Pairing Time

Todo el pueblo estaba reunido ante la pantalla por la que se estaba presenciando uno de los acontecimientos más importantes nunca antes emitidos. Tanto por la sorpresa que causó el anuncio como lo que estaba a punto de provocar. Una auténtica guerra a causa de la vida de un solo hombre. De un muchacho joven que decidió seguir el Destino que su sangre le pedía.

De todos los presentes, una persona, una muchacha, sentía como su corazón estuviera a punto de romperse y, no sólo iba a ser así, si no que todo el Mundo podría verlo en directo cuando ajusticiasen a su corazón.

Cuando ejecutasen a Ace.

Portgas D. Ace. El hijo de Gol D. Roger, Kaizoku-ou.

Sabía que la vida elegida por Ace iba a ser muy dura y peligrosa pero se había dejado contagiar por su efervescente espíritu, a pesar de lo que había vivido con respecto a los kaizoku. Y ahora, al final, se iban a confirmar sus mayores temores. Y lo peor de todo era que lo vería morir y él no podría verla a ella. Ver como sufre por su Destino y como desearía estar allí presente, en medio de aquella guerra, para tratar de hacer algo, lo que fuera, en vez de estar aquí sin hacer nada mientras espera a su muerte.

Viendo el desarrollo de la batalla, no se dejó llevar por falsas esperanzas en ningún momento. No tras los ataques por parte de los Taishou. No tras el bravo intento por aquel imposible gigante que fue cruelmente abatido. Sabía que no había ninguna esperanza para salvar a Ace y ya lo había aceptado, tal y como parecía haberlo hecho el propio Ace.

Fue entonces cuando surgió una figura imprevista y le obligó a cambiar de postura. Alguien a quién no pensaba que fuera a ver en semejante situación aunque, sabiendo como era él, no te lo podías imaginar en otro lugar.

Monkey D. Luffy había llegado. Y vino… ¡¡para salvar a su hermano!!

Veía el alocado avance hacia el patíbulo logrando superar a todos los que se cruzaban en su camino, tanto por si mismo como por la ayuda que le brindaban todos aquellos kaizoku que habían ido a salvarle la vida a Ace.

Su aliento quedó atrapado cuando vio como ante Luffy surgió la figura del más grande kenshi que existía en este Mundo pero sabía que, de alguna manera, y tal como sucedió, Luffy lograría seguir avanzando. Nada podía parecer detenerle y ella pensaba que pronto vería como liberaba a Ace cuando, de improviso, la imagen…

-¡¿Qué ha pasado?!

La imagen desapareció de la pantalla y por mucho que la gente gritase o protestase no iba a cambiar el hecho de que no había imagen que ver.

-Me parece que a la Marina no le gustaba mostrar lo que está a punto de ocurrir.

-¿A qué te refieres, Genzo?

-Que es una suerte que ese muchacho no haya arrastrado a Nami hasta ahí porque entonces tendría que matarle.

Pero ella ya no podía escuchar nada más. Le habían arrebatado lo único que podía calmarla y no verse derrumbada hacia la desesperación y la ignorancia sobre el Destino de Ace. Con la vista fija en el horizonte, en la nada que se alzaba más allá de lo que la vista podía captar, tomó el camino de vuelta a su casa.

-¿Nojiko?- Genzo se había percatado de su marcha-. ¿A dónde vas?

-Pues ya que se acabó la retransmisión pues a casa que tengo cosas que hacer- dijo Nojiko con total despreocupación y su ánimo habitual-. Seguro que cuando todo acabe, volverán a emitir pero, para entonces, lo interesante ya habrá pasado. Ya nos veremos.

Y con esto se alejó de regreso a su casa.

Seguro que estará bien, ese muchacho lo salvará como hizo con todos nosotros, como hizo con Nami… con su otra nakama, esa Nico Robin… seguro que también salvará a Ace… lo sé, si, lo sé pero, a pesar de ello, duele pensar sobre ello…

Con su mente perdida en deseos y pensamientos, fue algo normal el que se viera arrastrada por ellos pero, a pesar de ello, fue una sorpresa permitírselo…

__________

Solía decirse que había que vivir cada día como si fuera el último, algo que en Cocoyashi podía ser demasiado cierto y real por encontrarse bajo el yugo de Arlong, pero, sabiendo la vida que Nami había elegido vivir, por todos ellos, no se lo podían permitir porque debían sobrevivir para llegar al día en que, finalmente, les pudiera salvar cumpliendo el monstruoso trato que Arlong le hizo aceptar.

Comprar el pueblo con todos sus habitantes por 100 millones de berries.

Desde que Arlong instauró su base en el pueblo de Cocoyashi, los barcos, y extranjeros, fueron disminuyendo su paso por la isla al ser abordados por la banda de los gyojing. Aunque eso no quitaba que, de vez en cuando, llegase algún que otro incauto que no tenía ni idea del terrible Infierno que era realmente este lugar.

