HI yo!!!!!
Bueno se que abra algunas personas que comenzaran a quejarse y me mentaran la madre pero la verdad tenia muchísimas ganas de escribir un fic sobre la hermosa serie de Reborn.
Debo decir que es mi primer fanfic de este anime ya que los anteriores que tengo son de Yu GI oh GX así que tengan un poco de paciencia conmigo ¿neh?
"Diálogos"
"Pensamientos"
Énfasis
Sumary: Percibiendo el sabor metálico a sangre en mi boca lo único que se me ocurrió hacer fue resignarme y cerrar fuertemente mis ojos. Al menos de esa manera no vería el rostro de la persona que amaba deformarse por la ira o esbozar una sonrisa cínica que delataba el hecho de que disfrutaba cada segundo de mi tortura mental y física.
"¿El amor debe lastimar tanto?"
"¿Tienes algo que hacer después de clases? "
Gokudera se estremeció un poco sobre su asiento al sentir un calido aliento chocar contra su oído. La voz, suave y dulce que escucho a sus espaldas era nada más y nada menos que de su amadísimo Juudaime.
"¿Huh?" fue lo único que pudo articular el chico ya que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por evitar sonrojarse ante la cercanía del menor contra su nuca.
"¿Qué si tienes algo que hacer después de clase?" volví a decir mientras que no podía evitar reír un poco, creía que había hablado lo suficientemente claro y fuerte como para que me escuchase.
"No ¿Por qué la pregunta Juudaime?" contesto mientras giraba un poco su cabeza para verme de reojo.
"Lo que pasa es que quería saber que si no querías ir conmigo al distrito comercial" volví a susurrar a sus espaldas.
"¡Eso me encantaría!!!!" grito mientras se levantaba de su asiento.
En ese preciso instante todo mundo había volteado a ver a donde nosotros y no podía evitar sonrojarme por la vergüenza.
"Gokudera ¿si tienes tantos ánimos por que no contestas la ecuación que esta en la pizarra?" al parecer el sensei se encontraba demasiado molesto por que habían interrumpido su clase. Prácticamente podía ver el humo salir por sus orejas y tenia una mirada sumamente intimidante.
"¡Contéstela usted, para eso le pagan anciano!!" eso y una mirada fue lo único que necesito el sensei para cambiar su expresión por una de pánico.
"¿Gokudera-kun podrías controlarte un poco por favor?" mi amigo volteo a verme y en segundos su ira se desvaneció para dar paso a una enorme sonrisa.
"Como usted ordene Juudaime"
Y después de eso volvió a tomar asiento mientras que la clase volvía a lo que estaba haciendo segundos antes.
Estaba emocionado, francamente el día había estado particularmente aburrido y ansiaba el final de las clases. Estaba cambando mis zapatos de escuela por mi tenis mientras que esperaba a mi amigo.
"El día se ve nublado" dije mas para mi que para alguien mas.
"En si se pronostico lluvia fuerte para el día de hoy" escuche a pocos pasos de mi mientras veía al platinado acercarse.
"Creí que tardarías mas, después de todo el director mando llamarte para discutir tu comportamiento el día de hoy"
"Nah, el director es la persona mas amable que hay en esta escuela, a final de cuentas el que termino reprendido fue el sensei por su típica paranoia en cuanto a decir que todos los alumnos que asistimos a Nami High somos unas manzanas podridas sin futuro"
"Si tienes razón ¿Te parece si nos vamos de una vez?" pregunte mientras veía a los ojos al mayor.
"Sus deseos son ordenes Juudaime" dijo con una enorme sonrisa.
Así ambos comenzamos a caminar rumbo a nuestro destino mientras no parábamos de reír.
"Ahora que lo pienso ¿Dónde esta el fenómeno del Baseball?" la expresión del platinado era muy graciosa puesto que había empezado a voltear a todos lados como si con solo decirlo Yamamoto fuese a salir de la nada.
"Tenia practica con los del club, recuerda que la temporada esta cerca y este año tenemos grandes expectativas en que Nami High obtenga la victoria" no soy de los que se interesen mucho por los deportes, pero para ser honesto me daba gusto que uno de mis mejores amigos se encontrara tan emocionado por la temporada de juego "El día de hoy solo seremos tu y yo"
"Solos… usted… yo" un pequeño sonrojo cruzo las mejillas del chico.
"Si, pero si te molesta puedo hacer las cosas yo solo" comencé a jugar con mis dedos nerviosamente, nunca pensé en si Gokudera-kun podría sentirse extraño al salir solos el y yo.
"No para nada, de hecho es mejor así puedo tenerte para mi solo"
"¿Perdón?" ahora el del sonrojo era yo.
"Etto… ¿Y que es lo que venimos a buscar al distrito comercial?" inmediatamente pregunto el bombardero.
"Ah si, necesito comprar un obsequio para una persona especial, su cumpleaños es mañana y francamente no se que puedo darle"
"¿Con que alguien especial neh?" dijo con un poco de curiosidad.
