Capítulo 1: A primera vista.

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Hola a todos, sólo quería advertir que esta historia NO ES MÍA. Es de una chica muy amable que me ha dejado traducirlo. Su nombre en Fanfiction es Adidasgrl328.

Muchas gracias Adidasgrl328 por darme permiso.

Espero que todo el mundo disfrute de la historia.

Y espero muchos Reviews!!!

Besos

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BELLA POV

Emmett entró botando dentro de la habitación como un niño de seis años como todos sabíamos realmente que él era en el fondo. Un aturdido Jasper le seguía, pareciendo como un chico de trece años que acababa de recibir su primer beso de la chica más sorprendente.

Ellos, entusiasmados, saltaban de arriba abajo; la casa se sacudía cada vez que los pies de Emmett golpeaban el suelo.

Alcé la vista por un momento para ver su comportamiento infantil, pero rápidamente volví al bloc de notas que tenía enfrente de mí. Millones de palabras escritas sobre el papel rayado, la encuadernación en espiral apenas mantenía todas las páginas juntas. Me reí de mi misma cuando mi letra vaciló por la temblorosa casa.

"¡Oh Dios mío! ¡Un terremoto!" gritó Alice, corriendo al salón desde la cocina. Una vez más, no pude evitar reírme cuando ella se agachó, protegiendo su cabeza con sus brazos.

"Alice, cariño, no hay ningún terremoto," dijo Rosalie, con una clara diversión en su voz. "Es el gran bufón de mi novio saltando alrededor como un conejito drogado."

Alice se rió de sí misma y se levantó del suelo. "Oh."

"Lo que me trae a preguntar por qué exactamente tú y tu cómplice, Tambor, allí, estáis saltando por aquí como los preciosos pequeños conejitos que todos deseamos que fuerais," comentó Rosalie.

"Bueno," Emmett arrastró las palabras, agarrándose su manos detrás de su espalda y meciéndose hacia delante y hacia atrás sobre sus talones con una ridícula sonrisa en su cara. "Creo que necesitamos hablar sobre algo," dijo finalmente.

Todos tomaron asiento alrededor del salón de nuestro hermoso Forks, en Washington. Era extremadamente grande, una preciosa y original Victoriana, y era perfecta para nosotros cinco. La compramos hace unos tres meses, y la verdad sea dicha, realmente ninguno de nosotros podía estar más feliz. Al menos, eso era lo que pensaba hasta hace unos cinco minutos cuando vi el aspecto de los rostros de Jasper y Emmett.

Emmett Cullen tenía 26 casi 27 años, y era el hermano mayor con el que siempre había deseado crecer. Sus trucos infantiles combinados con la ridiculez de su completo ser hacían imposible no quererle. Trabajó como entrenador personal desde que terminó el instituto, y tuvo tanto éxito que comenzó a estudiar la creación de un gimnasio propio la semana pasada. Hace seis meses, se mudó aquí a Forks, desde algún lugar de California, para vivir con su primo, Jasper.

Jasper Whitlock acababa de terminar la universidad hace un año, ahora tiene 27, y ya había logrado convertirse en un psiquiatra. Había entrado en el Hospital de Port Angeles y ahora comenzó a preparar su propia consulta. Incluso durante la semana era voluntario de la YMCA para ayudar a los niños que realmente no podían pagar sus servicios. Se mudó a Forks, desde la hermosa ciudad de Seattle, justo después de terminar la universidad, hace un año, por lo que pudo, al fin, estar con su amada Alice, que había conocido seis meses antes de eso.

Alice Brandon había crecido en el hermoso pueblo de Forks, en Washington y había cumplido 24 años hace un mes. Fue a la universidad de Seattle, graduándose hace dos años. Estudió diseño y moda, y ahora es la mejor asistente de compras viva. Después del aterrizaje del cliente más grande conocido por el hombre, ella ahora prácticamente controla la compañía para la que trabaja. Sin embargo, trabajó diligentemente en su propia línea de ropa, sus diseños casi terminados y estaba casi preparada para comenzar a mostrárselos a todo el mundo. Ella conoció a Jasper mientras en un restaurante estando de negocios en Seattle, y los dos habían sido inseparables desde entonces. Ahora, incluso estaban prometidos.

Rose y yo conocimos a la encantadora Alice en la universidad, las tres fuimos compañeras de habitación durante esos cuatro agotadores años. Su magnífica cantidad de energía y su personalidad nos hizo vincularnos inmediatamente con el pequeño duendecillo.