Nojiko volvía del pueblo tras hacer la compra y, al principio, lo había tomado por uno de sus vecinos. Luego, al acercarse más, y ver que no se había movido durante todo ese tiempo, supuso que alguien había dejado un espantapájaros en medio del camino. Fue cuando se encontraba a unos buenos metros cuando descubrió de lo que se trataba o, más bien, de quién se trataba.

¡Beranmee! No le podía pasar a otra persona, ¿verdad?

Se trataba de un extraño que, obviamente por haberse quedado allí de pie tan tranquilo, no sabía lo que ocurría en este lugar. Aunque, en poco tiempo, lo iba a descubrir por las malas.

No es asunto tuyo lo que le pase o deje de pasar a un bakayarou que va por este Mundo sin ni un ápice de sentido común… ¡¡Kuso!!

Lo único que le había salvado la vida al extraño era que se había detenido después del cruce por lo que se encontraba oculto tras las arboledas que había en el campo. De esa manera tan afortunada quedó fuera de la vista de los dos gyojing que se acercaban por el camino de la izquierda aunque, a pesar de todo, la suerte se le acabará cuando lleguen al cruce.

Ignorando sus propias protestas, Nojiko corrió hacia donde estaba, por lo visto mirando para las musarañas, aquel tipo. No podía llamarle porque alertaría a los gyojing así que todo se resumía en si sería capaz de ponerlo a salvo antes de que la Muerte, en la forma de los gyojing, lo alcanzase.

Por supuesto que el ponerse a correr no hacía si no llamar la atención de aquellos dos pero eso era un riesgo a tomar. Ella tenía excusas siendo del pueblo pero él, un extraño, era, sólo, carne de cañón.

-… oye, baka, muévete de…- Nojiko había sido testigo de tantas cosas que pensó estar curada de espanto. Se equivocaba-… pero ¡¿qué diablos?!

Para asombro de la onna, el muchacho, pues era un hombre y bastante joven, se encontraba durmiendo, de pie, en medio del camino.

¡¿Debes estar bromeando?!

Ante la apresurada situación, y llevada por la furia, e indignación, del momento, Nojiko lanzó al muchacho contra los árboles, llegando a golpearle el rostro contra uno de los troncos y, esta vez por un motivo plausible, dejarlo inconsciente. El cuerpo quedó oculto bajo el alto follaje porque ya sería lo último que lo hubiera dejado a la vista.

Afortunadamente para Nojiko, no podía decirse que la inteligencia media de la tripulación de Arlong fuese muy elevada y pudo engañarles a esos dos con una excusa sin lógica ni sentido pero, por lo visto, efectiva, pues se encontraba de vuelta en su casa con aquel insensato que, increíblemente, seguía durmiendo como si nada hubiera pasado. Como si su vida no hubiera estado pendiendo de unos pocos pasos de más.

-¡¿Y piensas quedarte ahí durmiendo todo el rato?!

Su intención había sido la de tratar de despertarle propinándole un buen pisotón, o los que fueran necesarios, pero, justo cuando tenía la pierna levantada para propinar el primer golpe, el muchacho se irguió, quedando sentado en el suelo, de tal manera en que golpeó la pierna de Nojiko y le hizo perder el equilibrio cayéndose al suelo… o, más bien, en este caso, sobre el propio muchacho que, sin pretenderlo o buscarlo, se encontró con una onna sobre él, volviéndolo a tumbar en el suelo.

Como siempre, había un lado bueno al que agarrarse, en este caso, debido a la sorpresa ante la imagen de alguien cayendo sobre él, el muchacho trató de impedirlo acabando con las manos llenas.

En el interior de la casa se había hecho un silencio absoluto.

Nojiko trataba de calmarse, algo que, viendo para el rostro despreocupado de aquel muchacho, era bastante sencillo. Aunque, al mismo tiempo, también era culpa del muchacho el que no lo fuera al estar agarrándole ambos pechos con las manos.

Claro que, al tratar de calmarse, no hacía si no respirar profundamente y, de esta manera, realizar un movimiento de sus pechos contra aquellas manos que los tenían firmemente sujetos. Había cerrado los ojos para mejorar sus posibilidades de aplacar la furia a causa de esta situación.

-¿Piensas seguir agarrándome los pechos todo el día?- le preguntó Nojiko con todo el sarcasmo que podía destilar. Pero no hubo ninguna respuesta por parte del muchacho. Por ello abrió los ojos y se encontró con algo asombroso-. ¡¿Te has quedado dormido?!

Eso fue el detonante para olvidarse de la calma y tranquilidad. Un buen golpe en la cabeza del muchacho y logró liberar sus pechos de aquel contacto. Lo que no pensó claramente era lo que sucedería al pasar esto. Y fue que terminó de caerse sobre el muchacho… sus pechos contra aquel torso expuesto a la vista… su rostro contra el de él… sus labios contra…

¡¡OUCH!!

