Esta historia es solo producto de mi imaginación, cualquier parecido a algún otra historia es mera coincidencia. Lo escribo con fines de entretenimiento, del mío como del que lo pudiera leer.

LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, ES DECIR, DIGIMON NO ME PERTENECE

(TOMO SUS PERSONAJES DE ENTRETENIMIENTO PERSONAL)


Canción:

( Be Somebody - Thousand Foot Krutch )


:: MEDIANOCHE ::

CHAPTER 22

Daños

Una dulce melodía inundaba el ambiente, despertando poco a poco a una chica de cabellos rojizos. Abrió sus ojos con pereza, la luz del sol entraba por su ventana y alumbraba su rostro con intensidad.

- ¿Música?,- pregunto al aire al tratar de despertar por completo, trato de incorporarse con lentitud. Su cuerpo se sintió pesado y débil.

Con dificultad logro incorporarse por completo en la cama.

La música sonaba constante pero sutilmente. Al estar sentada en la cama volteo a todos lados para ver de dónde provenía el sonido musical. Su cuerpo se erizo al sentir la fría brisa del viento entrar por su ventana. Se trato de cubrir con la sabana, al revisarse noto que no llevaba más que una delicado y delgado camisón de color perla. Explicando el frío en su piel. Dio una vista rápida y reconoció de inmediato el lugar, era su habitación pero le resultaba ligeramente diferente.

La música seguía

Ahora que estaba más despierta pudo escucharla con mejor claridad. Al seguir su oído, volteo y vio un pequeño aparato musical, era una bella y antigua caja de música que estaba acomodada en su tocador. No recordaba haber tenido uno como esos antes. Al verla de lejos, admiro una exquisita caja negra con adornos en dorado. La caja se encontraba abierta y arriba de esta bailaba una pareja con vestidos elegantes, dos esbeltas figuras que danzaban en circulo por medio de un mecanismo que era activado con la música del aparato.

Le pareció algo bello de admirar, seguido del delicado sonido que ambientaba dulcemente la habitación, un sonido que le resultaba extrañamente familiar.

- ¿Donde he escuchado esa melodía?.

De repente todo oscureció, al buscar la luz del sol en su ventana no la encuentro, en su lugar estaba la hermosa luna iluminando parte de la habitación.

- ¿Volvió a ser de noche?, pero esto no puede...

- Vaya que te ves hermosa al dormir Sora, puedo quedarme toda la noche admirándote.

Una voz masculina le llamo desde la esquina de su habitación, como había oscurecido, no podía distinguir la figura. Sora volteo asustada queriendo descubrir al intruso.

- ¿Quién eres?

La figura se fue asomando de manera progresiva, dejando cada vez más tensa a Sora pero no pudo distinguir su rostro ya que el sujeto se mantenía oculto en la oscuridad.

- Es imposible que me hayas olvidado Sora, hemos compartido tantas cosas juntos,- El hombre se movió en las sombras, y se detuvo justo al lado de la caja musical.

- No puedes estar aquí, es mi habitación, ¡Esta es mi casa!, ¿Como entraste?

La risa del sujeto inundo el lugar.

- Esta es también mi habitación,- Hizo una pausa para tocar delicadamente la caja, pasando sus dedos por las pequeñas figuras mecánicas de la caja que bailaban al son de la música,- Donde estés tu, yo también estaré. Todo lo que es tuyo, es mío de igual modo. Tú, simplemente eres mía Sora.

La respiración de Sora se detuvo por un momento, el hombre tomo por completo la caja musical y caminando lentamente con dirección la cama, se detuvo en medio de la habitación, dejando a descubierto su identidad a la luz de la Luna.

- Nick...

- Te estuve admirando todo este tiempo, que hermosa te ves en este momento con esos ojos de conejito asustado.

- ¿Cómo entraste aquí?,- repitió Sora mientras se ponía alerta ante la situación, apretó sus puños en la ropa de la cama. Pensaba en los movimientos que tenía que hacer para pelear con el lobo.

- ¿No es bello esto?,- Alzo con una mano la pequeña caja musical,- Exquisito diría yo, escuche que es una de tus melodías favoritas.

Sora no respondió, sus labios temblaban. Jamás en su vida había tenido miedo de moverse como en ese momento, su cuerpo se pudo rígido. Nada estaba bien en ella y eso era algo que le pudiera cobrar muy caro.

- Vamos, tienes que recordar. Si es tu favorita esta melodía.

- Nick, ¿Que quieres?.

El lobo borro su sonrisa por un momento al ver las reacciones de la chica.

- Quiero saber más de ti, quiero saberlo todo. Quiero verte todo el tiempo, quiero tocarte y hacerte cosas que ni en miles de vidas pudieras imaginar. El mundo está lleno de extrañas y exóticas mujeres, pero tu Sora, eras la más bella de todas.

- ¿Porque yo Nick?, enserio déjame en paz.

- El amor puede ser enfermo. Una horrible y mortal enfermedad.

- Basta, estás loco.

- Loco por ti, ¿Que no ves?, esto puede ser el comienzo de algo hermoso,- Sonrió divertido, dio un paso al frente para acercarse a la cama.

- No me toques,- Amenazo Sora tratando de moverse en la cama lentamente. El chico ni se inmuto y detuvo todo movimiento.

- Moonlight Sonata,- soltó sencillamente.

- ¿Qué?

- Moonlight Sonata,- repitió el chico caminando a la cama para poner la bella caja de música en la mesa de noche a un costado de esta,- Es la música, tu música y si me permites decir, nuestra música.

Sora se alejo casi por completo de donde el lobo se había acercado. Ya estaba de pie lejos de su alcance.

- Si te acercas a mí, te matare,- Sora no dudaría en usar sus habilidades para defenderse.

- Oh Sora, los dos sabemos que nunca podrás matarme, no tienes las agallas. Además, no querrás hacer ruido y despertar a los demás. Tus amigas están durmiendo cómo ángeles, no hay que molestarlas.

- ¡No te acerques a ellas!,- Grito furiosa.

La ira de Sora creció esporádicamente al escuchar eso, alzo su brazo para tratar de lanzarle un hechizo pero de su cuerpo no salió nada. Volteo asombrada por su falta de habilidades mágicas, tratando de encontrar una explicación.

- Pero como...

- Debes de estar cansada Sora, deberías de volver a acostarte, ven... durmamos los dos juntos,- sonrió Nick al acercarse a Sora lentamente.

La bruja quiso correr a la salida pero Nick la tomo de la cintura. Sora pataleo con todas sus fuerzas, lanzando golpes bajos y estratégicos hacia el lobo, así como lo había hecho con Yamato el día que llego, pero su cuerpo era torpe. No entendía Sora que le pasaba, puede que tenga razón el lobo y este cansada, explicando su falta de habilidades ya no solo mágicas, sino también físicas.

- ¡Ah!,- grito Sora con todas sus fuerzas pero el chico la había callado con una mano. La puso nuevamente en la cama, terminando por ponerse encima de ella. Todo había sido muy rápido, el lobo la tenia atrapada bajo su merced. Ella trato de forcejear pero Nick le había tomado de las muñecas y las había puesto sobre su cabeza, inmovilizándola aun mas.

- ¡Ah!, ¡Suéltame!

- Grita una vez mas y te cortare la lengua.

- ¡Ah!,- Ignoro Sora su amenaza.

Nick lanzo una bofetada al rostro de ella para tomar nuevamente de sus muñecas. Quería ver la reacción de la bruja con ansias.

- Pórtate bien, porque si no tendré que matarte más rápido de lo que tengo pensado.

- ¡Ayuda!,- grito Sora, su miedo crecía de sobremanera, soltó unas lagrimas en el acto.

- Tranquila Sora, todo pasara muy pronto,- Hablo una segunda voz.

Sora quiso ver de quien se trataba pero la desesperación de tener que quitarse a Nick de encima era aun mas fuerte.

- Taichi, llegas en buen momento,- interrumpió Nick sin apartar la vista del rostro de la bruja.

- ¿Taichi?, ¡Ayúdame!,- Pidió Sora, sin poder creer que chico castaño estaba parado sin hacer nada.

El vampiro sonrió pero ni se inmuto, solo se recargo en un mueblo continuo a la cama de la chica.

- ¿Qué haces?, ¡Ayúdame por favor!

- Sora, que no ves que nunca fuimos amigos. Es patético pensar que yo pudiera ayudarte a ti o a tus amigas. Que entre nosotros pueda haber algo tan absurdo como una amistad. De verdad eres desagradable, solo te humillas a ti misma.

Sora temblaba, sus fuerzas se agotaban.

- ¿Quién eres?, Tú no eres Taichi. El jamás me diría esas cosas,- Lloro Sora casi derrotada.

- Te sorprendería quienes somos en verdad.

Por un momento Sora dejo de pelear y fijo toda su atención a la última persona que había aparecido.

- Yamato...

El rubio ni se inmuto, puso ambas manos dentro de sus bolsillos. Viendo con sus fríos ojos azules a Nick que seguía estando encima de Sora.

La pelirroja no podía creer que aquellos chicos fueran sus "amigos". Aunque nunca hubiera mostrado gran afecto hacia ellos, los estaba empezando a querer más que a otras personas en toda su vida.

- Estábamos tan bien sin ti, es patético pensar que tu pudieras ser nuestra amiga y pudiéramos compartir algo contigo.

El llanto de Sora empezó a ahogar la habitación mientras que el rubio seguía hablando, algo dentro de ella se estaba empezando a romper y no quería aceptarlo.

- Sora, solo ríndete, nunca debiste de haber llegado aquí en primer lugar. Esto es por tu bien, morirás tan rápido que no sentirás dolor,- hablo Taichi.

- ¡Ah!,- El grito de la bruja se ahogo con la fuerza que ponía sobre la situación, el lobo estaba más que tranquilo sometiéndola.

- No le mientas Taichi, sentirá mucho pero mucho dolor.

El lobo bajo su rostro y lamió la mejilla de Sora.

¿Debo de asesinarla ya?,- pregunto ansioso Nick.

- Si, pienso que este es el momento perfecto, evítanos la pena a nosotros de matarla primero,- afirmo el castaño con una sonrisa de lado,- ¿Qué piensas Yamato?

Sora se concentro unos segundos en el rubio, esperando como si fuera una escena de fusilamiento, donde ella ya no tenía escapatoria, tenía ya la soga al cuello.

- Por favor... Yamato, ayúdame.

El rubio no cambio su expresión en ningún momento.

- ¿Ayudarte?, porque haría eso,- El vampiro despego la mirada de la bruja y se dirigio al lobo. Deberías de hacerlo en tu verdadera forma Nick,- apoyo el vampiro de ojos azules, ignorando por completo la suplica de Sora.

La bruja se retorció negando lo que se avecinaba.

- ¡No!

En cuestión de segundos el cuerpo de Nick había cambiado, mostrando su monstruosa forma bestial que había visto Sora la noche anterior. Sintió el cambio de peso del cuerpo de Nick sobre el suyo y la fuerza que infringía. Abrió su enorme hocico para terminar mostrando sus afilados colmillos y rugir en el momento.

Sora cerró los ojos de inmediato al sentir el rugido muy cerca de su rostro.

- Jamás debimos de conocernos, no has hecho otra cosa que estorbarme. Es gracioso la forma en que caías rendida a mis pies, tan fácil,- termino por decir Yamato para emprender la salida de la habitación.

Taichi le siguió sin decir nada.

Lo último que vio Sora al abrir los ojos, fue los colmillos del lobo acercarse a su rostro.

Soltó un grito al esperar su final.

- ¡Ah!,- Sora se levanto asustada al instante, su cuerpo se encontraba cubierto en sudor y su respiración, estaba fuera de ritmo.

Volteo a todos lados y se toco a si misma al instante. Se fue tranquilizando conforme fue confirmando que se encontraba a salvo. Vio que estaba en el habitación de Mimi, acostada en la misma cama con todas sus amigas. Sus tres amigas estaban plácidamente dormidas abrazando a la castaña.

- Fue una pesadilla, una horrible pesadilla,- concluyo tranquila Sora, tratando de recuperar su respiración.

Dio un suspiro de alivio al ver con bien a las brujas, ya no le importo en lo más mínimo su propio bienestar, oculto su rostro en sus manos, quería limpiar toda evidencia de lagrimas y sufrimiento.

Solo fue una pesadilla, solo una pesadilla, una pesadilla, no fue real Sora.

Se tranquilizaba mentalmente, después de un tiempo se volvió a recostar a lado de Mimi, abrazándola con calma. Recordó como la noche anterior había sido un vaivén de fuertes emociones. Su cuerpo se volvió a sentir cansado. Agradeció la verdadera y real magia del cuerpo humano, la adrenalina; cuando recordó su pelea con Catherine, no pareció importarle el dolor que pudo haber sentido en ese momento.

Soltó por un momento un quejido de dolor al moverse, le dolía el pecho.

¿Su maldición?,

No, sabia que era un dolor diferente.

Se toco momentáneamente su pecho, noto que llevaba su uniforme el cual estaba cubierto de suciedad y sangre. Al asomarse para ver el causante de su dolor, noto la herida que le causaba ese ardor en la piel.

- Maldita Catherine,- susurro Sora por el incidente que casi termina perdiendo la vida a manos de esa arpía.

Reconoció que había estado muy cerca de perder la batalla contra la rubia, debía de agradecerle en cierta manera a los vampiros. Ellos evitaron que la afilada daga de su enemiga hubiera cumplido su cometido.

Soltó una mueca de desagrado.

- Maldita pesadilla,- menciono dejando caer pesadamente en su mano a un costado después de ver su herida.

Negó mentalmente lo sucedido en su pesadilla. Los vampiros podían ser muchas cosas pero no traidores. En especial Yamato y Taichi.

Se sonrojo al pensar en ellos.

De cualquier manera, esa pesadilla no había sido normal. Tuvo escalofríos al pensar en Nick, nunca en su vida había tenido tanto miedo con una persona como lo tenía con él, podía combatir con cualquier criatura o monstruo pero con Nick, ella se paralizaba.

Se sentio tan real y el dolor fue tan... Tranquila Sora debes de estar alucinando y solo estas cansada.

Sora nego ante sus propios pensamientos.

Hikari dio un pequeño quejido y se acomodo nuevamente en la cama, abrazado a Miyako en el acto. La cama de mi Mimi no era tan grande pero las chicas se las arreglaron para acomodarse todas en ella. Querían estar juntas dada las situaciones que vivieron el día de ayer, temían por Mimi y no quisieron dejarla sola nuevamente.

La bruja mayor no quiso moverse. Todas estaban cansadas, se habían dormido muy tarde que ni siquiera les dio tiempo o ganas de cambiarse de ropas, tanto ella como sus amigas, tenían el uniforme de la escuela hecho un desastre.

- Estuvimos tan cerca de morir,- susurro Sora preocupada.

Jamás habían estado en un peligro de esa magnitud, no en por lo menos en mucho tiempo. Recordando el incidente de ellas con la causante de la mayoría de sus problemas, Meiko.

La pelirroja lo recordaba como si hubiera sido el día de ayer. Los gritos, la lluvia, la risa de la que creyó que era su amiga, el silencio que se hizo al momento que asesinaron a...

- Sue,- La voz de Sora tembló, decir su nombre le dolía. Sin notarlo sus ojos soltaron unas pequeñas y sutiles lagrimas. Sabía que aquellos encuentros pudieran seguir sucediendo.

Ese día tuvieron suerte, como el día de ayer, pero el día de mañana no se lo aseguraba nadie.

- La suerte no estará de nuestro lado todo el tiempo, tengo que prepararlas.

En eso tocaron levemente la puerta de la habitación. Sora alzo la vista hacia la misma, espero un corto tiempo cuando volvieron a tocarla delicadamente, la pelirroja se levanto silenciosamente para no despertar a sus amigas, se fue limpiando sus discretas lagrimas mientras caminaba hacia la entrada de la habitación, al abrirla se encontró con el tranquilo rostro de Joe.

- Joe, ¿Paso algo que...

El chico la interrumpió haciendo un delicado gesto para guardar silencio, sabía que dentro de la habitación dormían las demás.

Sora asintió.

El vampiro hizo otro gesto para que esta la siguiera y Sora así lo hizo, cerrando la puerta delicadamente atrás suyo.

Bajaron a la primera planta donde la bruja se encontró a Taichi. Por un momento se olvido de Joe y se concentro en el chico, estaba limpiando la cocina tranquilamente. Taichi dejo de hacer lo que estaba haciendo al ver que había entrado Sora, lo que hizo que a ella sintiera escalofríos atravesar toda su espalda, la mirada del chico era algo que ella le costaba acostumbrarse y más después de lo que había soñado, sus manos empezaron a temblar.

Maldita pesadilla, pensó ella con molestia.

- Sora, me alegra que estes despierta, ¿Te encuentras bien?,- Sonrió el castaño.

- Yo... sí, estoy bien,- Tardo Sora en volver a la realidad al ver al castaño.

El vampiro dejo de sonreír al ver la reacción de Sora y el temblor de sus manos. Quiso intervenir pero ella misma evadió cualquier conversación entre ellos y se dirigió con Joe.

- Y dime Joe, ¿Qué paso?,

Joe se acerco a la cocina y saco unas bandejas de comida que estaban perfectamente acomodadas en platos de aluminio del horno; y las acomodo sobre la barra. La bruja se sorprendió de lo profesional que se veía la comida.

- Les hicimos comida, deberán de estar hambrientas y necesitaran fuerzas.

- Gracias... esto es... digo, ustedes, ¿Lo cocinaron todo?,- pregunto dudosa Sora y claramente sorprendida. Le costaba hablar por un momento.

Taichi sonrío ante la pregunta, haciendo sonrojar a Sora levemente.

- Lo sé, tengo mucho encantos bajo la manga y sobretodo se que tengo material de novio perfect...

- Taichi,- Interrumpio Joe.

Sora rodó sus ojos, se relajo y confirmo que el castaño nunca podía tener malicia en su interior.

- Bueno fue idea de Joe, pero yo hice la mayoria del trabajo...

- Taichi,- Volvió a interrumpir Joe.

- Bueno ya,- Taichi alzo las manos en son de paz a sus amigos,- La verdad no sabíamos cuando iban a despertar, llevan dormidas muchas horas y ya pasa del mediodía. Fue a buscarte Joe al sentir que te habías despertado.

- ¿Es más del mediodía?,- La bruja no podía creer el tiempo que llevaban dormidas ella y sus amigas,- No recuerdo cuando fue la última vez que dormimos así, lo siento.

- No tiene porque disculparse, es normal. Acabaron muy cansadas anoche,- expreso tranquilo Joe para guardar cuidadosamente la comida.

- Tuvieron una extenuante día, ¿Las demás como se encuentran?- pregunto el castaño un tanto preocupado por el estado de las brujas.

- Estaremos bien, las chicas y yo tenemos solo unos cuantos rasguños, estábamos tan cansadas que nos fuimos a dormir con toda y ropa. Vaya que fuimos muy descuidadas

El chico asintió comprendiendo la situación.

- La ropa de la cama de Mimi costara mucho limpiarse después,- Sora no pudo evitar apretar nerviosamente sus manos y tratar de arreglar un poco de estropeado atuendo como su cabello.

- Se preocupa por cosas tan pequeñas y sin importancia, es bueno saber que están descansando,- Menciono Joe para tranquilizar a Sora.

- Así es nuestra dulce Sora, necesitas irte acostumbrando Joe,- Recalco Taichi divertido para guiñarle un ojo a Sora.

Ella igual rio y negó avergonzada.

- Si ya veo y si me permite decirle, sus heridas no son solo un par de rasguños,- la corrigió Joe de inmediato,- Tengo planeado revisarlas a todas y cada una de ustedes, empezando por usted.

- No creo que sea necesario.

- Insisto,- indico Joe para ofrecerle una de las sillas altas de la cocina para que tomara asiento.

La bruja dudo un poco pero al final termino aceptando, tomo asiento mientras que Taichi veía atento todos sus movimientos.

- Estoy seguro que Taichi le comento de mis habilidades médicas, no tiene por qué preocuparse o estar nerviosa, no le haré daño.

- No lo estoy, es decir, no estoy preocupada o nerviosa,- negó Sora.

- Claro,- sonrió de lado Joe,- Entonces necesita tranquilizar su ritmo cardiaco, se que está mintiendo y está nerviosa.

Sora se mordió el labio inferior para ver a los ojos a Joe de forma inocente, maldiciendo interiormente por no poder mentir mejor.

Joe sonrió relajado y tomo delicadamente la muñeca de la bruja para tomar su pulso.

Taichi hizo una mueca, no quería que ella hiciera eso frente a Joe.

- ¿Eres doctor?,- Sora quería hacer el momento menos tenso,- He visto que tienes grandes habilidades con esto de las curaciones.

- Me hubiera gustado, he leído al respecto y me mantengo al día con temas médicos pero mis objetivos son otros.

Sora asintió. Para ellos tenía que ser difícil llegar a tener una profesión siendo como eran, vampiros.

- Serias un buen médico, se ve que eres bueno con las personas.

- No tanto como me gustaría, me cuesta a veces tocar a las personas ¿sabes?

- No pareciera,- Sora fijo su vista a las manos delicadas del chico. Sin evitarlo pudo apreciar dos grandes cicatrices en las muñecas de este y quiso esquivar la mirada de inmediato.

Joe siguió con su trabajo y pasó sus manos por los brazos rasguñados de la chica, de su mano salió un delicado destello azulado para disminuir considerablemente las heridas de Sora. La bruja sintió un pequeño escalofrío, la sensación de las manos de Joe eran frías pero reconfortantes, como un hormigueo juguetón.

- Eso se siente extraño,- expreso Sora.

- Sí, así es al principio,- Menciono Taichi.

- Tienes heridas superficiales y no tienes huesos rotos, eso es bueno,- explico sencillamente el vampiro mayor al pasar su vista minuciosamente al cuerpo de Sora.

Ella se tranquilo al escuchar eso.

- Eso no quiere decir que no necesites atención Sora,- explico Taichi.

- Se preocupan mucho por mí, las demás son las que tienen que revisar.

- Lo haré a su debido tiempo, pero por mientras es necesario que la revise a usted. Y mire, después que terminemos le daré un dulce,- soltó Joe, quería que se relajara la chica y funciono verdaderamente.

- Cómo me puedo negar ante tal petición,- rio Sora.

- Gracias,- agradeció Joe.

- Eso solo incremente mis sospechas que eres un perverso Joe, trayendo dulces en tus bolsillos para atraer a chicas lindas,- Taichi no le hizo mucha gracias ese gesto, casi siendo un coqueteo entre ambos.

Joe ignoro el comentario del castaño,

- Ignóralo,- Le dijo Sora.

- Claro que lo voy a ignorar, sé que tengo amigos muy idiotas.

- ¿Ahora soy idiota?,- sonrió Taichi.

- Si,- Joe volteo donde el vampiro,- Tu y Yamato. Los dos son unos idiotas.

Sora abrió ligeramente sus labios al escuchar eso, estaba sorprendida que mencionara al rubio de la nada.

- ¿Por qué piensas eso?,- El castaño ya sabía por dónde iba el comentario de Joe, y quería que lo soltara si tenía agallas.

- Hicieron algo tan descortés e invasivo como alimentarse de la señorita Sora, sabia que eran unos animales pero no unas bestias.

Sora abrió los ojos sonrojada, sintió vergüenza de inmediato. Volteo donde Taichi para replicarle que el vampiro mayor supiera lo que había pasado.

El castaño al notar la mirada de su amiga, enseguida se defendió.

- No me mires así, yo no le dije nada y créeme, Yamato sería el último en la tierra en hablar de este tema con alguien más. Nuestro querido superior Joe es muy hábil.

La bruja quiso que le traga la tierra, ella sabía que los dos vampiros habían hecho mal en hacer lo que hicieron con ella. No quiso que nadie más se enterara.

- Perdone que la incomode señorita pero ciertamente su cuerpo, desprende la esencia de Yamato y Taichi. No quiero que se avergüence, es algo muy primitivo que les pasa a las hembras una vez se alimentan de ellas.

- ¿Otros mas como ustedes pueden saberlo?,- pregunto preocupada.

- Ciertamente algunos pueden, depende de la madures del vampiro pero si. Es muy notoria la esencia de ambos, como ellos de ti.

