encontraron en cubierta, todos menos el moreno, que aun no había podido despejar la bruma de los celos de su cabeza, la chica notó su ausencia pero optó por dejarle tranquilo un rato…
-bien muchachos, -dijo llamando su atención- llegamos a Louge Town en menos de diez minutos, hay que comprar algunas provisiones así que tenemos un tiempo, tenemos una hora antes de partir o no podremos hasta mañana…así que procuren no tardar.
-está bien Nami, pero yo quiero conseguir algo de pólvora para mis municiones…-dijo Usopp mientras registraba en su bolsa las cosas que le faltaban
-Nami-san permíteme encargarme de las provisiones, también conseguiré algunas especias de la isla –Sanji sonrió- apuesto a que puedo preparar manjares con ello
-mmm, yo quisiera ver esas Katanas…-dijo pensativo Zoro
-está bien tranquilos, tenemos tiempo suficiente…ah! Casi lo olvido –la pelirroja sacó un morralito lleno de monedas y las repartió entre los demás- tomen esto y consigan ropa abrigadora, la vamos a necesitar…
Cuando ella depositó las monedas en las manos de Ace el moreno negó divertido y las regresó a su dueña
-no las necesito linda…yo soy fuego lo olvidas?... –el moreno le sonrió coqueto y ella enrojeció
-es verdad…todavía no me acostumbro a la idea Ace…-Nami volteó hacia el camarote como si esperara que Luffy saliera por fin, pero nada, frunció el seño enojada y se dirigió al timón a encallar el barco en el muelle, cosa que hizo con gran facilidad, luego cada integrante de la tripulación comenzó a tomar su rumbo
-Hey Kaya…vamos a pasear! –gritó Usopp moviendo efusivo las manos, la rubia le mostró una sonrisa y bajó del barco lista para ir con él, pero otro brazo le fue ofrecido
-andando mi dulce Kaya-chan, hay mucho que hacer –Sanji frente a ella le sonreía galante
-Sanji-kun?...-la rubia miró al otro lado donde el otro ya venía en camino- Usopp-san?...
Ambos muchachos se miraron evidentemente molestos, el narizón cogió la mano de Kaya dispuesto a llevarla consigo
-bueno si nos disculpas nosotros nos vamos…
-tú con ella ni a la esquina –replicó Sanji molesto mientras regresaba a la chica a su brazo
-lo siento pero yo la invité primero, así que con permiso –contestó Usopp
-pues yo lo siento mas pero eso no me importa…
-no te metas catrincito! –el moreno volvió a jalar a Kaya
-quieres pelea narizotas? –Sanji también la jaló
La pobre chica ya se estaba mareando, yendo de un lado a otro jalada por ambos chicos como si fuera muñeca de trapo, parecía que se fuera a romper en cualquier momento hasta que se zafó de ambos con dificultad
-Momento! –gritó la joven parando en seco al par de muchachos, mirándolos reprobatoriamente, ellos a su vez bajaron la cabeza- a ver señores, si se van calmando… arreglemos esto como gente decente.
-P-pero….-protestaron al unísono ambos pero Kaya frunció el entrecejo y eso acalló todo
-muy bien, se me ocurre una idea –la niña sonrió dulcemente- Vayamos todos juntos!
-QUEEEE? –de nuevo al unísono. Sanji y Usopp se miraron el uno al otro y fue como si las miradas sacaran chispas al chocar, viendo que no tenían alternativa optaron por hacer lo que Kaya dijo…pero no de muy buena gana…
Mientras tanto Zoro se debatía en una encrucijada de dos calles, no tenía ni la mas mínima idea de donde quedaba el museo, ni de cómo llegar hasta ahí, había preguntado a una señora en el camino y ella le dio la explicación más larga y complicada de la historia. "dobla por aquí, camina hacia allá, vete a la derecha por la fuente, izquierda en la calzada…en fin…"meditaba el peliverde mas que perdido, y ahora debatiéndose entre si ir hacia la tienda o doblar por la florería…
-maldición! Y todavía tengo que comprar el mugre saco! –rabió frustrado y furioso con su sentido de orientación
-te perdiste? –susurró una voz conocida a su espalda, el se giró y encontró a Robin, con un abrigo morado en los brazos
-mmm…-murmuró el espadachín por lo bajo y apenado
-si quieres te digo donde es. –la morena le sonrió amigable y Zoro torció la boca, se sentía muy humillado de no haber podido con algo tan sencillo y no estaba del todo dispuesto a aceptar la ayuda de la dama, pero su cerebro le recordó que no contaban con tiempo como para perderlo, y de verdad quería ver esas Katanas…
-E-está bien…-dijo apenado
-entonces andando –Robin lo cogió del brazo y a prisa lo llevó por otra calle diferente a las que el tenía en un principio…de no ser por la morena Zoro se hubiera perdido totalmente…
Mientras tanto Nami revisaba unos mapas en el camarote de las muchachas, en realidad se sentía más nerviosa que nunca, esa madrugada antes de partir se había despertado con un sueño horrible, todo era tan confuso…dos bebés en el suelo, un altar de sacrificio y unos ojos rojos brillando en la penumbra infinita de la noche…sintió un miedo que jamás había sentido…y sin saber porqué solo le venía un pensamiento a la cabeza… el que quizás su muerte estaba cerca…no dijo una palabra a nadie, ni siquiera a Robin, y trató de actuar como si nada pasara, y por un momento lo logró, pero ahora el miedo había regresado…aún asi no dijo nada, pensaba que habían sido suficientes problemas para todos como para hablar de ello, aún así eso seguía molestándola, de pronto tocaron la puerta…