El golpe de sus cabezas sirvió para que Nojiko se quitara de encima del muchacho y tratara de ponerse en pie mientras maldecía a todos y a todo por el golpe sufrido. Aunque lo que más la cabreó fue el que el muchacho, a pesar de todo esto, seguía durmiendo tan tranquilo.

Las ganas de molerlo a palos le pasaron varias veces por la cabeza pero se contuvo porque no le apetecía nada el tener que tratar luego con las difíciles manchas de sangre. También quedó abortado el echarle un cubo de agua a la cara porque no le apetecía secar luego el suelo aunque, la idea del agua se mantuvo pero cambiando de escenario.

-¡¡AAAHHH!!

El muchacho, aturdido y desorientado, acabó en el suelo tras levantar la cabeza de la tina de agua en la que se había despertado. Tosiendo un poco del agua que se había tragado observó los alrededores para tratar de asentarse. El aroma de las mikan predominaba en el ambiente y lo era a causa de la plantación que había en los terrenos colindantes a la casa que tenía delante y… en donde, en una de las ventanas, había una onna sonriéndole con aire muy divertido.

-Vaya, al fin te has despertado- le dijo con la cabeza apoyada sobre una mano mientras tamborileaba con los dedos de su otra mano-. Debo decirte que hacía tiempo que no venía por aquí un bakayarou como tú, para meterse en el territorio del gyojin kaizoku, Arlong.

-¿Tienes algo de comer?

Nojiko se quedó bastante cortada por aquella pregunta con la cual ignoró todo lo que le había dicho como si no fuera de ninguna importancia. Algo que, únicamente, podían hacer los ignorantes.

-Por supuesto que tengo de comer, eres tú quien es el baka sin ningún tipo de provisiones o cualquier otra posesión- se burló Nojiko pero, para desesperación de ella, el muchacho siguió mirando para ella todo tranquilo y despreocupado.

-¿Me das de comer?

Aquello ya era el colmo. No sólo la había metido en un problema por haberle ayudado, aunque hubiera sido por elección propia, si no que luego le había agarrado los pechos y, por muy poco, casi la llega a besar. Y ahora quería que le diera de comer.

-Tú tienes es mucha cara.

-Pues no, tengo la justa como todos- le replicó mientras se ponía en pie y se sacudía el polvo usando su sombrero-. Pero si que tengo hambre. Creo que llevo sin comer unos cinco días.

La cara de Nojiko se puso bastante grave ante aquella revelación. Cinco días sin comer. ¿Podía ser cierto? Porque, para alguien que lleva tanto tiempo sin comer, se conservaba muy bien. Algo que los ojos de Nojiko no se cansaban de repasar observando cada detalle del cuerpo del muchacho.

-Primero respóndeme a una pregunta, ¿qué hacías durmiendo, de pie, en medio del camino?

El muchacho ladeó la cabeza como si no supiera de lo que le hablaba y tratase de hacer memoria.

-Oh, lo que pasa es que est…

Y, para asombro, y desesperación de Nojiko, el muchacho se volvió a quedar dormido a media palabra. Un taburete voló de la mano de la onna, que no sabía muy bien cómo había llegado hasta ahí, impactándole de lleno en la cabeza y arrojándolo, inconsciente, de vuelta a la tina de agua.

__________

La verdad es que no sabía porque se metía en estos problemas. Habría sido más sencillo darse la vuelta en el camino o seguir hacia delante sin pararse y que tratasen con él los dos gyojin. Por supuesto que sabía cual sería su destino de haber sucedido esto último. Vale, estaba claro que no podía dejar que un baka como este se metiera en la boca del tiburón sin percatarse de ello pero, a pesar de todo, eso no respondía por sus actuales acciones ya que…

¡¿Por qué has cocinado para este bakayarou?!

Podía haberle dado cualquier cosa que tenía por ahí pero, en vez de ello, se había puesto a cocinarle. Hasta le llegó a preparar uno de los pasteles de mikan como el que les preparaba… Belle-Mère. ¿Por qué tantas molestias?

Lo confieso, está muy bueno pero, ¿tan bueno para tomarte todas estas molestias? Y ya ves como te las paga, ahí sigue durmiendo sentado a la mesa… debiste dejarle ahogándose en la tina.

-…aba buscando un sitio donde abastecerme para unos días- continuó hablando el muchacho como si no hubiera habido ninguna interrupción-, tal vez una semana hasta llegar a Loguetown. ¡¡Oh, meshi!!

Nojiko no sabía que decir acerca del muchacho, respecto a su extraño comportamiento porque, de otros temas, tenía mucho material para decir.