Sora volteo su vista, se sentía nuevamente avergonzada, había sido muy débil por caer en manos de los vampiros.

- Por favor, no se ponga así, todo estará bien. Ellos fueron los del problema, lo sé a la perfección,- expreso molesto Joe mirando a Taichi.

El castaño sonrío de lado y miro a Sora. Era cierto lo que decía su amigo, ahora Sora olía a ellos dos aunque Taichi en el fondo solo quería que ella oliera a él y únicamente a él.

No me arrepiento de lo que hice.

Deberías, ellas son más frágiles que una de hembra de nuestra raza.

Y más fuertes que una hembra humana.

No es justificación Taichi.

Díselo también a Yamato, el empezó. Ella era mía en primer lugar, nunca debio de haberla tocado.

Ella no es de ninguna de los dos, cuando van a entender que no pueden poseer a las personas y menos a las hembras.

Claro, ahora resulta que tu eres un santo en eso. ¿No?

Nadie es un santo aquí, se lo diré a Yamato también, no te preocupes por eso. No importa la edad que tengan, tienen que empezar a madurar. No puedes tratar a las personas como de su propiedad,- Termino por decirle Joe a Taichi en su corta discusión mental.

- ¿Me pasa algo malo?,- pregunto Sora al estar en un silencio prologado.

- No, y eso es lo que precisamente temo,- dijo Joe para volver a la realidad y deja atrás su discusión con Taichi.

- ¿De qué hablas Joe?,- Fue Taichi quien pregunto tenso y confundido,- ¿Ella esta bien?

- Claro que está bien pero hay algo que no entiendo.

Sora seguía sin decir nada, pero Joe continuo.

- Su cuerpo, no es como el de nosotros y tampoco es como el de un humano normal pero... es extraño que no perciba algo, lo que sea. Es decir, algún indicio de debilidad y problema en la sangre, marcas o incluso trastornos psicológicos, como alucinaciones o somnolencia.

- No comprendo, ¿Tengo que tener todo eso?, ¿Estoy mal por encontrarme bien?,- Sora no comprendía su situación.

- Ser un tributo no es algo que se haga todos los días señorita Sora, las mujeres de nuestra raza al momento de ser parte de un tributo por primera vez, es complicado, doloroso e incluso mortal. Las primeras veces son las peores, el cuerpo se agota, se dificulta caminar y por suerte, siguen vivas después de eso. Ustedes las brujas son más fuertes de lo que pensamos.

- Ya veo,- Sora pensaba la situación.

- Por lo que a mí me consta, yo fui muy delicado y cuidadoso.- Expreso Taichi.

La bruja se sonrojo y quiso darle una explicación lógica.

- Sé que la sangre de las brujas es poderosa pero no tenía idea de cuánto. En la antigüedad Takako nos menciono que nos cazaban otros seres para beber de nuestra sangre, incluso los mismos brujos o hechiceras.

- ¿Eran cazados por su misma raza?,- Joe se cruzo los brazos para ver a la bruja.

- Sí, ser conocido o ser parte de un linaje privilegiado es peligroso para los brujos y también depende de la sangre mágica de la bruja claro está. Incluso alcance a escuchar que cierto tipo de sangre cura enfermedades mortales pero nada concreto. Hoy en día no quedan muchos a quienes preguntarles para confirmarlo.

Tanto Taichi y Joe estaban sorprendidos de aquello.

- Eso puede explicar muchas cosas,- susurro Taichi, tocando su propio labio, recordando el dulce sabor de la sangre de su compañera.

Sora trato de evitar la mirada del castaño mientras lo hacía.

- Ayer solo me sentí un poco cansada, hasta mareada después de estar con Yamato pero... ,-Sora hizo un silencio casi de inmediato al mencionar el nombre del rubio.

El castaño no aparto la vista de ella.

- ¿Yamato fue el primero?,- la pregunta de Joe era meramente para propósitos médicos, quería saber de la resistencia del cuerpo de las brujas después de lo que pudo escuchar, sin ver más allá de lo incomodo que estaba poniendo el ambiente.

La bruja asintió débilmente.

- Ya veo.

Taichi seguía sin hablar.

- Poco tiempo después lo hizo Taichi, antes de encontrar a Mimi y pelear con Catherine.

- Es realmente fascinante el alcance y la resistencia de sus cuerpos, es decir, ser parte de un tributo y aparte pelear a muerte con otra bruja, muy interesante,- Joe estaba cada vez mas maravillado, siempre había querido conocer el límite de los cuerpos humanos, vampiros y ahora las brujas, la medicina y la ciencia es algo que le llamaban la atención.

- Yo si soy honesta, apuesto mas a la adrenalina del momento, en situaciones de peligro el cuerpo reacciona solo y saca fuerzas de donde menos podemos imaginarnos.

- Es una posibilidad pero me gustaría investigar más, claro si ustedes están de acuerdo. No quiero hacerla sentir incomoda a usted o a las demás chicas.

Sora dudo un poco pero asintió, no veía de todo mal que el vampiro quisiera saber más de ellas, capaz que pudiera ayudarla con su gran secreto. Algo en Joe, le daba confianza.

- No soy unas ratas de laboratorio Joe.

- Eso ya lo sé Taichi y es una falta de respeto que lo menciones delante mío como de Sora,- Rugió furioso Joe.

La pelirroja quiso intervenir ya que ambos vampiros empezaron a alzar las voces entre ellos.

- Esta bien superior Joe, sé que Taichi no habla enserio. Como siempre.

- Como sea, ¿Entonces por el momento pudieras confirmar que Sora se encuentra bien?,- Taichi pregunto tratando de terminar la escena entre ellos dos, le molestaba que Sora se pusiera delante de Joe para defenderlo de él.

- Por el momento si, pero es no significa que te puedes acercar a ella,- advirtió Joe al ver la intenciones de Taichi.

- Lo pregunto enserio, me preocupaba, por eso insistí que la revisaras.

- ¿Tu insististe?,- La voz de Sora se puso molesta.

- ¿Qué querías que hiciera?,- Pregunto Taichi a la chica.

- Será mejor que la siga revisando, veo que hay una herida a la altura de su pecho,- interrumpió Joe al sentirse en medio de una pelea marital.

Sora puso su atención a Joe, de verdad le incomodaba la idea que la revisara esa herida. El joven Joe no había hecho otra cosa que tratarla con respeto y de manera profesional.

- ¿Aqui?,- la pregunta de Sora hizo notar su incomodad.

El vampiro mayor comprendió la situación y se disculpo.

- Si aquí,- respondió de prisa Taichi, no le gustaba la idea que Sora estuviera a solas con Joe y no era porque desconfiara de su amigo. Ya que de todos ellos, sabia que Joe era el mas decente pero le molestaba la idea que la viera sin ropa sin que el estuviera presente.

- Taichi, la señorita Sora se sentiría incomoda y eso es lo que no queremos. Estamos justo en la cocina de la casa, cualquiera puede pasar y verla.

Ella asintio agradecida por la compresión del vampiro mayor.

- Cerrare la puerta.

- ¡Taichi!,- regaño Joe.

- ¡Que!.

Joe rodo los ojos con desesperación, no podía creer lo imprudente que el castaño podía llegar a ser muchas veces.

- Taichi, calma,- Fue la voz de Sora que pudo mitigar un poco el tema.

- No quiero que estés a solas con el.

- ¿Disculpa?,- Joe estaba perdiendo la paciencia,- Por favor no me confundas con una bestia como todos ustedes.

Sora se levanto de prisa y se puso en medio del camino entre Joe y Taichi.

- Vamos a mi habitación, allí puedes curarme,- explico sencillamente la bruja.

- ¡No!,- Grito el castaño.

- No te estoy preguntando Taichi,- fue Sora quien estaba molesta ahora.

El castaño no sabia que decir, reconocía su imprudencia y que ciertamente no tenia ningún derecho a prohibirle algo a Sora, nadie podía; pero eso no quitaba la molestia que sentía.

- Tienes razón, estoy siendo grosero, irracional y poco caballeroso,- reconoció Taichi para sorpresa de los dos presentes.

- ¿Hablas enserio?,- Sora se sorprendió por tan pronta respuesta del vampiro.

- Si, he sido un inmaduro.

Ahora fue Joe quien levanto sorprendido una ceja.

- Gracias, es bueno que lo reconozcas,- La bruja se sentía un tanto aliviada por la compresión de su amigo.

Taichi asintio.

- Ahora podemos ir los tres a tu habitación para curarte.

- Taichi,- Cerro su puño Sora en forma de amenaza para mostrárselo al vampiro en la cara,- Tu no estas invitado.

- Pero no es justo. Prometo que estaré en una esquina y no haré ruido.

Joe llevo su mano a su frente para masajearse la cien. Taichi no podía cambiar nunca.

En eso entro una cuarta persona por la puerta trasera de la casa.

Todos los presentes voltearon a verlo.

Perfecto, lo que me faltaba,- Pensó la chica.

El recién llegado cerro con cuidado la puerta atrás suyo para voltear a ver a sus tres compañeros con extrañeza, pareciera que hubiera entrado en el peor momento.

- ¿Pasa algo?.

- Si,- Expreso molesto Taichi.

- No,- Contradijo Sora para voltear a ver al castaño para que no metiera al rubio en el tema.

El rubio miro a ambos personajes.

- ¿Qué esta pasando aquí?,- pregunto Yamato.

Sora sujeto el brazo del castaño y Taichi solto un suspiro, tenia razón la chica que no debía de meter al rubio en esto.

- Estamos bien Yamato, ya puedes retirarte,- dijo enseguida Taichi.

- No parece que estén bien,- fijo su atención a la bruja que estaba en medio de sus dos amigos, sus ropas estaba desgarradas y tenia una gran mancha roja en el pecho que trato de cubrir. La bruja solto al vampiro.

- ¿Te lastimaron?,- Yamato cuestiono a la pelirroja al ver la acción de esta.

Tanto Joe como Taichi voltearon a verlo molestos por tal estúpida acusación.

- ¿Disculpa?,- grito molesto Joe.

Taichi hizo una mueca de molestia.

- Sera mejor que te calles Ishida,- El vampiro castaño encaro al rubio.

- Claro que no me han lastimado,- fue Sora quien salió a defender a los dos chicos de inmediato.

- ¿Entonces que esta pasando?

- Nada,- solto enseguida la bruja,- Y sin disculpan,- Tomo la muñeca Joe para guiarle a las escaleras.

Yamato al ver eso no dudo ni un instante en interceptar a la pareja.

- Que demonios, ¿Que haces?,- pregunto de inmediato el rubio con un tono serio.

El rápido movimiento sobresalto a Sora, Yamato les tapo el camino mientras su voz se había puesto tan gruesa y ronca como un animal salvaje.

- ¡Deja de hacer eso!,- regaño la bruja al odiar ese horrible habito de los vampiros al aparecerse de la nada.

- No me has respondido, ¿Que demonio haces?.

- ¿Que no estas viendo?, ir a mi habitación.

- ¿Con Joe?,

- Si con quien mas,- respondió sencillamente la pelirroja.

- Como porque vas a subir a tu habitación acompañada de él,- La paciencia de Yamato estaba llegando a su limite.

Los otros dos vampiros quería intervenir para darles oportunidad de explicar la situación pero no paraba de hablar el recién llegado y la bruja.

- Iré con superior Joe a mi habitación para desvestirme y nadie pueda vernos,- Sora lo dijo de la manera mas normal del mundo, sin darse cuenta lo extraño e indecente que sonaba esa explicación.

Tanto Yamato como Joe abrieron los ojos de manera sorprendida.

Taichi por su parte se mordío el labio inferior y cerro fuertemente sus puños. Aunque sabia lo que en verdad quiso decir la chica, no pudo ocultar su enojo.

- ¿Que demonios acabas de decir?,- La ira de Yamato era evidente, sus ojos habían abandonado su natural color azulado para ponerse totalmente rojizos.

- Wow... no es lo que crees, tranquilo Yamato. La señorita Sora no se explico bien,- Joe se empiezo a sentir tenso, hace mucho tiempo que no se sentía así y se regaño a si mismo, sabia que era un mal entendido.

Sora se dio cuenta como había dicho las cosas y se sonrojo de inmediato.

- Yo...

- ¿Tu que?, Quieres explicarme que es lo que acabas de decir porque creo que todos escuchamos bien la estupidez que quieres hacer, y sobretodo ¿Con que permiso vas a hacer eso?,- Yamato no era muy bueno tratando de ocultar su enojo cuando de Sora se trataba.

- No es lo que piensas, yo...

La bruja detuvo su explicación al escuchar la ultima parte del rubio.

- ¿Que es lo que dijiste?,- Ahora era Sora la enojada.

- Dije que con que permiso puedes llevar a Joe a tu habitación.

- No necesito el permiso de nadie para llevar a cualquier persona a mi habitación.

- Bueno creo que fuiste muy clara al decir lo que vas a hacer con Joe en tu habitación.

- ¿Algún problema con eso?,- Sora pregunto aun mas enojada.

El rubio dio un paso al frente.

Sora se empezaba a sentir intimidada por los ojos amenazantes del rubio pero no retrocedió.

- Yamato calma, solo voy a curar a Sora, esta lastimada. Seria incomodo y una falta de respeto atenderla aquí en el área común de la casa,- Joe quiso intervenir al ver la acalorada situación.

El vampiro tomo un largo suspiro y desvio su mirada de la de Sora para encontrar la de Joe.

¿Es enserio que creías que yo tendría otras intenciones con las señorita Sora?, yo si soy una persona decente. No soy como ustedes dos.

Yamato volvió a soltar otro suspiro, se sentía molesto. No tenia ni tres minutos que había llegado a la casa y se encontraba con la escena de ella, guiando a su amigo a su habitacion. Los celos no era algo que estuviera acostumbrado y se sentía patetico al tener que sacar su enojo a relucir.

- Yo no veo el problema que te revisen aquí, cerraremos las puertas.

- Lo mismo dije yo pero no me hicieron caso,- hablo Taichi por primera vez, apoyando al rubio.

- ¿No hablas en serio verdad?,- Sora no podía creer lo que había escuchado, sentía como una vena saltaba de su sien.

- No me gustan las bromas,- solto el rubio con una sonrisa, dando a entender que hablaba totalmente enserio.

- Esto se va a poner muy bueno,- susurro Taichi de manera divertida, conocía a su salvaje e indomable Sora.

El rubio cruzo los brazos de manera dominante y la bruja estallo.

- Veo que tu también eres un inconsciente,- expreso molesta Sora a Yamato,- No me voy a quitar aquí la ropa para que todos puedan verme, y si piensas que lo voy a permitir, ¡Estas Idiota!

Los presentes vieron a la molesta bruja con asombro.

- No quiero que...

Yamato fue interrumpido por Sora nuevamente.

- ¡No!, iré a mi habitación por que YO QUIERO HACERLO, Y DONDE NO TIENEN PERMITIDO ENTRAR NI TU NI TAICHI,- Termino por gritar apuntando también al castaño.

- ¿Porque a mi también?,- Taichi quiso defenderse.

- ¡Callate!,- Grito de inmediato Sora a su amigo castaño,- Se pueden ir por un tubo los dos.

El rubio quiso decirle algo pero la chica había avanzado hacia la escalera, tomando nuevamente a Joe de la mano para que lo siguiera.

Los dos vampiros restantes no pudieron ni replicar ante la despedida de la bruja.

- Sora espera,- trato de seguirla Taichi pero Yamato se apresuro en ir adelante de el.

Sora al ver que la venian siguiendo se volteo con enojo para bloquearles el paso a los vampiros en la escalera. Joe se quedo quieto para permitirle a la bruja hacer lo que tanto deseaba, golpear a sus amigos y eso, es algo que quería ver con emoción.

La chica puso ambas manos en los barandales de las escaleras y bajo su cabeza para estar a la altura de los dos vampiros que se encontraban a unos escalones debajo de ella.

- No quiero saber que me están siguiendo, si dan un paso mas no tendré mas remedio que lastimarlos.

La amenaza de Sora era muy seria y los dos chicos dudaron si hablaban en serio.

- Sora...

- No Taichi, los quiero aquí abajo o afuera de la casa, no me importa,- interrumpió la bruja de manera escalofriante.

- No puedes lastimarnos,- susurro Yamato.

Sora sonrío.

El vampiro solo una mueca, viendo cómo Sora se ponía delante de Joe para defenderlo.

El vampiro de lentes que estaba arriba viendo la escena, sintió un extraño escalofrío recorrer su espalda.

No creo que sea buena idea retar a la señorita Sora, Yamato,-Menciono Joe mentalmente a los demás vampiros.

El rubio solo sonrío, sabía que no lo iba a lastimar. No era capaz.

- Da un paso más Yamato,- animo Sora con una sonrisa.

Taichi que estaba nervioso atrás de Yamato, no quería que lo hiciera. Sora podía ser muy intimidante cuando se lo proponía.

Yamato por su parte alzo lentamente el pie para ponerlo en el siguiente escalón para encarar nuevamente el rostro de la bruja que no dejaba de sonreír.

- Ups,- dijo Yamato de forma sencilla.

- Gracias por hacerlo,- susurro Sora para cerrar su mirada y abrirlos para encontrarse los vampiros, una mirada completamente negra.

La sonrisa de Yamato y de Taichi desapareció como si de un demonio se tratase.

Sora estiro su mano de manera delicada y con un simple movimiento mientras que decía una sola palabra, hizo su amenaza real.

- Crepitus,- termino para hacer que de su mano, saliera una ola de energía casi invisible que lanzo a ambos chicos por el aire para terminar por estrellarse en el comedor principal, rompiéndolo en miles de pedazos.

Joe soltó una sonrisa divertida y se tapo su boca para que no soltar una carcajada.

Ambos vampiros se incorporaron con dificultad, ya que no solo habían sentido el golpe del mueble, sino una falta de aire notoria por la energía que había usado la pelirroja contra ellos.

- Mi espalda, hace años que no sentía un dolor así,- se quejo Taichi.

Yamato por su parte soltó una sonrisa mientras igual se le dificultaba respirar, sin poder levantarse también.

No me esperaba eso, vaya que poder,- Confeso Yamato para si mismo.

Mejor cállate,- regaño Taichi el comentario de su amigo.

Sora en un parpadeo volvió a su tono normal de ojos y se limpio las manos sencillamente.

- Yo no me ando con juegos tampoco y quiero que recojan todo cuando puedan levantarse. Tómense su tiempo chicos,- termino por decir la bruja para subir tranquilamente las escaleras para dirigirse a su habitación.

Joe empezó a seguirla después de disfrutar la escena de sus amigos volar en el aire. Yamato y Taichi trataban de incorporar pero les era imposible. Antes de seguir quiso darles unas últimas palabras de apoyo y compresión.

- No saben lo mucho que disfrute verlos así, de verdad uno de los mejores días de mi vida en siglos,- dijo divertido el chico de lentes.

- Mejor vete antes que te alcance yo mismo,- amenazo Yamato, sentándose en el piso para recuperar el aire, ya que no pudo incorporarse.

- Claro, nos vemos después y limpien todo como ordeno ella.

- Ya vete Joe,- Fue Taichi quien apuro en correr al chico, no quería que siguiera hablándoles.

Una vez que no hubiera nadie cerca de los dos vampiros, el castaño fue quien rompió el silencio.

- Sabes que esto se tiene que quedar entre nosotros, ¿verdad Yamato?, Quien va a respetarnos al escuchar que fuimos golpeados por una chica,- soltó preocupado Taichi.

- Si, tienes razón. De ti lo pudieran creer pero di mi, es algo nuevo,- comento divertido Yamato.

El castaño quiso golpearlo pero le dolía moverse. Yamato sonrío y dejo que su cuerpo descansara igual.

- Oye, perdón que pregunte en una situación así pero ¿Como esta él?,- Taichi sabía que estaba empezando a tocar un tema muy sensible y delicado.

El rubio permaneció callado e inmóvil a lado de su amigo, tratando de pensar que decirle.

- Se que es muy pronto para hablar de esto pero dadas las circunstancias, creo que mientras más pronto mejor. Tenemos que...

- No hay nada que pensar o discutir, Takeru está bien,- Interrumpió Yamato lanzando un pequeño suspiro.

Taichi asintió para ver el suelo, meditando la reacción de Yamato.

- Se que lo que piensas y no, lo tendré bajo control. Es mi hermano y mi deber es cuidar de él.

- También debo de cuidar de él Yamato, como tu guardián y amigo, jure lealtad y protección a ti como a toda tu familia. Y perdona que te lo diga pero Takeru en este momento es más importante que cualquier otra cosa. Más que tú, más que yo y más que cualquier otro vampiro en este mundo. ¿Sabes lo que significa esto?

Yamato volteo donde su amigo. Se alivio en cierto punto de escuchar sus palabras y que por primera vez, Taichi estaba teniendo el papel de líder.

- Te agradezco todo esto Taichi y si, se lo que todo esto significa para Takeru. Debo de pensar bien lo que pasara con él desde ahora en adelante.

El castaño sabía exactamente de lo que hablaba Yamato.

- Jamás en mi vida me hubiera imaginado que Takeru, mi pequeño hermano, fuera el descendiente elegido de nuestro creador.

La voz de Yamato era mucho más oscura de lo normal, saco un cigarro y lo prendió con calma.

- No puedes fumar aquí, tú mismo pusiste esa regla.

El rubio sonrió y apago el cigarro, lo rompió en dos y lo arrojo con unos pedazos de madera que el mismo recogería después.

- Nadie se enterara de lo que paso ayer, yo mismo me encargare de mantenerlo en secreto,- Taichi era firme en sus palabras.

- Mi padre lo matara más rápido de lo que podemos imaginar,- Yamato sonrío amargadamente, soltando una risa en el acto.

- No lo hará,- Taichi era la parte madura de la situación.

- Tantos años que mi maldito padre me encerró en mi insufrible castigo; atándome y torturándome hasta al borde de la locura, ¿Todo para qué?, no soy el elegido y nunca lo fui. Solo hizo una basura inservible de mi.

- Lo siento Yamato.

Yamato volvió a sonreír.

- No, yo lo siento por mi padre que perdió el tiempo conmigo. Pero de algo si estoy seguro, si toca a mi hermano, le romperé las manos yo mismo.

- ¿Ya hablaste con Takeru?.

- Si, el esta... consciente de la situación.

- Todo saldrá bien.

- Eso espero igual yo,- termino el chico para levantarse del frio suelo, lo pudo hacer con suma lentitud para apreciar con mejor detalle el desastre que habían hecho gracias a la fuerza de la pelirroja. Lanzo un sonoro suspiro.

- ¿Donde crees que este tu dignidad?, Estoy casi seguro que Sora lo lanzo también por aquí.

Taichi sonrío de igual manera para levantarse con cuidado.

- Ni que lo digas, supongo que está debajo de la tuya,- volteo donde mismo para ver el mueble destrozado.

Yamato sonrío y empujo al castaño.

- Empieza a recoger y déjate de juegos.

El vampiro no dudo en soltar una carcajada por la reacción del rubio.

Mientras los dos vampiros se dispusieron a recoger un poco el desastre que habían hecho inconscientemente, un personaje estaba sentado afuera de la casa apreciando el hermoso lago congelado que tenia de fondo. Su nuevo hogar poseía una espaciosa terraza que daba oportunidad de meditar y su vista era más que espléndida, dando a la parte trasera de la casa, al lago de la zona.

Saco un cigarro y lo observo con desgano, él nunca había sido muy fan de ese asqueroso vicio pero se sentía ansioso y pensó que empezar por algo nuevo lo tranquilizaría. Lo puso en su boca para proceder a encenderlo. Dejo que el humo llenara sus pulmones y exalarlo al aire.

- Nunca has sido de ese vicio Takeru, ¿Quieres ser como tu hermano mayor ahora?,- Hablo una voz desde la entrada de la puerta trasera de la casa.

El chico del cigarro sonrió.

- No claro que no, solo pensaba que era un buen momento de empezar algo nuevo, ¿No crees Taichi?,- soltó tranquilo para voltear a ver al chico que cargaba con unos pedazos de madera en sus manos,- Escuche su pequeño desastre, debió de doler.

