CAPITULO 8º- Escandalosa Fiesta
Muchas gracias por esta re-bienvenida, creo que ha sido muy acertado continuar esta historia.
Aunque algunos sigamos en el silencio, me encanta ver a gente nueva por aquí. Y esta vez, aparte de a la gente de siempre que me sigue, doy especialmente las gracias a: Yoxo, Pauu Cullenn, l0v3nist, Zafiro-MalfoyBlack, GF Malfoy, Allison Cameron, Annyuska14, Gwenong Black Jones, y Jennyhale (por ciero Jenny respondiendo a tu pregunta SI ) , que me han dado constancia de que les gusta y les interesa este fic. Por ello os dedico este nuevo capitulo siiiiiiii. Y os invito a seguir mostrándome vuestro apoyo.
Y sin más os dejo con el.
Ahh! intento actualizar casi a al vez este Fic y el de "Te estaré esperando" espero que os paséis por allí de vez en cuando y me dejéis también vuestros comentarios.
Parecía como si el tiempo se hubiera parado, la música sonara en la lejanía y todo fluyera a cámara lenta. Malfoy, acababa de traspasar el umbral de la puerta seguido muy de cerca de Nott y Zabini. Miradas de complicidad entre los tres y sonrisas de medio lado, gesto inequívoco que esa noche no volverían a casa solos. Vestimenta impoluta y ni un pelo fuera de su sitio. Echaron una mirada escrutadora hacia sus respectivos lados buscando quizás a alguien, o más bien a alguna presa sola y desamparada. Cuando por fin, al fondo las vieron.
Andares elegantes y buen porte fluían de los tres, en un aura que los envolvía por completo dejando a su paso a más de una babeando por aquellos hombres.
Hermione por fin volvió en si, dándoles la espalda para no caer en la tentación otra vez.
H: Maldita seas, Pansy.
Los nervios la comían por dentro.
P: ¿Qué he hecho yo ahora? – contestaba tontamente disfrutando de la situación.
Por el amor de Dios, como podía estar así, como si fuera una adolescente en plena ebullición hormonal. Había visto miles de veces a esos tres entrar a la par por las puertas del Gran Comedor durante sus años en Hogwarts, y nunca, en la vida, había perdido el raciocinio y el control de su cuerpo mientras los miraba.
"Maldito seas, Malfoy" se decía mentalmente una y otra vez. En maldita hora se había empezado a interesar por él. Por que para que negarlo a esas alturas, ella Hermione Granger, estaba absolutamente interesada por los huesos de Draco Malfoy. Otra cosa muy distinta era, que se lo dejara ver a él.
B: Bonita fiesta, Pansy.
Llegaron por fin a su encuentro.
P: ¡Piérdete, Zabini!
B: ¡A sus órdenes!
Le hizo una reverencia exagerada y se alejo de allí. Acababa de ver a una pelirroja al fondo en la barra, como no, entre un par de tipos y un par de vasos con algo de alcohol.
T: ¡Estas estupenda! – adulaba a la anfitriona mientras le daba un beso en la mejilla.
P: Vosotros también.
Draco tuvo el mismo gesto, besando la otra mejilla de Pansy.
Hermione se quedo contemplando la escena ajena a aquellos tres, le daba la impresión de que ni siquiera habían prestado la mera atención en que ella se encontraba allí. ¿Es que acaso era invisible para todos los hombres de este planeta? En fin, a Pansy siempre le ha gustado ser el centro de atención, y ellos la conocían demasiado bien… pero ella también quería serlo alguna vez. Maldita sea otra vez, volvía a desvariar por su culpa… "relájate Hermione, ¡relájate!".
Sin "querer" tosió un par de veces llamándoles la atención.
T: ¡Ah! Pero si esta aquí nuestra encantadora Hermione. Que hubiera sido de nuestra Pansy sin Hermione Granger. – tomo su mano y la beso.
A ella se le escapó un leve suspiro sin darse apenas cuenta. Pansy le dio un codazo a Theodore para que dejara de tontear con ella.
D: Granger – saludó con un asentamiento de cabeza perforándola con esos ojos grises.
H: Malfoy – hizo lo mismo.
T: Creo que nuestros tortolitos quieran estar solos, no es así querida.
