Título:
Disclaimer: Ningún personaje es mío, todos son de la saga Crepúsculo de Stephenie Meyer.
Claim: Bree/Lizzie
Summary: Buscaban explorar más, regalarse caricias prohibidas, mezclar sus esencias. Un simple juego, el alcohol...o simplemente el deseo entre ambas... Al final, son sólo dos desconocidas que comparten un momento, su momento.
Nota: Dedicado a Maryfer (Bittersweet Midnight), gracias por todo.
Drabble. Femslash. Mi respuesta al reto "Parejas Retorcidas & Co " del foro: El lobo, la oveja y el león.
Un simple juego
Oscuridad, perfume a lavanda impregnado en la estancia, música de fondo, olor a tabaco, latas de cervezas vacías, la televisión encendida, y un sujetador enganchado en la lámpara de la sala.
Risas, respiraciones entrecortadas y gemidos.
En la habitación, sólo hay dos personas.
Una era pelirroja, con grandes ojos canelas, muchas pecas esparcidas en su rostro, conocedora de coches y de carácter alegre y divertido.
La otra, de cabello oscuro, con palidez extrema, piel dura y fría, y ojos carmesí que se encuentran opacados por el deseo y sed de sangre.
Dos desconocidas, que comparten un momento; su momento.
Caricias prohibidas, lenguas danzando, manos explorando; nada de ropa.
Solo ellas, develando sus secretos, conociéndose mutuamente, perdiéndose en la esencia de la otra.
Alcanzando el clímax.
Quizás, para una de ellas, estuvo bien salir de compras a altas horas de la noche. Y quizás para la otra, fue bueno salir de caza ese día
Porque una ha encontrado el significado de jugar con la comida, y es excitante. Porque la otra sabe que los extraños no deben entrar en casa...pero dejó entrar a una desconocida, y ahora sabe que romper las reglas tiene su lado bueno, uno muy bueno.
El encuentro fue en una calle solitaria. Una tenía la presa perfecta, la otra moría de miedo...y cuando sus miradas se encontraron, se formó una conexión inexplicable.
La depredadora inició la conversación, la otra habló de autos; se presentaron, rieron y hablaron de chicos, y sin darse cuenta terminaron en el departamento de una de ellas.
Una puso música, la otra encendió el televisor; una trajo bebidas, sin saber que la otra no bebía; una encendió un cigarrillo, y a la otra le pareció demasiado sexy. Una bromeó diciendo que «entre mujeres se la pasaba mejor», y la otra cambió la frase a doble sentido, y fue en ese momento que se acercaron.
Un simple juego, fue el alcohol... o simplemente el deseo entre ellas. Sus labios se tocaron en un simple roce, era algo nuevo para ambas, y una decidió explorar más, mordiendo los labios de granito, la otra fue quien inició el juego de lenguas.
Y en ese momento, dejaron de preocuparse, se olvidaron del mundo. En ese momento, dejaron de ser Bree y Lizzie.