El vampiro rio y se acerco al pequeño rubio para sentarse junto a el y dejar de lado lo que quedaba de la mesa.

- Fue divertido, y doloroso también,- regreso el comentario Taichi, hizo una pausa para apreciar la vista del lago,- Llevamos mucho tiempo aquí y apenas me estoy dando cuenta lo bello que es el paisaje, el lago se ve diferente congelado.

- Y tranquilo,- Aportó Takeru, dio otro toque al cigarro,- Sabes algo, es cierto lo que dicen.

- ¿Qué cosa?.

- Cuando esta uno muy pronto a morir, es cuando tristemente se da cuenta de estas pequeñas y hermosas cosas,- soltó sin más y directamente.

Taichi miro a Takeru.

- Ahora ya confirmo que quieres ser como tu hermano, diciendo estupideces como él. Pensé que eras más inteligente.

- Hablo enserio.

- Yo también, y nadie va a morir.

- Taichi, mi padre se va a enterar y me va a matar. Solo es cuestión de tiempo.

- Nadie va a hacerte daño Takeru, tu hermano y yo no lo permitiremos. Mantendremos tu secreto, idearemos un plan. Todo saldrá bien.

- No se puede evitar lo inevitable,- susurro Takeru para proseguir fumando su cigarro tranquilamente,- Ya me hice a la idea, lo único que me queda esperar.

- Pues hazte una nueva idea que no vas a morir. No me dejaras solo con Yamato, sabes que nos mataríamos.

- Ni que lo digas,- hablo el mayor de los Ishida que veía a los dos vampiros en la terraza, igual venia cargando unos pedazos de madera. Camino hacia donde su hermano,- ¿Por que quieres ser como yo?,- le pregunto para quitarle el cigarro y fumarle el mismo.

Takeru igual rio.

- Porque ser como tú, si yo soy más guapo,- Soltó el más pequeño del grupo.

- Y más inteligente,- Agrego Taichi.

Los tres chicos rieron por el comentario, volteando a ver el gélido paisaje del lago.


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.

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En una fría habitación estaba sentado tranquilamente un chico de cabellos azulados, su silla estaba continua a la cama donde descansaba su amigo vampiro gravemente herido.

Mantenía sus ojos cerrados, meditando mientras cruzaba sus brazos de forma relajada a la altura de su pecho. En su regazo se encontraba un pequeño libro que habia abandonado tiempo atrás. Le habian encargado la horrible encomienda de cuidar y vigilar al vampiro mal herido, tarea que el chico acepto de mala gana. Si por él hubiera sido lo hubiera dejado descansar en un hoyo profundo en el jardin trasero de la casa.

Ken basta, por favor entiende mi situación. Lo amo...

Una voz sonaba en su mente, gritandole. Movio su cabeza sin abrir los ojos, buscando sacarse esa voz. Cada cierto tiempo la escuchaba, como un recordatorio de lo que nunca debió de haber sido. Era la voz de la chica que alguna vez quiso en el fondo de su oscuro corazón y eso le atormentaba.

Abrió los ojos para encontrarse el rostro tranquilo de un pelirrojo acostado en la cama. Desde que había sido tratado por las chicas, Koushiro tomo un estado de sueño profundo y casi imposible para los de su raza. Tenia la parte superior de su cuerpo completamente descubierta, casi desnuda salvo las vendas manchadas con sangre que cubrían sus graves heridas.

Por un momento agradeció al lobo de haberlo lastimado pero rápidamente cambio de opinión ya que por ese hecho, se había activado el episodio lamentable de ayer, episodio donde las chicas pudieron haber muerto, donde ella pudo haber muerto.

Desvío su mirada, estaba molesto. Molesto con Koushiro, con sus demás amigos y sobretodo, molesto con una bruja peli-lila.

::Flashback::

Todos los presentes estaban sin habla, viendo como las brujas cuidaban de Koushiro como si de un niño pequeño se tratase.

- Hay que llevarlo arriba, hay que dejar que su cuerpo descanse,- interrumpió Joe una vez que se separo del cuerpo del vampiro para limpiarse la sangre cuidadosamente con un trapo que tomo de la cocina.

Sora asintio y se separo del vampiro, de ella le siguió Hikari y después Mimi.

Miyako ocultaba su rostro en el cuello del chico, aferrandosé a su cuerpo como si de un peluche que le protegía de los monstruos se tratasé.

- ¿Miyako?,- Fue la voz de Sora quien hizo que la pequeña bruja alzará la vista.

- No quiero dejarle solo,- soltó de manera dolosa.

Ken desvio su mirada con furia.

- El estará bien, lo subiremos a su habitación. No le haremos daño,- le explico Takeru con una sonrisa, haciendo que Miyako se sintiera un poco mas tranquila.

Una vez que Miyako lo dejara libre, Yamato y Taichi lo tomaron para subirlo por las escaleras.

Esto es un grave error, tuvimos que haberlo matado.

Ken por favor, no ahora, creo que ya tuvimos suficiente por este día- Joe quería tranquilidad en ese momento, notaba la evidente tensión entre Ken y Koushiro, pero ya todos habían pasado por mucho como para seguir escuchando mas problemas.

Miyako se sento cansada sobre la mesa, su cuerpo se sentía pesado.

Ken sin dejar de cruzar los brazos, se acerco a ella.

- No debiste de haber hecho eso, pudiste haber muerto,- le dijo directa y cortantemente a la chica, tomando un rol casi de un padre sobreprotector.

Ella no le contesto a la primera, solo veía sus propias manos, estaban temblando y cubiertas de sangre.

El chico al no recibir respuesta, se acomodo a su lado, apoyandose en la mesa mientras veia a los demás conversar, el ambiente volvía a ser un poco mas ameno y tranquilo después de la tormenta de emociones que vivieron.

Cuando el chico vio las manos de la bruja y noto que estaban temblando, hizo que tomata conciencia de su actitud con ella.

- ¿Estas bien?

Seguia sin recibir respuesta pero el chico insistió en traerla a la realidad.

- Miyako...

- Pudo haber muerto.

La interrupción de la chica tomo por sorpresa a Ken.

- Si, pudiste haber muerto.

- No, yo no. Él,- tomo una pausa para seguir hablando débilmente,- Pudo haber muerto en mis brazos. La vida de Koushiro estuvo en mis manos, y no sabia que hacer. Nunca antes una vida estuvo en mis manos, fue algo, extraño.

- No es tu responsabilidad haber cuidado de él o salvarle. Si algo hubiera pasado, no es tu culpa.

- Tuve... tanto miedo.

- ¿Miedo de que?,

- De no poder salvarlo, que hubiera muerto en mis brazos, ¿Quien pudiera cargar con algo así?

Ken queria gritarle por lo estúpida que era, ella no tenia responsabilidad de la vida de nadie mas excepto la suya. Al querer reclamarle nuevamente, Miyako se desvaneció casi de inmediato al terminar de decir sus ultimas palabras. El vampiro la sujeto para que no se lastimara y cayera al suelo.

- Eres una tonta,- susurro mientras la tenia abrazada, esperando a que los demás se acercaran con ellos y le ayudaran a revisar a la pequeña bruja.

- ¿Que le paso?,- pregunto preocupada Hikari.

- No lo se, creo que se desmayo,- contesto simplemente el peli-azulado.

- No, esta dormida,- corrigio Sora al revisar a Miyako.

- Dormida,- repitio el chico viendo a Miyako descansar en sus brazos.

::Fin de Flashback::

Ken dio otro largo suspiro para levantarse silenciosamente de la silla. Dejo el libro sobre su silla para acercarse a la ventana de la habitación, al abrirla dejo que la fría brisa entrara sin aviso a la habitación. Aunque los vampiros no percibieran el frio, noto la diferencia en la temperatura de la misma.

- ¿Te has quedado a mi lado todo este tiempo?, debes de quererme mas de lo que hubiera imaginado,- hablo una voz gruesa y débil.

El vampiro de cabellos azulados cerro los ojos fastidiado.

- Sabes que por mi fuera, no estarías aquí,- contesto sencillamente para voltear y encontrarse con la mirada rojiza de Koushiro sobre él.

El pelirrojo sonrío amargadamente, soltó un quejido y tosió al querer decir otra palabra.

- Ni lo intentes, tu cuerpo aun esta muy débil.

- Por eso te aprecio mi estimado amigo...

- Despertaste mucho antes de lo pronosticado, creíamos que ibas a despertar después de días,- el chico seguía ignorando sus comentarios.

- Sé que me deseas ver dormir, que romantico, pero no te daré ese placer todavía.

Ken no dijo mas y tomo nuevamente asiento en la firme silla a lado de la cama del vampiro. Ambos se mantuvieron en silencio por otro largo rato hasta que el pelirrojo tomo el valor de empezar la inevitable platica de su oscuro futuro.

- Me sorprende que este vivo ahora, pensé que lo harían.

Su acompañante no dijo nada por lo que él pelirrojo continuo.

- Tienes que matarme la próxima vez.

El peli-azulado rio discretamente y no contesto al instante.

- Hablo en serio.

- Con gusto, solo tienes que dejar que tu ángel de la guarda me deje hacerlo.

- ¿De que hablas?,- Koushiro tenia poco conocimiento de lo que le había pasado una vez que la infección tomo parte de su conciencia. Tenia un vago recuerdo que deseo que fuera falso, no quería saber la realidad por ahora.

- No me hagas repetirlo porque te juro que te mato aquí mismo,- Ken estaba empezando a irritarse con las bromas del recién consciente vampiro.

El chico hizo otro corto silencio para meditar la situación. Su cuerpo le dolía, y se toco la herida casi abierta en su hombro, y fue cuando recordó una suave caricia...

No fue un sueño, ella estaba allí.

El pensamiento de Koushiro sono en al aire como si de una brisa se tratase.

- Para mi fue una pesadilla si me preguntas.

Koushiro sonrío por el comentario de su amigo. Entre ambos siempre ha habido buenos y malos momentos, no era los mejores amigos y no compartían un vinculo como el de Taichi y Yamato pero en cierto punto, se toleraban lo suficiente para tener una relación de amistad verdadera.

- Ella es un ángel, la sentí dentro de mi... me hablaba en la oscuridad. Jamas en toda mi vida sentí algo así.

El peli-azul se acomodo nuevamente en la silla.

- Un ángel perdiendo el tiempo con un demonio como tu, un total desperdicio.

Koushiro cerro fuertemente sus puños.

- No queria que esto pasara, yo debo de estar muerto en este momento. Sé que estoy perdido y no me interesaba seguir viviendo, ¿Porque ella...?

- No lo sé y no entiendo tampoco el porque. Lo correcto es que vayas y le preguntes a ella directamente pero eso solo me pondrá de malas.

- Siempre estas de malas Ken.

- Hablo enserio.

- Yo también, mi deseo era morir, he esperado una larga vida para esto.

- Bueno tal parece que eso no te corresponde a ti todavía. Ella no lo permitió y me da rabia saber que no lo permitirá.

- Pude haberla matado, a ella y a las demás.

Ken recordo cuando la bruja repetía lo mismo, coincidencia que le molesto de sobremanera.

- Ellas son mejores que nosotros en muchos aspectos, dudo también que las hubieras matado.

El pelirrojo quiso levantarse pero sus brazos temblaron.

- Después que te aprovechaste de ella, ella quiso ayudarte.- Ken siguió su regaño.

- La infección, la siento diferente. ¿Que fue lo que me hicieron?,- Ignorando el regaño de su amigo.

- Koushiro, soy la personas menos indicada para contestar a eso, ademas, estoy seguro que ellas tampoco saben que fue lo que hicieron.

- ¿Miyako?, ¿Ella esta bien?

- Sé que están durmiendo, esta bien por ahora. Y aso no significa que te puedes acercar a ella.

- Cantó para mi,- El pelirrojo se puso serio nuevamente, su mente se encontraba aun revuelta. Normalmente era una persona que le gustaba meditar las cosas y estar dos pasos adelante de los demás pero se sentía cansado, casi imposible de hacerlo. Sus ideas parecían una parvada cuervos revoloteando sin rumbo, haciendo solo ruido.

Ken permaneció atento a sus movimientos.

- No lo volvera a hacer,- soltó de inmediato el peli-azulado,- No quiero que le vuelvas a hablar.

Koushiro se froto brevemente su cabeza, le dolía pero escucho perfectamente la orden que le había dado el vampiro.

- Eso no depende de ti y ciertamente no te importa,- lanzo para voltear a verlo,- No puedes prohibir algo así, que canté para mi.

- Hablo en serio.

- Yo también.

Koushiro con dificultad y lentitud se fue levantando de su cama. El vampiro esperaba que terminara de hacerlo, sabia que el pelirrojo era determinante y necio, solo se lastimaba así mismo en moverse de esa manera y quería desfrutarlo.

Una vez que pudo estar a la altura de Ken no dudo un momento en mirarlo a los ojos, varias veces pareció tambalear pero se mantuvo firme, sus vendas se mancharon nuevamente de sangre.

- Jamas dejare que me alejes de ella, si algo llegara a pasar entre nosotros, es algo que dependerá sola y únicamente de Miyako. Y de los dos, yo soy el que debería de estar preocupado de ti y tu molesta e inexplicable obsesión con ella.

Ken solto una risa amarga junto con una mueca de asco.

- No me importa si algo llegara a pasar entre ustedes.

Ahora fue Koushiro quien rio.

- Eso no pareciera.

- Es mi amiga,- explico Ken seriamente.

- Ni tu te la crees, en ese caso si fuera solo tu amiga ¿Porque no dejas que me la lleve a la cama?, Se ha ganado una dulce lugar a mi lado...

El vampiro lo sujeto con fuerza el cuello del pelirrojo para empujarlo a la cama y ponerse arriba de él, sus ojos eran de un tono carmín brillante y sus colmillos estaban peligrosamente a la vista.

Koushiro lanzo un quejido, el brusco movimiento hizo sentir a su cuerpo un centenar de agujas atravesarle, tosió sangre manchando las manos de Ken pero no le detuvo en seguir estrujando el cuello del vampiro infectado.

- Te puedo... infec... infectar, estupido.

- Por un momento guarda silencio.

Volvió a toser sangre el chico, pero mancho un costado de la cama, evitando toserle al peli-azulado al rostro. Esta bien que lo lastimara pero no quería llevarlo a la tumba con él, no aun.

- Escuchamé, se lo que tratas de hacer. Todos sabemos lo insufrible que eres, el asqueroso pasado que vienes arrastrando. ¿Crees que lo mantuviste en secreto?, no fuiste otra cosa que un juguete para ella, un sucio y despreciable esclavo sexual de aquella mujer que no dejo nada de ti que solo basura.

El pelirrojo no pudo contestar porque el cuerpo del vampiro le quitaba el aire.

- Así que haz un favor a ti mismo y no tengas contacto con ninguna de esas chicas, si te vas a morir en la oscuridad, hazlo tu solo y no te lleves a nadie contigo.

Koushiro solto otro quejido, queriendo quitarse Ken de encima pero le era imposible. Le dolía moverse.

El peli-azulado se separo una vez que vio que Koushiro no pudiera contestar y el rostro de dolor que reflejaba. El vampiro pudo respirar y se retorció en su propia cama.

Ken no dijo mas y se dispuso a salir de la habitación.

- Ahh...

El vampiro se tomo su tiempo para recuperar la calma en su cuerpo y no pudo evitar soltar una risa.

Fue un momento de humillación que hacia tiempo que no tenia. No era estúpido, sabia que sus amigos tenían conocimiento de su pasado, y era algo que desde hace un tiempo no le importaba. Cómo fue torturado sexualmente por una mujer vil y oscura. Todos lo sabían, su adicción a las mujeres venia de ese abuso vivido y no quería aceptarlo, lo habían educado para complacer a toda mujer que estuviera frente a él.

A pesar que las palabras de Ken fueran ciertas y crueles, le causaba risa la situación, si pudiera llorar lo hubiera hecho sin contenerse pero en ese momento le hizo gracia, llegando a una extraña y reveladora conclusión sobre él y Miyako.

- Estoy volviendo... a vivir,- susurro entre quejidos y risas,- No la dejare ir...


Mimi abrió los ojos lentamente y sintió su cuerpo adolorido.

Trato de moverse pero alguien se lo impidió, al revisar vio que Hikari como Miyako estaban abrazadas a ella, sonrío por el contacto de sus hermanas.

- Esto es lo que se siente estar en casa, me gusta,- susurro Mimi para cerrar nuevamente los ojos y disfrutar del momento. Ahora que ya había enfrentado su pasado, la razón de sus cicatrices; lo abrazaba con amor y valor. Estiro uno de su brazos y se remango su ropa para poder apreciar una de las tantas marcas que poseía.

Se tomo su momento para sonreír y bajar su brazo. Tenia tanta suerte de estar de regreso con sus amigas, pero se odio así misma por casi haber caído en la trampa de Catherine. Tenia que ser mas fuerte las próximas veces.

- Catherine sabia de mi pasado, debió de habérselo contado Meiko,- Mimi quería unir cabos sueltos. Cerro los ojos y vio la imagen de la rubia sujetando un gran frasco con una brillante luz verde en su interior.

- Tengo que hablar con Sora, algo esta tramando y tengo que advertirles a las demás,- Mimi al querer levantarse nuevamente se percato que estaba sujeta por las mas pequeñas de las brujas y se volvió a tranquilizar,- Están agotadas, no puedo levantarlas ahora, las dejare descansar.

La castaña se levanto con cuidado y se espero un momento en la cama mientras recuperaba el aire, se sentía pesada; se froto sus ojos con ambas manos.

- Debo de verme horrible,- dijo para poner un pie sobre el frío suelo y el otro con calma,- Necesito un baño caliente y rápido...

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Joe como Sora mantenían un silencio tranquilo. El vampiro estaba concentrado en inspeccionar la herida que tenia la pelirroja en la zona de su senos con sumo cuidado y total profesionalismo.

Sora solto un leve quejido al sentir como la gasa que contenía medicamento era esparcida por la carne viva de la pelirroja.

- Lo lamento,- se disculpo Joe al ver la reacción de la chica.

- Esta bien,- sonrío Sora y el vampiro volvió a concentrarse en la herida.

- Vas a necesitar dos puntos, seré rápido. Te puse una crema que adormecerá la zona pero no te aseguro que duerma por completo como una anestesia local, sentirá un poco de dolor.

- Ya estoy acostumbrada, tu sigue,- apoyo Sora para dar un respiro profundo.

La bruja tenia una bata de baño que Mimi le había regalado y debajo de ella una suave frazada que sutilmente cubría la zona de sus senos.

Mientras Joe preparaba la herramienta para disponerse a cerrar la herida de Sora, la pelirroja quiso entablar una conversación para dejar de sentirse nerviosa.

- El joven Takeru, ¿Se encuentra bien?.

El peli-azulado dejo de hacer lo que estaba haciendo por un leve instante para volverse a concentrar en su tarea de esterilizar su aguja.

- Si, el se encuentra bien.

Sora recordo el ajetreo de ayer, cada quien lucho con sus demonios internos pero al ver al mas joven de los rubios no se contuvo en preguntar.

- ¿Y el otro chico, Koushiro?,- Sora estaba segura que algo les pasaba.

- Estable, recibio una fuerte herida por parte del lobo. Tardara en recuperarse pero lo hará, todos estamos bien.

La bruja sonrío.

- No sabia que los lobos pudieras dañarlos de esa manera.

- Muchas veces sus ataques son muy venenosos para nosotros, pero somos mas fuertes, Koushiro estará bien.

- Superior Joe, te conozco de muy poco pero sé que estas mintiendo. Yo igual tengo ciertas habilidades que te sorprenderia.

El vampiro se dispuso a empezar con los puntos en la piel de la chica y Sora soltó otro quejido, apretó sus puños pero no desistió.

- Lo siento.

- Continua...

El chico continuo con cuidado.

- ¿Porque dices que miento?,- Ahora era Joe quien estaba intrigado por ese argumento que verdaderamente desconocía el chico si pudiera ser incorrecto.

- Eres el mayor a lo que veo, debes de mantener el control y la calma ante situaciones así. Conozco esas palabras de "todo estará bien" o el famoso "nada esta pasando".

Joe sonrío discretamente.

- Talvez tenga razón señorita, nos toco ser los protectores.

Sora sonrío para soltar otro quejido al sentir la aguja terminar el ultimo punto, su cuerpo empezó a sudar por el esfuerzo involuntario de su cuerpo.

- Ya casi acabamos.

- Mimi, esto fue mi culpa,- Hablo de la nada Sora, trayendo el tema de su amiga a la mesa.

- No creo que deba de culparse por una situación así.

- Ella nunca debió de haber desaparecido. Esta bajo mi cuidado, junto con Hikari y Miyako. Debo de cuidar de ellas,- Continuo Sora.

- Lo se, se lo que se siente tener el peso de cuidar de todos pero con el tiempo he aprendido que hay batallas que no podemos pelear por los demás.

- Si, tienes razón. Lo he estado descubriendo en el corto tiempo que llevamos aquí.

- Bueno si quieres una explicación de eso, es el lugar. Dicen que este lugar atraer mala suerte, por no decir que esta maldito.

- No lo dudo, hemos pasado por tantas cosas aquí. Cosas que ni en toda una vida hemos vivido en otros lugares, es extraño.

Paso otro silencio mientras Joe continua con su curación y quiso seguir con la platica.

- El joven Takeru se encuentra en una posición muy delicada con nuestra raza y si se descubre lo que le paso el día de ayer, cosas horrible podrían pasar por lo que agradeceríamos de su discreción.

- ¿Es algo muy malo?.

- Sera... difícil.

Sora sabia de lo complicada y reservada que era la vida y las costumbres de los vampiros, y no quería intervenir en asuntos que no le correspondía.

- No es mi naturaleza entrometerme en asuntos de otros, no te preocupes.

- Tenemos que ver la manera de protegerlo, de nuestra raza, de enemigos y de...

- ¿El rey vampiro?,- Sora volteo donde Joe para cruzar miradas.

- Cierto, me comentaron que ya conoció a nuestro rey. Suele ser un ser muy intimidante, ¿Como le fue?.

- Vaya que fue intimidante, debió de ser difícil para Yamato y Takeru crecer con un padre así.

- Nuestro rey suele tomar decisiones y medidas extremas para proteger a nuestra raza, aunque eso incluya el riesgo de lastimar a sus propios hijos.

Sora dio un largo suspiro al sentir como el vampiro terminaba por cortar el hijo quirúrgico de su piel recién tratada.

- No puedo decir mucho,- termino de decir Joe para agarrar parte del material sobrante y depositarlo en un cesto de basura que estaba en la habitación y caminar a su botiquín, dandole la espalda a la chica.

- Él lo ha hecho... ¿Ha lastimo a sus hijos antes?.

La pregunta de Sora era directa pero discreta, su verdadera intención era preguntar por el mayor de los rubios.

Joe se mantuvo en silencio siguiendo con su trabajo, guardando cosas en sus botiquines. Sora al no escuchar respuesta de su pregunta, se mordío el labio inferior, su curiosidad se hacia cada vez mas grande pero comprendió la lealtad y la privacidad que le daba Joe. Si quería saber algo, tenia que preguntárselo a Yamato personalmente.

- Sabes... Cuando recién conocí a Mimi, mi primera impresión de ella fue tan extraña, cuando la vi lo primero que me dije fue que como era posible lo hermosa que podía ser una persona. Ni la rosa mas hermosa podía opacar la belleza de Mimi.

La bruja hizo una pequeña pausa para recordar con mejor precisión, dejando de ver al vampiro y posar su vista a la ventana de la habitación.

- Pero sus ojos eran los de un pequeño gatito asustado. Llego un cálido día de abril a casa de Takako, en ese momento solo vivíamos Takako y yo juntas. Llego solo con una pequeña maleta, no tenia nada mas. Aunque era primavera, vestía un gran abrigo que no dejaba ver nada de su piel.

Joe dejo de hacer lo que estaba haciendo, sin voltear a ver a la pelirroja.

Sora solto una pequeña risa al recordar ese día.