-¿Y ahora te despiertas? Hala come, no te cortes a pesar de estar en la casa de otro y que te haya hecho la meshi sólo para ti. Por cierto, me llamo Nojiko y en mi casa se tienen modales o te largas por la ventana- entonces se percató del nombre que había dicho el muchacho-. ¿Loguetown?

-Itadakimasu- dijo el muchacho antes de ponerse a comer, mostrando, por lo menos, los más básicos modales a la mesa-. Claro, es el camino directo para poder entrar en Grand Line.

-¿Quieres entrar en Grand Line?- aquello si que no se lo esperaba para nada-. ¿Por qué quieres ir a ese lugar tan peligroso? Y, lo primero, ¿quién eres tú?

-Oh, es cierto, gomennasai- el muchacho se puso en pie y le ofreció una leve inclinación a Nojiko que miraba para él con los ojos abiertos sorprendida por tal gesto-, me llamo Portgas D. Ace y soy un kaizoku.

Con esto se volvió a sentar a comer ante una atónita Nojiko que no podía creerse lo que había escuchado.

-¡¿Eres un kaizoku?!- le gritó la onna poniéndose en pie de golpe.

Ace miró para ella sin dejar de comer.

-Así es.

Esto puede convertirse en un grave problema si Arlong se entera de que hay kaizoku en el pueblo. Es capaz de arrasar con todo pensando que tenemos algo que ver.

-Debes irte. Coge la meshi y lárgate- le dijo Nojiko moviéndose hacia Ace para sacarlo de allí aunque fuera a rastras-. Vuelve con tus nakama kaizoku y largaos de esta isla.

-No puedo- le respondió con total tranquilidad ignorando la preocupación de Nojiko mientras seguía comiendo.

-¿Cómo que no puedes?- esto ya era el colmo para la onna-. Y ¿puede saberse por qué?

Ace clavó su mirada en los ojos de Nojiko y le respondió todo serio.

-Porque no tengo ningún nakama. Sólo estoy yo… por ahora- Ace tomó otro bocado mientras pasaba su mirada del rostro de Nojiko hacia su cuerpo, a una parte en concreto de su cuerpo-. Bonito tatuaje.

Era cierto que la situación, de descubrirse, se pondría muy peligrosa pero, tras tanto tiempo, no había tenido verdaderos motivos para reaccionar de esta manera y, por supuesto, que no se iba a reprimir por nada. Ni que tuviera vergüenza de si misma o algo parecido.

Ace seguía comiendo sin apartar la vista de Nojiko que se había puesto a reír abiertamente mientras se sentaba a la izquierda de él. No entendía muy bien por que se había puesto a reír de pronto pero, por alguna razón, estaba seguro de que era algo que le hacía falta. Además de que a él no le molestaba en absoluto. Es más, le resultaba agradable verla reírse… aunque eso no le impidió que se volviera a quedar dormido y, con esto, que las risas de Nojiko aumentaran tanto que la pobre pensaba que se lo podría hacer encima. Si no controlaba las namida de su rostro, también podía tener otro tipo de pérdidas, ¿verdad?

Cuando Ace se volvió a despertar siguió con el tema que le interesaba.

-Sabes, creo que me gustaría hacerme un tatuaje.

-Bueno, tienes un buen lienzo que cubrir- dijo Nojiko sonriéndole antes de mostrarse muy seria-, pero debes saber que un tatuaje no es cosa de broma. No es una cosa que hacer por aburrimiento, borrachera o porque esté de moda o te parezca algo cool.

Por supuesto que esto no hizo si no traer una pregunta más que obvia.

-Y ¿por qué te hiciste tu tatuaje?- Ace no pudo evitar el pasarle la mano por el hombro y el brazo recorriéndolo con la yema de los dedos y, de paso, sin pretenderlo, enviarle algunas descargas por el cuerpo de Nojiko.

-Por mi hermanita, ella tiene uno y yo quise demostrarle que no nos diferenciamos por un poco más o menos de tinta.

-¿No acabas de decir que no hay que tomárselos a la ligera?- le preguntó bien confundido.

-Olvídalo, son cosas de hermanas- zanjó el tema Nojiko.

-Lo entiendo, pues no creo que sean muy diferentes a los que tengo con mi hermanito.

Nojiko, no queriendo profundizar con los temas familiares volvió al tatuaje.

-Y ¿qué te gustaría tatuarte?, ¿símbolos sin sentido, figuras de animales, personas, nombres?- Nojiko lo preguntó sin pretenderlo, simplemente le salió-. ¿El nombre de tu chica que dejaste llorando atrás para embarcar a la mar?

-Uhm, no- pero se trataba de una respuesta que no le dejaba saber a Nojiko si se refería a la última pues parecía ser un no general-. Creo que prefiero tatuarme mi nombre.

Nojiko no dejó ver sus nervios causados por su última pregunta.