P: Absolutamente de acuerdo.
Hermione vio como se alejaba su amiga, y la maldigo con una mirada mientras esta se reía. Cuando volvió a girar la cabeza se dio cuenta de que Malfoy esta ligeramente más cerca de ella.
En ese momento la música empezó a sonar un poco más fuerte, mientras Malfoy le empezaba a preguntar algo que no llegaba a oír.
H: ¡¿Qué?
Hacia gestos con las manos de que no lo escuchaba, notó como su mano iba acercándose a su pelo, lo apartó con cuidado, para susurrarle a escasos centímetros de su oído.
D: Ese vestido de color verde te sienta mucho mejor.
H: ¿Tú crees? – tiro de su corbata para que se acercara – No te oí quejarte el otro día.
D: Y doy gracias a Merlín por ello, pero sería demasiado perturbador para mi, dejarte pasear con el por aquí y que todo el sexo masculino te estuviera comiendo con los ojos, - bajo su tono a uno más ronco - cuando el único que puede hacer eso en estos momentos soy yo.
Hermione trago sonoramente. Le temblaban las piernas al sentir su aliento rozando su cuello.
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-¿Quien será la valiente señorita, o el respetable caballero, que superara a nuestra encantadora damisela pelirroja, tomando la cantidad de 16 chupitos de tequila muggle ni más ni menos, para superar su hazaña? – narra el guapo camarero.
Todo el corrillo de su alrededor cuchicheaba sobre lo que acababa de hacer. Ella, la valiente Ginny Weasley, no temía a ninguna bebida y mucho menos muggle. A ella, la respetada novia de Harry Potter, le daba igual lo que aquellas personas pudieran criticar de sus proezas. Con una sonrisa de oreja a oreja y un movimiento de cejas incitaba a cualquiera a que superara su gesta mientras el mismo camarero preparaba la friolera de 16 chupitos.
Estaba dispuesta a irse un rato a bailar, cuando todos los ojos se dirigieron al muchacho moreno, que sin pensarlo dos veces empezó a beber. Cuando termino el 15, se dio la vuelta para hacer un brindis con el último.
B: ¡Por ti pelirroja!
Ella lo miraba de arriba a bajo con cara de pocos amigos cuando casi se había marchado. Siempre tenía la dichosa manía de entrometerse en todo.
Dejo el pequeño vaso con el resto, la tomo de la mano y se fue hacia lo que era la pista de baile. Tenía tal grado de alcohol en las venas, que se le acaba de subir de sopetón a la cabeza, así que necesitaba que algunos niveles bajaran, si no la noche podría desmadrarse más de la cuenta.
G: ¿Siempre tienes que meterte en los asuntos que no te incumben? – lo fulminó.
El la había tomado de la cintura y se acercaba a ella peligrosamente. Ella intentó soltarse.
B: ¿Ni si quiera puedo bailar con una vieja amiga? – Volvió a acercarla – y si… siempre tengo que entrometerme si algo te incumbe a ti – le susurro en su oído.
Se dejo guiar por él. El condenado bailaba estupendamente bien, y a ella un hombre que supiera llevarla la enloquecía. En realidad no estaba haciendo nada malo ¿no? Simplemente bailar.
Se colgó de su cuello con ambos brazos.
G: Nos están mirando.
B: ¿Y?... No te las des de mujer importante del héroe de guerra ni famosa jugadora de quidditch. Miran al encantador y gran bailarín que te acompaña.
G: Eres incorregible… no puedo contigo.
B: Eso ya lo sé, pequeña. – hizo un movimiento de cejas.
G: Será mejor que no me pongas a prueba.
B: ¡Pero si eso ya lo he hecho!, ¿o acaso piensas que beberme 16 vasos de esa endemoniada bebida muggle insípida era por amor al arte?
G: La bebida muggle no me afecta.
B: ¿segura?
G: Soy más de whiskey de fuego.
B: ¿Hace falta que te recuerde la ultima vez que bebiste?
G: Ese día no cuenta, no estaba en condiciones de nada.
B: ¿A no? Yo diría que si no llego a pararte, si hubieras estado incondiciones de hacer alguna cosa.