- Apuesto lo que quieras que se debía de estar asando con ese abrigo. Le ofrecí un poco de té, el cual me rechazo casi de inmediato. Después de eso trataba de preguntarle cosas y ella solo hacia ademanes, sin decir ninguna palabra pero yo sigue insistiendo. Le pregunte que sí tenia frío para encender la leña aunque todas sabíamos que afuera estaba haciendo calor. No me contestaba nada, ni siquiera volteaba a verme a la cara, su vista estaba en el suelo en todo momento. Takako se tuvo que ir y nos dejo solas esa noche, nuestra primera noche juntas y Mimi no hablaba. Cenamos en silencio y tomamos un baño. En ningún momento ella me dejo verla sin ese abrigo.

El vampiro volteo por primera vez y se recargo en el escritorio para ver a la chica estaba sentada en la cama.

- Fue hasta en la noche al irnos a dormir que se había quitado el abrigo y fue cuando la vi por primera vez, sus cicatrices. En ese momento no dije nada, solo voltee la cara para que no viera mi asombro pero sabia que ella me había visto. Se metió corriendo a la cama y yo hice lo mismo. Después de unos minutos, Mimi se puso a llorar en silencio en la cama y fue cuando yo... sin pensarlo mucho me levante de la mía y me acosté con ella para abrazarla. Solo basto unas palabras para que dejara de llorar y pudiera dormir. Al día siguiente pudimos hablar con mayor tranquilidad y lo demás es historia.

- ¿Que le dijiste?.

Sora sonrío.

Joe no perdio la vista a la bruja.

- Ya estas en casa, todo estará bien ahora.

- Ya estas en casa...,- El chico repitió la frase tratando de comprenderla mejor.

- A veces, no hace falta contar tu pasado para saber que fue oscuro, lo único que las personas necesitamos, es escuchar de un futuro. Eso aplica para cualquier raza o ser sobre humano.

El vampiro asintio y la bruja le sonrío débilmente.

- ¡Ah!.

Un grito interrumpió la escena y ambos personajes voltearon enseguida.

- ¡Mimi!,- el grito de Sora fue igual de fuerte al identificar la voz del grito que escucharon.

Tanto Sora como Joe corrieron al cuarto de la chica.

Al entrar vieron que Taichi y Yamato también estaban subiendo las escaleras, alterados por el grito de la castaña.

- ¿Quien fue la que grito?,- pregunto Taichi al llegar al mismo tiempo que Sora y Joe.

- Es la señorita Mimi,- indico Joe, quien fue el primero en abrir la puerta de su habitación, los demás le siguieron de prisa.

- Mimi, ¿Estas bien?,- pregunto Sora de inmediato al ver a la castaña en el suelo con algunas lagrimas en sus ojos y del otro lado de la cama, en el suelo estaba Miyako.

- Si estoy bien,- respondió Mimi con una cara vergüenza al ver a todos entrar corriendo a la habitación.

- ¿Que paso?,- Fue Yamato quien pregunto al ver a las dos chicas en el suelo.

- Me desperto el grito de Mimi, hizo que me cayera de la cama,- explico Miyako sobándose dolorosamente la cadera.

- Lo siento, quise caminar pero no pude, me dolió mucho el tobillo.

Todos dieron un suspiro aliviados que no fuera algo mas grave, pensando que alguien pudo haber entrado y atacado a las chicas.

Hikari se levanto con pesadez y sueño, se froto los ojos para voltear a ver a todos que estaban en la puerta de la habitación.

- ¿Ya es de dia?, ¿Ya esta el almuerzo?

Sora paso su mano a la cabeza, tratando de no perder la poca cordura que llevaba.

Yamato volteo a verla de reojo y sonrío un poco.

Creo que todo esta volviendo a la normalidad, tranquila.

La bruja volteo donde el rubio y le sonrío.

Supongo que tienes razón.


Horas después

Mimi se encontraba con una toalla en la cabeza, recién se había bañado y estaba descansando, comiendo un enorme plato de helado en la sala de la casa, su pie estaba cuidadosamente vendado y acomodado a un costado del esponjoso sillón.

Tenia en su rostro una mascarilla verde.

A su costado, en el suelo estaba Sora que estaba revisando sus apuntes de la escuela, estaba apoyada trabajando en la pequeña mesa que estaba en medio de la sala, ya que la mesa del comedor estaba por el momento "fuera de servicio" por el incidente en la mañana, tenia su rostro cubierta de una delicada mascarilla verde que Mimi había preparado.

La castaña estaba viendo una película romántica en la televisión.

- No entiendo muchas veces a los humanos, ¿Porque si la ama, no le dice lo que siente?, es mas fácil que estar haciendo esas cosas que no tienen sentido, pobre y tonto chico,- argumento Taichi que igual tenia una toalla en la cabeza, haciendo una seña que recién se había duchado. Teniendo ademas la misma mascarilla que las chicas.

- Taichi, el romanticismo es algo mas complejo que eso. El amor nos hace hacer tonterías.

- Aun sigo sin entender.

Sora sonrío ante la escena.

Yamato entro a la casa con unas copas de vino en mano, encontrando la escena de los tres personajes con las mascarillas.

- Wow,- dijo sin mas,- No sabia que teníamos otra chica en la casa,- Termino para colocar las copas de vino en la cocina.

- No seas aguafiestas Yamato, deberías de intentarlo,- Taichi sonrío divertido a su recién llegado amigo.

- Así estoy bien,- Menciono asqueado a la idea de untarse una sustancia verdosa en la cara. Se acerco donde estaban y presto atención a la película que veían,- Y todavía estas viendo una película de chicas, ya te perdimos querido amigo.

- Oye, sé más considerado no es tan mala, aparte, yo no escogí la película, fue nuestra linda Sora,- Defendió el vampiro.

- ¿Enserio?,- El rubio se sorprendió de ese hecho, volteando a ver a la pelirroja,- No sabia que te gustaban las películas románticas, yo solo pensé que te gustaban las películas donde solo hay peleas a muerte o donde desmiembran a hombres a manos de mujeres vengativas.

Sora volteo a verlo.

- Pues no, aunque no lo creas soy muy fan de las las románticas.

- Sora tiene un lado romántico muy oculto en su interior,- Hablo Mimi sin dejar de comer el plato de helado.

- No es cierto,- Hablo enseguida Sora evitar el rostro de los presentes y concentrarse en sus apuntes.

- Ni yo me lo creo,- Yamato sonrío.

- Oh créelo, desde pequeñas Sora no termina de decir que un día conocerá el amor de su vida y vivirían una comedia romántica juntos y adoptarían un hermoso perrito, para terminar teniendo muchos hijos,- Mimi seguía diciendo sin darse cuenta lo avergonzada que se estaba poniendo su compañera.

- ¿Sora viviendo con hombre de esa manera?,- Ahora fue el castaño quién volteo a ver a Sora.

- Ya basta Mimi, eso fue hace mucho tiempo, antes de saber lo difícil que seria una vida siendo bruja. Todos maduramos.

- No veo nada de malo que quieras una vida normal, te quejas de todas las chicas de la escuela pero eres igual,- Yamato tomo asiento para ver con mejor atención a Sora.

- Yo no me quejo de nadie de la escuela,- Defendió Sora.

- Oh claro que lo haces,- Taichi apoyo a su amigo.

- Bueno a ustedes dos que les importa.

- Tranquila Sora, yo creo que es muy lindo que tengas ese lado femenino muy bien desarrollado,- Yamato volvió a sonreír.

- Yo creo que pensaba más así antes por el novio que tenias.

- ¿Novio?,- La sonrisa de Yamato se desvaneció de inmediato.

- Novio es una palabra muy fuerte, yo nunca he tenido..

- Por favor Sora, todas sabíamos que te gustaba como él a ti, todas las demás también lo veía,- Interrumpio Mimi.

Yamato no pudo ocultar su enojo.

- ¿Cómo se llamaba?,- Pregunto Taichi sin prestar atención en ningún momento la película.

Sora temblo por un instante pero no quiso que los dos chicos siguieran con ese tema.

- No es algo que les...

- Daigo,- Solto Mimi,- Es un brujo muy bueno y poderoso, aparte que es excelente maestro y deportista. Era un sueño hecho realidad. Casi un hermano mayor para todas, nos enseño mucho cómo usar nuestra magia.

Cuando la chica castaña termino la descripción breve del misterioso chico, volteo donde los demás presentes y noto de inmediato que algo pasaba. Yamato estaba molesto viendo a Sora mientras que ella tenia la cabeza agachada. Taichi por su parte se había quitado la toalla de la cabeza y se quito la mascarilla con ella de mala gana.

- ¿Dije algo malo?,- Pregunto sin entender la reacción de todos.

Sora se levanto y camino hacia la cocina.

- Iré por más nieve,- dijo sin voltear a ver a nadie.

Taichi al ver que Sora se había retirado, volteo donde Mimi.

- ¿Que paso con él?.

Yamato quería golpear a su amigo pero igual estaba intrigado por el tema. En tan poco tiempo había conocido tanto de Sora que se cuestiono que fuera real.

Maldita curiosidad.

Mimi sonrió.

- Es miembro de la asamblea mágica, tuvo que dejarnos para tomar responsabilidades mas serias. Todas entendimos pero Sora no lo tomo muy bien, creo que se sintió nuevamente abandonada por alguien a quien quería mucho,- Hizo una pausa para sacar un collar.

Ambos vampiros lo reconocieron, era el mismo collar que les habían dicho que tenían las chicas cuando les mandaron a buscarlas para reconocerlas.

- Nos dio a cada una de nosotras un collar de protección pero aquí entre nos, no funciona muy bien. Creemos que nos lo dio con otro propósito pero la única que mantiene contacto con él es Sora, se que hablan por teléfono muy seguido y nos manda regalos en fechas importantes. Era buen chico, como un hermano mayor, alguien a quien confiarle muchas cosas.

Yamato se recargo en el sillón para ver de reojo a Sora que estaba terminando de servirse nieve en un plato.

Será esa persona con la quien estabas hablando el día que peleamos en la escuela, cuando nos conocimos.

Solto una mueca y se levanto de su asiento para irse a su habitacion.

.

.

.

- Listo señorita Hikari, solo queda tomar reposo para que ayude a recuperarse de sus heridas,- Termino de decir Joe para guardar sus cosas e ir saliendo de la habitación que compartía la castaña con Miyako.

- Gracias superior Joe,- le sonrío Hikari. Como había tomado un baño, se encontraba en una cómoda pijama, trato de levantarse de la cama pero el dolor al costado de su abdomen se lo impidió.

- Si fuera usted, tendría cuidado. Se rompió una costilla, aun y con mis habilidades pude curarla, sigue estando sensible la herida.

- Tendré cuidado, quiero ir con las demás, ¿Como esta Mimi?.

- La señorita Mimi se encuentra bien, dada la gravedad de la que se fue su situación, solo tiene un pequeño esguince en su tobillo, tendrá que usar muletas por unas cuantas semanas, nada grave. Ustedes si que son chicas muy fuertes.

Hikari se sonrojo.

- Gracias,

- No agradezca, siento que es lo poco que puedo hacer por ustedes. Me gustaría ser de más ayuda. ¿Gusta que le ayude a bajar?,

Hikari nego con una sonrisa, volteo donde su compañera de habitación y confirmo que Miyako seguía dormida. Después que Joe la hubiera revisado, tomo un baño y se volvió a dormir; no sabia cuanto tiempo había durado sin ver a dormir así a Miyako.

- Ella estará bien,- dijo Joe tranquilamente al ver la preocupación en su rostro.

- Ha dormido demasiado, jamas lo había hecho,- comento preocupada Hikari.

Debe de ser por aquellas dos bestias que tomaron de ella,- Joe sabia el porque del cansancio de la chica pero el comentario no salió mas allá de su pensamiento.

- Fue un largo dia, supongo que nunca se habían enfrentado a algo parecido.

- Sí, supongo que tiene razón,- respondió Hikari un tanto mas tranquila, en eso se escucho su estomago haciendo ruidos.

La bruja se abrazo a su estomago con vergüenza.

Joe sonrió divertido por el sonido del estomago de la chica.

- Creo que se quedo con hambre, hay mas comida en la cocina.

Hikari asintio avergonzada.

- No se porque tengo hambre, comí muy bien hace rato cuando me levante.

- ¿Segura que no quiere que le ayude a bajar?.

- ¡Segu..segu...ra!,- Hikari quiso ocultar su vergüenza.

- La esperamos a bajo,- se despidió Joe para darle un sutil reverencia y salir de la habitación.

La bruja se tomo un tiempo en ver a su amiga, se levanto con lentitud debido a sus heridas, se acerco a Miyako y termino por arroparla con cuidado. Estaba oscureciendo y las noches se volvían aun mas frías en aquel lugar.

Se dispuso a ir primero al baño a tratar de peinarse, como solo se había bañado de manera rápida, su cabello debía de ser un desastre total. Al ir con cuidado al baño, vio que no había nadie en el pequeño pasillo; logro escuchar en la planta baja risas y conversaciones, seguido de gritos de Mimi.

- Deben de estar abajo los demás,- supuso la castaña al encender el interruptor del gran baño comunitario de la casa.

Al acercase al espejo del baño se vio en el reflejo y confirmo su mal aspecto. Tomo un cepillo y se dispuso a pasarlo por su corta cabellera, al ir cepillando su cabello, su reflejo se fue nublando poco a poco. Después noto que no era el reflejo, eran sus ojos que se fueron humedeciendo.

¡Hikari!, mi dulce Hikari, o mejor dicho, Yamiko

La voz de la bestia sono en su mente y solto el cepillo. Cerro los ojos y se sujeto del lavabo del baño con fuerza. Abrió la llave y salió de esta agua fría que rápidamente Hikari uso para lavarse el rostro. Paso sus manos sobre su cabello duramente para terminar descansándolos en su cuello, enfrentando nuevamente a su reflejo.

- ¿Quien soy?,- se pregunto la chica.

Se acerco al espejo y se vio directo a los ojos, queriendo que ella misma le dijera la respuesta.

- ¿Soy Hikari?,

::FLASHBACK::

- ¡Dijiste que la bestia no existe!

- Hikari, tranquila,- Sora quiso tranquilizar a Hikari, todas se encontraban en el baño de la casa,- Toma un baño y deja que Joe te revise primero.

- ¡No!.

Mimi y Miyako veían como Hikari seguia de agitada.

- ¡Me mentiste!, Todas ustedes lo hicieron, dijeron que la bestia era solo un producto de mi imaginación,- Hikari se sentía asustada, Que no era real.

- No tenia idea de lo que pasaba, me equivoque...

- ¡Ah!,- Hikari nuevamente se tiro al piso, puso sus manos en su cabeza, estaba teniendo un ataque de pánico,- ¿Porque a mi?, ¿Porque me dijo Yamiko?, ¡Mi nombre es Hikari! ¡¿QUIEN ES YAMIKO?!

Sora rapidamente fue atras ella y la abrazo.

Miyako quiso hacer lo mismo pero Mimi la sujeto para dejar que Sora la tranquilizara.

- No dejaremos que te haga daño Hikari, me equivoque una vez, no dejare que vuelva a ocurrir.

::FIN DE FLASHBACK::

- ¿Quien eres?,- volvió a preguntar la chica al recordar el incidente recién sus amigas habían despertado de su larga noche,- ¿Acaso soy un monstruo?

- Eres Hikari, y definitivamente no eres ningún monstruo,- respondió una segunda voz, asustando a la bruja en el acto.

La castaña volteo de inmediato. Lanzando un quejido de dolor por el abrupto movimiento de su cuerpo. Se inclino y perdió el apoyo que tenia del mueble del baño.

El chico se acerco y sujeto de Hikari para que esta no cayera.

Volvió a soltar un quejido de dolor.

- Lo siento, ¿Te lastime?.

La bruja desvio la mirada, estaba ruborizada.

- No te preocupes Takeru, me asustaste.

El rubio noto lo timida que se encontraba la chica y le gusto verla así. Le ayudo para acomodarla en la orilla de la tina que estaba a un costado de ellos y ponerse el frente a ella para darle su espacio.

- Joe me comento que te quebraste las costillas, logro curarte pero no debes de moverte mucho hasta que sanes por completo. Con las habilidades de Joe esperamos que para mañana estés mejor y puedas caminar con normalidad en una semana.

Hikari asintio y volteo a verlo por primera vez a la cara.

El rostro de ella estaba evidentemente golpeado con leves moretones, seguido de él que también estaba maltratado con algunas cortadas y marcas rojas.

Ambos rieron al verse.

- Nos vemos fatal,- rio Hikari.

Takeru asintio de igual modo.

- Yo te veo hermosa si de algo sirve.

La bruja se ruborizo y nego de inmediato ante ese comentario.

- Eres un tonto.

- Eso no lo niego,- El rubio se sentía cómodo con Hikari y borro casi de inmediato su sonrisa al ver que la chica se sujetaba el costado de su cuerpo,- Debes de estar en cama, no aquí hablándote al espejo.

En eso se escucho nuevamente el estomago de la chica, lo que hizo poner roja a Hikari.

- O en la cocina,- Sonrío Takeru,- ¿Gusta que le lleve comida a su habitación?.

- No no no, de hecho me dirigía a la cocina, no quería estar en cama, quiero estar con los demás.

- Bueno, en ese caso quiero acompañarte. No puedo comer nada pero si tomar vino, podemos ir a la cocina juntos.

Hikari asintio. Al querer levantarse, Takeru le ayude apoyarse en él para que lo usara como soporte y caminara de mejor manera.

Ambos personajes querían preguntarse muchas cosas, tenían temas y dudas que habían vivido el día de ayer pero ninguno de los dos quería empezar. Salieron del baño y emprendieron su viaje a la cocina en la planta baja.

No termine de cepillarme el cabello, debo de verme horrible.

Ya te dije que te ves hermosa, no hace falta que hagas mas.

Hikari volteo donde el rubio pero no dejo de caminar.

No estes leyendo mi cabeza.

Tu eres la que esta pensando en voz alta.

La chica se tomo un momento de silencio y se atrevió a ser la primera en preguntar lo que ambos querían ocultar, aprovechando que literalmente no tenían que hablar con palabras.

¿Que te paso ayer Takeru?

De que hablas, no me paso nada.

Parecias diferente, se que algo te pasó...

El rubio fue quien se detuvo justo al comienzo de las escaleras para ver a la chica, como había alcanzado a bajar un escalón, tomo delicadamente la pequeña cintura de ella. Con la diferencia de alturas y el escalón favorable donde la chica, estaba ligeramente mas alta que él y le permitió tener una cercanía mas personal sin hacer ningún esfuerzo.

No debiste de ver eso ayer.

Me salvaste de la bestia, no hay nada que no debiera de ver. No estoy asustada de ti ni de lo que te transformaste.

Soy un monstruo Hikari, estoy destinado a hacer algo muy importante y también muy oscuro, muchos seres me querrán muerto.

No eres un monstruo, eres Takeru. Si eres un monstruo entonces yo tambien lo seré.

El chico sonrío y nego.

Lo correcto es que te alejes de mi, eso es lo que se debe de hacer. Tienes que alejarte de mi.

Y si no... no quiero hacerlo Takeru...

Takeru fue acercando su rostro al de Hikari, empezando a sentir la respiración del otro.

¿Porque no quieres?, ¿Acaso no me viste el día de ayer?. Alguien como tu no debería ver a alguien como yo.

No eres el unico aquí que pasa por momentos oscuros, no te abandonare.

Ambos se quedaron en silencio un corto tiempo.

¿Has visto esto antes?, ¿Nosotros dos juntos?, quiero saber que yo sigo apareciendo en tu futuro, en tus visiones.

No lo se, no he tenido ningún aun.

¿Quieres que vayamos a mi habitación para hacer real tu visión del beso en la cama?

La bruja quiso separarse del chico casi de inmediato, estaba sumamente avergonzada pero el vampiro no se lo permitió.

- Eso no pasara,- Contra ataco Hikari, hablando por primera vez,- No te desvíes del tema principal.

- Tienes razón, pero podemos adelantarnos a eso. Prefiero estar así,- El rubio se negaba a hablar nuevamente de su lamentable situación.

- Takeru, por favor.

Los dos adolescentes permanecieron callados después de eso, mirándose mutuamente.

- ¿Todo bien aqui?

Takeru solto un molesto quejido y maldijo al escuchar la voz que menos hubiera pensando. Hikari por su parte se trato de separar pero Takeru no se lo permitió, desvío la mirada del intruso.

- Si hermano, estamos bien. Gracias por preguntar.

Yamato estaba subiendo las escaleras y se había encontrado a la pareja de una manera un tanto comprometedora y sonrío al darse cuenta lo que había interrumpido.

Suéltame,- Hikari le rogaba internamente a Takeru.

Ya la escuchaste, suéltala.

Takeru termino por hacerlo y devolverle la sonrisa a su hermano.

- Amm, ¿Las chicas se encuentra abajo?,- pregunto de inmediato Hikari al mayor de los Ishida.

El chico de ojos azules volteo donde la pequeña castaña y sonrío.

- Si, están abajo haciendo una hermosa pijamada con su nueva mejor amiga.

- ¿Nueva amiga?.

- Deberías de bajar y ver por ti misma.

- Si, gracias,- agradeció la bruja para disponerse a caminar con cuidado por las escaleras.

- Con cuidado,- indico Yamato al ver el estado de la chica.

Ella asintio y volteo donde Takeru.

- Yo te alcanzo en la cocina.

Hikari no dijo mas y termino bajando la escalera.

Una vez ambos hermanos solos, Yamato volteo donde Takeru.

- Entonces es Hikari la chica que me habías comentado hace días.

El menor de los vampiros no dijo nada, solo quiso continuar su camino pero Yamato se puso frente a él para impedírselo.

- Pense que conocías tu situación, deberias de estar pensando en tu futuro, no teniendo amoríos con chicas,- continuo Yamato al no recibir respuesta de su hermano en un principio.

- No es algo que te importa si me permites Yamato, en este es algo que no te puedes meter.

Yamato solto una pequeña mueca, aun sin quitarse de su camino.

- Esto es serio Takeru, estoy seguro que no estas viendo el panorama completo de lo que esta pasando.

- Conozco mi situación, tendre cuidado.

El vampiro mayor se acerco a su hermano nuevamente y lo sujeto del brazo para acercarlo a él.

- No, estas siendo un idiota. ¿Que no ves que todo contigo a cambiado?. Si alguien te descubre; otro vampiro o mi padre. Cuando llegue ese momento, él no dudara en asesinar a todo ser con quien hayas entablado por lo menos un saludo. Piensa en Hikari, ¿Quieres que la lastimen por tu culpa?.

Takeru se solto del agarre de su hermano.

- No le pasara nada a ella. Sé lo que tengo que hacer.

- ¿Que tan seguro estas?, tienes que empezar a pensar con la cabeza y no con otra cosa en tus pantalones.

- No quiero me confundas contigo. No soy como tu.

- ¿Disculpa?,- Yamato fue quien se estaba molestando por la intervención de Takeru.

- Por favor, todos sabemos que de nosotros dos, tu eres el que más a pensando con otra cosa que no es la cabeza, ¿O quieres que vuelva a mencionar tu situación amorosa con Jun y Taichi?. Todos sabemos lo patético que te ves compartiendo una hembra.

Los ojos de Yamato se volvieron rojos al escuchar las palabras de su hermano. Estaba furioso, pero no por la mención de su situación amorosa, sino por el hecho que su hermano menor le menospreciara. Él era el mayor, Yamato era quien debía de regañar a Takeru, no al revés.

- No te permito que me hables así. Tu mas que nadie ha visto lo que nuestro padre ha hecho, lo que me ha hecho. Cuando me encerró por décadas en ese estúpido y oscuro lugar por creer que yo era el descendiente, ahora imaginate cuando descubra que todas sus sospechas fueron erróneas, ¡Que eras TU al que debió de haber encerrado en esa maldito lugar!.

Yamato estaba levantando la voz poco a poco y volvió a sujetar a su hermano.

- No me quieras culpar por lo que te paso, sabes que yo más que nadie estuve buscándote todo ese tiempo. No descanse ni un día hasta encontrarte. No fuiste el único que vivió un infierno.

- Lo mismo puede pasarle a tu dulce nueva novia si sigues con ella, ¿Podrás soportar la culpa que la encierren y le hagan daño por estar contigo?, Mírate. No vales tanto la pena y estoy seguro que ella no vale ese riesgo...

