Esta historia es un AU (Universo Alterno, nada que ver con lo de la serie) Hay que admitir que algunos de los personajes estan un poquito OOC por que es lo que necesita esta historia para que haga sentido.
Este es mi primera historia de POT, primero la estoy publicando aca en . La verdad estoy cansada de escribir historias y no subirlas.
Si mi historia les gusta prometo torturarlos como me torturan a mi mis fanfic-escritores favoritos (si te hablo a ti!)
Esta historia es YAOI, si no sabes lo que significa visita Wikipedia, si les gusta lo que significa entonces regresen a leer, sino no lo lean y busquen otra cosa. Pero si encuentras algo interesante regresa y me pasas el portal de ese algo!
Como iba diciendo... este fic es YAOI, Lemon. Con doble sentido y situaciones fuertes, hasta cierto sentido grosero, no es apto para menores de 14 años, cardiacos, homofóbicos, emos (sin ofender, no tengo nada contra los emos pero no quiero sentirme culpable de algun suicidio), no me hago responsable si en los siguientes capitulos alguien se trauma... en pocas palabras...
!!!!!!!LEAN BAJO SU PROPIO RIESGO!!!
Los personajes de POT no me pertenecen, a excepsión de los que no identifiquen o reconoscan de la serie, esos si son mios.
"Tengo miedo de los monstruos que aparecen"… esa es nuestra infantil excusa para encender todas las luces y cerrar la puertas…
A PUERTAS CERRADAS
Primera parte
-"Perdona la demora"- se disculpó atravesando el umbral de la puerta e introduciéndose en la oscura habitación.
Maldiciendo por lo bajo al instante de golpearse con lo que supuso era una mesilla de noche.
Palmeó la pared en un intento y auto-reflejo por hallar el interruptor, mas sin embargo cuando lo encontró y lo presionó más de 5 veces suspiro derrotado, sin que la luz se hiciera presente en el lugar.
-"Debes cambiar el fusible…"
-"Por ahora nos servirá esto."- la pequeña llama producida por una cerillera le permitió visualizar a su amigo. Lamentablemente no como lo deseara…
Mientras su cara era alumbrada por las velas que encendía y colocaba cerca de una mesa y otros muebles alumbrando un poco la habitación pudo percibir ligueras orejeras, palidez impropia y ojos rojos e hinchados en el rostro de su amigo de la infancia.
Llegando a la conclusión rápidamente de que el fusible estaba fundido a propósito, él debió haber estado provocando ese desperfecto de lo contrario las velas ya hubieran estado encendidas desde antes de su llegada, decidió pues no preguntar…
Ya se lo diría él en su momento… O eso esperaba.
-"¿Para que me has llamado?"
- "Perdona… Si te he molestado con ello"
- "No malinterpretes, no es eso realmente, pero me sorprendió. Es decir jamás hubiera esperado una llamada tuya después de casi 3 meses de no vernos y mas aun recibirla a las 12 de la noche."
-…
-"Pero dime, ¿para que me has llamado?"
Un largo silencio se hizo presente entre los dos que solo era destruido por los ruidos de uno que otro vehiculo pasando a increíble velocidad por la calle, y el sonido de las corrientes de aire helado que entraban por los balcones pertenecientes al piso en que se encontraban.
-"Mai… Necesito que me ayudes…"- rompió por fin el silencio, alejándose hasta la cama y sentándose con cuidado en la comisura de esta, haciéndole crujir al recibir el contrapeso del muchacho.
-"Ryo, sabes que te quiero y todo pero yo no le hago a eso…"- bromeó arrepintiéndose de inmediato al escuchar los ahogados sollozos de su interlocutor.
Extrañamente el mismo sonido que había jurado escuchar en su conversación por teléfono, ahora podía jurar que eso no había sido un error, él realmente había estado llorando…
Se levantó observando aún tras la poca iluminación del lugar como su amigo se abrazaba a sus piernas y hundía su rostro entre ellas, mientras su cuerpo tenía pequeños espasmos y temblores que aunque lo intentaba no podía reprimir.
