ESPERO QUE LES GUSTE ME PARECIO TIERNO, NO SÉ USTEDES. NO QUIERO QUE ME PIDAN MÁS, ENSERIO NO HAY PARA MÁS ¿SI? YA MURIÓ AQUÍ, YA SE ACABO, BUSQUEN OTRAS HISTORIAS QUE LEER XD
Gracias por leer chicas es lindo ver que aprecian el trabajo de uno.
Declaro que prince of tennis no me pertenece. Aunque me parece algo obvio pero bueno ya no está de más recordárselos.
Epilogo
El que las hace se las imagina
Era sábado por la mañana y Ryoma estaba pasando el día en una casa de campo de los Kunimitsu con su familia y amigos. Sakuno, su esposa desde hace ya tres años y Sakura su pequeña hija de dos años estaban en la piscina de la casa junto a Kirane Kikumaru y su sobrino de cinco años, Daisuke.
-¿La estás pasando bien?- le preguntó el doctor Kunimitsu mientras le ofrecía una gaseosa.
-Sí, claro, gracias por invitarnos- le respondió el aludido recibiendo la bebida.
-Está bien, después de una larga semana de trabajo es agradable venir aquí con los niños.
-Sí, tienes razón, y hablando de eso ¿dónde está Shota?
-Oh, seguramente está escondido por allí, está en esa edad en la que adora intentar tirar a la gente al agua- señaló Tezuka encogiéndose de hombros. No acababa de decir esto cuando un pequeño de cabellos claros, con flotadores en los brazos y gafas de buceo llegó corriendo a toda velocidad por la piscina para envestirlo.
Sin embargo, y como era de esperarse, el niño no logró mover a su pesado padre ni un solo centímetro.
-Hablando del rey de Roma- exclamó Tezuka al sentir el pequeño tambalear junto a sus piernas.
-Ah, ya veo lo que quisiste decir con "intentar"- comentó Ryoma al ver al crio de la familia Kunimitsu luchar contra las piernas de su padre.
-¡papá! No es justo- murmuró inteligiblemente el niño desistiendo de su intento.
-¿Ah? ¿Ya te das por vencido, enanito?- preguntó una voz masculina atrás de ellos tres. Ryoma volteó inmediatamente al reconocer el tono jocoso de su mejor amigo que acababa de llegar a la reunión.
Momochiro Takeshi estaba usando una pantaloneta de baño y una camiseta de botones roja. Sonreía de oreja a oreja.
-Momo- exclamó el pequeño corriendo a los brazos del hombre que acababa de llegar.
-¡Hola, Enano!- le saludó Takeshi alzando al niño en brazos.
-Es un gusto en ver al hombre que le está enseñando a mi hijo a hacer maldades- le saludó Kunimitsu medio en broma medio enserio. El aludido sonrió.
- ¿Qué es de la vida de un niño sin bromas?- se burló Momochiro y estiró la mano para apretar la del doctor y su mejor amigo que lo miraban con sonrisas fraternales.
-Pero momo- se quejaba el pequeño que tenía en brazos- ¡No ha funcionado!
-Eso es porque necesitas el elemento sorpresa- dijo Momo mirando a Shota con picardía.
-¡Eso no es verdad! - se quejaba el niño- Yo he tenido mucha sorpresa.
-¿Ah sí?- cuestionó Momochiro con una sonrisa traviesa- ¿Hiciste algo cómo esto?
Dicho eso Momochiro apretó al pequeño junto a su pecho y se lanzó corriendo a la piscina alzando una ola lo suficientemente grande como para empapar a Tezuka y Ryoma de pies a cabeza.
Cuando los dos salieron a la superficie, el niño tosió un poco de agua con cloro y después de limpiarse los ojos con sus pequeños puños, miró a su padre y a Ryoma empapados y comenzó a reírse con muchas ganas.
-¿Ves, Shota? Siempre hay una manera de conseguir lo que quieres- se burló Takeshi y dejó caer al niño con los flotadores en la piscina.
El pequeño no paraba de reírse así que no pudo contestar a eso, sin embargo no cabía duda de que estaba totalmente de acuerdo con lo que Momochiro le estaba diciendo.
Ryoma y Tezuka no pudieron más que reírse también, mientras Takeshi salía de la piscina para quitarse la camiseta empapada, los calcetines y los zapatos, quedando únicamente con la pantaloneta de baño.
-Ann me va a matar- dijo Momo mientras colocaba la ropa mojada sobre una de las sillas para tomar al sol que estaban al lado de la pileta.
-Eso es karma, mi hermano- le dijo Ryoma mientras vaciaba su vaso de gaseosa y agua de piscina sobre la cabeza de Momo; este se rió.
-¿Y Ann dónde está?- le preguntó Tezuka echando su mescla en una canasta para la basura.
- Aquí- respondió la aludida que llegaba junto con Haruji de Kunimitsu. Ambas mujeres tenían a un niño de 4 años en brazos, Toya e Yho Takeshi.
-Baya tus hijos sí que están grandes, Momo- le dijo Ryoma que observaba con entusiasmo a los gemelos que Ann, la secretaria de Ryoma, y Momochiro habían tenido.
-Sí, es porque comen demasiado- se burló Takeshi y le regaló una mirada de orgullo a los dos niños de ojos azules y largos cabellos lacios de color rubios oscuros.
En ese momento se acercaron a Sakuno y Kikumaru con los otros tres niños que estaban en la piscina.
-Buenos días a todos- saludó Sakuno con su hija en brazos. Los demás contestaron animadamente y poco a poco se acomodaron en las sillas plegables para empezar una agradable conversación sobre lo rápido que crecían los niños.
-No, no, pero eso no es lo más difícil- atinó a decir Haruji con divertidas carcajadas señalando a Kikumaru- lo difícil es que está mujer aquí presente te deje ponerle un nombre a tu hijo.
-¡Definitivamente!- aseguraron los demás y siguieron con la risa. Entonces la pequeña Sakura se rió como si comprendiera de lo que estaban hablando y eso fue motivo de gracia para sus padres.
-¿Y tú de qué te estás riendo?- quiso saber Sakuno mientras le hacía cosquillas en la pancita a su hija la cual se rio más y más.
Los demás niños del grupo se acercaron al bebé y la admiraron con curiosidad. Entonces Shota acercó la mano a la niñita y esta le apretó dos dedos con sus manitos.
-Sakura es bonita- dijo Daisuke mientras la pequeña trataba de alcanzar sus cabellos rojizos.
-Sí- concordó Shota Kunimitsu con una amplia sonrisa en su rostro.
Los adultos contemplaron enternecidos el inocente y balbuceado reconocimiento de los pequeños. Definitivamente era cierto, Sakura era hermosa, tenía las delicadas facciones de su madre, junto a los ojos claros y el cabello negro de su papá. Lo cual significaba probablemente en un futuro sería una mujer encantadora, pero ahora era eso, tan tiernamente como lo habían dicho los niños: bonita.
Feliz por el ambiente que la rodeaba la chiquita comenzó a aplaudir y entonces los gemelos se acercaron y le dieron un beso en cada mejilla respectivamente. Impresionado por este acto Ryoma dio un respingo.
-Aw, debí haber traído mi cámara- chilló Sakuno sin darse cuenta de la reacción de su esposo.
-Yo tengo la mía- señaló Kirane y empezó a buscar en su bolso.
-¿Tú cámara especial?- cuestionó Sakuno con rostro pensativo.
-Sí, la profesional que me regaló Ryoga.
-Eh, ¿no se la llevó Eiji en su viaje al Everest?- cuestionó Sakuno y Kirane hizo una cara de asombro.
-¡Oh, Dios, Kirane, no me digas que no sabías que tu hermano se había ido al Everest!- cuestionó Sakuno al ver la expresión en su rostro.
-¡Claro que sabía eso, lo que no sabía era que se había llevado mi cámara!- exclamó la pelirroja incrédula- ¡más le vale que regrese con ella o deseará no haber sobrevivido a esa montaña!
-Ojala a mi me quieras un poquito más que a tu hermano- dijo Ryoga que salía de la cocina con bandejas llenas de carne asada y pollo a la plancha.
- ¡Ah, Ryoga! Ya se me había olvidado que te había dejado en la cocina- exclamó avergonzada Haruji mientras se levantaba rápidamente a ayudarle con las bandejas.
-No importa…pero eso sí, no me hago responsable del sabor de esta comida- bromeó el mayor de los Echizen.
-¿Tú cocinaste?- le preguntó su hermano menor mirando la comida con desconfianza.
-Sí, ya que me abandonaron descaradamente estas hermosas mujeres en la cocina, no me quedó de otra- contestó el aludido con una amplia sonrisa. Las cuatro chicas presentes se sintieron avergonzadas.
-Lo siento mucho, amor, se me olvidó por estar cuidando a Daisuke- le dijo su esposa dándole una mirada de culpa y un beso en la mejilla.
-Está bien, linda, la vida de nuestro hijo es más importante que el almuerzo y que, espero…una cámara profesional- se burló Ryoga y su esposa le dio un puñetazo en la cabeza.
- ¡Toma!- se burló Ryoma.
Entonces las madres de los pequeños empezaron a llamarlos para que fuese a comer, sin embargo todos seguían congregados alrededor de Sakura Echizen.
- ¡Toya, Yho! ¿Qué están haciendo?- gritó Momochiro sorprendido de que sus hijos no fuesen a comer.
-Estamos jugando con Sakura- respondieron los gemelos al unisono y siguieron su juego alrededor de la silla de Sakuno.
-Sakura es una princesa y ellos están luchando para salvarla de un horrible mago- explicó Sakuno de Echizen ya que los niños estaban brincando por todos lados.
-Yo la salvare y me casaré con ella- señaló Shota alzando sus flotadores cual músculos.
-No, yo lo haré- repuso Toya.
-No si yo lo hago primero- señaló Yho con una sonrisa encantadora.
-Daisuke- dijo Ryoga al llegar al lago de la escena del juego medieval- tú eres primo de Sakura así que no puedes salvarla y casarte con ella, así que tú si vienes a comer.
-No, papá, yo soy el malo- replicó su hijo como si lo que dijese fuese de gran importancia.
- Ah, claro- exclamó Ryoga con una sonrisa.
-Pero la princesa va a comer- dijo Sakuno levantándose de la silla con la bebita en brazos- Así que todos sus valientes caballeros también deben venir y por supuesto el malvado primo hechicero.
Animados con esa explicación los cuatro niños corrieron a la mesa a sentarse junto a sus madres para almorzar.
-Eso es a lo que yo llamo usar la cabeza, cuñadita- felicitó Ryoga mientras cogía a su hijo para sentarlo sobre sus piernas y de este modo ambos ocupaban un solo lugar en la mesa.
-Para convencer a un niño hay que pensar como un niño- dijo Sakuno sonriendo.
-Mmm pero eso de casarse con mi hija no me suena a juego de niños- replicó Ryoma mientras colocaba comida en su plato.
-¿Celos, Ryoma?- se burló el hermano del quejumbroso.
-Sí, Ryoma- concordó Takeshi- ¿estás celoso de unos niñitos de 4 y 5 años?
-No, claro que no- exclamó molesto el tigre Echizen. Entonces se sentó junto a su esposa e hija.
Haruji, Ann, Kirane y Sakuno se rieron.
-Mira que ser la única niña en un grupo de cuatro apuestos varones tiene sus consecuencias- le picó Takeshi.
-Tienes toda la razón mi amigo- concordó Ryoga con malicia- además la pequeña Sakura apenas tiene 2 añitos y ya es popular entre los hombres imagínate a los quince.
-Los galanes pelearan en su puerta sólo para invitarla a salir- siguió Momochiro.
-¡Pues no va a tener permiso de salir con ninguno de esos tipos!- rugió el tigre Echizen y su mejor amigo y su hermano soltaron carcajadas, sin embargo tanto escándalo hizo llorar a su hijita.
-ya, ya, amor…no tienes que creerle a este tigre amargado- calmó Sakuno a su hija mientras la acunaba en sus brazos- tú puedes salir con quien tú quieras.
-De eso nada- refunfuñó Ryoma cruzándose de brazos.
-¿Ni si quiera con mi hijo?- preguntó Haruji haciendo que Tezuka diera un respingo.
-¿Amor no crees que estás poniendo a Ryoma en una posición incómoda?- trató de intervenir el doctor con diplomacia, pero su esposa no lo escuchó.
-Sí, Ryoma- aprovechó Momochiro para seguir su burla- ¿nuestros hijos no son lo suficientemente buenos para salir con tu preciosa princesita?
-Yo no he dicho eso- se enredó Ryoma quien en verdad no esperaba estar entre la espada y la pared.
-Ah entonces mis hijos si pueden salir con tu hija- se metió Ann divertida con ver a su jefe hecho un ocho.
-Pues…- intentó negarse Ryoma.
-Ríndete, Echizen, no hay manera de que salgas de eso sin ofender a nadie- se burló Kirane mientras tratada de que su pequeño hijo comiera las verduras asadas que había hecho su padre.
-Ya, la verdad falta mucho para eso- finalizó Ryoma rojo hasta las orejas.
- Está bien entonces te haré una cita para problemas del estrés en unos 12 o 13 años- atinó a decir Tezuka tentado por la oportunidad del chiste. Todos los demás se rieron.
Ryoma miró con receló a la niña de cabellos negros en brazos de su bella esposa y sintió un nudo en el corazón. Tal vez si no supiera él lo fácil que era hacer sufrir a una mujer no estaría tan preocupado.
-¿El que las hace se las imagina?- le susurró Sakuno al imaginar lo que estaba pensando.
-Yada, Yada, Yada- refunfuñó su esposo.
Entonces la pequeña dejó de llorar y con su manito tocó lo que tenía alcance de su papá, lo cual era su cabello.
Ryoma sintió una gran ternura y tomó a su hija en brazos para abrazarla con todo el amor que sentía por ella. Luego suspiró.
-Ok…tienes permiso de salir con chicos Mmm cuando cumplas 36- dejó salir.
Sakuno rodó los ojos y de pronto notó que su celular sonaba.
-¿Hola?- preguntó la esposa de Ryoma.
-¿Sakuno?
-¿Eiji?
-Sakuno tengo grabes problemas.
-¿Eh? ¿Por qué? ¿Qué paso? ¿Una avalancha?
- No, peor, acabo de…romper la cámara de Kirane….
FIN
Ok, Ok, Ok, chicas esto tómenlo como una escena al aire, algo por el estilo porque bien ustedes querían ver el futuro como estaría Sakuno con Ryoma en un par de años más hijos etc, bueno cómo era de esperarse Ann y momo tuvieron gemelos (eso no lo esperaban) jajaja Bueno espero que les haya gustado