- ¡Callate!,- grito Takeru con furia y trato de golpear a su hermano pero Yamato le sujeto su puño, evitando que llegara a su rostro.

- ¡Yamato!,- grito una voz femenina que iba subiendo las escaleras.

Ambos vampiros se detuvieron y voltearon donde la chica.

- Sora... ahorita no,- susurro roncamente Yamato para voltear nuevamente a su hermano.

Takeru se solto del agarre de su hermano, sus ojos habían vuelto a su color natural pero su respiración estaba un poco mas acelerada de lo normal.

La pelirroja se sorprendió de ver a los dos hermanos casi empezar una peligrosa pelea.

- Alejate de mi,- fue lo ultimo que dijo Takeru a su hermano a la cara para bajar por las escaleras y ver de reojo a su salvadora, se sintió de cierta manera avergonzado que los haya visto de esa manera.

- Tk, por favor...

La chica quiso detenerlo pero el chico le regalo un gesto de disculpa y se apresuro a bajar.

Yamato bajo su mirada a un costado, viendo de reojo a la bruja.

Sora se dirigio donde el chico de ojos azules.

- Yamato, ¿esta todo bien?,- Sora estaba verdaderamente preocupada por la situación que acaba de presenciar.

- Es un idiota, mi hermano es un idiota,- confirmo Yamato.

- No digas eso, creo que lo único que pasa es que tiene... miedo.

El vampiro volteo completamente con Sora. Su mente estaba a mil por hora, se sentía frustrado con su hermano, y con él mismo; en resumen con toda la situación. Sin decir mas se retiro a su habitación, dejando a una confundida chica.

Sora quiso detenerlo pero se contuvo. Su intención no fue escuchar la pelea y mucho menos intervenir en una riña familiar a lo que vio. Ella quería subir al baño para quitarse la mascarilla del rostro, e ir a su habitación. Escogió el peor momento para hacerlo

Ella se quedo en silencio y viendo el pasillo donde había ido el rubio, seguramente había ido a su habitación.

¿Que es lo que debería de hacer?,- Se pregunto Sora mentalmente.


Un chico pelirrojo estaba sumamente concentrado escribiendo en su computadora portátil. Sentado en la cabeza de su cama, se movió con cuidado ya que le dolía la parte superior de su hombro aun. Mantenía la parte superior de su cuerpo al descubierto, siendo unas vendas manchadas con sangre su única vestimenta.

Dejo de lado su portátil se toco la herida con cuidado. Joe había venido hace tiempo para cambiarle las vendas pero ya nuevamente estaban manchadas.

Se levanto de la cama y se acerco al espejo completo de su habitación. Se quito parte de la venda y se percato que su herida estaba sanando poco a poco. Con el tema de la infección, su cuerpo tardaría mas en regenerarse. Bajo ambos brazos y se tomo un momento para mirarse en el espejo, tenia en ese momento solo el pantalón de su pijama, le quedaba justo en la cadera, mostrando parte de sus abdominales y su piel ligeramente pálida.

Su cuerpo tenia algunas marcas, cicatrices que al paso de los años habían decorado su varonil esencia.

- De verdad ese monstruo me lastimo,- susurro al ver la gran herida que ensuciaba con sangre la venda en su cuerpo. Al tocar su propia sangre, el recuerdo de su infección se le vino a la menta, eso explicaba cómo es que su cuerpo le dolía. De repente se le vino una sed de alimentarse, algo muy extraño en él, quería sangre y pronto.

Nego casi de inmediato.

Necesito de una mujer también,- Soltó su pensamiento al tener su cuerpo rígido.

Se alejo de su imagen en el espejo y se acerco a su armario, saco lo primero que vio a la mano, una playera blanca básica, seguido de un chamarra negra. Estaba decidió a ir a la escuela por una chica, no importaba quien fuera, lo necesitaba.

Sin mucho esperar se acomodo sus tenis para salir de prisa de la habitación, sin importarle tampoco que hubiera manchado su ropa de sangre.

Una vez afuera de su habitación, paso por el pasillo camino a la planta baja con ritmo acelerado pero un ruido en la primera habitación lo detuvo. Se quedo inmóvil al escuchar el quejido de una persona, volteo su atención a la puerta entre abierta que estaba a su costado.

Aunque su sed de sangre y sexo era grande, la curiosidad le tomo por sorpresa, estiro su brazo y abrió la habitación lentamente, diviso la habitación de las chicas.

Miyako...

La pequeña silueta de la chica en la cama de su habitación le atrapo. La pequeña bruja estaba sudando y dando pequeños quejidos en su sueño.

Los ojos de Koushiro se tornaron rojos por la imagen indefensa de la bruja, apretó los puños con fuerza y su cuerpo se lleno de un inexplicable escalofrío.

Es mi momento, esta indefensa, vulnerable y en cama... Quiero tenerla...

El vampiro dio un paso dentro en la habitación, sonrío al recordar la vez que ella le invito a pasar a su habitación, tenia libre acceso. Al dar el segundo paso se detuvo y sujeto su propio brazo.

¿Que estas haciendo?, No es correcto...

Pero su cuerpo le traiciono y dio otro paso.

De verdad quiero hacerlo, quiero morderla y tocar su cuerpo,

El pelirrojo estaba siendo esclavo de sus propios impulsos, ahora sabia como es que se sentía los verdaderos síntomas de la infección.

- No... no... por favor, no al... cuarto oscuro...

La voz de Miyako le saco de su pelea interna y dio un paso afuera de la habitación.

Koushiro dejo de lado toda sed de sangre y sexo y se concentro en ver la situación de la bruja.

Estaba moviendose incomoda en su cama, seguía sudando aunque el ambiente estuviera gélido.

- No...

Algunas lagrimas cayeron de sus ojos.

Tiene una pesadilla.

El chico la observo otro rato, le molestaba verla así. "Sufriendo". Pensó si ir a despertarla pero eso seria inapropiado, una invasión a su privacidad pero no le ayudaba verla de esa manera.

Porque debería de importarme, ella no es nada para mi. Yo en ningún momento le pedí que me salvara ayer, no pedí ayuda de nadie.

Quiso ser fuerte, volver a su racionalidad.

- No... Por favor... Me duele...

Al escuchar el quejido de Miyako, no lo pensó dos veces y camino por la habitación, sentándose a un costado de la cama. Le toco suavemente ambos hombres y la movió para despertarla.

- Miyako, despierta...

La bruja se desperto sobresaltada, estaba desorientada y volteo a todos lados, sin percatarse todavía de la persona que la tenia sujetando.

- Miya, esta todo bien. Estas bien.

El pelirrojo no era bueno tranquilizando a los demás, el mismo no sabia si lo estaba haciendo correctamente.

Ella igual volteo donde Koushiro sin decir ni una palabra, tratando de identificar de quien se trataba. Su cabello se había pegado a su frente por el sudor.

- No quiero, por favor... no quiero ir al cuarto oscuro.

- ¿De que estas hablando?.

- El doctor, me quiere llevar al cuarto...

El vampiro no comprendía lo que Miyako le decía. Volvió acostarla tratando que se tranquilizara.

- Estas a salvo, nadie te llevara al cuarto oscuro.

La pequeña chica se dejo arropar y sujeto fuerte su brazo.

- No te vayas, quédate conmigo.

El estomago del chico se le hizo un nudo, de verdad no quería quedarse, quería huir y refugiarse en los brazos de otra chica, alimentarse de ella y saciar sus necesidades masculinas.

- No... puedo,- Quiso soltar a la chica una vez que se hubiera acostado, ademas que si alguien llegara a aparecer, tendrían problemas.

- Por favor, va a volver y quiere mi cuerpo...

Koushiro estaba teniendo un mal momento, toda la situación le resultaba tentadora. Miyako en una cama, completamente sudada. El aroma de ella lo invadió y sus ojos se tornaron rojos nuevamente al recordar el delicioso sabor que tenia cuando se había alimentado de ella en la escuela.

Su cuerpo reacciono incoscientemente ante el contacto de su cuerpo, algo dentro de el se movió queriendo más de ella. Deseaba verla sin ropa, su vista bajo hasta el delicado cuerpo de Miyako que se acentuaba bajo el pijama que llevaba puesto y su sonrisa se dibujo ante la idea.

No, controlate

Se grito mentalmente para voltear la vista y dejar de ver a la chica, trato nuevamente separarse de ella y salir de ese cuarto de tortura. Le estaba mareando el aroma de la chica.

- Duerme, no me ire,- le dijo chico para esperar a que se descuidara para salir lo mas pronto posible. Se recargo en el respaldo de la cama y ella se abrazo al cuerpo de él como si de un oso de peluche se tratase.

Se quedaron en silencio unos cuantos minutos, minutos que a Koushiro le parecieron horas.

- Duele,- Miyako fue quien empezó a hablar nuevamente.

- ¿Que duele?,

- El cuarto.

Koushiro estaba confuso, ella seguía hablando de ese cuarto oscuro e imaginario. Se pregunto si seria una metáfora o simplemente la chica estaba confundida. De todas maneras mantener una conversación con ella le ayudaría a distraer su mente y no pensar en su cuerpo abrazada a él, le ayudaba a evitar que se le lanzara como un animal hambriento.

- ¿De que cuarto hablas?.

- El cuarto al que él doctor me lleva, es oscuro y duele.

- Duerme,- volvió a insistir el pelirrojo.

- Koushiro...

Por favor, no digas mi nombre.

- ¿Si?

- ¿Estas bien?.

No

- Si.

- Se que mientes, lo siento cuando te toco.

El chico se mordio el labio, volteando a verla por primera vez desde que se dejo abrazar. Miyako tenia la vista perdida pero estaba abrazada fuertemente del cuerpo de él.

- ¿Que es lo que quieres de mi Miyako? Ni siquiera deberla de estar aquí, debo de estar muerto,- Koushiro exponía su punto mas sensible, la cruda verdad de su terrible o afortunada situación, dependiendo como lo viera.

Ni la misma Miyako podía responder a eso.

- No lo se, sonara extraño pero tu y yo somos más parecido de lo que puedas imaginar.

- No soy como tú y definitivamente, no eres como yo.

- Se lo que se siente darte por perdido, estar tan enfermo que te dejen en el olvido.

Koushiro cerro los ojos, evitando escuchar sus palabras.

- Yo estoy enfermo porque así lo escogí.

- ¿Porque?, ¿Porque te lastimarías de esa manera?,- Miyako se levanto lentamente de su posición, poniendo ambas manos en la cama y estar a la altura del rostro de Koushiro.

El chico dudo si decir algo mas.

- Sufrí por tanto tiempo que lo único que quería era solo terminar con mi vida, pero no me era permitido hacerlo, entonces es cuando tuve que recurrir hasta este ultimo recurso.

- ¿Infectarte?.

Miyako derramó unas delgadas lagrimas.

- No llores,- El vampiro sujeto delicadamente el rostro de Miyako para limpiar sus lagrimas,- Yo nunca seré razón suficiente para que derrames una sola lagrima.

- Ya no tienes razones para querer morir, tienes que detenerte.

- Ya no hay vuelta atrás, este es el camino que tome.

La bruja negó.

- No te dejare morir, eres una mente brillante.

Koushiro solto un quejido, la odiaba ahora. Comprendía lo que le había dicho Ken que tenia que dejarle Miyako para que lo matara, pero todo eso se pregunto si valía la pena, cuestionando la idea de seguir añorando la muerte.

- Tengo que morir, entiende Miayko. Ella no me puede seguir teniendo.

- ¿Quien es ella?.

El chico tomo una pausa.

- No comprendes, y no comprenderías nunca mi situación.

Miyako queria volver a reclamarle pero su conciencia no se lo permitió. Sus ojos los sentía pesados y el dolor característico de su cabeza la puso alerta.

- No, por favor, no ahora,- se lamento ella para alejarse de Koushiro y sentarse del otro extremo de la cama,- Mi cabeza es solo mía,- decía para poner ambas manos en los oídos, tratando de bloquear todo entrada de sonido.

El vampiro reacciono al extraño comportamiento de la chica.

- ¿Miyako?, ¿Estas bien?.

- Mi cuerpo esta debil, mi mente esta sensible... ellos lo saben.

- Miyako tranquila aquí estoy,- Koushiro no sabia qué hacer, tomo firmemente ambos brazos de la chica para que lo viera.

- Lo siento,- Se disculpo la chica para dejar que su cuerpo cayera desvanecido en la cama en un sueño inmediato. El pelirrojo alcanzo a tomarla para que su cuerpo se acomodara mejor.

- ¿Que has hecho?,- pregunto una voz masculina que vio la escena.

El vampiro volteo donde la entrada de la habitación y solo un gruñido, sabia que estaba acabado.

Maldición, se que esto no se vera bien.

- Que nunca podrás entender Koushiro, ¿No ves el daño que le haz hecho?.

- No es lo que crees Ken,- Trato de explicar el pelirrojo pero el vampiro le había sujetado del brazo, listo para propiciarle un golpe.

- Voy a disfrutar hacer esto,- dijo Ken para estar su puño en el rostro del pelirrojo pero fue detenido por la voz de Miyako.

- Detente,

Ambos vampiros voltearon donde la chica.

Miyako estaba de pie sobre la cama viendo a ambos chicos.

- ¿Miyako?

La chica volteo donde el chico cabello azulado y sonrío. Ambos vampiros veían diferente a Miyako.

- Siempre tan imprudente hermanito, desde que éramos niños has tenido un carácter muy errático.

Ken aflojo el agarre del pelirrojo pero su cuerpo se empezó a tensar.

- Es imposible.

- Claro que es posible hermano,- Hizo una pausa Miyako para girar su cabeza y ver con mejor precisión a los vampiros,- Te ves realmente un hombre maduro por cierto. Tantos años sin vernos te ha sentado de maravilla, ahora solo veo un Ken invadido por la soledad y el abandono. Realmente lindo.

Tanto como Koushiro y Ken estaban sorprendidos por la situación de Miyako. Ken solto por completo al pelirrojo.

- Y tu Koushiro, huelo tu infección a kilómetros. ¿No aprendiste de mi y mi lamentable historia?.

- ¿Sam?,- Koushiro estaba tratando de comprender y encontrar una explicación logica.

- El mismo,- Termino por bajar de la cama de un salto como de un pequeño y ágil gato se tratase,- Bueno no exactamente el mismo, estoy en un cuerpo mil veces mejor que el mío. ¿No lo creen?

Miyako alzó su mano y la paso suavemente por su mejilla para lamerse sus propios labios. Una escena que incitaba a ideas lascivas.

- Detente,- ordeno Koushiro.

- Mi pequeña y dulce niña ha hecho un gran trabajo, la eduque bien,- siguió mientras ahora pasaba su mano por tus mejilla de forma erótica.

- ¿En serio eres tu?,- Ken no quiso creerlo, su hermano estaba muerto.

- Enserio jamas me voy a cansar de tocar la piel de Miyako,- Decía ignorando a los presentes, cerrando los ojos para maximizar la sensación de la caricia.

- ¡Dije qué dejes de hacer eso!,- Grito Koushiro.

Miyako abrió los ojos, bajando sus brazos a un costado. Observo a ambos chicos con asco.

- Ustedes dos no han hecho otra cosa que estorbarme, ella los odia ¿Saben eso?, Lo se porque estoy dentro de su cabeza.

Koushiro dio un paso adelante furioso por las palabras de lo que sea que estaba ocupando el cuerpo de Miyako pero Ken le detuvo.

- No se quien seas, pero ese cuerpo no te pertenece, sal de él.

- Oh Ken, al contrario. Este cuerpo,- las manos de Miyako subieron sensualmente desde sus caderas hasta llegar a sus modestos senos de forma firme,- Ha sido mío desde hace años y en cuestión de tiempo, volverá a ser mío. No saben por cuantos infiernos he pasado para encontrarla de nuevo y ahora que ya sé donde esta, llegare a tomar lo que es mío y la llevare donde tiene que estar.

- ¿De qué estas hablando?.

- Una linda muñeca tiene que estar en una casa de muñecas. Mi casa de muñecas.

- Lamentablemente, eso no va a pasar,- Fue Koushiro quien se mantuvo firme.

- Ustedes dos son una bola de patéticos, peleando por algo que ya tiene dueño.

- Regresa Miyako, se que estas allí adentro.- Insistió Ken.

- Miyako no esta, esta dormida.

- ¿Enserio?, eso no es posible,- Hablo una voz femenina que se abrió paso entre los dos vampiros.

Los presentes voltearon a la presencia que llego.

- Bienvenida Sora, llegas justo a tiempo,- Saludo Miyako.

- Sea quien seas, sal de cuerpo de Miyako, o tendré que expulsarte como la ultima vez.

- ¿Ultima vez?,- Ken vio a Sora y nuevamente vio a Miyako.

- No, esta es la primera vez que nos conocemos Sora, y ciertamente es interesante la manera que la has escondido de mi pero no contabas que todo pájaro herido vuelve al nido.

- Bienvenido no eres en esta casa, ni en este cuerpo. Regresa donde tu oscuridad gobierna y deja la luz llene este espacio,- Sora alzo su brazo hacia Miyako, recitando lo que seguía de su conjuro.

- Su alma esta débil y su cuerpo disponible, no funcionara lo que haces bruja tonta.

La pelirroja maldijo pero no resistió.

- Dos almas enfrentadas se consumen ahora dentro del cuerpo de una bruja, donde sólo una puede residir. Invoco el poder de cuatro, el cual se me fueron encomendadas, ven a mi para salvar su cuerpo y liberar a mi hermana que llevas dentro.

La sonrisa de Miyako desapareció.

- Ese conjuro es nuevo,- soltó seriamente Miyako.

- Ven a mi para salvar su cuerpo y liberar a mi hermana que llevas dentro...

Koushiro veia como el cuerpo de Miyako se doblegaba un poco y su rostro reflejaba dolor.

- Ella... sera, mia...

Fue lo ultimo que dijo para desvanecerse, su cuerpo iba dirigido a caer en el frío suelo. De milagro Ken fue mas rápido y logro caer junto con ella para evitar que si lesionara.

Sora bajo su brazo de forma pesada, estaba cansada igual.

Se tomo un tiempo pero cuando se incorporo se acerco a Miyako quien ya había sido acomodada cuidadosamente en su cama por el peli-azulado.

Koushiro tomo asiento en la cama de Hikari que estaba vacía, sin perder de vista el pasivo rostro de Miyako.

- ¿Estara bien?,- pregunto Ken a Sora.

- Por ahora.

La bruja mayor arropo a Miyako en con cuidado y le toco suavemente la frente.

- ¿Que demonios fue todo esto?,- Grito Koushiro.

- Lo que vieron, fue el increíble pero peligroso don de Miyako el cual esta sin control ya que no hemos hecho ningún sello.

- No tenemos ni puta idea de lo que estas hablando.

- ¡Kou!,- regaño de inmediato Ken al escuchar como se expresaba el vampiro.

Sora hizo un fuerte suspiro y volteo donde el pelirrojo. Estaba molesta en la forma en como le estaba hablando, no era de su incumbencia pero se controlo, no sabia hoy en día la relación que tenia su amiga con esos dos chicos pero al ver la reacción de Koushiro supuso que era muy cercana.

- Voy a suponer que sigues enfermo y mal herido por hablarme así.

- Esta asustado,- interrumpió Ken viendo al pelirrojo.

Los chicos se miraron entre si.

- ¿Qué hacen ustedes aquí?,- Pregunto Sora.

- ¿Qué es lo que tiene Miyako?,- Contesto en pregunta Koushiro, sin desistir de su objetivo.

Sora sonrió, se sentó a un costado de Miyako.

- Miyako tiene un peligroso don, su alma es tan sensible y su mente tan habilidosa que puede desprenderse de su cuerpo. Viaja atraves del espacio intrasensorial y recorre otros mundos terrenales. Cuando niña ella pensaba que eran sueños, que se veía a si misma dormir y volar en el cielo pero no lo eran.

- Si no eran sueños, que es.

- Se llama proyección astral,- Explico Sora a Ken.

- ¿Siempre ha hecho esto?.

La bruja nego.

- Solo cuando dormia balbuceaba en la noche, después todo fue incrementando gradualmente.

- Explicate mejor,- El pelirrojo quería saber la verdad y era directo.

- Empezó a hablar en sueños, después a tener pesadillas, ser sonámbula, dormir en lugares públicos y siempre estaba cansada hasta que un día, llego de la escuela a la casa, estaba cansada y tomo una siesta. Cuando despertó era otra persona.

- Otra persona,- Ken repitió eso tratando de entender la situación.

- Trato de matarnos a mi y las demás. Takako, la mujer que nos cuidaba tuvo que intervenir con un conjuro y es cuando nos dimos cuenta que no era realmente Miyako, sino otra cosa ocupando su cuerpo, un ser lleno de odio y oscuridad. Desde ese entonces tenemos que estar al pendiente de ella.

- Lo que vimos hoy, el ser que acabas de expulsar, ¿Ya lo habías conocido?.

- No, después de un tiempo nosotras dejamos de ver de quien se trata, solo lo expulsamos, siempre es un alma diferente. El cuerpo de Miyako es muy vulnerable cuando su alma viaje, es como una casa libre de cerraduras para que cualquiera pueda entrar y ocuparla.

Sora tomo otra pausa para ver el rostro tranquilo de su amiga y le acaricio su rostro.

- Les habíamos comentado que cada vez que llegamos a un lugar, hacemos un sello para contener nuestras habilidades si no las sabemos controlar pero ahora Miyako esta vulnerable y tendrá que aprender a vivir con ese peligro,- Volteo donde los chicos,- ¿Ustedes conocen al ser que tomo el cuerpo de Miyako?, parece que desde hace tiempo la sigue pero no recuerdo haber enfrentado algo así antes.

Ken cerro con fuerza sus puños. El pelirrojo lo vio y quiso despejar sus dudas primero.

- Es posible que esos seres, ¿Sean almas de seres fallecidos?

- No creo que sea posible. Bueno, no para ella aun,- hablo enseguida Sora,- Todas las almas que han ocupado su cuerpo son almas perdidas del abismo, o seres que encierran y los destierran con magia.

Ambos vampiros comprendían muy poco.

- Lo siento, les explico, necesitan una conexión fuerte con Miyako para poder tomar de su cuerpo, es decir, saber que ella pose el poder de la proyección astral, las almas de seres fallecidos son almas que vagan en nuestro mundo ciegos y perdidos, no saben que pueden ocupar el cuerpo de otro humano. Estoy segura que nisiquiera notan nuestra presencia en este mundo, para ellos solo somos nubes borrosas en su visión, ni tocarnos pueden.

- ¿Pero es posible?.

- Miyako tiene que resplandecer demasiado para que la puedan verla en este mundo, los seres fallecidos son ciegos, viven en un mundo que se repite una y otra vez. Si un dia Miyako logra controlar sus poderes, podrá encontrarlos mas no dejar que ocupen su cuerpo, es demasiado para ella a esta edad. El ser que ocupo el cuerpo de ella tiene que haber tenido habilidades psíquicas, magia o algún elemento que lo haya hecho ocupar el cuerpo de ella, vivo. Como todos los seres que toman de su cuerpo, la mayoría son demonios, espectros o brujos.

- ¡El no esta vivo!,- grito Ken.

Sora se estremeció por el grito.

- ¿Lo conocen?.

Koushiro dio un suspiro y señalo a Ken.

- Creemos que fue el hermano de Ken, su nombre era Sam.

- ¿Y el esta...

- Muerto,- termino afirmando Ken la pregunta de Sora.

- Lo siento Ken, Miyako no decide quien toma su cuerpo o su mente, ni siquiera decidí a dónde viaja todavía, y sobre todo no tiene memoria de lo que pasa, es como si fuera un sueño para ella.

- Mi hermano murió, yo mismo lo asesine,- Hablo el peliazulado con furia.

La bruja volteo donde Miyako, tratando de entender como es que su poder hubiera llegado a crecer tanto.

Hubo un silencio después de eso.

- ¿Mataste a tu propio hermano?,- Sora estaba casi asustada por lo que acaba de escuchar.

- Se infecto,- El pelirrojo fue quien dio la única y clara explicación de porque lo había hecho.

Sora recordo lo que le habían explicado de la infección. Cosas de vampiros que no comprendía del todo.