Rosalie Hale nació y se crió en la bulliciosa ciudad de Seattle. Fue a la universidad allí también, y es una perfecta chica de 24 años de edad, además de tres o cuatro meses más. Su buen aspecto de modelo siempre había atraído a los chicos, noche y día. Pero su aspecto no era la única razón por la que era constantemente perseguida. Ella era el suelo de todo hombre, considerando su amor por los coches. Había estado trabajando como diseñadora de coches en Port Angeles e incluso comenzó recientemente a tener la esperanza de algún día tener su propia compañía de coches llamada Hale. Sus ingeniosos comentarios, sin embargo, realmente nos hicieron a Alice y a mí comenzar nuestra inagotable amistad con ella. Pasó unos pocos meses viviendo por su cuenta después de la universidad antes de conseguir la oferta de trabajo de Port Angeles y decidió que era hora de regresar con Alice y conmigo. Ella estaba también con Emmett, su relación era tan seria y con un intenso amor, que incluso yo no podría escribir algo así en mis libros.

Esto me lleva todo a mí, Isabella Marie Swan. Tenía 23, 24 en solo unos pocos meses. La pequeña de nuestra improvisada familia, pero no me importaba realmente. Crecí en Phoenix, Arizona, pero fui a la Universidad en Seattle, claramente obvio, y me especialicé en Inglés y Literatura. Mis obras eran buenas y eran mi verdadera pasión, las novelas románticas especialmente. Nada de lo que escribía se podía comparar a los clásicos, pero eran modernos y gustaban. Mi primera novela se publicó mientras estaba todavía en la universidad, con solo 20 años, y estaba positivamente clamorosa. Volaron de los estantes, y estaba solamente inspirada para continuar escribiendo más y más. Ahora, cuatro años después, tenía cinco libros en los estantes, aún vendiéndose como si fueran nuevos, y un sexto estaba en camino. La mayor parte del dinero que saqué de los libros pagó la universidad, así que no estaba viviendo a lo grande como Janet Evanovich. Sin embargo, vivía más que bien y a la moda. Estaba sinceramente feliz con la forma en que mi vida estaba yendo.

Hace tres meses, estábamos todos hartos de nuestras condiciones de vida. Los propietarios eran horribles en el apartamento donde Alice, Rose y yo vivíamos. Incluso teníamos el más grande y mejor apartamento de lugar, pagando más dinero, y él no hizo nada de lo que debería hacer. Emmett y Jasper tenían problemas similares. Finalmente, todos decidimos que estábamos hartos de los apartamentos y compramos esta gran casa juntos. Entre los cinco, ni siquiera necesitábamos tomar un préstamo del banco. Después de mudarnos, sabíamos que esto era la vida realmente.

Por lo tanto, esto nos trae de vuelta al presente, lentamente dejé mi bloc de notas, que guardaba la historia que estaba escribiendo actualmente, y miré a Emmett y Jasper.

"¿Y?" les indiqué mientras todos nos sentábamos en silencio.

Emmett puso su dedo en su barbilla, pareciendo como si estuviera pensando largo y tendido sobre cómo empezar. Después de unos largos momentos, me aclaré la garganta, y su atención se volvió hacia nosotras tres que estábamos sentadas en el sofá delante de él.

"Bien, ahí va," dijo. "Chicas, vosotras recordáis haberme oído mencionar a mi hermano pequeño, ¿no?"

"¿Edward?" pregunté, recordando las múltiples veces que él había mencionado a su preciado hermano pequeño. Siempre me pregunté si Edward era el más mayor porque Emmett siempre parecía fijarse en él.

"Ese es," Jasper en voz baja y nerviosamente intervino.

"Él acaba de graduarse en la escuela de medicina, sorprendentemente con solo veinticinco años, y va a comenzar su internado y residencia en el hospital de Port Angeles en septiembre," comenzó a explicar Emmett. "Estaba empezando a buscar apartamiento cuando me llamó. Estaba tan emocionado de saber de él que no podía parar de hablar sobre cosas sin sentido con él."

Me reí. "¿Con que frecuencia las cosas que tú dices tienen sentido?"

Él me sonrió. "No muy a menudo, pero eso no viene al caso. Así que cuando él comenzó a decírmelo todo, le dije que nosotros no estábamos muy lejos. Ya que él no tenía nada que hacer este verano, leinvitéavenirconnosotros," Emmett terminó como en una carrera y no estaba segura de si lo había escuchado bien.

"¿Le invitaste a venir con nosotros?" le pregunté.