Pero por lo contrario no parecía que le importaba en lo absoluto si lo veía como alguien débil o si me burlaba de él, claro que él jamás haria eso por lo menos no en una circunstancia como esa, fuera su imaginación o no solo le pasaba una cosa por la cabeza…
Se acercó y lo abrazó a un sin entender lo que realmente ocurría con él, pero esperando pacientemente, como jamás había hecho, a que se tranquilizara y le explicara todo.
-"¿Estas mejor?" - preguntó, pregunta que para su desagrado sonó bastante tonta e innecesaria, y como esperaba no recibió respuesta de su parte ni siguiera una afirmación o negativa con la cabeza.
Sin embargo se sorprendió de que le correspondiera le abrazo y se atrajera con fuerza como si de alguna forma intentara escapar, asiéndole recordar repentinamente el comportamiento de su propio hermano menor en las noches de lluvias, temeroso de los monstruos en los rincones oscuros…
Jamás que él recordara, había visto llorar a su amigo, todo él era felicidad o seriedad pero jamás tristeza y el que le encontrara derrumbándose de esa forma y a tal punto de pedirle ayuda lo destrozaba.
Pero por supuesto le ayudaría en lo que fuera no por nada era su mejor amigo.
-"Dime en que te ayudo" - murmuró sin dejar de abrazarlo, en un silencioso intento de consolarlo en lo que sea que le pasara- "No se si pueda ayudarte pero…"
-"Si podrás… Quiero, necesito que grabes…"
-¿Qué… Grabe?
Asintió y señaló con su temblorosa mano uno de los balcones, el más cercano a la cama en la que permanecían sentados.
Se acercaron con unas velas en mano y de inmediato se posicionaron en 2 de las 3 sillas circundantes de la mesa en la que descansaba una cámara de video mojada, con varias cintas y un pequeño micrófono en uno de sus compartimientos.
Mientras el chico de cabello negro verificaba que el aparato aún funcionara miraba furtivamente a su amigo quien, por el contrario miraba hacia algún punto inexistente hundiéndose en su mente sin siquiera sentir el viento helado de esa noche contra su cuerpo que apenas y era cubierto por su ropa húmeda
-"Deberías abrigarte Ryo" - el mencionado miró a su compañero mientras este aun verificaba el aparato.
Le barrio de arriba abajo con su ambarina mirada, ahora tan apagada como jamás habían estado… o por lo menos eso creía su amigo…
-"No tengo frío… ¿Ya esta listo?"
-"Casi… Tienes suerte de que la cámara tenga protector contra agua, pero… No are nada hasta que te cambies de ropa. No quiero que te enfermes."
-"Jeh… Eso es lo que menos importa. Realmente no siento frío."
-"Esta bien pero si te enfermas…"
-"Será mi culpa." - sentenció en voz baja pero lo suficientemente alto para llegar a los oídos de su amigo y hacerlo comprender –"…Solo has funcionar esa cosa."
Continuó revisando el equipo mientras lo secaba con una bata que había estado arronzada en el asiento de la tercera silla, se la pasó a Ryo y lo obligó a cubrirse con ella deshaciéndose de sus prendas húmedas con la amenaza de no ayudarle.
Por supuesto era mentira y eso Ryo lo sabía, pero aún así accedió sin decir palabra alguna.
-"Ya esta" - dijo tras golpear ligeramente el micrófono comprobando el buen estado de este, para su sorpresa.- "Ahora dime ¿que te pasa?"
Colocó con cuidado la primera cinta, destapó el lente de la cámara y comenzó a grabar la silueta de Ryo que tras el lente podía apreciarse mas demacrada de lo que esperaba.
Guardo silencio observando como su amigo se acomodaba en su asiento y levantaba la vista y abría la boca pero de inmediato la cerraba al no encontrar palabras… volvió a realizar la misma acción dos veces más consiguiendo por fin articular una pequeña frase…
-"Tendré que hacerlo desde el principio."
-"Eso es muy obvio ¿no te parece?"
- "Me refiero… al verdadero inicio. Maicol…" -el aludido se sorprendió en todos los años que conocía a Ryo jamás le había llamado por su nombre siempre era Mai para él burlándose de que el diminutivo de su nombre sonara para mujer.