- Aun pienso que es muy poco probable que hubiera sido tu hermano Ken,- Sora quiso encontrar alguna explicación a la situación, Miyako aun no era tan poderosa.

- Habló como Sam, actuó como Sam y sobretodo, nos reconoció Ken.

Koushiro insistió.

El vampiro peli-azulado no sabia que mas pensar, volteo con Miyako para verla dormir.

- Ken, si no mal recuerdo, no viste después que paso con el cuerpo de tu hermano, y si la señorita Sora tiene razón, si aun Miyako no es tan fuerte para atraer almas de seres fallecidos, esta la posibilidad que este vivo, Sam era bien conocido por extraordinarios dones psíquicos.

- Los cuales los perdio al irse infectando Koushiro. Tu mas que nadie debe se saberlo.

- ¿Pero y si no?... si encontró una manera de sobrevivir esa noche y de curarse de la infección.

La bruja estuvo atenta a ambos vampiros, aunque no conocía a ese tal Sam, involucraba a Miyako y eso era motivo suficiente para también preocuparse.

- Esa cosa, hablo de estar buscándola desde hace tiempo y menciono que ya la había tenido, ¿y si tenia razón?,- Sora empezó a sacar sus propias conclusiones en voz alta,- ¿Hace cuanto tiempo fue de lo de ese tal Sam?

- Años, décadas... fue hace mucho tiempo atras,- Ken respondió a Sora, ni el mismo sabia cuanto tiempo había pasado.

- Takako trajo a Miyako a la casa hace igual muchos años atrás, fue rescatada de un incendio de un hospital, la llevaba buscando años hasta que dio con ella en unas horribles y pésimas condiciones, ni Miyako, ni nosotras sabemos que fue lo que paso antes de eso, toda una vida desvanecida y llena de dolor.

- A veces es mejor no recordar,- Koushiro se sintió mal al escuchar la historia.

- Tiene que hacerlo,- Ken era el mas frío en esa situación.

Sora nego casi de inmediato, sabia que trairia dolor a su amiga recordar esos oscuros días de su vida.

- No lo sé, seria contraproducente si descubre su pasado,- Sora volteo donde Miyako y le acaricio la mejilla,- Es mejor que no sepa, no por ahora.

- Opino lo mismo pero...,- Koushiro no quería que sufriera más,- Debe de haber otra manera de decirle, tal vez ella lo pueda descubrir por sí sola, ella merece saberlo.

- Puede ser, pero eso podría lastimarla de igual manera.

- Bueno ella decidirá qué tanto la lastimara, eso ya no nos corresponde a nosotros.

Sora sabia que el pelirrojo tenia razón pero no quería hacerlo.

- Ella merece saber qué fue de su vida, que es esa cosa que la acecha. No creo que no haya pasado un día que no se pregunte eso. Que su cuerpo este cansado, se ve que la están consumiendo.

El vampiro mayor estaba molesto, ella no era una niña para que otros tomaran decisiones con respecto a su vida, ya era una adulto. El la veía como un adulto.

- Koushiro basta.

- Saben que tengo razón,- Insistió el pelirrojo cuando intento callarlo Ken.

- Si, tienes razón Koushiro, pero no creo que sea el momento indicado de decirle. Encontraremos la manera de hacerlo mas adelante, por mientras solo la mantendré vigilada.

- No la podrás cuidar todo el tiempo Sora, y si me permites, no creo que tengamos mucho tiempo para hacerlo. No soy experto y tampoco tengo sus habilidades mágicas pero solo miren su cuerpo, esta cubierto de moretones y la noto mas débil desde que llego.

- Ni siquiera la conoces,- Ken estaba enojado.

- No hace falta conocer mucho a una persona para saber que esta enfermo su cuerpo, creo que es momento de decirle lo mas pronto posible.

- Esa decisión no te corresponde a ti,- La bruja defendió su punto.

El vampiro guardo silencio y apretó sus puños con fuerza. Se levanto con enojo y planeo retirarse de la habitación, no sin antes voltear a ver a ambos personajes.

- La están condenando, están condenando a muerta a Miyako.

Sora derramo algunas lagrimas y negó con la cabeza. Ken no volteo a verlo, solo dejo que se fuera.

- No lo escuches, el no sabe nada.

- Nadie de nosotros sabe nada Ken, ¿Que pasaría si fuera cierto?, ¿Estamos condenando a Miyako?.

El chico suspiro.

- No lo se, de todas formas prometo investigar a mi hermano. Tengo que confirmar si en verdad esta... vivo.

La bruja se limpio las lagrimas y se levanto de donde Miyako.

- Hay que dejarla descansar, con el conjuro que acabo de poner no le pasara nada. La protegerá por esta noche. Me dará tiempo de pensar las cosas y ver que es lo mejor para ella.

Ken asintio.

- No estas sola, si de algo sirve.

Sora sonrió y asintio, agradeció que tuviera con quien más hablar de lo que pasaba con Miyako.


La noche llegaba sin previo aviso, la casa estaba tranquila como los inquilinos en ella.

En un amplio balcón de una de las habitaciones, un chico se encontraba cómodamente sentado en el borde del barandal, tocando sutilmente su guitarra.

Se concentro en la cuerdas de la misma para voltear a ver el frío paisaje casi nocturno, el atardecer que se avecinaba le tranquilizaba y fue cuando en su mente de pronto apareció la imagen de su hermano y maldijo. Negó con la cabeza y tomo nuevamente su guitarra, se quería concentrar en algo que no fuera su hermano.

Se tomo un momento para recordar la canción que estaba componiendo desde hace días, teniendo la esperanza que esta vez pudiera acabarla. Si su mente se lo permitía claro esta. Dio un largo suspiro y se dejo envolver por el ritmo de su guitarra.

I'm just the boy inside the man

Not exactly who you think I am

Trying to trace my steps back here again

So many times

I'm just the speck inside your head

You came and made me who I am

I remember where it all began

So clearly

Yamato dejaba que su voz envolviera el ambiente. Estaba frustrado, muchas cosas estaban pasando a su alrededor pero no quería hacerse cargo todavía.

I feel a million miles away

Still you connect me in your way

And you create in me

Something I would've never seen

When I could only see the floor

You made my window a door

So when they say they don't believe

I hope that they see you in me

Mientras seguia tocando un intruso entraba a la habitación, tocando sin respuesta. Cuando estuvo dentro del santuario personal del vampiro, entro con miedo pero se percato de la voz del chico afuera en el balcón y avanzo nerviosa.

Yamato supo de quien se tratase pero no se detuvo.

After all the lights go down

I'm just the words, you are the sound

A strange type of chemistry

How you've become a part of me

And when I sit alone at night

Your thoughts burn through me like a fire

You're the only one who knows

El vampiro tan concentrado estaba en su musica que no le dio importancia al ser no invitado que se acercaba más a él.

Who I really am

We all wanna be somebody

We just need a taste of who we are

We all wanna be somebody

We're willing to go but not that far...

Yamato se detuvo casi de inmediato para voltear su rostro sutilmente.

- ¿Necesitas algo?

El intruso se adentro a la tenue luz que quedaba del sol de la tarde.

- Lo siento, toque pero no contestaste, pensé que no me habías escuchado así que...

- Si te escuche,- Interrumpio el vampiro.

- Bueno, lo siento, yo solo...

- ¿Tú solo decidiste entrar?. Creo que notaste que estaba un tanto ocupado, ¿No crees Sora?,- Interrumpió la explicación de ella, la voz del chico sonaba molesta.

La chica se avergonzo de inmediato y bajo la mirada, cruzo sus brazos incomoda.

- Tienes razón, no debí de entrar, me retiro.

El vampiro se mordio el labio inferior, se regaño mentalmente.

- No, lo siento, yo solo me encuentro muy... no sé. No debí de haber contestado de esa manera.

Sora comprendió al vampiro.

- Esta bien, debo de entender cuando alguien quiere estar solo.

- Por favor, acompañame aunque sea un rato.

La bruja dudo un momento en tomar su oferta pero recordó que ese era el motivo principal por el cual había venido a verle, pero después del mal comienzo, no lo vio correcto.

- No quiero quitarte el tiempo o molestarte. Solo quería ver que estuvieras bien después de lo de...

Ella mismo calló.

- Estoy bien y podría esta mejor si en verdad me acompañas,- El chico ofreció una silla para que los dos estuvieran en el balcón de la casa.

Sora asintio levemente y se acomodo su gran suéter, iba a ser una noche frío. Llevaba una sutil y delicada bata de color rosado; y arriba su suéter largo. Atuendo que a Yamato no le paso desapercibido ya que el contacto del frío ambiente choco con la piel de la chica e hizo que sus pezones se vieran atraves de la tela.

- Te vas a congelar con esa ropa.

- Si eso parece, pero esta bien, no te preocupes,- Apresuro a decir Sora para cerrar su suéter sobre su delgada pijama, como había tomado un baño, se puso lo primero que vio,- Tome un baño y no creo que me hubiera tomado una buena decisión en cuanto a mi atuendo.

Me encanta que hayas vestido así para venir verme,

Sora nego al escuchar en su mente la voz de Yamato.

Una vez que Sora tomo asiento, Yamato se adentro a su habitación y tomo uno de los cobertores de su cama y se lo extendió a la pelirroja.

La bruja se ruborizo por el gesto pero se dejo cobijar por él.

- Gracias,

- Aun pienso que traes muy poca ropa, espero que bajo esa delgada bata tengas ropa interior.

- Basta, no arruines este momento con tus comentarios. Ademas tu tampoco llevas algo tan abrigador,- Sora le regaño avergonzada, haciendo notar la delgada tela que llevaba el chico, la cual estaba totalmente abierta, dejando a la vista el torso desnudo de él.

Yamato solto una sonrisa divertida, igual le gustaba hacerla enojar algunas veces y le agrado que ella se haya tomando el tiempo en verle y saber que tenia puesto.

Una vez que ambos están en silencio, Yamato volvió a tomar su guitarra para tocar delicados acordes.

- La canción que tocabas, ¿tu la escribiste?.

- Se pudiera decir que si, aun no esta terminada.

- Es muy buena, se ve que le pones cariño y significado a la letra.

- Nunca puedo terminar las canciones que empiezo, son contadas las canciones que he terminado.

- ¿Porque es eso?

- No lo se, falta de inspiración tal vez.

- Debe de ser bello tener un talento así, el arte y la musica es algo que a mi no se me ha dado,- la pelirroja decía sencillamente para sonreírle.

Yamato volteo donde la chica.

- No creo que tenga un gran talento, lo que he aprendido, lo he hecho con el tiempo yo solo. Me falta técnica.

- Lo haces bien para hacerlo sin técnica entonces.

Ambos personajes se volvieron a quedar en silencio, la tarde estaba cayendo y el atardecer estaba adornando el ambiente, la famosa hora dorada.

- Que bello, hace tiempo que no había visto el atardecer,- Sora no dudaba en expresar sus pensamientos.

El rubio volteo donde el atardecer.

- ¿Recuerdas tu primer atardecer?, Se que suena tonto e imposible pero yo si lo hago, estaba con mi padre, regresando del pueblo a nuestro hogar, era yo muy pequeña pero recuerdo el cálido sol en mi piel.

- Yo no recuerdo el primer atardecer de mi existencia pero sin duda recuerdo el mejor.

- A si, ¿Como fue?,- Sora estaba curiosa de escuchar al rubio.

- Después de haber estado años en la oscuridad, de haber sentido solo frío y soledad, lo primero que vi al salir fue un atardecer en el mar, fue lo más hermoso que nunca antes había visto. Volví a nacer y por un momento, un pequeño instante; pude sentir calor en mi piel, sentirme vivo.

Sora tomo un momento para meditar el relato de chico, sentía su melancolía.

- Yamato...

El vampiro no perdía de vista del atardecer que poco a poco se iba ocultando en el bosque.

- ¿Sabes cual es ese sentimiento?, el de estar muerto en vida y cuando piensas que no podías estar mas muerto, viene un suspiro de luz y calidad; como cuando comes por primera vez una paleta helada o recibes tu primer beso.

La bruja sonrío amargadamente.

- Si, lo conozco.

Yamato volvió a voltear a su guitarra, no quería recordar mas.

- ¿Que fue lo que te paso Yamato?, ¿Porque te encerraron?.

La pregunta de Sora hizo que Yamato detuviera su intención de seguir tocando.

- ¿Quien te dijo que me encerraron?

Sora mordio su labio.

- Solo lo se.

Yamato sonrío amargadamente. Dejo su guitarra a un costado y se acomodo en el amplio barandal en una posición para ver de frente a la bruja, poniendo ambas brazos en el barandal.

Al estar frente a ella, Sora se percato nuevamente la camisa de botones del chico estaba totalmente abierta, dejando ver todo su abdomen y pecho desnudo. Su cabello despeinado y la sonrisa del vampiro le dieron un toqué mas que atrevido al cuerpo trabajando que presumía.

Sora solto un suave y casi imposible suspiro, le costo respirar y concentrarse después de ver el cuerpo de Yamato de esa manera. Se odio por sonrojarse.

Yamato noto eso y sonrío nuevamente, camino hacia ella de manera lenta. Él sabia que no tenia un cuerpo tan musculoso como su amigo Taichi pero eso no le restaba masculinidad a su anatomía.

- ¿Porque ahora estas tan interesada en saber de mi Sora?, ¿Acaso te gusto?.

La bruja quiso moverse de su lugar pero Yamato ya había llegado a donde ella. Bajo para estar a su altura, poniendo ambas manos en los brazos de la silla, para después acercar peligrosamente a su rostro.

- ¿Y bien?,

- Curiosidad tal vez, no te emociones mucho.

- ¿Curiosidad?,- El vampiro sonrío,- Sabes que la curiosidad es muy peligrosa, muchas veces prohibida.

- No es un pecado ser curiosa.

Yamato bajo su mirada a los labios de la pelirroja para volverlos a poner en sus ojos.

- Tienes razón, no es un pecado pero tenemos que ser cautelosos con ella. ¿Aun sigues queriendo saber de mi?.

Sora guardo silencio otro tiempo hasta que tomo valor, muy dentro de ella.

- Si.

El vampiro borro su sonrisa y se separo.

- Veo que no me temes, ni le tienes miedo a lo que puedes escuchar de mi,- Yamato dio unos pasos lejos del cuerpo de la chica. Sora sintió como el aire volvía a su alrededor,- No es una bonita historia.

- Pruébame,- La voz de Sora hizo estremecer al vampiro, una palabra que tenia mas de una connotación.

Yamato se recargo en el barandal y tomo la misma posición de hace rato, poniendo ambos brazos a su costado, descansando su cuerpo en el acto. Se tomo un tiempo en silencio para empezar a hablar, pensando las palabras correctas para no hacer ese relato mas tortuoso.

- ¿Alguna vez has escuchado de como fuimos creados?,

Sora nego.

- Existen muchas teorias, unos dicen que somos engendros del diablo que nos trajo a la tierra, procreando con humanas en la oscuridad y bebiendo la sangre de los demonios. Otros dicen que simplemente nacimos de la oscuridad y la sangre de los caídos.

- ¿Cual es la verdadera historia?

El vampiro sonrío.

- Increíblemente fuimos seres humanos alguna vez. Seres vivos infectados con un virus que causa la inmortalidad, dotado con habilidades sobrehumanas y una debilidad a la radiación ultravioleta, una maldita infección, ¿Que suerte no?.

- No tenia idea.

- Nuestro creador fue un hombre conocido como el Inmortal, muy poco se conoce de su vida humana o por lo menos su nombre, fue el primer Vampiro, y es él quien propago el virus a otros, la creación de toda nuestra especie. Dicen que nuestro creador tenia un hermano gemelo, quien fue contagiado por el mismo virus pero le cambio diferente, fue un monstruo furioso fuera de control, un hombre capaz que cambiar de forma cuando la luna cambiaba su estado.

- No creo que sea lo que estoy pensando.

Yamato asintio.

- Se convertía en criatura con forma de bestia lobuna que masacraba todo a su paso. Hermanos de nacimiento y enemigos por el destino.

- Ya veo. Ustedes y los hombres lobos son hermanos entonces o lo fueron algún tiempo de la historia.

- Yo no soy hermano de esas malditas criaturas,- Indico Yamato casi al mismo tiempo que la pelirroja soltaba el comentario.

Sora guardo silencio nuevamente, sabia de la poca relación que tenían ambas especies en la escuela, no dudaba que fuera así desde tiempos inmemorables.

- Es normal negar la realidad.

- De todos modos, ambos hermanos murieron, dejando atrás la mancha de su legado en esta tierra, sus creaciones. Los dos originales mas poderosos de ambas razas, entonces fue cuando mi familia llego a la historia, el padre de mi padre fue el primogénito de nuestro creador, el primer vampiro nacido vampiro.

- ¿Se pueden crear vampiros? ¿Mordiéndolos?,

- Se pudiera decir, es un proceso doloroso y lento, conozco muy pocos que han sobrevivido a la transformación. Aun así, no son tan poderosos como un vampiro nacido como tal,- Yamato se tomo un tiempo para voltear a ver nuevamente el final del atardecer, todo ya estaba oscuro por completo. Una tenue luz se prendió en el balcón alumbrando a los dos personajes y continua con su historia,- Se dice que un día, un heredero elegido y descendiente directo de nuestro creador será el que regrese para gobernar y liderar a nuestra raza por los siglos de los siglos, no habrá otro mas poderoso, más oscuro y más letal que él.

Sora estremeció temiendo lo peor de su historia.

- ¿Tu padre?,- pregunto con miedo.

El rubio nego.

- Mi padre es el rey, pero no por destino sino por elección. El siendo hijo único, asesino a su padre para tener el trono y el poder de todo, mucho antes que yo naciera. Lo hizo al darse cuenta que el no era el descendiente de nuestro creador.

Sora palideció un instante, pensando en la oscura idea que un hijo asesine a su padre por tales motivos.

- Si tu padre no es el descendiente, entonces debe de ser uno de sus hijos,- Sora quería entender la situación,- Acaso tu...

Yamato negó.

- Mi padre creyó que yo lo era.

- ¿Creyó?.

- Sabiendo las posibilidades, no quería perder su privilegiada posición por lo que tuvo que tomar medidas preventivas. Cuando un vampiro empieza a llegar a su edad adulta, empieza a desarrollar ciertas habilidades especiales y únicas.

La bruja recordo la platica con Taichi.

- Si, Taichi me comento algo de eso.

- ¿Te conto sobre mi?.

La chica nego.

- Nadie de tus amigos me ha querido decir algo y eso, ciertamente me ha vuelto loca si te soy honesta,- Sonrío,- Creo que si estoy muy curiosa por saber de ti.

El vampiro solo la observo con atención, desconocía que sus amigos eran así de leales y respetuosos. Se sentio bien y extrañamente feliz.

- ¿Estas feliz?.

El chico borro todo gesto en su rostro y puso nuevamente su fría actitud.

- Esta bien, siento tu alivio y gratitud.

- No se de que hablas,- Yamato no queria que ella viera alguna muestra de emoción, eso demostraba debilidad.

Sora comprendió y prefirió no seguir. Su naturaleza y magia le permitía percibir cosas que otros no. El vampiro regreso a la realidad y continuo.

- Cuando empece a entrar a mi edad madura, empece a mostrar una notable fuerza y aptitudes sobresalientes de los demás de mi edad, eso llamo la atención de mi padre lamentablemente y opto por solo, cuidar de si mismo y sus intereses.

- ¿Que fue lo que te hizo Yamato?,- Sora sentía el dolor en las palabras del rubio.

El vampiro sonrío friamente.

- Cualquier ser vivo que aísles del mundo, es un ser que estas dejando en un infierno continuo. Mi padre sabia eso.

Sora trago fuertemente.

- Me encerró en una tortuosa celda durante años, haciéndome vivir como un animal en la oscuridad sin saber los días que pasaban, sin ver la luz de luna o sentir el calor del sol. Los años pasaron y sin darme cuenta, se convirtieron en décadas. No sabia que pasaba a mi alrededor. Perdí toda habilidad que se me fueron dadas desde un inicio, cayendo en una enferma locura.

- Yamato...

La pelirroja se levanto de su asiento, sin importarle el frío que recibió su cuerpo de golpe, camino directo al vampiro.

- Quería morir pero él no lo permitió. Me dejaron sin comida grandes periodos de tiempo, empezaba a tomar de mi propia sangre para sobrevivir.

- Basta, Yamato...

La bruja no queria seguir escuchando al rubio, le dolía verle recordar.

- Cuando me alimentaban después de tiempo, solo metían seres humanos que iban raptando de los pueblos cercanos a mi celda. Hombres, mujeres y niños, cualquier persona que encontraban en su camino y yo... con el hambre y la locura, solo...

Yamato había caído de rodillas frente a la pelirroja, hacia tiempo que no hablaba de ello y le dolía. Se odiaba por ser tan débil otra vez.

Sora había llegado con el rubio y sin dudarlo le abrazo, dejando que la cabeza de el se hundiera en el pecho de ella.

- Esta bien, así dejalo.

- Debi de morir, me converti en un monstruo, fui y sere siempre un monstruo y no perdonare a mi padre por haberme hecho sufrir de esa manera.

La pelirroja no sabia que hacer o decir, solo acariciaba la cabeza del rubio.

- No eres un monstruo, todo esta bien ahora.

- Si mi padre descubre que mi hermano es el descendiente directo de nuestro creador, le hará lo mismo que a mi o algo peor.

Sora se preocupo de la situación, si antes le tenia miedo al padre de Yamato, ahora le aterraba la idea que la viera o le hablara. Temía también por el pobre de Takeru.

- Estas cargando por mucho Yamato, tranquilo.

- Estaré tranquilo cuando asesine a mi padre.

La bruja tuvo miedo al escuchar esas palabras de Yamato, preguntándose ¿Seria lo correcto?.

- Yo te ayudare a cuidar de Takeru,- Susurro Sora para seguir abrazando a Yamato.


Dias después.

.

.

.

Sora venia concentrada en el pasillo de la escuela, tenia algunos libros en mano.

- Sora, ¡Aqui!,- Le hablo Mimi desde el final de este entre la multitud de estudiantes que iban a la hora del almuerzo. La pelirroja no lo pensó dos veces y fue casi enseguida con su amiga.

- Mimi, debiste de esperarme en el salón, ¿Quieres que te ayude con tu mochila?,- Le saludo Sora a la castaña que se encontraba de pie con el apoyo de dos muletas.

Mimi sonrío y negó con la cabeza, mostró a dos chicos que amablemente le ayudaban a cargar sus cosas. Sora parpadeo sorprendida por lo sencillo que era para su amiga conseguir el apoyo de los chicos. Después del incidente en el bosque, Mimi se había lesionado el tobillo y tenia que usar apoyo para caminar un tiempo.

- Chicos, porfavor, acompáñenos a la cafetería,- indico sonriente Mimi a ambos chicos. Los chicos sonrieron atontados y siguieron su camino por el congestionado pasillo.

- No sé cómo haces eso, y estoy segura que debe de ser magia. Tienes que enseñarme,- Menciono Sora siguiendo el camino a lado de su amiga.

- No es magia Sora, y es lo mas sencillo del mundo, los hombres en general son muy fáciles de convencer,- Sonrío orgullosa Mimi, para volver a concentrarse en ver el camino.

Sora vio de reojo a la castaña.

- Aun no entiendo porque no te dejaste curar por superior Joe,- susurro la bruja.

- No todo es magia o cosas sobrenaturales, por pocas veces en nuestra vida quiero ser normal y curar como los seres humanos normales, ¿Eso esta mal?

- Para nada, solo que me cuesta verte asi.

- Estaré bien, Joe dijo que era un simple y vano esguince, solo un par de semanas mas y estaré como nueva. Además me encanta la atención que recibo.

En eso llego una chica a interrumpir el camino de las brujas.

- Presidenta, me pregunta un chico que si puede llevar la lista de nuestra clase con el prefecto líder para que lo firme, nuestro grupo es el unico que falta,- Termino la chica para estirar una carpeta con algunos hojas dentro.

Mimi suspiro y asintio con una sonrisa. La chica se retiro sin mas.

- ¿Quieres que te ayude?,

La castaña le dio a su amiga la carpeta y siguieron su camino.