-¡Quieres tatuarte "Portgas D. Ace"?- Nojiko buscó en el cuerpo de Ace el lugar para su nombre-. Te cubrirás mucho lienzo con sólo tu nombre. ¿Lo pondrás en la espalda o de brazo a brazo?

Ace negó con la cabeza mientras reforzaba sus palabras agitando el tenedor.

-No, sólo mi nombre: Ace- le aclaró antes de mostrarle en donde lo pondría-. Y lo tatuaría en el brazo izquierdo, bajo el hombro, letra por letra.

A Nojiko, la zona elegida le traía a la memoria el tatuaje de su hermana.

-… en esa zona…

-Si, justo en el opuesto al tuyo.

Nojiko se levantó y salió del cuarto dejando atrás a un sorprendido Ace que, de todas las posibilidades, no se esperaba esta salida por parte de la onna. Aunque ello no le quitó el apetito, si que le hizo comer más despacio como si se encontrara en espera. Por suerte, ya que no se había quedado dormido durante este momento, Nojiko volvió a la habitación igual de serena como siempre. Y con algo en las manos. Una caja.

-¿Más meshi?

La pregunta de Ace recibió como respuesta un cachete en la nuca.

-Da gracias por la que te he preparado y no fuerces tu suerte, kaizoku de un solo miembro- se burló Nojiko mientras abría la caja y colocaba su contenido a la vista.

Aunque, si pensaba que se iba a quedar con la última palabra, estaba muy equivocada. Había veces en que la réplica era puesta de tal manera que resultaba fútil el no decirla. Este era uno de esos casos.

-Por supuesto, kaizoku o no, sólo tengo un miembro- dijo con una sonrisa maliciosa en sus labios.

Nojiko se detuvo tratando de asimilar aquello, y poder controlarse, ya que no estaba muy segura de lo que le gustaría hacer a continuación. Si volver a pegarle o a saltarle encima y descubrir que tan bueno era con ese miembro.

-Ouch- se quejó Ace al recibir cachete en el brazo-, ¿sabes qué eres una onna bastante violenta?

-Pues vamos mal si te quejas por tan poco, kaizoku- Nojiko le mostró una extraña aguja y un bote de tinta negra-. Mira, como te me pongas a llorar no pienses que te voy a dar un caramelo para hacerte callar.

-Gochisosamadeshita- agradeció Ace por la meshi que se comió y apartando los platos para centrar su atención en Nojiko-. Pues es una pena porque esos labios se ven bastante deliciosos.

Nojiko se quedó atrapada en aquellos ojos que, por alguna razón, brillaban de tal manera que parecían poder atraerla como las mikan hacían con su hermana, sin olvidarse del dinero. Necesitaba una distracción si no quería caer en aquella tentación que se le ofrecía.

A veces, caer no es tan malo.

-Ya sabes que una vez empezado, dejar un tatuaje a medio hacer resulta, a parte de una chapuza, lo que si me obligas a hacer una te juro que te arrepentirás por el resto de tu vida, una llamada a las desgracias por no estar completo.

-Pienso lo mismo, uno no puede andar por ahí sin estar completo- si había dobles sentidos en sus palabras no lo daba a entender-. Por ello también se debe buscar a esa persona que te llega a completar- o podía ser totalmente claro y directo.

Nojiko tuvo que morderse la boca por dentro para evitar reaccionar a esas palabras ahora mismo cuando tenía la aguja en la mano preparada con la tinta.

-Cierra el pico y no molestes si no quieres tener un tatuaje mal hecho- Ace apretó los labios y los cerró con llave. Llave que se la ofreció a Nojiko que con algo de desconfianza la cogió para, con un guiño cómplice, guardársela entre sus pechos. Pudo ver por la cara de Ace que le hubiera gustado podido abrir la boca para mostrar el asombro por aquella acción-. No sé, no sé. Creo que eres de esos que guardan un as bajo la manga… aunque ahora no tengas.

Ace apoyó la cabeza en su mano derecha, apoyando el codo sobre la mesa, y posó la mirada en Nojiko. Todo sin perder la sonrisa con lo que, indudablemente, ponía, aún más, nerviosa a Nojiko.

Tratando de centrarse en el trabajo, Nojiko puso toda su atención, y concentración, en el brazo de Ace mientras empezaba a aplicarle la tintura. El proceso era largo y monótono con lo que debía guardar una concentración muy alta para no caer en la desidia y cometer algún que otro error.

Por supuesto que esto no se aplicaba a Ace que no tardó mucho en quedar dormido allí mismo mientras le estaban pinchando con una aguja, no la manera más relajada para quedarse dormido pero, si algo no era Ace, era alguien que siguiera las normas establecidas.

De vez en cuando, Nojiko lanzaba algunas miradas furtivas al sereno, y dormido, rostro de Ace para comprobar como, cada vez que lo hacía, seguía sintiendo aquel novedoso pálpito en su pecho. En su corazón. Tenía ciertas sospechas de a qué se debía ese pálpito pero no podía creérselo.

