N/A: Naruto no me pertenece. Lástima.

Pareja: Neji/Tenten

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General/Romance

oO Unidos por el destino Oo

Capítulo III

Fujiwara

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-Oye Neji, ¿a quién le deberíamos preguntar? – habló la castaña.

-No lo sé...

-Mmm… ¿tendremos que pasar la noche aquí? – insistió.

-No lo sé…

-Oye Neji… ¿crees que estaremos cerca de konoha?

-No lo sé… - se estaba impacientando.

-Neji… tengo hambre… - posó su mano libre por su estómago.

-Tenten, eres muy pesada, ¿lo sabías?

Lo miró mal.

-Perdone usted hyuga por ser una molestia… -le sacó la lengua. – hum!

Él la miró sin ninguna expresión. Una gota le dio en la mejilla. Estaba comenzando a llover, por lo que tendrían que cobijarse hasta que parase.

Miró a su alrededor y divisó a lo lejos una especie de posada donde se podía percibir mucho jaleo. Neji no se lo pensó dos veces y jaló a Tenten hasta la cabaña. Se trataba de un festejo solemne, sin música ni bailes, por lo que supuso que podría tratarse de alguna clase de rito funerario. Entraron y guardaron silencio. Tenten no estaba segura si habían echo lo correcto entrando allí.

-¡Ellos! Ellos se llevaron a mi marido! – sollozaba una mujer, por lo que se podía observar parecía bastante mayor.

¿Ellos? Tenten se sentía intrigada por la conversación.

-Cálmate mujer… - habló un joven, que por el tono de voz había bebido. –Al fin y al cabo… nos cogerán a todos…- le dio otro sorbo a su cerveza.

-Maldito Imperio de Shang… se creen que ellos tienen todo el poder… ¡deberíamos revelarnos!

"¿Imperio de Shang? Nunca lo había oído…" pensó Neji.

-¿Contra esas horrible criaturas deformadas?...Sería un suicidio… - farfulló otro hombre con la vista fija en la mesa. – Y qué hablar de su emperador… es horripilante…

Los ninjas de la hoja estaban ahí, de pié, escuchando cada palabra que salía de sus bocas y analizando la situación. Recordó la cara de las criaturas que mataron en el bosque.

-¡Estúpidos! Lo que tendríais que hacer es dejar de quejaros y uniros a ellos!– una mujer con bigote entró en la frustrante conversación. Estaba profundamente ofendida.

Tenten reparó en el niño que llevaba consigo aquella horrenda mujer. Un chiquillo regordete con unos ojos muy grandes. Él tironeó de las faldas de su madre y ella lo azotó llevándoselo arrastras.

La chica sintió pena por el niño. No podía tener más de seis o siete años.

-¿A dónde hemos ido a parar? –le susurró al hyuga al oído.

-Shh…calla.

Suspiró resignada. Reparó de nuevo en el niño, que ahora la miraba fijamente. La rechoncha cara del niño tenía una expresión peculiar. Parecía fascinado con ella.

-¡Esa mujer es una de ellos! –gritó uno de los alcohólicos.

Neji le lanzó una mirada feroz a la mujer traidora, ésta avanzó empujando a los que estaban en la multitud y el shinobi extendió el brazo para pararla con la mano, a la que ella le propinó una bofetada para apartarlo de su camino; entonces él cayó sobre una de las mesas del aposento, arrastrando con él a su encadenada compañera, cayéndose encima de sus piernas, quién se preguntó que diablos estaba haciendo el hyuga.

Neji se enderezó. La mujer continuó abriéndose paso a empujones mientras e alejaba por la entrada arrastrando a su hijo. El pequeño niño sonrió a Tenten y desapareció.

-Ella – gritó de nuevo alguien al tiempo que señalaba a otra mujer, pero esta vez mucho más joven- ella se va con todos los hombres del imperio… lleva por el mal camino a los buenos esposos…

Las acusaciones volaban de un lado a otro. Los habitantes del pueblo se miraban unos a otros, y tachaban a sus vecinos de degenerados, lascivos, borrachos, traidores…

Tenten se levantó como pudo y se llevó a Neji de un tirón por la multitud. Ya no aguantaba más allí dentro.

Echaron a correr de aquel extraño lugar, reparándose en un carruaje que había frente suya… eso vendría bien.

Neji seguía con la mano entrelazada a la de la chica. La jaló hacía el carruaje, y la rodeó con un brazo al tiempo que pasaba la cadena en torno a su espalda y la aferraba con firmeza.

-Fuera de mi camino – dijo fríamente al hombre enano que cuidaba del carro.- Mi esposa va a tener un bebé.

"Un momento. ¿Qué esposa?" Se preguntó Tenten.

El horrible hombre se separó de ellos dándoles paso, sin entender nada.