- "…Te contare la historia de mis verdaderos padres…"
-"¿Tus..." - logró articular antes de ser interrumpido
… Entonces vivíamos en Nueva York, vivíamos como una familia cualquiera o eso intentábamos… Pero no creo que lo hacíamos bien.
Mi madre Anne Boyert, una hermosa mujer; mitad japonesa, mitad francesa de 20 años y mi padre Nahjiro Echizen; un japonés de 25 años
Ellos eran personas que perseguían sus sueños y metas sin importar que tuvieran que hacer o dejar para conseguirlo…
Algo admirable. Pero una decadencia tremenda para cualquier padre…
Ellos jamás estaban conmigo, ni en mi cumpleaños o en navidad… Mi madre viajaba constantemente al ser una gran cineasta especializada en documentales y mi padre tenia al tenis como única pasión; fuera día o de noche, lloviera o nevara, el siempre jugaba y me obligaba a mi a jugar…
El pasaba más tiempo conmigo pero a un así era un tiempo enormemente limitado en comparación con otras relaciones padre/hijo.
Pero no se los resentía, todo lo contrario por alguna razón los apreciaba más… supongo que era un anhelo por lo inalcanzable… Cada instante que pasaba con ellos por muy pequeño que este fuera, lo aprovechaba desesperadamente.
Como ellos viajaban al principio se turnaban para llevarme con ellos, yo no poseía un favorito, con ambos me la pasaba bien. Pero llegado a los 6 años iniciaron los cambios y el comienzo de la escuela sentenció nuestro alejamiento.
Los viajes acabaron para mí, pero no para ellos…
-"Mis padres me habían abandonado para seguir con sus sueños. A tan corta edad ya me abría paso yo solo…" - miró por un instante los ojos de Maicol, que aún seguía sin poder asimilar lo que su amigo le había revelado, apartó su mirada agachando el rostro…
Realmente se sentía mal de haberle mentido. De ocultarle cosas y cambiar detalles de su vida. Pero eso era lo mejor, sobre todo para si mismo porque meterse en la cabeza la idea de que nada de eso paso en realidad que todo fue un sueño o mejor dicho una pesadilla…
- "No estuve completamente solo, tuve a nana a mi lado… Nana fue la mejor amiga de mi madre. La llamaba así, porque no lograba pronunciar su nombre correctamente."
Nana llamaba a mis padres y les reñía por dejarme solo sin nadie en casa, las discusiones por teléfono duraban horas en las que ella pensaba que yo dormía tranquilo en mi pieza.
Pero, yo siempre escuchaba sus conversaciones, quizás era auto-tortura o quizás… deseaba escuchar sus voces aunque fuera discutiendo, no lo sé y no creo que me importe realmente ahora.
Con el tiempo Nana se mudó a nuestra casa, había hecho un trato con mis padres. Ella viviría en nuestra casa; comida y techo gratis, y ha cambio cuidaría de mi tanto tiempo estuvieran fuera mis padres.
…Ellos aceptaron de inmediato.
-"¿Ellos te llevaron a verlos otra vez?"- preguntó bajando un poco la cámara pero aun visualizando a Ryo quien negaba realizando suaves movimientos con la cabeza.
-"Ya no los veía y si lo hacia era en fotos o en televisión. A veces escribían…"
Cuando cesaron las llamadas por teléfono o móvil comenzaron a escribir cada quien en su idioma natal, nana no comprendía las cartas de mi papá por lo que me inscribió a un curso de japonés y ella me enseñaba un poco de francés en casa.
En las cartas decían que se sentían mal por no estar conmigo, que me extrañaban y que esperaban verme pronto, que me habían enviado varios obsequios por faltar en mis cumpleaños y ponían fechas que ni siquiera se acercaban a este… también mencionaban lo mismo en otros días festivos, y que me las mandarían en los siguientes días.
-"Ellos mintieron…"
-"¿No te enviaron las cosas?"
-"Me refiero a lo primero. Ellos no querían verme, no me extrañaban y Nana me obligaba a responderles con la misma hipocresía… Aún que ella aún tenia la idea de que yo seguía queriéndoles como antes."