Es imposible, pero si acabas de conocerle y se ha pasado la mayor parte del tiempo comiendo o durmiendo… no lo estás, simplemente es que hacía mucho tiempo que no veías a un joven de tu edad, o eso parece, cerca de ti. Claro que también es guapo y eso no hace si no atraer más… tu atención, ¿verdad? es la atención y no el deseo o… es imposible que lo estés, así que deja de darle vueltas a esa cuestión y acaba con el tatuaje y lárgalo de tu casa y del pueblo y de la isla antes de que alguno de los gyojin llegue a verle y se meta en un lío del que no podrá salir.

Lo único bueno que sacó con sus monólogos mentales fue el terminar, antes de lo que pensaba, el tatuaje. Así que la primera parte de su plan para librarse de Ace ya había concluido; ahora debía despertarle y patearlo fuera.

Y ¿a qué estás esperando para hacerlo? Sólo debes despertarle y decirle que se marche de una vez, que tú no estás aquí para cocinarle, lavarle y cuidarle… vamos ni que fueras su… ¡¡Qué te olvides de eso!! Pero, sobre todo, ¡¡DEJA DE MIRAR PARA SUS LABIOS!!

Al reaccionar a aquel grito mental, Nojiko se encontró con que, de manera inconsciente, muy pero que muy inconsciente, había acercado su rostro al de Ace y se encontraba a punto de que sus labios entrasen en contacto. Si no se hubiera gritado a si misma, a estas alturas, ya habría besado a Ace. Pero ahora, despierta, ¿qué era lo que debía hacer?

¿Besarle o no besarle?

-Hola a ti también- le dijo de improviso Ace antes de abrir los ojos y sonreírle como si supiera de las dudas que rondaban la cabeza de Nojiko que se separó de él como si quemara.

Tal vez por ello sentía arderle las mejillas.

Será mejor que te controles porque, de enterarse Nami, no escucharías el final hasta el día de tu muerte y seguro que lo pondría en tu lápida para que te acompañe al más allá y las burlas sean eternas.

-Así que sigues con vida. Una suerte porque no me apetecía el tener que cavar una tumba para ti por lo que te habría arrojado al mar- habló Nojiko sin mirar para Ace-. Supongo que eso te habría gustado como kaizoku que eres, ¿no? El ser enterrado en el mar es lo que os va a vosotros.

-Me da igual porque ya estaría muerto- dijo encogiéndose de hombros-. ¿Ya acabaste?

Nojiko no sabía decidirse si aquella pregunta podía referirla al tatuaje o al asunto del seppun que no se había dado. Por supuesto que con Ace despierto era mejor centrarse en el asunto del tatuaje y olvidarse de sus labios y los seppun.

-Por supuesto que si, ni que se tratase de una obra de arte. Sólo son dos letras.

La sonrisa de Ace se quedó helada al escuchar aquello último y un mal presentimiento afloró en el pelinegro.

-¿Dos letras?- eso si que era difícil de entender-. ¿Cómo que dos letras, pero si Ace son tres letras?

Nojiko puso los ojos en blanco mientras terminaba de pelar una mikan.

-Mira, si no sabes ni lo más básico de las matemáticas y las letras pues no es culpa mía- le dijo tomando un gajo en los labios antes de que desapareciera en su boca-. Pero desde siempre As tiene dos letras: una A y una S.

As, ¿verdad? ella había dicho As y no se trataba de un error auditivo por parte de Ace. Claro que, en una situación semejante, no había que dejarse llevar por el pánico. Siempre existía una salida para todo y nada estaba perdido hasta el final de los días.

-Mi nombre es Portgas D. Ace. A-C-E- le deletreó lentamente para que se diera por enterada-. No As.

-Haberte explicado mejor.

Ace giró el brazo para ver si todo era una broma sin gracia de Nojiko pero sobre su piel, en su brazo, en su cuerpo, se encontró tatuadas una A y una S que no dejaba lugar a ningún equívoco de que, irónicamente, se había equivocado.

-¡¡Te has equivocado!!- Ace miraba desesperado aquellas dos letras-. Y ahora ¿qué voy a hacer con esto? Me tendría que cambiar el nombre para darle algún sentido a este tatuaje.

-O decir que es tu apodo, el As de Espadas- pero la cara de Ace no dejaba lugar para las bromas-. Vale, vale, caray ni que te hubiera tatuado el nombre de tu ex-novia o algo parecido. Trae para acá el brazo que te lo arreglo ahora mismo.

-La verdad es que tus antecedentes no me son muy de fiar- le dijo Ace-, y eso que con lo bien que te salió el tuyo pensé que podrías con tres letras. Y el nombre de mi ex lo llevo en el brazo derecho.

Nojiko se pasó la yema de los dedos sobre su tatuaje delineando la clavícula.