"Si, se trata de una persona muy importante para mi, tal vez de trate de una persona un poco brusca y fría pero es alguien a quien valoro mucho y quisiera demostrárselo con un obsequio que sea de su agrado"
"¿Y puedo saber de quien se trata?" pregunto mientras que un extraño brillo en sus ojos aparecía.
"No, es un secreto" le dije mientras posaba un dedo sobre mis labios y reía un poco.
"Ya veo, bueno en ese entonces busquemos algo acorde a esa persona importante" me dijo mientras que me arrastraba de la mano en dirección a la tienda departamental mas grande de la zona.
"Wow, no recuerdo que este lugar fuese tan grande" dije con admiración mientras mis ojos iban de aquí para haya curioseando el enorme complejo de tiendas que se congregaban en aquel sitio.
"Eso es por que recientemente fue remodelado, además si no podemos encontrar un buen obsequio para el en este lugar no lo haremos en ningún otro"
Y así fue como nuestra búsqueda comenzó. Con aquella cantidad de tiendas estábamos seguros de encontrar algo idóneo a los gustos de esa personita especial, pero ¿Qué es exactamente lo que le gustara?
Revisamos varios lugares donde se vendía desde ropa de moda hasta artículos deportivos, pero por alguna extraña razón no me parecía que nada de eso fuese un buen regalo, tal vez estoy exagerando un poco pero realmente quería que este presente fuese algo increíble y que realmente le gustase.
"¿Y que tal algo de esta tienda?" pregunto Gokudera mientras que señalaba un local muy lujoso en el cual se podía leer Thomas Sabo sobre la puerta de entrada.
"No conocía esta tienda" conteste mientras que veía las hermosas piezas de joyería que se encontraban desplegadas en el escaparate.
"Yo creo que algo de aquí estará bien" dijo con una sonrisa el platinado "Además de que venden artículos de colección"
"No lo se, no creo que sea de la clase de personas que les gusta usar joyería, además de que todo luce muy ostentoso" dije mientras que temía por saber el precio de aquello que yacía frente a mis ojos.
"Pues que yo sepa un anillo es una manera perfecta de decir me importas o eres especial para mi" dijo el chico y sin mas me arrastro dentro de la tienda.
"Muy buen día ¿Puedo ayudarlos en algo?" amablemente pregunto una señorita que se encontraba tras el mostrador.
"Etto… busco algo que sea adecuado para un regalo de cumpleaños, tal vez un anillo" le dije titubeando un poco.
"Ah en ese caso se que puede ser perfecto para usted" dijo mientras daba la vuelta al mostrador y sacaba de un estante un pequeño exhibidor que tenia varios anillos sobre el "¿Qué le parece este? Esta hecho en platino y tiene un diamante rosado en forma de corazón, es lo ideal para su novia" dijo alegremente la chica.
"Etto… es… es que el regalo es para un chico" podía sentir como la sangre comenzaba a subir por mis mejillas debido a la pena.
"En ese caso que le parece este otro" dijo mientras tomaba otra pieza "Este también esta hecho de platino y en el centro tiene una calavera de zafiro"
"! Calavera ¿Dónde? ¡" Grito Gokudera mientras que le arrebataba el anillo a la señorita "Ah pero que lindo ¡lo compro!!"
Al ver como mi amigo restregaba aquella pieza contra su rostro no pude hacer nada más que desear que me tragara la tierra, me asombraba lo infantil que podía llegar a ser su comportamiento cuando se trataba de algo que le gustase.
"Realmente su novio es todo un personaje" me susurro al oído la dependienta mientras que mi sonrojo se había oscurecido al menos unos tres tonos mas por la vergüenza.
"El no es mi novio" le dije por lo bajo mientras que intentaba no tartamudear.
"Gracias a dios, no me imagino a alguien tan lindo como tu con un chico así" dijo y posteriormente fue detrás de la caja para cobrar el anillo que mi amigo pensaba comprar.
Después de salir de la tienda, al fin con lo que había venido a buscar en un principio, no podía negar lo divertido que era salir con Gokudera. Se que el no es la persona mas normal del mundo y que de 9 palabras que utiliza en una frase 7 son maldiciones pero el día de hoy tuve la oportunidad de aprender un poco mas sobre el, que clase de cosas le gustan, cuales le desagradan, inclusive me di cuenta que tiene un lado… ¿tierno? Bueno de eso último no estoy tan seguro, pero realmente nunca creí que resultara ser la clase de persona con la cual puedes salir por ahí y pasarla bien sin que nada se rompa, se queme o explote en mil pedazos.
"Neh Gokudera-kun" llame al mayor quien aun estaba emocionado con su nuevo anillo de calavera.
"¿Dígame Juudaime?" volteo inmediatamente a verme a los ojos con una enorme sonrisa en su rostro.
"Solo quería decir que agradezco mucho que me acompañaras el día de hoy, realmente lo he pasado muy bien contigo" sentí un pequeño golpecito en mi estomago, por una extraña razón creo que eran nervios.
"¡Yo también lo he pasado muy bien con usted el día de hoy Juudaime!!" grito y de manera efusiva tomo mis manos entre las suyas, inclinándose un poco para tener un mayor contacto visual.