-Adelante…ah, hola Ace…-ella le sonrió y el moreno le devolvió la sonrisa, sentándose en la cama junto a ella
-tú no saldrás fuera bonita? –preguntó
-si, pero antes quería revisar el curso…-Nami suspiró- el Grand Line no es fácil, no quiero ir así como así, necesito prepararlo todo…
-que pasa Nami…? –Ace le miró, entrecerrando los ojos- a ver, que ha pasado, ponme al tanto…y cuéntame también como es que tu y Luffy se conocen…
En ese momento Luffy había ido a ver a la pelirroja también, había logrado desenmarañar su cabeza y tenía una explicación suficiente para ella, y para él mismo, estuvo a punto de golpear la puerta, mas los murmullos provenientes del cuarto lo previnieron de hacerlo, en seguida reconoció la voz de su hermano, estaba en la habitación con Nami ahora mismo. Luffy frunció el seño levemente y una sensación de molestia comenzaba a invadirlo…siempre admiró a su hermano, Ace era su otro ídolo por así decirlo, era más listo, mas fuerte, más maduro y siempre iba a un paso por delante suyo…en fin, pero ahora la cosa le pintaba de otro modo, porque Ace era amigo de Nami, un MUY entrañable amigo de Nami, y además estaba casi seguro que su hermano estaba tan prendado de la pelirroja como él mismo. Escuchó la plática entre ellos, pensaba retirarse, porque no era correcto escuchar las conversaciones ajenas, pero sus pies no se movían…
-hay Ace…-la pelirroja suspiró- han pasado tantas cosas…la última vez que nos vimos, fue cuando me ayudaste a escapar de Kidd y Arlong, recuerdas?, para eso entonces no te conocían como "puños de fuego" –ella sonrió
-como olvidarlo! Cuanto nos reímos ese día…todavía puedo ver la cara de esa sardina cuando me vio entrar con la moto acuática en su estúpido parque…y luego la de Kidd cuando los tiramos al agua jajajaja ninguno puede nadar…
-Si…-Nami dejó ir una risita- me salvaste esa vez, no sabes cómo te lo agradezco, fue una fortuna haberte conocido…
El moreno sostuvo sus manos y las besó con cariño
-no, la fortuna fue mía…Nami perdóname. Todo lo que pasaste con Kidd fue mi culpa…
-eso no es cierto, tu solo trataste de ayudarme…-la muchacha le sonrió de forma tierna y el moreno bajó la mirada, Luffy escuchaba todo tras la puerta.
-"a que se refiere Ace?- se preguntaba Luffy mientras intentaba adivinar que era lo que unía a su hermano mayor con la brujita. Nami levantó el rostro del moreno con ambas manos y le hizo mirarle
-a ver Ace…no te sigas culpando, tu no podías saber nada al respecto, fue solo una casualidad…además, de todos modos ¡tú me salvaste!...
-de cualquier forma…jamás perdonaré a Kidd por querer usarte así!...bueno, pero mejor hay que olvidarlo –el volvió a sonreír- pero cuéntame, que pasó después de eso?
-pues, seguí viajando, y Arlong me siguió persiguiendo, entonces en una isla del East Blue cerca de la mía conocí a Sogeking, y luego a Robin…como no pude saber nada de mi madre decidí buscarle. Pero volví a encontrarme con Kidd y decidí venir al "otro lado", pensando en que aquí sería más fácil moverme…jamás imaginé que ese infeliz me siguiera…
-ya veo…-Ace meneó la cabeza- y respecto a Luffy? Como se conocieron? –Nami sonrió
-pues…digamos que el también me salvó –dijo la pelirroja mientras acomodaba los mapas en una caja de madera- fue al día siguiente que llegué, Kidd y su grupo me persiguieron esa tarde y me acorralaron en un callejón…entonces cuando ya pensaba lo peor apareció Luffy…
-jajajajaja…seguro corrieron como idiotas! –exclamó el moreno
-cierto…luego al día siguiente, Luffy me descubrió mientras curaba una paloma herida y pues…tuve que explicarle…sin darme cuenta lo involucré demasiado, entonces cuando vino aquí por primera vez nos encontramos con un sujeto de nombre Shanks, y el nos dijo todo…sobre la dinastía D y la pista en Drum acerca de mi mamá…
-espera…dijiste Shanks?...así que él fue quien le dijo…si ya decía yo que ese sombrero se me hacía familiar…
-ya no sé si hice bien…-Nami miró hacia la pequeña ventana del camarote, con los ojos tristes exhaló un suspiro- no quiero que lo lastimen, el es un buen chico, de no ser por mí seguiría con su vida en paz…
-no preciosa…si no eras tú era otra, al fin que Luffy iba a acabar viniendo aquí, es su destino… -Ace cogió la mano de la chica- anda vamos a tomar aire, te sentará bien…
-bien, pero solo un rato, tenemos que zarpar pronto…
Luffy escuchó aquello y de inmediato se apartó de la puerta para esconderse dentro de un barril vacío, luego desde un hoyo observó como la puerta se abría y ambos muchachos salían por ella, cuando las voces se hubieron alejado el moreno salió de su escondite y los siguió con la mirada por la calle junto al muelle, se mordió el labio cuando vio a su hermano llevar de la mano a Nami por la calle…entonces su temida sospecha se hizo realidad…
-Ace…Ace está enamorado de Nami!...