La castaña se mostró sorprendida ante la presencia de ánimo para presentar una excusa creíble dado el comportamiento de ambos. Una vez ya sentados, Neji se volvió de nuevo al enano.

-Oye tú, ¿Dónde está la posada más cercana?

Como dice la palabra, Neji era mucho más alto que su oponente y éste se mantuvo apartado mientras le respondía.

-Ha...Hay unas ca…cabañas cercas como alojamiento… todo recto, ha…haci…a el norte.

Se alejaron de la muchedumbre mientras el chico sujetaba a Tenten como si el momento del parto estuviese próximo. Ella gemía y se quejaba. Hacía muy bien su papel.

Una vez ya alejados, pararon de fingir.

-Nos cobijaremos en una cabaña para pasar la noche –dijo él- y nos pondremos en camino mañana a primera hora.

-Pero Neji, no tenemos dinero…

Él le sonrió y sacó una bolsa de monedas.

-La mujer del bofetón no lo echará de menos.

Ahora comprendía de su estúpido movimiento de antes.

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Al parecer, las cabañas era el tipo de posada más barata del pueblo. Cuando los jóvenes llegaron con las manos ocultadas, echaron un vistazo a su alrededor… no era muy higiénico el lugar que digamos…

El conserje estaba roncando, con la silla echada hacia atrás apoyada en la pared. Con la mano derecha, Neji hizo sonar el timbre y el conserje cayó de la silla, sobresaltado.

Tenten se tapó la boca para no reír.

-Una cabaña para esta noche.

El hombre durmiente avanzó hasta ellos, malhumorado, y sacó un cuaderno y una pluma.

-¿Su nombre?- preguntó roncamente.

-Fujiwara– replicó el ninja.- Souta y Miyu Fujiwara.

El conserje los miró mal.

-Lo siento, sin un certificado de matrimonio no puedo dejaros una cabaña.

Neji extendió la mano libre y aferró al hombre del cuello de la camisa.

-La señora Fujiwara y yo venímos desde muy lejos… - el hombre tragó saliva y lo miró directo a los ojos – Seremos buenos clientes… - depositó la bolsa de dinero en la mesita de mimbre.

El conserje agarró rápidamente la bolsa, como si una rata fuera a quitársela.

-Mmm... eh… desde luego... Espero que usted y su encantadora mujer disfrute de su estancia.

Neji gruñó. El conserje le tendió la pluma y el joven hizo el gesto de tomarla, pero Tenten le aferró la muñeca, para coger ella la pluma.

-Firmaré yo, ¿te parece querido? – intentó sonar convincente.

El muchacho guardó silencio mientras su compañera escribía pulcramente en el registro.

-Muchas gracias. – le sonrió la chica al hombre del mostrador. No dijo nada, se limitó a darles la llave de la cabaña número 7.

-Ah! – Tenten recordó.-Disculpe, ¿como podríamos llegar a konoha? Estamos haciendo una guía turística y a mi marido y a mi nos recomendaron ese lugar…

El hombre carraspeó.- No tengo ni idea. Nunca he oído ese lugar… - La chica se deprimió.- Pero hay una aldeana que seguro que os puede ayudar, es una anciana, y está chiflada. La podréis encontrar en una casa con un tejado de paja, a las afueras el pueblo. Es fácil de ver.

-¡Muchas gracias! – agradeció la muchacha

Una vez firmado y con la información, salieron en busca de la cabaña.

El conserje los vio marcharse. Rápidamente, salió por la parte trasera buscando a su ayudante.

-Avisa a los soldados, han llegado una pareja sospechosa que quieren ir a konoha…

-¡Enseguida!-contestó el ayudante mientras desaparecía.

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Lentamente, con los cuerpos presionados el uno contra el otro, entraron a su posada.

La cabaña no era especialmente grande ni lujoso, se notaba que no la limpiaban, por el hedor que salía de las paredes.

-Me iría bien un baño.- gesticuló la chica mientras jugaba con uno de sus mechones.

-No creo que sea posible en un lugar tan asqueroso como éste.- replicó Neji al tiempo que pisaba a una criatura de muchas patas que salía corriendo. Tampoco le hacía gracia la idea de volver a pasar un momento vergonzoso. –Además, tendríamos que cortarnos la ropa para quitárnosla.

"¿Más de lo que ya está?" pensó la castaña. – También a ti te iría bien un baño. Un par de días con esa ropa puesta no te ha dejado un buen perfume precisamente. –bufó.

Neji gruñó. Ella se puso a deambular por la posada, mirando dentro de los cajones de alguna mesita y abriendo neveras y refrigeradores en busca de algo de comer. Él, por necesidad, la siguió. Finalmente satisfecha por haber encontrado una bolsa de papas, lo jaló a las escaleras que llevaba a un altillo. Allí encontraron un rincón cómodo con pieles apropiados para dormir.