G: Ni en tus mejores sueños, Zabini.
B: En esos precisamente si que lo estas.
Ginny se soltó del agarre y se fue hacia la terraza.
B: ¡Venga, Pelirroja! No me digas que no lo estábamos pesando bien.
G: Si quieres que esta noche termine lo que empecé… emborráchame… o mejor emborrachémonos.
Lo soltó sin más. Sabía que él no era capaz. Perro ladrador…
Él la miro seriamente, calculando cuanto de verdad era lo que había soltado por esa encantadora boquita, tanteándola, midiéndola. Y ella, sin más, le devolvió la mirada de igual modo.
G: ¿Nos echamos a tras, Blaise? – alargó las vocales de su nombre.
Ella siguió caminando dejándolo plantado ahí detrás, cuando una mano la tomó del brazo y la sujetó para hablarle muy cerca del oído.
B: No juegues conmigo mujer - Ella lo miró por encima de su hombro con indiferencia, retándolo - ¿Whiskey de fuego? – Asintió – Espérame en la terraza iré por un par de copas y una botella.
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Paseaban agarrados del brazo por su gran loft. Ella debía estar al corriente de todo lo que ocurría en su casa, o más bien vigilar que no ocurriera nada improcedente, como que algún desalmado hiciera un costoso estropicio. Theodore la acompañaba como buen amigo que era. Siempre había sabido comprenderla mejor que nadie hasta que llegaron las chicas a su vida. Era como un hermano para ella, ni se le pasaría por la cabeza tener algo con él.
T: ¿De verdad que todo esto lo has hecho por la frívola de Greengrass?
P: Bole – corrigió.
T: Cierto, Daphne Bole – meneo la cabeza debido a su torpeza.
P: Si
T: Cada vez, estas peor – le aseguró.
P: ¿Ella puede tener una fiesta por su maldita maternidad, y yo no puedo celebrar mi soltería?
Su disgusto iba en aumento. No tenia por que reprocharle nada, y mucho menos él. Debería de saber como era y lo impetuosa que podía llegar a ser.
T: ¿Sabes que si tu madre se llega a enterar de esto, no quiero saber que es capaz de hacer?
Y daba gracias a Merlín por que no lo hiciera nunca. Según su "encantadora" madre ella hacia un par de años que debería estar felizmente casada, como buena señorita de alta sociedad que era, y a punto de tener a su primer primogénito en camino. Para ella, Greengrass era un ejemplo a seguir.
P: Por eso querido, no va enterarse.
T: ¿Y como esta? – intentó dejar a un lado toda esa locura y hacerla sentir mejor.
P: Como una vaca, ¿Te lo puedes creer? – su alegría se reflejaba al decirlo.
Se echaron a reír.
Pero de repente… Theo paró bruscamente.
T: ¿Una vaca como aquella que viene por allí?
No se lo podían creer, la embarazadísima Daphne los saludaba con una mano efusivamente mientras iba acercándose. Quien demonios le había dicho nada. Y lo que era peor, por que no había sido informada por su jefe de seguridad que una loca desalmada portando un bebe en sus entrañas estaba a punto de aguarles la fiesta.
La cara de espanto de ambos era sobrecogedora.
D: ¡Chicos! – agitaba la rolliza mano para llamar su atención.
Al llegar intentó besarlos, torpemente debido a su gran barrigón.
T: Mi queridísima Daphne – años de irritables reuniones sociales le hacían fingir tan endemoniadamente bien - ¿Como te encuentras?
D: Ahora muchísimo mejor – Hizo una pausa para mirar el lugar - Un tipo de la entrada no me quería dejar pasar – Ambos pusieron cara de escandalizados - por que según él no estaba en la lista ¿Os lo quedéis creer? – negaron con la cabeza - Y claro, he tenido que decirle que Yo, soy intimísima amiga de Pansy Parkinson, y ya sabéis cuanto poder de persuasión tengo.
P: Y que lo dudes – susurro a Theo que intentó aparentar las formas.
T: Pero dinos, ¿Qué haces aquí? – siguió preguntando educadamente.