En ese momento en el otro lado, se estaba llevando a cabo una alegre y suntuosa fiesta en la mansión del clan Hancock, sobre la mesa estaba servido un gran banquete mientras en el centro de la mesa la abuela Nyon daba la bienvenida a las dos hermanas mayores de Boa, Sonia y Mary, que habían regresado ese mismo día de un viaje por Europa…
-bienvenidas sean hijas mías! –dijo con tono ceremonial la anciana- es una gran alegría que hayan regresado de su viaje, espero que Todo haya ido bien…y que me cuenten sus buenas nuevas… -estas últimas frases la anciana las dijo mirando misteriosamente hacia la menor de sus nietas, Boa, que desde su lugar y con una amplia sonrisa aplaudía junto al resto de las Hancock el regreso de sus hermanas…
Cuando hubo terminado el amplio discurso de la señora, Boa se levantó ansiosa de su lugar y corrió a saludar a sus queridas hermanas
-Sonia! Mary! que gusto que volvieron! –las abrazó cariñosamente y ambas sonrieron- pero cuéntenme todo! A donde fueron que cosas vieron, como es París, Italia, Alemania…!
-jajajaja, siempre tan efusiva querida Boa-chan –dijo Sonia sirviendo un poco de vino a su copa- pues todo fue…muy hermoso, pero dinos Donde esta ese noviecito tuyo? A caso no lo has invitado? –preguntó para alejar, por algún motivo, a Boa de la charla anterior…
-Oh, pues…Luffy-sama no ha podido venir, -contestó algo triste la princesa- traté de llamarle a su casa pero Makino-san me ha dicho que se fue a acampar con sus amigos…
-una pena –intervino Mary- en verdad deseaba conocer al hombre que hizo que nuestra hermana torciera el brazo
Las tres rieron divertidas por el comentario y Boa se sonrojó mucho
-también quiero que lo conozcan, lo van a amar se los juro…es un niño tan lindo, noble y sincero…-a la muchacha le brillaban los ojos cuando hablaba de él y sus hermanas sonrieron por lo bajo, a pesar de todo, ella era feliz…entonces ese sacrificio de tiempo atrás valía la pena…por ella, cualquier sacrificio valía la pena…o no?
-querida! Pero si estas realmente enamorada! –dijo al fin Mary mientras a la princesa se le subían de nuevo los colores al rostro- y dinos, quien es el, donde vive? Es guapo?...
-claro que es guapo! Guapísimo! Vive en una casa pequeña muy cerca de la zona mercante… su nombre es Luffy…. Monkey D Luffy…-exclamó ella mientras suspiraba, y mientras a sus hermanas se les helaba la sangre…Monkey D Luffy, podría ser ese chico uno de ellos?...
-pero hermanita…E-estás segura que ese joven es para ti?...digo…que tal si no te conviene, a veces ellos no son lo que aparentan…- Sonia dijo esto último con una doble intención, Boa le miró sonriente
-descuida Sonia, que yo sé escoger bien, te aseguro que Luffy-sama es el indicado.
-eso espero querida…eso espero…
Las Hancock siguieron con su festín, riendo y bailando, pronto todas se encontraban en el jardín en la terraza principal mientras Boa bailaba una especie de danza hindú con unos abanicos de listones largos, al ritmo de la música movía las caderas mientras hacía los abanicos moverse y formar figuras, todas le veían embobadas, ella era sin duda digna princesa de su clan. Atraía miradas, de quien fuera, su belleza y su temple la hacían una mujer como pocas, pero cuál era el misterio de Boa Hancock? Porque era tata su prioridad para las demás hermanas?...y lo más importante de todo, cuál era ese sacrificio de tiempo atrás?...
En otro lugar Tashigi había salido a caminar. Tenía tantas cosas en que pensar…tanto que meditar, el viento nocturno sopló fresco y ella esbozó una triste sonrisa. Qué hacer? Todo en su vida había cambiado, en tan solo un instante todo había quedado atrás, ahora ni siquiera se reconocía en un espejo. Sus pasos la llevaron al parque, caminó por entre la arboleda llena de sauces y abedules hasta llegar a un pequeño lago donde los lirios flotaban apacibles en sus tranquilas aguas. La joven se sentó en la orilla y levantó la vista hacia el cielo para mirar las estrellas que brillaban en lo alto, y la luna menguante como si fuera una media sonrisa en medio de la noche oscura…cuanto le gustaba la noche, cuanto le gustaban las estrellas y la luna, le traían a su alma un sentimiento de paz.
-que debo hacer… -susurró cerrando momentáneamente los ojos, dejando que el viento le refrescara, que sensación tan agradable corría por su ser, ¿qué clase de sentimiento era ese? Se preguntó ella misma. Libertad. Al abrir los ojos en el lago encontró el reflejo de Kuina, pero la imagen era muy diferente a la de siempre, sorprendida Tashigi se dio cuenta de algo muy extraño, esta vez el reflejo vestía diferente…usaba una yukata igual a la que ella se puso la noche de la fiesta, cuando enfrentó a Ryuma…
-Kuina…
-quieres saber?...-le habló la voz de su reflejo- quieres ver cómo era tu vida antes?...