No pude evitar sonrojarme ante su acción, además del hecho de cómo sujetaba mis manos. Siempre tuve la idea de que las manos del platinado serian ásperas, frías y toscas pero su toque era tan calido, suave y reconfortante.
Pese a la creciente pena que sentía por estar en dicha situación no deseaba romper ese momento que me parecía tan mágico. Mis ojos pasaron de esas bellas orbes esmeralda a aquellos labios pálidos que se encontraban tentadoramente abiertos, tan cerca de mí.
"Juudaime ¿Se siente bien? Su rostro se ha puesto rojo" pregunto con evidente preocupación en su voz mientras que yo seguía perdido en el bello paraíso que eran sus labios.
"Gokudera-kun… yo… yo…" el contacto de algo impactándose contra mi rostro me hico frenar mis palabras, por reacción aleje una de mis manos que aun estaban presas entre las propias de mi amigo y toque un punto especifico en mi rostro "¿Agua?"
"Ah, olvidamos lo que dijo el tipo del clima acerca de las lluvias que se desatarían el día de hoy" dijo mientras se incorporaba mirando al cielo solo para recibir las múltiples gotas de agua que comenzaban a caer al azar por todos lados.
"Hay que darnos prisa antes de que nos empapemos" dije mientras que con mi cuerpo cubría la bolsa con mis compras.
"No se preocupe Juudaime, vine preparado para esa situación"
Y así el mayor saco una sombrilla de su mochila, la abrió y la coloco encima de mi.
"Etto ¿Gokudera-kun que hay de ti?" le dije mientras veía como el recibía la lluvia mientras que yo permanecía seco.
"No puedo dejar que el Juudaime se moje, podría pescar un resfriado" dijo solemnemente y sin chistar.
"Lo mismo digo yo, no puedo permitir que yo sea el único que permanezca seco, Gokudera-kun esta lloviendo horrible y no quiero que enfermes por culpa mía" es extraño, pero pude ver como se sonrojaba con solo verme.
"¿Por qué tiene esa expresión tan moe en su rostro?" eran los pensamientos que rondaban a cabeza de mi autoproclamado mano derecha.
"Pero no cabemos ambos bajo la sombrilla, terminaríamos empapados los dos"
Estaba seguro de que el no cedería ni un milímetro si se trataba de que algo me fuese a pasar, así que pensando rápido se me ocurrió una idea.
"Mira ¿Qué tal si lo hacemos así?" le dije mientras elevaba un poco el brazo con el cual Gokudera sostenía la sombrilla y lo jalaba dentro de la misma.
Pegue mi espalda contra su pecho mientras que jale su mano libre para que esta pasara sobre mi hombro, como si me estuviese abrazando.
"Yo llevare las bolsas, tu sostendrás la sombrilla y así ninguno de los dos pescara un resfriado por estar al intemperie con este clima" sonreí lo mas que pude ante mi idea, la verdad es que era mitad para evitar que el platinado siguiera descuidando su salud de esa manera y en otro lado por la repentina necesidad de tenerlo mas cerca de mi.
"Me… me parece bien… s. es lo que quiere el Juudaime" le escuche decir entre tartamudeos, de haber volteado a verlo estoy seguro de que me habría llevado una sorpresa aun mayor ya que su cara era del mismo color que la de una cereza madura.
"¿Sucede algo malo Gokudera-kun?" Pregunte con un pequeño tono de ingenuidad en mi voz.
"No pasa nada… es solo que… que" escuchaba la duda en su voz "¿Cómo aremos para caminar?" soltó de repente.
"Ah, mira empezaremos con el pie derecho y le seguirá el izquierdo y así sucesivamente, si llevamos el mismo paso no tropezaremos, creo" la verdad es que no estaba completamente seguro de si funcionaria ya que mi plan solo incluya evadir la lluvia, no caminar.
"¡Esta bien, entonces andando!!" fue el comentario entusiasta del mayor antes de comenzar a caminar en sincronía.
"¿Vez?, esta funcionando" le dije mientras que yo por dentro no podía creer que algo tan absurdo fuese a funcionar, además de que para ser honesto creí que a lo mucho recorreríamos una calle antes de que tropezáramos y terminara debajo del platinado.
"Eso es por que es un plan del Juudaime, es obvio que iba a funcionar" comento mientras que aferraba un poco mas su mano libre contra mi, el sentir esos largos y delgados dedos sobre mi pecho me hizo perder un poco la concentración.
Sin pensarlo moví mi pie izquierdo más lento y esto hizo que perdiera la sincronía que llevaba con Gokudera, así que cuando quise dar un paso con el derecho me enrede con los pies del mayor.
"¡Hiie!!!" fue lo único que pude articular mientras que creí que seguramente iría a dar de cara al suelo.
Cerré mis ojos mientras esperaba por el impacto, pero este nunca llego y en lugar de ello solo sentí como un brazo me sujetaba con firmeza de la cintura. Abrí mis ojos para notar que me encontraba a escasos centímetros del suelo húmedo y fue entonces cuando voltee a ver hacia arriba.