"Yo, eh, sí. Sé que debería de haberos preguntado chicos si él podía estar aquí con nosotros antes de ofrecérselo pero estaba tan emocionado con la perspectiva de pasar todo el verano con él. No le he visto desde que empezó la universidad. Ha pasado todo su tiempo tomando clases extras y trabajando en proyectos. Yo esperaba esperando que tal vez le permitiríais vivir aquí permanentemente."

Decidí que iba a tener un poco de diversión con mi querido hermano mayor Emmett. El rey de las travesuras estaba a punto de convertirse en el bufón. "Oh, Emmett," dije, sacudiendo mi cabeza hacia atrás y hacia delante. Rosalie y Alice lo cogieron rápidamente y se unieron a mí.

"No puedo creer que no hablaras con nosotras antes," dijo Rosalie, su voz sonaba decepcionada.

"No sé si es tan buena idea," continuó Alice.

Vimos a Emmett al borde de las lágrimas, y entonces decidimos cortar el juego, porque parecía realmente alterado.

"Dios, Emmett. Ve a por un pañuelo y después dinos cuando llegará aquí. ¿De verdad crees que te negaríamos algo así?" le pregunté.

Él inmediatamente se animó y nos agarró a las tres en un amenazador abrazo de oso. "¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Confiad en mí, no os arrepentiréis de esto".

Saltó y comenzó a correr por los pasillos de la casa gritando "¡Yujuuu!" con la fuerza de sus pulmones.

Me giré hacia Rose. "¿Estás segura de que va a cumplir veintisiete pronto?" le pregunté.

Ella se encogió de hombros y después se levantó del sofá sonriendo. "Todo lo que sé es que me voy a dormir un poco. Este tío realmente se excita cuando está emocionado", dijo con un guiño. "Y no creo que vaya a dormir mucho esta noche después de la siesta."

"Muchas gracias chicas. Definitivamente Edward es mi primo favorito," dijo Jasper.

"¡Hey!" dijo Emmett desde el pasillo.

"A parte de ti Em," respondió Jasper.

Alice y yo nos volvimos una a la otra y reímos. "Me pregunto cómo de niño será Edward. Después de crecer con Emmett, realmente te lo tienes que preguntar," dije.

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"Rosalie, relájate. ¿Cómo podrás no gustarle? ¿Te has visto últimamente?" traté de consolar a mi amiga, pero ella estaba paseando inquietamente en su habitación.

"Bella, ¿no lo entiendes? Toda mi relación con Emmett depende de lo que Edward piense de mí. ¡Emmett vive por ese chico!" respondió frenéticamente.

Hora del plan B. "Muy bien Rose. Vas a sentarte en la cama ahora antes de crear un agujero en el suelo que extrañamente se parezca a tus pies. Después, vas a tomar tres respiraciones profundas y luego las sueltas lentamente. Por último, vas a levantarte, lentamente caminarás al enorme espejo en el que puedes verte completamente y te dirás a ti misma, 'No importa lo que este chico piense, Emmett me quiere y eso no cambiará'."

Rosalie me miró con incredulidad, mi tono severo inusual en mí, pero hizo como le dije.

Al final, comenzó a relajarse. "Gracias Bella. De verdad lo necesitaba."

"En cualquier momento. Ahora mueve tu bonito culo y esos pasos hacia el salón. Él estará aquí pronto."

En ese mismo momento, oí la puerta principal abrirse y una voz no familiar llamó, "¡LUCY! ¡Estoy en caaasa!"

Lo siguiente que sabía es que la casa temblaba con Emmett saltando por el pasillo, a toda velocidad con sus pesados pies y bajando las escaleras corriendo hacia la puerta.

"¡Abrázame hermano!" su increíble alta voz retumbó.

Caminé tranquilamente con Rosalie bajando las escaleras y vimos el intercambio entre los dos hermanos y también el silencioso y disimulado acercamiento de Jasper.

"Ethel, no creas que no puedo verte. ¿Qué ha sido de ti en todo este tiempo?" la no familiar voz aterciopelada advirtió en tono de broma.

"Hm, me encantan los chistes de Lucy. Bien, les seguiré el juego." dije, finalmente acercándome a los tres chicos amontonados en la puerta.

La gran figura de Emmett se movió hacia un lado, revelando al sorprendente Edward Cullen.

Mi mandíbula cayó abierta con la increíble vista frente a mí. Su pelo de color bronce brillaba con la luz del sol de la tarde que brillaba desde detrás de él a través de la puerta abierta, despeinado a la perfección. Su rostro definido era limpio y hermoso. Sus brillantes ojos verdes aguantados profundamente en los míos, quemando con una increíble intensidad. Su sonrisa era de un blanco brillante y me deslumbraban. Era alto y fuerte, podía decir fácilmente, pero no estaba repleto de músculos como podías ver en su hermano. Era hermoso; un dios griego. Estaba frente a un Adonis.

Me di cuenta de que estaba con la boca abierta, aunque no antes de que él lo notara. Me sonrió con su deslumbrante sonrisa. Una sonrisa torcida que casi me hizo derretirme en mis zapatos. Quería decirle algo, pero no podía pensar en qué. Afortunadamente, fui salvada por Emmett, y estaba en deuda con él para siempre.

"Edward, ella es el amor de mi vida, la chica más asombrosa que he conocido, y la mujer más increíble que jamás ha caminado sobre la Tierra. Ella, es mi Rosalie," dijo Emmett, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Rosalie y tirando de ella hacia él. Ella sonrió y miró a Emmett cariñosamente.

"Es un placer conocerte, Rosalie. Estoy encantado de que finalmente conociera a alguien que pudiera ponerlo en su sitio," dijo Edward, extendiendo su mano hacia Rose para estrecharla.

"Un honor conocerte también, Edward. He oído mucho sobre ti. Emmett no ha parado de hablar de ti desde la primera vez que le pregunté sobre su familia," dijo sonriendo. "¡Oh! Y antes de que se me olvide, por favor llámame Rose."

"Por supuesto, Rose."

Después Emmett se volvió hacia mí, pareciendo bastante emocionado de que las cosas estuvieran yendo bien hasta el momento. "Y ella, mi querido hermano, es mi hermana pequeña, Bella."

Me sonrojé cuando Emmett me presentó como su hermana pequeña a su hermano pequeño de verdad. Edward pareció confuso por el título, pero extendió su mano hacia mí de todos modos.

¿Cuándo la hizo mamá? Seguramente me habría acordado," le dijo Edward a Emmett.

"Emmett realmente es como mi sobreprotector gran hermano con el que nunca he crecido. Le quiero como si fuera de la familia," dije, llevando la mano de Edward a la mía para agitarla.

Jadeé cuando sentí la electricidad de su mano a la mía. Retiré mi mano inmediatamente y la apreté con la otra por detrás de mi espalda. Giré mi cara para mirar al suelo.

"Es, mmm, un placer conocerte también Bella," me dijo Edward.

Yo asentí. "Voy a buscar a Alice," anuncié en voz baja y me di la vuelta rápidamente, haciendo una carrera por las escaleras. De alguna manera hice todo el camino por las escaleras y fuera de la vista de alguien antes de que finalmente tropezar. Aún así, evité golpearme en el suelo, y eso fue todo un logro en sí mismo.

Caminé por el pasillo hasta la habitación de Alice y Jasper. Abriendo la puerta, encontré a Alice de pie con su camisón de seda con cinco diferentes conjuntos dejados encima de la cama. "¿Alice?" pregunté.

"No puedo escoger. Tengo que estar perfecta. Sé que Jasper no es exactamente igual con Edward como lo es Emmett, pero sé que Edward significa mucho para él. Tengo que darle la perfecta primera impresión.

"Bueno, el hecho de que ya llegues cinco minutes tarde para conocerle no ayuda."

Sus ojos se ensancharon. "¡Oh – Dios – Mío!. ¡Tienes razón! Soy tan estúpida. De prisa Bella, ¡ayúdame a escoger!"

Cogí el luminoso vestido verde de la cama y las sandalias a tiras blancas. "Aquí. Este siempre ha sido mi favorito," dije, entregándole la ropa.

"¡Eres un genio Bella!" chilló corriendo hacia el baño.

"Lo intento," dije, sonriendo saliendo de su habitación y caminando hacia la mía.

Cuando finalmente llegué a la puerta, giré el pomo, sacudí la puerta abierta y la cerré detrás de mí tan rápido como me fue humanamente posible.

Finalmente cuando estaba segura detrás de las puertas cerradas, me tiré en la cama, cogí mi cuaderno, y comencé a garabatear las palabras que me venían a la mente.

Me levanté con un golpe en mi puerta, ni siquiera me había dado cuenta de que me hubiera dormido. La parte superior del papel de mi cuaderno se quedó en mi cara, y cuando me levanté y me miré en el espejo para ver lo que parecía, me di cuenta de que la tinta de lo que había escrito se había quedado en mi cara.