D: ¿Cómo podría perderme una fiesta de mi mejor amiga? – le pego un manotazo en el brazo - Aunque… - se volvió hacia Pansy – tendría que estar muy disgustada contigo – la acuso con el dedo índice - , me he tenido que enterar a última hora. Pero bueno, seguro que se te ha olvido decírmelo esta tarde entre tantos regalos y la maravillosa tarta.
P: Segurísimo – volvió a cuchichear a Theo.
D: Bueno… ¿es que aquí nadie piensa darme una copa? – chasqueó los dedos.
T: Cariño, estas embarazada.
Ella arrugó la nariz.
D: ¿Ni piensan sacarme a bailar? – echó un vistazo a los hombres de su alrededor.
Al ver que la miraban como si fuera un monstruo salido del pantano, se encogió de hombros y se fue sola hacia la pista.
P: Como rompa aguas en mi alfombra me la paga. – la seguía con la mirada.
T: Será mejor que avisemos a su marido.
P: Pero ella ya es demasiado mayorcita para cuidarse sola – se quejaba.
T: ¿Tú crees?
P: Esta bien – decía derrotada – Pero luego me invitas a bailar.
T: Solo si me acompañas a ver a la señorita Lovegood.
P: Theodore, me asombras.
T: Deja el cinismo para Greengrass.
Ella hizo un gesto de fingida indignación, y lo acompaño hacia su despacho.
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-¡Hermione!
Alguien intentaba sacarla de su espasmódico estado.
Una mano blanca la zarandeaba desde atrás. Al girarse vio cono Luna la sonreía, acompañada de un ¿apuesto? caballero.
L: ¡Os estaba buscando!, ¿Dónde os habéis metido?
H: Estábamos por aquí. – confirmó volviendo en sí.
L: Draco – saludo con una mano.
D: Luna. – le sonrió.
En ese preciso instante se dio cuenta que estaba con Malfoy, por Merlín debía de bajar de las nubes de una vez. ¿Y por que a ella la llamaba por su nombre, y a ella no? Intento despegarse la cabeza de aquel pensamiento tan poco racional.
H: Y dime, ¿para que nos buscabas?
L: Quería presentaros a… Rolf Scamander
El muchacho hizo un asentamiento de cabeza y estiro la mano para saludar a Hermione, para después hacer lo propio con Draco.
L: Rolf… ellos son Hermione Granger, una de mis mejores amigas, y Draco Malfoy, el encantador. – miró a su amiga mientras esta intentaba matarla con la mirada.
R: Es un placer conoceros, Luna no para de hablar de todos vosotros.
Definitivamente aquel hombre era algo peculiar. En apariencia era un poco raro vistiendo, algo despistado se podría decir, llevaba mal anudada la corbata, la camisa la llevaba un poco salida por fuera, un poco de tinta azul teñía un de sus zapatos en la puntera y tenia la dichosa manía de revolverse el pelo cuando estaba nervioso. Pero una vez que mantenías una conversación con él, se podría decir que era bastante normal, del estilo de Luna, aunque eso si, un par de años mayor.
L: Creo que iremos a saludar al resto – intentaba cortar a Rolf amistosamente de su historia sobre como ella le había salvado la vida.
H: Muy bien. - Les sonreía - Estaremos por aquí.
Luna los miró a ambos mientras tiraba de su acompañante.
L: Portaros bien – los acuso riendo.
Hermione tuvo que taparse la cara con una mano disimuladamente mientras Draco reía ante el comentario.
Una vez que los vieron alejarse retomaron la conversación.
D: Menudo elemento.
H: Por quien lo dices – le reprochaba.
D: A saber de donde a salido ese tipo.
Respiró tranquila al darse cuenta que hablaba de Rolf, en vez de Luna.
H: Claro, nadie se puede asemejar a su alteza, - lo repaso con la mano.
D: Veo que por fin te has dado cuenta.
H: Egocéntrico – refunfuño.
D: Admítelo… – la atrapo entre sus brazos – Te encanta – le soltó a escasos centímetros de su boca.
H: Mas quisieras Malfoy – rozó los suyos involuntariamente con los de él – Mas quisiera…
Y en ese momento la besó.
Un beso dulce, suave, dejándola sentir como su lengua la recorría por completo. Lento, recreándose en cada movimiento, sin dejar escapar su boca. Jugando con su lengua, que se entrelazaba con la de él. La levantó de par de centímetros del suelo para profundizarlo aun más si cabe, hasta que el aire llamó a sus pulmones.