"¿Se encuentra bien Juudaime?" dijo preocupado Gokudera mientras sostenía la sombrilla con una mano, a mi con la otra evitando que nos mojáramos con la lluvia.
"Muchas gracias Gokudera-kun, me salvaste" honestamente me daba gusto el no haber ido a dar de cara contra el suelo.
Me incorpore poco a poco con la ayuda de mi amigo, pero no me había dado cuenta de una bolsa de plástico que estaba tirada a un lado de nosotros y la cual fui a pisar, propiciando que resbalara y estrellara mi cara contra el pecho del mayor.
"Lo siento mucho, soy tan torpe" le dije mientras despegaba mi rostro de su tórax para mirarlo a los ojos.
Ante tal demostración de torpeza no pude evitar sentirme mal, digo ¿Qué tan torpe puedo ser?
Apreté mis manos fuertemente mientra sentía su camisa entre mis palmas, las bolsas con las compras se habían deslizado hasta mis codos por el previo movimiento tan brusco. Me sentía tan patético que no pude evitar que las lágrimas se formaran en mis ojos y mi rostro se sonrojara por la vergüenza.
"Perdóname Gokudera-kun" le dije, casi como un ruego.
"Juudaime, no es para tanto" me dijo mientras que con su mano libre acariciaba una de mis mejillas.
Su cuerpo inclinándose poco a poco mientras que veía cada vez mas y mas cerca su rostro del Mio.
"No me importa si me disloco un brazo por evitar que caigas al suelo o que estrelles tu cuerpo contra mi pecho para amortiguar algún golpe ya que no deseo que te suceda algo malo" sus palabras eran tan calidas y reconfortantes que poco a poco sentí las lagrimas detenerse "Pero el saber que te haz lastimado mientras yo estuve ahí y no hice nada por evitarlo… eso si me dolería bastante Tsuna"
Una vez más fui capturado por el hechizo de esos enigmáticos ojos verdes, los cuales demostraban tanto y a la vez tan poco. Amor, angustia, preocupación, cariño, lealtad era lo que reflejaban aquellas pupilas, fue tanto el poder que ejercieron sobre mi que nunca note que Gokudera por primera vez no me llamo Juudaime. Me llamo Tsuna.
No me importa cuando fue que el espacio entre los dos se había reducido a solo centímetros, lo único que me importaba era que podía percibir el agradable aroma y la calidez del aliento de Gokudera sobre mis labios. Quería más. Deseaba más.
Con un poco de indecisión y duda me di a la tarea de cerrar la distancia entre nuestros labios, lo que no contaba era el coche que iba pasando a un lado de nosotros.
¡SPLASH!!!!
Y en cuestión de nada todo el encanto se vino abajo gracias a un desquiciado que al parecer tenia mucha prisa por llegar a algún lado pero no sin antes dejarnos un húmedo regalito en su carrera.
"¡Hiee, esta fría!!!!!" fue lo primero que salio de mis labios ya que mi cuerpo había resentido el cambio de temperatura debido a la reciente humedad.
"¡Ojala que te estrelles y te mates infeliz!!!!!!" grito el platinado alzando una mano en el aire.
Empapados de pies a cabeza no pude hacer nada mas que reír a lo cual el mayor me hizo segunda.
"Y nosotros tanto que nos esforzamos por no mojarnos jajaja" termine soltando entre risas.
"Bueno pudo ser pero, al menos no es agua de alcantarilla jajaja" dijo el platinado.
El escuchar la melodiosa risa de mi amigo era como música para mis oídos. Se que tal vez sea un comentario extraño pero nunca lo había escuchado reír de esa manera, de hecho casi nunca lo escuchaba reír.
"¡Achoo!!!" y ahí va el primer síntoma del resfriado.
"Juudaime, será mejor que nos demos prisa y se deshaga de esas ropas húmedas" una vez mas la preocupación se notaba en su voz.
"Tienes razón, será mejor que regresemos pronto a casa" le dije mientras que emprendía camino directo a mi hogar.
"Tardaremos mucho en llegar a la casa del Juudaime ¿Por qué mejor no vamos a la mía? Esta a una cuantas calles de aquí y mientras mar rápido nos sequemos mejor" dijo con una sonrisa.
"Me parece bie…" no pude terminar lo que iba a decir por que inmediatamente estaba siendo jalado calle abajo por mi acompañante.
Fueron solo un par de calles antes de detenernos en un edificio de departamentos. Subimos hasta llegar al quinto piso y les juro que sentía que me faltaba el aire por tantos escalones.
"Bienvenido a mi humilde hogar, se que no es lo suficientemente bueno para el Juudaime pero espero que se sienta cómodo" indico mientras abría la puerta y encendía las luces.
"¿Gokudera-kun por que vives en el quinto piso?" no pude evitar preguntarle.
"Ah eso es por que el alquiler es mas barato, además de que me sirve como ejercicio" sonrío ampliamente mientras se retiraba los zapatos y corría dentro del lugar "Espere un momento, le traeré una toalla Juudaime"
No espere mucho cuando ya había regresado.