-Este no me lo hizo yo misma, aunque ahora podría hacerlo sin problemas- en eso se dio cuenta de que en el brazo derecho no llevaba tatuado ningún nombre-. ¿De qué nombre hablas si no tienes ninguno?

-Por eso mismo.

Y esta fue la manera en que supo que Ace no había tenido otra chica antes de… bueno, de conocerla porque ella tampoco es que fuera nada suyo. Simplemente le estaba tratando de hacer un tatuaje que, por culpa de sus malas indicaciones le saldría con cierta dificultad.

-Lo mejor que puedes hacer es volver a dormirte y no molestar- le dijo apoderándose del brazo.

-¿Y qué me voy a encontrar al despertarme?- le inquirió Ace-. ¿Tu nombre tatuado o a ti volviendo a intentar besarme?

Nojiko quedó paralizada ante aquellas preguntas dichas con intención pero, siendo la hija de Belle-Mère, y hermana de Nami, no se iba a dejar intimidar tan fácilmente. Por ello le agarró la cabeza y se la golpeó con brutal fuerza contra la mesa dejándolo totalmente inconsciente.

-Me alegra que sigas mi consejo y no te preocupes… que no tengo ninguna intención de besarte- aunque, por la manera en que se mordía el labio inferior, parecía todo lo contrario.

Centrándose únicamente en realizar el tatuaje, correctamente en esta ocasión, le tachó la S con una equis para tatuar, justo debajo, la C y, a continuación, la E con lo que daría por terminado tan simple tatuaje complicado por un pequeño error de comprensión. Pero que, por suerte, fue fácilmente subsanado.

Ahora sólo tenía que esperar a que Ace se despertase o, en su caso, el despertarle por su cuenta de la misma manera en que lo había puesto a dormir. Por supuesto que no quería decir que lo fuera a despertar a base de golpes si no que había sido ella quien lo puso a dormir.

Pasándole los dedos por el pelo pudo comprobar que se sentía tan suave como podía verse, aunque lo tuviera corto y alborotado. Seguramente por un buen motivo.

Porque seguro que él es así.

Nojiko no podía evitar el quedarse absorta observando el rostro de Ace, por mucho que lo tratase de impedir parecía verse arrastrada, atraída, por él.

-¿Sabes?, me duele la cabeza- habló Ace antes de abrir los ojos-. Podrías haberme dado un seppun en el golpe para que se me pasase.

Al abrir los ojos, Ace había esperado encontrarse a Nojiko ruborizado otra vez pero, en esta ocasión, sintió las manos de la onna cogiéndole la cara y atrayéndola hacia ella. Sus labios se posaron sobre la frente, dolorida, de Ace y dejaron un dulce seppun en ella.

-Y ahora ya puedes largarte de esta isla antes de que te encuentren y te maten.

-¿Por qué me tendrían que matar?- los ojos de Ace se abrieron por la sorpresa-. ¡¿No me digas qué tienes novio y le estás engañando conmigo?!

Nojiko se volvió a guardar todos los utensilios en la caja. Aún le quedaba una aguja nueva pero dudaba que pudiera darle algún uso pues no siempre te encuentras con chicos guapos a los que puedes tatuar.

-¿Por quién me tomas? Yo no tengo novio y jamás lo engañaría algo que, por tus palabras, seguro que harías con tu futura novia- Nojiko le dio un capirotazo en la frente, justo en donde le había golpeado contra la mesa-. Esta isla está bajo el control y tiranía de los gyojin, de Arlong y no le gusta que aparezcan extraños por sus dominios. Y menos si resulta ser un kaizoku como él.

-¿Alguien como tú sin novio?- se preguntó Ace mientras se frotaba la frente y miraba para su tatuaje-. Con tantos talentos que tienes, sabes cocinar, deletrear, tatuar y no te guardas lo que piensas, golpeas sin dudar… y tienes unos labios muy suaves- Ace se fijó como el paso de Nojiko titubeó ante sus últimas palabras-. Me gusta el tatuaje porque es totalmente único.

Nojiko, tras guardar la caja, regresó a la habitación.

-Pues ya que has comido gratis, tatuado gratis puedes largart…

Tuvo que callarse porque se encontró, inesperadamente, a Ace ante la puerta mientras llevaba su amplia sonrisa en su rostro.

-La verdad es que tampoco se puede pasar por alto el que seas hermosa y, por cierto, yo tampoco soy de esos que engañaría a su novia. No soy un Marine con una onna en cada puerto, Nojiko- a la onna se le atragantó la respiración al escucharle decir su nombre y como su mano se posó sobre su mejilla izquierda-, soy un kaizoku con ansias de aventura en el corazón. En donde sólo existe lugar para una sola novia.

Con lentos movimientos, algo torpes, Nojiko le colocó unas gasas sobre el tatuaje lo que, a efectos prácticos, le cubría todo el brazo hasta el codo.

