Después de tanto tiempo he aquí el final de esta historia, aparece Jake (como no podía ser de otra manera).
Pido mis disculpas por mi graaaan retraso pero me quedé atascada y por vagancia más que nada, dejé este songfic con su final a medio terminar. No quiero enrollarme así que espero que os guste y aunque no me lo merezco os agradecería un review para saber vuestra opinión. Gracias por todo :)
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Y es que empiezo a pensar
que el amor verdadero es tan solo el primero
y es que empiezo a sospechar
que los demás son solo para olvidar
Rosas (LODV)
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Levanté la vista sobresaltada cuando los alicates resbalaron de sus manos y fueron a estrellarse contra una montaña de piezas de metal que días atrás, nosotros mismos habíamos colocado de tal manera que el garaje quedase más despejado. Ahora, veía nuestro esfuerzo rodando por todas partes. Mis ojos se encontraron con una mirada de disculpa mezclada con una sonrisa llena de picardía.
Jake.
No podía culparle, al fin y al cabo era su garaje. Además, sermonearle desde mi posición de persona grácil, sería injusto y la verdad, no quedaría demasiado creíble.
- Me parece que tendremos que volver a ordenarlo todo – dijo al tiempo que me pasaba un brazo por lo hombros y reía.
- Sí, eso parece – contesté yo lanzándole una falsa mirada de reproche.
Él entendió mal mi expresión.
- Oh vamos Bella no seas así – dos hoyuelos decoraron su rostro – gracias a mi no te gastas una pasta en el gimnasio.
- Por supuesto.
- Y no eres la más indicada para hablar, eres incluso más patosa que yo.
- Claro, Jake.
- A veces suenas tan vieja que me da la sensación de estar hablando con una agotada ancianita.
Se rió de su propia broma, me besó en la cabeza y antes de volver con lo que estaba haciendo antes del desastre, se fue al otro extremo para intentar poner orden a todo aquello. Le miré desde donde me encontraba.
Mi Jake.
En poco tiempo se había convertido en una de las personas más importantes en mi vida, por no decir la que más. Y eso sin contar con que, aún no siendo humano de todo, había sido el único capaz de sacarme de mi dolorosa melancolía. Había conseguido, después de dos largos años que pensar en mi primer amor no me hiciese daño, o al menos no tanto como al principio. Y todo era gracias a él, bastaba con una sonrisa o un caricia sin intenciones para cerrar poco a poco mi herida que sanaba despacio, pero sanaba.
Le recordaba, sereno y perfecto como una escultura griega, todavía había noches en las que soñaba con él, con sus ojos color caramelo y su voz aterciopelada, pero eso lejos de ser malo era perfecto porque, eran sueños y no pesadillas que me atormentaban.
Y ahora mi mundo giraba alrededor de ese pequeño lobo vanidoso. Hace incluso unos pocos meses atrás, eso se me habría antojado impensable, pero ahora que podía sentirlo, aunque todavía pareciese increíble, me hacía bien. No podía imaginarme una realidad sin Jake, era como mi chute de vitaminas todas las mañanas, la razón por la que me despertaba y no me hundía más y más en mi espiral de dolor, de la que casi había logrado salir.
Sabía lo que sentía él por mí, me lo había hecho saber tiempo atrás y además, se encargaba de recordármelo cada vez que se le presentaba la oportunidad. Pero eso, lejos de molestarme me hacía sonreí a veces, no podía evitar sentirme culpable porque es cierto que estaba segura de que Jake me atraía tanto físicamente como por su persona y la verdad, había que estar muy ciega para no fijarse en sus bien formados músculos y en su encantadora sonrisa, pero también estaba segura de que nunca conseguiría olvidar del todo a Edward.
Por eso pensaba que no estaba bien dar el paso que me uniese a Jake de otra forma distinta a la amistad, con mi primer amor todavía en la cabeza tenía miedo de hacerle daño, pues, eso era algo que jamás conseguiría perdonarme, pero viéndole en ese garaje intentando solucionar algo que me había molestado tan sólo un poco, me decidió.
Era una locura pero atravesé la distancia que nos separaba rápida e intentando no pensar, pero no lo conseguí ya que de repente me puse tan nerviosa imaginando su reacción que cuando llegué a su altura, como no podía ser de otra manera, resbalé con dios sabe qué y me hubiese ido de boca al suelo sino fuese porque unos fuertes brazos me sujetaron impidiendo otra visita al hospital.
- Bella, ¿Que se supone que estás haciendo?¿Es que quieres matarme a sustos? - me preguntó con los ojos fuera de órbita.
Me quedé callada, pues no pensaba que mi poca gracia para andar estropeara el momento que estaba a punto de empezar.
- Bella - insistió - ¿Te ha comido la lengua el gato o ni siquiera piensas contestarme?
Continué sin decir nada mientras pensaba como hacerlo. Entonces decidí contestar todas sus preguntas a la vez y cogí su rostro entre mis manos con la mayor delicadeza que pude, pues él aún me sujetaba con fuerza.
- Bella, que se supone que...
No le di tiempo a formular otra de sus estúpidas preguntas porque con una decisión poco propia de mí y reuniendo todo mi valor, acerqué mis labios a los suyos con la intención de sellarlos para que no dijese nada más, pero no llegué a hacerlo pues contra todo pronóstico fue él el que me besó.
Mis mejillas enrojecieron, pero Jake me sujetó con más fuerza para que yo no escapara de su abrazo, já como si en estos momentos quisiese hacer tal cosa. Me abandoné a mis emociones y comenzamos a besarnos como si fuera el último día en la tierra.
Es probable que nunca olvide a Edward, pero Jake es lo mejor que me a pasado en estos últimos años y no voy a desaprovechar el tiempo que podamos estar juntos.
Tengo que intentarlo.
Espero que no os haya decepcionado pero habemos aquí el final. Gracias por vuestro apoyo en estos seis interminables capítulos :)
Os quiere, Olympe.G