-yo…
-te mostraré entonces…-en ese momento un fuerte viento sopló sobre todo el parque y levantó el polvo y las hojas secas en el suelo, la niña se cubrió la cara con un brazo hasta que el viento se detuvo y cuando todo se hubo despejado, apareció frente a los ojos de Tashigi aquella visión…
"una verde y hermosa pradera era el escenario, la hierba crecía alta y el viento la hacía moverse suavemente, mientras el sol bañaba con sus últimos rayos todo a su paso, mas allá podían verse a lo lejos las ruinas de un enorme templo de piedra y sobre este a decenas de dragones, unos caminando otros descansando, otros más cerca en la pradera…
Entre la hierba correteaban dos pequeños niños que agitaban una vara en sus manitas mientras jugaban a las espadas, ella una linda pequeña de ojos azul zafiro y cabello oscuro el niño, un poco más alto que ella, con el cabello negro y atado en una coleta tipo samurái la piel morena y ojos canela…
-espera Ryuma! No huyas!...-decía ella corriendo tras el chiquillo que sonreía
-jajajaja… no puedes conmigo Kuina, olvídalo!
-ahora verás! –la niña lo encaró con la rama y él se puso en guardia, ágilmente ella blandía la rama como si de un sable se tratara, mientras esquivaba cada movimiento de su retador con gracia casi antinatural, el pequeño Ryuma apretó los dientes y le puso más empeño al combate pero era inútil, ella siempre era mejor, tenía el don, al final con un rápido movimiento ella le tiró al suelo y puso el "sable" en el pecho del niño con una sonrisita arrogante
-te dije que te vencería! -replicó Kuina sonriente
-fue pura suerte! –contestó Ryuma algo molesto, aunque ya se había acostumbrado, siempre era igual de todas formas
Luego ambos se levantaron al ver junto a ellos a un enorme dragón de piel rojiza que agachó la cabeza para mirarles, para entonces la noche había caído y las estrellas ya se veían por cientos en el cielo, Los pequeños treparon felices a su espalda, y entre risas de ellos el dragón se fue alejando hasta entrar en el templo en ruinas…"
-Así era todo en un principio…-se escuchó la voz de Kuina en el viento- pero con el tiempo Ryuma fue cambiando…
-que quieres decir…? –preguntó Tashigi mientras veía como la escena se desvanecía frente a sus ojos como bruma y esta vez aparecía un paisaje diferente…
"esta vez era una fría y oscura noche en aquella pradera donde aún el templo en ruinas permanecía asentado, la neblina cubría todo alrededor y la luna se hallaba oculta entre las nubes negras de una tormenta que amenazaba con caer… una bella joven de 18 años vestida con Yukata rosa claro y detalles lila con un dragón a la espalda y un cinto blanco en la cintura esperaba en las escaleras del templo, pronto una sombra entre la neblina comenzó a abrirse paso…
-Ryuma! – Kuina corrió hacia el preocupada- donde has estado ?te encuentras bien?
-tranquila Kuina…solo…solo salí a pasear… -el joven apartó a la chica despacio y a prisa trató de entrar al templo, ella le miró un instante y frunció el seño levemente, la oscuridad de la noche no le permitía distinguirlo bien…
-espera…donde has estado…-no hubo respuesta por parte del muchacho- Ryuma contesta…huele a sangre!
-ya basta quieres? Solo salí a caminar!
-no es cierto! –Kuina se lanzó sobre él tirándolo al suelo, entonces la luna se asomó entre las nubes de nuevo y la muchacha miró sorprendida la yukata y la espada de Ryuma bañadas en sangre…
-pero que…qué es esto? Que has hecho Ryuma? –exclamó molesta al joven aún en el suelo, este se levantó irritado y encaró a la muchacha acorralándola en uno de los pilares de roca
-será mejor que no sigas Kuina…además, acaso dime no estás harta?
-eh?...-Kuina le miraba sin entender del todo sus palabras, y con un poco de tristeza, imaginando a lo que él se refería, trató de apartarle pero Ryuma no lo permitió, por el contrario, acortó la distancia entre ellos quedando su rostro a centímetros de el de la chica…ella desvió la mirada y Ryuma acarició su rostro despacio, aspirando el aroma dulce a flores silvestres que ella despedía y de nuevo le habló tratando de sonar tranquilo…
-sí, no estás harta? Harta de vivir aquí sola, en la miseria, lejos de todo…Kuina vámonos…ven conmigo…no quieres salir de este lugar?
-Ryuma…
-yo si Kuina…no puedo seguir así! Soy el mejor espadachín del mundo y mírame! Estoy aquí solo cuidando a un montón de dragones inútiles!