"Si lo desea puede tomar un baño, ya he puesto a llenar la tina" señalando la puerta por la cual salio segundos antes, la cual intuí era el cuarto de baño.
"Eso seria agradable" la verdad es que necesitaba un baño caliente y con urgencia ya que sentía mucho frío por el viento soplando sobre mis ropas mojadas.
"En ese entonces sígame por favor" me dijo mientras que regresaba al cuarto de baño.
No pude evitar curiosear un poco los alrededores mientras secaba mi cabello con la toalla que me había proporcionado con anterioridad mi amigo. Era extraño pero siempre tuve en mente que el hogar de Gokudera seria bastante extraño y espeluznante debido a su fijación por las calaveras y esqueletos, pero era un lugar bastante acogedor.
El piso era en su totalidad de una madera en color caoba, las paredes estaban pintadas de un color chocolate y lo único que las adornaba era una la pintura de una hermosa mujer de cabello plateado, los muebles de la pequeña sala contrastaban a la perfección al ser en un tono hueso, sin mencionar que eran de piel. Había una alfombra peluda color crema en el centro y sobre ella una pequeña mesa cafetera en color chocolate.
"¿Juudaime?" escuche la voz del platinado a mis espaldas "¿Hay algo malo?"
"No, para nada es solo que me gusta mucho tu departamento, es bastante acogedor" le dije mientras fijaba la vista en un mueble un tanto extraño que permanecía en un rincón de la habitación "¿Tienes un piano?"
"Si, aunque es mas para decoración que alguna otra cosa" dijo mientras note un poco como su mirada se apagaba.
Camine hacia donde estaba aquel enorme instrumento musical y no pude evitar pasar mis dedos sobre la fina madera blanca de la cual estaba compuesto.
"Es una lastima, escuche de Bianchi-san que eras un pianista prodigio desde niño, francamente después de escuchar eso espere poder oírte tocar al menos una vez" le dije mientras seguía acariciando la madera.
"¡Ahh se esta tirando el agua de la bañera!" y así entro corriendo de nuevo dentro del baño conmigo detrás de el "Parece que ya esta, si lo desea puede comenzar a bañarse Juudaime, en un momento mas regresare y le dejare una muda de ropa y otra toalla"
"Gracias Gokudera-kun" y así salio del baño cerrando la puerta tras de si, dejándome solo.
Comencé a deshacerme de mis ropas mojadas la cuales obstinadamente se pegaban a mi cuerpo. Desate el nudo de la corbata y la deje caer en el suelo, siguiéndole el chaleco y la camisa blanca de Nami High. Retire el cinturón de mis pantalones y posteriormente los desabotone deslizándolos fuera de mis piernas quedando solo en boxers.
Introduje mi mano dentro de la tina para checar la temperatura del agua.
"Esta justo como a mi me gusta" sonreí un poco ya que salvo mama yo era el único que sabia a que temperatura me gustaba el agua cuando tomaba el baño.
Aun con mis boxers puestos tome un minuto para verme en el espejo que se situaba en una de las paredes del baño. Aquel reflejo me hizo sentir vergüenza de mi mismo.
"Esta vez son exagero un poco" dije mientras frotaba con suavidad mi abdomen ya que el solo contacto de mis dedos sobre la piel mando una punzada de dolor por todo mi cuerpo.
Ahí frente a mi se encontraba la imagen de un chico extremadamente desnutrido, con varias marcas y cicatrices en todo el cuerpo y unos moretes enormes.
Sentía las lagrimas aglomerarse en mis ojos mientras que aquellas imágenes venían a mi mente pero antes de que pudieran resbalar por mis mejillas sacudí efusivamente mi cabeza y decidí meterme de una vez por todas en la bañera.
No paso mucho antes de que escuchara llamando alguien a la puerta.
"¿Puedo pasar?" escuche la voz del platinado mientras asomaba un poco la cabeza para echar un vistazo dentro.
"¡No, estoy desnudo!!!!" grite mientras tomaba una de las toallas y rápidamente la metía dentro del agua en un intento desesperado por tapar mi desnudez.
"Vamos no pasa nada, después de todo ambos somos hombres" río el platinado mientras entraba con solo una toalla amarrada a su cintura.
De inmediato la sangre se acumulo en mi rostro ante la perfecta visión que representaba el cuerpo de mi amigo. Nunca creí que al tener una complexión tan delgada el cuerpo del platinado fuese así de hermoso. Su pecho era amplio y plano, su abdomen ligeramente marcado, sus brazos y piernas exquisitamente bien definidos, todo un adonis.
"Vamos Juudaime, le tallare la espalda como nunca nadie lo ha hecho" dijo sonriente a la par que se acercaba a mi.
"¡No puedo dejar que me vea así!!!" Gritaba por dentro al recordar los golpes en mi cuerpo. Así que pronto se me ocurrió patear la manija del agua caliente, logrando que esta saliera a toda presión inundando el baño con vapor.