- Debes de estar muy ocupada con el tema que ahora eres la nueva representarte de tu grupo.

- La verdad acepte el puesto ya que mis compañeros me lo pidieron, pensé al principio que solo me tenia que ver bonita cuando hubiera juntas importantes pero es casi un trabajo de tiempo completo él cual no te pagan. Tienes que estar al pendiente de actividades y temas estudiantales, muy aburrido.

Sora rio.

- Aprovecha hoy en la noche para que te pueda firmar los papeles Joe.

- Ah si, hablando de eso, ¿Pudieras hacerme el enorme favor de ir con Joe?.

- ¿Y eso?, pense que tu y el se llevaban bien.

- Si de hecho, nos llevamos bien pero, es complicado, por ahora no puedo verle o hablar con él.

Sora se detuvo en su andar y observo a su amiga.

- ¿Paso algo malo?.

- No... no me hizo nada, de hecho, es algo que yo le hice a él.

- Mimi,- El tono en la voz de Sora había cambiado a la de una madre.

- Tranquila, no le hice ningún hechizo o algo parecido, después te cuento, lo prometo,- Mimi se tomo un momento para mirar a su amiga con una sonrisa de niña castigada.

- Algo me dice que no lo harás.

- Enserio, después te cuento pero por ahora, necesito de tu ayuda en que seas mi contacto con Joe, de paso te firme estos papeles, ¿Si?

La pelirroja solto un suspiro y asintio.

- Gracias, gracias, gracias, por eso eres la mejor,- sonrío Mimi para darle un abrazo seguido de un beso en la mejilla.

Siguieron caminando por el pasillo hasta que de pronto la castaña se detuvo para apreciar un enorme árbol adornaba el paisaje del ventanal antes de entrar a la cafetería. Sora noto eso y se detuvo igual, observo las reacciones de Mimi con el árbol.

- ¿Mimi?, ¿Todo bien?,

- Silencio.

- ¿Que?,- Sora no podia comprender a lo que se refería su amiga.

- Solo escucho... silencio.

- Mimi, yo...

Quiso hablar Sora pero la castaña la interrumpió.

- Desde nuestro encuentro con Catherine, no he podido escucharlos.

La pelirroja entendió casi de inmediato cuando Mimi hablaba de ese silencio, volteo donde el árbol y se acerco nuevamente con la chica para cualquier cosa que pudieran decir, se quedara entre ellas.

- Mimi, ¿me estas diciendo que ya no tienes la habilidad de escucharlos?.

La bruja mayor sabia de las extraordinarias habilidades de su amiga por escuchar y entender a la naturaleza, comprender sus mas grandes secretos; no era extraño ver a Mimi hablándole a un árbol, o aun grupo de flores en un jardín. Era algo que no podían evitar.

- Solo puedo escuchar susurros, algunas energías pero no como antes. Es extraño, pensé al principio era por que estaba débil y necesitaba descansar pero con los días que pasan me estoy dando cuenta que no era eso, soy yo...

Sora se preocupo. Tal vez el encuentro con la malvada bruja fue mas de lo que habían visto. Recordó como Catherine extrajo algo del cuerpo de la castaña pero pensó que no había sido nada grave, se equivoco.

- Estoy bien, se cuando pones esa cara de preocupación, cuando entrecierras los ojos y frunces el ceño, si no lo dejas de hacer, te saldrán arrugas,- expreso Mimi con una sonrisa a su preocupada amiga.

La bruja se toco la frente y presto atención nuevamente en Mimi, adoraba eso de ella, tratando de parecer que no era nada grave la situación que las rodeaba.

- Mimi yo pienso que si hay que tomarle importancia a este tema.

- Lo sé, pero no he perdido mis habilidades, solo las encuentro disminuidas... es como si trataras de aprendes a caminar nuevamente después de un gran accidente, algo parecido. Es decir, sabes que una vez lo hiciste pero tu mente no recuerda cómo hacerlo.

- Cuando regrese la directora le preguntaremos, estoy segura que Catherine planea algo y debemos de estar prevenidas.

La castaña asintio y siguieron su camino.

Ambas ya habían llegado a la cafetería donde Hikari venia con una bandeja de alimentos en manos. Le hizo una seña a sus amigas y se acercaron sin dudar.

- Las estábamos esperando, Miyako esta sentada en la mesa del fondo con los chicos,- indico Hikari.

- ¿Chicos?,- pregunto Sora volteando a ver la mesa donde estaba Miyako y con ella, algunos de sus compañeros vampiros. Lanzo un mueca al ver a dos en especial,- ¿Otra vez comerán con nosotras?, ellos ni comen tan siquiera, ya son muchos días que se sientan con nosotras.

- ¿Porque te pones así Sora?, "pensé que te llevabas bien con ellos",- Soltó Mimi con una sonrisa haciendo referencia a la platica de ellas con respecto al mayor de los vampiros.

Sora volteo a verla, conocía ese tono.

Hikario sonrió.

- Las espero en la mesa,- Se despidió Hikari.

Sora y Mimi fueron a formarse para tomar su comida.

- Señorita Mimi, ¿Gusta que llevemos sus cosas a la mesa?,- hablo uno de los chicos que venían con las brujas.

La castaña sonrío, se le había olvidado que dos compañeros de su salón venían cargando sus cosas.

- Si por favor, quien iba a pensar que aquí aun hubiera caballerosidad de dos chicos sumamente apuestos,- Dijo Mimi con una sonrisa para guiñarle el ojo a uno de ellos y que esté se ruborizara.

Ambos chicos se despidieron para llevarse las cosas a la mesa de su presidenta de clase. Sora al agarrar una bandeja extra de su amiga y servil, llego otro chico de otro grado que desconocían ambas.

- ¿Quieren que les ayude con la bandeja?.

Ambas chica sonrieron por el chico, era sumamente atractivo y llego con una sonrisa tierna.

- Si por favor, hace tiempo que no te veía,- Sonrío enseguida Mimi.

Sora, que era quien sostenía la bandeja extra se la cedió al chico.

- Cierto, al ver por tu estado supongo que no tuviste un buen día,- Menciono divertido el chico.

- ¿Esto?, No es nada para mi,- rió Mimi, se detuvo para presentarle el chico a su amiga,- Sora, el es Takuya, fue uno de los chicos que nos ayudo el día que llegamos, cuando nos quedamos sin transporte después de ir al pueblo.

- Claro, el chico de la camioneta que las dejo en la casa. Es un placer, mi nombre es Sora Takenouchi, ese día no pudimos presentarnos,- Se presento Sora,- Estas en el grupo de Hikari, ¿No es así?

- Si, la dulce Hikari es mi compañera, es un placer Sora,- El chico hizo una pausa para preguntarle a Mimi si quería que le sirviera arroz y ella asintio,- ¿Y cómo les ha tratado la escuela?.

- Bien, supongo. No puedo negar que al principio era algo extraño, supongo que ser los nuevos en el lugar nunca es fácil,- explico Sora mientras igual se servia algo de arroz en su bandeja.

- Ni me lo digas, nos pasa igual a mis amigos y a mi, supongo que es solo que nos acostumbremos. Mas de lo que se dice en los pasillos.

- ¿Que se dice?,- pregunto Mimi curiosa.

- Hace días desapareció un estudiante y ayer paso lo mismo con una chica. Unos dicen que escaparon y otros dicen que simplemente desaparecieron.

- ¿Desaparecieron?,- Sora se sorprendió al escuchar eso, la verdad nunca había puesto tanta atención en los chismes de los pasillos, solo se concentraba en sus clases.

- Es lo que dicen, de todos modos yo apunto mas a que fueron estudiantes que escaparon, decían que eran chicos problemáticos y sus familias los mandaron aquí como escarmiento. Cosas de gente rica, uno nunca sabe.

Sora asintio no tan convencida.

- Puede ser,- Mimi se convenció más por el punto del chico,- Digo, nadie desaparece de la nada.

- También existen los otros rumores, los cuales apoyan mucho la teoría de la desaparición, algunos afirman que los vieron desvanecerse en los pasillos.

- No creerás esas cosas de niños.

- Por favor Mimi, dicen que este un lugar esta embrujado, incluso maldito. Un castillo convertido en escuela suena perfecto para una película de terror, y estamos justo en el primer acto donde los estudiantes empiezan a desaparecer uno por uno. ¿No suena divertido?.

Mimi tembló un poco por las palabras del chico.

- No digas tonterías, las películas de terror no son divertidas.

- A Mimi no le gustan las películas de terror,- Indico Sora,- Pero a mi si,- Sora quería saber más, tenia un tanto de curiosidad lo que dicen las personas que no sabían verdaderamente de la magia o brujería, siempre le ha parecido divertido la imaginación de las demás personas.

- Si, dicen que pasan cosas muy extrañas, estudiantes desaparecen como ya les comente, se escuchan gritos y lamentos en la noches cuando las clases terminan. Incluso he escuchado que nunca debes de quedarte más allá de tu ultima clase del día, la escuela puede comerte o lo que es peor, quedas atrapado en la oscuridad de sus pasillos,- relataba el chico con tono lúgubre y cómico.

- Tonterías,- solto Sora con una pequeña risa.

- ¿Como sabes?,- Takuya parecia igual divertido por el tema, usando ya su tono normal.

- Si Sora, ¿Como sabes?,- Mimi no le gustaban esos temas.

- Cualquier cosa de ese tipo debe de tener explicaciones completamente racionales. Son puros cuentos fantasiosos de estudiantes muy cansados y con imaginación muy volátil.

Takuya rio y asintio.

- Piensa igual que tu, pero debo de admitir que es divertido escuchar de esas historias. Puede que lo usen para asustarnos a nosotros los nuevos. ¿No creen?.

- Completamente,- Dijo convencida Sora.

- ¿Eso es lo que en verdad creen?,- hablo una cuarta voz que estaba atrás de los tres presentes en la fila del comedor.

Voltearon y se encontraron a una chica de cabellos rubios.

Tu otra vez...

Mimi rapidamente desvio la mirada al ver de quien se trataba, rodando los ojos de fastidio.

Takuya sonrío.

- Ustedes los nuevos son muy divertidos y algo incrédulos. Claro que es verdad todo lo que dicen que pasa en este lugar y si fuera ustedes me cuidaría mucho.

- ¿Enserio crees esas cosas?,- Takuya no podía evitar sorprenderse por las palabras de la chica.

- Desaparecen estudiantes, como si nunca hubieran existido, en especial a los nuevos que nadie quieren o conocen,- Continuo Zoe viendo a Takuya.

- Que conveniente, soy nuevo y nadie me quiere,- Sonrío el castaño,- Por ahora claro esta.

- Porque no vas y le cuentas esas fantasías a otros, Zoe,- hablo Mimi que no quiso voltear a ver a la chica rubia. La chica con la que ya ha tenido algunos roces por un vampiro en especial.

La prefecta soltó una leve mueca al escuchar el comentario de Mimi.

- Zoe, siendo tu prefecto no es posible que creas esos cuentos,- Sora argumento sutilmente con la chica.

- Por supuesto que las creo, yo misma he presenciado la desapareció de los estudiantes. Después de un par de semanas, nadie los sigue buscando. Se dicen que aparecen deambulando sin rumbo por los pasillos, estudiantes que ni sus familias los extraña si acaso. Lo ultimo que se sabe de ellos es que fueron los últimos en salir de la escuela en las noches, por lo que les recomiendo que no anden en las noches por los pasillos. Alguien puede comérselos,- Sonrío Zoe.

Sora se le erizo la piel la escuchar el comentario de la fria chica mientras Takuya soltaba un pequeña risa.

- Si ese alguien quiere comerme y eres tu, con gusto me dejo comer,- El castaño no dudo ni un poco en soltar su comentario.

Zoe borro su sonrisa y se ruborizo.

Tanto Sora como Mimi voltearon donde el chico.

- Que asco Takuya, en serio esperaba mas de ti,- Argumento Mimi de inmediato.

- Eres un...

La rubia no pudo siquiera continuar con su frase, aquel chico le tomo por sorpresa. Su intención era asustarlos pero aquel chico encontraba el tema divertido.

Sora igual sonrió por el comentario del chico, le recordaba considerablemente a su amigo Taichi.

- ¿Que? Es la verdad,- El chico volteo donde Mimi.

- Zoe, te he estado buscando por todos lados,- Llego Jun al lado de su amiga, sin percatarse en un principio con quien estaba.

- Nada,- indico de inmediato Zoe, sin tener sentido a lo que le había dicho la recién llegada.

- ¿Nada de que?, ¿Que estas haciendo?,- Jun no supo a lo que se refería su amiga hasta que volteo y vio de frente a Sora.

La bruja igual no dijo mucho y saludo levemente con una reverencia.

- Vamonos,- Fue Jun la que tomo del brazo a Zoe.

La rubia no dudo y siguió a su amiga.

- Piensa en lo de comerme,- Indico Takuya a Zoe.

Una vez que los tres chicos estuvieron solos nuevamente, Mimi le dio un golpe en el hombro al chico para volverse a apoyar en sus muletas.

- ¿Es linda?, ¿Piensas que esa chica es linda?, No tenia idea qué estuvieras ciego. ¿Y qué fue eso ultimo?. Enserio eres increíble.

- Oye, no puedes negar que ciertamente es una chica muy bonita,- adquirió el chico en su defensa,- Creo yo que dé las más bonita de toda la escuela.

- ¿Bonita?,- Mimi solo un gesto de asco.

- Mimi por favor, estas exagerando,- Sora conocía a su amiga.

- No la conocen, es una verdadera bruja,- Hizo una pausa para ver a su amiga,- Y sabes a lo que me refiero, ademas, tu conoces a su amiga, esa desabrida pelirroja que canto en la cena de bienvenida, son tal para cual.

- ¿La chica que llego con ella?,- fue Takuya quien pregunto,- Igual es muy bonita, no me sorprende que sean amigas, las chicas bonitas son solo amigas con chicas bonitas, ustedes son un buen ejemplo.

- ¿Enserio piensas que Jun es bonita?,- Fue Sora quien mostró un gesto de asco.

- No quieres arreglar tu gran error con Zoe,- Mimi quiso darle otro golpe pero se contuvo,- Sora es la única que me entiende, ese horrible grupo de chicas que no por ser bonitas las vuelve las mejores candidatas para coquetearles, ¿verdad Sora?.

- Basta, a mi no me metan en estas cosas. Yo no tengo idea,- Defendió Sora para emprender camino a la mesa con su bandeja en mano, la bruja no quería saber nada de Jun o su grupo de amigas, que suponiendo por la naturaleza de todas ellas, no era muy buena idea incluso mirarles.

Los otros dos chicos la siguieron.

- ¿Tu crees que tenga oportunidad con ella?,- siguió divertido el tema.

- ¿Takuya vas a seguir con eso?, enserio te presentare chicas de mi clase, cualquier cosa es mejor que esa horrible chica, una roca por ejemplo, o un sapo del laboratorio de química inclusive,- Dijo de inmediato Mimi.

Takuya sonrío por el comentario.

Cuando llegaron a la mesa, Takuya deposito la bandeja con cuidado.

- Hola Takuya,- Saludo Miyako con una sonrisa.

El lobo regreso el saludo con una sonrisa y le dio una vista rápida a los tres chicos que estaban en la mesa.

- Se estaban tardando bastante,- dijo el castaño del grupo viendo en especifico al chico que venia con ellas.

- Taichi no empieces por favor,- pidió Sora, tenerlo todo el día en clase y todavía estar juntos a la hora del almuerzo le costaba mucho trabajo y paciencia.

- No hubiéramos tardado mucho si alguien de ustedes se hubiera ofrecido en seguida ayudarnos con mi bandeja,- Replico Mimi,- Lo bueno es que aun existen los caballeros.

Señalo orgullosa a Takuya.

- Takuya siempre nos ayuda, nos va a empezar a cobrar por sus servicios,- Se preocupo Hikari.

El chico rio por el comentario.

- Creiamos Taichi, Yamato y yo que no necesitaban ayudar, unos chicos vinieron a la mesa a dejarle sus pertenencias a la señorita Mimi, vimos que tiene talento para eso,- indico un pelirrojo que estaba inmerso en su computadora.

- Lo que Koushiro quiere decir es que lo tomaremos en cuenta para la siguiente ocasión,- indico Yamato tratando de disculparse por el comentario del pelirrojo. Dirigió su mirada a Takuya,- Pero es cierto lo que dice la señorita Mimi, aun existen caballeros.

Sora se quedo viendo el gesto del rubio.

- Fue un placer, nos vemos después, que tengan buen dia,- Hizo una leve reverencia Takuya para retirarse.

- Hey,- le detuvo Taichi con un grito.

El menor volteo.

- Te he visto jugar futbol americano en tu clase de deportes, eres bueno, ¿Te gustaría venir a un entrenamiento estos días?,- expuso.

- Claro, soy buen corredor.

- Ven el jueves a las 5, no llegues tarde,- termino por decir Taichi.

Takuya sonrío y se despidió.

- Vaya Taichi, se ve que eres muy bueno haciendo amigos. Me sorprendiste,- Soltó Sora.

- Bueno necesitamos un aguador y alguien que lleve el equipo.

La pelirroja hizo un gesto de desaprobación, mientras que Yamato soltó una carcajada.

- Son increíbles los dos, y tu,- Hizo una pausara para ver a Yamato,- Espero que no haya sido sarcasmo eso que dijiste Yamato, Takuya se ve un buen chico,- regaño Sora.

- Para nada, lo decía enserio. Ese chico me cae bien y enserio me alegra que haya caballeros.

- ¿Enserio?,- Fue Taichi quien pregunto sorprendido, sabiendo la verdadera naturaleza del chico.

- Es bueno saber que si se educa a un cachorro desde pequeño, aprende a comportarse como es debido.

Sora nego de inmediato.

- Es broma, lo siento,- se disculpo Yamato,- Por cierto, no pude evitar escuchar que estaban hablando algunas lindas historias de terror con el chico,- Soltó Yamato divertido.

Sora se concentro en su bandeja de alimentos, jugando con el plato de arroz gohan.

- ¿No pudiste evitarlo?,- Pregunto la bruja al aire. Desde ese día en la casa donde el rubio había confesado su mas oscuro pasado, muy poco contacto habían tenido Sora y él. Se dieron el tiempo para digerirlo cada quien en la tranquilidad de su mente.

- ¿Que historias de terror?,- Si intereso de inmediato Miyako a la platica, ignorando por completo la tensa relación entre su amiga y el vampiro. Bajo el libro que esta leyendo seguido del plato de comida.

- Horribles historias sobre estudiantes que desaparecen,- Mimi se estremeció ante el recuerdo de la historia.

- ¿Estudiantes que desaparecen?,- Hikari también le dio escalofríos.

- ¡Genial! ¿Y como desaparecen?, ¿Un monstruo?, ¿Se los comen?, ¿O simplemente se desintegran?,- Miyako no quería perder ningún detalle de la historia, en sus clases avanzadas, nadie hablaba de temas tan divertidos como esos.

- Yo también quiero saber,- Agrego Hikari, aunque tampoco era tan a fin de este tipo de temas, su curiosidad era mas grande.

- Veo que les fascinan estas historias, ¿No les tienen miedo?,- Pregunto Koushiro dejando por primera vez el monitor de su portátil para también concentrarse en la platica de la mesa, estaba sentado frente a Miyako e Hikari.

- A Miyako siempre le ha encantado estas historias de fantasía,- Soltó Sora para darle un sorbo a su bebida,- Aunque sabe que esto le puede provocar pesadillas.

- ¿Fantasia?, ¿Crees que no es real?,- pregunto Yamato.

- Por supuesto que no es real, son cuentos para asustarnos a nosotros los de nuevo ingreso, nadie desaparece de la nada sin que todavía alguien se ponga a buscarte. Dicen que esos estudiantes que no están, escaparon.

- Cierto, escuche que no se presento una compañera del equipo de porristas de un grado mas avanzado,- expuso Hikari,- Pero en ningún momento dijeron que había desaparecido en la escuela, la verdad no preste atención hasta que lo están mencionando.

- Ven, estoy segura que fue eso.

- Quiero saber mas, por favor, cuéntanos Sora, ¿Que mas te dijeron?,- Rogó Miyako.

- Miya, después tienes pesadillas, mejor así, sin cuentos de terror,- interrumpió Mimi, ocultando la verdadera razón de no querer escuchar más esas historias.

- No es cierto,- Se defendió la pequeña bruja.

Koushiro le volvió a acercar el plato de comida que Miyako había rechazado, muy apenas había tocado el plato.

- Come,- ordeno el pelirrojo mientras los demás discutían del tema.

- No tengo hambre, quiero escuchar las historias.

- No es tema para la hora del almuerzo Miyako.

- Hazle caso a Sora,- regaño nuevamente Koushiro.

La bruja soltó una mueca de desagrado y se dejo caer en su lugar para alejar nuevamente el plato de comida, pasaba la mayoría del día con el chico pelirrojo, pero más que un compañero, se había convertido como un padre sobreprotector. Diciéndole que es lo que debía y no hacer en clase como en otras actividades, ahora incluso a la hora del almuerzo.

Taichi solto una sonrisa y se puso frente a la pequeña bruja.

- Les dire algo, hoy en la noche prometo que les contare las historias en la casa. Haremos una noche de terror, incluso podemos ver una película.

Tanto Miyako como Hikari se emocionaron al escuchar eso.

- ¿Lo prometes?.

- Por supuesto Hikari.

Sora volteo donde Taichi e hizo un gesto de desaprobación el cual el vampiro ignoro casi de inmediato.

- Amo las películas de terror, hay unas muy buenas occidentales. De hecho hay unas que no hemos visto, trata de una pareja que resuelve casos de casa embrujadas,- Dijo emocionada Miyako.

- Chicas por favor, casi se acerca los exámenes, pienso que es mejor estudiar y...

- Vamos Sora, no seas aguafiestas,- Fue Mimi quien le dio un pequeño empujón,- Yo odio las películas de terror pero reconozco que será muy divertido ver una película de terror todos juntos.

- No soy aguafiestas, hablo enserio.

- Esta bien tener miedo, yo te puedo proteger y si quieres hasta me puedes abrazar si lo necesitas,- Menciono coquetamente el castaño del grupo.

- Ya quisieras Taichi, estoy segura que de los dos, tu serias que el necestaria un abrazo por el miedo.

- ¿Entonces me estas dando permiso de abrazarte por el miedo?, ¡Esto es excelente!.

- ¿Que?, ¡No!, yo no quise...

- ¿Podemos hacer palomitas y cenar chocolates?, dices que nada de dulces en la cena pero por tener una noche de películas podemos hacer una excepción,- dijo emocionada Hikari, interrumpiendo a Sora.

- ¿Chocolates para la cena?,- Pregunto en tono preocupado la mayor del grupo,- Chicas yo creo que estamos precipitando las cosas y los exámenes...

- Si estudiamos temprano y acabamos nuestros deberes, podemos tener nuestra noche de películas, es viernes, ¡Vamos Sora!,- Miyako estaba aun más necia en el tema, tratando de convencer a Sora.

- Bien, después que terminen sus deberes podemos ver las películas.

- ¿Y los chocolates?,- Fue Mimi quien ahora quiso agregar a la mesa el tema de la cena.

- Solo unos pocos, saben que el azúcar en la noche no...

- ¡Si!,- gritaron las tres chicas totalmente emocionadas por su plan nocturno, haciendo que la mitad de la cafetería volteara a verlos.

Yamato rio por la escena, le gustaba ver a Sora teniendo ese lado maternal con sus mas pequeñas amigas.

Va a ser divertido Sora, deja de preocuparte. Es viernes.

Le comento el vampiro a su amiga.

¿Taichi estas hablando enserio?, Tu eres el responsable de todo esto, si no pueden dormir despues por las pesadillas te reclamare directamente a ti.

Sora uso la comunicación mental tan facil que sorprendio al castaño.

Wow, es asombrosa la manera en que usas tu mente ahora. ¿Segura que no tienes sangre vampiresa?.

El castaño le sonrío.

Los demás empezaron a hablar de otros temas mientras que el vampiro y Sora conversaban privadamente.

Hablo en serio, son unas niñas Taichi.

No, no lo son.

No las conoces.