-Cállate! –la niña le plantó una bofetada que dejó una marca roja en la piel morena del guerrero, este la miró con sorpresa y ella bajó la vista…
-como puedes hablar así…ellos son tu familia…hubieras muerto de no ser por el gran dragón que te salvó! Igual que yo! Además tú no eres el mejor, ni siquiera puedes vencerme! -Kuina suspiró resignada-si quieres irte vete Ryuma…yo me quedo aquí…
-no Kuina! Tu vendrás conmigo!...quieras o no!-Ryuma la cogió del brazo con fuerza y comenzó a bajar las escaleras de piedra mientras la muchacha forcejeaba con él por soltarse, entonces un enorme dragón de piel rojiza, casi anaranjada, con largos bigotes plateados y ojos azules…gruñó molesto y Ryuma se paró en seco
-gran dragón…-la chica le miró con suplicantes, Ryuma la soltó de inmediato y Ryuji, el gran dragón líder del clan se acercó hacia él, mas el muchacho furioso se dio la vuelta y se alejó perdiéndose en la niebla…
-Ryuma…porque?...-Kuina se dejó caer de rodillas sollozando en la hierba fresca, Ryuji se acercó con la muchacha y se echó a su lado, como un padre consolando a su hijita…
-que debo hacer gran dragón?...
-Debes detenerle hija mía…antes que suceda una desgracia…-le respondió el dragón con voz ronca y gentil.
-pero yo…no quiero…no quiero pelear…
Ryuji, el líder del clan, era un sabio dragón que había vivido mucho tiempo, y era el único capaz de comunicarse con los humanos. años atrás él y su manada solían vivir en una isla lejana cerca del inmenso océano del Grand Line, la isla Sennenryu, el hogar que los dragones compartían con una aldea de pescadores, viviendo en paz entre ellos, hasta que los humanos, habiendo descubierto que los Sennenryu poseían el secreto de una vida larga, casi eterna, comenzaron a cazarlos…una noche mientras trataban de someter a Ryuji y su manada se desató un incendio que arrasó con todo en la pequeña isla, entonces el reunió a todos los suyos para guiarlos a un nuevo lugar para vivir…fue cuando el llanto de una niña a las orillas del mar llegó hasta sus oídos, y encontró a la pequeña Kuina escondida dentro de una vieja lancha, tenía alrededor de tres años…luego entre los escombros de una de las casas de paja de los pescadores divisó a un niño de unos cinco años en el suelo, Ryuma…
el bondadoso dragón recogió a ambos niños y los llevó consigo hacia un nuevo hogar y a partir de ese instante Kuina y Ryuma se convirtieron en sus hijos…siempre cuidó de ambos por igual, pero no los dos niños crecieron igual, Kuina era una niña noble y de buenos sentimientos, en Ryuma sin embargo parecía germinar una semilla de maldad, con el tiempo fueron creciendo y Ryuma se enamoró de Kuina, aunque también sentía cierta envidia por ella, debido al don natural que ella poseía: el de la espada. Poco a poco el alma de Ryuma iba ensombreciendo, mientras que Kuina brillaba…y al final todo aquello…acabó con sangre…"
Tashigi volvió a observar como la visión se esfumaba, mientras en el agua su reflejo parecía derramar una lágrima
-entonces…Ryuma y tu…-no pudo terminar la frase, tenía miedo de lastimar más a su alter ego, pensaba que era demasiado doloroso ser traicionado por la persona que uno ama, pero Kuina la sacó de su error
-no…-le respondió mientras en el aire se formaba la última visión- Ryuma me amaba…pero…solo era mi hermano. Debí detenerle…pero fui débil, no quise dejar correr la sangre de mi familia, pero él no dudó…
"aquella noche fatal estaba lloviendo, una terrible tormenta se había desatado sobre la pradera, hacía una semana que Ryuma no volvía a casa y Kuina había ido a buscarle, tenía la esperanza de hacer entrar a su hermano en razón. Aunque buscó por todos lados y en todas las aldeas cercanas nadie supo dar razón se su paradero…ya muy entrada la noche ella volvía a casa, subiendo las laredas de la colina hacia las praderas donde se encontraban las ruinas, a lo lejos pudo escuchar un lamento desgarrador en el viento
-Mis hermanos! –apresurada corrió hasta llegar a las praderas y un rayo partió el cielo oscuro por la mitad en la escena más horrorosa que pudo ella encontrar…los ríos de sangre corrían sobre la hierba y los cuerpos sin vida de los dragones yacían en el suelo, desperdigados por todos lados
-que…que es esto?...que ha pasado…-caminando sobre los charcos escarlatas y con lagrimas en los ojos Kuina pasaba junto a cada uno de los miembros de su familia, esperando que alguno denotara una mínima señal de vida pero nada sucedió. Pronto escuchó otro lamento en dirección al templo y corriendo a todo lo que le daban las piernas llegó a la entrada, donde pudo ver a Ryuma clavando una espada al último de sus hermanos mientras este daba un cansado alarido de dolor y se desplomaba en el suelo
-RYUMA! Que has hecho!
-hola Kuina…he venido a llevarte conmigo…-descaradamente sacó la espada del cuerpo del dragón inmóvil y la apoyó en su hombro, ella no lograba salir de su asombro, estaba en shock total, no fue sino hasta que Ryuma se acercó a ella que reaccionó y lo apartó con violencia
-no te me acerques! Eres un asesino! –invadida por la ira la joven desenvainó su katana, y la enfiló hacia Ryuma- has matado a mis hermanos, mi única familia! Porque!