Pero para entonces mi vida era perfecta, y realmente me daba lo mismo ser hipócrita u honesto, y de una u otra forma siempre excluí a mis padres de ella.
Tenía amigos y a Nana y para mi eso era lo importante.
El día de las madres, en la escuela lo que hacia; pinturas, floreros, portarretratos, se los daba a Nana. Eran para ella por supuesto pero al final me decía que mi mamá estaría orgullosa al saber que lo hice para ella, y se lo enviaba a cualquier rincón del mundo en el que estuviera.
El día del padre ocurría lo mismo…
Estaba harto de que Nana no comprendiera que lo hacia para ella, que aún cuándo me esmeraba haciendo los obsequios ella se los mandaba a ellos.
-"Se lo dije… Que yo la quería a ella, que era todo para ella, que mis padres no me interesaban, que deseaba que ella fuera mi madre y padre…"
-…
-"Ella hablo conmigo. Dijo; "en el fondo no piensas eso, lo que dices es la soledad y tristeza hablando por ti, es normal que los viera de esa forma pero que ellos si te aman y pase lo que pase jamás dejaran de ser tus padres… Así como tú su hijo".
-Tus padres aún son inmaduros pero, tú no tienes que ser igual que ellos. Ellos ya han cometidos sus errores, no me gustaría que repitieras la historia… Con los regalos no importa quien los tenga, son solo cosas materiales que viene y van… Yo no las necesito por muy hermosas que estas sean, porque te tengo a ti aquí conmigo y eres como el hijo que aún no tengo. Pero, no soy tu madre o tu padre y eso debes comprenderlo…
-¿Tu no quieres ser mi mamá? Mis padres me han regalado a ti, es lo único bueno que han hecho por mí…
-Ellos no te regalaron ¡y claro que quisiera ser tu mamá!... Pero no lo soy…
-"Ella era muy buen con migo, pero también comenzó a alejarse… Nana salía con un chico en aquel entonces y pronto paso lo inevitable…"
-"¿Se caso?"
-"Si… Mai ¿estas enojado?"
-"¿Contigo? No… Pero no lo entiendo, porque no me lo dijiste Ryo soy tu amigo…
¿Qué no confías en mí?"
-"Créeme… Cuando termine no querrás que te lo haya contado"- murmuró apartando la vista mientras unas cuantas lágrimas traicioneras surcaban sus mejillas antes de ser retiradas por una mano ajena.
-"Me cuesta verte así, pero te dije que te ayudaría"- tomó nuevamente la cámara con ambas manos y grabó un momento la luna observando su reloj de pulsera y tiempo que abría la boca y articulaba palabras- "Ya son las 3 a.m…. Creo que será mejor que descansaras Ryo…"
-"No."
-"¿Has dormido un poco siquiera?"
-"No."
-"¡Entonces ni hablar! Quiero que duermas o no grabare para ti"
Ryo lo miró un rato observando detenidamente cada reacción de su amigo para con su mirada, a la cual Maicol siempre había nombrado como "ojos de tigre" por el increíble pavor que podía producir en la mayoría de las personas.
El de cabello negro le sostenía la mirada sin poder evitar mostrar un poco de nerviosismo, jamás le había gustado esa mirada de su amigo, era como si vieran en el a la persona que mas odiase…
-"No podré dormir aun que me rogaras… No deseo dormir aún, quiero… Continuar con esto."- habló por fin desviando la mirada esperando paciente a que Mai se repusiera.
- "¿Pero es que no estas cansado?"
-"No..."
-"Quizás con una pastilla o…"
-"¡NO!" -gritó aterrado, mirando a su amigo con incontenible pavor.
Mientras en un desesperado intento por alejarse se abrazaba a su mismo y hundía en su haciendo, tiritando sin control y balbuceando cosas que a Maicol le eran imposibles de comprender.
-"Po... N-no… Yo… N… Eric."
-"¿Eric?"- repitió lo único que le había sido posible comprender entre los balbuceos de Ryo, estaba confuso, él no conocía a ningún Eric y Ryo tampoco, él conocía todo de él… o eso hasta que descubrió que su amigo no era quien dijo ser al igual que sus "padres".
