CARDCAPTOR SAKURA

-Sakura,- decía, mientras esa niña giraba y venía hacia mí corriendo. Me tomó mientras me caía. Me preguntó con la voz que me encantaba: -¿Estás bien?

-Sí,- le contesté, y me había decidido…hoy le iba a decir cómo me sentía respecto a ella…sí, era lo correcto. Una vez que se los dijera, todas mis preocupaciones respecto a ella se disiparían. –Sakura.- Repetí.

-Dime,- dijo con una voz tan angelical, pero hizo que me sonrojará. Por favor no me hables así, Sakura. Te voy a decir que te amo, y me cuesta mucho trabajo, en especial si…si actúas de la manera en que me enamoraste.

-Yo quiero…- decía, mientras veía tu sonrisa de amistad y yo apretaba tu mano. Te sorprendiste. ¿Por qué me tardaba tanto en hablar? ¿Qué no el Syaoran Li que conocías era muy objetivo y llegaba al punto rápidamente? –Quiero decirte…- Pero no lo puedo decir.

-¿Qué sucede, Syaoran?- Me preguntaste.

-…nada, no es nada.- Te dije, y desde ahí, me empecé a odiar. ¿Por qué no te lo podía decir? Me acompañaste a mi casa. Por eso me gustas. Me sonreíste antes de dejarme a mí, el cobarde. Por eso me gustas también. Y te fuiste, y yo me quedé con un gran arrepentimiento…¿por qué no lo podía decir? ¿Por qué era tan difícil?

A la mañana siguiente, fuimos a la escuela como si nada. Parecía que nadie se había dado que cuenta que tú, mi tierna Sakura, los habías salvado a todos. Eriol faltó. En ese momento, en lo único que podía pensar es cómo rayos iba a poder decirte que te amaba con todas mis fuerzas. Después de la escuela, lo fuimos a visitar. No importaba a qué casa fuéramos. Yo quería estar contigo, pero tú, ni en cuenta de que tú me gustabas demasiado.

Al acabar de comer con Eriol, yo te estaba esperando en la puerta mientras de tú te volvías a poner tus zapatos. Estábamos solos. Eriol estaba hablando con Tomoyo en el portón de la mansión, y Kero estaba con ellos. Te quería decir. Mientras esa idea cruzaba por mi cabeza, sentí un cosquilleo en mi estomago, y me corazón empezó a dar golpes más bruscos. No ayudó cuándo me dijiste: -¿Qué te sucede, Li? Últimamente te noto un poco…extraño.

-Estoy bien, no te preocupes.

-Pero sí me preocupo.- Esto creó que una idea estúpida dijera que yo te gustaba. Sí, como no. -¿Seguro que no estás enfermo?

-No. Es que sigo pensando en lo de ayer.

-¿En lo qué me ibas a decir?- Precisamente, Sakura, precisamente…pero, ¿cómo lo descubriste?

-No, en la batalla…

-Me ayudaste mucho Syaoran.- Me sonrojé, mientras daba una sonrisa. Tú cerraste tus lindos ojos mientras decías: -No lo hubiera logrado sin tu ayuda.

Pero a la mañana siguiente, decidí hablar contigo en el puente de Tomoeda. Te dije, y tu me contestaste muy animada. Te tenía que decir. Me iba a ir a Hong Kong de todos modos. ¿Qué más podía perder? Nada más quería que supieras mis sentimientos. Así que llegaste al puente, mientras yo te pregunté: -¿Puedo hablar contigo?

De veías decepcionada. ¿Qué te sucedía? Solamente asentiste con la cabeza mientras te acercabas a mi lado, y yo me puse a ver el río.

-Syaoran…yo siento qué…

Sentí mucho haberte interrumpido, pero si oía tu voz de ángel de nuevo, me acobardaría: -Ayer recibí una llamada de mi madre. Le dije…le dije que todas las cartas Clow habían sido capturadas.

Ni siquiera te podía decir que me iba a ir a Hong Kong. ¡Qué raro! Peleaba contra cosas mágicas, y no podía encarar a una niña.

-Ya veo…- me contestaste deprimida.

-¿Sabes? Me siento muy feliz de haberte conocido.- Qué pésimo comienzo. –Cuando vine por primera vez a este país, lo único que hacía era pensar en mí. Sólo quería reunir las cartas Clow e incrementar mi nivel de magia, yo solo quería hacer eso. En cambio tú, luchabas con todas tus fuerzas por alguien. Siempre tomabas en cuenta los sentimientos de los demás. Tienes muchas cualidades de las que yo carezco, y es por eso que…-

-Eso no es cierto,- me interrumpiste, -la primera vez que te vía actuabas de una manera muy seria, no te dabas por vencido. Tú también muchas cualidades de las que yo carezco y por eso…por eso…-

-Dime.- Quería oír lo que tenías que decir antes de que yo dijera lo que quería decirte desde hacía mucho tiempo. –Yo también te quiero decir algo.-

-Es que…yo siento que…Syaoran,- me dio un escalofrío cuando tú pronunciaste mi nombre con una voz alta, -yo…yo creo que…creo que…- tu voz se fue apagando más.

-Por favor, dime, Sakura.- Volteé a verte, mientras tu me tratabas de sonreír.

-Creo que…¡creo que tú me gustas!- Mi corazón se paró, y dí un paso hacia atrás. ¿Oí mal? Te me quedaste viendo con cara de espantado por poco, y entonces empezaste a llorar. Hubo algo que me impulsó a agarrarte de los hombros.

-Creí que porfin había encontrado a la persona más especial para mí…- decías. Entonces, no había escuchado mal.

-Yo…no sé si tú me consideres así, pero si sé…que he encontrado a la persona más especial para mí…Sakura…yo te…- pero fui interrumpido por un fuerte sollozo tuyo.

Decidí abrazarte y dejar mi declaración así como estaba. En medio de los sollozos, yo pegue mi cabeza con la tuya. Hubo un momento en que decidí decirte finalmente que te amaba, y mientras levantaba mi cabeza al mismo tiempo que la tuya, nuestros labios se rozaron.

Tú te hiciste para atrás mientras yo te soltaba. Me quedé viéndote sorprendido, pero moví mi cabeza, y dije: -Sakura…te amo, Sakura…

Sentí un gran alivio cuando de dije esto mientras tú habrías más los ojos. Por fin lo había logrado…y tú me querías de regreso…