-porque nunca tengo lo que quiero…jajajaja…. Siempre tu, siempre has sido tú! La niña buena, la consentida, la que todo hace bien!, el gran dragón siempre te ha preferido! –furioso Ryuma arremetió contra la chica su espada negra y brillante, Shusui, que chocó con la hoja de la espada de Kuina, Shigure, sacando chispas, pero ella con un hábil movimiento le hizo retroceder, ahí estaba otra vez, siendo superior…la lluvia que caía recia les mojaba de lleno, Kuina retrocedió un poco y se puso en guardia
-de qué estás hablando no entiendo!
-sabes muy bien de qué! Desde que éramos niños siempre fuiste la mejor, en todo! Todo lo que yo quería tu lo tenías! Y aún así me enamoré de ti como un estúpido….estaba decidido a que esta vez si tendría lo que quiero…y si unos cuantos dragones son el precio me parece justo…
-Estás loco! –esta vez fue ella quien arremetió contra Ryuma blandiendo a Shigure furiosa, no entendía como las cosas llegaron hasta ese punto, jamás le había hecho daño a Ryuma, era uno más de sus hermanos, su compañero! Las espadas chocaban con fuerza mientras los rayos iluminaban el cielo, un sablazo de la chica logró rasgarle la cara a Ryuma justo en un ojo y la sangre comenzó a correr por su mejilla
-gran dragón estaba en lo cierto! Debí detenerte! Donde está él ahora? Dímelo! –ordenó jadeante ella al tiempo que apoyaba una rodilla en el suelo con cansancio, mientras Ryuma encorvaba los labios en una sonrisa casi triunfal
-estás agotada cierto?...te lo diré por última vez Kuina… ven conmigo…
-dime donde está nuestro padre! –exclamó de nuevo a Ryuma y este enfureció, seguía importándole más los dragones que sus sentimientos por ella, furioso de un golpe la tiró al suelo quedando sobre ella y apuntando su negra espada al pecho de la joven…estaba decidió a hacerlo, si Kuina no era suya no sería de nadie, ni de otro hombre ni de esos malditos dragones…al final no importaba de todos modos, sin ella en el camino, entonces el sería el mejor…
-hasta nunca…mi amada hermana…- de pronto un coletazo lo apartó de la chica y lo arrojó al suelo, ella se incorporó con trabajo y pudo ver a su lado a Ryuji, el gran dragón, con una herida en el pecho, la había defendido del mortal ataque de su hermano…Ryuma se incorporó de inmediato y la joven, enfurecida de nuevo al ver el mortal estado en el que fue capaz de dejar a su propio padre, de nuevo se lanzó en contra de su hermano…esta vez con el ataque final…
Kuina logró atravesar a Ryuma…pero también recibió una herida mortal en el costado…el joven guerrero cayó de bruces sobre el césped de la pradera, mientras la lluvia torrencial se transformaba en llovizna… más atrás Kuina estaba de rodillas y con una mano se detenía la herida del costado y sus finos dedos se empapaban con la sangre
-perdóname padre…y también mis hermanos…todo esto es culpa mía debí detenerlo ese día…-dijo sollozando mientras se acomodaba en el regazo del dragón junto a ella
-Kuina, hija mía…nada de esto es tu culpa, así lo quiso el destino, tú tienes un alma noble, jamás harías daño a tu hermano…-respondió el dragón mientras cerraba los ojos cansado
-bueno, al final estaremos todos juntos…-ella sonrió con tristeza y el dragón negó suavemente
-no Kuina…Ryuma pagará por sus pecados con la muerte eterna…pero tú mi hija, renacerás una vez más en el mundo, ese será tu premio por sacrificar tu vida por tus hermanos…hasta entonces duerme…hija mía…."
Y así terminó aquella triste visión, por fin el paisaje alrededor de Tashigi volvió a ser el de antes y la muchacha tuvo que esforzarse por no ponerse a llorar ahí mismo, desde el lago su reflejo le miraba concierta melancolía…
-porqué me muestras esto…-reprochó Tashigi con voz baja
-porque no quiero que suceda de nuevo…
-pero yo no tengo familia! No tengo a nadie! Padre hace tiempo falleció…
-no tienen que llevar la misma sangre, para ser tu familia…piénsalo -susurró Kuina mientras se desvanecía y daba paso al reflejo habitual de la chica. Tashigi se levantó del césped y suspiró, tal vez ella tenía razón, si bien su familia ya no estaba con ella si tenía personas muy importantes ahora…Coby-kun, sus nuevos amigos…y Zoro…
Entonces…tenía que pelear?...
Entre tanto Zoro por fin había llegado al museo con Robin, la muchacha le guiaba por los pasillos mostrándole algunas de las grandes obras que ahí se exhibían pero el solo tenía en mente una cosa
-cuando veremos esas espadas! –exclamó desesperado
-ahí estamos yendo, pero que impaciencia la tuya jovencito…-Robin rió y el otro bufó molesto, pronto llegaron a la parte trasera del museo, en una amplia terraza a la vista del público en general, se encontraban un par de Katanas en una vitrina…
-vez? Ahí están…
-O-oye pero si podíamos entrar por atrás porque leches no me dijiste!