-"¿Quién es Eric?"- preguntó acercándose para tranquilizarlo con caricias y golpecitos leves en la espalda, mas la reacción por parte de Ryo fue todo menos lo que esperaba…
-"¡NO ME TOQUES!"
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-"¡SUELTAME!"
-"¿Porque debería?" - la voz ronca resonó en sus oídos asqueándole con esos jadeos excitados e intentos de ronroneos.
Pero no tanto como el asco y temor que le produjo la lengua de ese tipo lamiendo el lóbulo de su oreja derecha; jalando y mordisqueándola como si de una gomita de dulce se tratase.
-"¡Ya basta!" - gritaba una y otra vez sin dejar de moverse en un intento desesperado por liberarse de los agarres y postura en que le mantenía sometido el mayor. - "¡Suéltame!"
Intentaba levantarse pero el otro se mantenía sobre él apresándolo más boca abajo contra los colchones del sofá, acallándole los gritos y dificultándole el respirar…
-"Que pasa Ryo… ¿Asustado?" -se burló acariciándole la espalda desnuda que mostraba varios morados y marcas de dientes principalmente en sus hombros y algunos espacios entre la nuca y el cuello.
-"…Ba-basta… ¡Déjame"!-cerró los ojos con fuerza aguantando las lágrimas mientras arañaba y mordía los cojines del sofá, ensuciándoles con sus saliva y calentándolos con su aliento mientras un fuerte y ultimo grito se esforzaba por salir de su garganta-" Er-¡Eric…!"
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-"D-de…Tente… Ya no" - Ryo continuaba abrazándose a si mismo murmullando y hundiéndose mas en su propio cuerpo hasta tornarse a la forma de un capullo, mientras sus sollozos eran ahogados por la presión de sus piernas contra su rostro.
Su amigo se alejó con lentitud tomando de nueva cuenta su asiento, suspiró y dedicó unos minutos a observar las reacciones de su amigo…
Esto… por donde le viera era extraño, demasiado para su gusto.
Peinó con sus dedos su semi-larga cabellera acomodando su barbilla sobre una de sus manos, suspiró y desvió la mirada que hasta ese momento se mantenía sobre el tembloroso cuerpo de su amigo.
¿Que hacer ahora? Jamás había consolado a nadie jamás había sido necesario…
A su hermano menor lo consolaba su madre o su hermana, a sus amigos ni siquiera había tanta confianza como para confesarse cosas de mayor grado de importancia que con que chica ando, nombres y relaciones familiares, y por supuesto lo mal que van en los cursos debido al supuesto odio de algún maestro.
Pero esta ocasión no era una de esas estupideces triviales…
-"¿Quieres hablar?"-susurró apenas audible para su propio oído, a lo que repitió sus palabras pero Ryo continuaba en el mismo estado ignorando como si no existiera o no estuviera presente.
-"Esta bien si no quieres hablar… Pero" - suspiró derrotado ¿esta bien si no quieres hablar? Porque había dicho eso cuando era más que obvio que estaba mal si no hablaba jamás podría entender nada y por lo cual tampoco podría ayudarle…
-"Por lo menos escucha… No se que este pasando por tu cabeza, hasta ahora no me has dicho nada relevante… Claro exceptuando el hecho de que todo lo que conozco de ti es mentira… Siquiera ¿puedo saber si realmente conozco tu nombre real?
Porque es un echo que tus apellidos no lo son… "
-"A…Bush…Ugh…"
-"¿Estas consiente de que no te entendí nada?"
-…
-"OK…"- masculló levantándose y tomando rumbo hacia la cocina.
Le impresionaba lo grande que era el departamento de su amigo… de ese chico.
Desde la primera ves que entró en el lugar con él para decidir si lo compraba o no, él se había quedado fascinado a tal punto de que se auto invitó a vivir hay por un tiempo, aún que claro al final tuvo que irse… desventajas de su carrera elegida.
Entró a la cocina tan limpia y ordenada como todas las otras habitaciones del departamento exceptuando la habitación de Ryo y la entrada principal que por ahora eran un caos.
Tomó uno de los vasos de de cristal y le lleno de agua del grifo que para esas hora era incluso más helada que la que se encontrase dentro del congelador.