Creo que las sobreproteges demasiado, son solo un par de películas. Ademas tu misma dijiste que eran fantasía y nada es verdad, ¿No es así?

La bruja lanzo una mueca y se concentro en ver su plato para darle una probada al pollo que le quedaba.

Claro que es fantasía, las personas no desaparecen porque si.

Exacto, se las comen. Eso es lo que esta pasando aquí en la escuela.

Sora volteo para ver al castaño.

¿Enserio se los comen?

Taichi por su parte no tuvo otra reacción que mirar divertido a Sora.

Ups, eso se lo dejare a tu imaginación. Pero si algo te hace sentir mejor, no permitiré que te coman, puedes venir a abrazarme si te da miedo estar en los pasillos sola.

La bruja solo se mordio el labio.

Eres insufrible.

Yamato no perdia de vista las miradas que la bruja y su amigo se lanzaban todo el tiempo, sabia que estaban hablando en privado.


La hora del almuerzo había pasado sin mas.

Miyako estaba concentrada en un pequeño cúbiculo de la biblioteca de la escuela, las horas de clase pasaron tan rápido estos días que muy apenas podía similar la carga de deberes que tenia que terminar. Estar en el grupo avanzado de la escuela tenia sus desventajas. Se la pasaba leyendo y haciendo tanto trabajo escolar que le había consumido tiempo de sueño.

Sumándole el hecho que pertenecía a dos clubes que también le exigían de su tiempo y esfuerzo.

Se quito sus lentes y se froto los ojos.

Después del incidente de la desaparición de Mimi, el caos con el tema de Koushiro, su enfermedad y la preocupación del regreso de Catherine le había consumido mucha energía. Trato de concentrarse en su lectura de ciencias químicas que tenia que estudiar pero sus ojos estaban cansados.

- Debo de empezar a dormir más, ¿Y si tomo siestas en las tardes?,- Después de su cuestionamiento, Miyako negó casi de inmediato.

Se dejo caer en el escritorio y cerro sus ojos para descansar. Estaba cansada pero cada vez que dormía, se levantaba aun mas cansada, preguntándose como eso era posible. Abrió los ojos y vio el interior de su mochila que estaban algunos libros de magia que había olvidado leer con el ajetreó de la escuela. Se levanto de la mesa y saco uno de sus libros.

- "Encantamientos y conjuros de protección",- Leyó casi en voz alta como si de un tema escolar se tratase, volteo preocupada a su alrededor pero los pocos alumnos que estaban en la biblioteca estaban muy sumergidos en sus propias lecturas que muy apenas notaban la presencia de ella en la sala.

Volvió su atención nuevamente en el libro escondido, dejo a lado la lectura escolar. Se daría un tiempo para leer el libro de magia. Abriéndolo con cuidado para no arruinar el mismo.

::FLASHBACK::

- ¿Queria verme directora?

La mujer mayor que estaba de pie a un costado del escritorio volteo con la chica que estaba en la puerta.

- Si, pasa Miyako, que bueno que llegas. ¿Quieres un poco de té?,- indico la mujer.

Miyako asintio y agradecio el gesto.

- Veo que se estan adecuando muy bien a la escuela.

- Si, es muy gratificante la verdad empezar de nuevo... otra vez.

- Se que es difícil volver a empezar pero lo hacen muy bien.

La bruja asintio para tomar un sorbo de su te. La mujer mayor sonrió y se levanto de su asiento para rodear el escritorio y apoyarse en él y quedar frente a la estudiante, con su taza de té aun en mano.

- Miyako eres una chica muy brillante, y voy a tener que pedirte algo de suma importancia. Algo que únicamente tu podrás hacerlo.

- ¿Yo?, no creo que sea la mas capacitada para lo que sea que tenga que ponerme, yo no se hacer muchas cosas y ademas...

La mujer volvio a sonreír ya que Miyako solia hablar y balbucear con mucha frecuencia, Takako se lo había mencionado.

- ¿Trajiste lo que te pedí?,- interrumpió alzando la mano delicadamente para que ella la escuchara.

La peli-lila tomo un momento para pensarlo y con nerviosismo asintio.

- No se si sea esto a lo que se refería,- termino de decir para sacar tres libros de su mochila.

La mujer mayor sonrío.

- Es correcto, son esos.

Miyako se alegro de no haberse equivocado y acaricio suavemente los libros en le escritorio de la directora.

- Estos libros son de suma importancia que los leas y descifres los hechizos que en ellos relatan, es magia muy avanzada y probablemente no entiendas muchas cosas asi que tienes que ingeniártelas por ti misma pero estoy segura que con tus habilidades no se te dificultara mucho.

- No entiendo, porque yo y porque ahora...

- Necesito que ustedes mismas practiquen e incrementen su poder, yo no podré estar aquí para ayudarles.

- ¿No nos ayudara?,

La mujer nego.

- Tengo que ausentarme un tiempo, me veré con gente muy importante, lo sabrán a su tiempo. Volveré en unas semanas asi que no quiero que se metan en mas problemas.

- Pero que haremos sin usted, si tendremos dudas o nos surjan problemas. Usted vio lo que podemos causar sin la supervision de una bruja adulto y la verdad no creo que ser la mas capacitada para enseñarles a las demás, la ultima vez casi derrumbo mi antigua escuela por querer transformar mi agua en té.

Miyako se levanto presipitadamente de su lugar para dar vueltas frente a la directora, mas que preguntas eran palabras al aire, se sentía ansiosa y no paraba de hablar.

- Tranquila Miya, no pasara nada,- Tranquilizo la directora.

- Yo no confiaria en mi para llevar esta tarea tan importante, mejor llamare a Sora para que venga a verla,- interrumpio Miyako para tratar de salir por la puerta pero la mujer realizo un hechizo a la puerta, cuando Miyako quiso salir regreso a la misma habitación.

- Siéntate y toma un poco de té,- ordeno la bruja.

Miyako tomo un largo suspiro y tomo asiento de manera pausada, dejando caer su cuerpo a la silla, miro su taza de té con una mirada triste.

- Por el amor a la oscuridad niña, Takako me dijo que eras muy lista. Que poca confianza te tienes a ti misma.

- No comprende, no soy tan habilidosa como mis compañeras o incluso cautelosa, haré un desastre.

- Por eso tendrás los libros para apoyarte, no solo con estos tres, sino tambien todos los que te dejo Takako. Leelos con cuidado y si es necesario vuélvelos a leer, una y otra vez hasta que sepas cada palabra de memoria.

- Me gusta leer,- indico casi en estado ido, tratando de asimilar la encomienda que le estaban dando, era cierto que de todas, Miyako era quien tenia mas curiosidad por la magia y leer es algo que se le daba por naturaleza pero no sabia si pudiera ser suficiente para instruir a las demás.

- Te puedes apoyar en Sora y las demás, no estarás sola. Lo que necesito que hagas es que seas el filtro entre los libros y ellas. Con tu inteligencia te sera muy fácil las interpretaciones de los libros.

- ¿Que tipo de magia es esta?,- pregunto preocupada por los temas que tendría que estudiar.

El rostro de la mujer se tenso.

- Estos tres libros en especial, tiene un alto grado de oscuridad y no son lecturas fáciles de digerir.

- ¿Magia negra?.

No tuvo respuesta.

- Escucha Miyako, se que te estoy pidiendo algo muy difícil, no es fácil para mi tampoco darte estas lecturas tendiendo la edad que tienes y cuando empieces a leerlas, estarás aun mas confundida. Te preguntaras porque te puse a estudiar esto. Es magia oscura y no busco que ni tú ni las demás la practiquen, nadie debiera de aprender esto

Miyako solto otro largo suspiro.

- Pero se que se avecinan tiempos muy difíciles, llenos de oscuridad y maldad. Es necesario que sepan lo que sus enemigos estan dispuestos a hacer en contra suya, tienen que tener el conocimiento, ¿Comprendes lo que digo?.

La estudiante solo asintio sin perder la vista el rostro de su directora.

- Esta lectura te envolvera en una tremenda oscuridad, tal vez hasta puedas sentir soledad y desgracia. Leelas con cuidado y no dediques mas de un día en ellas, date tiempo y espacio para digerirlo, lenta y pacientemente.

La pequeña bruja vio los libros con sumo cuidado y algo de terror.

- ¿Que hare si un día no puedo dejar de leerlas?

- Deja que la luz este siempre contigo pequeña, si un día llegara a pasar, tienes que quemar esos libros o te quemaran en vida ellos primero.

::FIN DE FLASHBACK::

La bruja dio un suspiro y abrió el libro con la luna en su portada. Como paso la ultima vez, el libro venia completamente con hojas en blanco. Cerro el libro y maldijo. Reviso el libro nuevamente, no tenia ningún escrito en él, solo el dibujo de la luna.

- Vamos, dime como leerte,- solto la chica cansada de examinar el libro. Lo dejo descansar sobre la mesa nuevamente, frente a ella.

Solto un largo y ruidoso suspiro, haciendo que este libro vibrara levemente.

Miyako se sorprendió y se volvió acomodar en su silla.

Toco la cubierta con cuidado, lo examino nuevamente. Después de pensarlo un tiempo, soltó un delicado soplo sobre el mismo y este termino por vibrar nuevamente. Cuando lo abrió, el libro estaba totalmente escrito y lleno de anotaciones e imágenes. La chica se emociono y sonrío al ver que tenia contenido el libro mágico. Supuso que estaba protegido para que personas no magicas pudieran leerlo.

Al momento que dio algunos vistazos rápidos, su sonrisa iba desapareciendo. Pasaba las hojas, encontrándose con dibujos de rituales y temas muy oscuros para su gusto. Comprendió cuando la directora le había comentado que era magia avanzada para ellas.

- Hechizos y mantras de la oscuridad, rituales para invocar demonios, sacrificios de animales y ... humanos,- Susurro Miyako asustada y asqueada por los temas que leía. Se detuvo casi de inmediato al ver la imagen de una mujer atada a una hoguera, las llamaradas ilustradas de brillantes tonos rojizos rodeaba el nítido cuerpo de la mujer, seguido de otras imagines de cuerpos de hombres, mujeres y niños siendo atormentados y maltratados. Cuando Miyako pasaba nuevamente las hojas, su mente se imaginaba como se movían aquellas sensibles imágenes, sintiendo el calor del fuego saliendo del libro, seguido de horribles y estruendosos gritos que de su cabeza la atormentaban como una bocina en un cuarto pequeño.

Sin darse cuenta empezó a sudar frío, dejandose llevar por las horribles imágenes y las palabras que ellas describían; dolor, poder, sacrificio, ritual, demonios, muerte, tortura. Sus manos temblaban al ir viendo aquellas palabras.

Fue hasta que una mano al tocarle el hombro la saco del martirio.

- ¿Miyako?

Miyako sé sobresalto y cerro el libro casi de inmediato para voltear a ver a la persona que la interrumpía en su oscura y tortuosa lectura.

La chica sudaba, su respiración estaba fuera de su ritmo habitual. Dejo caer algunos libros como hojas al piso de la biblioteca.

- Koushiro... yo, tu.. que... ¿que haces?... aquí,- Miyako tartamudeo al ver al chico a su costado.

El pelirrojo no dijo nada, veía el sin expresión la reacción de la chica.

- ¿Estas bien?, van a cerrar la biblioteca, son casi las 7 de la noche,- explico el chico de manera tranquila, llevaba con él su maletín de la escuela.

Miyako volteó a su alrededor y confirmo lo que había dicho su compañero. Se pregunto la chica como era posible eso, cuando empezó a hojear el libro de magia, estaba rodeada de estudiantes y no eran mas de las 3 de la tarde.

- ¿Tanto tiempo pase aqui?,- se pregunto al aire Miyako.

- ¿Que estabas haciendo que perdiste la noción del tiempo?, cuando llegue te estaba hablando pero estabas tan concentrada leyendo, escuchaba como susurrabas lo que leías,- explico Koushiro para ver serio a la pequeña bruja, tratando de ver además las lecturas de la mesa.

- Yo... no,- Miyako no comprendía ni ella lo que había pasado.

El vampiro la observo cuidadosamente, sus manos temblaban y dedujo que algo malo estaba pasando pero no quiso preguntar mas por el momento.

- Tus cosas, cayeron,- indico el pelirrojo para ayudarle a levantarle algunos libros.

Miyako casi de inmediato empezó a ayudar a levantar las hojas también.

Koushiro se levanto primero y puso los libros en la mesa de la bruja. De los libros que levanto, uno sintió que pesaba más que el resto y eso despertó su curiosidad. Lo abrió mientras la chica seguía levantando las pocas hojas que quedaban en el suelo y ciertamente se asombro por las fuetes imágenes que estaban en él estaban.

- ¿Qué es esto?,- pregunto el chico mientras seguía hojeando el libro.

La chica se levanto por completo y le quito el libro al vampiro.

- Cosas que no tienes que ver.

- A lo poco que vi, son cosas que tampoco tu deberias de ver.

La bruja guardo el libro en su mochila para evitar la mirada del chico.

- No es algo que te deba de importar, tengo que leer estas cosas de todos modos.

- No soy muy conocedor de tu preferencia de lectura, pero puedo sugerirte lecturas parecidas si lo que te gusta es el sado e incluso si me permites, menos intensas para tu edad.

- No me gustan esos temas.

- ¿Entonces porque tienes que leerlo?.

- Tu...,- Miyako se puso frente al chico una vez que hubiera guardado sus cosas, quería que le dejara en paz,- Lo que leo o dejo de leer, es algo que no te debe de importar.

Sus rostros están un tanto cercas. El pelirrojo se perdió en la mirada de la chica, quiso besarla pero no pensó que fuera lo mas prudente.

Miyako por su parte también se contuvo las ganas de acercarse más, se quedaron así otro tiempo.

- No sabia que tenias clases con esos temas como lectura, no lo vi en mi horario y eso que tenemos las mismas asignaturas.

- Es un encargo personal, no me lo dejaron en la escuela obviamente.

- ¿Personal dices?

La bruja no contesto, estaba tan nerviosa por la cercanía del pelirrojo, fue Koushiro quien se termino por alejarse y dar por perdida esa batalla.

- Esta bien, comprendo, pero aun pienso que es lectura muy poco agradable y acorde a tu edad.

- Creo que tengo la edad para leer lo que yo quiera,- argumento Miyako,- Y como te comente, es algo que tengo que hacer quiera o no.

El chico no dijo más del tema.

- Como tú digas, será mejor que vayamos a casa. ¿No estabas emocionada por la noche de películas?

- ¡Cierto!, ya es muy tarde.

La bruja emprendio primero el camino una vez que hubiera recogido todas sus cosas.

Siguieron en silencio por los pasillos de la escuela, las clases habian acabado hace horas y las luces de los salones se apagaban conforme los ultimos estudiantes iban saliendo.

- Tenemos que apurarnos, dicen que desaparecen estudiantes,- indico una chica con su compañera que pasaba a un costado de la pareja.

Miyako se estremecio y siguio su camino.

Koushiro noto de inmediato el nerviosismo de su compañera. Siguieron en silencio hasta que la bruja quiso entablar una conversación amigable.

- ¿Que tal estuvo tu dia?, ¿Tuviste algun problema?.

- Miyako estuvimos todo el día juntos. Todo estuvo bien, un día normal.

Ella asintio, desde el incidente de hace dias, no habian querido hablar mucho del tema. De todos, ella es la que habia dormido más y no le dio oportunidad de hablar con Koushiro o alguien más de la casa pero algun dia tendria que hacerlo, más con él ya que compartian muchas horas juntos. Con los dias que pasaban se habian hecho una gran compañía y ambos se sentian comodos con el otro, algo dificil de explicar.

La peli-lila detuvo su andar y volteo donde el chico, estaban a punto de salir de la puerta del instituto para emprender lo que restaba del viaje al aire libre. Justo en la entrada principal de la escuela donde empezaba unas pequeñas escaleras, penso que era el momento para encarar al chico.

- ¿Estas bien?,- pregunto sin rodeos la chica.

- Claro que estoy bien...

- Sabes a lo que me refiero.

El chico no respondió, solo veía el rostro preocupado de se compañera.

- Ya sabes, lo de la infección, llevas días evadiendo el tema...no me quieres decir nada desde esa noche, y... yo, yo... solo quise ayudarte,- Miyako no sabia por donde empezar,- Fue mi culpa por no terminar nuestra platica, me quede dormida, y... yo, de verdad no quiero que estes molesto conmigo.

- No estoy molesto contigo.

- ¿Entonces que es?, todos estos dias me hablas como si estuvieras molesto, me das ordenes y no quieres siquiera mirarme como antes. Yo no quise causarte problemas, y se que juntos podemos encontrar una solución a tu problema, una cura...

El vampiro se tenso pero no mostró ninguna emoción, no era el momento. No sabia porque la chica quería seguir con ese tema, ya todo lo habían hablado ese día en su habitación, antes que ella cayera en manos de...

- Miyako, no busco que entiendas mis desiciones, pero lo hecho, hecho esta. Morire y no podras hacer nada para evitarlo. Estoy enfermo y asi siguiran las cosas. No busques soluciones o curas donde no las hay.

- No digas eso, enserio quiero que estes bien. Incluso he estado leyendo cosas de los libros de magia, en especifico herbolaria. Creo que sé por donde empezar solo necesito un poco de tiempo para yo.

- ¡No hay tiempo!.

La chica se sobresalto por el grito.

- Es mejor que solo te enfoques en ti misma en estos momentos, trata da dormir, comer y cuidarte. Solo mírate.

Miyako no comprendió a lo que se refería.

- Mi miro Koushiro, yo estoy bien.

- No, no lo estas,- El pelirrojo quería decirle todo lo que sabia, cómo se quedaba dormida en clases, los moretones evidentes que le salían cada día, gritarle tantas cosas que le pasaban a ella,- Te veo todos los días Miyako, hay cosas que no te das cuenta.

La bruja negaba y fue cuando de su mente salió lo que llevaba cargando hace tiempo.

- ¿Porque te alimentaste de mi?,- Pregunto sin más.

El pelirrojo le tomo por sorpresa aquella pregunta, incluso pensó que no había escuchado correctamente.

- ¿Qué?.

- Lo que escuchaste, recuerdo todo cuando el día de mi audición, sé que me escuchaste cantar y después, tu...

- Fue un error, nunca debió de haber pasado,- Interrumpio.

- ¿Un error?,- Susurro Miyako,- Joe hablo conmigo, él me explico todo lo que conlleva ser un tributo y no creo que solamente yo haya sido un error, ¿Verdad?.

Maldito Joe

- Pues lo fuiste Miyako, me aproveche de ti. Para ese tipo de cosas tengo a muchas mujeres más, tu nunca debiste de haber estado en mi lista. Solo mirate, eres solo una...

- ¿Niña?,- Miyako termino la frase de Koushiro,- Pues déjame decirte que no soy una niña estupida.

- Yo nunca dije que fueras estupida, seria un insulto para todo el mundo decir algo así, es la persona más inteligente que conozco, la única capaz de darme batalla en un juego de ajedrez o ponerse a discutir conmigo para incluso hacerme cuestionar de mis propios argumentos.

- Entonces cuál es el problema.

- No va a volver a pasar nada, entre tú y yo. Y vete olvidando también de mi problema personal, nadie te dio el derecho de meterte en mis asuntos, yo decidí morir hace mucho tiempo.

- No lo haré, podré aceptar el hecho que no quieras tener nada conmigo, pero no me daré por vencida en que estes bien. Nadie va a morir.

- Eres solo una niña, no comprendes nada.

Al momento que la bruja quiso decir algo, apareció una chica en la escena.

- Kou, hace tiempo que quiero hablar contigo. Te he estado hablando pero no me has regresado mis llamadas,- Dijo melosamente una chica castaña, tanto Miyako como Koushiro sabian de quien se trataba,- Ya ha pasado tiempo desde que estuvimos juntos.

- Juri,- susurro Miyako.

La vampira volteo donde la peli-lila.

- Pierdete,-solto acidamente la chica.

- Basta,- susurro el pelirrojo a la vampira.

Miyako volteo donde Koushiro, viendo como la chica se sujetaba fuertemente del brazo de su compañero. La bruja recordo cómo su amigo era popular con las chicas y eso le dolió de cierta manera, más en ese momento.

- Nos dirigiamos a casa, podemos vernos otro dia Juri,- indico sensillamente el chico, refierendose a Miyako.

- ¿A casa?,- La vampiro tardo en recordar pero sus amigas Zoe y Jun le habian comentado que esas extrañas chicas vivian con sus compañeros vampiros, barreo su mirada por todo el cuerpo de la bruja y solto una mueca,- No te iras con ella.

- Claro que vendra conmigo,- solto la bruja decida, desconociendo donde habia salido el valor de soltar aquellas palabras.

Koushiro se sorprendio por las palabras de Miyako.

La sonrisa de la vampiro desaparecio por un instante pero volvio a sonreirle, ella conocia la debilidad de su amante, no dejaria que se fuera tan facil.

- Pero, tu sabes lo mucho que te he extrañado, mi cuerpo también lo ha hecho,- susurro nuevamente Juri al pelirrojo,- Necesitas alimentarte, se que lo deseas, que me deseas.

El vampiro miro tentadoramente a la chica, su cuerpo le rogaba que fuera con Juri.

- El vendra a casa conmigo, ¿Verdad Koushiro?,- Miyako insistio y Koushiro volteo a verla nuevamente, su lado conciente le decia que tenia que hacerlo, irse con Miyako a "casa", todo ese conjunto de palabras le hizo que se le encogiera el corazón.

La bruja le sonrio y le extendio su mano.

- Vamos a mi cuarto, lo necesitas,- le hablo melosamente Juri al chico.

- Yo...,- Koushiro no sabia que hacer, es la primera vez que su mente y su cuerpo no estaban en sintonia. Por un momento se maldijo ya que todo era culpa por su inevitable adiccion, su cuerpo necesita a una mujer y alimentarse, desde el incidente se tomo unos dias de abstinencia pero estaba empezando a nublar su mente nuevamente, queria ya tener sexo y follarse a una chica lo mas pronto posible. Si no iba con Juri, algo malo le ocurriria a Miyako si seguia estando cerca de él.

- ¿Koushiro?,- pregunto Miyako nuevamente al ver la cara de indecision del chico, sin dejar descansar su mano, queria que él la tomase. Que la escogiera a ella y no a Juri.

- Miyako...

La bruja sonrio al escuchar la voz del vampiro.

- ¿Crees que puedas volver a casa tu sola?,- El pelirrojo le pregunto de manera lenta y tortuosa. Era la segunda vez que abandonaba a Miyako por irse con Juri.

La peli-lila no creía lo que escuchaba. La vampiro por su parte sonrio y volteo donde la chica.

- Claro que puede regresar sola a casa, ¿No es así?,- Termino de decir para empezar a jalar al chico hacia la escuela.

Miyako se mantuvo inmovil, viendo al chico alejarse, tomandose del abrazo de la vampiro.

Lo lamento, es algo que tengo que hacer. Esto es parte de mi y nunca podras cambiarlo, necesito de sexo y sangre... algo que nunca podras darme.

La bruja solto un entrecortado suspiro al escuchar la voz de Koushiro en su mente, bajo su brazo lentamente al ser rechazada por el vampiro. Nego mentalmente, ella queria ayudarlo, y reconocio lo que por mucho tiempo temia, talvez si sentia algo mas por el vampiro y hasta ese momento pudo comprobarlo.

Se dejo caer en las escaleras de la entrada de la escuela, se sento por un momento y sin darse cuenta, su rostro solto algunas lagrimas.

- ¿Porque estoy llorando?, ¿Me habre roto algo?,- Miyako se pregunto mientras limpiaba sus lagrimas con cuidado, se sentia triste y curiosamente dolida, un sentimiento que nunca habia experimentado.

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CONTINUED...

Perdonen la tardanza pero este capitulo esta maldito! lo he escrito mas de 5 veces porque SIEMPRE se me borraba pero ya pude acabarlo después de meses. Ya hasta me estaba atormentando por lo que les traje este capitulo mas largo para compensarlos.

¿Algún capitulo especial que quieran en cuanto a parejas?... hoy vengo inspirada!, pidan lo que quieran!

Saludos y besos a todos los que llegaron hasta este punto, esta en camino el siguiente capitulo, NO LO ABANDONARE! (: