Hola…no crean que me olvidado de lo que varias me pidieron, el asuntito del epilogo, claro que no…así una vez mas me di una pasadita por este fic, solo para darle un toque final y mostrar un poco de los venido y por venir de esta parejita. Fue algo difícil, pues no se ocurría nada, pero ahí trate de encerrar lo que ustedes querían ver de nuestra parejita…sin mas que decir…ahora si lean…


Epilogo: Un futuro

- De esa manera el príncipe prometió devolverle las tierras al pueblo y no volver a cometer actos malvados – Concluyó para cerrar el libro.

- ¿Eso quiere decir que el príncipe se volvió bueno? – Preguntó la pequeña.

- Claro que no, si cumple la promesa, será un príncipe bueno, por lo tanto aun es malo – Aseguró el niño.

- ¿Eso es cierto papá?

- De cierta manera lo es cariño – Aseguró mientras cargaba a la pequeña y la sentaba en sus piernas, el pequeño se unió sentándose en la otra pierna.

- Ves…el aun no cumple la promesa, por lo tanto no es bueno todavía – Agregó el pequeño.

- Pero lo será… ¿Verdad que sí papá? – Preguntó la niña, de cabellos azabaches y ojos dorados.

- Claro porque él lo prometió

- Pero cabe la posibilidad de que se arrepienta y no cumpla la promesa – Rebatió el niño, sus cabellos eran negros y sus cabellos eran castaños con relucientes destellos dorados como el sol - ¿Verdad papá?

- Eh…también – Asintió en medio de la encrucijada en que lo ponían sus hijos.

- Pero entonces por qué se acabó el libro, sin decir que sucedió – Habló la pequeña - ¿Qué va a hacer el príncipe papá?

- Pues… - Bien estaba en verdaderos aprietos, ese era el problema de terminar un día de cuentos con sus hijos, ambos tomaban posiciones diferentes y él no sabia que hacer con ese par, los mellizos eran complicados – Kagome…Necesito un poco de ayuda aquí…

- ¿Qué pasa? – Se asomó por el pasillo de la cocina.

- ¿Verdad que el príncipe va a cumplir su promesa? – Dijo la pequeña yendo hasta donde su madre.

- Yo no digo que no lo vaya a hacer, solo que puede no hacerla – Habló el pequeño.

- Haber…saben cual es el lío con las problemas – Tomó a la niña en brazos y fue hasta donde estaban los dos hombres de la casa – Que siempre hay dos posibilidades abiertas, el sí y el no

- ¿Pero para que promete sino va a cumplir? – Dijo la niña.

- Ese es el problema con las promesas, cuando te prometen cosas crees que siempre vas a recibir lo que se te prometió no piensas en la posibilidad del no y luego te decepcionas – Continuó Kagome.

- Papá promete llegar temprano del trabajo y siempre lo hace – Dijo el niño.

- Sí pero acuérdate que en su boda, cuando el párroco le dijo a mi padre si prometía todas esas cosas, él dijo que no lo prometía que simplemente las cumpliría – Agregó la pequeña como si ellos fueran los únicos presentes en el salón.

- Ahh, entonces la clave esta en hacerlo no en prometerlo – El niño dijo y la pequeña asintió con una sonrisa.

- Bien ahora que saben cual es el punto de todo esto – Habló Kagome – Es hora de que vayan a su habitación, ambos niños obedecieron y corrieron escaleras arriba.

- Tenía todo bajo control – Dijo con una sonrisa.

- Claro que sí Inuyasha – Sonrió ella levantándose del asiento para volver a la cocina.

- ¿Qué?, todo estaba fríamente calculado – Aseguró él - ¿Qué es lo que tanto haces?

- Mañana es la cena de año nuevo y estoy adelantando algunas cosas que lo requieren – Le recordó Kagome metiendo algunas cosas en la nevera.

- Un año más… - Sonrió y tomó una mano de ella para atraerla hacia él.

- ¿Alguna objeción? – Deslizó sus manos por el pecho de él, hasta encerrarlas tras le cuello de él, un pequeño destello brillo en la mano de la mujer.

- Claro que no, bueno o tal vez que deberías dejar lo que sea que estés haciendo e ir conmigo a un lugar mas divertido – Posó sus labios en el cuello de Kagome, dando pequeños y suaves besos.

- Los niños están despiertos – Esas eran sus palabras, pero sus manos eran hábiles y ya comenzaban a desprenderlo de la camisa.

- Sí…pero te aseguro que no bajaran mas – Con ayuda de sus brazos la tomó de los muslos y la subió al mesón de la cocina, luego se acomodó entre sus piernas y atrapó los labios de ella; se desnudaron sin intermedios de más palabras, solo las acciones eran, habían y serían suficientes para amarse, en todo el sentido de la palabra.

- Te amo tanto preciosa – Susurró en su oído, en el preciso en momento en que entró en ella, dejándose abrasar por la calidez del interior de ella; en un instante sus cabellos se volvieron blancos y en la parte alta de su cabeza un par de orejitas salieron.