La bolsa de papas, a pesar de cuanto tiempo llevaría ahí, les sabía a gloria a ambos.

Tenten se tumbó, suspirando, y este le imitó.

Ambos miraban el techo, sin decir nada. Neji dejó de contemplar el viejo techo para posar la vista en la chica. Las ropas de ella habían salido peor paradas aún que las de él. Resultaban lo bastante indecentes. Su pecho ascendía y descendía. Tenten cerró los ojos y se desperezó como un gato, dándole la espalda al hyuga.

Neji tiró de ella incómodo, dándole la vuelta.

-¿Qué haces?- gruñó la chica.

-Recuerda que estamos encadenados… - señaló al grillete. – Si me das la espalda mi brazo está incómodo.

-Y si me giro y te veo la cara me incomoda a mí, señor "Fujiwara".

Él la miró fastidiado.

-Esta claro que tú y yo no podemos estar unidos. –dicho esto se puso en posición hacia arriba y cerró los ojos para dormir, ignorándola. Su voz sonó fría.

Tenten estaba dolida por sus palabras. ¿Cómo podría haber dicho eso? Estaba claro que él nunca la miraba con ojos de amarla, pero eran buenos amigos, no entendía el porqué de esa frase.

Se puso lo más cómoda posible, imitando a su compañero. Lo miró antes de cerrar sus ojos… y perderse entre sus preciados sueños….

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Neji soñó con la muerte de su difunto padre. Había tenido estas pesadillas desde la infancia. En estos sueños, su cuerpo era extrañamente pesado y sentía dolor, dolor en su pecho. Pero, en todos ellos había alguien más, alguien que le demostraba cariño y confianza, alguien que le mostraba una muestra de amor y le salvaba del peligro. Siempre había pensado que sería su madre, a pesar de que nunca la conoció, pero algo le decía que era otro tipo de amor. No lo comprendía. Nunca entendía sus sueños.

Entonces, despertó. Tenten estaba cerca de él y le cubría la boca con una mano. Fastidiado, apretó los puños. ¿Acaso pensaba que era como un niño que gritaba por pesadillas?

En la parte baja de la cabaña se oían voces.

Echó un vistazo, sin ser visto. Dentro había gente de pie reunida.

-¿Estás seguro que estaban aquí?- preguntó un hombre alto y completamente calvo.

Una figura vestida con hábito asintió.

-La sucia rata del conserje dijo que era esta cabaña, mi señor.

El hombre calvo se paseaba con impaciencia. Por su actitud, Neji se daba cuenta de que era alguien que no estaba habituado a que lo hicieran esperar, era un hombre con poder.

Tenten estaba interesada en la conversación.

-¡Esto es imperdonable! ¿Cómo se les pudieron escapar un hyuga y una simple muchacha?

A la chica se le destellaron los ojos de rabia. Quería bajar abajo y patearle el culo a ese calvicie por llamarla simple. Neji la detuvo antes de que cometiese una locura. Si él pudiera luchar… pero ese grillete hecho con alguna especie de técnica le retenía el chakra.

-El emperador espera ansioso los poderes ocultos del shinobi… en cuanto se enteró que le habíamos cazado para él un hyuga, se puso histérico de felicidad. – El joven del traje negro movió sus manos.- informaré en Shang de la situación. Encontraremos a ese hyuga. – dicho esto desapareció en una bola de humo.

Silencio. Al lado del calvo, había criaturas como las del bosque. Por lo poco que hablaban debían de ser meros esclavos.

-Disculpe señor…- dijo uno de ellos con una voz horrible. A Tenten se le puso los pelos de punta, vete a saber en que experimentos probaron con esos pobres hombres. – Pero el conserje dijo que se dirigían a Konoha…

-Mmm… tienes razón. Habrá que vigilar la frontera.

"¿Frontera? ¿Tan lejos estamos?" se asombró el shinobi. Tenten se percató de su reacción.

-Vosotros, avisar a los demás. – Ordenó a los esclavos.- En cuanto a ti.- miró al cara deformada que dio la información.- No vuelvas a hablar sin permiso.

Dicho esto, de su mano salió un destello, y el guardia estalló en llamas.

Neji experimentó una hola de terror en el momento en que el fuego salió de su mano con un solo gesto. Sintió la sudorosa mano de Tenten sobre la suya, parecía más aterrorizada que él.

-Ninjas de Konoha… no tenéis escapatoria…-dicho esto, también desapareció.

N/A: Neji sin byakugan…. No es neji xD Pobrecito…

Si os preguntáis donde está el pergamino grande de Tenten… es obvio que se lo quitaron cuando los capturaron júas, pero lo recuperará.

Y sin más que decir, agradezco a todos los reviews-no me esperaba tantos para ser dos capítulos- y a la gente que sigue mi historia que me motiváis muchísimo, espero no decepcionar!

Muchos abrazos enormes.

Namii.