"Lo siento mucho Gokudera-kun, fue un accidente" dije inocentemente para despistar al mayor y apresurándome a cerrar la manija puesto que me estaba comenzando a quemar, pero al menos mi plan había funcionado bien, extrañamente por segunda vez en el mismo día.
"Neh, no se preocupe Juudaime, esa manija no funciona bien y he olvidado llamar a alguien para que la reparen" sonrío el chico mientras que se acomodaba dentro de la bañera.
Y así pronto se posiciono recargando su espalda contra uno de los extremos. Ante la presencia de Gokudera cierta cantidad de agua se vertió fuera.
"¿Esto es relajante neh Juudaime?" dijo mientras un suspiro escapaba de sus labios.
"Etto… si, así es" tartamudee un poco, no me atrevía a darle la cara a mi acompañante debido a la pena.
"Neh bañarse solo y bañarse con alguien que permanece lo mas lejanamente posible de uno es lo mismo, así que no sea tímido y acérquese un poco Juudaime"
Fue lo que escuche atrás de mí antes de sentir un par de brazos cerrarse alrededor de mi cadera jalándome. Podía sentir algo suave y calido contra mi espalda, intuí que se trataba del pecho desnudo y húmedo de Gokudera.
Ante la reciente cercanía de nuestros cuerpos un extraño sentimiento comenzó a invadirme por dentro. Las manos del chico vagaron un poco por mi pecho antes de que se cerraran cuidadosamente alrededor de mí.
"¿No es mejor así Tsuna?" aquel calido aliento chocando contra mi oído mando escalofríos por todo mi cuerpo.
"Go… Gokudera-kun ¿Qué estas haciendo?" pregunte nerviosamente mientras agradecía al exceso de vapor en el ambiente ya que de esa manera mi expresión no podía ser notada fácilmente.
"¿Qué no es obvio?" escuche de nuevo aquella voz que de un momento a otro había pasado a ser una mas áspera y sensual "Mírame un minuto a los ojos y dime que es lo que vez"
Gire un poco sobre mi cuerpo para ver directamente al mas alto, realmente no creía que con mi creciente vergüenza pudiese sostenerle la mirada pero estaba decidido.
Me perdí mirando aquellas orbes verdes las cuales brillaban, no se si era por el vapor o por algo mas, pero no necesite de mucho para ver de que hablaba, estaba seguro de que esos ojos estaban llenos de amor. Puro y sincero amor.
"No se de que me estas hablando" fingí demencia ya que no estaba del todo convencido, claro que el chico se la había pasado profesando su amor por mi desde el primer día que nos conocimos pero siempre tuve la vaga creencia de que me veía con los ojos de un hermano mayor o de un guardaespaldas, mas no de un amante o algo similar.
"Si no he sido demasiado claro entonces creo que no tengo otra opción" dijo mientras que algunos mechones de húmedo cabello se posaban sobre sus ojos.
"¿Nan…" no pude terminar ya que sentí como aquellos labios se posaban sobre los míos.
Tal hazaña me tomo por sorpresa, nunca espere algo así. Estaba dispuesto a reprocharle pero en cuanto abrí un poco la boca Gokudera aprovecho para deslizar su lengua dentro, profundizando más el beso.
Sentía como su lengua recorría hasta el último rincón de aquella húmeda caverna, memorizando cada centímetro. Se sentía tan bien que no me importo el momento en que comencé a corresponder el beso.
Los brazos del platinado reafirmaron su agarre alrededor de mí, atrayéndome más y pegándome contra su cuerpo desnudo. Pose mis manos sobre su pecho a la par que sentía el acelerado palpitar de su corazón en mis palmas.
La necesidad de aire nos hizo separarnos. Ambos jadeantes, respirando de manera casi desesperada y con las mejillas sonrojadas no dejábamos de mirarnos a los ojos.
"Juudaime, lo lamento mucho… yo…. yo" pose mi dedo índice sobre los suaves labios del platinado pidiendo por un poco de silencio.
"Gokudera-kun por favor no me llames Juudaime, no después de lo que acabas de hacer" le dije mientras de mala gana mi dedo abandonaba sus labios "Al menos por este momento no me veas como tu jefe, no te portes como mi mano derecha, necesito a aquel que me ha llamado Tsuna y me ha besado de esa manera"
Pase mis brazos por detrás de su cuello mientras que me levantaba un poco asegurándome de sentarme su regazo mientras cerraba mis piernas alrededor de su cintura.
"Amor Gokudera-kun, es lo único que necesito en este momento" le dije casi en un ruego mientras que sentía las lagrimas formarse en los extremos de mis ojos.
"¿Tsuna?" me dijo mientras la preocupación inundaba su rostro.
"Eh escuchado demasiadas veces el apodo Tsuna-bueno para nada, nadie me toma seriamente, al parecer a la gente le resulta divertido molestarme, pero incluso alguien como yo necesita sentir algo de afecto de vez en cuando" había comenzado a sollozar y a pesar de la humedad en el hombro de Gokudera podía identificar fácilmente mis lágrimas.