Cerró el grifo y suspiró hondo dejándose caer recargado entre uno de los pilares de la puerta, quizás fuera mejor si se largase de ahí… si eso era lo que cualquiera con la mitad del cerebro en funcionamiento correcto haría, lástima que él no era una de esas personas…
-"Estúpida amistad…"- masculló mientras observaba el vaso que se encontraba hasta el tope de agua, la movió con movimientos circulares dejando caer un poco del agua por los bordes sin importarle mojarse la ropa en el proceso.- "Quien diría… Que terminaría apreciándote tanto…"
Se levantó con cuidado para ya no regar más el contenido de su vaso, tomo la perilla de la puerta pero antes de poder girarla o darse cuenta de lo que pasaba cayó de espalada contra el suelo siendo empujado por un peso extra sobre el
Abrió los ojos desorientado por el golpe solo para encontrarse con el cuerpo de Ryo sentado sobre el e inmovilizándolo por completo…
No podía verle el rostro pues este era cubierto casi en su totalidad por el cabello del de la mirada ámbar. Sus ojos también escondidos le miraban con frialdad, de eso podía darse cuenta al sentir los escalofríos en su espalda y un sudor frió recorrerle el cuerpo entero.
-"Que a…"- no pudo terminar cuando unas manos le acariciaron las mejillas con lo que pudo identificar como ternura. Se estremeció ¿desde cuando él hacia eso?
-…
-"Ya basta, bájate" - dijo intentando levantarse al sentir como el agua que había caído rompiendo el vaso en pedazos empapaba sus prendas y aumentaban los escalofríos en su cuerpo.
-…
- "Que pasas no esc… ¡Que haces!"- gritó alarmándose cuando las manos de Ryo se aferraron con fuerza a su cuello apresándolo y dificultándole enormemente su intentos de respirar.
Tomo las muñecas de su agresor esforzándose por separarlo, se sorprendió al ver imposible sus acciones, el cuerpo de quien creía su amigo estaba pesado y en la posición en que se encontraban era demasiado la desventaja.
Debía hacer algo de lo contrario realmente… Sin importar que ocurriera en esa cabeza, Ryo lo mataría…
-"R-ryo.. Ba…Bast…A"
-"… Te dije… Que lo pagarías…"- Murmuró bajamente mientras aumentaba la presión que ejercían sus manos.
Seguía moviéndose intentando de alguna forma liberarse del agarre sofocante al que
Ryo le mantenía sometido.
Pero pronto ya no podría luchar más… Apenas y el aire lograba llegar a sus pulmones causándole más dolor al recibir un poco de aire tras ser privado de este por varios segundos.
Sus ojos se nublaban volviendo siluetas y sombras distorsionadas todo a su alrededor.
Su visión regresó a la normalidad por un instante en el que logró ver los ojos y facciones de Ryo; sorpresa, confusión y extrema preocupación… por lo menos lo que había hecho realmente no era hacia él… Al final Ryo no quiso hacerle daño…
El de mirada ámbar completamente aturdido y pasmado lo miraba todo en cámara lenta… primero se hallaba a si mismo sobre el cuerpo de ese bastardo a punto de arrebatarle la vida como tiempo atrás el lo hizo con la suya.
Lo observaba detenidamente mientras este le rogaba con la mirada que se detuviese que le dejase vivir… Pero, ¿Por qué hacerle caso?
¡¿Cuantas veces no le rogó él que se detuviese?!
¡Que lo dejase tranquilo!
Que ya no lo tocase…
Cuantas noches no se la pasó llorando hasta caer dormido tras una de sus visitas o charlas…
Pero, todo cambio…
Y en cuestión de segundo ese tipo, que había entrado a la cocina en busca de sus infernales pastillas y demás herramientas había desaparecido…
Y era ahora Maicol, su mejor amigo, el que yacía inconsciente en su lugar…
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Abrió los ojos de golpe. Sobresaltado por la sensación de estar rodeado de agua…
Pestaño varias veces acostumbrándose a la iluminación del lugar, giro su vista sin levantar el rostro dando a intuir que solo miraba el agua que lo rodeaba…
Pareces de mármol blanco… Muebles de madera con barniz claro… Bañera llena de agua…
Suspiró intentando relajarse, estaba a un en su casa. Entrecerró los ojos por unos instantes asimilando que todo había sido un sueño…
Eso debía ser…
Un sueño… Mejor dicho pesadilla.
Jamás lastimaría a Maicol y menos lo…
-"Mai…"- se sentó con brusquedad lastimándose la muñeca izquierda y la espalda en el proceso, observo con desesperación el lugar en que se encontrada.
¿Dónde estaba maicol?
Estaba por levantarse pero un fuerte grito lo hizo abstenerse
-"¡NI SE TE OCURRA!"
-…- sonrío en sus adentro al ver como Maicol se introducía a la habitación que era el baño con la ropa ligeramente empapada…
-"¿Pero que? ¡Quita esa sonrisita de idiota…!"
Giró el rostro avergonzado ni siquiera se había dado cuenta de que sonreía…
-"¡Te dije que te enfermarías imbécil! Y lo único que haces ahora es ¡sonreír como un idiota!"
-"¿Que paso?"
-"… ¡Eso quisiera saberlo yo! Voy a la cocina y cuando regreso estas ¡inconsciente en el suelo y ardiendo en fiebre!"
-"No… No recuerdo…"
- "Como sea, quédate un rato más aquí…"
-"¿A donde vas?"- preguntó viendo las intenciones del de cabello negro por salir de la habitación.
-"Al parecer no lo has notado pero la ropa la que traes puesta esta empapada… voy por toallas y tu ropa. ¿No te molesta que tome algo para mi verdad?"
-"No, adelante." -asintió y sonrío nuevamente sin darse cuenta.
Realmente estaba contento de que todo hubiera sido un sueño y que jamás hubiese lastimado a su amigo, y más aún que este lo siguiera tratando igual que siempre a sabiendas de que quizás todo lo que sabia de él era una vil mentira…
Pero… ¿Porque había soñado algo como eso?
-"Perdóname por mentirte…"-masculló antes de que la puerta se cerrara.
Mai se detuvo girando su rostro un poco hacia Ryo dejándolo apenas en su campo de visión, sonrío cálidamente girando nuevamente la vista antes de cerrar la puerta susurro…
-"Solo, ya no lo hagas mas… ¿De acuerdo?"
-"…Si."
Caminó por los oscuros corredores, tropezándose con algunos muebles pero sin importarle en lo absoluto.
Abrió una de las puertas más cercanas a la entrada perteneciente a la pieza de Ryo en donde habían estado grabando y de alguna forma conociéndose por primera vez…
Se dirigió a los muebles que recordaba Ryo guardada parte de su topa y tomó lo esencial para si mismo una camisa y un pantalón sueltos lo que era difícil considerando que Ryo era mas delgado, y porque no decirlo algunos centímetros mas bajo.
Buscó entre los cajones sacando ropa para el dueño del piso y algunas toallas.
Se levantó del suelo en donde se había acomodado para buscar mejor en los cajones bajos, y tomando las cosas en su manos, no sin antes cambiarse de ropa hay mismo, camino hacia la salida a paso lento. Deteniéndose frente al espejo casi oculto en una de las esquinas…
Se observó por unos segundos, las mascas rojizas en su cuello, marcas perfectas de dedos presionados con suma fuerza contra su piel…
Cerró los ojos recordando como Ryo le había atacado y salvado…
Le había realizado masajes cardiacos y respiración boca a boca con tanta desesperación que ni siquiera se había dado cuenta de que sus acciones habían servido…
El aún creía muerto a su mejor amigo. Se había levantado tembloroso y con algunas lágrimas surcando su rostro mientras el cuerpo en el suelo lo miraba con dificultad y antes de poder hablarle o lograr alguna acción que le delatara como vivo o siquiera consiente, Ryo había perdido en conocimiento cayendo al suelo, golpeándose con fuerza la cabeza…
-"… Es mejor que no se entere…"- se auto recomendó acomodándose el cuello de la camisa, sujetando mejor las cosas y saliendo de la habitación para finalmente cerrar la puerta…
TBC…
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