-porque quería ver el museo…-Robin sonrió enigmática de nuevo y Zoro sintió un escalofrío, apresurado se acercó a las vitrinas con la mujer siguiéndole más calmada. Por fin puso sus ojos en ese par de espadas…eran hermosas una de funda clara y la otra de una más oscura…
-son las espadas gemelas –explicó Robin- aquella es Yubashiri, representa el bien y la luz, la otra es Sandai Kitetsu, representa el mal y las fuerzas oscuras…se dice que quien las use debe ser elegido por las espadas, de lo contrario terribles calamidades le ocurrirán, incluso la muerte…
-Sugoi… -susurró Zoro con la vista clavada en ambas espadas, de pronto una explosión hizo a la gente gritar aterrada y tirarse al piso, Zoro apartó a Robin de una bala de cañón que rompió en pedazos la vitrina
-que ha sido eso…? –dijo la morena aun en brazos del muchacho
-oye chica, estás bien? –preguntó el y Robin asintió mientras observaban
-Jajajajaja! Atención todo el mundo que nadie se mueva! –gritó una voz desde las escaleras del museo, todos voltearon a ver y se percataron de la presencia de una banda circense, su líder un sujeto de nariz roja y cabello azul y largo con apariencia de payaso desenvainó una espada
-Piratas?...-dijo Robin viendo como todos ellos se acercaban a la gente y robaban sus pertenencias de valor mientras algunos mas saqueaban el museo, el payaso desconocido caminaba entre la gente en dirección hacia ese par de espadas
-bien, creo que estas Katanas son dignas de mi, el gran pirata Buggy! Jajajajaja! Andando muchachos cojan todo lo que quieran!
-las Katanas! –exclamó Zoro poniéndose de pie- oye tu payaso! Devuelve esas espadas!
-Zoro! –Robin lo jaló del brazo pero él se soltó y sonrió, en su cintura Wadou vibraba intensamente
-queee? Quien osa desafiarme? –Buggy se giró en dirección hacia el- oh pero si es solo un crío….que pasa mocoso, quieres que te de una paliza?
-solo inténtalo…-Zoro sonrió y desenvainó su espada, la demás gente les veía asustada, pero los ojos del payaso se fueron a la espalda del muchacho, sobre cierta mujer morena y muy bella que llamó su atención
-pero caramba! Que tenemos aquí? –Buggy sonrió perverso- creo que voy a perdonarte chico, pero la damita tendrá que acompañarme…Moji, Cabaji! Inviten a la señorita a nuestro barco!
al instante un par de sujetos se aproximó a Zoro, uno de ellos de cabellos verdes oscuros y el otro con un chaleco de pieles blancas y orejas de oso Robin frunció el seño lista para defenderse pero Zoro se puso delante de ella, atando el pañuelo que tenía en el brazo a su cabeza
-Zoro-kun…-Robin le miro confusa
-no temas Robin…-le dijo serio
-a ver muñeca…tu te vas con nosotros! –dijo el de pelo verde, que al parecer era un malabarista de cuchillas
-lo siento amigos, pero la dama viene conmigo…
-hazte a un lado! –entre ambos atacaron al muchacho, pero sorpresivamente el dio un salto y los esquivó haciendo que chocaran entre si, luego se perfiló hacia Buggy que no se movió ni un milímetro, desenfundando a Wadou lo cortó de tajo por la mitad
-Dios! –Robin se cubrió el rostro con las manos mientras que Zoro observaba como el cuerpo del payaso caía dividido en dos al suelo
-eso es todo? –Sonrió satisfecho y se dio la vuelta- vámonos Robin…
-Zoro-kun detrás de ti! –gritó la morena cuando vio como ambas partes del payaso se levantaban y se unían de nuevo
-qué? Cuando este se giró recibió un buen golpe por parte del payaso que lo mandó a estrellarse contra el muro del museo
-Zoro-kun! –ella trató de correr hacia el joven pero el acróbata la sujetó con fuerza
-a donde tan de prisa nena!
-andando muchachos! Jajajajaja! –Buggy echó una última mirada al muro donde el peliverde se había quedado literalmente incrustado, luego se acercó a Robin que seguía sujeta por su secuaz y le miraba enojada
-y tu preciosa, irás directo a mi camarote…-dijo cogiendo el mentón de la morena con bruaquedad
-quita tus sucias manos de ella payaso idiota…-dijo Zoro entre las paredes del muro Buggy se giró sorprendido y todos pudieron ver una especie de aura verde donde se encontraba atrapado el chico, el muro se fue desgajando como si fuese polvo y Zoro, de pie frente a todos con la katana en las manos desafiaba a Buggy una vez más…la morena observó como aquellas dos Katanas en el suelo comenzaron a emitir unas auras extrañas, como si hubiesen sentido la energía del muchacho…
-esas espadas…que pasa con ellas?-pensó para sí mirándolas fijamente
-todavía quieres pelear niñato? Es inútil, no puedes vencerme y menos con una espada! He comido una fruta del diablo!
-y a mi que me importa! –Exclamó el muchacho con una sonrisa socarrona- de todos modos voy a rebanarte!
Zoro atacó de nuevo al payaso, pero este esquivaba todos sus cortes separándose y golpeando al peliverde cada vez que podía, en las puntas de sus zapatos tenía el filo de unas dagas con las que hería los brazos de Zoro, pero a este no parecía importarle, Robin se mordió el labio, hasta ahora estaba fingiendo pero tenía que actuar pronto, Buggy se volvió a unir y miró a Zoro de rodillas en el suelo
-lo ves? Es inútil crío, la fruta que comí es la Bara Bara no mi, me da el poder de armar y desarmar mi cuerpo a voluntad…es por eso que tu, un Espadachín, nunca podrás vencerme!