-… no te lo quites hasta dentro de un par de días, y no te lo rasques- le advirtió-. Y ahora debes irte a tus aventuras, kaizoku.

Los ojos de Ace mostraban una intensidad en ellos que impedía poder apartar la vista de ellos. Por suerte para Nojiko, ella no quería apartar la vista.

-Tienes razón pero, antes, me gustaría saber dos cosas- Ace acercó su rostro al de Nojiko y esta no se lo impidió-. Primero, si tus labios son tan dulces y suaves.

Cuando sintió aquellos labios sobre los suyos, una intensa corriente recorrió su cuerpo despertándolo por primera vez. Podía tratar de negarlo e ir en contra de lo que resultaba ser la Verdad pero, a fin de cuentas, debía admitirlo por muy difícil que pudiera llegar a ser. Se había enamorado de alguien a primera vista y, a pesar de la absurdidad que ello representaba, no se arrepentía de qué así fuera.

Nojiko le besaba con tanta pasión como si supiera que sería la primera y única vez que podría estar junto a él. Junto a la persona que su corazón le había gritado que amaba. ¿Cómo era posible algo así?

En el amor no existen las reglas y todo es.

-… Ace… yo…

Podía sentir las manos de Ace acariciando su piel por debajo de la camiseta y le empezaba a irritar aquel pedazo de tela impertinente que se atrevía a meterse en medio de ellos dos.

-¿Ace? Vaya, menuda sorpresa- Ace le subió la camiseta que la propia Nojiko le quitó de las manos y arrojó lejos de ellos por si se le ocurría molestarles más tarde-. Yo creía que me llamabas As.

Sus cuerpos, sus torsos, entraron en contacto cuando Nojiko se subió a la cintura de Ace y se agarró con las piernas. Los labios del pelinegro descendieron por su cuello.

-Eso me lo vas a tener que demostrar primero, kaizoku.

-Mi placer, Nojiko.

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Nojiko se encontraba acurrucada sobre la cama mientras por su rostro corrían namida que no paraban de manar de sus enrojecidos ojos. no debía haber ido al pueblo para ver la emisión del Sekai Seifu. Sabía que solamente le iba a ofrecer un intenso dolor pero no pudo evitarlo, tenía que verle otra vez, aunque fuera la última. Y ahora no podía ser. Debía mantener la esperanza de que Luffy pudiera obrar un nuevo milagro y salvar a Ace pero, la magnitud de lo que sucedía, superaba a Nojiko.

Pensar que su último recuerdo de Ace había sido el largarlo por la ventana, desnudo, al escuchar como Nami se acercaba a la casa de regreso de uno de sus viajes en pos de berries. Sabía que no tenía nada de lo que avergonzarse pero, había muchas posibilidades de que Nami matase a Ace antes de que pudiera explicar la situación. Enamorarse de un kaizoku que nunca más volvería a ver, mucho menos a estar junto a él. De seguro que Nami también le habría dado bastante a ella también.

Y al final vas tú y te enamoras de su hermano pequeño, Nami. Si es que estamos hechas unas auténticas oroka… sólo espero que tengas el valor de decírselo antes de que sea demasiado tarde… como lo ha sido para mí.

Ahora su último recuerdo de Ace sería encadenado, en el patíbulo, sufriendo por sus tomodachi, nakama y familia que intentaban liberarlo y salvarle la vida.

-… sumimasen, Luffy… sálvale, sumimasen… tienes que salvarle…

Nojiko se durmió entre llantos con una fuerte angustia en su corazón. Más tarde, cuando se despertó, lo hizo con una ligereza en su corazón y, sin necesidad de ir a preguntarle a nadie, supo cual había sido el Destino de Ace.

Portgas D. Ace, de su vida y su amor.

Sólo se necesita tiempo para llegar a amar a una persona, demos gracias porque en segundos tu corazón pueda inflamarse de amor

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ENDorFIN

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Aquí se termina este fic. Esperando que haya sido de vuestro agrado y visto sin muchas pretensiones porque, únicamente, se ha tratado de darle un toque de atención a Oda-sama-sensei para que recapacite con lo de no emparejar, abiertamente, a sus personajes. Hey, ¿no dice que está muy influenciado por Toriyama y Dragon Ball? Pues esperemos que también sucumba a la realidad que le está dando a sus personajes y que muchos podemos ver con total claridad.

REVIEWS.

REVIEWS.

Las últimas y agradecer a todos los que habéis mandado algún REVIEW en cualquier momento del fic:

Kaizoku ou 16.

Nemo Robin.

Gabe Logan.

Erk92.

Kaze no akuma.

Marrelt1.

Kric.

The Future Queen Pirate.

Adri-chan88.

Double.

A todos los lectores, muchas gracias por leer.

Nos leemos.^^