Genial. Ahora parece como si hubiera escrito la historia en mi cara… ¡pero al revés!

Gemí.

"¿Bella? ¿Estás bien ahí dentro¿" me preguntó Alice desde el otro lado de la puerta, con preocupación en su rostro.

"Sí, estoy bien. Simplemente me quedé dormida," le dije mientras caminaba hacia la puerta. Abrí y salí de mi habitación. Alice brincó a mi lado en su hermoso vestido verde y de repente me sentí una chica normal en mis vaqueros y mi camiseta negra.

"¿Te quedaste dormida en tu escrito otra vez?" preguntó alegremente.

"Sí", le dije, todavía un poco desorientada por la siesta.

"¿Ni siquiera vas a tratar de quitarte eso de tu cara?" preguntó.

"Ninguna de las otras veces que ocurrió se pudo. No puedo imaginar que esta vez vaya a ser diferente," respondí sonriendo recordando que esta era probablemente la veintitresava vez que esto había ocurrido.

Entré al comedor, sabiendo que esta vez, todo el mundo estaría allí viendo a Emmett tragándose toda la cena.

Cuando llegué, todas las caras se volvieron hacia mí y todos los que estaban sentados en la mesa estallaron en risas. "¿Te quedaste dormida mientras escribías otra vez Bells?" preguntó Emmett entre risas.

Sonreí. "Sí. Mi cuaderno se ha convertido en una almohada bastante cómoda," le respondí.

"¿Cuántas veces van ya?" preguntó Rose.

"¿Quince? ¿Dieciséis?" sugirió Jasper.

"Yo estaba pensando veintitrés, pero tus números me gustan un poquito más, Jazz," respondí.

Miré a todos mis amigos en la mesa mientras nos reíamos histéricamente. Sin embargo, cuando me crucé con una cara, inmediatamente paré de reírme y miré a mis manos en mi regaño, sonrojándome furiosamente.

"Oh, vamos Bells, no es como si el pequeño Eddie no hubiera hecho cosas peores," dijo Emmett.

"Sí," intervino Jasper. "Hey Em, ¿recuerdas la vez que se despertó completamente cubierto de maquillaje?"

"¿RECORDAR? ¡TODAVÍA TENGO FOTOS!" Estalló Emmett.

"Oh no. ¡Emmett te dije que las quemaras o te cortaría la cabeza!" gritó Edward.

"¡Oh sí! Y creo que deberíamos hacer una pequeña visita a 'El Álbum de Fotos de Edward',"

"¿Emmett? ¿Cuántas fotos vergonzosas tienes de mí?"

"Todas," respondió Emmett, sonriendo con maldad.

Miré a Edward, aunque no encontrándome con su mirada, y sonreí disculpándome, a sabiendas de la tortura que se daría en el momento en que esas fotos fueran mostradas.

"Jessica realmente te la hizo esa noche," le dijo Emmett a Edward. "Ella fue realmente un triste error."

"Pudiste decirlo otra vez," murmuró Edward.

La cena fue divertida, tomando el pelo y bromeando continuamente. Aunque todavía no podía sostener la mirada en los ojos de Edward. La intensidad era tan fuerte que no sabía cómo alguien podía quedarse de pie bajo su fija mirada.

Ayudé a Alice y a Rose a limpiear la mesa, aunque fuera esta noche su momento. La limpieza fue fácil considerando que los chicos habían pedido pizza para nuestro sustento. Cuando terminamos, caminamos hasta el salón y nos sentamos en nuestro habitual sofá. Emmett y Jasper estaban sentados en sus asientos de juego frente a la televisión, luchando al estilo de Halo.

Rose cogió su mando y lo conectó en la cuarta ranura, el tercero cogido por nuestro mando de repuesto.

Edward estaba jugando también, y matando. Tenía algunas tácticas brutalmente sorprendentes.

"¡Toma esa!" gritó cuando finalmente mató al personaje de Rose.

Sonreí. Nadie había podido con Rose.

El aspecto anonadado en su rostro era impagable, y estuve altamente tentada de saltar y abrazar a Edward por hacerlo.

" Yo… yo… ¿he perdido?"

"¡Todopoderoso Edward, nuevo jefe del reino de Halo!" gritó Alice inclinándose a sus pies.

Me reí tontamente. "¡No somos dignos, no somos dignos!" grité desde donde estaba sentada en el sofá, continuando con la función dramática.

"¿Podría mostrarme el dormitorio del rey?" preguntó Edward, mirándome mientras lo hacía.