D: Definitivamente ahora no tienes ninguna excusa para no admitirlo – siseó aun con las frentes unidas.
Ella no podía creérselo, la había vuelto a besar. Parecía como si flotase. De hecho, movió los pies para palpar donde se encontraba el suelo con el cual no dio. La tenía en volandas. Asombroso, apenas se había dado cuenta de cuando la levanto. Abrió los ojos que todavía tenía fuertemente cerrados, y se encontró con el rostro de Draco que la miraba sonriendo. No una de esas sonrisas suyas, sino una sonrisa de total honestidad. Ella se la devolvió y siguió besándolo.
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Llevaba tres cuarto de hora aguantando la perorata de ese tipo. De cómo Luna, su ángel de la guarda lo había salvado de acabar con los sesos regados por aquel dichoso bosque cuando no lo aguantó más, y disimuladamente le dio un leve apretón de mano a Pansy para que lo sacara de allí. No aguantaría ni un minuto más su discurso sin fin.
P: Nena, tenemos que ir a ver si el marido de Greengrass he llagado ya. – intentó contestar a la llamada de auxilio de su amigo.
L: ¿Pero como? ¿Ella esta aquí? ¿Quién la ha invitado?
P: Eso querríamos saber nosotros.
L: Hable esta tarde mediante polvos flu… - recordaba lentamente - bueno, ella se apareció en mi chimenea mientras me estaba vistiendo, para darnos las gracias por haber asistido a su fiesta. ¡Pero te juro que no le conté nada!
La enemistad entra ambas era sabido por todas.
T: Conociéndola no le hizo falta nada más.
P: No te preocupes, ya vienen a por ella. Disfrutad de la fiesta mientras nos ocupamos de todo.
Theodore alargo una mano cortante hacia Rolf evaluándolo mientras este se la tomaba y se despedían, se giro hacia Luna y le sonrió forzadamente. A lo cual Luna le hizo un gesto de desconformidad a Pansy que venia detrás de él. ¿Le habría hecho algo? Su amiga le apretó una mano intentándola reconfortar. Cuando pudiera hablaría con ella sobre Theodore.
P: ¿Se puede saber a que se debe ese mal humor repentino? – preguntó cuando se hubieron alejado de la nueva pareja. – El la miró de mala gana – Son simplemente compañeros de trabajo – le aclaró.
T: ¿Tú crees? – digo celosamente.
P: ¿Acaso ese tipo puede superarte en algo?
T: ¿Y eso importa, tu que tan bien conoces a Luna? Ella no se deja sorprender por trivialidades.
P: Pensaba que esa fijación por Lovegood era meramente eso… pero veo que no. Theo, cariño, tienes que dejárselo ver, ella es muy suya para estas cosas.
T: No quiero entrometerme en nada – sentencio.
P: Pero es que todavía no hay nada en lo que te puedas entrometer.
T: ¿Tú crees?
P: Deja ese pesimismo de una vez, y ayúdame a buscar a esa loca y su marido.
Como si hubiera hecho un hechizo invocador, el Señor Bole apareció delante de ellos. Era un hombre fornido de unos cuarenta y pocos años, de la alta sociedad mágica inglesa. Aparentemente un hombre ocupado de negocios, que no tenia nada en común con su supuesta "amiga". Acababa de entrar en el lugar, y haciendo un rápido reconocimiento, encontró a su esposa sobre un sillón de cuero bailando alocadamente.
Theodore y Pansy lo siguieron. No se perderían la escena por nada del mundo.
SB: ¿Querida? – Intentaba llamar su atención con un cierto rintintín - ¿Querida?
Fue Pansy quien le pegó una voz para prevenirla.
D: ¡Mi amor! ¡Has venido! – alargó una mano.
SB: Querida, ¿podría saberse que haces subida ahí? – Cogió la mano de su esposa y le ayudo a bajar – Baja, por favor, el pequeño debe de estar alarmado por tu incauto comportamiento.
Solo de oírlo a Pansy le daba algo de lo estirado que era aquel hombre.