-eso lo decido yo! –Zoro se levantó de un salto y le propinó al payaso una patada directo en la nariz que lo dejó en el suelo, limpió un poco de sangre de su labio y cortó el cuerpo de Buggy en pedazos
-Capitan Buggy! –Gritaron Moji y Cabaji al mismo tiempo, y soltando a Robin arremetieron contra Zoro junto al resto de la tripulación
-eso es hacer trampa…-Robin sonrió y cruzó los brazos sobre el pecho- "Seis Fleur"!
Al momento aparecieron en el suelo bajo los pies de los piratas brazos que les sujetaron las piernas y no les permitían moverse, todos comenzaron a gritar asustados mientras Robin amplió su sonrisa, mostrando su lado demoníaco torcía piernas a diestra y siniestra dejando inmóviles a todos,
Entre tanto Zoro se las había ingeniado para meter los "pedazos" de Buggy dentro de un barril y lo tapó, dejando fuera solamente la cabeza…
-O-oye tu! Que crees que haces! –replicaba el payaso viendo como el peliverde ponía el barril a rodar calle abajo directo a los muelles- HEY! Regresame mi cuerpo! NOOOOOOO!
-jajajaja! Ya no eres tan rudo verdad? –el muchacho cogió las Katanas en el piso y las enfundó en su faja- creo que me llevaré estas…estarán mejor conmigo…andando Robin, salgamos de aquí…
-claro Zoro-kun…- ella caminaba detrás del muchacho mirándolo de fijo, esa aura extraña de hace un momento había desaparecido, aún así, por un breve momento Zoro obtuvo un poder asombroso…y esas espadas lo habían sentido también…Robin sonrió ligeramente
-"bueno parece que este viaje será muy interesante…"-pensó para sí la morena, Zoro se giró a mirarle y pareció sonreír
-que haces ahí atrás? Muévete!...
-Hai!...
Era casi la hora de partir, todos iban regresando al barco, Sanji Usopp y Kaya habían conseguido las provisiones, Zoro regresaba con Robin pero Ace no aparecía, Luffy iba de un lado al otro de la cubierta nervioso, sabía que debió seguirlos, donde estarían ahora?...
Ace y Nami se encontraban un poco más adelante, en un mirador de madera, observando en la lejanía, mas allá se encontraba la entrada al Grand line, el gran mar de los peligros…la brisa sopló ligera y Nami suspiró mirando abajo las olas romperse contra la madera…
-tienes miedo?...-susurró Ace abrazándola
-Si Ace…-ella se dejó consolar
-que pasa Nami? Te noto diferente, confía en mí…por favor…
La pelirroja le miró un instante, aún en sus brazos, sus labios se entreabrieron tratando de decir algo pero no salió ningún sonido, el moreno esperó un poco más y viendo que ella no pensaba decirle nada la soltó despacio y se arrodilló ante ella qutándose el sombrero…
-Pero Ace…?
-Yo, Portgas D. Ace, Segundo comandante de la flota del Gran pirata Barba blanca, te juro a ti mi doncella, protegerte con mi vida si es necesario…dispuesto a arriesgarlo todo y con el mar de fiel testigo sello mi juramento…
Nami abrió la boca sorprendida, lo que había escuchado era el juramento pirata, ese que la tripulación hacía solo al capitán de su barco, al único a quien debían su vida y Ace ahora lo hacía para ella. Nami lo sabía, que era no solo una promesa sino una cuestión de honor, un verdadero pirata prefería morir de la manera más dolorosa, a traicionar el sagrado juramento de lealtad…Ace la había entregado su propia vida…
-Ace…- la pelirroja le vio levantarse y acercarse a ella de nuevo, con mirada seria se reflejó en sus ojos
-vamos Nami…ahora confiarás en mi?...-le dijo con voz calmada, ella bajó la vista
-voy a morir…-susurró mientras sus flecos le cubrían los ojos, Ace la abrazó y levantó su rostro para mirarle y le sonrió…
-eso nunca…yo te protegeré, con mi vida…-y dicho esto la besó en los labios…ella estaba sorprendida, el aprovechó el momento, Nami cerró los ojos y correspondió al beso mientras la noche había ya caído por completo…quién lo diría? Había sido besada por dos hombres ese mismo día, hermanos, y sus dos mejores amigos…ahora la brujita tenía un dilema más grande que el Grand Line…a quien escogería?...
Continuará…
Al fin llegamos al diez! Bueno para los que pensaron que ya me había retirado les confirmo que no, nada de eso! Digamos que me tomé mi año sabático, pero ya estoy de regreso! Ok, esta vez si fue un capítulo largo porque tenía que hacer avanzar la historia, algunas cosas ya comenzaron a dejarse ver, como la historia entre Ryuma y Kuina, y parte de la historia de Ace… que sucederá en el clan Hancok? El misterio de la emperatriz comienza a develarse…Zoro comienza a despertar sus poderes, y un interés por Robin, sobrevivirá su amor por Tashigi? Y que será de ella? Decidirá pelear contra Ryuma? El rival de Luffy es su propio hermano! Quien se ganara el amor de Nami? Ace hace el juramento pirata… lo cumplirá?...
P.D : no lo olviden esto es un LuNa! Pero: si quieren que cambie el rumbo háganmelo saber! Esperando seguir contando con su apoyo, me despido
Sayonara!