"Tsuna… yo…"
"¿Realmente soy un pedazo de basura, esa es la razón por la cual nadie me ama?" dije mientras recargaba mi frente en uno de los hombros de mi amigo "Lamento mucho el hacerte pasar un rato tan incomodo y raro, será mejor que salga de la bañera, me cambie y me vaya a casa"
Sin mas me levante y me dispuse a caminar fuera del cuarto de baño con solo la toalla mojada alrededor de mi cintura pero algo tomando mi muñeca con fuerza me hizo detenerme. Mire hacia atrás para ver a Gokudera con la cabeza colgando hacia abajo, su mano era lo que me detuvo.
"No tienes nada de que disculparte" escuche su voz apagada, ya no era aquella que hace minutos se encontraba llena de sensualidad.
Levanto la mirada y con algo de ira me pregunto aquello que tanto me estaba temiendo.
"¿Quién te ha hecho esos moretones Tsuna?"
Sentí mi cuerpo palidecer en horror mientras que lo único que atine a hacer fue soltarme del agarre de Gokudera y echarme a correr fuera del cuarto de baño.
"¡Tsuna regresa!!!" escuche a mis espaldas pero no me importaba ya que solo quería alejarme lo mas pronto de ahí.
En mi carrera tome unos pantaloncillos y una hoodie que estaba en una cesta cerca de la puerta del baño. Deje caer la toalla mojada al suelo y como pude me puse los pantaloncillos mientras seguía corriendo en dirección a la puerta del departamento.
Tome mis tenis y mis cosas de la escuela junto con la bolsa de mis compras y salí a todo lo que mis piernas me permitieron fuera del departamento de Gokudera escuchando los llamados de este ultimo los cuales se perdían con la distancia cada vez mas lejana.
Seguí corriendo con todo mí ser, no tenia una idea exacta de a donde pretendía llegar pero me dedique a confiar en mi intuición y en a donde me estaba guiando el andar de mis pasos. Me faltaba el aire, había comenzado a arderme el pecho y sentía que las piernas comenzaban a fallarme, pero justo cuando estaba a punto de desfallecer fue que llegue a ese lugar.
"No queriendo vine a dar aquí, que ironía" murmure mirando al suelo y llamando a la puerta, aquella a la cual había tocado mucho últimamente.
"¿Si diga?" Escuche la voz del otro lado por el comunicador.
"Ah, es Sawada, lamento mucho las molestias… po… ¿podría pasar y ver a su Xanxus-san por favor?" intente que mi voz no sonara temblorosa.
"En un momento le abro la puerta" y posteriormente se escucho el mecanismo que activa la reja de entrada permitiéndome pasar.
Seguí derecho por el camino de cemento rodeado de jardín hasta la puerta de entrada y una vez ahí me recibió el mayordomo de siempre.
"Buenas noches Sawada-san, pase por favor el amo se encuentra en su estudio" me dio la espalda e hizo una señal con la mano indicándome que lo siguiera.
Toco a la enorme puerta de madera y espero por una respuesta del otro lado. Una vez que se cercioro de que podía pasar la abrió y me indico que pasara, lo cual hice de inmediato.
"Xanxus-san…" llame a la persona que se encontraba tras de un escritorio con un montón de papeles sobre el.
"¿Y ahora que quieres?" dijo sin siquiera mirarme.
Iba a decir algo mas pero mis palabras fueron cortadas debido al sobresalto que di cuando escuche la puerta del estudio cerrarse con fuerza tras de mi, dejándome a solas con el mayor.
"Yo… yo… e venido a traerte algo" no podía levantar la mirada ya que me daba pena, estaba cien por ciento seguro de que para este momento me había sonrojado a sobremanera.
"Espero que sea algo bueno como para que hayas venido a estas horas y a molestarme aun sabiendo que tengo toneladas de trabajo pendiente" gruño mientras que posaba sus ojos en mi con una mueca de fastidio.
"Etto… espero que sea de tu agrado" me dedique a buscar la pequeña cajita de piel roja en la bolsa de papel con el logo de la tienda.
Al encontrarla me acerque donde el y le extendí el presente con una sonrisa, la mas grande que pude debido a la tensa situación y a mi creciente nerviosismo.
El chico de las cicatrices miro extrañado el objeto entre mis manos antes de tomarlo y abrirlo. Su cara no mostraba expresión alguna y la habitación había sido invadida por un silencio incomodo, antes de que pasara alguna otra cosa me decidí a abrir la boca.
"Se que es un poco anticipado… pero… pero… ¡feliz cumpleaños Xanxus-san!!!" la dije mientras que me lanzaba sobre el, no me importo que aun permaneciera en su silla de trabajo, solo me deje llevar y me senté sobre su regazo lanzando mis manos alrededor de su cuello.
"¿Qué demonios es esta porquería?" un tono de completo hastío se escucho provenir de la persona a la cual abrazaba.
"Es tu regalo de cumpleaños, lo compre en una joyería del distrito comercial ya que creí que seria perfecto para ti ¿No es de tu agrado?" le pregunte mientras que mi rostro tenia una expresión de total confusión.
