Y sí, señoras y señores, éste es el final. Gracias por seguir ésta historia, y disfrutar de éste último capítulo, obra de vuestra amiga Rachel ^^
Disclaimer: Crepúsculo es obra de Stephanie Meyer.
Capítulo 19: Todo sigue su curso.
Y la noche llegó, después de más risas y bromitas pesadas de Emmett.
-Te llevaré a casa.-Me dijo Edward, dándome un beso en la mejilla.
Asentí con un bostezo. No quería separarme ya de Edward, pero mañana comenzaría el curso otra vez, y tenía que descansar algo.
Volvimos en coche, dos veces viajando a la manera Cullen ya era demasiado para mí en un solo día...
-¿Quieres pasar un rato?-Le pregunté a mi novio, temiéndome ya la respuesta.
-Es tarde, Bella...-Me reprochó, pero al ver mi cara de decepción me guiñó un ojo.-Te espero en tu cuarto.
Se me iluminaron los ojos y le di un rápido pero feroz beso en los labios.
Edward subió al coche y condujo rápido hasta perderse en la lejanía. Sabía que cuando subiese a "dormir" el estaría allí.
-¡Ya estoy en casa!-Grité al abrir la puerta.
-Tarde... Es muy tarde, hija.-Me reprochó Charlie.
-Es que... He cenado con la familia de Edward, han sido muy amables.-Le respondí, deprisa.
-No me cabe duda, el doctor Cullen es muy buena persona, confío en que le haya inculcado esos valores a sus hijos.-Dijo Charlie pensativo.
-Desde luego, papá.-Dije más aprisa todavía, casi farfullando.
-Se te ve cansada, duerme ya, mañana es el primer día del nuevo curso.-Me apremió.
Le dirigí una sonrisa y con un rápido buenas noches me encerré en mi cuarto.
Obviamente, Edward aún no había llegado, o sabría que tenía que ducharme y estaba esperando.
Cogí un albornoz, ya decidiría en mi habitación que iba a ponerme para dormir.
Me relajé más de lo debido en la ducha, pero me vino bien, me relajó, pero me dejó con la guardia muy baja para lo que vino a continuación.
Entré en mi habitación ya desabrochándome el albornoz, para vestirme, pero Edward ya estaba ahí.
-¡Oh!-Exclamé al ver a Edward tragando saliva convulsionadamente mientras me veía de arriba abajo.
Permití que me observara durante más tiempo, me gustaba esa sensación, sentirme deseada por él.
Se acercó a mí, leí el deseo en sus ojos y dejé caer el albornoz, dejándome totalmente desnuda, desnuda para él.
Me rozó suavemente los hombros, su frío contacto me erizó todo el vello del cuerpo.
Me atrajo contra sí con suavidad, no dejaba de observarme. Deslizó sus heladas y marmóreas manos por mi espalda hasta que se asentaron en mis caderas, que se iban acercando peligrosamente hacia las suyas.
Dejé que un suspiro de placer subiese por mi garganta, me tapó despacio la boca con un beso, su boca rodó de mis labios a mi cuello, mis ojos se pusieron en blanco.
Mis manos estaban tensas a ambos lados de mi cuerpo, pero parecieron despertar a un impulso y se asieron a la camisa de Edward, desabotonándola.
Cuando terminé, contemplé el pecho de mi ángel, limpio, blanco inmaculado, fuerte, y bello, muy bello.
Acto seguido de que su camisa tocase el suelo, y mientras su boca se perdía en mi cuello, yo desabrochaba su pantalón.
Cuando Edward se quedó en calzoncillos y mis manos se empezaron a introducir en el elástico de éstos, Edward pareció despertar de su ensoñación.
-¡Mierda!-Siseó, y rápidamente, se agachó y me puso el albornoz por los hombros, y aprovechando que estaba agachado, se subió los pantalones y cogió la camisa.
Edward se estaba abrochando el último botón de la camisa cuando una lágrima comenzaba a rodar por mi mejilla.
-Tú... ¿Por qué has parado?-Dije enjugándome los ojos.
-Porque, esto tiene que ser algo especial, es una de las experiencias humanas más importantes que tienes que vivir. Tienes que decidir con quien será, y tienes que estar preparada. Luego, te podría hacer mucho daño, no estoy seguro de poder controlarme, y la última razón... Tu padre está empezando a subir las escaleras.-Esto último lo dijo mientras me lanzaba un camisón y salía por la ventana.
Me lo puse rápidamente y me metí en la cama, tapándome hasta la nariz, estaba muy colorada, notaba la sangre agolpada en mis mejillas.
Toc-toc
-Pasa, papá-Dije en voz baja, para que se notase que estaba cansada.
Se acercó a mi cama y se sentó en el borde, como solía hacer cuando era pequeña.
-Cariño, ¿te conviene salir con Edward Cullen?-Dijo mi padre, que parecía afectado.
-Papá, Edward es perfecto para mí.-Le dije, tajante.
Se levantó, no sin antes darme un apretón afectivo en la mano.
-Lo que a ti te parezca bien, para mí es suficiente, sólo espero que no te haga daño.-Dijo mandándome un guiño.
-Buenas noches, papá-Dije con una risita.
-Buenas noches, cariño.
Cerró la puerta tras de sí, yo dejé escapar un resoplido.
-Parece que ya se va a acosar.-Dijo Edward, colándose otra vez en mi habitación.
-¿Quién te ha dado permiso para volver a entrar?-Le dije, obviamente en broma.
Me miró y asintió, luego se dio la vuelta y justo cuando iba a saltar por la ventana...
-¡Para! ¿Qué haces?-Le susurré, sabía que él lo oiría perfectamente, a pesar de que apenas fue un siseo.
-No me has dado permiso para volver...-Me dijo, en voz baja.
-Era broma, so tonto...-Le dije haciéndole un hueco en la cama para que se tumbase a mi lado.
Se tumbó, me cogió la mano, le dio un suave apretón y me la besó.
-Mañana será un gran día, y después de ese, vendrán más, siempre y cuando me quieras a tu lado.-Me susurró, mientras me quedaba dormida.
-Siempre te querré a mi lado.-Dije, medio en sueños, pero con total convicción.
Noté como Edward soltaba una suave risa.
Sí, nada podría separarnos.
Estad atentos, porque subiré nuevos caps de Diamonds In The Sky. Y subiré también nuevos fics, que ya estoy preparando.
Muchísimas gracias por el apoyo, en especial a mi gran amiga Alke, y a Chicamona & Sweetygirl Gracias chicas! Os Quiero! (LL)
Rach!