D: ¿Pero amor? – Se quejaba - Tengo derecho a divertirme, que esté embarazada no implica que este incapacitada o enferma.
Por Merlín, eso no implicaba que se subiera en uno de sus carísimos sillones de cuero, y dejara las zarpas y las huellas de sus tacones, balanceando indecorosamente la barriga.
SB: Te lo he dicho mil veces mi amor, no puedes pretender seguir con el mismo ritmo de vida que llevabas cuando eras joven.
Daphne arrugo otra vez la nariz y se dio por vencida. Le había faltado el respeto delante de sus amigos llamándola vieja, ¡Vieja! ¡A ella! y encima tenía que darse por vencida.
SB: Siento mucho el comportamiento inadecuado de mi esposa – Se disculpaba a Pansy y Theo mientras que la aludida refunfuñaba – Las hormonas… ya sabéis – Ellos asintieron sin tener ni idea - Le hacen desvariar a veces más de la cuenta – Comentó en un bajo tono que no sirvió de mucho, por que la aludida se enteró - Son rachas. – Seguía explicando - Llevamos todo el embarazo así. Mis más sentidas disculpas – hizo una reverencia con la cabeza – Y muchas gracias. Será mejor que la saque de aquí.
La tomó del brazo para enlazarlo al suyo y la guío hasta las afueras del lugar, impidiendo que nadie la tocara y mucho menos a su bebe.
P: Irremediablemente, ese hombre me cae fenomenal. – decía con una sonrisa tan amplia que Theo podía llegar a ver casi todas sus muelas.
En cuestión de segundo la había puesto en su sitio.
T: ¿Mejor? ¿Te ha servido esta fiesta al final para algo?
P: Por supuesto, encantada de estar soltera y sin compromiso.
T: No tienes remedio.
P: La que no tiene remedio es esa loca, que ni preñada puede admitir que soy mejor que ella.
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En un rincón de la terraza apartado, sin mucha visibilidad debido a unas grandes macetas y jardineras con rebosantes plantas, una cubitera casi sin hielo con una botella de whiskey casi vacía, y un par más por la zona, eran testigos de cómo la pelirroja Ginny Weasley, estaba sentada a horcajadas sobre Blaise Zabini, ninguno en aptas condiciones de lo que estaban haciendo por el alcohol, mientras ambos se besaban impetuosamente.
Ginny llevaba un vestido ajustado de color azul marino que debido a donde estaba sentada lo tenia arremangado hasta mitad del muslo, y uno de sus tirantes descansaba fuera de su hombro. En cambio Blaise, tenía la camisa completamente abierta y marcas de su carmín rojo por todo el cuello.
Ella empezó a desabrocharle el cinturón que sujetaba el pantalón, y la alarma se le encendió levemente, pero en vez de cortar con el acercamiento, decidió llevarlo a otro lugar más apartado. A esas alturas y en el estado de ambos, si ella ya no lo había parado, menos lo iba hacer él.
B: Nena, nena… será mejor que acabemos con esto en otro sitio.
Ella se incorporo de su cuello.
G: ¿Tú casa?
No le hizo falta nada más. Se levanto con la pelirroja todavía encima, sujetándola con fuerza a si mismo, y ambos desaparecieron.
Continuará…
¿Qué tal? ¿Qué os ha parecido este escandaloso y divertido capitulo? He de decir que me ha encantado escribirlo.
Bueno, bueno, bueno, por fin nuestra pareja favorita ya es pareja, al corresponderle Hermione el beso de Draco. ¿Y que me decís de Rolf y Luna? ¿Serán los siguientes? ¿O Pansy convencerá a Theo de que tome la iniciativa? Esperemos que en el próximo capítulo la loca de Greengrass, mejor dicho Bole, se quede en casa con su encantador marido. Pero lo que nos intriga a todos… ¿Nuestra pelirroja favorita acabara sucumbiendo a nuestro sex symbol Blaise Zabini? Por lo que se ve, parece que si. ¿Qué diría de todo esto, nuestro intrépido y responsable Harry Potter si llegara a enterarse?
Esto, y más, en los próximos capítulos de HPLG.
Besitos Jess, utilizar el Go por el amor de dios, no queramos que esto no continúe.