"¿Qué te hizo pensar que un anillo seria un buen obsequio?" volvió a cuestionar mientras que sacaba de la pequeña caja un anillo de platino con una X enorme en oro blanco.
"Bueno, la señorita de la tienda dijo que un anillo era un regalo perfecto para alguien especial, además… llevamos 6 meses saliendo y creí que seria una buena idea para darle un significado especial a nuestra relación" sabia que mi rostro no tardaría en sonrojarse una vez mas debido a tal confesión, pero no tuve tiempo debido a la reacción del mayor.
Xanxus se incorporo rápidamente y debido a ello termine cayendo bruscamente al piso de madera. Mire hacia arriba buscando el rostro de quien se podría decir era mi novio solo para encontrarme con una mirada llena de ira dirigida hacia mi.
"¿Significado especial?... ¿Relación?... Si quieres darme algo especial para nuestra relación por que no intentas darme de una maldita vez el único anillo que puede interesarme conseguir de una basura como tu" yo me sentía aterrado debido a lo que el chico de las cicatrices menciono.
Ahí estaba yo con la espalda pegada al piso, con las manos a la altura de mi pecho en un acto reflejo por defenderme de aquella persona que predadoramente se había posado sobre mí. Esa mirada perversa, la sonrisa lasciva, la manera en que sus manos habían comenzado a romper la hoodie que había tomado en casa de Gokudera, todo ello me hacia sumergirme mas y mas en la miserable realidad de que probablemente no podría detenerlo esta vez.
"Xanxus-san… detente por favor" había comenzado a llorar desconsoladamente una vez que sentí su boca atacar mi cuello de manera hambrienta. Sus dientes clavándose en mi piel mandando oleadas de dolor por todo mi sistema nervioso.
El mayor hizo caso omiso a mis ruegos y en lugar de ello se dedico a desabrochar mi pantalón deslizando una de sus manos dentro encontrando aquello que buscaba.
"Me dices que me detenga, pero tu cuerpo dice que quiere el servicio completo" susurro a mi oído para luego pasar su lengua por mi oreja, deteniéndose un momento para mordisquear mi lóbulo "Yo sabia que no eres mas que una pequeña zorra que ansia el momento en que alguien la tome"
"¿Por qué me dices esas cosas tan horribles?" lloraba mientras lo empujaba con las pocas fuerzas que tenia intentando quitármelo de encima.
"Esto es lo mejor que podrías darme como regalo de cumpleaños, así que deja de quejarte y quédate quieto" con una de sus manos apreso las mías, poniéndolas por encima de mi cabeza para asegurarse que no intentara alejarlo de mi una vez mas.
"¡He dicho que te detengas!!!!" grite con todo lo que mis pulmones me permitieron a la par que patee a Xanxus en el estomago, consiguiendo así que me soltara y se apartara un poco.
Me incorpore lo mas rápido que pude tomando los restos de la hoodie para cubrir mi pecho desnudo y arrastrándome hasta una esquina fue que abrace mis rodillas mientras escondía mi cara en ellas. Sentí un fuerte tiron acompañado de un dolor horrible, todo debido a que Xanxus había comenzado a arrastrarme por la habitación tirando de mi cabello.
"¡Perdóname… no lo volveré a hacer… perdóname por favor Xanxus-san!!!!!" comencé a gritar desesperadamente imaginando lo que seguiría.
SLAP
Aquella bofetada retumbo haciendo eco en todo el estudio.
"Esta vez no seré tan gentil como en las anteriores" un extraño brillo en sus ojos hizo que todo mi cuerpo temblara mientras que sentía una punzada de dolor en el pecho.
Percibiendo el sabor metálico a sangre en mi boca lo único que se me ocurrió hacer fue resignarme y cerrar fuertemente mis ojos. Al menos de esa manera no vería el rostro de la persona que amaba deformarse por la ira o esbozar una sonrisa cínica que delataba el hecho de que disfrutaba cada segundo de mi tortura mental y física.
"¿El amor debe lastimar tanto?" fue lo ultimo que pude pesar antes de sentir un puño estrellarse fuertemente contra mi rostro.
Continuara…
Pues bueno ese ha sido el primer capitulo de lo que es mi debut como fictioner de Reborn, no sean muy duros conmigo ¿neh?
Recuerden que siempre pueden decirme que opinan de este fic mandando sus hermosos y bien recibidos reviews y como no lo he mencionado antes ahora es el momento de decirlo.
En mis anteriores fics tengo una regla a la cual adorablemente le puse "La regla del Juudaime", esta indica que hasta que no haya recibido 10 reviews no actualizare el fic, esto con el fin de saber si ha sido de su agrado, si no recibo los 10 reviews el fic será borrado, reescrito y se subirá una vez ya que eso me dará la impresión de que no esta bien escrito y por eso no fue de su agrado.
Así que muevan esos deditos perezosos y manden un review que son la gasolina que alimenta mi motor como escritos XD jaja.
LoVe U!!!!!!!!!!