Se impulsó aun sentada en la mesa, hasta lograr despegarse del apoyo y hacer que Inuyasha trastabillar hasta chocarse con la pared; sus manos se abrazaron al cuello de él y en un beso enardecido atrapó los labios de su esposo. Sus bocas se alejaron en busca de aire, algo que ya les faltaba hace largo tiempo, aun así Inuyasha besó el cuello de la joven, rozando a su vez con sus colmillos; ella gemía con suavidad, descargando el aire caliente en sus orejas, logrando que sus embestidas y la respuesta de ella fuera mas rápida y fuerte; una vez mas cambiaron de posiciones, esta vez Inuyasha apoyó a Kagome sobre la pared, logrando un mas placentero contacto.

- Vamos preciosa… - Jadeó sobre los labios de ella, dándole suaves roces.

Kagome abrió sus ojos para perderse en los dorados de él, una sonrisa se formó en su rostro enseñando un par de colmillos, su mirada tomó un mayor brillo y par de orejitas se asomaron sobre sus cabellos azabaches brillantes. Sus labios fueron al cuello de Inuyasha rozándolo suavemente, a la misma vez que se contoneaba más sobre él, con ayuda de sus manos sobre los amplios hombros. Un calor recorrió todo su cuerpo y se centró en su vientre bajo, hasta que luego de unos segundo este explotó, a su vez sus colmillos se hundieron en el cuello de Inuyasha, logrando que el soltara una exclamación.

- Viste que no bajaron – Susurró en su oído mientras caminaba con ella hasta el mesón y la sentaba.

- Aun pueden hacerlo, que tal si terminamos esto en la habitación – Sonrió con picardía mientras el subía con ella escaleras arriba.

- ¡¡Feliz año!! – Prorrumpieron los vítores entre los reunidos.

- Feliz año – Susurró Inuyasha a los niños que ya estaban desde hace un buen rato dormidos, depositó un beso en las frentecitas de ambos y luego salió en compañía de Kagome – Feliz año a ti también mi amor.

- Nuestros padres son muy melosos – Dijo el niño descorriendo un poco las cobijas – No seré así de grande.

- A mi me parecen muy tiernos – Dijo la niña

- ¿Cuáles son tus…?, como le podemos llamar ahora, sino no son promesas

- Pues…no sé… ¿Deseos?, claro que sí, ¿Cuáles son tus deseos de año nuevo?

- Yo pregunté primero

- No alcanzaste, así que yo pregunte de primeras

- Menos mal son dos – Sonrió Inuyasha mientras cerraba la puerta del todo – ¿Te imaginas tres niños peleando por lo mismo?

- Eh…no sé tal vez tengamos que hacerlo – Inuyasha enlazó su mano con la de Kagome, para bajar a la sala en la que sus invitados los esperaban.

- Es que imagínate tres… - Se detuvo antes de comenzar a bajar las escaleras - Kagome…

Ella lo miró y asintió con una pequeña sonrisa, Inuyasha siempre habia sido algo lento para captar este tipo de cosas, aun podía recordar cuando los mellizos, el simplemente se habia quedado mirando el regalo que ella le habia dado por su cumpleaños, un par de mitones blancos, él no captó el mensaje sino hasta un par de minutos después, era increíble que pudiera ser detective y no lograra captar el hecho de que estaba embarazada, cuando ella le lanzaba las indirectas.

- ¿En serio? – Preguntó con entusiasmo mientras la abrazaba - ¿No estas bromeando?

- Claro que no; esto es tan seguro como la última vez – Aseguró ella con una sonrisa.

- Preciosa… - La tomó en brazos dándole una vuelta – Te amo…tanto…demasiado – Aseguró mientras depositaba un beso en sus labios.

- Lo sé y yo también te amo…

Claro que lo sabia, Inuyasha cada día se lo demostraba, con todos un cada uno de los actos. Se habían ido a vivir juntos hace varios años, hace cuatro habían tenido los mellizos, habían decidido casarse, con el fin de afianzar aun mas su relación, aunque no necesitaban de ese tipo de promesas, la habían hecho y ahora las cosas nuevamente volvían a sonreírles dándoles un nuevo hijo o hija, o ambos no sabía que sería pero era claro que serían aun mas felices.

- Ahora detective Taisho que le parece si bajamos.

- Solo porque tenemos que hacerlo – Aseguró Inuyasha con una sonrisa.

Ambos pintarían un gran futuro, por ellos y por su familia, todo saldría bien para ellos y no era una promesa, era un hecho.

FIN.


Ahora si eso fue todo, debo decir que es doble llorada, porque no tenia pensado hacer epilogo hasta que ustedes me lo pidieron, pero luego de un gran esfuerzo lo anterior fue lo que logré escribir.

Estoy muy agradecida por el apoyo durante este fic, me agrado cada uno de los comentarios y como prometí antes sacare un nuevo fic…muuuy pronto…no es promesa es hecho…jajajajajaja XD.

¡¡GRACIAS Y HASTA AQUÍ LLEGAMOS!! XD…TT…XD…