"Yo, eh… sí, claro," dije, un poco incómoda mientras me levantaba de mi asiento.

"¡Hey Eddie! No te pases ni un pelo con mi inocente pequeña Bella cuando ella te lleve a tu habitación y tendrás que vértelas conmigo," dijo Emmett.

Comencé a caminar por las escaleras, sabiendo que Edward estaba a pocos pasos detrás de mí.

"Por supuesto no queremos eso, Emmett," respondió Edward.

Llegué a la puerta de la habitación de invitados que habíamos puesto para que Edward pasara aquí el verano. Era nuestra habitación más grande y Alice la personalizó para él. Cuando abrí la puerta, me di cuenta de que Emmett ya había traído todas las cosas de Edward aquí.

"Entonces," le escuché decir inclinándose contra el marco de la puerta. "¿Una novelista romántica? Muy raros de encontrar hoy en día."

"Sí. Supongo que suele pasar," dije, mirando hacia mis zapatos en vez de a su cara.

Sabía que estaba siendo maleducada al no mirarle, pero me sentía como una niña de ocho años, hablando con el chico guapo que podía o no podía haber tenido piojos (A/N: En U.S.A los niños dicen que uno tiene "cooties" (piojos) si han hablado o tocado a un miembro del sexo opuesto. Por ejemplo, las niñas dirían que no pueden hablar ni tocar a cualquier niño porque él tendrá "boy cooties" y al revés "girl cooties" si son los niños los que hablan).

"En serio," dijo con voz reflexiva. "Muy interesante".

Él caminó hasta la habitación y se sentó en el borde de la cama. Yo me incliné contra el marco de la puerta justo de él había estado antes. "Yo estuve en la universidad, especializándome en Inglés y Literatura. Tenía una verdadera pasión por la escritura y estaba enamorada de los clásicos. Decidí escribir una novela moderna con un romance clásico. Tenía veinte años cuando fue publicada. Terminé la universidad y seguí escribiendo, y mis novelas románticas han estado en las estanterías desde entonces."

"En realidad, he leído unos pocos," dijo tímidamente.

Me reí. Sabía que había unos pocos hombres que leían mis libros, pero Edward no me parecía uno de ellos.

"¿Cuáles?" le pregunté.

"Todos ellos," dijo en voz baja, sonriéndome con una sonrisa torcida.

"De verdad…" dije. "Bueno, espero que no te hayan decepcionado."

"Para nada. Y debo decir que 'A primera vista' fue mi favorito. Probablemente el mejor libro que he leído."

"Me encantó escribir ese. Pasé tres días sin dormir porque estaba escribiendo sin parar."

Ambos reímos y Edward señaló al sofá que estaba contra la pared en la habitación. Caminé dentro y me senté, poniéndome cómoda antes de mirar a Edward. La torpeza que había sentido antes estaba todavía allí, pero se rompió el hielo cuando Edward comenzó a preguntarme sobre mis libros.

"Así que… ¿tú vas a ser médico?" le pregunté, buscando continuar la corta conversación que habíamos empezado.

"Sí. Es como un sueño hecho realidad," dijo cayendo en su cama. Me reí. "Espera, ha sonado como si fuera una niña cuando dije eso."

"Sí, pero no te preocupes, no hay fotos vergonzosas para usarlas como tortura, recordándote este momento," le dije con una sonrisa.

Él se rió. "Voy a tener que encontrar ese álbum de fotos y quemarlo antes de que le enseñe a alguien más lo que hay en él.

"Lo conseguiré para ti," le dije, levantándome de mi asiento.

"¿Sabes dónde está?" preguntó Edward, saltando de la cama. Su rostro parecía absolutamente mortificado.

"No pareces muy humillado. Estás viendo a Bella Swan, la reina patosa que se despertó para encontrar tinta de su escrito pegada en su mejilla y ahora es al revés. Además, eso es lo mejor. Estoy segura de que encontrarás todas las historias si preguntas a Emmett."

"Supongo que tendré que preguntarle," dijo.

Llegué a la puerta y cuando estaba a punto de llegar a la puerta, di la vuelta a mi cabeza para echar una última mirada. "Y con eso voy a dejarte para que duermas. Duerme porque estoy segura de que Alice ha planeado algo para nosotros que requerirá levantarnos temprano." Le dije desde donde estaba, ahora en el pasillo y en frente de mi puerta.

Entrando en mi habitación, hice un suspiro de alivio.

Esto no va a ser un verano fácil…